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EL ROSTRO DE LA PERSONALIDAD

Era como si la personalidad misma tuviese rostro. Todo me hizo pensar que esa
intangible cara de la personalidad contritua la verdadera clave de los cambios
de la
personalidad. Si ese rostro continuaba desfigurado, deformado, feo o inferior, la
persona segua desempeando ese mismo papel en su conducta a pesar de los cambios
operados en su apariencia fsica. Cuando ese rostro de la personalidad se poda
reconstruir, cuando era posible extirpar las viejas cicatrices emocionales, la
persona en
s cambiaba aun sin el auxilio de la ciruga plstica. Una vez que hube comenzado a
explorar en este terreno, encontr ms y ms fenmenos que confirmaban el hecho de
que la autoimagen el concepto mental y espiritual que de s mismo se forja el
individuo- constitua la verdadera clave de la personalidad y de la conducta.
Ampliaremos este tema en el captulo primero de la presente obra.

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