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De qué están hechos los CD y DVD, cómo guardan la información y cuánto duran
• Policarbonato: Es la masa del disco, lo que se suele llamar 'el plástico'. Se trata de una
pasta hecha con un material de carbono muy similar a los polivinilos y otros materiales
plásticos que se utilizan en la industria de los tubos y conducciones. El policarbonato se
ablanda a elevadas temperaturas (quien haya dejado un Cd en el salpicadero de un coche
en un día de verano durante varias horas lo habrá comprobado) y es rígido a temperatura
ambiente.
• Tinte fotosensible: El policarbonato, además de ofrecer la necesaria rigidez al disco
óptico, soporta en su seno un tinte fotosensible, que es el segundo componente, y el más
importante, de los CD y DVD. La mezcla del policarbonato y el tinte produce una pasta
de color verde azulado. Este color, que es el que se ve en la cara no impresa de muchos
discos ópticos grabables, se debe al tinte fotosensible.
El segundo grupo son las Cianinas, que también son compuestos orgánicos
nitrogenados. Son menos estables ante la luz, por lo que generalmente se las usa
mezcladas con productos estabilizantes. Dan un color azul verdoso.
El tercer grupo lo componen las ftalocianinas, que son una red de ciclos de moléculas
de carbono que pueden tener en su centro un metal retenido mediante enlaces iónicos.
Tienen una gran estabilidad ante la luz, por lo que son muy utilizadas para aumentar la
vida de los discos ópticos. Su color puede ser dorado, plateado o verde luminoso
dependiendo del metal que haya en su centro.
La función del tinte es muy similar a la que tienen las sales de plata en la fotografía
analógica: reaccionar ante la luz, en este caso ante un rayo láser. La capa formada por el
policarbonato y el tinte mide aproximadamente 1,2 milímetros. En ella se guarda toda la
información que contiene el disco.
Un DVD puede llegar a almacenar 25 veces más información que un CD y trabaja hasta
20 veces más rápido. Sin embargo, tanto un disco CD como un DVD están construidos
con los mismos materiales y tienen la misma estructura estratificada. No hay grandes
diferencias en los materiales empleados, aunque sí en el tipo de componentes utilizados
en los DVD, que suelen ser de la calidad superior.
En los discos grabables el tinte está 'virgen' y no ha sido expuesto al rayo láser. El
grabador de discos, también llamado 'tostador', es en esencia un rayo de elevada
potencia (longitud de onda corta) que incide sobre la superficie del disco traspasando la
zona metálica y penetrando en la masa de policarbonato. En función de la información
que quiera escribir, el rayo varía su intensidad de modo que deja unas zonas
transparentes y otras opacas. Si se aplica con intensidad en una zona, ésta se vuelve
transparente. De este modo se van formando los surcos y llanos que caracterizan a un
disco óptico grabado.
El rayo incide sobre la superficie del disco (o sobre las diferentes profundidades si se
trata de un DVD de doble capa) y es reflejado por el recubrimiento metálico. Si el rayo
incide en una zona transparente la luz reflejada será difusa, mientras que si incide en
una zona opaca la luz rebotará de una manera más limpia. Esto
es lo que capta el receptor de luz.
La función del tinte es muy similar a la que tienen las sales de plata en la fotografía
analógica: reaccionar ante la luz, en este caso ante un rayo láser
De momento es pronto para saberlo con certeza, aunque hay un axioma que cualquier
usuario que haya tenido en las manos un disco del 'top manta' sabe: los CD baratos no
sobreviven más de unos meses sin dar problemas.
En la página del fabricante de dispositivos tecnológicos Nec se asegura que, según los
últimos estudios de la OSTA (Asociación para la Tecnología del Almacenamiento
Óptico), los discos de almacenamiento óptico pueden llegar a durar hasta 200 años. Si
bien esto no tiene por qué no ser cierto, hay que matizar que la durabilidad de un disco
óptico (su vida útil hasta que se produce el primer fallo) depende de muchos factores.
Los más importantes son la luz solar, la humedad y la temperatura.
La exposición a la luz solar durante un breve periodo de tiempo, e incluso durante unas
cuantas horas seguidas, no afectan a la durabilidad de un disco, pero el efecto
acumulativo de la exposición solar puede incidir sobre la estabilidad del tinte,
empujándole reaccionar con los distintos componentes que se encuentren a su alrededor
y cambiando su configuración. De este modo, el tinte podría variar su transparencia, o
su opacidad, y cuando un rayo láser incidiera sobre él no se reflejaría correctamente. El
resultado sería un fallo de traducción que inutilizaría el disco óptico.
La textura de un disco es más o menos cavernosa, por lo que, junto a la luz, la
temperatura y la humedad también influyen sobre la cinética química (estabilidad) del
tinte, de modo que a mayor humedad y temperatura, mayor es la inestabilidad del tinte
ante la luz y, por lo tanto, su tendencia a cambiar de configuración.
Según los últimos estudios de la OSTA (Optical Storage Technology Association), los
discos de almacenamiento óptico pueden llegar a durar hasta 200 años
El resultado de la investigación fue que tanto la estabilidad del tinte como el tipo de
recubrimiento metálico son los principales factores en la durabilidad de un disco óptico.
En este sentido, se distinguía entre los tres tipos de tinte y su recubrimiento. Los discos
más estables eran los que utilizaban ftalocianina como tinte y la aleación de oro y plata
como recubrimiento. Estos discos pueden, en condiciones óptimas de almacenamiento
(con oscuridad, baja temperatura y ambiente seco), durar casi dos siglos sin tener un
fallo de interpretación de los datos.
El siguiente tinte más estable era la cianina mezclada con estabilizantes y con
recubrimiento de oro. También en condiciones óptimas podía durar casi un siglo en
perfecto funcionamiento.
Los discos de cianina con recubrimiento de plata mostraron una buena respuesta a la
exposición solar. Sin embargo, condiciones elevadas de temperatura y humedad podían
degradarlos.
El tinte Azo tenía una elevada inestabilidad frente a la luz solar, la temperatura y la
humedad. Un disco que contuviera este tinte junto a un recubrimiento de aluminio u
otro metal que no fuera oro, plata o su aleación duraba unos pocos años en condiciones
óptimas, no más de ocho.
Finalmente, la investigación demostró que existe una correlación entre el precio de los
discos ópticos y la calidad de los materiales que lo componen, siendo los más baratos
los que menos durabilidad tienen. Normalmente, los fabricantes no indican los
componentes que han utilizado en la fabricación del disco.
La estabilidad del tinte y el tipo de recubrimiento metálico son los principales factores
en la durabilidad de un disco óptico
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Fuente : www.consumer.es