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ARGENTINO QUINTA PARTE Escribe: Abel Posadas Francisco Mugica y el Mantelito bianco Desde el mismo comienzo del sello del gong, Francisco Mugica habia empezado a aprender ci- ne. Montajista, fotdgrafo, jefe téenico —una imprecisa denomii nacién— lo ubican en los pro- ductos LUMITON desde 1933. Es el mismo realizador quien reconoce determinados valores en Manuel Romero. Pero al mismo tiempo sostiene: “Yo ‘euidé un poquito mas lo formal. No es que él no quisiera cuidar- Jo; siempre me decia: “Esta si la’ vamos a cuidar, Mugica”, pero no me dejaba. No me da° ba tiempo. Tenia unos nervios espantosos” (1). Con o sin nervios Manuel Romero debio haberle enseiiado lo suficiente, ya que en 1939, 1. Mupica, Francisco en Reportae a cine argentino, Aresa, Bs. As, 1978, 2° Margarita, Armendo’ y su padre Francisco Magica! 3: dardiol Poncela; m. Enrique Delfino; ¢, Rleardo Conord; i Mecha Ortiz, Florencio Perravicini, Er esto Raquén, 19.439, 3 Ask es la vide +. Francisco Musica; a fotra de Arnaldo Malfatti y Nicolle de ts LUanderas; ad. Luis Marquina, Oyarasbal y Muglea; 9.: Oyarzdbal: f.: Joss. Marta Beltrén; m. Enrique Delfino: e, Ricardo ‘Conord i. Enrique Muifo, Elles Alippi, Felisa Mary. 197-39, Lumiton: los doctores quieren cine Mugica debuta como realizador con Margarita, Armando y su padre (2) y sigue el mismo aio con la perenne Asi es la vida (8). Se comprobé, finalmente que LUMITON tenfa su propio Amadori. Y fue en realidad a Luis César Amadori a quien Francisco Mugica pidié consejo sobre el encuadre de Asi es la vida. Sin embargo, Pepito Gue- rico habia comprado a Jardiel Poncela Margarita, Armando y su padre y lo habia designado a Mugica para dirigirla. Como la falange espafiola ya habia gana- do la guerra el autor decidié volver a la peninsula y el Ams dori de LUMITON ‘se vio cargo de un proyecto que le resultaba dificil. En primer lu- gar, habia que cumplir con la celeridad del estudio: filmar en unos pocos dias; en segundo término, la productora jamas habia abordado una comedia de salon, con el cinismo passé de Poncela que ponia al des- cubierto un mundo muy alejado del de Romero: la hipocresia burguesa segiin la concebia él, claro. La tesis que parodiaba ‘La mujer de las camelias de Du- mas era muy clara: si Margarita y Armando hubieran convivido un cierto tiempo, las cacerolas no habrian tardado en volar. A pesar de lo que expresa Mugi- ca, nada més alejado de su 6pti- ca, segiin lo demostraria su filmografia posterior. Por esa raz6n no se mostré en el guion el aspecto grotesco de la come- dia de Poncela excepto en los personajes de Quartucci y de Carmen Lamas— y se neutralizo la por entonces ciustica morda- cidad Poncela recurriendo a Me- cha Ortiz. El filme pertenece a esta ultima y no a Parravicini el padre del galin Armando- Ernesto Raquén— y asi lo de- muestra el evidente primer pla- no final de la pelicula, tal vez el mejor que se le hiciera a Me- cha Ortiz —quien contaba_ya con 39 afios en su haber. Con este primer plano Mugica logra tirar por la borda las intencio- nes grotescas de Jardiel Poncela y le otorga al filme una profun- Gidad inusual en. LUMITON, Di- gamos de paso que la pelicula ‘obtuvo un premio en el Festival de Venecia (1939) y que la fac- tura técnica es impecable. Sin mmm 1 | vida. En esta obra de Malfatti y de las LLanderas se encuentra ya congelado el mundo favorito el director: la familia burgue- sa. Y si nos seguimos creyendo el filme es a causa de su excep- cional elenco, un verdadero muestrario del grado de inter- pretacién —intuitiva y téenica— que alcanzé el intérprete argen- tino alguna vez. El peligro del cine de Mugica, al revés de lo que ocurria con el de Romero, era el siguiente: al acercar a la boleterfa a la clase media porte. fia, limaba aristas populares y sus productos no eran exporta- bles. Ese conglomerado que se llama clase media portefia difie- re notablemente por razones que no podemos analizar aqui del resto del piiblico de Améri- ca latina y, mas ain, no tiene muchos puritos de contacto con el propio pais que le dio origen alld por la década del ‘80 en el siglo pasado. Estamos en un to- do de acuerdo con la asevera- cién que se hace de este reali- zador en un reportaje: ‘“Suele decirse que usted es uno de los directores que mejor enfocd la familia y la clase media argenti- na” (12). Carlos Hugo Christensen: el sexo invade LUMITON Christensen se incorporé a la productora con una excelente adaptacin de El inglés de los giiesos (13) en 1940. Tenia 21 afios. Se quedé a vivir en LUMI- TON y dormia en el estudio 0 en el primer piso de “La cucha- ra de palo”. Las razones por las que Christensen entré al sello no estén muy claras, pero a juz gar por varios testimonios fue Pepito Guerrico quien creyé en sus posibilidades, siempre y ‘cuando se lo vigilara constante- mente, tarea que quedé a cargo del fotdgrafo José Maria Bel- Tayrer 1 Love Saslovky; Tinavre y César Tiempo; f. Antonio Merayo, &, Gori Mu: foe: m. Guillermo Cases, Jorge Garate i. Mitha Lomand, Arturo de Cordova, 9.9.48, 12 ver (1), 3 EI inglés de los Queso Carlos H, Christensen, 1. de Christensen basado en la ‘Novela haménima de Benito Lynch. Joss IM. Beltran: m. George Andreae. Ric: 6 Conard; i: Arturo Goreto Bubr, Anita Jordin, 49:40, ” A Sve trén. Lo que no se dice es por jué se le permitié la eleccién ee cee ees —para LUMI- ‘TON— tan esotérica como la de Benito Lynch, aun cuando el fuera paupérrimo. Y menos atin, por qué se lo contraté por Christensen habia encontrado lente protector. Porque el sub- terraneo problema sexual de se en la ambigua relacion Ball na-Mr. James de su primer filme y continda en la rivalidad Fran: cisco Petrone-Eduardo Cuitifio en Aguila blanca (14), su segun- da realizacion. Los mejores pro- ductos Christensen estan elabo- rados por una camara nerviosa detrds de la cual hay un adoles- eente que piensa en términos sexuales. Y mas ain: el sexo es culpa y muerte. Semejante rea- lizador, tan joven para colmo, Singerman —Noche de bod: teria de Aguila blanca. Y conti- nu6 manufacturando productos LUMITON a la manera de Fran- cisco Mugica —Los chicos cre- cen (16) es un buen ejemplo—. Eso encontré quien le pusie- ra_misica a sus filmes: George Sotigees emmnones Andreani, cuyas exasperadas y exasperantes partituras identifi caron los productos LUMITON hasta que ésta cerrara. Recién en 1943 Christensen volveria a conocer el éxito, concilidndolo ‘con su particular visibn de mun- do: el medio tono que impuso a los actores en 16 afios (17) seria Tuego una marca de fabrica. Pax ra la filmacién de estos produc: tos el realizador se valia de un texto cualquiera, adaptado con- venientemente. ‘Asi, la gatuna sensualidad de George Rigaud y la inevitable atraccion que ejer- ce sobre la joven Maria Duval ~camino de una compulsiva fri- gidez— se transforma en un con- flicto entre una adolescente y su futuro paidrastro. Estos fil- mes son hoy dia mas claros que por aquel entonces. Y precisa- mente debido al éxito de 16 a- ios los ejecutivos del sello le permitieron filmar Safo, histo- ria de una pasion (18), adapta- cidn de la novela de’ Alfonse Daudet Salambo hecha por Cé- sar Tiempo y Julio Porter. Si ‘Roberto Escalada no habfa de- butado en este filme, en él pre- cisamente se impuso como el galin masoquista por excelen- cia, favorito de Christensen y lunética victima de varias damas de nuestra pantalla. En 1945 | "FE Damel y Darts: 9. Francisco Oyareé bat: Alfedo. Travers: m, George An Areani;e, Ricardo Conord, I, Arturo Gar la Bute, Pooita Serrador, Marta: Due 297.42, 17.16 fos: +. Carlos H. Christensen: adapt. de Francisco Oyer3al sagin obra de Aimée y Stuart: f. Alfredo, Traverso, im. George Androan: Ricardo Conor Marfa Duval, Alicia Barri, George Rigaud 12543, 18 Sefo, historia de una pasiém Carlos cine - 23, pareja Escalada-Mecha Ortiz volveria a repetir con Christen- sen y un guidn de César Tiempo otto éxito de boleteria: El can- to del cisne (19). La pareja Es- calada-Ortiz proseguiria luego sin el director pero ya estaba impuesta, a tal punto que en 1957 Julio Porter dirigia La sombra de Safo (20), con mi- sica de Andreani y secuendias el filme de 1943. Safo provocé una malsana curiosidad en el piblico, que no atinaba a leer Jos subtextos de manera cons ciente; aunque la irracionalidad del filme se imponia. También la censura: a partir de este mo H, Christensen, @ Julio Porter, César Tiempo de la novela Salambd le hvuet {. Alfredo Traverso, m, Georg Aruireun €. Ricardo Conord; i. Macha Ortiz. Mirtha Legrand, Roberto Escalada;17-9-43, 20 La sombra de Safe ADOCA. r. Julio Porter, a. Ferndndez Unsain y_Aliredo Rania, |. Alfredo Trav. 1. Geamue ‘evan: 0, Gord Mulior, i Mist Ort Ru Licalada, 69.57. 24- cine mento Christensen obtuvo pin- giies beneficios con los carteli tos de NAM 18. Y con El angel desnudo (21), de la interesante novela: de Arthur Schnitzler Fraulein Elsie, quedé muy claro que Christensen no solo era churrisguerescamente sexual, si no que Manuel Romero tenia ya muy poco que hacer en LU MITON. Si con Safo Christen sen habia impuesto a Escala: con El angel desnudo revel | personalidad femenina del me dio masivo mas interesante que ha tenido y tiene nuestro pais Olga Zubarry. E> =ecesario acla rar aqui que tanto Escalad: como Zubarry eran. productos manufacturados por LUMITON bajo la tutela de Christensen. La productora habia establecido luna especie de escuela de apren- dizaje cuya materia més impor- tante eran las pruebas fotografi 21 ver (10), cay papeles secundarios para los muy jovenes. Zubarry estaba alli desde 1943 y si la madre de Mirtha Legrand no le hubiera impedido a ésta protagonizar el filme, Zubarry no hubiera sido elegida por ‘César Tiempo y Christensen, ya que los ejecut vos no querfan una nueva figu- ra. Sin embargo, el escendgrafo Conord le recordé a la plana mayor que Los martes, orqui- deas habia sido preparada para Delia Garcés y que, al retirarse ésta del proyecto, habian logra- do imponer a Mirtha Legrand. En todos los casos, las persona lidades manufacturadas podian cobrar doscientos pesos por mes, aunque desempefiaran pri- meros papeles. De ese modo se ahorraba mucho dinero, parte del cual se gastaba en publici- dad. Cuando Zubarry se refiere a LUMITON lama a la produc- tora “un sistema de explotacion (22)”, al menos en privado. Por otra parte, estas figuras jévenes rendian por un tiempo y mien- tras persistiera la moda; luego eran dejadas en libertad de ac- cidn mediante el telegrama cola- cionado. Que es, ni mas ni me- nos, lo que le ocurrié a Olga Zubarry en 1950, luego de ha- berle proporcionado millones ala productora. El living y el dormitorio Asi es la vida comenzé a rodarse el 19 de abril de 1939 y se estrend el 19 de julio del mismo afio. Tanto Mugica como Christensen —al igual que Ro- mero— se veian obligados a tra- bajar a presion y, en ocasiones, Jos actores debian quedarse a ¢ormir en el estudio (23). El living de la filmografia Mugica ofrecia a las capas medias las chicas y los muchachos supues- tamente sanos de nuestra bur- guesia. El dormitorio de Chris- tensen, en cambio, prometia lujuriosas pasiones que, invaria- bluste se promocionaban como era debiao. A diferencia de ARGENTINA SONO FILM, LUMITON fabricaba productos valiéndose de actores casi des- am 22 Olns Zobamy al autor de esta naa, on rmawra de 1973 23 Macha Ortiz por Mecha Ortiz, (i. Mo mo, Bs. As, 1982. conocidos. Asi, en 1941 la SO- nes, o los melodramas de la per- NO trabajaba con Lamarque, dularia Olga Zubarry no podian ‘Arias, Bozin, mientras que LU: salvar a una productora que no MITON imponia a Mirtha Le- se adapté a las nuevas exigen- grand y a un galin francés de _cias de trabajo. Segiin los testi- pésima diccién y mucha simy monios recogidos, la plana ma- Tia: George Rigaud —Embrujo yor de LUMITON no estaba dis- (24). 2Qué papel le cabfa en puesta a transar con los sindica- todo esto a la cocina de LUMI- tos que regulaban el trabajo del TON, a cargo de Manuel Rome- personal técnico y artistico: di- 10? El de proseguir trabajando _jeron que no a las ocho horas de con formulas ya probadas en trabajo, dieron también su ro- vehiculos Marshall, Singerman, —_ tunda negativa al descanso saba. ©, también él, el de lanzar nue- tino y, sobre todo, no querian ‘yas manufacturas; tal el caso del de ningiin modo pagar los suel- exrnifio prodigio Narciso Ibafiez dos que estipulaban los conve- Menta, quien por testarudez de nos al personal téenico. Pero Romero fue impuesto en Una algo resulta, al. menos, sospe- Juz en la ventana (25), de g6- choso: en 1951 insistian con tica ambientacion; o bien el de Roberto Escalada y Mecha Or- quedar a cargo de las quickies tiz en Cartas de amor (28). Con “Ven, mi corazon te lama — cieftas modificaciones: la direc- (26)—. Con esto se quiere de- cién era de Mario C. Lisgones; cir que los elementos popula- la filmacién se comenzd en fe- res que distinguieran a LUMI- _ brero de 1950 en Punta del Este TON en la década del ‘30 gray Ia pelicula recién se estrend cias a Romero, se vieron men- en enero de 1951; hubo que guados en gran medida por la contratar a una actriz cara—Bli- puede _permanecer invariable Ingerencia cada vez mayor de sa Christian Galvé— para refor- durante muchos afos en cl me- Mugica y Christensen, sin des- zar el dueto amoroso; Mario C. dio. masivo. Lo propio veurre coniar el cansancio definitivo Lugones aprovech6 la filmacion con las personalidades manufac de Romero. Hacia 1950 este para su luna de miel con Ameli- turadas en un estudio y hasta realizador se veia obligado adi- ta Vargas y asi sucesivamente. con las bandas sonoras de LU figit a Olga Zubarry Juan José. De modo que las declaraciones MITON de las que se aciueno de Miguez en una quickie que in- sobre el cierre de LUMITON manera definitiva George An iizar la populari- por enfrentamientos sindicales dreani. Los experimentos. tor dad de ambas figuras: Valentina debe ser tomado con pinzas. males de Christensen en pehicu- (27), tal ver una de las peores Entre las hipétesis que no son las bien dirigidas —La_m peliculas del cine nacional. Por- descartables se encuentran el camina en la Iluvia (29), La que antes de despedir a Zuba- hecho de que no pudieron en- _trampa (30) o Los verdes paral- rry, a los ejecutivos de LUMI- contrar nuevas formulas y que sos (31), no aleanzaban para sal ‘TON se les ocurrié envasarlaen sus _ estrellas —SINGERMAN, _var a la productora. Ni siquicra lo que ellos consideraban una MARSHALL, ZUBARRY, SE- la filmacién de obras dle teatro comedia. Y con Juan José Mi- RRANO, ESCALADA, LE- de gran éxito y el lanzamiento guez. Pero ya para entonces LU- GRAND~ se trasladaran a otros al_mereado de _personalidades MITON se desmoronaba. La estudios donde ofrecian més que tendrian una excelente tra- serie de comedias interpretadas dinero, o fueran, simplemente, _yectoria: en 1950 se encargo a por el irreemplazable Enrique despedidas ante la insistencia Luis Mottura la direccién de Tit Serrano a las drdenes del nuevo ' por mejores salarios —caso ZU- de LUMITON, Mario C. Lugo- BARRY— Dicho con otras 79 La muerte camina ena tuvia «Cur Eat palabras: el negocio no dio ya. Chistes, 1 Gis Tipo y Chi 74 Embruja F. Evriquo Telémaco Susi 7 twasen sun wows de SASteeM oN: ancora 1, ioe, tcartogs lmenntidad de millones que Ia 0" tranna’ mi Gaon Anan Marfa Serie. George Ardreanive.Su- plana mayor esperaba. Y el oan de gravira, c Antonio Rampok: Sin i George Rigoud, Penita Serrasor error fue exclusivamente de Olva Zubary, fdundo Cuitio; 7-948 NOTA, Es my dll cr qveSuinins’ LUMITON, debido a su encaso 30 Le wanes ¢ Cul Cis ve cate filew sn evica yal ny Ee ee, & jo Pimentel. Christoneen sagan now fotlempoccuparsedelwcxarngraa, eriterio en a planificacion. Es. qninony Gibert: |. Alfredo. Tran ‘oon. Indudable que una formula de (.0's’srmurm. Geowe Arran 38 Una tur en ta ventane 1. Monucl Ro: éxito puede repetirse, pero no, Bernardo Spolanshi: . Zuly Moreno, trero'eIodier Menta; {Alfredo Traveso; George Rigpt, Juana" Sujo) 11849 MGeorae Andrea. Risarde Conord.\. “Garg Andean 1, Olge Zubarry, wan 31 Los verdes paratsor Carlos H, Chis Narciso Mont, Irma Cérdobe; 12542. Joat Mfguez, Norma. Giménez” 3550, tengen,atapt. de Ctsar Tempo sobre Nis Seven, i coraiém tw ame. 2. Ma: 28 Cartes de amor’ r, Mario Ligones; I. tia de Horacio Quioge;f. Allred Tra fuel Romero; fPable Taberero; m. R. Miguel de Calasane sin nowla Roméni- verso; e. Jean de Bravura: m. Georne An Sclanmorll; €. Ricardo. Conard: I. El, mo de Moco Peyret:.Alfrado Traverso; dean c. Antonio Ramp Ada Luz ‘ra Bios, Tito Luslardo, 3942. the Georps Ancreai;e, Ricardo Conord;i. Carlos Thompson; 218-47 Br Valentina. y 8. Menuet Romero: f. Mach Ori, Elisa Christin Galve, Rober. 32 Filomena Marturano: r. Luis Motte: ‘Aitredo Traverse. Ricardo Conord; m, . 10 Escalada; 25-151, 2: Marfa Lue Regis y Ariel Cortazzo sobre cine - 25 ta Merello en Filomena Martu- rano (32) y se repitid el éxito de Asi es ia vida. Otro intento de recuperacion comercial —y de alianza con Rail Alejandro Apold~ fue la contratacién de Zully Moreno para La trampa, en un rol que le hubiera corres- pondido a Aida Luz, porque ningiin espectador iba a enga- fiarse con respecto a la Paulina Figueroa de Moreno: ja qué mente afiebrada —y suponemos que no fue a Christensen~ se le ocurrié que Moreno podia de sempefiar siquiera correctamen- te el rol de una solterona timida y recatada? Estos pactos con Rail Alejandro Apold tampoco dieron resultado. El hecho es que LUMITON se mantuvo du- ante Ia década del ‘40 y hasta que la presién gubernamental no se hizo sentir demasiado, Al revés de la SONO, los doctores de LUMITON fueron inflexibles con respecto al peronismo y no estaban de ninguna manera dis- puestos a que se hurgara en la bolsa de las ganancias. Al fin y al cabo, zquién era el gobierno para deciles, a través de los sin- dicatos, e6mo debian tratar 0 cuanto debian pagar a sus em pleados? Lo que la ceguera de los doctores le impedia ver era que Romero descubria un nue- vo filén en la boleteria para la SONO en la persona de Alberto Castillo 0 que Christensen reali zaba para SAN MIGUEL sus dos mejores filmes policiales: Si muero antes de despertar (33) ¥ No abras nunca esa puerta (34), de que filmara La balandra Isa- bel llega esta tarde (35) en Ve- nezuela 0 de que la SONO lo fa de Eduardo ce Filipno: | Ricanio. Younis; m. Gero Andreari: 53 Si muero antes de despertar. S/N Ml GUEL;r. Carlos #, Christensen b. lean fro Cason semi roto. de Wiliam Irish f, Pablo Tatornero; m. dulisn Bautista ori Muar |, Néstor Zavaree, Florin Del bone, Homer Carpena; 29:4.52, 34 No abras nunca esa puerta j- Carlos Hugo Christenson, SAN MIGUEC: |. Ale jandro Cacona soyin dos relatos de William Irish, m, dlién Bautista, e, Gori Mufoz:f. Pablo Tabornero, i. Ange! Mogafia, Rober to Escaloda, NOTA. Si muero antes de desportar y No abras nunca esa puerta ora" 1 Fealidad un dnico filme que se parcels fen dos por razanes comerciales; 23.552 35 La bealandra Isabel ga esta tarde. Pro Succién CHRISEA para BOLIVAR FILMS 26 - cine pusiera a las Srdenes de su pe- naltimo producto de boleteria: Laura Hidalgo. Con la excep- cién de Francisco Mugica que permanecié fiel al sello— los o- tros dos directores Romero y Christensen— que habjan ama- sedo la fortuna de LUMITON, tuvieron mas suerte en otras productoras, ineluyendo el can- sincio de Romero. Por otra par- te, la competencia con otros es tudios era cada vez mayor y LUMITON resultaba prescindi ble. Eran capaces de despedir a Olga Zubarry oa Carlos Thomp- son sin darse cuenta de que am- bos continuarfan sierido —y por muchos aiios= atraccin de bo- leteria. Entuertos politicos, _premios, intoxicaciones. En marzo de 1949 Ratil Ale- jandro Apold fue nombrado Subsecretario de Informaciones de la Presidencia de la Nacion y se convirtié, de hecho, en el hombre que dirigiria los desti nos de las productoras en Ar- gentina, LUMITON tenia pro- gramadas seis peliculas para 1950, tocas las cuales se estre- naron, y algunas, como Cinco locos en la pista (36) 0 Cartas de amor con recaudaciones algo més que discretas. Resulta en- tonces sumamente extrafio que César Guerrico decidiera en no- viembre de 1949 —el afio de la ascension de Apold— vender su stock mayoritario de acciones Qué explicacién puede tener esto? No nos conforma, volve- mos a repetirlo, el hecho de un enfrentamiento con los sindica- tos. Se trataba mas bien de una desubieacién de LUMITON frente al momento que estaba viviendo el pais. Estaban dis puestos a quebrarse pero no a doblarse, segiin su Optica parti- cular. “Cuando decayé LUMI- TON, usted le decfa a un obrero cualquiera: “Por favor, alednce- me una maceta, que falta aqui una planta”, y él le contestaba: “A mi no. me corresponde (87)”. Podria haber ocurrido que los obreros de LUMITON estuvieran hastos de la explota cién y se tomaran su revancha. gPor qué no, después de todo? Los millones no eran precisa- mente para el personal técnico ni para las supuestas estrellas. Todo el mundo sabia de qué manera se trabajaba en LUM

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