Vous êtes sur la page 1sur 21
1) Liderazgo politico José Luis Méndez Poon Ren PRIS ventas Siglo xl editores, méxico salto de pagina biblioteca nueva, anthropos edict original de tos textos compilad en sta obra rsidentil power and the moder presidents, the pais fleaderthip fom rece to rage (© 1001, simon &achuster ine resend leadership in pail ig © 2008, university press of kansas resided aes he vortex of power, 12008, oxford university press the stage presen, prsasion © oferty in presidential lenderip. (© 2000, princeton imiversiy press porta de len matioz santini ‘Serechos de portada: escuela de administracion piblca del distrito federal traduccion de texto: ingrid ebergeny salina derechos de wadueein escuela de adminisraciin piblca del distrito federal, méxico, 213 primera edieién, 2018 D escuela de administracin pablica del dsuito federal ‘acaba nim. 4, centro histérico, cuauhtémoc (06010, méxico, isbn 97.607-95516.05 (obra complet) ‘isbn 9786078228294 (volumen 15) © siglo ax editones, a. de ex, Ish 978.607-03.0252-7 (obra completa) ‘abn 978607-08.051941 (volumen 15) derechos reservados conforme aa ley impresoy hecho en méxieo re prohibe Ia reproduccin total o parcial de era obra, por cualquier medio, sn la amtorizacién por exerito el ttalar de tos derechos siglo x00 editores, argentina iNDICE PRESENTACION PROLOCO AGRADECIMIENTOS ESTUDIO INTRODUCTORIO: EI. LIDERAZGO POLETICO COMO ACCION ESTRATEGICA, porJOSE LUIS MENDEZ EL PODER DE PERSUADIR, Por RICHARD I. NEUSTADT LAS POLETICAS DE LIDERAZGO A FINALES DEL SIGLO 20%, por STEPHEN SKOWRONEK por BERT A. ROCKMAN y RICHARD W. WATERMAN EI, PODER COMO PERSUASION, for GEORGE C. EDWARDS 111 REVALUACION DEI. LIDERAZGO, por GEORGE C. EDWARDS 111 "7 54 82 ESTUDIO INTRODUGTORIO: ELLIDERAZGO POLITICO COMO ACCION ESTRATEGICA José Luis seéwpez! INTRODUGCION No obstante su gran importancia para el desarrollo, el liderazgo po: itico ha sido uno de los temas menos estudiados en incluido México. ¥ si bien en el tiltimo lustro han aparecido algunas publicaciones al respecto en el pais, las obras mds importantes sobre cl tema atin son poco conocidas y discutidas. Por ello, este libro ofrece algunas de éstas al piiblico mexicano y latinoamericano, ‘Gon el fin de introducit al lector en la temstica, este trabajo discute cen primer lugar las razones de su importancia. Posteriormente, pre- senta las ideas centrales de los textos mas importantes de este campo de studios y, a partir de ello, propone un marco analitico para entender (yensu caso cjercer) de mejor forma el liderazgo politico. La idea prin- ipal de dicho marco es que, si bien el liderazgo politico involucra la obtencién de logros significativos, su elemento esencial es la actuacin cestratégica, Con el fin de mostrar la plansibilidad empfrica de este plantea- iento, se presentan y comparan diversos casos, para finalizar con al- ca Latina, {gunas conclusiones generales. * Agaudeco al Dai Rockefeller Center for Latin American Stuis de ta Univers dad de Harvard y « El Colegio de México el apoyo para la realizacin de esta investiga ti6n. Algunas partes de este texto retoman seccioes del srienlo “Cineuenta alos de ‘stdios sobre el lieraago presencia: aportciones para la conslidacin democritica 2 waves de una presencia estrayicaen América Latina”, publicado en Buen Gobir rim 10, enerosunio, 2011 18 José 111s MENDEZ DEL LIDERAZGo POLITICO El estudio de liderazgo politico es importante por razones précticas y te6ricas. En cuanto a las primeras, offece una salida a tn dilema central que enfrentan los ejecutivos en los regimenes democriticos —ya sean presidentes, gobernadores 0 alcaldes-j esto es, que por un lado se ven presionados a lograr mejoras para sus sociedades y por el otto actian en regimenes plurales que hacen dificil obtenerlas. La presin ppara lograr mejoras proviene de por lo menos tres fuentes: las necesi- dades sociales crecientes que exigen tn cambio constante, mas atin en el reciente contexto de competencia global; la fragmentacién del poder consustancial alos regimenes presidenciales, que coloca alos ejecutivos como los responsables centrales del curso de una naci6n; ylacreciente ‘competencia poltica en Ia que los partidos de oposicién suclen someter al gobierno a una critica permanente Sin embargo, como bien ha sefalado Neustadt (1990: 8), el mismo +égimen presidencial que deja a los ejecutivos como los principales res ponsables del cambio les dlfculia enormemente su consecucién; por ejemplo, con frecuencia su partido no tiene mayoria en el congreso. Ademés, en el contexio de la democracia liheral los actores politicos — ceimptesarios,sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, ete tienen una mayor autonomia respecto al Estado, Como Tsebelis (2002) ha ar- gumentado, entre mayor es el niimero de actores con veto menor es la Posibilidad de realizar cambios. En sintess, si bien la democratizacion hia constituido uno de los logros mas importantes de la regidn en los ltimos decenios, por otro lado exige de los ejecutivos tuna capacidad para conjuntar accidn colectiva de una diversidad de actores cuyos i tereses muchas veces no coinciden 0 incluso son abiertamente oputstos. Elhecho de que los gobernantes puedan en efecto desarrollardicha ‘apacidad es de gran importancia para la sustentabilidad de la demo- cracia en las regiones en las que alin se encuentra en consolidacién, como América Latina. En este sentido, en una de las mas recientes encuestas de Latinobarémetro (Corporacién Latinobarémetro 2011 105), sus autores sefalan que “ni la satistaccién con los servicios ni percepcién de eficiencia destacan como altas en la region’, lo cual ~i dican~ afecta el grado de satisfaccién con Ta democracia, Este hecho apoya la opinién de los autores que han sefialado que la calidad de la democracia no esta sélo asociada a la existencia de elecciones rsTUDI0 uvrRopveToRIO 19 tades, sino también a la capacidad de los regimenes democraticos para proporcionar bienes piiblicos (Morlino, 2012) El estudio del Hiderazgo politico offece muchos elementos para desarrollar la capacidad de los gobernantes para coordinar la accién colectiva necesaria para la produccién efectiva de dichos bienes. En ese sentido, podria contribuir a resolver algunas cuestiones pricticas fundamentales para los regimenes politicos latinoamericanos, como por ejemplo, zcémo se puede alcanzar una “democracia efectiva’, esto cs, un régimen que, manteniendo los derechos individuales, permita tuna mejor provisién de bienes piblicos y en esa medida permita la consolidacién democratica?, :6mo pueden los lideres politicos ~espe- fficamente los presidentes, gobernadores y alcaldes~ contribuir en la construcciGn de esta democracia efectiva? PPor lo que se refiere a las razones tedricas, el estudio de liderazgo politico es importante porque aborda uno de los Factores centrales de Tadinamica sociopolitiea: el actor: En contra de los enfoques institucio- rales en boga desde hace varias décadas en la Ciencia Politica, que han ‘puesto énfasis en el papel de Ia estructura, he destacado que mientras el contexto establece un marco determinaclo que restringe 0 a veces incluso induce la accién del actor, este titimo sin embargo conserva cierto margen de aceién (Arches; 1995), esto es, un cierto mimero de opciones de entre las cuales puede escoger. Arin mis importance, desde hace tiempo he planteado (Méndez, 1999; 2011) que el aspect cave a ob- sergares la medida en que las opciones seleccionaclas por el actor son estraégicas cen relacin con el contextoy ls fines de cada agente, ya que la evolucién po- Ivica depenclers del grado en que los actores actien estratégicamente para conseguir sus fines. He seitalado, en consecuencia, que la acciGn estratégica debe ser concebida y tratada como una variable. En este semtido, una acciGn es estratégica cuando, en funcién del contexto, involucra un posiciona- ‘miento yuna combinacién de los recursos que aumentan la posibilidad de alcanzar los fines seleccionaclos, Sin embargo, aunque pueda parecer sorprendente, en muchas ocasiones los actores no toman en cuenta el ontexto ni adecuan sus medios a sus fines, como dirfa Weber. Esto puede suceder por varias razones. Con frecuencia, por ejemplo, creen que porque un fin es valido se realizar automiticamente; en otras pa- labras, simplemente no son conscientes de la necesidad de la actuaci6n estratégica. Otras veces To son pero actiian equivocadamente, ya sea porque no visualizan bien los rasgos del contexto 0 porque realizan 20 José Los rene facciones y utilizan sus recursos en formas que no se adecuan al mismo para alcanzar sus fines. Aunque en los tiltimos decenios la preponderancia de los enfoques institucionales ha oscurecido su importancia, desde hace mucho tiempo existe una tradicion de estudio de la politica centrada en el actor Su primer autor fue Maquiavelo (aunque Aristételes la anticipaba ya en su Fea Nicomaguea). En el peniiltimo capitulo de El Principe, donde presenta sus conclusiones generales antes de entrar a discutir la situacién particular de Italia, nos dice: Creo que tenemos éxito cuando nuestros métodos se adecuan a os tiempos y-circunstancias y racasamos cuando no lo hacen, Ya que uno ve que, en las ‘coxas que conducen al fin al que todos aspiran, esto es, gloria y riquezas, los hombres proceden en formas diferentes: unos cautelosamente, ott0s impetuo- samente; nos fuertemente, otros suavemente; unos pacientemente, otfos im ppacientemente; ycada tuna de estas maneras de actuar puede ser efectiva [.. De dos hombres cautelosos, uno puede alcanrarsus objetivos ye otro fracasar [La raz para estos diferentes resultados es si la manera de actuar se Aadaptaba a las condiciones en las que operaban [...]. Conchiyo entonees que dado que las circunstancias varian (...] los hombres [..] son exitosos si sus imétodas se acaptan a la circunstancias quiavelo, 1989: 85-87). fracasan cuande no lo hacen (Mar Si bien a principios del siglo 2x este enfoque ya habia sido recu- perado por autores como Weber (1981; 2005), Gramsci (1975) y Las: swell (1971; 1986), comenz6 a reemerger en la Ciencia Politica sobre todo a partir de que Arrow (1951) mostré la inestabilidad de los arreglos institucionales, de forma especial en los textos de Schattsch neider (1961), Bachrach y Baratz (1970), Crozier y Friedberg (1977) y Riker (1986). Schattschneider (1961: 72) destacé en su analisis dela po- litica la importancia de la estrategia; dijo explicitamente que “nos con fundimos acerca del significado de la politica porque subestimamos la importancia de la estrategia’, En sintesis, el estudio de este tema es importante teéricamente Porque ofrece un mirador especialmente valioso para observar la in- fluencia fundamental del actor y sus acciones especificas sobre la evo- lucién politica, como varios autores dentro de este campo de estudios hhan resaltado, por ejemplo Neustadt (1990) y Edwards (2009) (si bien eliltimo en forma ms explicita). No obstante la importancia tanto teérica como préctica del estudio de liderazgo politico, que en algunos paises como Estados Unidos ha sido reconocida por diversos autores, en América Latina éste ha sido poco o mal estucliado, En realidad los estudios sobre el lideraégo en la regién han sido escasos, comparados con los estudios sobre los grupos sociales, los partidos, las elecciones o las instituciones. En México se han desarrollado multiples estudios sobre la presidencia 0 sobre Ia actuacién presidencial; los primeros han analizado los as- pectos estructurales de Ia presiclencia como institucién; los segundos se han enfocado en el contenido rasgos generales de la actuacién presidencial, asf como la influencia que sobre ella han tenido ya sea el contexto @ los atributos personales de los gobernantes, Sin duda, estas obras han realizado aportaciones importantes al conocimiento del sistema politico mexicano; sin embargo, en general no se han conectado con las discusiones y avances teéricos que en la Ciencia Politica se han desarrollago sobre la influencia de los diversos fac- tores relacionados con el actor, entre ellos el del liderazgo, lo que ha imitado el aleance de su contribucion, Muy recientemente se han publicado en México algunos libros que se han planteado el estudio del liderazgo politico en forma explicita Elle ha mitigado la ausencia de textos gobre eate tema en nuestro pai No podemos dejar de notar, sin embargo, que estas obras no han de- sarrollado marcos analiticos que, a partir del debate existente en este campo de estudios, permitan el anslisis comparativo de manera que se pueda contribuir al conocimiento del tema de forma sistemyatica y me- todoldgicamente valida Asf, si bien se estudlia el papel del agente en el proceso politico, no se especifica su importancia; es decir, emo‘ qué acciones especifcas de los agentes tienen efectos sobre qué rasgos de las estructuras 0 procesos politica, sobre lado las vinculadas al cambio pastivn (esto es, social- ‘mente benéfica); ademés, los estudios del tema casi siempre presentan tun solo caso o una variedad de casos cuya comparacién no permite extraer conchusiones en forma empiricamente valida; por tltimo, en general, estas obras tampoco han recuperado el debate entre distintas * Noes posible enumerar aqua lrg lita de obras pablieadas sobve la presidencia fo los presidentes en Mexico, Algunas de ells serin ctadas en las siguientes sceciones {de exe texto. Entre las pocas olxas que en este pais se han publieado expliciamente sobre lderaego politic, extin lar de Bawls, Rscamaila y Reyes (2008), Vargas (2009) y Conziez (2000). 22 concepeiones del liderazgo de forma tal que puedan contribuir al avance del conocimiento sobre el tema.’ Considero que estas insu ias estan presentes en los trabajos que sobre el liderazgo politico han aparecido en América Latina (e incliso en muchos de los publi cados en Estados Unides o Europa), Debido a Jo anterior, el presente tomo refine algunos de los textos fundamentales sobre el tema; por las misinas razones, este Estadio In- troductorio ofrece ~después de discutir varias de las principales obras desarrolladas en la Ciencia Political respecto-, una propuesta de marco analitico para estudiar et liderazgo politico en forma mis rigurosa y metodol6gicamente valida (ademas de potencialmente stil), la cual se apoya preliminarmente en el estudio comparado de algunos casos, Podria haber varios motivos para que en la Ciencia Politica latinoa- ‘mericana se haya subestimado la necesidad de un analiss sistematico de Ta naturaleza y los efectos del liderazgo. En primer lugas, el desprestigio general de Ia politica y ura justificadla descontfianza hacia los lideves, tra: dicionalmente existente en la regién debido a una historia mareada por 1 personalismo autoritario que ha impedido el desarrollo institucional (Zamorano, 2008; Castro, 2008; Vargas, 2009). En segundo lugar, la ‘mayor dificultad para describir y medir el liderazgo politica, de una na- turalcra relacional y més ambigua en comparaci6n con las instituciones, que tienen referentes formales més claros. En tercer hugar, desgraciada- mente el concepto de liderargo se ha desgastado por el abuso del que ha sido objeto por parte de toda una “industria” editorial y de consuiltoria generada a su alrededor. Asi, hoy el estuclio de este tema con frecuencia se asocia a la presentacidn de recetas sobre las maneras de “convertirse en un lider” o desarrollar una “gran visin’, més que al estudio del com- plejo fenmeno de la accién colectivay la construcciGn legitima y social- ‘mente titil de poder en el marco de las democracias, * Tanto el debate central que se ha desarrollada alrededor de fa infiucncla de la ‘structora vs aviv el agente, como el debate acerea del ideraago politico en sf mismo, Ent los pocos autores que en Iheroamérics han realizado anlisis mas informacion y ‘ontribuciones originales en esta temaica estan Robles (2000) y Natera (2009). Fate ‘limo hace una aportacién importante para el estudio empiico del tema al dent Ficar ciertos ambitos especialmente relevanes para el anise del inipacto del idera a0 (sobre todo en términos de su pereepeién), aunque no desarolla dichos Smbitos ‘como variables en términosestratégiamentefunclonles a impacto positivo en la so- cledad oe! Hxado (seiala que tao el modelo incremental como raional pen ser fncionales al misma). rsTUDIo HvTRODUCTORO 23 ‘Sin embargo, en cuanto al primer motivo, América Latina inicié una transicién democrética hace précticamemte treinta afios, yen este com texto habria ya un espacio para Ja emergencia de liderazgos politicos democréticos. En cuanto al segundo motivo, el hecho de que resulte ‘is dificil de medir y entender no hace que este factor ~€l liderazgo de los agentes- sea menos importante que otros para cl entendimiento dc los procesos politicos. Asi, Ia Giencia Politica no puede evadir ciertos temas s6lo porque atin no los puede medir con muy alta precisi6n. Por lo que se refiere al tercer motivo, Nye (2008) ha sefialado que el Ii derazgo politico puede ser estudiado con rigor académico; en otras palabras, las dificultades analiticas no tienen por qué implicar necesa- riamente la ligereza conceptual 0 metodol6gica. De esta manera, en algunos pafses con regimenes presicenciales, a Giencia Politica se ha volcado a estudiar con mayor detenimiento la naturaleza del liderazgo politico, como por ejemplo en Estados Unidos, En este pais se han desarrollado miiltiples estudios sobre la importancia y los Factores detrés del liderazgo politico, varios de los cuales se presentan en este libro. De hecho, Allquist y Levy (2011) y Helms (2011) muestran cémo en el iltimo decenio ha habido una ola de estudios sobre el liderazgo presidencial Es probable que ello se deba a varias razones. Por un lado, que en un régimen presidencial los ejecutivos inevitablemente tienen un papel central que no puede ser obviado. Sin duda, los presidentes, gobernadores 0 alcaldes representan a los principales actores para ‘que, una ver “dividido”, en las democracias también se peda “sum: poder” en forma legitima y constructiva, ya que estdn en una mejor posicién para desarrollar un liderazgo que convoque a los diversos actores politicos para enfrentar colectivamente los retos del de- sarrollo. En este sentido, Sutherland (1995) ha argumentado que, aunque ofrezca riesgos, una presidencia fuerte no necesariamente se contradice con una democracia fuerte e incluso puede impulsaria * Entrelos que han tenido un impacto académico mayor, se encuentran los de James 'M. Burns, del Willams College, red. I. Greenstein, de a Universidad de Princeton George Eairards, de la Universidad Texas ARM, Samuel Kernel, de ln Universidad de California en Sat Diego, Theodore Low de la Universidad ce Cornel, Richard News tad, Joseph Nye y Barbara Kellerman, de Is Universidad de Harvard, James finer, de Ia Universidad Geonge Mason, Bert Rackman, cela Universidad de Purdue, y Stephen ‘Skowronek, de Is Unkersidad de Vale 24 Jost Lois meNDe, €en ciertos contextos. Por otro lado, Rockman y Waterman (2008) argumentan que a través del liderargo, entendido como “palanqueo (leverage), un gobierno pi lant, vale la pena seialar que este tease sta en una interesante Get peer och, 2008), abs de gran impotanel para fo EVOLUGION DEL DEBATE SOBRE EL LIDERAZGO POLITICO democritico que dispersa el poder police y una globaliacon que Presiona ain mdse desarrollo econGnkconaca, el papel de ose incor posconados para superar Ia dvson del poder través de um liderazgo polico. Ahora bien losiguienteespregumarse: sve ceo aué implica dicho liderago?sCudndo y como se debe jexce? eiderayg imolura una area aga ie Segundo, come de se tata de un concept ambig, que pede signifear varias coma En cuanto alo primero, cualquier posildad de sumarpoder por supuesio implica egos, que son preisamente los que I dvivon del mismo busca evita: desde drgia un grupo o macs cla un objetivo equivocedo hasta aaallatloe derechos yibetads de los indiiduosy grupos sociales Un presidente un gubernador oun a Calde deben promover cl desarrollo pero bajo el marco) Tos prin Cipios dela democraciay manteniendo al mismo tiempo una iim establidad pots. Exo impli, por wn Indo, tener fa capacidady voluntad para liderar en los momentos o ambitos en los que sc re- auiere 2 la ver, abstenere de actuar n los momentos @ bio en fos qu ello puede afectarnegaivamnente Ls pola publica proptaeapacidad de Hderago o ncn la calidad des ste tuciones dmoeritieas. neat endo la presidencla en realidad a abenciény a careceon (Mende, 20070), eso es impor ESTUDIO INTRODUCTORIO 25 tante en las democracias consolidadas, lo es ain mas en democracias ‘emergentes como las latinoamericanas. En otras palabras, no podemos adoptar una interpretacién “neutral del liderazgo politico, imitada ala capacidad de fijar un rumbo ylograr que una nacién lo siga. Con esta definicién figuras como Ta de Hitler podrfan ser consideradas lideres politicos. Debemos més bien adoptar tuna interpretacidn del liderazgo como la conduccién de una sociedad por un rumbo que deriva en niveles mds elevados de bienestar, esto es, en un cambio positivo, respetando al mismo tiempo el marco de la democracia. De esta forma, como dije anteriormente, el campo de es tudios det liderazgo politico es especialmente interesante (y complejo) porque se sitia en una interseccién de la teorfa politica “empfrica’, que estudia la naturaleza del poder yas formas de alcanzarlo y mantenetlo, y la teorfa *normativa’, que busca conocer su sentido o justificacton (Rockman, 2008). Asi, el liderazgo politico involucra el ejercicio del poder pero también la legitimidad y el uso constructivo del mismo. De esta manera, el liderazgo es una (area dificil por partida doble, ya que implica la eapacidad tanto para visualizar objetivos adlecuacios ‘como para alcanzatlos. Realizarla se complica aiin més cuando una ‘buena parte de la energia y el tiempo de los ¢jecutivos se va en atender asuntos que poco tienen que ver con una agenda, sino mas bien con las crisis del dia, la semana o el mes, junto con un sinntimero de acti vidades como audiencias, reuniones, eventos, discursos, etc. El ritmo cotidiano de los ejecutivos suele ser vertiginoso, con miiltiples actores y diversos problemas “urgentes” ~desde los internacionales hasta los meramente familiares~ presentindoseles constantemente, por lo que cen realilad el tiempo para el “pensamiento estratégico” suele ser muy reducido. A lo anterior debemos agregar los obsticulos personales que existen para la adecuada toma de decisiones, producto de las limita- ® Por ejemplo, el primer presidente de Ia entonces naciente democracia extaduni- dense, George Washington, ba sido valorado tanto por lo que hizo (implantar e dtr Como montis nacional, ete), camo por lo que reehaz6 hacer (acepiar un tercer termi tho presencia o ser lamado “su excelenca”, entre ota cosas). Mas ecientemente, en {un sent similar, desarollaryuplicar medids esuatéjcas como el “puenteaéreo" 0 ‘dl “bioqueo naval restiendo las fuerte presiones wilares para tomar medidas mis “Gyre, son seciones que han eabtebido 4 evalua positvamente ls gobiernos de Hany. Taman John & Kennedy, Nye (2013) argumenta que los presidentes no deben ter evaltadossolanentcen funcign deo qu gran, sino también en funciin del "dao {qoeevitan hacer, por Io que secvakia hs peesidencias “transaccionales’ de Benhoner 1 George H.W, Bash 26 José ois mexorz clones cognitivas del ser humano (Tversky y Kahneman, 1974). Estas son algunas de las razones por las que el comportamiento estratégico constituye una variable; esto es, puede o no darse (y de hecho probable- mente tienda mas bien a lo sitimo). La segunda dificultad general para entender el liderazgo e8 que constituye un tema elusivo, es decir, puede tener dlstintos significados, involucrar varios tipos o realizarse de distintas maneras (Heiletz, 1994), A continuacién resefiaremos brevemente algunas de las concepciones ‘mas importantes que se han dado en torno a este tema, especialmente en Estados Unidos, Elestucio de la presicencia en Estados Unidos tuvo como parteaguas ellibro de Richard Neustadt Et poder presidencial-publicado primero en 1960 y luego en varias versiones posteriores-, Este libro contintia re- presentando un punto de referencia central en las discusiones sobre el liderazgo politico (especialmente el de los presidentes). Neustadt parte de la caracteristica basica del régimen presiclencial, la separacion de poderes, para desarrollar un paradigma centrado en luna concepcién “relacional” del poder, Sus argumentos se podrian re- sumir de la siguiente manera: 1, En el régimen estadunictense los mismos actores y condiciones que Je exigen al presidente liderar son los que se lo dificultan, 2 Dado que debe tratar de liderar pero tiene podteres limitados y en- frenta un entorno de actores resistentes a sus decisiones (incluso sus Propios sccretarios), la negociacién emerge como el instrumento politico por excelencia, 3. En dicha negociacion, el “poder de persuasién” de un presidente es su prineipal arma, Maximizar la potencia de esa arma implica “pensar prospectivamen- te" (1990: x1); esto es, tomar las decisiones mais ventajosas para el presente pero que también acrecienten el poder, recursos y opcio- nes presidenciales en el futuro. Para pensar prospectivamente el presidente requiere de: 4] Guidar y utilizar su reputacién profesional, especialmente entre la dlase politica, para acrecentar su poder; esto puede implicar desde evitar tomar o persistir en decisiones equivocadas hasta ha- cerle vera los demas actores que resistrle tiene consecuencias nega ‘ivas y apoyarle consecuencias positivas. onvcranio 27 6 Cuidar y utilizar su prestigio poplar, para lo cual “debe ser un cfectivo maestro ante la gente” (1990: 84), actuando con eficacia y oportunidad en os eontecimientosimportntes, | 1 Obtener la informacidn que requiere sobre losactores y las politicas para poder perstadir alos demi actores de la conveniencia de las mnismas y mantener sus opciones lo mas abiertas posible (Neustadt parte de esta necesidad de informacién para proponer una es tructura abierta y plural de la oficina presidencial) As cate autor vsuaiza aun presidente que, dadas as condones aque denomina “de mitad de igo” en Estados Unidos, debe iderr seeming, nolo hac en forma spit, como To Mies arg- ena fv ce ua orienta “prospect ie ‘La obra de Neustadt marcé una diferencia en la evolucién de los estution ste presencia pore pass de un enfoque descrip formal sobre la mana (Corvin 57 al exo desu funcionamieno tral (2 presenar recomendaciones en 6 basadas). Sin embargo, en [onda de encuenta aos que han pasado deade mu publiacén le haw hecho diversas etticas,Probablemente tes seas ms impor tater Uno se ha ered a fata de wa metodoogiaadecua, ste se as ans ets ps Sauna: gtr tn! como cencepls demasiado generals y sin uientevinculacién tconen Dos slgones otros autores han argument que les poderes {ject les presdenesetacuridenses hacen innecesaria Ia pe “Teontexo nnituional e hstrico de cada presidente. No pvimnos tatendennonaqut sobre cata una de exas rites primero haremos Teves comentarios con respecto a is dot primera, afin de eomeen- Kar generalizaciones, 8 ramos ena tre Poh camo a GTi. metodologica, basta con decir aqui que es s6l0 garcalent via ya ques bien en fet el abo de Neustadt no tata em un lac “comes” de imesigacn, no desrrla a lameness concepesy no present smplaevidnca empica para yar misters (Noe, 200), su ae er cl de pesenar na neva wRidn resdencal juno con cera einen quel cers pase Toca ogre eo ‘Algo pari se podria decir respecto ala segunda erica. Aunque ya Meyer Cd} hata deca importance os poderes er The sed Howell quien hard més dectamente I eka a Nusa 28 Jost vis ane desde este punto de vista, en su libro Pouer without Persuasion: The Polis of Direct Presidential Action (2003). Sin duda, es cierto que ha hhabido casos en que los presidentes estadtunidenses han utilizado ex: tensamente sus poderes ejecutivos (por ejemplo los decretos presiden- ciales, que no tienen que ser aprobados por el congreso). Sin embargo, también es cierto que estos poderes se extienden a s6lo algunas reas de politica piblica; ademas, en reall dichos poderes no han estado exentos de la necesidad de persuadir y negociar por parte del presi dente, ya ea en el congreso (a fin de evitar una avalancha de eriticas) en el campo de la administracion piiblica, donde la burocracia tiene tun poder importante (Heclo, 1977; Peters, 1978). Por iltimo, en cuantoala tercera critica, podria decirse que Neustadt 1no dej6 de tomar en cuenta el contexto (como yas dijo, él claramente siti sus reflexiones en las condiciones de la segunda mitad del siglo 209) Sin embargo, probablemente en efecto no valoré sufcientemente la variedad y el peso que distintos marcos instiucionales y coyunturas histéricas pueden tener sobre el liderazgo presidencia. Un libro que vino a abrir brecha en cuanto a la variedad e impor tancia del contexto para la presidencia fue el de The Politi Presidents ‘Make: Leadership from John Adams to George Bush, publicado en 1993 por Stephen Skowronek. Este texto ofece phanieamientos que permiten entender muchos de los aspectos de las presidencias actuales, al menos de Estados Unidos, y también constituye una referencia obligada para lo estudiosos del liderazgo presidencial. Skowronck (1993; 2008) critica el planteamiento de Neustadt de que antes de mediados del siglo xx los presidentes en Estados Unidos no fueran en. ocasiones lideres y que entonces el liderargo esté aso- Aue avid sobre 1s Tikes de bx comparacin dela politica con fa gu CGramae (1075) aples de manera interesante ala primera ls canceptos de "guerra de jguera de movimiento" utlzados en fa segunda, 36 José 101s enn sificar en tres grandes tipos: 1] “pasivos", porque no requieren de ta accién directa sobre los actores, como por ejemplo la auloridad (un re- ‘curso que emerge automsticamente de la posesign de un puesto estatal) © el carisma (esto es, una personalidad atrayente); 2] “activos-suaves’, que involucran una accién directa pero “suave” sob los actores, como la infiuencia (por ejemplo, la presentacién de ideas, creencias, con- ceptos, argumentos, ete.) y la negaciacién (esto es, el ofrecimiento de algiin incentivo a cambio de cooperacién); y 3} Ios “activos-duros", que involucran una accién fuertemente directa sobre los actores, como el ‘poder (la amenaza del uso de la fuerza o del retiro de apoyo; acciones de critica que afectan la reputacién publica de algain actor; la utilizacién de poderes como el de decreto (cuando se tiene), etc) y la fuerza (la conerecién de la privacién de bienes especialmente valiosos para las personas, desde dinero (multas) o la libertad (prisién) hasta et bie estar fisico o incluso la vida uso legal de la violencia contra quien in- fringe la ley).! El ¢jercicio del palangueo utilizando los distintos recursos politicos cs una operacién altamente compleja, que offece tanto oportunidades ‘como ricsgos. Fl primero que lo estudié amplia y sistemiticamente fue Maquiavelo. De su analisis de la politica como una confrontacién de fuerzas, derivé su famosa recomendacién al principe: sex a la ves usa zorro yun le6n (Maquiavelo 1989: 61-63), con la cual le aconsejaba ser capaz de usar tanto la astucia como la fuerza. A principios del siglo xx, Gramsci (1975: 6) retomé esta metafora cuando habl6 de “la doble na turaleza del centauro maquiavélico, dela bestiay el hombre, dela fuerza yeel consenso, de la autoridad y de la hegemonfa’, para, sin descartar ‘1 uso de los primeros, destacar la mayor efectividad de los segundos cn el Estado moderno que en la elasificacién descrita involueraria el uso preferencial de los recursos pasivos y activos-suaves-, No obstante, ° Desarrollé eta clasificacin a partir de Bachrach y Barat (170), Neustadt (1990) 1 Nye (2008). Aunque en as democracia a legiimidad puede fcilmente ponerse en ‘uesin yen general es un recurso alamente ewes, inchyo ala fuerza dentro del abanico de recursos disponibles porque en lor reginencs democratcos su uso es egal mente posible por parte de agentes estaalesautorimdce, baja el comando de autor des democricamente elects y bajo Gers condiciones y formatos deimitados. ual mente, el recurso de negociacia ex ple porque en una democracia ae gobernantes tienen un margen legal de deciin sobre el grado, velocidad, et, con que oxorgan de ‘verss beneficoso dan priovidad o apoyo a certs problema o temas, aunque asa vecel ‘wo de dicho margen también puede esarsujeto a erties y resultarcontraproducente psTunr0 nerRONUCTORIO = car entre “poder stave” y jcus, independiente © ten ais fms de ola combinacn de nents psivosy negates puede resulta fect pars a obtencin de eterinado objeto Uno de esse Ercan lo sevice profeonalesmodernos en ls, en frases, s heen een dsempto con promoclones nosy se esincentia el mal dec acon potted eb eprom Pere audios nrc aera del iderango democrico vive clea de ots (200, Por deca en oelnes lo ober slosh incapaces ew far inoencinjlanegadacion con fective ersonans autor tro pelando lox protcols fractal ceo fv el can de Viens Foe ‘Sen cada conan pectic, lv gobermanes pueden aoptar erat e- uns on dines cop pr cn cero nar de i (G97, pueden ntaprse ane peferencan peers dels actors y defnix un ena Gani en el eancepo mis" Ge Weber (161) y Dal (187), pucden Psion alr grupes opasiavso inieents ena reson que desea, Ca na 38 Jost Luis menpee Una segunda dimensi6n del palanqueo se relaciona con las ma niobras politicas que inciclen sobre el campo politico de tal manera que aumentan la fuerza relativa de un actor en relacién con los demas. Se trata de acciones que inciden sobre la correlacién de fucrzas afectando el tipo y niimero de actores présentes en la arena politica 0 el apoyo u oposicién de los mismos hacia el gobernante, entre otros factores.® Riker (1986: 1x) define bien esta dimensién cuando sefiala: Escierto que los actores gunan poliicamente porque inducen a otros actoresa ‘unirseles en alianzas ycoaliciones, Pero los ganadores inducen no slo a través de la atraccién retGriea, Tipicamente ganan porque ellos han establecido la situacién de manera tal que otros actores quieren unirseles ~o se sienten Far. zados por las circunstancias a unirseles~aun sin persuasién alguna. Yesto esa lo que la hereuética se refiere: estructurar el mundo para ganar Por todo lo anterior, el liderazgo se podria definir entonces como a obtencidn de cambios positivos (ya sea moderados o profundos de- pendiendo del contexto) a partir de un posicionamiento pertinente y uun palanqueo inclusivo. El tercer y ditimo componente del gobierno ‘eatratégico es el que permite la emergencia de los dos primeros ele- ‘mentos: el “buen juicio” (Keohane, 2010), Probablemente es lo que en su Btica Nicomaguea Aristoteles llamé la phronesis, la cual él asoci6 con Pericles. Es un elemento que se obtiene con dificultad, tanto porque involucra diversos factores (Preston y Hermann, 2004) como porque, paradgjicamente, varios de ellos son opuestos y por lo tanta dificiles de reunir. No puedo aqui discutir este concepto ampliamente, por Jo que me limitaré a sefialar dos caracteristicas esenciales de cuyo equilibrio cl buen juicio tiende a emerger: Ia modestia y el cardeter, La primera le permite a los gobernantes abrirse al dilogo y a dis- tintos puntos de vista y con ello una capacidad tanto para “calibrar adecuadamente las decisiones a cada problema y contexto —Io que se podria asociar con la *inteligencia contextual” (Nye, 2008), el “en- et cstrategis se vincula mayormente con cero tipes de recursos politicos, mas “pasvos" ene primer cao ymiis“nctivos” en el segunda © No.es posible dscuir en est texto la arplisima teratura exstnte sabre la ete {egja polficaen el campo polio; los textor de Riker (198) y Mortis (2005) presentan algunos ejemplos de acconesestragiea en este mbit, psTubIO HxrROpUCTORIO w foque contingente” (Ménder, 1999) o la “incertidumbre competitiva (Méndez, 2007b)-, como para fiscalizar de cerca sus resultados y, en su caso, reconocer y corregir los errores. Por st parte, el cardcter les permite 2 los ejecutivos atender Tos asuntos y tomar las decisiones $portunamente, asi como mantenerlas ¢ impulsarlas no obstante las resistencias, lo que a su vez, se podria asociar con la Hamada “certi- dumbre cooperativa” (Méndez, 2007b). ‘A partir de esta definicién es posible hablar de dos “estilos perso nales de gobernar”: un estilo “equilibrado’, que balancea la modestia ‘con el caracter ~esto es, la apertura al didlogo con la firmeza en las decisiones~y un estilo “desequilibrado” —que cae ya sea en el extremo de la apertura vacilante y negligente o en el del hermetismo arrogante eintransigente-, Por consiguiente, el primer estilo facitita el desarrollo del posicionamiento pertinente y el palanquco inclusivo, mientras que el segundo lo dificulta.® En México, Daniel Cosfo Villegas realiz6 un ‘estudio pionero del estilo personal de gobernar de los gobernantes (1974). Posteriormente, Krauze (2004) hizo un estudio de los presi- siglo xx utilizando un enfoque similar. Sin dentes mexicanos del ‘embargo, estos analisisresaltaron en forma mas bien ca dética la relaci6n entre los atributos personales y las formas de la ac tuacidn politica, en lugar de enfocarse en la naturaleza de la toma de decisiones y desarrollarla como variable de manera que pueda servi para el anlisis comparativo de la influencia de este factor sobre las acciones y el desempeito presidencial ‘Anmque los dos elementos del “buen juicio® son importantes, por el tipo de personalidad de quienes suelen Hegar a la presidencia (y por la paturaleza misma de esta institucién) debe subrayarse que el primero de ellos la modestia que conduce a la apertura y el reconocimiento de los errores~es quizd el mas dificil de obtener. Como dije antes, los {gobernantes en general tienden a caer con facilidad en la arrogancia 6 Ia excesiva confianza (Dallek, 2010). Paradgjicamente, este riesgo puede ser incluso mayor cuanclo un gobernante picnsa que esta siendo “estratégico” (Pious, 2008). El presidente Truman comparé la pres dencia con estar montado sobre un tigre, del cual uno no se debe bajar * MeClellna (2000) tt mostrado que los res mis efectives som ls personas que tienen una alta ambicin poltea pero ala vez desarrollan wna capacklad para imitar sto del poder tes de tiempo si quiere evitar ser devorado. Sin embargo, es muy fre ccuente que la arrogancia lleve a los gobernantes precisamente a “ba- jarse del tigre” cuando atin no han terminado sus mandatos. En este sentido, Abraham Lincoln ofrece un buen ejemplo de un presidente que se caracteriz6 por el habil manejo de los extreinos: file modesto pero evit6 que esto Ie hiciera perder caractery viceversa (Phillips, 1992: 79; Goodwin, 2005). Algo similar se podria decir de Benito Juarez (Sierra, 2006: 75). Ello les facilité tomar las medidas necesarias en los momentos requeridos, no obstante enfrentar coyuneuras altamente complejas ¢ inciertas, En este sentido, debe subrayarse que no siempre a la tarea de for: ular polfticas le siguen necesariamente las de coordinar y ejecutar De hecho, muchos de los problemas puiblicos representan “problemas perversos’, ante los cuales tenemos que asumir posiciones mis “mo- estas’ y que se prestan mas a estrategias de acierto-crror que a una lccisién inicial definitiva basadla en sofisticados (pero frecuentemente err6neos) caleulos. Asi, muchas de las politicas pronto se convierten en “blancos en movimiento” (Méndez, 1998) porque su implementacién se convierte mas bien en su reformulaci6n. Cuando se ve desde el mi- rador de una oficina presiclencial, el gobierno se presenta en realidad como nna combinaeién abigarrada, interdependiente y bastante im predecible de procesos multiples, en los que la incertidumbre y la po- sibilidad de error siempre estin presentes. Por ello, desde hace tiempo he insistido en que se debe visualizar a la presidencia como una “en- ‘crucijada” por la que pasan tanto la accién como la abstencién y la co- rreccién (Méndez, 2007b). Podriamos concordar entonces con que la estructura institucional yel contexto hist6rico son importantes como marco general de accién (Loaeza, 2010), pero en realidad éstos s6lo facilitan 0 dificultan el jercicio de liderazgo, y el factor que incide o define de manera mas directa, inmediata y precisa la evolucién de una administracin ~y de luna nacién (Rotberg, 2003)~ son las decisiones de los gobernantes y, mils especificamente, la medida en que éstas son estratégicas o no, Por ello podemos observar una variacién importante en el desempeiio de presidentes, aunque hayan actuado bajo estructuras constitucionales y tiempos politicos similares. No podemos desarrollar aquf un anilisis detallado de casos que abarque todos los componentes de la cadena del liderazgo poli (cstilo decisorio equilibrado =>posicionamiento pertinente + palanqueo upIo WFKODUCTORIO 4 Prsotesy ecpumuure hdres preci Muchos de los extiios trator de ideruage,Asiminno presenta un anda de casos que 4 foca to en cl nivel de logro como en el tipo de exo decioro, tinboy de mane que se pueda, de una forma metodadgie mis ade- had fvecerevidencaa favor de la plaid empiiien del marco analitico propuesto. ALGUNOS CASOS DE. ALTO ¥ BAJO LIDFRAZGO PRESIDENCIAL {Un primer grup de casos en lac que podenos observa vlidamente tiereneas en el grado de liderargo ef el de gobernantes que en Es- tads Unidos -dontde ha exis ato largo cel tempo un mao ist tucional muy similar-se vieron fivorecios por tempos politicos que faitaban el jercico del liderargo Por ejemplo Franklin D. Roosevelt } George W. Bush fneron dos presidents “oposiores" a quienes les precedieron en el cargo y que ademas enfentaron tiempos de criss {econémiea, el primero, de seguridad interna el segundo) que les sbrieron oportmidads para ldera hacia cambios posits. No obs tant, mientras que en el primer caso un exo de toma de deiiones taqibrado (Neustadt, 1980) le permitis tomar deiiones que sacaron Sl pale de la ers, lo que a su vez facts el triunfo del viepresidente deat partido en i siguiente lcci presidencal, en el imo caso esto cerrado, delegacional y atogante (Preston y Hermann, 42 José Luts MéxDE” 2004; Pfiffner, 2009) Ilev6 a una politica interior sin mayores logros y 4 errores maytisculos de politica exterior como la invasion de Iraq-, Jo que taj su cesprestigio (en la mayoria de las mediiones es pos. cionado como uno de los peores presidentes de la historia de Estados Unidos) y coadyuvé a que el candidato de su partido fuera derrotado por un amplio margen en 2008, En América Latina también existe evidencia sobre c6mo, dentro de ‘un mismo marco institucional, os presidentes actiian en forma mayor © menormente estratégica y tienen por lo tanto grados diversos de éxito. En Colombia, por jemplo, aunque fue un eandidato opostor que tenia ante sf una crisis de seguridad piblica, Andrés Pastrana (1998-2002) fue incapar de enfrentarla eficazmente, mientras que, si bien generé fuertes acusaciones contra la violacién de derechos hhumanos y otras criticas, Alvaro Uribe (2002-2010) fue capar de en- frentar mejor la crisis, reducir el contfieto y la tasa de homicidios en el pats, gracias a un estilo equilibrado, que combiné la apertura con tuna preocupacién por los resultados (Gonzélez, 2006). Esto le trajo :mayores niveles de aceptacién que Pastrana, lo que coadyuvs a su re- leccién en 2006 y al amplio triunfo de su candidato en las elecciones presidenciales de 2010, Algo muy parecido se puede observar en las presidencias de Rrasi nel periodo 1990-1994, donde ante una coyuntura de crisis socioeco- némica el estilo teenoeritico y vertical (Skidmore, 1999: 9-12; Noielli, 2008 x emerson els oeiny Caan poe dente “opositor” como Fernando Collor de Mello (1990-1992) acen- tuaron dicha crisis y contribuyeron a su renuncia, mientras que un eso mis equfrado condo a amar Franco (10021094), que no cont6 con la ventaja de ser un candidato opositor porque era el vice- presidente de Collor, x conformar un equipo y tomar deciones que permitieron (aunque con algtin retraso) el inicio ee la recuperacién {econdmiea y la subsecuente eleecién de su candidato presidencial (Fer- nando H. Cardoso)."” * Siben en a yen compartcién que sgue el emp pitico vara, ea reid agime quem ea samen ene ern mt ‘olgeamente pernene el alr eas arable independents ue coy wlan ‘or paras, esp cian See Cito police Senos pico mle stares on mayressprobabidades de que eel deo equa yn sect cages cota presen, sTopro INTRODUCTORIO Una trayectoria sorprendentemente similarla podemos observar en elpcriodo 1999-2003 en Argentina, donde, pese a también vivir tiempos de reconstruccién (por haber sido un candidato opositor que enfrentaba tuna crisis econémica y socal), el estilo personalista y cerrado de Fernando de ka Rita (Ramos, 2009) Tlev6 a su gobierno (1999-2001) a decisiones econdmicas erradas (por cierto parecidas a [as de Golloy), que también acentuaron los problemas y levaron a su salica anticipada, mientras que Eduardo Duhalde (20022008), con tin estilo mas politico y abierto (Kazta, 2009; Borén, 2004), fue capaz de enfrentar efectivamente la criss para iniciar un sendero de recu- peracién econémica y ser sueedido en a presidencia por su candidato (Néstor Kirchner) En Venezuela, el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. (1989 1993) tuvo un estilo decisorio y resultados similares a los de los go biernos de Gollor y de la Rita (Noieli, 2008) (aunque no fue sucedido ‘por presidentes mis efectivos). En algunos de los presidentes mexicanos recientes también podemos observar la importancia det “estilo decisorio” Por ejemplo, Lizaro Gar ddenas (1934-1940) fue un presidente mexicano al parecer con un estilo ins equilibrado (Knight, 2008: 191-192), lo que en su caso incidié para {que tomara derisiones que en general han sido consideradas como exitosas, Por otto lado, existen casos como los de José Lépez Portillo (1976-1982) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en los que un estilo inicial mas abierto les permitié aprovechar momentos de crisis pata realizar cambios institucionales importantes, pero que posterior- tente cayeron en tn estilo cerrado y arrogante que contribuyé a que tomaran decisiones equivocadas que agravaron generaron en este pais fuertes crisis econémicas (lo que muestra por cierto que el estilo Aecisorio no es necesariamente un atributo personal permanente) Por su parte -no obstante el tiempo de reconstruccién que vivid por actuar en un contexto vulnerable al cambio y ser el primer presidente de oposicién del México moderno-, Vicente Fox (2000-2006) tuvo un tatilo desequilibrado hacia el extrem opuesto: demasiado abierto, tolerante y despreocupado (Aguilar, 2004; Durazo, 2006; Elizondo, 2011). Ello lo Heys a utilizar predominantemente un recurso “activo- duro", esto es, una estrategia plebiscitaria (Loaeza, 2010) claramente inadecuada para el contexto mexicano, que impidi6 que consiguiera sus metas mas importantes (Krauze, 2006; Meyer, 2007; Pastor y Wise, 3005) y contribuyé a que el candidato de su partido politico, Felipe “4 José 10s seéND Calderon, llegara a la presidencia muy deslegitimado. A su vez, este presidente, pese a no ser un candidato “opositor’, goberné en una circunstancia vulnerable al cambio que le of ca certa oportunidad para desarrollar un liderazgo; sin embargo, de nucvo un estilo cerrado Y arrogante (Niliez, 2012: 14, 88) lo condujo a responder a este reto con una “guerra” contra el crimen organizado estratégicamente mal disefada, la cual condujo, al contrario de Colombia, al aumento de la inseguridad (México Evalia, 2012). Esto, si bien no fue el tnico factor, contribuyé al final de str mandato a sus bajos indices de popularidad y aque el candidato de su partido quedara en un lejano tercer lugar en la elecci6n presidencial de 2012. Aunque en este texto sélo podemos hacer una breve presentacién de algunos casos, que no discute sus particularidades y se sustenta en studios realizados por otros autores, su presentacién comparativa de tuna forma metodologicamente ms vlida ofrece evidencia preliminar a favor del planteamiento aqui propuesto; ¢s decir, si bien el tiempo politico ya estructura institucional establecen las citcunstancias en las «que deben moverse los gobernantes (y que les otorgan 0 nicgan ciertos recursos politicos), dichas cireunstancias sélo constituyen marcos gene- rales, dentro de los cuales los ejecutivos pueden tener éxito 0 fracasar ‘en buena medida debido a. tilos deci rios que favorecen o difieultan, Ja accién estratégica. Algunos de los casos mostraron, por ejemplo, ‘e6mo un tiempo politico de reconstruccién puede facilitar el liderazgo, Aunque impulss algunos cambios econdmics, Miguel dela Madrid recanoee en ‘us memorias que se equios en el diagnGsicn tanta de la cris econdmea como de 1a fiagitidad politica del pas durante su periodo yatriuyeexplictamente esos ervores ‘ctratgicosal exceso de “soberbia" (Parra, 2008 804). Ruiz Cortnes fue oto presente que desaproveché las oportumidades de cambio que el context le ofecié (Rodriguez 2008). Aunque en esa seceién no presentamos cison de gobernantes del igo XI ot {estimonos de diversos autores podria aalar que mientras Beno Juarez twvo un estilo ‘ecisorioequilbrado, Sebastin Lerdo de Tejada ive uno cerrado yarrogante) Ein este sentido, Serra (2006: 75) nos ce: “Queda, pcs, bien definida en la historia individ e June, la docldad con que exeuchaba, comprend y se aria los elementos de Inteligencias cya superioridad sents, [y] la energia pexlerosa con que el resore ‘de acero de su voluntad reobraba sobre lo homes que con él se pon en contacto {nino Por el contrat, José Maria Iglsas describe a Lerda de la siguiente manera “Lerdo erm de wa intctgenciaprivlegiada (1. Per [lot grandes nits contra ‘aban con graves defecios:pretensiones de infaiilida, cardeter dominane, desprecio ‘als opiniones ajenas (.] fen PiSuer, 2008 858). Si bien Judrez no etn exetto de lerrores, cl grado de eficacia de as accames gubernamentale de eton ds presidentes esbien conocido, ro INTROUCTORIO zy pero éste dificilmente se lograré con un estilo desequilibrado (ya sea arrogante o negligente). 'A la ver, se puede observar que bajo un marco institucional muy parecido, un estilo equilibrado puede oton mayor eapacidad estratégica y permitirle obtener logros importantes, qun cuando afronte condiciones mis desfavorables, como las de ser lun presidente “afiliado” respecto a su predecesor, Para terminar po- demos citar algunos ejemplos adicionales de esto tiltimo, tanto en Estados Unidos como en América Latina. Harry S. Truman repre: senta el caso de un presidente que no conté con la ventaja de ser go- ‘pernante opositor (era el vicepresidente en el gobierno de Roosevelt) pero gracias a un estilo relativamente equilibrade ~aunque quia un tanto mds inclinado a la eficacia que a la apertura (Neustadt, 1990)~ sorteé de una forma estratégica los problemas que enfrent6" y logré reelegirse (en su momento Truman no tuvo altos niveles de popula- ridad, pero en la mayorfa de las evaluaciones recientes de os presi dentes estadunidenses ha sido posicionado en los lugares mas altos). Lyndon B. Johnson fue también un gobernante afiliado que, al ser el vicepresidente, llegé a la presidencia tras la muerte del presidente John F. Kennedy, e igualmente le tocé afrontar retos importantes en ‘materia de politica exterior; sin embargo, 3 Jo llev6 a afrontarlos en forma poco estratégica, lo que le acarres un gran desprestigio que lo orill6 a decidir no presentarse como can- didato para la reelecci6n.” “Aunque se sitian en paises diferentes, en el mismo sentido po- driamos también citar los casos de Néstor Kirchner y Fernando H, Cardoso. El primero fue wn presidente apoyaco porsu predecesor, que sin embargo, graciasa un estilo abierto (Boron, 2004)” ya la vezatento ala resolucién de los problemas (Ramos, 2009), consigni6 continuar Ia recuperacién de la economia de Argentina, entre otros logros, lo que rle a un presidente una estilo més bien cerrado nex poe eemplo preiones muy fcr para atacaaUnin Soviica cope cimcre 2 Chinen copes dee 6 Hogue de Benya era de Cay tt en can como sc clo antes, por opone mas extagen Um etd clac de mo dss preset, Esenowery Johnson, erent ron ural sina ear wo Vetnam, cle Burkey Greenstein (189) ‘nue pute most la diferencia qe bace son pridente aldo «op, exe ts dunn tambien pore tend el etl dela. > Boron present lgueslementon que permiten vibra en Kirchner wn exlo decor ales eng Ballo (209) coders cena 45 {Jost 14s END Je facilit6 a su esposa sucederlo en la presidencia. El caso de Cardoso es particular porque, si bien fue parte del gobierno de su predecesor, fue eldisefiador de la politica econémica que sacé a Brasil dela crisis, porlo ‘que tuvo condiciones mas favorables para el liderazgo que as de otros presidentes afiliados. Sin embargo, este presidente mostré también un estilo equilibracio" que le permitié impulsar impresionantes reformas estructurales (Fleischer, 1998; Power, 1998; Peixoto, 2011), que serfan fundamentales para el posterior éxito econémico de Brasil, ademas dle su reeleccién en la presidencia, CoNcLUSTONES. EL andlisis riguroso del lidcrazgo politico cs muy importante por ra- zones pricticas y teGricas. Respecto a las primeras, actualmente las na- ciones latinoamericanas se enmarcan en una globalizacién econémica que presiona atin mas hacia el cambio constante y un régimen demo- critico que lo hace complejo y dificil. Estas tendencias opuestas han contribuido a que exista en Ia regién un nivel importante de insatis- fucciGu respecio a las politicas publicas, y en parte tamblén respecto a la democracia. Ast, los gobernantes se encuentran ante un dilema porque por un lado se ven presionados a liderar, pero por el otro en- frentan dificultades politicas para lograrlo, El liderazgo es importante porque ofrece una via para salir de este dilema y aleanzar con ello una democracia mis efectiva y consolidada, Por otro lado, el estudio de este tema también es importante por razones tedricas, ya que se enfoca hacia uno de los factores centrales de la dinémica sociopolitica: cl actor. Si bien el papel de las institu- iones y el contexto son importantes porque restringen Ia accién de los agentes, no se ha prestado suficiente atencién al hecho de que, dentro de dicho marco, éstos tienen y toman distintas opciones. En este sentido, el planteamiento te6rico central de este texto es que la cevolucién de la politica es afectada en forma general por la manera en que los marcos institucionales y coyunturales limitan el abanico de ® lose puede dedi tanto dela descripcin que hace él mismo de a fora en ‘que tomaba decisiones (Cardoso, 2006), como de In dversidal de puntos de vista ent abinete, psTUDIO INTRODUCTORIO 0 rntcm (ntrtégca Ono) de las alterathas conretas (defines de Farriow por hs que tos optan dentro decsos mares, lo cual a mez eaectat por su eatilodetvoro Tin México y America Latina chan publicado divers obras sobre presencia yin actuacion de lo presidentesaiminme,recenemente Pm pblcado en México varias obras sobre idersg polio. sts tenor han realizado aportacions importantes al conocimiento del Gorema poltico mexicano, Sin embargo, st contibicon dentro de la ovis Plc wba vino limiada porque en general no a han ee Gornc com an iscusonesyavancestedrcos que en ea discpin se Fan detarrollado sobre los dveronfactres asian a ator, entre Gos et de Teerargo, y porque tampoco han desarolado un mareo gneltco pars el eedio comparative de eset en forma sutiente- pene prec igurom , Porlosntrfon exe libro presenta algunos dels textos en espaol ind importante sobre el ierargo polo asimimo ete text in Hroshcoro, despugs de consderare debate trio al Feapect, pre tent lon ragos generales de ta propucsta de marco anatco que soartex ina sprosimacén mas aceradal tea en la medida en que no pecs yma nance de vallacim copia comparative y permite evalar mis adecuadamente a los gobernantes, ala ver Jet proporciona una mejor gufa para promoner cl ambio posto en Iinyaltesoregiones, cam los medio en el contexto qu ofecen ls emocraca En este endo, con el fin de evar ls errores erica y preticos Imoluerado en una vsén descontetualzada, dicho marco ea con tabi al derargo en funcion de la vsin del gobernante grand” 0 spequca’) 0 del evolusion de la nai durante se goblemo (po dha negate), Lo visuaiza fundamentalmente como la obtencién Ae cambios posts (a sea moderados o profndos, dependicndo Bel contest) tants de la actuacin etatgica maniftada en dos flemento un poscionamiento perinene yun palanqueo incu Panta adicionalmente que esos elementos se facizan cuando existe ir estilo decorio equlrada Tn eve Extudio Intoductorio no fue posible mostrar a prof Gidad yen un nimero muy ampli de casos fa maneracn quel estilo ecko propa dicho psicionamintoy palanquco, exo vez Gleambio pesto. Sin embargo, se proporcions un apoyo empiien 48 Jose xis atNpez Preliminar al mareo propuesto mediante diversos ejemplos que re- Jacionan la diferencia de estilos decisorios (equilibrado 0 desequili- brado) con distintos grados de éxito politico, manteniendo constantes los tiempos politicos o marcos institucionales (0 ambos) Por supuesto, el liderazgo politico no represerita una salida auto- mtica para los retos que hoy enfrentan los sistemas democriticos, Como se indicé, no existen recetas para desarrollar un posiciona. miento pertinente y un palanqueo inclusivo, Cada circunstancia es tinica y con frecuencia involucra dilemas de dificil resolucidn, Ades, como bien sei 16 Maquiavelo, la “virtudl” no siempre se ve acompaiiada por la “fortuna”. No obstante, tanto la necesidad de cambio constante como la mayor complejidad para realizarlo ~una Paradoja esencial de los regimenes presidenciales acentuada por la actual competencia global- hacen imprescindible el estudio in- formado y riguroso de este tema, brLiocearia Aguilas, José Antonio, “Roxy el elo personal de gahera, en 8 . Eee es, tind Schmid, La mien ers de Mein México, Aguila, 2004 Ang, Sy Margate Lei “Leaerpe wt Kea a oes and wit ye wan to knw abot Anal aso Ple Sen nee de 2011, niim, 14. ss Archer, Margaret, Rai scl toy: the mopgnate approach, Cambie, ‘Cambridge University Press, 1995, oc “ Avent Hana, Gri dela pen, Mail Taurus, 197, Arron Kennet, Sxl hoe and aida Ys, Nora York, John Wily & Sons, Inc., 1951. i eciede” Bachrach, Peter Barats, Morton, Power ond pou: har and pra, Nic ‘York, Oxford University Press, 1970. aoa Bahr, Christian, "ideraga patie, personalidad y conducts poltica de Nr Kerem Stt Vana ond) Lay, ea Pan 9 onion, Mico, Miguel Angel Ponta Unvered Quintana Roo, 2009. (2009) “ ae Bassls, Mario, Aber Facil y Las Rees (cords), Liege pal {coria y proesosen et México de hoy, México, wane-I2tapalapa, 2008, att Blondel Jean, eda dep. Towanda on anaes Lode Sage 198, Borén, Ali, *Rflestnesentrno al gobierno de Neuor Kichers Rene SAAP wl 2m, keine 2008 psTunl0 INTRODUCTORIO a Burke, John y Fred Greenstein, Haw presidents test malty: decisions on Vietnam, 11954 and 1965, Nueva York, Russel Sage Foundation, 1989. Burns, James, Leadership, Nueva York, Harper and Row, 1973, Castro, Pedro, "El caudilismo en Amériea Latina, ayery hoy’, en Mario Bassols, Alberto Escamilla Luis Reyes (coords, Liderasge pti: levi y press en 1d México de hay, México, vane-tapalapa, 2008, Cardoso Femando Henrique, A arte da politica: histévia que viv, Rio de Jax ‘eiro, Civilizacao Brasileira, 2006. Clausewitz, Karl von, De a guerra, México, Colofin, 1999, Corporacién Latinobarémetto, Informe 2011, Santiago de Chile, Corporaciéa Latinobarémetro, 2011. Corwin, Edward, The Presiden; office and powers, Nueva York, New York Uni- versity Press, 1958. Cosio Villegas, Daniel, etlo personal de gabemar, México, Joaquin Mortiz, 1974. Grockett, David, The opposition preside; leadership and the contstrants of history, College Station, Texas A&M University Press, 2002 CGrorier, Michel y Erhard Friedberg, L’ Actour le Syteme, Pafs, Le Seuil, 1977 Dahl, Robert, “The concept of power", Behavioral Scinc, rim. 20, 1957 Dallek, Robert, “When Presidents become weak", en Walter Issacson (ed), Projies in Leadership; Historians on the Etuive Quality of Craatess, Nueva York, ‘WW, Norton & Company, 2010 Dickinson, Matthew, “We all wanta revolution: Neustadt, new insttutionalism ‘and the future of presidency research’, Preideniad Sauties Quarry, a ciembre, 2008. Durazo, Alfonso, Salds dt cambio, México, Plaza & Janes, 2006. Falwards II, George y Stephen Wayne, Prsidential Leadership; polities and policy ‘making, Boston, MA., Wadsworth, 2009, The strategic president; persuasion axed opportunity in presidential leadership, Princeton, Princeton University Pres, 2008. Elizondo, Carlos, Por eso estamos como elamas, México, Random House Mon- dadosi, 2011 Fairhurst, Gail y Robert Sarr, The art of fing: managing the language of lea ership, San Francisco, Jossey-Bass Ine, 1996, Gramsci, Antonio, Notas sobre Maguiaveo, sore politica y sobre el Estado moderno, “México, Juan Pablos, 1975 Fleischer, David, “The Cardoso Gobernment’s Reform Agenda: A view from ‘the National Congress, 1995-1998", Journal of Tateramerican Studies and World Affi, vol. 40, nim. 4, 1998, Gonziler, Fernan, “Fl fenémeno politico de Alvaro Uribe Vélez”, Cuademo, Las formas de egitimidad en Colombia: legitimidadesinsttucionalizadasy lgitinidades >rictcas, Paris, Instituto de Tavestgacin y Debate sobre la Gobernanza, 2006. 60 yosé nus arene Gonzalez, Ignacio (ed), Liderasgo politica en sociedades modernas, Xalapa, El Go- legio de Veracruz, 2009, Goodwin, Doris Kearns, A team of rivals: the political genius of Abrahaa Lincoln, ‘Nueva York, Simon & Schuster, 2005, Heclo, Hugh, A Government of Stanger: Executive politics in Washington, ‘Washington, D.C., Brookings Institution, 1978. Heifez, Ronald, Leadeship without easy answers, Cambridge, Harvard Uni- versity, 1994, Helms, Ludger, “Introduction: The importance of studying politcal lea ership comparatively’, en Ludger Helms (ed.), Comparative political lea- dership, Houndmills, Palgrave MacMillan, 2012. Howell, William, Power without Persuasion the politics of det presidental action, Princeton, Princeton University Press, 2003 Isaacson, Walter (ed.), Profiles in leadership: Historians om the elusive quality of _reatnest, Nueva York, WW. Norton & Company, 2010. Kazta, Vertniea, "Liderazgo politico de Eduardo Duhalde: El hombre que ‘nunca se rind, El hombre que esti condenado al éxito", Revista de Ciencia Politica, niim. 7, agosto, 2009, Kellerman, Barbara, The political presidency: Pacicofleadership, Oxford, Oxford University Press, 1984 Keohane, Hannert, Thinking about Leadership, Princeton, Princeton University Press, 2010. Knight, Alan, “Lézaro Cardenas’, en Will Fowler (ed), Gabermanies mesicanas, tomo Hl México, Fondo de Cuicura Eeonsmica, 2008, Krawe, Enrique, “:Puede consolidarse la Democracia en Mexico?", Foreign Afirs en Espastol, vol. 6, nsien 1, 2006. 1 presidncia imperial, México, Tusquets, 2004. Lasswell, Harold, Propaganda Ticknique in World War 1, Cambridge, str Press 1971 — Prychopathotogy and Potties, Chicago, University of Chicago Press, 1986. iddell Hart, B-H., Saggy, Nueva York, Meridian, 1091 Loaeza, Soledad, “El estilo personal de Vicente Fox ylos limites de la autoridad presidenciat’, en Soledad Loaeza, Accién Nacional El apetito fas responsabil- ‘aes del wivnfo, México, EI Colegio de México, 2010. Maquiavelo, Nicolds, The prin, Cambridge, Cambridge University Press, 1989, Mayer, Kenneth, With the stake of a fon: exeutive orders and presidential power, Princeton, Princeton University Press, 201, McClelland, David y David H. Burnham, "Power is the great motivator’, Harvard Business Review 54, nim. 2, 2000, Méndez, José Luis “La politica publica como variable dependicnte: hacia un andlisis mis integral de las politicas piblicas’, Foro Internacional, enero- ‘marzo, 1998. —, “Estudio introductorio’, en B. Guy Peters, La politica deta bureracia, ‘México, Fondo de Cultura Econdmica, 1909. ESTUDIO INTRODUCTORIO a Ménder, José Las, “Tewari! more balanced approaches inthe reform of the state en Jorge 1. Domiinguer y Anthony Jones (eds), The enstruction of de incr: esos fom pacts and nse Baltimore, The Jobns Hopkins Uni versity Press, 20078. _—, “La oficina presidencial y el liderargo politico en México y Estados ‘ids zincertidumbre compettva o certidmbre cooperativa2”, Form Inter nacional, octbne-dciembre, 2007, nSGincuenta aos de estudios sobre ol liderazgo presidencial: sport done para la consolidacion democritica através de una presidenciaestra- tegica en América Latina’, Buen Gobierno, nim. 10, enerojunio, 2011 residential leaership in Mexico and Brazil 195-3012, Revisiting the importance of agents” strategic action in politics’, ponencia presentada en la Primera Conferencia Internacional de Politica Piblica, Grenoble, Francia, junio 2628, cwwwcolmex.mx/academicos/cei/jmender> México Bvalis, Inticadores de vctinas visilese invisiles de homicidio, Mi México Eval, 2012 Meyer, Lorenzo, Et spon denocritc, México, Océano, 2007 Moe, Terry, “The revolution in presidental stds", Presidential Studies Quay te, diciembre, 2000. Morlino, Leonardo, Changes for dmaercy. Actas, structure, gross, Oxfor ‘Oxford University ress, 2012 Morris, Dick, jugs de pre. Camaro perder: Smo juga la parti ls grandes Tidevs potas dea histerie, Buenos Aires, £1 Ateneo, 2008 Nate, Antonio, “Liderazgos transaccionaesy liderazgos de recompos ‘eatilos de liderazgo en ciencia politic’, en Sail Vargas (coor), Liderzgo, polices pblca y cambio organacional, México, Miguel Angel Porria-Unk- rersidad de Quintana Roo, 2008. Neustadt, Richard, Prsidentil per andthe modern presides: Te poles of a deship fom Root to Reagan, Nera York, Fe Pres, 1990. ‘Noll Maria Julia, Anis de las presidencis de Carlos Andrés Pérer (1989. 1993) y Fernando Collor de Mello (1989-1992): la legada al poder, sus planes econdmicosy las consectencias sociales’, Revista de Ciencia Palit, nim. 8, marzo, 2008. Ie. Josep, The ess o ead, Nueva York, Oxford University Press, 2008. Presidential eadership ond the croain of the American ea, Princeton, Prin- ceton Univesity Press, 2013, iinez, Emesto, Grnica de oe seni lid: la raged del caldeonisma, Mexico, Grijalbo, 2012 Parr, José Francisco, “Renovacién moraly cambio estructural La persistencia de ia crisis en la presidencia de Miguel dela Mada’ en Will Fowler (ed), Gobernantes mexicanas, tomo Hl, México, Fondo de Cultura Econémica, 2008, Pastor, Manucl y Carol Wise, “The lost sexenio: Vicente Fox and the new po- litics of economic reform in Mexico", Latin American Politics and Society 7: 4, diciembre, 2005, ee José Las wn psruDt0 INTRODUCTOWO 58 Sartori, Giovanni, Ingenieria conatitucional comparada, México, Fondo de Cultura Econdmica, 2000. Schattschneider, E.E., The semisoverign peopl, Nueva York, Rinehart and Winston, 1961 Sierra, Justo, Judes: su obra y su tiempo, México, Universidad Nacional Aue | ténoma de México, 2008. ‘Skidmore, Thomas, *Collor’s downfall in historical perspective”, en Rosenn, Keith y Richard Downes, Corruption and political mform in Brasil: the impact of Collr’s impeachment, Coral Gables, North-South Center Press atthe Uni- versity of Miami, 1999, ‘kowronek, Stephen, The politic presidents make: leadership fom John Adams ta Bil Giinton, Cambridge, Harvard University, 1998. ‘Presidential leadership in political time: reprise and reappraisal, Lawrence, Uni versity of Kansas Press, 2008. ‘icin, Ernesto, al, “Los partidos politicos, las legislaturas y los presidentes', en Stein, Emesto, Mariano Tommasi, Koldo Echebarria, Eduardo Lora y Mark Payne (coords), Informe 2006: la politica de las politica prilicas, México, Ealtorial Planeta, 2000, Sutherland, Sharon, “Executives and Public Administration in Canada, ‘Mexico and the United States, ponencia presentada para la conferencia “Los sistemas politicos de América del Norte hoy. Desaffosyconvergencias Mexico, Universidad Nacional Auténoma de México, 1995, ‘Trcbelis, C., Velo players: how politica institutions work Princeton, Princeton Uni ‘versity Press, 2002. ‘Trersky, Amos y Daniel Kahneman, D. “Judgment under uncertainty: Hew ‘atic and biases", Science, New Series, vo. 185, nim. 4157, septiembre, 1974 Vargas, Sail (coord), Lierag, politica plea y cambio organizacional, México, Peixoto, Joao Paulo, “Reforms and domestic pragmatism in Brazil’, ponencia prescntada en el 5 Congreso de Ciencia Politica, Asociacién Rusa de Ciencia Politica, 201 Potors, Guy, The politic of bureucracy, White Plains, Nueva York, Longman, 1978, Piitfner, James, The stage presidency: hitting the ground running, Chicago, IM, Dorsey Press, 1988. “Decision making in the Bush White House”, Presidnuial Sudes Quarterly, junio, 2009. Phillips, Donald, Lincoln on leadership, Nueva York, Warner Books, 1992 PiSufier, Antonia, “Sebastién Lerdo de ‘Tejada’, en Will Fowler (ed.), Gober. nantes mexicanas, tomo L. México, Fondo de Cultura Eeonémica, 2008. Pious, Richard M., Why presidents fil, Nueva York, Rowman and Littlefield Pus blishers Ine, 2008, Preston, T, y M. G, Hermann, “Presidential leadership style and the foreign policy advisory process.” en E. RWitkopf y J. MMcCormick (eds.), The do- Imesticsoures of american jowign policy: insights and evidence, Landham, mn, Rowman y Litlefield, 2004, Power, Timothy J, “Brazilian politicians and neoliberatismn: mapping support for the eardoso reforms, 1995-1998", Journal of Ineramerican Studies and World Affairs vol. 40, rim. 4, 1998, Ramos, Maria Luz, "Carlos Menem y Néstor Kirchner: gun mismo estilo de go= bierno? Rupturas ycontinuidades’, Revista de Ciencia Polticn, nur. 7, agosto de 2008, Ries, Aly Jack Trout, Pasziomanionto, México, McGraw-Hill, 2002. Riker, William H.(1980), “Implications from the disequilibrium of majority rule forthe study oF institutions", American Poliial Science Review 74, pp. 439-446, — The at of political manipulation, New Heaven, Yale University Press, 1986, Robles, Antonio, “Flies, liderargo y democracia, Liderazgo politico y cae Tidad de la democracia’,en Sail Vargas (coord), Lideasg paltcas pi ‘Mia y cambio oganizacional, Mexico, Miguel Angel Porra-Universidad de Quintana Roo, 2008 Rockman, Bert, "When it comes to presidential leadership. Accentuate the positive but donot forget the normative’, en Bert Rockman y Richard Wa- ‘Miguel Angel Porttia-Universidad Quintana Roo, 2009, Weber, Max, Economia y soedad, México, Fondo de Cultura Econémica, 1981 ——, 1 politic ye centifie, México, Cototn, 2005, Zamorano, Rail, “Poder, iderazgo y democracia’, en Mario Bassols, Alberto “Escamillay Luis Reyes (coords.), Liderazgo polio: teria proceso en el México dle hoy, México, uane-tapalapa, 2008, terman (eds.), Presidential leadership. The vrte of power, Oxford, Oxford Uni- versity Press, 2008, Rockman, Bert y Waterman, Richard, “Two normative models of Presidential ‘Leadership’, en Bert Rockman y Richard Waterman (eds.), Presidential laa- ership. The vortex of power, Oxford, Oxford Univesity Press, 2008, Rodrigues, Ariel, “Los afios maravillosos: Adolfo Ruiz Cortines", en Will Fowler (ed.), Gobernantes mexicanos, tomo Il, México, Fondo de Cultura Econémica, 2008, Rotberg, Robert |, “Failed states, collapsed states, weak states: causes and indi ‘ators’ en Rotherg, Robert I. (ed), State Failure and State Weakness in a Time of Terror, Cambridge, World Peace Foundation, 2008.

Vous aimerez peut-être aussi