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Don Antonio haba muerto sin dejar dicho donde haba escondido los

ahorros. Su desconfianza en cualquier tipo de inversin bancaria le


hacia acumular en dlares, esterlinas y si hubiera vivido para el euro
como buen italiano.

Aqu estn mis ahorros deca mientras levantaba un ladrillo que


conservaba de la primera obra, de la primera casa de la primera
pared que levantara en la argentina. Los sostena en la mano como si
fuera un lingotes. Lo usaba de pisapapeles, y tambin lo calentaba al
horno y envuelto en un pao se lo pona en el pecho para combatir
tos invernal.

-Este es mi tesoro.

Estuvo orgulloso de sus dos hijos mientras crecieron sanos y robusto.


Pero al decir de el le haba salido alrgicos al trabajo.

El viejo estaba lleno de amistades que como devolucin de favores le


haban tomado a trabajar los hijos.

Las amistades los mantenan en los trabajos un tiempo prudente


como para esperar que aprendieran pero esto no aconteca y previa
conversacin con Don Antonio se los devolva.

El viejo habra seguido fatigando, si no hubiera sido que el corazn le


empezaba a jugar en contra. Miraba los relojes y decia vos haces tic
tac tic tac pero yo solo hago tac tac y le daba cuerda al despertador
como si fuera un masaje cardiaco. Lo llevaba a la altura del pecho.

Tena miedo a morir de invierno. Es muy triste un velatorio de


invierno.

Pedro y Pascual lo velaron y se volvieron a dar la mano calidamente


sobre el cajon de padre ante la mirada ahora contenta de la madre.

Esa estrecha de manos no era mas que el pacto de compromiso de


busqueda del tesoro

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