Richard Ingersoll
Tareas domésticas
EI rito cotidiano
A menudo se ha hablado del trabajo doméstico como de un
trabajo invisible: las huellas que puede llegar a dejar la rutina
de las faenas caseras son, sin embargo, abrumadoras. Richard
Ingersoll presenta un experimento realizado en dos casas de
una misma calle de San Francisco por el escultor David
Ireland, cuyo resultado ha sido, entre otros, convertir la
silenciosa sucesién de gestos
reconstruccion arqueoldgica de
Hace doce afios David Ireland compré
tuna casa, en Capp Strect, en el distrito
Mission de San Francisco. Su continua
labor de escultor ha transformado el edif-
cio en una obra de arte envolvente trans-
portindolo hasta un nivel de conservacioa
nico. Recientemente Ireland compré
‘otra casa en la misma calle, a cinco man-
‘zanas de distancia; Ia despojo totalmente,
dejandola en la estructura desnuda, y 1a
reconstruyé por completo de acuerdo con
su propio disefio sin conservar absoluta-
mente nada,
‘Las casas forman una unidad por opo-
siciin, como los dos lados de una mone
da: «la carm» proportions la sustancia de
la casa, exuberantemente comunicativa
de sa comtexto histérico; «da cruz» aporta
el perfil de esta casa y su forma de vida,
como Tas inscripciones que deletrean la
palabra «libertad» en las monedas de diez
centavos y un cuarto de dolar.
‘La casa antigua del 500 de Capp Street
se levanté hacia 1880 en un estilo italiani-
zante y perteneci6 @ un suizo constructor
de acordeones, Mr. Greub, cuyo nombre
‘sin adorns la ventana principal en cara
teres dorados. Cuando Ireland compré la
‘casa, la ocupaba un hombre mayor, de 90
aos, Mr. Gordon, que se trasladé defini
tivamente a una casa de reposo. La opera-
ion de recuperacién de la casa abarcé no
silo al edificio, sino también las vidas de
sus anteriores habitantes. Ireland y sus
predecesores, cada uno a su manera, fue
ron preservando los objetos que llegaron
2 constituirse en parte de un acto ereativo
de conservacion, Durante los ultimos 100
fos la urdimbre de Tn casa ha ido regis
32
ignorados en una auténtica
lo cotidiano.
trando los habitos de sus ocupantes, quie-
nes han sido los agentes de las labores
domésticas y los actos repetidos de Tas
rutinas diarias.
El trabajo doméstico, aunque evidente-
imente esti integrado en el esquema eco-
nomico de las sociedades avanzadas, es
pariente cercano del ritual. Sacudir el pol-
yo del alféizar de las ventanas, apilar
platos y limpiar Ia suciedad del suelo con
tuna escoba son actos repetitivos que con~
tnibuyen a proporcionar una sensacion de
salvacién, manteniendo tanto el orden fi-
sico de la casa como el personal de sus
focupantes.
El método de Ireland para conservar el
cdificio ha consistido sencillamente en un
cambio de escala del concept de trabajo
doméstico, No sélo se han limpiado los
alféizares de las ventanas, sino que en
algunos casos se ha vaciado por entero el
entramado para mostrar el interior de la
estructura y los contrapesos de las venta-
nas de doble guillotina; se barrieron los
suelos con tal entusiasmo que las lijadoras
cléctricas casi alcanzaron la capa inferior.
La arenilla se recogid en botes de mayone-
sa que Mr, Gordon habia almacenado
bajo les escaleras, Se arrancé el papel de
jas paredes para dejar al descubierto Ta
capa final de yeso desnuda con sus grietas.
Y cuando los pesados escombtos estuvie-
ron amontonados, se modelacon con ellos
densas bolas que fueron pintadas y alma-
cenadas,
Asi se dedicé Ireland a limpiar la casa
‘mientras conservaba lo que se habia qui-
tado previamente, Se habia permitido a
los productos impuros del trabajo domés-
tico, a los demonios exoreizados en las
rutinas diarias, ocupar un lugar en la casa
como recordalorios perennes de Ia duali
dad suciedad-limpieza. Los trozos de pin-
tura, Jos montones de sertin, el papel
pintado enmohecido, todos ellos fueron
Cuidadosamente empaquetsdos y"expues-
tos como iconos saneados, como irofeos
de la metamorfosis. Las patedes resplan-
Gecen bajo varias manos de barniz; su
brillo y su olor a iglesia sugieren pureza.
Sin embargo, sv color, conseguido tiien-
do de amarillo suave el barniz, contrarres-
tael efecto con una impresién de decaden:
cia, como el teclado de un viejo piano 0
tun pergtmino. Las huellas del contacto
Thumano se han dejado patentes en las
paredes y carpinterias.en permanente con-
{radiveién con el terso brillo de las super~
fies
TLos objetos de la casa, Jas cosas de
importancia en la reproduction de ta vida
iaria, se han mantenido como son, no
‘como fueron o debieron ser, Un méiodo
de conservacion historica mas convencio-
nal intentaria reproducir el estado original
de los objetos, sustituyendo los pedazos
desaparecides por otros similares, esfor-
Andose en idealizar el pasado, como si se
pudiera congelas la historia, Sin embargo,
Ta vieja casa de Capp Street, con sus
pintadas en las fachadas y sus grietas en
Jas ventanas, continéa respondiendo @ los
estimutios del presente, a la vez que sigue
mostrando su propia arqueologia
Entre los objetos recuperados que s
imuestran hay dieciocho escobas usadas,
atadas en circulo, demostrando su ciclea
suvesi6n a lo largo de décadas de trabajo
domestica, Otro objeto, una ventana de
dlesvan, ha sido extraida de su marca e
instalada en medio de la habitacién. Sepa
rada de su situacién y funcién originales,
Se ha convertido en algo para ser visto, en
vvez de para mirar a su través. Sus cualida-
eg materiales y formales se han hecho
rmis evidentes, mostrando los cortes del
Vidrio, la pintura deteriorada y las grevas
rmanchadas por las sudorosas manos del
‘acordeonisia. En su lugar se ha colocado
tuna lamina de cobre, anulando tanto la
12 (1987) A&Yfuncién orientadora que una vez ejerciere
Ja ventana, como proclamat
original no deberia imitarse jams,
que el
El estruendo y el silencio
En el trabajo doméstico se revela una
callada historia apenas perceptible. como
el crecimiento del cabello. Aunque los
fitulares de los periddicos Haman a su
puerta diariamente levando noticias so-
bre guerras, luchas, desastres y aconteci-
mientos, [a casa permanece impervarbable
ante sus mensajes, Lo que se conserva de
ellos son las gomas, cientos de gomas
acumuladas dentro de un bote de cristal,
Ireland ha grabado una cinta con el soni-
do que se produce al quitarle Ia goma al
periddico, para reproducirla mientras se
observan las objetos.
Por toda i casa se han mantenido fr
sity imperfecciones y signos de vida, junto
con muchos de lo: dbjetos encontrados. A
menudo se han aiiadido pequefios rétulos
para resaltar su presencia. Una rajadura
en el vestibulo de entrada conmemora
traslado de la maquina donde se troquels-
bban los componentes de los Srganos; en la
caja de escaleras se ha etiquetado igual-
mente un desconchon, El mas enigmatic
de todos los objetos que se muestran es
una silla con tres patas en Ia que Ireland
ha colocado un cuaderno donde desarro-
lla su teoria sobre Ta pata perdida. Cuan-
AAV (1987) 12
1 El siconos formado por dscocko escobas
lalzadas saceivamente i Hrmpers otiiane
Zyd La vies casa det nimero 500 de Capp
Steet
Dy 8 La cass simactan del nimero 65 dela
risa calle
Fotas de Simo Nes
do le expuso a Mr, Greub su conclusion
Tuncionalista de que la pata desaparecida
debié utilizarse para hacer con ella una
pieza de armonio, éste le dijo una verdad
‘valida pare cualquiera de las posibles in:
terpretaciones: «En realidad, no im-
porta.»
La vieja casa forma parte de la calle,
estd expuesta a un torrente de ruidos y
efluvios visuales que hen ido plasmando
su impronta en las paredes. La pesada
carga de su historia ha tenido su contra-
partida negativa en la casa nueva del 65
de Capp Street. En ella no hay abjetos 0
superficies que conservar. Asi como las
labores domésticas y la forma de vida
fueron la esencia de In cast antigua, Ia
ausencia de ocupantes y de un modelo
establecido conforman el programa de la
nueva. Desde 1983 este edificio pertenece
a una fundacién artistica y sirve de resi-
dencia y sala de exposiciones para artistas
becados. Se protege del exterior mediante
un paramento de chapa plegada, un senci-
lio sistema utilizado por muchos de los
almazenes industtiales de la zona. Su con-
torno asemeje la representacién infantil
de una casa, pero sus materiales y elemen-
tos contradicen la idea de hogar. Tiene
puerlas convencionales, pero la abertura
principal es como el muelle de carga de un
almacén, En vez de ventanas tiene una
estrecha rendija por encima del nivel vi-
sual de los peatones, fiaciendo la casa
virtualmente impenetrable y_ protegida
frente a las fuerzas de la historia
En el interior, uno se encuentra con un
gran espacio abierto, fragmentado por
vuna secuencia de planos. La grisicea uni-
formidad del medio, hecha de vacios y
paredes sin ventanas, convierte en super-
flua Ia presencia del mobiliario, de los
efectos personales, 0 de cualquier otro
signo de vida. La luz procedente de las
estrechas rendijas recorre los mutos con el
transcurrir del dia, El tiempo varia, pero
es irreconosible en el ritmo de las rutinas;
aqui no hay lugar para el trabajo domésti-
co. El color gris invade le amésfera sin
permitir ni la blancura de los ritos recon-
fortantes ni la negrura del deseo de esca-
par de casa. Es un color neutro, como el
del cerebro, y significa al mismo tiempo
una huida de las costumbres domésticas y
un desvanecimiento de Ios cantornos de la
historia. La nueva casa se lena con el
juego inmaterial de la luz y el movimiento
cinético de los panos: un lugar aislado
ppara ser ocupado por la mente, pero inha-
Dditable de cualquier otta forma, Es la
sombra del modo de vida instituide por el
trabajo doméstico.
sad gree Be
“oe
33