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JEAN PIAGET La formacién del simbolo en el nifio Imitacion, juego y sueito Imagen y vepresentacion an FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO~BUENOS AIRES INTRODUCCION Las Guitas obras que hemos consagrado al desarrollo ded pensamicnto racional en el nifto (La genese du nombre y Le développement des quantités chez l'enfant) se han refe- rido a la constitucién de los diferentes sistemas operatorios que se ponen en jucgo en la logizacion y en Ia matematiza- cidn provenicutes de lo real, pero no tratan del pensamicnte intuitive o representativo sino, por asi decirlo, en una forma negativa. En cllas se intentaba demostrar Ja insuficiencia de dicho pensamicnto y lu intervencion necesaria de las opera~ ciones propiamente dichas para completarlo y corregirlo. Pero la representacion imaginada o intuitiva plantea cn si misma una serie de probleunas, Jos cuales cs necesario discutir en funcién de su propia génesis ¥ no sulamente de su insercién final en cl cuadro de las operacioncs, o mas precisamente de las articulaciones progresivas que lu transforman poco a poco €n pensamiento operatorio y reversible. Se trata pues de val- ver a trazar los cumienzos de la representacion y de intentar comprender su funcionamicnto especifico: solamente entonces podran aclararse las interrogantes de las relaciones entre 1a intuicidn y las operaciones, en el caso en que Ja primera se prolonguc en las segundas, y cn los casos, tan numerosos sin duda, en que la representacién imaginada conserva su propia vida fucra de las operaciones, como en ¢l juego, la imitacién, cl pensamicnto simbolico, etc. Antes de analizar la génesis de Jas operaciones habiamos estudiado la inteligencia sensorio-motora anterior al lenguaje (en La naissance de l'intelligence y La construction du récl chez Tenfant\, es decir: la forma de intcligencia que prepara, en el terteno de la accién elemental, aqucllo que mis tar- de serin las operaciones del pensamicnto refleja. Se trata. pues, ahora de intentar establecer cl pucnte cntre 12 actividad sensorio-motora precedente a la representacion y las formas opcratorias del pensamiento. Debemos retroceder de nucvo a los comienzas de] pensamienta representative y situar su 7 8 INTRODUCCION evolucién cntre las dos ctapas cxtremas sensorio-motora y operatoria. . . Se comprende que, planteadns cn su mas amplio sentido, estos diversos problemas plantcaran a su turno el problema del papel del lenguaje. Pero esta cnestién ha sido ya abundante- mente estudiada, Por otra parte, nosotros Ia hemos ya agotado cn nucstras dos primeras obras (Le langage et la pensée chez enfant y Le jugement et le raixonnement chez Tenfant) desde el punto de vista de la socializaciin del Pensamicnto. Por tanto, no volveremos sobre clla aqui, sino a propdsito de los prinicros esquemas verhales y de los preconceptos tan carac- teristicus del nivel de los dos a Jos cuatro afios. Por el con- trario, nos esforzaremos en demastrat que la adquisicién del lenguaje esti subordinada al ejercicio de una funcién simbé- Tica que se apoya en cl desarrolle de la imitacién v del juego, tanto come cn el desarrollo de los ruccanismos verbales, Los dominios on los cnales estudiaremnos los comienzos de la repre- entaciin Ga cl nifio son aruellos en las que los procesos madi istasles dedi vida mental priman sobre los factores colec- Hiss, ¢ insistiremos sobre cllo aun en el caso de la imitacién, ane coudnce a la constitucién de telacioncs interindividuales au derivur univocamente, Pero nos limitaremos a los proble- tas de ba wénesis de la representacion en general, sin abordar la deseripcion de las Tepresentaciones particulares, sino en la medida en que los hechos Tecaigan sobre este tema al que ya ties liens referida en nuestras obras anteriores La teprésen- fatten du monde chez Lenfant y Ua causalité physique chez Peufant. Asi delimitados, los problemas que debemos discutir son sit embargo suficientemente amplios; se trata, en primer lugar —y éste serd el objetivo de la primera parte de esta obra— de volver a plantear la génesis de la imitacién, Habiamos planteado ya la hipétesis (cn La naissance de Uintelligence) de que la representacién deriva en parte de la imitacién misma. En su bello libro De acte d la pensée, que trata de los mis- mos problemas que abordaremos censcguida, Wallon sos- tiene un punto de vista andlogo; es ésta una razén mds ustudiar otra vez el mismo problema a } encontrados en nuestros Propios ninos. para la luz de los hechos Sin embargo, lejos INTRODUCCION 9 de poder adoptar todas las tesis de Wallon, nos veremos obli- gados a contradecirlo a menudo. Pero la imitacién no constituye sino una de Jas fuentes de la representacién, a la cual aporta sus “significantes” ima- ginados. Por otra parte, y desde cl punto de vista de las significaciones, se puede considerar el juego como el conducto de la acci6n a la represcntacién, en la medida cn que evolu- ciona de su forma inicial de ejercicio sensorio-motor a su forma secundaria de juego simbolico o juego de imagina- cién. Sobre este mismo tcrreno de la cvolucién del jucgo, los procesos asimilativos caractcristicos de los comienzos de la representacién individual revisten sin duda su forma mas importante. La parte segunda y mas larga de esta obra la dedicarcmos al estudio del juego y los fendmenos que le son conexos. Comenzaremos por el nacimiento del juego en el primer aio, a titulo de introduccién al estudio del simbolo; no volyere- mos sino como repaso al problema de los juegos de reglas, de los cuales un ejemplo particular (el jucgo de canicas) ha sido ampliamente analizado en Le jugement moral chez Tenfant. Asi pues ser esencial para nosotros e] juego simbdlico, y respecto de él nos veremos obligados incluso a extender la discusién hasta Ja cuestién del simbolismo “inconscicnte” y del “pensamiento simbélico” en general, en el sentido de los psicoanalistas, desde Freud hasta Silberer, desde’ Adler hasta ung. } Entonces, cuando los problemas de la imitacién, del jucgo y del pensamiento simbdlico “inconscientc” hayan sido dis- cutidos, podremos, en una tercera y ultima parte, situar los comienzos de la representacién cognoscitiva en cste conjunto y extraer las conclusiones a que nos hayan conducido estos andlisis previos en lo que concierne al mecanismo de la acti- vidad representativa o de la funcién simbélica. Las tesis que vamos a intentar desarrollar en este volumen son principalmente dos: La primera es la de que, sobre cl terreno del juego y de la imitacién, se pucde seguir de una manera continua el paso de la asimilacién y de la acomoda- * cién sensorio-motora (dos procesos que nos han parecido csen- ciales en la constitucién de las formas primitivas y preverba- 10 INTRODUCCION les de la inteligencia) a Ja asimilaciin y la acomodacion mentales que caracterizan los comicuzos de la representacion. La representacién comicnza cuando, sinultineamente. hay diferenciacién y coordinacidn entre significantes y significados. Ahora bien, los primeros significantes diferenciados los apor- tan la imitacién y su derivado, la imagen mental, que pro- longan la acomodacién a los objetivos exteriores. En cuanta a las significaciones mismas, las aporta la asimilacion, que prima en e] juego y se equilibra con la acomodacién cn la representacién adaptada. Después de haberse disociady progresivamente sobre el plan scnsorio-motor y de haberse desarrollado hasta el punto de poder sobrepasar e} pesente inmediato, la asimilacién y la acomodacién se apoyan final- mente la una sobre la otra, en una conjuncién que es el resul- tado necesario de este propio desarrollo: esta conjunciin entre la imitacién, cfectiva o mental, de un modelo auscnte, y las significacioncs aportadas por las diversas formas de asimilacién, permite la constitucion de la funcién simbélica Es entonces cuando la adquisicion del lenguaje, 0 sistema de signos colectivos, se hace posible v gracias a] conjunto de sim- bolos individuales, lo mismo que al de esos signos, los esque- Mas sensorio-motores Hegan a transformarse en conceptos o a conjugarse con conceptos nuevos. Nuestra primera tesis —prolongando la de La naissance de lintelligence— sera, pues, la de que la continuidad funcional entre el sensorio- motor y ¢l represcntativo contintian orientando la constitucién de las estructuras sucesivas. Ahora bien, esta suposicién no es gratuita: “Por mucho que acaticie esta progresién —nos objeta Wallon—, Piaget no ha podido hacer otra cosa que introducir dos términos que no estan contenidos en los esque- mas motores: e] espititu y el simbolo”.! Intentaremos pues, contra esta apreciacién, demostrar cémo el simbolo est4 pte- parado por ¢I esquematismo pre-rcpresentativo; cn cuanto al espiritu, proviene sin duda de ¢l mismo, Nuestra segunda tesis es la de J interaccién de las diver- sas formas de representacién. Hay tepresentacién cuando se imita un modelo ausente. La hay cn cl juego sinbélico, en la 1 Pe Tete dls pense, p. 45. INTRODUCCION n imaginacién y hasta en el suefio. En fin, e] sistema de con- ceptos y de relaciones légicas supone la representacién, tanto bajo sus formas operatorias como intuitivas. yCudles son, pues, los elementos comuncs a estas diversas representaciones Para que se pueda incluso sostener que poseen mecanismos pa- recidos? La psicologia asociacionista clisice resolvia facilmen- te el problema derivando todas las representaciones de una realidad unica y simple: la imagen, continuacién directa de la sensacién; pero la imagen en s{ misma plantea un problema, puesto que, lejos de prolongar inmediatamente la percepcién como tal, no parece intervenir en Ja vida mental antes del segundo afio, y se trata de comprender como. Ademds no es sino un significante o un simbolo, y para comprender su papel €s necesario precisamente estudiar las relaciones entre los diversos significantes y las diversas significaciones; en resu- men, estudiar por entero la actividad representativa. Otra forma de resolver todos los problemas consiste en apelar a la vida social. Después de haber intentado explicar las formas elementales de la vida mental, de la emocién al nivel “proyectivo” y de “la inteligencia de las situaciones” por la intervencién, en escalas sucesivas, de sistemas fisiolé- gicos, integrando cada uno a los precedentes, pero sin una secuencia funcional, Wallon recurre, para dar cuenta de la representacién, a factores sociales tales como el mito, el len- guaje y las formas superiores de imitacién. Pero la cuestién que se plantea entonces es la de saber por qué y cémo el nifio experimenta en tales momentos precisos la influencia de estas © aquellas relaciones sociales: cémo y por qué el lenguaje se adquiere a una cierta edad y no a otra, segin un cierto orden y no segiin otro y no transforma el pensamiento sino en la medida en que éste se encuentra apto para dejarse transformar. Por lo tanto, no es a la “vida social” en bloque a la que debe apelar la psicologia, sino a una serie de relaciones que se esta- Bhecen, segin todas las combinaciones posibles, entre indivi- duos de distintos niveles de desarrollo mental y en funcién de tipos diferentes de interaccién (cooperacién, imitacién, discusién, obligacién, etc.). En su iiltima obra, Wallon nos reprocha el menospreciar el papel de la vida social en la génesis de la representacién: 2 INTRODUCCION “Reduce todo —dice de mi libro— a los factores puramente individuales de Ja motricidad de los poderes, tales como el uso del simbolo y de la expresién del pcnsamiento, que no pueden pertenecer sino solamente a un ser esencialmente social, y limita de manera inadmisible los fundamentos de la vida men- tal” (Ibid.). Ahora bien, esta objecién es tanto mas impre- sionante cuanto que, en un texto anterior? Wallon nos acusaba exactamente de lo contrario y queria que el progreso del pensamicnto ldégico explicara el de la cooperacién social, mientras que nos adjudicaba la opinién inversa. Habiamos estado de acuerdo con él en que los factores sociales no expli- can nada por si mismos, por mucho que su intervencién sea neccsaria en el desarrollo de la razén. Ficles a] mismo punto de vista, le respondemos hoy que, si con toda evidencia, la vida social jucga un papcl esencial en la elaboracidn del con- cepto y de los csquemias rcpresentativos ligados a la expresién verbal, no explica por si sola los comienzos de ta imagen o del simbolo, tales como se los observa en la imitacién dirigida 0 cn los primeros juegos imaginativos de nifos de un aiio. Aun mis, ningiin sociélogo hasta cl momento ha emprendido la tarea de demostrarnos el origen social de los simbolos “‘ana- témicos” inconscientcs que se encuentran en el suefio, ni de las imagenes del ducrmevela. -- Por lo tanto, discutiremos en esta obra el problema de la funcién simbédlica cn si misma, cn lo que tiene de mecanismo comin a los diferentes sistemas de representaciones y como mecanismo individual cuya cxistencia previa es necesatia para hacer posible las interacciones del pensamicnto entre los indi- viduos y, por consecuencia, la constitucién o la adquisicién de las significaciones colectivas. Esto no implica, de ninguna manera, que pongamos en duda su naturaleza social; al con- trario, hemos intentado constantemente demostrar que la razén supone la cooperacién y la reciprocidad. Pero el hecho social es para nosotros un hecho que se debe explicar, y no invocar a titulo de causa extra-psicolégica. Por eso nos parece que el,estudio de Ia funcién simbélica debe referitse a todas las formas iniciales de representacién, de imitacién y de 2 “Les trois msttimes de la penséc de Venfant", Bull. Soc. Prang. de Philos., aflo 28, mim. 4, Colia, 1928. (Véase Is intervencidn ‘de Wallon.) INTRODUCCION 13 simbolo hidico u onirico, al esquemna verbal y a la estructura pre-conceptual clemental. Solanerte entonces la unidad fun- cional del desarrollo que conduce de la inteligencia sensorio- motora a Ja inteligencia opcratoria aparceerd a través de las estructuras sucesivas, tanto individuales como sociales: en efec- to, cl cquilibrio progresivo entre Ja asimilacién de las cosas a la actividad propia y la acomodacién de ¢sta a aquéllas da por resultado la reversibilidad que caractctiza estas acciones interiorizadas, cuales son las operaciones de la razén; mientras que la primacia de la acomodacién distingue la imitacién y la imagen, y que la de la asimilacién explica el juego y el simbolo “inconsciente”.* 3 En prensa este volumen, tecibimos de Wallon su bella obra sobre Les origines de la pensée chez l'enfant, Lamentamos na hsbcr podido tener en cuents que Wallon feemprendcria en este nucvo estudio cl anilisis de los problemas que nosotros nos habiamos planteado autes 5, por tanto, que estariamos de acuerdo sebre gran namero de puntos excnciales, INDICE Introdueci6n ....... me aes wpe wenees wseeys 7 Primera parte La cénesis DE LA IniTaciOn I. Los tres primeros estadios: ausencia de imitacién, imitacién esporadica y comienzo de la imitacién sistemdtica ...... . 19 1) El primer estadio: la prepatacién refleja, 20. 2) £1 segundo estadio: imitacién esporddica, 21. 3) El tercer estadio: imitacién sistematica de los sonidos pertene- cientes a la fonacién del nifio y de los movimientos eje- cutados por ¢l sujeto de manera visible para él, 35. II. Los estadios cuarto y quinto: imitacién de los movimicntos no visibles sobre el Propio enerpo y de modelos nuevos . : . 50 a!) E cuaito estadio, I. Imitacion de los movimientos ya tados el sujeto, pero de manera invisible para 4, 50. 2) El cuarto estadio. IlgComienzo de la imita cién de los nuevos modelos sonoros 0 visuales, 67. 3) El quinto estadio: imitacion sistematica de los modelos nuevos, inclusu los que corresponden a los movimientos invisibles del propia cuerpo, II]. El sexto estadio: comienzos de la imitacién repre- sentativa y evolucién ulterior de la imitacién .. 85 1) Fl sexto estadio: la imitacién diferida, 86. 2) La evo- lucion ulterior de lu imitacién. La imitacién y la ima- gen, 99, 3) Las tcurias de Ja imitacién, 107, Segunda parte Ex jurco IV. El nacimiento del jucgo : ccceeceee 425 V. La clasificacién de los jucgos y su cvolucion a partir de la aparicién del lenguajc seceeee 146 ™” VI. Vil. VI. IX. INDICE 1) Examen critico de los sistemas usuales de clasifica- cién de las conduetas lddicas, 146. 2) El ejercicio, el simbolo y la regla, 153. 3) Clasificacién y evolucién de los juegos de simple ejercicio, 158. 4) ificacién y evolucién de los juegos simbélicos, 165. 5) Los j de reglas y la evolucién de los juegos infantiles, 194.0 La explicacién del juego .. sees 1) Los criterios del juego, 200. 2) La teoria det re cjercicio, 205. 3) La teorla de la tecapitulacién, 213. 4) La teoria de la “dindmica infantil” de F. J. J. Buyten- dijk, 216. 5) Intento de interpreteciéa del jucgo por la estructura del pensamiento del nifio, 219. 2 El simbolismo secundario del juego, el suefio yel simbolismo “inconsciente” .................. 1) El simbolismo secundario del juego y el suefio en el nifio,, 235. 2) La explicacién freudiana del samicnto simbélico, 250. 3) El simbolismo segin Si er, Adler y Jung, 265. 4) Intento de explicacién del simbolismo inconsciente, 273. 5) El simbolismo inconsciente y los esquemas afectivos, 282. Tercera parte La REPRESENTACION COGNOSCITIVA El paso de los esquemas sensorio-motores a los esquemas conceptuales ..................... 1) Los primeros esquemas verbales, 298. 2)_Los “‘pre- conceptos”, 305. 3) Los primeros razonamientos? io: namientos preconceptuales ( r y ‘azona- mientos simbélicos, 316. 4) pe ease sensorio- motora a la representacién cognoscitiva, 325, De las categorias practicas a las categorias tepre- Sentativas oo... eee cca ecee ence 1) Los mitos de origen y el attificialismo, 336. 2) El animismo, 343. 2 bis) La decadencia del artificialismo y del animismo, 347. 3) Los nombres, los suefios yd pensamiento, 349. 4) Las conductas magico-fenamenis- tas, las relaciones relativas al aire y la coordinacién de los puntos de vista, 351. 5) El objeto, las perspectivas 200 232 {NDICE. cspaciales y ¢l tiempo, 357. 6) Conclusions: precon- cepto, intuicién y operacién, 367. Conclusiones: as etapas generales de la actividad Tepresentativa 0... eee ee eee . 1) El primer periodo; la actividad sensorio-motora, 372. 2) El segundo _perjodo; Ja actividad representativa ¢go- céntrica. Estadio 1: el eptual,.372. 3) EV segundo jo: la actividad representativa cgo- céntrica. Estadio JI: ¢l_pensamiento_intuitiya, 388. 4) Fl tercer pertodo: Ta actividad representativa de orden operatori, 391. 401 371

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