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GENERACION ARGENTINA DE 1940 Grandeza y Frustraci6n La tesis principal de este libro es que la Generacién Argentina de 1940, que es la de los nacidos entre 1888 y 1902, es la de mayor riqueza de in- dividualidades de nuestra historia, Ee Tore critores, artistas, politicos, juristas, economistas, como en el caso de la misica popular rioplatense. A diferencia de la célebre che SO end cohesionada y tener continuidad en las dos generaciones siguientes, la de 1940 se fracturé y no tuyo continuidad, especialmente en el ambito politi- co y econémico-social. La guerra civil espafiola, la segunda guerra mun- dial y la antinomia peronismo-antiperonismo, frustré las promisorias Preece ON CaesceMte tae tear cater meee Ts Me Maen eM TEST lada por José Ortega y Gasset por su potencial historico lil) GENERACION ARGENTINA DE 1940 Grandeza y Frustracion Pah me ta JUAN WALDEMAR WALLY GENERACION ARGENTINA DE 1940 Grandeza y Frustraci6én Auspicia ICEPG Centro de Estudios Politicos Gral Ju san F. Guglialmelli MUNICIPALIDAD DE OLAVARRIA EDITORIAL DUNKEN 2007 Wally, Juan Waldemar In ed. - Buenos Aires: Dunken, 2007. ‘2p. 23x16 cm, ISBN 978-987-02-2779.3, 1, Ensayo Historico. I. Titulo CDD 982 Generacién Argentina de 1940, Grandeza y frustracién, Disefio de tapa: Juan José Wally Impreso por Editorial Dunken Ayacucho 357 (C102SAAG) - Capital Federal Tel/fax: 4954-7700 / 4954-7300 E-mail info@dunken.com.ar Pagina web: wwvidunken.comar Hecho el depésito que prevé Ia ley 11.723 Impreso en la Argentina © 2007 Juan Waldemar Wally e-mail: juanjowally@yahoo.com.ar ISBN 978-987-02-2779-3 A mi esposa Lita que me alenté permanentemente para escribir este libro. A mi hijo Juan José por su valiosa colaboracién. A mis compaiteros y amigos del Centro de Estudios Politicos Ge- neral Juan E, Guglialmelli y el Centro de Estudios del Pensamiento Contempordneo. Olavarria, 8 de septiembre de 2007, Dia de ta Natividad de la Santisima Virgen INDICE Ideas-fuerza de la generaeién décima i Inteligencia nacional y peronismo 31 Fotografias, imégenes y poesia. sin El peronismo en el poder ... Fatiga y crisis . Cronologia Cuerpo Directivo del G.0.U. al 10 de julio de 1948. Tntegrantes de Ia Junta Mitar que reemplazs al Presidente Peron en septiembre de 1955. : Notas: Bibliografia general y fuentes PROLOGO ‘Habiamos contribuido a la madu- racién de un pensamiento nacional que sdlo esperaba el momento hist6rico y ‘su conduceién para manifestarse”. Anruro JAURETCHE En un breve ensayo que publicara recientemente el mensuario “La memoria de Nuestro Pueblo”, procuré exponer ceftidamente una idea so- bre la que vengo cavilando hace tiempo, y que proclama que la magnitud de la revolucién politica operada a partir del 17 de octubre de 1943, no puede ser cabalmente comprendida si no se la ubica en el contexto de la revolucién cultural acontecida en las décadas precedentes. En dicho texto confesé, ademas, que el escasamente difundido trabajo de Juan Waldemar Wally “Generacién de 1940: Grandeza y frustracién”, con el que providencialmente habia tropezado un par de afios atras, me habia servido de puntapié inicial para elaborar tal hipétesis. Dicho tropiezo se produce cuando, ciertamente afligido por un ambiente historico caracterizado por el desasosiego, el hastio y la in- certidumbre, retomo los estudios sobre algunos autores vinculados con aquella modalidad epistemolégica que Fermin Chavez definié como Pensamiento Nacional. Abocado a tal tarea, y restablecido para siempre el persuasivo vinculo que me uniera a Ratil Scalabrini Ortiz, patriota, literato y norte ideolégico de FORJA siento, imperiosamente, la ne- cesidad de indagar con mayor precisién esa notable progenie a la que perteneciera el correntino, Fue entonces, en ese ambito de exploracién y gracias a la Internet, herramienta de potencialidades ain desconocidas en materia de informacién y comunicacién, que fui a dar con el trabajo de Wally. Poco tiempo transcurrié entre que el autor de esta obra y quien les escribe estableciéramos ese primer contacto virtual, transmutado luego en tertulia telefénica, El primer encuentro personal se produce en aque- 10 JUAN WALDEMAR WALLY lla Primera Jornada sobre el Pensamiento Nacional organizada junto al amigo Luis Launay en noviembre de 2004. Alli, un breve pero muy enriquecedor intercambio de opiniones respecto del trabajo en cuestién, ‘me permitié reorientar mis indagaciones. La obra que Juan W. Wally me honra en prologar tiene, para quien les escribe, una virtud que probablemente sélo podamos ponderar en su real dimensién aquellos que nos dedicamos a indagar en la historia. Y permitaseme decir que la de Juan es, precisamente, el tipo de explora- cién que suele dar en Ia tecla. ‘Adentrdndose con una notable intuicién en una cuestién que suele ser Ilamativamente soslayada por nuestra intelligentzia, Wally pone en evidencia, en el presente ensayo, una cuestién que pocos 0 quizas nadie habia acreditado hasta entonces, al menos de una forma tan precisa, tan clara y tan explicita. Me refiero a la intima relacién que sugiere entre la revohicién estético cultural protagonizada por la generacién décima, y los componentes y caracteres esenciales del movimiento peronista. Centrado esencialmente en Ia labor artistica, estética y cultural de una progenie que define como “generacién argentina de 1940” (consti- tuida por hombres y mujeres nacidos entre 1888 y 1902), Wally sostiene que nos encontramos, sin lugar a dudas, ante un grupo humano que constituyd una de Ias mayores riquezas de nuestra historia reciente, y que a partir de su licida, creativa y comprometida obra protagonizé, a partir del afio 1940, “una gran transformacién econémico-social” teniendo a la “justicia social” y a la “soberanfa integral” como valores dominantes en el marco de una magnifica “revalorizacién de nuestras raices culturales”. Esta generacin “décima” tiene, para Wally, su etapa de formacién entre 1910 y 1925, de gestacién entre 1925 y 1940 y de gestién entre 1940 y 1955. Entre las ideas fuerza que el autor resalta como caracteres esen- ciales hay en su obra dos que, a mi criterio, merecen especial atencién. En primer lugar, el hecho de que esa generacién conciba e impulse una profunda revoluci6n estética promoviendo “una ruptura con las formas consagradas, a partir de una nueva sensibilidad”. Para fundar tal aseve- racién, Wally retrata especialmente a una corriente literaria (“Florida”) que produjo diversas publicaciones entre las cuales sobresale Martin ‘OENERACION ARGENTINA DE 1040, GRANDEZA ¥ FRUSTRACION n Fierro, érgano de difusién que constituye la “expresién de un vigoroso y pluralista movimiento cultural generacional con el vanguardismo lite- rario: Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal, Oliverio Girondo, Ernesto Palacio, Eduardo Gonzalez Lanuza, Conrado Nalé Roxlo, Francisco Luis Berndrdez entre otros. Rail Scalabrini Ortiz, tuvo afinidad con “Flo- rida”, Coexistiendo con este circulo, otro grupo, reunira a socialistas, comunistas y anarquistas (“Boedo”), entre ellos, Alvaro Yunque, Elias Castelnuovo, Roberto Arit, Nicolas Olivari, Armando Cascella, Enrique Gonzélez Tufin, quienes expresaran “la revolucién politica, aunque a través de formas tradicionales (realismo, naturalismo)”. Armando y En- rique Santos Discépolo tuvieron afinidad con esa corriente. Mas all de Jos interrogantes planteados respecto a Ja real conformacién de ambos ‘grupos, lo cierto es que la sola mencién de los autores y Ia vigencia de sus obras, nos exime de cualquier comentario respecto de su importancia y originalidad. Cabe seflalar ademas, como lo demuestra Wally, que esta explosién estética ejemplificada con la referencia al acontecer literario, en manera alguna se circunscribira a lo retorico sino que se expandiré a todas y cada una de las expresiones artisticas, sea a partir de una le- gitima aspiracién que responda a factores endégenos, sea a partir de la adaptacién de orientaciones provenientes de afuera. Por otro lado, la revolucién estética a la que refiere Wally no se cifié a una simple travesura orientada hacia el quebrantamiento de las formas sino que, probablemente y debido a las condiciones politicas, sociales y econémicas de la época, se extendié hacia el sustrato cultural promoviendo un auténtico nacionalismo cultural. En mi opinién, hay al menos tres factores que incidieron en tal fendmeno: las condiciones de desigualdad existentes en la relacién bilateral de nuestro pafs con el Reino Unido de Gran Bretafia, la existencia de una oligarquia displicente ¢ insensible respecto al componente étnico-cultural nativo, y el entonces creciente y activo aluvién inmigratorio. Wally sostiene, certeramente, que durante el periodo bajo anilisis se produce “una revalorizacién de 1a cultura hispano criolla ~ya iniciada principalmente por Manuel Galvez y Ricardo Rojas~ y mas conereta~ mente a partir del rescate del prototipo gaucho del Martin Fierro por Leopoldo Lugones”. Por su parte, Rail Scalabrini Ortiz y Arturo Jauret- 12 JUAN WALDEMAR WALLY che, probarin fehacientemente que “nuestra dependencia econémica esta estrecha y s6lidamente imbricada con nuestra dependencia cultural”. El espiritu de la tierra del que habla Scalabrini, asi como el mito gaucho de Carlos Astrada, y la original revalorizacién del Martin Fierro de Leopoldo Marechal, constituyen para nuestro autor “jalones literarios que marcan una actitud vital generacional frente a la tradicional anglo- filia y francofilia de las clases dirigentes tradicionales”. A todo ello se sumarén, entre otras, “Las denuncias del imperialismo y la oligarquia vernacula de los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta, Ernesto Palacio, Rail Scalabrini Ortiz, Ramén Doll, Diego Luis Molinari y José Luis Torres” asi como el “movimiento del revisionismo histérico que tiene como sus adalides a los ya mencionados hermanos Irazusta y Ernesto Palacio; el Instituto de Investigaciones Historicas Juan Manuel de Rosas serd fundado en 1938". La revolucién estética y el nacionalismo cultural se expresarén, en- tonces, a través de una innumerable cantidad de obras y artistas en todos Jos campos del quehacer estético — cultural. En este sentido, el trabajo de nuestro autor, tiene la especial virtud de contener una medulosa y repre- sentativa enumeracién de esos dominios, permitiendo al lector adquirir cabal e inmediata comprensién del fenémeno. “Los bellos paisajes de la Boca de Benito Quinquela Martin y los motivos camperos de las carica~ turas de Florencio Molina Campos que conectarin la belleza visual con el sentimiento popular”; el desarrollo de la miisica popular argentina a través de la obra “de Carlos Gardel, Ignacio Corsini, Agustin Magaldi, ‘Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Celedonio Flores, Francisco Canaro, Pascual Contursi, Enrique Cadicamo y Enrique Santos Discépolo; el {mpetu prodigioso de teatro nacional que tendré “a Armando Discépo- Jo, Alberto Vacarezza, Samuel Eichelbaum, Luis Arata, entre otros, su destacados cultores” y, finalmente la revalorizacién del folklore a partir de la obra de Juan Alfonso Carrizo y Carlos Vega serin expresiones di- ferentes de un mismo fendmeno que se constituirdn en verdaderos hitos culturales del pais. Cabrfa sefialar acé que el hecho de haber protagonizado un fendme- no tan potente como el que describe este ensayo no significa que el itine- rario politico de los integrantes de esta generacién haya sido homogéneo, CGENERACION ARGENTINA DE 10, GRANDEZA Y FRUSTRACION B y menos ain, su actitud frente al primer peronismo. La influencia de un proceso cultural tan poderoso como el que nos ocupa excede, y es logico que asi sea, la propia posicién de sus protagonistas. Sin embargo, desde una desapasionada lectura de la obra, y ubicado en una perspectiva que claramente se enlaza con la del autor surge, naturalmente, que la influen- cia de la generacién décima resulta decisiva para los acontecimientos sociales y politicos que ocurrieron a mitad del siglo pasado, en parti- cular para el surgimiento del movimiento nacional que condujera Juan Domingo Perén. En sintesis, queda claro que Wally acredita, con una claridad meridiana, que desde los albores del siglo pasado comienza a gestarse un movimiento estético-cultural, profundamente revolucionario, que sin lugar a dudas tuvo profundas y muy significativas incidencias en el dominio de lo politico. De ahi muestra proposicién de que la revolucién estético-cultural precede a la revotucién politica, a la que le otorga un sentido y contenido especificos. La labor interpretativa de este proceso estuvo, como queda acreditado en los tres voliimenes de “FORJA, 70 afios de Pensamiento ‘Nacional’, editados por la Corporacién Buenos Aires Sur, en las manos de Ia Fuerza de Orientacién Radical para la Joven Argentina (RO.R.J.A) y de otras luminarias de la talla de José Luis Torres, Ramén Doll, los hermanos Irazusta, Manuel Ortiz Pereyra, quienes al llevar al campo de la literatura politica los grandes lineamientos de la convulsién cultural, se transformaron en cultores de un verdadero protoperonismo, que ex- cedié, inclusive, sus propias expectativas y aspiraciones. Las afirmaciones precedentes encuentran sustento, ademas, en aquel interrogante que circulara en los ambientes filos6ficos locales de la épo- ca; la pregunta por la Argentina, 'a incégnita por nuestra identidad, que no sélo representaba la indagacién en nuestra tradicién en el sentido de configuracién ontol6gica de nuestro pasado, sino también la demarca- cién de un universo de pertenencia y de sustento para nuestro futuro. El recientemente desaparecido Fermin Chavez, en clara sintonia con esta afirmacién, nos legé una tesis sustantiva que afirma que “Las crisis argentinas son primero ontolégicas, después éticas, politicas, epistemo- logicas, y recién por tiltimo, econdmicas”. Esta afirmacién, que obra como orientacién vital para mis indagaciones, retoma un interrogante de 4 [JUAN WALDEMAR WALLY ta época que hoy sigue cobrando notoria actualidad. Gerardo Oviedo', con certeza advierte que el pensamiento filos6fico argentino de aquellos tiempos, implicaba “un estado critico de autorreflexién sobre los desti- nos emancipatorios de esta nacién sudamericana y del continente. Cierta ‘conciencia de si. Una autorreflexién histérico intelectual, no s6lo como tun modo de encarar Ia prosecucién de una tradicién, sino como priéctica para esbozar un horizonte de comprensién sobre nuestras expectativas Vitales como mundo cultural y comunidad politica”. Coriolano Alberini* citado por el mismo Oviedo advertfa, por su parte, que en ese momento histérico “Los pueblos de vocacién ciudadana poseen una manera propia y esponténea de sentir la vida que se corporiza en creencias que llegan a expreser intuitivamente una axiologia colectiva”, y Carlos Astrada, integrante de la décima generacién sentenciaba que: “BI pueblo auténtico es una unidad de destino prospectiva, dinémica, deviniente en pos de estructuras que lo interpreten y le dan forma consistente de comunidad histérica, de fines claramente marcados y de ‘medios excogitados con acierto. El pueblo cuando existe politicamente de verdad, es siempre la evolucién o la revolucién econémica, social y politica y asi crea sus propia estructuras, dentro de las que ha de en- ccauzar su vida y sus realizaciones”, Estas afirmaciones, sin duda, refuerzan atin mds la idea que fue objeto del ensayo mencionado al comenzar este prélogo, as{ como la enorme importancia que tiene el texto que Juan W. Wally presenta hoy fen sociedad, para fundamentar nuevos hallazgos en esta linea de pen- samiento. Cabe advertir, para finalizar, que el valor del derrotero propuesto por Wally no se circunscribe a las conjeturas que se puedan hacer respecto de nuestro pasado. Cobra hoy notoria actualidad por que ejemplifica ‘cémo una nacién espectfica ha reencauzado su destino a partir de la Oviedo Gerardo; “Historia Autéctona de las ideas filoséficas y autonomismo intelec- tual: sobre I herencia del siglo XX". www.abiblioteca.cdu. PXiberini, Corfolano; “La cultura filoséfica argentina” citado por Oviedo Gerardo; “tistoria AutGclona de ls ideas floséficas y autonomismo intelectual: sobre la herencia del siglo XX. www labiblioteca.edu.ar ‘GENERACION AROENTINA DE 1940, ORANDEZA V FRUSTRACION Is intuicién de una generacién que inicialmente se expresaba a partir de la produccién artistica. En tal sentido, venimos observando que nuevas sgeneraciones impulsadas por razones similares alas de aquellos hombres y mujeres, y otras vinculadas a su propio derrotero historico, se encuen- ivan hoy en condiciones de generar, formar y gestionar un movimiento de alto contenido estético, cultural y nacional. Quiera el pais que esa “nueva sensibilidad” que iluminé el espiritu de la generacién décima forjando una conciencia nacional y popular, irradie el de nuestras futuras generaciones y las impulse hacia los ci- mientos de un destino nacional mas justo y autosuficiente. Quiera ademés, el pais, que textos como el que hoy nos ofrece Juan Waldemar Wally, proliferen y contribuyan a guiar a esas generaciones en su bitsqueda ontolégica; haciéndolos concientes de sus indudables potencialidades para explorar y cimentar nuestra identidad nacional. Francisco José Pestana. La generacién argentina de 1940 —1a de los nacidos entre 1888 y 1902- fue la de mayores riquezas individuales de nuestra historia: pensadores, escritores, artistas, politicos, juristas, economistas. Esta generacién fue la protagonista de una gran transformacién econémico- social, de la revalorizacién de nuestras rafces culturales, consagré el re- visionismo histdrico. Tuvo a la justicia social como su valor dominante, acompaiiado por la soberania integral, en lo politico-econémico y en lo cultural. La década del 40 fue de esplendor para la musica popular rioplatense. Sin embargo, esta generacién no alcanzé a completar su ciclo histé- rico, su misién quedé trunca. Los graves sucesos de 1954 y 1955 marcan una fractura que signa a la Argentina por casi tres décadas. Este trabajo es un ensayo de reflexién ¢ interpretacién sobre las luces y sombras de un periodo crucial de nuestra historia, El affo del Libertador General San Martin ~1950— fue de plenitud histérica. Es cierto que desde el punto de vista econémico habian surgi- do nubarrones en el horizonte, pero el pueblo argentino gozaba mayori- tariamente de un alto nivel de vida, confiaba en el liderazgo carismatico de Perén y Evita, se multiplicaban las obras piblicas con contenido social (hospitales, viviendas, escuelas, hogares de nifios y ancianos) y, sobre todo, se sentia el inmenso orgullo de la argentinidad. El pais crecia, distribuia sus riquezas, tenia una licida politica internacional, y en multiples manifestaciones culturales afianzaba su sentir nacional: Ia década del 40 fué de oro para la miisica nacional, el cine y el deporte, y el revisionismo histérico avanzaba en forma vertiginosa a través de la infatigable labor de historiadores y ensayistas. Asi lo registro en mi ‘memoria (en 1950 ingresé en la escuela secundaria), pero lo confirmo a través de la investigacién histérica. 18 SUAN WALDEMAR WALLY A partir de 1940, y muy especialmente en 1943, se advierte el deci- dido paso al primer plano del protagonismo histérico de la generacién décima de la historia argentina, de acuerdo a la cronologia propuesta por Jaime Perriaux, inspirado en el pensamiento de José Ortega y Gas- set'. La generacién 10* es la de los nacidos entre 1888 y 1902, tiene su etapa de formacién entre 1910 y 1925 (“juventud de la generacién”), la de gestacién entre 1925 y 1940 y la de gestién entre 1940 y 1955. Dejo constancia de que, salvo expresa aclaracién, los protagonistas aqui nom- brados pertenecen a la generacién 10°, También en algunos casos consi- dero como pertenecientes a esta generacién a hombres nacidos en 1887 (Edelmiro J. Farrell y Armando Discépolo) y a otros nacidos en 1903 Guan Atilio Bramugiia, Antonio Benitez, Luis Gay y Eduardo Mallea), dado que segiin ef criterio de analisis generacional, el ailo “fronteriz0” entre una y otra generacién es difuso, de transicién: no se trata de un criterio cuantitativo sino cualitativo, de adhesién a determinadas ideas- fuerza y de una sensibilidad vital compartida?. No tendré en cuenta para el criterio generacional a los extranjeros aqui citados, salvo que hayan residido en forma permanente en la Argentina, pues este método supone compartir no sélo el tiempo histérico, la coetaneidad, sino también un mismo ambito geogrifico. De cualquier modo es interesante sefialar a la- tinoamericanos con una similar “sensibilidad vital” a la de Juan Domin- go Perén: el peruano Victor Manuel Haya de la Torre y el ecuatoriano José Maria Velazco Ibarra, que son de su misma generacién (Haya de la Torre nacié el mismo afto que Perén, 1895, y Velazco Ibarra en 1893). Esta generacién, a mi entender la de mayor riqueza en individua- lidades de la historia argentina, es valorada en su etapa juvenil o de formacién por Ortega y Gasset, quien en 1924 decia que sus mayores esperanzas estaban puestas en Ia juventud argentina -més aiin que en la espafiola-, aunque percibe en ella falta de disciplina y rigor mental. Decfa asi Ortega: “Son ustedes mas sensibles que precisos y mientras esto no varie, dependerdn integramente de Europa en el orden intelec- tual”, Afirma més adelante que Ia nueva generacién necesita completar sus magnificas potencias con una rigurosa disciplina mental. Tras su se- gundo viaje a la Argentina en 1928 ~finales de la presidencia de Marcelo T. de Alvear— escribe en un breve ensayo: “Me he estremecido al pasar ‘GENERACION ARGENTINA E 1940. GRANDGZA ¥ FRUSTRACION 19 junto a una posibilidad de alta historia y éptima humanidad con tantos quilates como la Argentina’, Efectuando una répida ojeada sobre Ia juventud argentina de 1924, en la cual Ortega depositaba tantas esperanzas, nos encontramos con los siguientes nombres (seitalo la edad en 1924): los filésofos Carlos As- trada (30), Tomas Casares (29), César Pico (29), Nimio de Anguin (29), Leonardo Castellani (25), Angel Vasallo (22), Luis Farré (22). Entre los pedagogos, Celia Ortiz. de Montoya (29), Juan Emilio Cassani (28), Juan Mantovani (26). Entre los escritores del grupo denominado “Florida”, Jorge Luis Borges (25), Francisco Luis Bernardez (24), Eduardo Gonzii- Jez Lanuza (24), Leopoldo Marechal (24), Eduardo Mallea (21). Entre los del grupo “Boedo”, Roberto Arlt (24), Armando Cascella (24), Nicolds Olivari (24), Leonidas Barletta (22). Historiadores como Rodolfo Irazus- ta (27), Julio Irazusta (25), Emesto Palacio (24). Volviendo a escritores y ensayistas: Ezequiel Martinez Estrada (29), Ratil Scalabrini Ortiz. (26), Arturo Jauretche (23). Un poeta popular como Enrique Santos Discépolo 23). Politicos como Gabriel del Mazo (26), Arturo Illia (24), Vicente Solano Lima (23), Crisélogo Larralde (22). Militares que tuvieron gran trascendencia politica, como Juan Domingo Perén (29), Eduardo Lonardi (28), Domingo A. Mercante (26). Economistas: Federico Pinedo (29) y Rauil Prebisch (23). Periodistas: Alberto Gainza Paz (25) y Roberto No- ble (22). Artistas plisticos: Aquiles Badi (30), Héctor Basaldia (29), Lino Spilimbergo (28), Horacio Butler (27), Enrique Policastro (26), Ramon ‘Gémez Cornet (26), Raquel Forner (22), Demetrio Urruchtia (22). Mé- sicos como Juan José Castro (29) y Luis Gianneo (27). Dejo constancia de que s6lo consideré algunos de ios més representativos de los nacidos entre 1894 y 1902, dejando de lado a los que en ese entonces tenian mis de treinta alos (nacidos entre 1888 y 1893). La némina completa podré consultarse en la cronologia que anexo, que incluye a los grandes culto- res de la misica popular rioplatense. IDEAS-FUERZA DE LA GENERACION DECIMA Idea-fuerza es la conjuncién de ideas, sentimientos y accién que dan sentido al destino de una comunidad. ;Cudles fueron las ideas-fuerza comunes a la generacién 10%, 0 a la mayor parte de ella? A mi entender: el estatismo, el nacionalismo econémico y cultural, 1a justicia social, la soberania politica, la revolucién estética, la renovacién del catolicismo, la revalorizacién del pensar filos6fico y el anti-liberalismo. ESTATISMO: la valoracién eminente del Estado como impulsor principal de las necesarias transformaciones econémico-sociales. Orte- ga y Gasset, con su fina percepcién, ya lo habia destacado en su visita del Ultimo trimestre de 1928 a la Argentina, Decia que le sorprendia el grado de madurez que habia alcanzado entre nosotros la idea del Estado, al mismo tiempo que alertaba contra los peligros del intervencionismo estatal’, Un destacado politico conservador, Manuel Fresco, gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1936 y 1940, resumia asi la con- cepcién estatista en discurso a la Legislatura de la provincia, en 1937: “Viejos conceptos liberales que han entrado en crisis ante la compleji- dad creciente de la vida social contempordnea, pugnan por sobrevivir, y sirven de argumento para organizar la resistencia encubierta 0 expresa contra fa intervencién cada dia més vasta, cada dia més urgente del Estado en las diversas manifestaciones de Ia actividad social”* Los vientos que corrian en el mundo eran estatistas y no sélo en los regimenes totalitarios como el nacional-socialismo alemén, el fascismo italiano y el comunismo soviético, sino en los mismos Estados Unidos, con el “New Deal” del presidente Franklin Roosevelt. El intervencionis- ‘mo estatal Ilegard a sus extremos en Argentina a partir de 1943 con la creaciin de la Secretaria de Trabajo y Previsién, y el Consejo Nacional de Posguerra en 1944, Se sucederan la legislacién laboral, 1a naciona- 2 JUAN WALDEMAR WALLY lizacién del Banco Central, de los ferrocarriles y empresas telefnicas, la creacién de Gas del Estado y. de Aerolineas Argentinas, del Banco Industrial y del LA.PL., todos jalones sucesivos de un fuerte estatismo, que en parte al menos habia sido precedido por el pensamiento y la accién de Federico Pinedo como Ministro de Hacienda de Agustin P. Justo y Ramén S. Castillo (ambos de la generacién 9). La diferencia fundamental entre Perén y Pinedo esta, sin duda, en que el primero apuntaba a la independencia econémica, mientras que la posicién de Pinedo era la respuesta coyuntural a la crisis de 1929 primero y luego a la Segunda Guerra Mundial, y a la necesidad de ubicar a la Argentina en un realineamiento de fuerzas a nivel internacional, INDUSTRIALISMO: el despegue industrial o “take-off”, de acuer- do a la terminologia de Walt W. Rostow’, se desarrolla en Argentina entre 1933 y 1952, es decir que abarca dos generaciones, la novena y la

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