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ORACIÓN DEL CATEQUISTA
63+
a continuar tu obra de anuncio del Reino
854796+
que inauguró entre nosotros
-
Jesús, tu Hijo y nuestro hermano.
PARROQUIA
Con los profetas te quiero gritar:
y proclamar a todos
el Dios de la Misericordia.
tu mensaje en mi comunidad,
Ritos Introductorios
Nos hemos propuesto ir ayudando a conocer y comprender mejor los ritos de la Misa para
poder participar mejor en la celebración eucarística, vamos a comenzar a explicar los Ritos
Introductorios.
Colecta, ambos incluidos. Según la Ordenación General del Misal Romano (OGMR), tienen
como “finalidad lograr que los fieles reunidos constituyan una comunidad y se dispongan a oír
basílica, adquiriendo muy pronto la forma de cortejo. Algunos atribuyen al Papa Celestino I
cantado, con una antífona del mismo salmo, pero luego quedó reducido a una antífona.
Actualmente “puede emplearse para este canto o la antífona con su salmo u otro canto
acomodado a la acción sagrada o la índole del día o del tiempo litúrgico” (OGMR, 26). Por su
pretende “abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido e introducir sus
frecuencia es un canto de apertura, dado que no acompaña a ninguna procesión hasta el altar,
quizá porque se trata de una celebración cotidiana o porque se realiza en un lugar poco
Cristo y lugar del sacrificio eucarístico. Esta veneración se expresa con tres signos: la
de todos los pueblos; dirigido al altar, el gesto se convierte en un acto de homenaje a Cristo,
al lugar del sacrificio y a la mesa del Señor, y se transforma a la vez en una súplica humilde
El gesto de veneración se completa con el beso. Como el altar simboliza a Cristo y el ministro
Esta veneración comenzada con la inclinación y el beso, puede completarse con la incensación,
cuyo simbolismo primario es de honor, aunque incluye también los significados de purificación
y santificación, según aparece en los ritos de la dedicación del altar, de la que cada
la Eucaristía, sino que “puede usarse libremente en cualquier forma de Misa” (OGMR, 235).
un acto de fe en la Santísima Trinidad y una súplica a las tres personas divinas. Gesto y
fórmula manifiestan que los fieles no se reúnen por propia iniciativa, ni en nombre propio,
Realizada la señal de la cruz, el ministro y los fieles se intercambian un saludo, por el cual “el
sacerdote manifiesta a la asamblea reunida la presencia del Señor. Con este saludo y con la
28).
El Misal emplea tres fórmulas de saludo inspiradas en la Sagrada Escritura, especialmente en
las cartas de los Apóstoles. El saludo es una promesa de salvación por parte de Dios. La
una respuesta al ministro de Cristo, dispensador de los misterios de Dios. Se desea que el
Señor esté con “el espíritu” del ministro (no el alma -dice S. Juan Crisóstomo- sino el
Espíritu que ha recibido por la imposición de las manos) para que realice bien su ministerio.
Palabra y de la salvación de Dios, de su gracia. Por parte del hombre, debe haber una
adhesión y una acogida llena de gratitud. Cada hombre debe recibir desde su libertad la
El rito penitencial
En la Didajé, obra escrita a fines del siglo I, se escribe: “Reunidos cada día del Señor, partid
el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro
Como vemos, el germen del acto penitencial al principio de la Misa se encuentra en los
antiguos libros litúrgicos. Muy pronto se expresará con la postración del sacerdote al pie del
altar, como actualmente sucede en la celebración de la Pasión del Señor del Viernes Santo.
Alrededor del siglo X aparece este rito incluido en los misales y consistía en la recitación por
indignidad como ministro del Santo Sacrificio. Sólo en el Misal de Pablo VI este rito se
extiende a toda la comunidad, pues hasta entonces era sólo el sacerdote quien lo realizaba.
En los domingos, especialmente en tiempo pascual, el acto penitencial puede adoptar la forma
de la aspersión con el agua bendita. Tiene el sentido de recordarnos nuestro bautismo y nos
«Yo confieso, ante Dios todopoderoso»... A veces, con malevolencia, se acusa de pecadores
a los cristianos piadosos, «a pesar de ir tanto a Misa»... Pues bien, los que frecuentamos la
Eucaristía hemos de ser los más convencidos de esa condición nuestra de pecadores, que en
la Misa precisamente confesamos: «por mi gran culpa». Y por eso justamente, porque nos
más humilde petición de perdón a Dios, el único que puede quitarnos de la conciencia la
mancha de nuestros pecados. Y para recibir ese perdón, pedimos también «a Santa María,
siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos», que intercedan por
nosotros.
lleve a la vida eterna». Esta hermosa fórmula litúrgica, que dice el sacerdote, no absuelve
de todos los pecados con la eficacia ex opere operato propia del sacramento de la penitencia.
Tiene más bien un sentido de petición, de tal modo que, por la mediación suplicante de la
Iglesia y por los actos personales de quienes asisten a la Eucaristía, perdona los pecados
leves de cada día, guardando así a los fieles de caer en culpas más graves. Por lo demás, en
otros momentos de la Misa -el Gloria, el Padrenuestro, el No soy digno- se suplica también, y
se obtiene, el perdón de Dios, aunque como decimos, el perdón de los pecados graves,
las intenciones, y los niños que están allí, muy numerosos, responden siempre Kyrie eleison.
La Ordenación General del Misal Romano dice: “Es un canto con el que los fieles aclaman
misericordia.
Con frecuencia los Evangelios nos muestran personas que invocan a Cristo, como Señor,
solicitando su piedad: así la cananea, «Señor, Hijo de David, ten compasión de mí» (Mt
15,22); los ciegos de Jericó, «Señor, ten compasión de nosotros» (20,30-31) o aquellos
confesar que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre» (Flp 2,3-11).
Este mes, en Nuestra Parroquia...
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