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supone la combitiacién de varios modos de produccién yy sus variaciones internas, y de la superestructura cultti- ral e ideolégica; por fin, el plano coyuntural que, como hemos sefialado varias veces, conduce a la diversifica- cién del comportamiento de las clases y grupos segin las diversas situaciones coyunturales. El andlisis de clase debe combinar todos estos planos para lograr su verdadera concrecién cientifica. EI plantear la posibilidad de un andlisis coyuntural relacionado a un andlisis estructural y “modal” plan- tea el problema del papel de la conciencia en el desarro- Mo de la historia que se resume practicamente en. el problema de la previsién y del planeamiento. Si logra- mos no sélo prever el movimiento posible de determi- nados modos de produccién y estructuras sociales, sino también el desarrollo posible de coyunturas determina- das podremos actuar sobre el momento socioeconémi- 0 y politico de manera consciente y a través de los instrumentos apropiados. La ciencia social encuentra asi surealizaci6n mas perfecta. El andlisis de la lucha de clases desarrollado en este conjunto de niveles y debida- mente integrado seria el elemento clave paraesta unién enue la teorfa y la practica. Es interesante notar que este ideal cientificoseopone profundamente a una ciencia positivista que’ busca leyes generales validas en si mismas. Nuestro analisis, de clase nos conduce exactamente a lo particular y busca leyes especificas y no generales. No es posible ues separa el andlisis de clase de ciertas condiciones metodolégicas que necesariamente supone. *Usamos “modal” al referimos a os’ madlos posibles derelaciones dentro de un modo de produccin a 60 Z 074128 IIL LA CONCEPCION MARXISTA DE ., LAS CLASES SOCIALES AGUSTIN CUEVA En la teorfia marxista el concepto de clase social difiere fundamentalmente del que puedan asignarle otras escuelas sociolégicas por varias razones: 1. El marxismo no concibe a las clases sociales como ‘simples caugorias_nominales constuidss a partir de un 1ema_légico-formal aplicable a ‘cualquier so- Ia sodedad en tres clases: alta, media y baja, por mas que tal divisién aparezca “refinada" con nuevas subdi- visiones (clase media alta, clase media media, clase media baja, etc.), 0 que dichas categorias se rellenen con datos empiricos provenientes de ‘lacombinaciénde miltiples “indicadores!: EI marxismo tampoco cree que la estructura de consista en 135 simples diferencias de ingresos, reflejan, a grosso modo, posiciones sociales distintas, pero se trata de los efectos mAs visibles de determinadas estructuras de clases y no de elementos fundadores de tales estructr: 3. Ni siquiera la. magnitud de la “fortuna” o “rique- za” de los miembros de una sociedad es para el marxis- ano ef elemento tundamental de Ta estructura de clases. fo s6To que aquellos terminos son bastante imprec. Sos, sino que, ademds, en el interior de una misma clase Ja magnitud de la “riqueza” puede diferir notablemen- tefde ae individuos a otros, asi como, en sentido inverso, la “fortuna” de los miembros de dos 0 mis (toa la masade la poblacion de paisen trabajadores. La Sdominacién del capital ha creado aesta maéa uma situa: $id comin, intereses comunes. Asi, pues, esta masa es ye una clase con respecto al capital, pero atin no e una L$ élase para si. Losintereses que defiende se convierten en * Bintereses de clase. Pero la lucha de clase contra clase es tuna lucha politica"\~; t sy ~Al-constsuir.e] concepto de clase-en dos.niveles,.clde Lashase.Mienst:-y.el de la clase.sparasi", Marsretiene, pues,.con.una terminologia.que.tal.vez.no.sea.Ja mas “apropiada, Ja doble dimensién.del problema: 1.1, Las clases sociales comocelecto de la matrizecond- mica de determinados modos de produccién y forma- Gones sociales sobie Tos agentes de la produiccién, x us z . ¢ BS Pex Pee parerse DR nec fe-thtisena de la filosofia: Ediciones de Culeura Popular, México; 1972, pp. 157-158. El segundo subrayado-es nuestzo. : a 2. Las clases como verdaderos sujetos,hisyéricas, ca- " ‘paces de aciuar sobre las estructuras y transformarlas; sujetos que devienen talesa través dela lucha de clases y por el desarrollo de una organizacién y una conciencia de clase. ~ Eula concepmualizacién, en la que la reconstitucién “I6gica” de las clases coincide con su reconstitucién ‘thistérica’’* es ademds relevante en la teoria marxista [por tres razones: 1. Porque permite realizar un anilisis objetivo de la estructura de clases y una previsién hist6rica asimismo objetiva, quie son Tos fundamentos necesarios para una correcta prictica politica. 2. Porque sdlo sobre la base de aquella distincién.es posible definir objetivamente la conciencia de clase, que no eé igual al conjunto de ideas y representaciones que sus miembros puedan tener en determinado mo- mento (conciencia psicolégica inmediata), sino que consiste en la conciencia de “lo quedebe histéricam ise) en conformidad con su ser” (Marx, li). istincién permite fijar el papel exacto 3. Porque tal de la'yanguardia politica (partido de clase), que.consis- ie Justamente en convertir a Ia clase, “en si” en clase para SS ¥ CLASES, ESTAMENTOS, CASTAS 2EI problema de los “estamentos” y las “‘castas” sobre todo de estas ultimas— ha sido ampliamente ... El Ginico méiodo indicado (es) el Logico, Pero éste no «sen realidad, mis que el método histérico, despojado dinicamente de so forma ‘historica-y de las contingencias perturbadioras. Alli donde ‘omienza est historia debe comenzar también el proceso discursivo, y el desarrollo ulterior de éste no seré mds que la imagen relleja, cn forma abstractay teéricamente consccuente, de a trayectoria histori ..". Engels: Contribucidn a la critica de la economia politica de Garlos Marx, en Marx, Engels: OF. p. 354 2 ‘desarroliadaipor la:sociologia.no.marxista, que por lo: ‘general opone tajantemente la organizacién estimen+ astas a lade las clases sodalles. Son demasiado conocidos los razonamientos-en el sentido de que, mientras los estamentos y las castas constituyen siste- mas “‘certados”, las clases se cifacterizan por confor- ‘matap sistema “ "que permite una amplia movilidad horizontal y vertical de sus miembros. Este no es, desde luego, el lugar apropiado pata entablar una discusién amplia sobr¢ este asunto; slo quisiéramos observar que incluso ciertos autores que en términos'generales aceptan los puntos de vista de Marx sobre las.clases sociales en la sociedad capitalista, estiman que ellos pierden pertinencia tratandose de las. formaciones precapitalistas. Es, por ejemplo, la opi- nidn del socidlogo francés Georges Gurviteh, para quien las clases “'s6lo aparecen en las sociedades globa- les industrializadas en las que los modelos técnicos y las funciones econdmicas estan particularmente acentua- das”.® Gurvitch llega incluso a afirmar que “Marx ha tacilado mucho en cuanto a saber si habria de recong- Ger la existericia de las cla ses en todo tipo dé’ sociedad, {uera de las sociedades arcaicas y dela sociedad futura o comuiiista completamente realizada”.!° » Sin embargo, Marx es perfectamente claro sobre este punto: "La historia de todas las sociedades hasta nues- {tWos dias es la historia de la lucha de clases”; escribe en ‘el Manifiesio, aunque Engels observa, con razén, que el. ‘érmino “todas” no incluye, obviamente, a las socieda- = “pre-hist6ricas”, es decir, preclasistas. {Para el_ marxismo, entonces, las clases séciales son algo inherente no sto ' modo de produccion capita- lambiena o1ros, como el feudal yelesclavisia. *Georges Gurvitch: El concepto de clases sociales, de Marca nues- (00s dias. Ed. Nueva Vision, Buenos Aites, 197, p. 198. 0p. cit, p. 85. B ee Ello no‘obstante; el fendmeno‘adquitreeantatteisticas distintas en estos tiltimos. 1:8 21288 Hem So Deciamos, en el numeral II de este trabajo, que en cada modo de produccién se da una forma diferente de aticulaci6n entre los niveles:econémico, juridico- politico ¢ ideol6gico, variando en cada caso el grado y la Torma de intervencidn de las dos instancias supetes- tructurales sobre la base econémica. Pues bien, esto no deja de tener sus consecuencias sobre la estructura de clases, que adquiere una forma diferente segtin el modo de produccién de que se trate. En el modo de produc- ci6n capitalista las clases sociales no s6lo que se gene- Tana nivel de la infraestructura econdmica sino que, ademas, aparecen como un puro efecto de ésta, sin que ni lo juridico ni lo ideoldgico intervengan directamen- te en su fijacién; en otros modos de produccién no cocurre lo mismo: “Es sabido —escribe Lenin— que en las sociedades es- layistay feudal las diferencias ente las clases quedan también fijadas en la division de la poblaci6n por est “| mentos, asigndndose a cada clase un lugar juridico es- pecial en @l Estado, Por 60, las dases de las sociedades, ‘esclavista y fetidal (y también de la sociedad det régi men de la servidumbre) eran ala ver estaimentos.distin- ‘tos. Por el contrario, en lazociedad capitalista, ena so Giedad burguesa, todos los ciudadanos son juridica- mente iguales, la divisién’por estamentos ha sido abo- Iida (por lo menos en principio) y, por eso, las clases hhan dejado de ser estamentos. Ladivisin dela socidad cen clases es coma a Tas sociedades esclavista, feudal y burguesa, pero cn las dos primeras existian las clases estamentos, mientras queen la filtima las clases ya no son. cstamentos"™.! Texto que pone en claro algunos puntos: EL programe agrarto de In socialdemocsacia rusa, en Les alignsa de la lace obrera y elcampesinado, Ed. Progreso, Mosc, sL nota al pie de la p. 71 a 2eli Que ladivision en clasesexiste tanto en lasociedad: capitalista'como en otras donde las relacionies sociales 3e produccig se organizan en tomo a un mecanismo basico de explotacién (sociedad feudal y sociedad escla- vista y,.en general, formaciones sociales donde atin subsisten regimenes o modos de produccién serviles'o basados en la esclavitud). 2. Que en todos estos casos e trata, en lo esencial, del mismo fenémeno. 3. Que, sin embargo, alli donde predominan o por lo menos subsisten los modos de produccién feudal 0 esclavista, las diferencias de clase quedan también fija- por un lugar asignado a cada una de ellas a nivel juridico —lugar que, insistimos, no es el de generacion Tas clases (que en cualquier modo de produccién esl econ6mico), sino de fijacién de las mismas. De manera que, en términos generales, podriamos afirmar que un sistema de estamentos no es otra cosa que una estructura de clases sobredetermninada, en cier- fos modos de produccién; por la intervencién directa el nivel juridico; de la misma manera que los sistemas Mamados de castas son estructuras de clase sobredeter- minadas por una intervencién’acentuada del nivel ideolégico, que se encarga de fijar las divisiones de ‘clase como un sistema basado en diferencias. étnicas, culturales u otras. (En América Latina-tenemos ejem- plos histéricos importantes de estos dos tipos de sobre- determinacién, combinados y ligados ala existencia de varios modos precapitalistas de produccién: En algu- nas dreas donde tales modos o sus secuelas subsisten, todavia el fenémeno es observable y lasociologia conti- nental lo ha registrado con una formula bien conocida: “colonialismo interno”), . Una observacién mas sobre este punto: Las superes- wucturas juridico-politica ¢ ideologica poscen, como ya lo vimos, unt gfado de ationomia Felativa, el cual determina que, na ver gue se han esiablecido.con.gu % intervencién sistemas .estamentales-o de. castas,:éstos pueden.evolucionar. también de manera relativamente auténoma, generando sucesivos desfasamientos y con- tradlicciones. De donde se derivan dos problemas int mamente relacionados entre st 1. El de la no correspondencia exacta entre la estruc- tura de clases y su fijacién superestructural en “esta- ‘mentos” o “castas”: obviamente, éstas y aquéllos no reproducen como un caloo a la primera. 2. El conflicto, en determinados momentos de transi- ibn, entre una estructura de clases que ha evoluciona- do en concordancia con el desarrollo de un nuevo modo de produccién, y los sistemas de “‘estamentos” 0 “cas- tas" que se conservan como sobrevivencia de los ante- riores. Proceso dialéctico.que siempre tiendea resolver. se de acuerdo con las necesidades inherentes.a la reproduccign del modo de produccién hegeménico, ARTICULACION DE LAS CLASES EN UNA FORMACION SOCIAL Hemos analizado hastaaqui el problema de las clases sobre todo en su nivel tebrico mas abstracto; esto G, a nivel del concepto de modo de produccién. Ahora es necesario ubicarse en un plano més concreto, el de.una formacién social, para examinar algunas de las caracte- risticas que la estructura de clases puede presentara este nivel. 1. En primer lugar tenemos el problema del niimero de las clases que, como se vio, son fundamentalmente dos para cada modo de producciép en el que existe un fecanistio de explotacién que, en-el plano de las rela- Giones sociales de produccién, organiza necesariamente oposiciones bipolares: amos-esclavos, sefiores-siervos, burguesia-proletariado. Ahora bien, .basta pensar en el hecho de que una formacién social articula en su seno varios modos de. 16 ‘gbroduccién para comprender la raz6n por la ‘cual el “aflimier de las clases puede aumeniar sensiblemente a ‘este nivel. 2. En segundo lugar, la misma articulacién compleja de modos de produccién, y ain de instancias de étos, puede pioducir ciertas “asimetrias” en la estructura de clasés de tina formacién social. Es bastante conocido aquel_pasaje de los Grundisse en el que Marx afirma que “hoy dia Hamamos con justo titulo capitalistas a los propietarios (esclavistas, A.C.) de las plantaciones americanas"! afirmacién que parece fundarse en el hecho de que tales propietarios actuaban ya, a nivel de la produccién misma, de acuerdo a leyes propias de la economia capitalista. Sea de ello lo que fuete, lo cierto es que esto plantea necesariamente el problema de una “asimetria” en la medida en que el esclavo ya no tiene frente a sf un simple amo esclavista, sino un propicta- tio de esclavos que constituye ya una fraccién de 1a burguesia. Se trata, desde luego, de lo que el propio Marx Mamé “una anomalia en el mercado miindial basado en el trabajo libre".18 yi "3, Tenemds, ademés, rndltiples sitwaciones“mix- tas, que ya no pueden ser conceptuadas como simples ‘anomalias", sino que son fenémenos i La formacionesacenuutamente fee een ee: 19. Tales situaciones son, por ejemplo, fa tenlentes semti-capitalistas (aquellos que en ‘América Latina han recibido el nombre de “oligar: quia’); o la del serni-proletariado, enel que tanto insis- i6'Lenin al estudiar la formacién social rusa: 1. “=: Ems paises capitalistas atrasados, como Rusia, la mayoria dc la poblacién se compone de semi-proleta- "Marx: Fundamentos de la critica de la economia politica, «1, Editorial de Ciencias Sociales, Instituto del Libro, La Habana, ier se Libro, Ca Habana, 1970, 2 Fuandamentos.., loci 4 tati05:es deci, dle hombres quedurante una parte del afio ‘viyen coma prpletarios que si quieren comer tienen que recurri, en cierta medida, al tfabajo asalariado en em- presas capitalistas”." 4. Laarticulacion especifica de una formacién social ega incliiso'a constituir en clase a ¢iertos grupos soa és_que en rigor no lo serian’analizados en el nivel ‘ebrico més abstracto, el del modo de produccién. Los campesinos parcelarios, por ejemplo, cuya forma de produccién (mercantil simple) en sf misma no genera clases sociales, se convi 1 clase en Ia medida en que sus condiciones econ de existencia los dis- tinguen por su modo de vivir, por sus intereses y por sit cultura de otras clases y los oponen a éstas de un modo hostil”. Es decir, en la medida en que estin articulados de cierta manera en cl conjunto de una formacién social: sometidgs, por ejemplo, en el caso de las forma- listas, a los “modos” de explotacin se- cundarios del capital” (usura, impuestos, mecanismos desfavorables de intercambio, etc.) 5, En el caso del “lumpenproletariado”, ¢, por su parte, un_buen“ejemplo, de ozo, tipo de eféctos, de la egtruqqura concreta de una formacién, soci sistema de clases. En ef nivel mas abstracto del analisis, cierto fenémeno (que en Amiérica Latina ha sido perci- bido ideoldgicamente como “marginalidad”) puede conceptualizarse coino presencia de un “ejército indus- trial de reserva”, dé una “masa marginal” o de una combinacién de ambos. Sin embargo, es evidente que entre estos conceptos y el de “Iumpenproletariado” no existe una estricta homogencidad tedrica. Este Gltimo concepto sélo puede construirse (como lo han hecho “Una gran iniciativa, O.E,, vol. 8, 232. 1G Marx: Las huchas de clases en Francia, en Mars, Engels: O.E., 4p 184, 8 »Marx y Engels en muchas de sus obras'*);teniendo en “ctienta ciertos efectos secundaiios'de 1a’matriz'de una {Grmacién social, y en especial el modo de vida que ella genera en ciertos niveles. Es decir, considerando esa “esfera de la vida extraproductiva que se caracteriza por las condiciones materiales, las relaciones entre los hombres y las formas de su actividad vital”. Factor que, claro esta, slo cobra relevancia cuando se.rata de ‘grupos distintos de las clases sociales fundamentales y + euya situacién se define, justamente, por su no inser- cidnven las relaciones basicas de produccién. 6. En fin, la articulacién de modos de produccién en una formacign soaal puede producit situacionesextre- madamente complejas, en aquellos momentos de tran- sus dlotos sobre“un_minmo grupo-cancieto, al que ubican en una situacién de clase ambivalente. Tal seria la situacién que analiza Lenin en el siguiente texto: ““Ponemos entre comillas la alabra campesinado para scfialar la existencia en este caso de una contradiccién s+ squeesté fuera de toda dudacen lasociedadl conmtempor’- tea el campesinado ya no cs, naturalmentc, uma clase ‘> indivisa. Y quien se sorprenda de tal.consradiccién cs tre, Quese olvidadeque nose trata deuna contradicidn de- “vada de la exposicin o implicit en la docrina, sino de una conuadiecin del vida misma, No e una con- tradiccién inventada, sino una contradiceiindialética |, viva. Por cuanto la sociedad del régimen desevidum- bre estdsiendo desplazada de nuestro agro por fa 0c dad “‘contempordnea”” (burguesa), el campesinado de- ja de ser una clase, dividiéndoseen proletariado agrico- ay burguesia rural (grande, mediana, pequeta y pe- MCL en especial El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte y Las lua cts on franc de Mae Las Guts canesos cn Alemania, de Engels. e "Dicionario marist deflosofa, Ediciones de Cultura Poplar $h. Mocca 1972 path : Soe 79 + quefiisima). Por.cuanto se conservan aim lasrelaciones __del régimen de servidumbre, el “campesinado" sigue siendo una clase, es decir, lo repetimos, una clase no de Ta sociedad burguesa, sino de la sociedad del régimen de servidumbre. Estos “por cuanto" representan una rea lidad viva que se manifiesta en ese complejisimo entre- lazamiento de las relaciones propias del régimen de la servidumbre y del régimen burgués que se observa ac. tualmente en el agro ruso. Expreséndonos en los termi- nos usados por Marx, diremos que la renta en trabajo, larentaes especie, larentaen dinero y la renta capitalis- ta se entrelazan en nuestro pais del modo més capricho- ESTRUCTURAS, PROCESOS, HISTORICIDAD CONCRETA ‘Tal como hemos venido viéndolo, las clases son deli- niles, primero, en un nivel te6rico altamente abstracto que es captado por el concepto de modo de produccién; luego, son aprehensibles. en. un-plano zmés,concreto, cuando las estudiamos organizadas y redefinidas por su articulacién especifica en una forma social. Pero toda- via hay algo mis, que debemos recalcar: las clases no forman parte de una realidad estética; sino de totalida- des orgénicas “en movimiento”; esdecir, de estructuras que son al mismo tiempo procesos. ¥ eseste movimien- to hist6tico, precisamemte, el que confiere sentido a su articulacién. Lenin escribe, por eso, lo que sigue, refiriéndose al problema planteado en la cita precedente: ‘.- En el campo ruso coexisten dos ipos de contradic- cciones de clase: en primer lugar, lascontradicciones en- ze los obreros agricolas y los patronos rurales; en se- sgundo lugar, las contradicciones entre todo el campesi- MEL programa agrario de la socialdemocracia rsa, op. cit p. 7 80 jes" nado, toda la clase de los terratenientes. La primera ‘ontradiccién crece y se desarrolla; la segunda se va de- bilitando poco a poco. La primera pertenece toda ella al futuro; la segunda, en medida considerable, al pa- sado"." En efecto, en un corte estructural instantaneo (“‘sin- crénico”, si se quiere), ¢l entrelazamiento de las clases del agro ruso, igual que el de los distintos tipos de renta, podrian parecer “‘caprichosos” (término que, por lo demés, no pasa de ser una imagen en el texto de Lenin); pero, habida cuenta de que dicha estructura- cién de clases forma partede un proceso, los sistemas de contradicciones que en ella se entrelazan adquieren una jerarquia y un sentido: uno de ellos pertenece en rigor al “pasado”, el otro al “futuro”; éste crece y se desarrolla, aquel va debiliténdose paulatinamente. Mas no slo hay ésto. Las clases, como ya lo vimos, -no son dinicamente efectos pasivos dela infraestructura “{econdmica de Ta sociedad-sinio-que, a waves de Tos ‘Blyetes poltticg € ideologico, se convierten en verdade- os agenics sociales y, ejLesie sentido, lenen-una iisto- ia,"su propia historia. Asi, gran parte de Tos “campesi- .ghos™ protagonistas del movimiento revolucionario smexicano de la década de 1910, por ejemplo, eran ya “‘peones” asalariados o por lo menos semiasalariados. Ateniéndose a estos solos datos, hasta seria posible demostrar que en los afios de la revolucién el “proleta- stiado” ya era el grupo predominante enue los pobres del campo. Sin embargo, cémo explicarse la ideolo; y el comportamiento politico de los dos grandes movi- _Mientos agraristas de la época si nose tiene en cuenta el -hecho de que aiin aquellos “asalariados” que los inte- graban no constituian todavia un proletariadoen senti- + MEI partido obrero y et campesinado, en La alianza de la clase obrera y el eampesinado, p59. ; 8 - sdo'estricto sino mas bien, en su historicidad concreta, tin campesinad6 en:turso de prolewarizacion?* Ejemplos como el precedente podrian multiplicarse al infinito; més, lo que nos interesa recalcar ¢s s6lo una cuestién de principio: sin la recuperacién de aquella historicidad, el andlisis marxista corre el riesgo de no poder cumplir con una desus finalidades primordiales: Ia explicacién cabal de los procesos histéricos concre- tos. FRACCIONES Y ESTRATOS DE CLASE. E] andlisis de la estructura de clases en una forma- cién social dada presenta un problema mis, derivado del hecho de que las clases no son conjuntos absoluta- cone beeentoe Ct Gar oe at aE een de contradicctones secundarias en eI cuerpo social y FRE DURIEN CONST Tactorde primer importan. aarp 5s tales como el de crisis de hegemonia (cuando aquellas contradicciones se exacerban en €l Sno de la burguesia). El:problema de:las fracciones de clase sélo,puede ‘Tesolverse,-naturalmente, mediante el andlisis concreto: de cada -situacién-concreta; aqui nos limitaremos a ‘ofrecer algunas indicaciones generales, tomando como punto de referencia el caso de las formaciones capitalis- cane 1.Un primer factor dettmminante para Ja formacién de fratciones de clase, Jo que a la burguesia se ‘Capital. La ubicacion de &te como capital industrial, ‘comercial © Tinanciero, crea sendas fracciones de clase barguesia comercial y la burguesia financiera. Esta es solo una indicacion de orden general, insistimos, pues cada situacién concreta tiende a volver pertinente talo 2 }g- qual. rasgo diferencial, En, América Latina, por ejem+ + plo, la ubicaci6n del capital en laindustria urbana oen ‘agro parece haber sido uno de los factores de fraccio- namiento de ia burguesia, alli donde el capital inverti- doen uno y otro sector no era capital imperialista, claro esti, 2. Un segundo factor, muy importante, es el de la anicitacn ae E fa burguesia con determinada fase de servo el epialismo, La division dela burguesa ‘Hr MONOpdTica y no monopalica, por ejemplo, se refie- Tea este aspecto y remite al probleiiia de Tas relaciones ‘voretvapitatimpertalista y al determinar Ta existencia @-no-existenciarche ura burguesia nacional. Y¥ es necesario tener bien presente este criter7o, para no confundirlo con otros, como el del monto della riqueza, las diferencias “culturales”, etc. Asi, lo que separaa los propietarios de plantacién (gran burguesia agrari por ejemplo, de los Hamados campesinos “rico: Aburguesia media del agro), y los convierte en fraccio- anes de clase distintas, noes el hecho de que éstos sean. jfhenos “‘ricos” que aquellos ni, menos aiin, el que los, ‘primeros posean una cultura “urbana” y los segundos tina cultura “rural”. Lo tue los separa realmente, ¢s$u ubicacién en fases istinas, dung crondTogicienente Simattaneas, germ Tuccion.capitalista; los ‘Propietarios de plantacion pertenecen a Ta fase mono- :Pélica, los campesinos ricos no. g. 3: El tinico caso en que el moniode la,“riqueza" ¥ 165 xdngrésos adquiere relevancia como indicador de estrati- INeactor ene seno de una misma clase ¢s Cuando se fea Durguesia. Pero ello obedece a la \sttuactor fica de esta Clase (de “transicién”), cuya ‘Aindmica de disolucién se busca captar con dicho indi: ‘¢ador..En suma, no se trata de descubrir su estratifica- {fi6n presente como signilativa en S misma, sino por la Pendencia hacia Ia protetariactono etapa gICSamien- yo gucaquella revela (yeanse; al respecio, los andlisisde 288 Mao-Tsé-tung sobre la pequefia burguesfa en la socie- dad china®), - 5 4. En el caso de la pequefia burguesta también puede estab ferenciacion_segin Tas situaciones eraem = Ta producciOn arte- 7 ero ¥ Ta produccion pequefio- inaCriterio que adquiere pertinencia en la medida en que el desarrollo siempre desigual dél capi- talismo produce efectos diferenciadores sobre cada uno de aquellos sectores. 5. En lo que concieme al proletariado, el problema de las fracciones o estratos" parece estar mucho menos definido en Ia teoria marxista que para el caso de la burguesia. Lenin, por ejemplo, escribe lo siguiente: “Sélo una clase determinada, a saber, los obreros urba. 1nos y en general los obreros fabrles, los obreros indus. tales, estd en condiciones de dirigir a toda la masa de trabajadores y explotados en la lucha por derrocar el ‘yugo del capital, en el proceso mismo de su derroca- ‘miento,en la lucha por mantener y consolidar el triun- fo, en la creaci6n del nuevo régimen social, del régimen socialista, en toda Ia lucha por la supresin completa de las clases”. Este pasaje podria ser interpretado, por supuesto, en. el sentido de que sélo aquellos obreros constituyen el proletariado. Sin embargo, el problema no es tan sim- ple: gpor qué Lenin emplearia, entonces, la expresién obretos turbanos? Bien se podria entender que este tilti- ‘mo término est destinado a sefialar una diferencia entre proletariado urbano y proletariado rural y sacar la conelusi MAnilist de las clases deta sociedad china, aticiones en lenguas ‘exuranjeras, Pekin, 1968, p.5 ys. "Sobre ta diferencia enue ltacciones y estratos de clase véase N. Poulanuas, op. cit, p. 98 y s. "Una gran iniciativa, en O.E., vol. 8, p. 231. au ‘de que ciérias sobredeterminaciones que q - in sobre el segundo lo convierten en una fraccién de | se que necesita la direccién ideolégica del primero. Ademés, queda pendiente el problema de los obreros asalariados del sector comercial, a cuyo problemético Gstatuto se refirié Marx en algunos pasajes de El Capi- tal. De admitirse, como parece lo més acertado, que ellos también forman parte del proletariado 8 de hecho constituirian una fraccién del mismo, Marx sefala, justamente, que entre los obreros asalariados del sector comercial y “Jos obrerosempleados directamente por el ‘capital industrial tiene que mediar necesariamente la misma diferencia que entre el capital industrial y el ‘pital comercial y la que existe, por lo tanto, entre el ‘apitalista industrial y el comerciante”.* En términos similares podria plantearse el problema de los asalaria- dos del sector financiero y de aquellas actividades que ‘eontribuyen a la realizacién de la plusvalia (la publ dad, por ejemplo). 2 5. Finalmente, hay ciertos efectos secundarios de 1o ‘cconémico —el monto de las remuneraciones— que yuede llegar a crear un estrato superior diferenciado en. Co-op ts conten ea fa base de esta diferenciacién produce efectos la ideologia burguesa, ocurre la formacién de ese estrato al que Lenin denominé “aristocracia obrera’. Este strato, que como el propio Leni lo sefiala, surge en los paises imperialistas donde las ““ganancias mionopolistas elevadas... engendFan Ta posi (eco- mica de sobornar a Tas capas Superiore: del proleta- ROTI Se Sob Ora a Tas capas wuperiOTer CET Pro) ‘Hecho sobre el cual esté lejos de haber acuerdo en el marxismo. ‘Mao, por ejemplo, ubica a los dependientes de comercio entre el semiproletariedo, atendiendo especialmente a su nivel de vida (CF. Anélisis de las clases de le sociedad china, p. 9y #8). Poulanteas, por su patte, Jos ubica entre la pequetia burguesta,en razGn de saidcolo- sla (CE. Fascismoy dictadura, Siglo XXI editores,S.A, México, 1971, PZB ys). j NEI Capital, vol. HK, p. 286, 85 riddo'f® puede désarrollarse también'en los paises de:; | cindustriales los pequetios comerciantes,dosartesiinos'y’ pendientes, ¥ sobre todo en los'ticlaves imperidlistas. | /sJ0scampesinos factores (en el Manifies- que hhay en su seno (la “‘aristocracia-obrera"” de las | -7o/por ejemplo). Sdloasi pueden entenderse, ademés, minas de Chuquicamata y El Teniente, en Chile, es él) reflexiones como la siguiente, que son la base de todas mejor y mas reciente-cjemplo de ello). Jas conceptualizaciones marxistas sobre las “clases me- : dias": EL PROBLEMA DE LAS “CLASES MEDIAS": LA PEQUERA BURGUESIA “Los estamentos medios —* precisamente porque tas sutres raves te-tos “modos de explotacién Ee deror dele 7 tim. Vi) "no. ‘és de una insercién directa en la lucha enwre el capital y el trabajo. : 2. Dificultad, por ‘la’ misma’ Taz6n, de percibir el caricier de clase de Estado burguts-enl quran Si burguesta wende a ver mas bien un pour “abeal” J"prgtector”: "una aturidad por encima dellos, un ‘poder ilimit fe Gobiemo que los proteja de las fases y Tes enivie desde To al % a to Ta Huvia y eT sol’ “3. En fin, unailusién persistentede “independencia”” (representaci fe1on de pequenio propietario), exacerbada por un temor a la proletariza- "iQuitnes son los amigos del pueblo, Ediciones en Extranjeras, Moscii, 1946, p. 140. ’ + Fat ae El Dieciocho Brumari., en Marx, Engels, OLE. 1, p 3M. 89 6p que, manipulado-por- la ideologiadominante, “deriva a menudo en posiciones politicas abiertamente antiproletarias (procesos de fiscistizacion). AREPKOTELATAS : LAS CAPAS O CATEGORIAS SOCIALES: INTELECTUALES ¥ BUROCRACIA’ Nos quedarfa por estudiar Ia situacién de algunos grupos sociales especificos, come los intelectuales y la burocracia, que segin Ia teoria marxista no constitu- yen clascs sociales propiamente dichas. Y no lo son, porque tales grupos, a los que puede denominarse ca pas 0 calegorias, no se generan a nivel de la matriz ‘econémica de un determinado modo de produccién, sino que surgen a nivel superestructural, sea en la instancia juridico-politica (caso de la burocracia), 0 bien en-la ideologia (caso de los intelectuales). Gramsci, quien empleaba ¢l término de “intelectua- les para desigiaar tantoa los intelectuales propiamente dichos como a los cuadros butocraticos, nos ha legado uria nitida’reflexi6n al respecto: aes “La retacin entre os intelectuatesy el muiido Ia produccién no es inmediata, como ocur con ls gu pos sociales fundamentales fino que pasa por la"me- dliacién’ en grado diverso, de todo el tejido social, del mismo complejo superestrucaral de que los intele tales son, precisamente, los uncionasios’;3! Ahora bien, el hecho mismo de que los intelectuales —en el sentido gramsciano del término— sean los, “funcionarios” del “complejo superestructural’: nos esta sefiglando una.cuestién importante: puesto-que esas superesiructuras estén compuestas de aparatose "Los intelectuales y la organizacién deta cultura, en Antonio Gramsci: Cultura y Literatura, Peninsula, Madrid, 1967. pp. 34.35, ideologias de clase,tales “funcionarios" no estan sitiia- dos al margen'de la estructura de clasesde uria socieddd determinada, sino integrados a ella de una manera ‘specifica y compleja.(con “mediaciones” miiltiples, para retomar el término de Gramsci). En ef caso de la burocracia el problema se presenta; en una primera aproximacién, con bastante nitidez: ella constituye precisamente el cuadro administrativo- represivo del maximo aparato encargado deasegurar la reproducci6n del sistema: el Estado, Situacién estruc- tural que porssi misma nosesta indicando ya el ligamen ‘bdsico que necesariamente se establece entre la buracra- a y la clase o clases dominantes, més all de los nexos empiricos que entre ellas puedan.existir. ‘Sin embargo, hay algunos elementos que deben te- nerse en cuenta para un andlisis més concreto de la . insercién de la burocracia én, la estruictura de clases: 1. La autonomia relativa de que.gova.ta burocracia, autonomnia que incluso le permite actuar coyuntural- mente en contra de tal:o cual interés inmediato de 1a clase dominance y, por supuesto, hace valer sus intere- ses propios de burocracia. Todo esto, dentro del limite estructural arriba aniotado. 2 La situacién diferencial que puede crearse en ¢l seno"dé1abafotracia, segin se tiate de los cuadros dministritivos o de los represivos propiamente dichos, (de ahf ‘las conocidas “‘depuraciones” de empleados piblicos que generalmente atompafian a los golpes'de Estado en América Latina, por ejemplo). ~$. La estratificacién intema de la burocracia, que ‘aca diferencias a veces significativas, entre las “altu- ras” y la “base”. 4_E1 origen social de la burocracia en sus distintos univeles, segin las clases 0 capas sociales en que tal burocracia es reclutada en cada formacién social. 5, Los efectos secundarios de lo econdmico: nivel de yFemuneraciones, etc. En lo que se refiere a los intelectuales propiamente tales (aquellos cuya actividad social Tandamental con- siste en la produccién y transmisién de ideas, imagenes y representaciones en general), importa tener presente ‘que lo que decide en itima instancia su ligamen con una clase determinada es la representacidn ideol6gica que ellos asumen, voluntaria o involuntariamente. Es la tésis formulada por Marx en este pasaje del 18 Bru- ““Tampoco debe creerse que los representantes demo- cxiticos (del partido social-demécrata, A.C.) son todos shop-keepers o gentes que se entusiasmaban de ellos. Pueden estar a un mundo de distancia de ellos, por su ‘cultura ysusituacién individual. Loque les hace repre- sentantes de la pequefia burguesia en que no van més alld, en cuanto a mentalidad, de donde van los peque- jos burgueses en modo de vida; que, por tanto, se ven tedricamente impulsados a los mismos problemas y a las mismas soluciones a queimpulsan aquellos, pric- ticamente, el interés material y la situacién social. Tal fs, en general, la relacién que existe entre los represen- tantes politicos'y literarios de una clase y delaclase por cellos representada”.#* ‘Los intelectuales, entonces, aunque constituyen en ‘cuanto tales una capa social especifica en las formacio- nes capitalistas,* estén penetrados por las contradic- ciones de clase expresadas en lasuperestructura (las que desde luego impregnan también, en mayor 0 menor medida, a la burocracia). Incluso aquellos intelectuales cuyas actividades se desarrollan en el senode institucio- Mare, Engels: OLE. t 1, p. 257 Queda pendiente ei problema de saber si los intelectuales éonsti- tuyeron también una capa social especific en las formaciones preca- pitalistas Segiin algunos autores la constitucidn de esta capa et ligada al desarrollo del capitalismo (vase, por ejemplo, el articulo sobre “intelectualidad”, en el Diccionario de filosofia marxista ya citado, p. 169) cy “Tas tendencias ideolégicas que se manifiestan entre {os intelectuales estén por supuesto determinadas por miiltiples factores: estatuto general del intelectual en la sociedad, desarrollo concreto de la lucha de clases, ori- gen social predominante, efectos secundarios del nivel eondmico, etc © Por diltimo, no debe olvidarse que la eslera ideoldgi- @goza de una autonomia relativa, la cual, en determi- nadas circunstancias, puede permitir que los invelec- tuales adquieran un peso propio y hasta sean capaces de generar subconjuntos ideoldgicos relativamente auténomos. 4 ae

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