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UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO

FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CÁTEDRA DE PSICOPATOLOGÍA

“TRASTORNO BIPOLAR”.

POR
JOSE LUIS ANDRADE
HUMBERTO MENDEZ
KAREN SAN MARTÍN
EVELYN TABILO
CAROLINA VALENZUELA

PROFESOR DE CÁTEDRA
WALTER LIPS

VALPARAÍSO, MARTES 28 DE ABRIL, 2008


I. INTRODUCCIÓN

El trastorno bipolar se encuentra dentro de los trastornos del ánimo que se definen por
alternaciones del humor, este trastorno oscila entre estados depresivos y maniacos, la
preponderación de un polo o del otro va a determinar su clasificación.

Si no se trata, el trastorno bipolar puede dar como resultado el deterioro de las


relaciones interpersonales, bajo desempeño escolar o laboral e incluso el suicidio. Sin embargo,
existen tratamientos eficaces: medicinas (farmacoterapia) y psicoterapias. La combinación de
ambas suele ser lo que mejor surte efecto.

II. SUBTIPOS

1. Trastornos Bipolares I y II

Los Bipolares I son personas que presentan o han presentado alguna vez en su
vida algún episodio maníaco con períodos de depresión mayor . El estado de
ánimo actual de un bipolar I puede ser, sin embargo, maníaco, depresivo,
hipomaníaco (niveles elevados de energía e impulsividad que no son tan extremos
como los síntomas de la manía), o bien una mezcla heterogénea de componentes
depresivos y maníacos (mixto). Esto es lo que distingue los subtipos del bipolar I.
Como ya se comentó anteriormente, cabe la posibilidad de que la persona tenga en
la actualidad un episodio maníaco y nunca haya tenido anteriormente un episodio
depresivo; en este caso existe una categoría adicional:”bipolar I con episodio
maníaco único”. De qué clasificación están hablando?

Los bipolares II son personas que habiendo padecido episodios depresivos


hipomaníacos, nunca han padecido un episodio completo de manía. y en su lugar
presentan períodos de hipomanía (niveles elevados de energía e impulsividad que no
son tan extremos como los síntomas de la manía). Dichos períodos hipomaníacos
alternan con episodios de depresión mayor.

La aparición de los episodios maníacos puede ser a veces bastante lenta y


progresiva. Por ejemplo, pacientes que parecen salir lentamente de una fase
depresiva, muestran cada vez más autoconfianza, se muestran menos tristes, pero
poco a poco, casi inadvertidamente, pueden comenzar a mostrar síntomas
hipomaníacos e incluso maníacos.

Los pacientes bipolares presentan más episodios afectivos a lo largo de la vida (una
media de 8 episodios) que los pacientes unipolares, y ello no es simplemente debido
al hecho de que la edad media de comienzo de los unipolares sea más tardía, sino a
una caracterisitica intrinseca de los trastornos bipolares (Perris, 1985). Aunque los
trastornos bipolars son más recurrentes que los unipolares, los episodios tienen una
duración media menor (unos 4 meses cada uno). Es interesante resaltar que la
duración del episodio maníaco o depresivo no depende de la gravedad de los
síntomas presentes en dicho episodio (Coryell y Winokur, 1985. No hay una
referencia más actualizada?).

2. Ciclotimia

Una forma leve de trastorno bipolar llamado ciclotimia implica períodos de


hipomanía y depresión leve, con menos fluctuaciones en el estado de ánimo. Es
posible que las personas con trastorno bipolar II o ciclotimia sean diagnosticadas
erróneamente como pacientes que padecen únicamente depresión. Desde un punto
de vista nosologico, es posible que la ciclotimia no sea en realidad una entidad
diferente a la del denominado “trastorno bipolar”, sino una forma menos grave de
este.

Normalmente un paciente ciclotímico presenta períodos breves (entre 2 y 6 días)


con depresión y euforia alternantes. También normalmente existe un “equilibrio”
entre síntomas depresivos y hipomaníacos, aunque en algunos pacientes pueden
predominar más unos sobre otros (más frecuentemente la depresión sobre la
hipomanía).

Los datos disponibles no permiten aún conocer si existe un riego mayor de tener un
cuadro bipolar pleno y/o más intenso si existe un trastorno ciclotímico previo,
aunque esta hipótesis ha sido muy defendida por la psiquiatría tradicional
(Kretschmer, K. Schneider, etc.).
III. DEFINICIÓN DE LOS SÍNTOMAS

Manía
En sus manifestaciones más leves (hipomanía), la manía es, en cierta medida, lo
contrario de la depresión. Sin embargo, cuando comienza a ser problemática clínicamente, la
manía no es exactamente lo contrario de la depresión. Aunque hay casos en los que un estado de
alegría desbordante inunda al paciente, en la mayoría se mezclan estados de irascibilidad, a
veces explosiva y furiosa, junto a una frenética actividad. Incluso en cierto número de pacientes
se observan también momentos de abatimiento entremezclados con el propio episodio de manía.
Se puede afirmar que la característica fundamental de la manía es la expansividad anímica y
cognitiva. Hirschfeld y Goodwin describen bien una condición maníaca: “Las personas afectas
de este trastorno están imbuidas en una sensación de bienestar y omnipotencia. Son más
productivas de lo normal en ellas y más apasionadas. Pero estos días felices duran poco. Pronto
la rapidez del pensamiento se convierte en pensamiento apresurado, atropellado. Las ideas se
arremolinan. La sexualidad y en general el nivel de energía aumentan y el razonamiento se
deteriora. Se formulan planes grandiosos. Cuando la persona maníaca se enfrenta a la resistencia
y objeciones de los demás, se vuelve irritable, hostil, paranoide, agresiva y, a veces, psicótica.
Raramente esa agresividad desemboca en una abierta agresión. Las consecuencias de esta
energía maníaca pueden ser terribles: pérdidas amorosas, de trabajo o económicas.”
En la manía aparecen síntomas opuestos a los de la depresión (euforia anímica, autoestima
exagerada…), pero también se comparten algunos síntomas característicos de los estados
depresivos (problemas de sueño, trastornos del apetito o la ingesta…). Así pues, no cabe afirmar
simplistamente que la depresión y la manía son las dos caras de una misma moneda. Los
síntomas y signos más frecuentes de la manía se pueden agrupar de modo semejante a lo que se
apunta en el caso de los trastornos depresivos:

a) Síntomas anímicos: Los estados de felicidad y bienestar normales casi nunca están
presentes en los episodios maníacos. Por el contrario, los pacientes en este estado a
menudo están irascibles, suspicaces, y en un estado de hiperactividad general y de
intromisión que tienen serias repercusiones en las relaciones interpersonales. En
algunos casos, la excitación anímica llega a ser tan extraordinaria que desemboca en la
hostilidad manifiesta, conductas destructivas y tendencias paranoides. Predomina un
estado anímico elevado, eufórico, irritable y, en definitiva, expansivo. Las personas en
un estado maníaco se sienten muy bien y esto hace que les resulte difícil entender que
su familia, o las personas cercanas, intenten “restringir” ese estado. La manía, junto con
algunos trastornos de la personalidad, es de hecho uno de los pocos cuadros
psicopatológicos egosintónicos, es decir, un estado en el que el paciente no sufre por los
síntomas presentes: “sintoniza” bien con esa condición.
b) Síntomas motivacionales y conductuales: Una de las características más importantes de
la manía es el estado de energía aparentemente inagotable y desbordante para los demás
que manifiesta el paciente. Bajo esta condición, un paciente puede estar sin apenas
dormir durante semanas, haciendo planes, o desarrollando proyectos gigantescos. Un
paciente maníaco suele hablar sin parar (logorrea), y tiene la sensación de que sus
pensamientos se agolpan a una extraordinaria velocidad y van más de prisa de lo que
pueden expresarlos (fuga de ideas). La conducta está muy alterada. Un maníaco puede
tener, durante un episodio, una actividad hipersexual, puede cometer imprudencias
temerarias como, por ejemplo, regalar todos sus ahorros y los de su familia a
desconocidos (prodigalidad), o hacer inversiones de un riesgo extraordinario. El control
de impulsos es, en definitiva, muy pobre. En cuanto a su apariencia, una persona en una
fase maníaca tiende a prestar poca atención a su aspecto personal y es muy frecuente
que presente un aspecto descuidado y poco aseado.
c) Síntomas cognitivos: Los procesos cognitivos de lo maníacos se caracterizan por su
extraordinaria aceleración. El habla es rápida, entrecortada, salta de un tema a otro y es
prácticamente difícil mantener su atención, pues ésta fluctúa de foco de interés en
cuestión de segundos. A veces el habla puede llegar a ser incoherente. En cuanto a la
autoestima, ésta puede estar tan hipertrofiada que incluso aparecen fantasías o ideas
delirantes (Ejemplo: delirios de grandeza o parentesco)
d) Síntomas físicos: La hiperactivación general se manifiesta también en el área
vegetativa: problemas de sueño, aumento del apetito y un extraordinario incremento del
umbral de la fatiga física.
e) Síntomas interpersonales: Aunque a los síntomas interpersonales no se les confiere un
valor diagnóstico en los sistemas de clasificación, es muy importante tenerlos en cuenta
para el manejo clínico de los trastornos afectivos. Las relaciones interpersonales son
muy difíciles en los episodios de manía, ya que en esas condiciones estos pacientes
suelen ser muy entrometidos, polemistas y controladores, y sobre todo tienen una gran
resistencia a que se les contradiga o se les intente hacer ver lo inapropiado de su
conducta. Ocasionalmente, bajo este estado de hiperactividad e irritabilidad pueden
producirse agresiones a miembros de la propia familia o a conocidos cuando éstos
intentan limitar de algún modo la conducta del paciente. Por otro lado, dado que en la
evolución de estos casos se produce una alta recurrencia de episodios, las relaciones
interpersonales, y las familiares en particular, suelen estar muy afectadas.
En la manía se desborda energía y agilidad mental, por lo que, especialmente en la hipomanía,
es muy frecuente que estas personas sean seductoras, arrastren gente detrás de ellas y tengan
ciertas dotes para ilusionar a los demás. En muchos casos, el contacto del clínico con estos
pacientes produce una sensación de agrado y simpatía por su locuacidad y su vitalidad. De
hecho, clínicos con experiencia sugieren que si se producen estas sensaciones en la entrevista
con un paciente podría considerarse como un indicio probable de diagnóstico de manía o
hipomanía.

En cuanto a los niños, posiblemente los síntomas sean algo diferentes. Aproximadamente 1 de
cada 3 adultos bipolares ha tenido episodios maníacos en la infancia y la adolescencia, y en
estos casos los síntomas que aparecían en la niñez eran algo diferentes. Al igual que los adultos,
los niños en períodos maníacos son hiperactivos, ruidosos y presentan ideas atropelladas, pero
también manifiestan otros síntomas más peculiares como una mayor agresividad, mayor
accidentabilidad, comen peor y tienen problemas de atención.
Al igual que el estado de ánimo deprimido, la manía puede conceptualizarse como el extremo
de un continuo con diferentes grados de exaltación que v desde los estados normales de
felicidad y gozo, hasta las formas hipomaníacas y maníacas que incluso pueden llegar a tener
características psicóticas (delirios, alucinaciones o conductas aberrantes).

Depresión
En los episodios depresivos típicos el enfermo que las padece sufre un humor depresivo, una
pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de su vitalidad
que lleva a una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece
incluso tras un esfuerzo mínimo. También son manifestaciones de los episodios depresivos:
a) La disminución de la atención y concentración.
b) La pérdida de la confianza en sí mismo y sentimientos de inferioridad.
c) Las ideas de culpa y de ser inútil (incluso en los episodios leves).
d) Una perspectiva sombría del futuro.
e) Los pensamientos y actos suicidas o de autoagresiones.
f) Los trastornos del sueño.
g) La pérdida del apetito.
La depresión del estado de ánimo varía escasamente de un día para otro y no suele responder a
cambios ambientales, aunque puede presentar variaciones circadianas características. La
presentación clínica puede ser distinta en cada episodio y en cada individuo. Las formas atípicas
son particularmente frecuentes en la adolescencia. En algunos casos, la ansiedad, el malestar y
la agitación psicomotriz pueden predominar sobre la depresión. La alteración del estado de
ánimo puede estar enmascarada por otros síntomas, tales como irritabilidad, consumo excesivo
de alcohol, comportamiento histriónico, exacerbación de fobias o síntomas obsesivos
preexistentes o por preocupaciones hipocondríacas. Para el diagnóstico de episodio depresivo de
cualquiera de los tres niveles de gravedad habitualmente se requiere una duración de al menos
dos semanas, aunque períodos más cortos pueden ser aceptados si los síntomas son
excepcionalmente graves o de comienzo brusco.
Alguno de los síntomas anteriores pueden ser muy destacados y adquirir un significado clínico
especial. Los ejemplos más típicos de estos síntomas "somáticos" (ver Introducción, página 143)
son: Pérdida del interés o de la capacidad de disfrutar de actividades que anteriormente eran
placenteras. Pérdida de reactividad emocional a acontecimientos y circunstancias ambientales
placenteras. Despertarse por la mañana dos o más horas antes de lo habitual. Empeoramiento
matutino del humor depresivo. Presencia objetiva de inhibición o agitación psicomotrices claras
(observadas o referidas por terceras personas). Pérdida marcada de apetito. Pérdida de peso (del
orden del 5 % o más del peso corporal en el último mes). Pérdida marcada de la libido. Este
síndrome somático habitualmente no se considera presente al menos que cuatro o más de las
anteriores características estén definitivamente presentes.

Hipomanía

La hipomanía es un grado menor de manía (F30.1) en el que las alteraciones del humor y del
comportamiento son demasiado persistentes y marcadas como para ser incluidas en el apartado
de ciclotimia (F34.0) pero a su vez no se acompañan de alucinaciones o ideas delirantes. Hay
una exaltación leve y persistente del ánimo (durante al menos varios días seguidos), un aumento
de la vitalidad y de la actividad y por lo general, sentimientos marcados de bienestar y de
elevado rendimiento físico y mental. También es frecuente que el individuo se vuelva más
sociable, hablador, que se comporte con una familiaridad excesiva, que muestre un excesivo
vigor sexual y una disminución de la necesidad de sueño, pero nada de esto tiene una intensidad
suficiente como para interferir con la actividad laboral o provocar rechazo social. En algunos
casos la irritabilidad, el engreimiento y la grosería pueden sustituir a la exagerada sociabilidad
eufórica.
Puede alterarse la capacidad de atención y concentración, dando lugar a una imposibilidad para
desarrollar con calma actividades laborales, de entretenimiento o descansar tranquilamente. No
obstante, esto no suele impedir el interés por actividades y empresas totalmente nuevas o por
gastos ligeramente excesivos.
IV. EPISODIOS

• Episodios depresivos

La característica esencial de un episodio depresivo es un período de al menos dos semanas


durante el que hay un estado de ánimo deprimido o una pérdida de interés o placer en casi
todas las actividades.

Las fases depresivas cursan por:

-Sentimientos de desesperanza y pesimismo.


-Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
-Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
-Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban,
incluyendo la actividad sexual.
-Disminución de energía, fatiga, agotamiento.
-Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
-Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
-Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y
aumento de peso.
-Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
-Inquietud, irritabilidad.
-Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como
dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos.

• Episodios maníacos

Se define por un periodo concreto durante el cual el estado de ánimo es anormal y


persistentemente elevado, expansivo o irritable.

Las fases maníacas cursan por:

- Autoestima exagerada, o sensaciones de grandeza.


- Disminución de la necesidad de dormir.
- Ganas de hablar, mucho más de lo necesario.
- Sensación de pensamiento acelerado.
- Gran distractibilidad, pasando de una a otra cosa con facilidad.
- Aumento de la actividad (en el trabajo, en los estudios, en la sexualidad).
- Conductas alocadas, implicándose la persona en actividades más o menos
placenteras, pero que suponen alto riesgo (compras excesivas, indiscreciones
sexuales, inversiones económicas, etc.)
- Euforia anormal o excesiva.
- Irritabilidad inusual.
- Ideas de grandeza.
- Aumento del deseo sexual.
- Energía excesivamente incrementada.
- Falta de juicio.
- Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales.
-La persona puede estar hostil y/o amenazar a los demás.
- Olvido de las consideraciones éticas.

• Episodio hipomaniaco

Se llama episodio “hipomaniaco” (literalmente, “menos que maníaco”) si lo que hay es un


episodio como el anterior, pero sin llegar a provocar un deterioro laboral o social.

• Episodios mixtos

Son episodios en que aparecen, al mismo tiempo, alteraciones propias de la fase depresiva y
alteraciones propias de la fase maníaca. Es decir: al mismo tiempo depresión y exaltación,
hiperactividad, insomnio, ideas negativas. Especialmente complejos son los episodios mixtos
que cursan con ideación depresiva, pues existe una mayor posibilidad de que el paciente pase
a la acción y realice tentativas de especial letalidad, buscando incluso la espectacularidad en
su autolisis. Las características más comunes en los episodios mixtos son:

-Alternancia rápida de distintos estados de ánimo (depresión, euforia, irritabilidad)


Predominio de la disforia (mal genio)
Agitación.
Insomnio.
Alteración del apetito.
Ideación suicida.
Síntomas psicóticos (delirios, alucinaciones).
V. CRITERIOS DIAGNOSTICOS DSM-IV

Criterios diagnósticos para el trastorno bipolar I

A. Actualmente (o en el episodio más reciente) se cumplen los criterios para un episodio


maníaco, un episodio hipomaníaco, un episodio mixto o un episodio depresivo mayor.
B. Previamente se han presentado al menos un episodio maníaco o un episodio mixto.
C. Los síntomas afectivos provocan un malestar clínicamente significativo o un deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los episodios afectivos en los criterios A y B no se explican mejor por la presencia de
un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno
esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.

E. Los síntomas afectivos en los criterios A y B no son debidos a los efectos fisiológicos
de una sustancia ni una enfermedad medica.

Especificar:
 Especificaciones del curso longitudinal (con o sin recuperación interepisódica).
• Con patrón estacional.
• Con ciclos rápidos.
Criterios diagnósticos para el trastorno bipolar II

A. Presencia (o historia) de uno o más episodios depresivos mayores.


B. Presencia (o historia) de al menos un episodio hipomaníaco.
C. No ha habido ningún episodio maníaco o un episodio mixto.
D. Los episodios afectivos en los criterios A y B no se explican mejor por la presencia de
un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, a un trastorno
esquizofreniforme, a un trastorno delirante o a un trastorno psicótico no especificado.
E. Los síntomas afectivos provocan un malestar clínicamente significativo o un deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Especificar el episodio actual o más reciente:


• Hipomaniaco: si el episodio actual o más reciente es un episodio hipomaníaco.
• Depresivo: si el episodio actual (o más reciente) es un episodio depresivo mayor.

Especificar (para el episodio depresivo mayor actual o el más reciente sólo si es el tipo más
reciente de episodio afectivo):
• Especificaciones de gravedad/psicosis/remisión.
• Crónico
• Con síntomas catatónicos
• Con síntomas melancólicos
• Con síntomas atípicos.

VI. CRITERIOS DIAGNOSTICOS CIE-10

1.0 Trastorno bipolar, episodio actual hipomaníaco

Pautas para el diagnóstico


a) El episodio actual satisfaga las pautas de hipomanía.
*Hipomanía: Deben presentarse varias de las características como exaltación o alteración del
estado de ánimo, y del aumento de la vitalidad durante al menos varios días seguidos, en un
grado y con una persistencia mayor que la descrita para la ciclotimia. Una interferencia
considerable con las actividades laborales o sociales permite el diagnóstico de hipomanía pero si
la interferencia es grave o completa se debe diagnosticar de manía.
b) Se haya presentado al menos otro episodio hipomaníaco, maníaco, depresivo o mixto en el
pasado.

1.1 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco sin síntomas psicóticos


Pautas para el diagnóstico
a) El episodio actual satisfaga las pautas de manía sin síntomas psicóticos.
*Manía sin síntomas psicóticos: El episodio debe durar al menos una semana, debe ser lo
suficientemente grave como para alterar la actividad laboral y social de forma más o menos
completa. La alteración del humor debe acompañarse de un aumento de la vitalidad y varios de
los síntomas, en particular la logorrea, la disminución de las necesidades del sueño, las ideas de
grandeza y el optimismo excesivo.
b) Se haya presentado al menos otro episodio hipomaníaco, maníaco, depresivo o mixto en el
pasado.

1.2 Trastorno bipolar, episodio actual maníaco con síntomas psicóticos


Pautas para el diagnóstico
a) El episodio actual satisfaga las pautas de manía con síntomas psicóticos.
*Manía con síntomas psicóticos: El grado de aumento de la estimación de sí mismo y las
ideas de grandeza pueden desembocar en ideas delirantes, así como la irritabilidad y el recelo
pueden dar paso a las ideas delirantes de persecución. En los casos graves pueden presentarse
marcadas ideas delirantes de grandeza o religiosas referidas a la propia identidad o a una misión
especial. La fuga de ideas y la logorrea pueden dar lugar a una falta de comprensibilidad del
lenguaje. La excitación y las actividades físicas intensas y mantenidas pueden dar lugar a
agresiones o violencias.
b) Se haya presentado al menos otro episodio hipomaníaco, maníaco, depresivo o mixto en el
pasado.

1.3 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo leve o moderado


Pautas para el diagnóstico
a) El episodio actual satisfaga las pautas de episodio depresivo leve o moderado.
*Episodio depresivo leve: ánimo depresivo, la pérdida de interés y de la capacidad de
disfrutar, y el aumento de la fatigabilidad suelen considerarse como los síntomas más
típicos de la depresión, y al menos dos de estos tres deben estar presentes para hacer un
diagnóstico definitivo, además de al menos dos del resto de los síntomas tales como: la
disminución de la atención y concentración, la pérdida de la confianza en sí mismo y
sentimientos de inferioridad, las ideas de culpa y de ser inútil, una perspectiva sombría
del futuro, los pensamientos y actos suicidas o de autoagresiones, los trastornos del
sueño, la pérdida del apetito. Ninguno de los síntomas debe estar presente en un grado
intenso. El episodio depresivo debe durar al menos dos semanas. Un enfermo con un
episodio depresivo leve, suele encontrarse afectado por los síntomas y tiene alguna
dificultad para llevar a cabo su actividad laboral y social, aunque es probable que no las
deje por completo.
*Episodio depresivo moderado: Deben estar presentes al menos dos de los tres síntomas más
típicos descritos para episodio depresivo leve así como al menos tres (y preferiblemente cuatro)
de los demás síntomas. Es probable que varios de los síntomas se presenten en grado intenso,
aunque esto no es esencial si son muchos los síntomas presentes. El episodio depresivo debe
durar al menos dos semanas. Un enfermo con un episodio depresivo moderado suele tener
grandes dificultades para poder continuar desarrollando su actividad social, laboral o doméstica.
b) Se haya presentado al menos otro episodio hipomaníaco, maníaco, depresivo o mixto en el
pasado.
Se puede utilizar un quinto carácter para especificar la presencia o ausencia de síntomas
somáticos en el episodio depresivo actual:
1.30 Sin síndrome somático.
1.31 Con síndrome somático.

1.4 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave sin síntomas psicóticos
Pautas para el diagnóstico
a) El episodio actual satisfaga las pautas de episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos.
*Deben estar presentes los tres síntomas típicos del episodio depresivo leve y moderado, y
además por lo menos cuatro de los demás síntomas, los cuales deben ser de intensidad grave.
Sin embargo, si están presentes síntomas importantes como la agitación o la inhibición
psicomotrices, el enfermo puede estar poco dispuesto o ser incapaz de describir muchos
síntomas con detalle. En estos casos está justificada una evaluación global de la gravedad del
episodio. El episodio depresivo debe durar normalmente al menos dos semanas, pero si los
síntomas son particularmente graves y de inicio muy rápido puede estar justificado hacer el
diagnóstico con una duración menor de dos semanas. Durante un episodio depresivo grave no es
probable que el enfermo sea capaz de continuar con su actividad laboral, social o doméstica más
allá de un grado muy limitado.
b) Se haya presentado al menos otro episodio hipomaníaco, maníaco, depresivo o mixto en el
pasado.

1.5 Trastorno bipolar, episodio actual depresivo grave con síntomas psicóticos
Pautas para el diagnóstico
a) El episodio actual satisfaga las pautas de episodio depresivo grave con síntomas psicóticos.
*Episodio depresivo grave que satisface las pautas establecidas para el episodio depresivo
grave sin síntomas psicóticos, y en el cual están presentes además ideas delirantes,
alucinaciones o estupor depresivo. Las ideas delirantes suelen incluir temas de pecado, de ruina
o de catástrofes inminentes de los que el enfermo se siente responsable. Las alucinaciones
auditivas u olfatorias suelen ser en forma de voces difamatorias o acusatorias o de olores a
podrido o carne en descomposición. La inhibición psicomotriz grave puede progresar hasta el
estupor. Las alucinaciones o ideas delirantes pueden especificarse como congruentes o no
congruentes con el estado de ánimo.
b) Se haya presentado al menos otro episodio hipomaníaco, maníaco, depresivo o mixto en el
pasado.

1.6 Trastorno bipolar, episodio actual mixto


El enfermo ha padecido en el pasado por lo menos un episodio hipomaníaco, maníaco o mixto y
en la actualidad presenta una mezcla o una sucesión rápida de síntomas maníacos, hipomaníacos
y depresivos.
Pautas para el diagnóstico
Alternancia de los episodios maníacos y depresivos, separados por períodos de estado de ánimo
normal, aunque no es raro encontrar un estado de humor depresivo se acompañe durante días o
semanas de hiperactividad y logorrea o que un humor maníaco e ideas de grandeza se acompañe
de agitación y pérdida de la vitalidad y de la libido. Los síntomas maníacos y depresivos pueden
también alternar rápidamente, de día en día o incluso de hora en hora. El diagnóstico de
trastorno bipolar mixto sólo deberá hacerse si ambos tipos de síntomas, depresivos y maníacos,
son igualmente destacados durante la mayor parte del episodio actual de enfermedad, que debe
durar como mínimo dos semanas.
1.7 Trastorno bipolar, actualmente en remisión
El enfermo ha padecido al menos un episodio maníaco, hipomaníaco o mixto en el pasado y por
lo menos otro episodio maníaco, hipomaníaco, depresivo o mixto, pero en la actualidad no sufre
ninguna alteración significativa del estado de ánimo ni la ha sufrido en varios meses. No
obstante, puede estar recibiendo tratamiento para reducir el riesgo de que se presenten futuros
episodios.

1.8 Otros trastornos bipolares


Incluye:
Trastorno bipolar de tipo II.
Episodios maníacos recurrentes.
1.9 Trastorno bipolar sin especificación

Diferencias entre el DSM-IV y el CIE-10

DSM IV CIE-10
Se encuentra dentro de los trastornos Se encuentra dentro de los trastorno
del estado de ánimo. del humor (afectivos).
Diferencia 4 subtipos de trastornos Diferencia 9 subtipos de trastornos
bipolares. bipolares.
Incluye la ciclotimia dentro de los Incluye la ciclotimia dentro de los
subtipos de trastornos bipolares. subtipos de trastornos del humor
persistente.
Incluye especificaciones clínicas y Exige el cumplimiento de la totalidad
evolutivas, dentro de sus de los criterios diagnósticos de
características diagnosticas. duración y cuadro sintomático.
Realiza diferenciación entre trastorno No realiza diferenciación.
bipolar l y bipolar ll.

VII. EPIDEMIOLOGÍA
Una cifra tentativa apoya la idea que el trastorno Bipolar afecta a un 2% de la población
mundial, a personas entre 15 y 44 años de edad. Esta patología es, además, una de las
enfermedades mentales más costosas para pacientes, cuidadores y servicios sanitarios.
Pese a la gran trascendencia que posee el trastorno bipolar y a la abundancia de estudios
epidemiológicos en torno a él, existe una importante disparidad de los resultados obtenidos.
Estudios en los que destacan sesgos diagnósticos en función de variables culturales, sociales o
geográficas, sin criterios comunes, junto con instrumentos diagnósticos no unificados han ido
aportando resultados desiguales e inconsistentes.
Según el DSM-IV la prevalencia del Trastorno Bipolar I en las muestras de la población en
general, varía entre el 0,4 y el 1,6 %.
El CIE-10 por su parte sólo hace referencia a que la incidencia es muy similar entre hombres y
mujeres
El trastorno afectivo bipolar se presenta en todas las culturas y razas con tasas de prevalencia
similares del orden de un 1,6%. Sin embargo, estudios que consideran todo el rango del espectro
bipolar, reportan una prevalencia a lo largo de la vida que oscila entre un 3.7% y 6%. Por otra
parte, la razón de hombres/mujeres afectadas es de 1.3 es a 2.1 respectivamente. Si bien el
Trastorno Bipolar puede desarrollarse a cualquier edad, el momento de más frecuente
presentación es entre los 15 y 19 años; debutando en un 59% de los casos durante la niñez o
adolescencia.
Las cifras también varían dependiendo del lugar donde fueron realizados los estudios. A
continuación presentamos un tabal resumen de distintos estudios realizados en Estados Unidos,
México, España Y Chile.

País/ Tipo de Trastorno Porcentaje de prevalencia


Estados Unidos
Trastorno bipolar I 0.8%
Trastorno bipolar II 0.5%(afecta más a mujeres)

México
Trastorno bipolar I 3.87%
Trastorno bipolar II 1.93%
Trastorno bipolar Mixto 0.21%
España
Trastorno bipolar I 0,8% (0,4 a 1,6%)
Trastorno bipolar II 0.5%(más común en mujeres)
En ésta podemos apreciar que las disparidades que presentan los resultados, y la importancia de
considerar que tipo de trastorno es el que estamos midiendo. Si bien existe una clasificación
general del Trastorno Bipolar (tanto en CIE-10 como en DSM-IV) existen distintos tipos
detallados en la sección de clasificaciones. Estos han demostrado tener distintos porcentajes
sobre todo en la prevalencia de éstos.

Otra información también se hace interesante presentar es el echo de que en nuestro país no
exista un registro de la epidemiología de este trastorno. A nivel de ministerio de salud no está
contemplada ninguna estadística ni estudio que abarque la incidencia y/o prevalencia en la
población de nuestro país. Aunque existen datos aislados, como los presentados por la Dra.
Livia Gonzalez, Psiquiatra infantil de la Universidad de Chile, que entrega datos sobre el
Trastorno Bipolar. En estos se plantea la epidemiología en niños y adolescentes en Chile, su
prevalencia.

Tipo de Trastorno Porcentaje de prevalencia


Trastorno bipolar I 0.8% - 1.7%
Trastorno bipolar II 0.5% - 1.9%
Espectro bipolar 3% - 5%

La diferencia de género en general, según esta ponencia, si tendría una diferencia considerable
entre hombres y mujeres, a diferencia de lo planteado por el CIE-10 por ejemplo. Ya que un
71% de la población bipolar infanto-juvenil utilizada1 para este estudio correspondía a mujeres
y sólo el 29% a hombres.
En los datos que si coincidirían ambos es en el inicio aproximado de la enfermedad que
bordearía el rango de los 15 a los 19 años con un 28%.

Prevalencia

Por término medio la prevalencia vital de los trastornos bipolares está en torno al 1% de la
población para el caso de los trastornos tipo I, pero para los trastornos tipo II y ciclotimia podría
ser de 3 y 6,5% en una serie norteamericana (Angst ,1995). Este aumento de los casos podrá
deberse a un aumento real de ellos o debido a un cambio en los métodos diagnósticos.
Estas tasas de prevalencia generales son mucho mayores en familiares de los pacientes. Así, en
trastornos bipolares, aparecen en el 50% de los familiares de primera línea, trastornos afectivos
bipolares o unipolares, mientras que en los familiares de unipolares es mayor el riesgo de
unipolaridad, pero no el de bipolaridad.

1
Incidencia

Datos británicos sugieren que la incidencia anual sería cercana a 3 casos nuevos anuales por
cada 10000 habitantes (Tyrer y Shopsin,1985).
Diferencias:
a) Entre sexos: A diferencia de lo que ocurre con las depresiones monopolares, los trastornos
bipolares son padecidos por hombres y mujeres en la misma proporción. Tampoco existen
diferencias en sexo en la edad de inicio de episodios depresivos. No obstante puede que el
número de mujeres que la padecen esté infravalorado en las estadísticas, pues en las mujeres el
comienzo del primer ciclo maníaco-depresivo suele aparecer con un episodio depresivo,
mientras que en los hombres suele aparecer con en episodio maníaco y, por lo tanto, puede que
en aquéllas se diagnostique una depresión unipolar cuando se trataría del primer episodio
depresivo de un trastorno bipolar.
b) No parece haber diferencias significativas en función de la procedencia del paciente (rural-
urbano), ni de la raza.

c) Nivel socioeconómico: Es común afirmar que los trastornos bipolares, dadas sus
características de productividad y motivación desbordantes, son más frecuentes en niveles
socioeconómicos elevados (Hirschfeld y Goodwin, 1989; Cancro, 1985; Paykel, 1985). Sin
embargo, los datos más recientes indican que no hay diferencias en función de estos niveles
(Smith y Weissman, 1991).
d) Estado civil: Como también sucede con los trastornos depresivos, se confirma la existencia
de mayores tasas en solteros y divorciados que en casados.

Tendencia secular del trastorno

Aunque es cierto que ahora se diagnostica hasta un 25% más de bipolares que hace 15 ó 20
años, es posible que este incremento se deba principalmente a que la definición moderna de
bipolar incluye también a pacientes depresivos con sintomatología psicótica que antes solían
recibir la etiqueta de esquizofrénicos. No obstante, al igual que ocurre con los trastornos
depresivos, se puede afirmar con bastante seguridad que el riesgo está creciendo en las
generaciones más jóvenes (Smith y Weyssman, 1991).
Riesgo suicida

Normalmente en las fases depresivas, hay el mismo riesgo que se ve en las personas con
depresión mayor. La tasa de suicidio en España es de 10 casos por 100.000 habitantes. El 80%
de estos casos viene dado por personas con depresión grave, trastorno bipolar, alcoholismo o
esquizofrenia.

Con cualquier paciente que presente graves síntomas depresivos es necesario hablar de
forma franca y sin tapujos para explorar las ideas de suicidio y, sobre todo, de la posibilidad de
que las mismas se lleven a cabo.

FACTORES DE PROTECCIÓN Y FACTORES DE RIESGO PARA EL PACIENTE BIPOLAR

Factores de Protección Factores de Riesgo


Usar medicamentos profilácticos Suspensión brusca de los medicamentos
Abstinencia de alcohol y drogas Uso no adecuado de medicamentos
Horarios estructurados Trastornos del sueño
Horarios regulares de sueño y vigilia Pérdida de soportes
Horarios de actividad social Distorsiones cognitivas (desubicación)
Soporte familiar, emocional y profesional Problemas de personalidad
Psicoterapia constante para sobrellevar los Conflictos interpersonales
problemas de la vida diaria Conflictos laborales
Dieta balanceada y ejercicios regulares Transición de roles
Emociones no controladas
Viajes intempestivos, cansancio
Estrés excesivo
Mal balance de vida

VIII. CURSO Y PRÓNOSTICO

Los trastornos de animo en relación al curso y pronostico se concluye que ellos suelen tener un
curso crónico y los pacientes pueden presentar recaídas, cabe agregar que es frecuente encontrar
en estudios que algún factor estresante desencadene los primeros episodios que los siguientes,
esto se interpreta en el sentido que el estrés psicosocial puede desempeñar un papel causal
importantes en los trastornos del estado de ánimo y, aunque se resolviera el primer episodio, un
cambio a largo plazo en la biología del cerebro coloca al paciente en una situación de alto riesgo
para episodios posteriores.

Trastorno Depresivo mayor.

Curso
Alrededor del 50% de los pacientes que sufren el primer episodio depresivo mayor presentaban
síntomas depresivos significativos antes que se haya identificado el primer episodio, pero
aunque hayan aparecido algunos síntomas, los pacientes con trastorno depresivo mayor no han
presentado usualmente un trastorno de personalidad previa.

Cuando un episodio depresivo no recibe tratamiento tiende a durar entre 6 a 13 meses, en


cambio cuando si se está en tratamiento dura una 3 meses, pero nótese que si se es retirado el
tratamiento farmacológico antidepresivo antes de estos 3 meses provoca en la mayoría de los
casos la reaparición de los síntomas; además mientras da curso el trastorno, tiende a aumentar la
frecuencia y la duración de los episodios en los pacientes.

En relación al desarrollo de los episodio maniacos, entre un 5 a 10% de los pacientes cuando
son diagnosticados al inicio con un trastorno depresivo mayor luego de 6-10 años después
presentan algún episodio maniaco luego de ese primer episodio depresivo; a los 32 años se
ubica la media de edad de aparición de un episodio maniaco produciéndose tras 2 a 4 episodios
depresivos.

Pronóstico

En el caso de un trastorno depresivo mayor este no es benigno ya que tiende a cronificarse y los
pacientes tienden a recaer; nótese que los pacientes que han sufrido u hospitalización por un
primer trastorno depresivo mayor tienen un 50% de posibilidades de recuperarse en un periodo
de 1 año; pero se ve disminuido el porcentaje de pacientes que se recuperan tras la
hospitalización, por ejemplo luego de 5 años de que se realizo esta, entre un 10 a un 15% de los
pacientes no se han recuperado y muchos de ellos que no se han recuperado presentan un
trastorno distímico.

Es frecuente la recurrencia de los episodios depresivos mayores, ósea que un 25% de los
pacientes presentan una recurrencia en los primeros 6 meses posterior al periodo de
hospitalización, entre un 30 y un 50% presentan una recurrencia en los primeros 2 años y
finalmente entre un 50 a un 75% la recurrencia se da antes de los 5 años.

Pacientes que siguen un tratamiento con el fin de una preservación de la enfermedad y en los
que se han presentados 1 o 2 episodios depresivos, el tiempo entre ellos disminuye y su
gravedad aumenta.

Indicadores de pronóstico
Como indicador de un buen pronóstico se consideran los episodios de carácter leve, la ausencia
de síntomas psicóticos y una corta estimulación; una historia de relaciones interpersonales
estables durante la adolescencia, una relación familiar adecuada y un funcionamiento social
globalmente bueno son indicadores psicosociales de buena evolución. Como signo de buenos
pronósticos se considera la ausencia de comorbilidad con un trastorno psiquiátrico o de la
personalidad, no mas de una hospitalización previa por un trastorno depresivo mayor y una edad
avanzada.
Pero la posibilidad de un mal pronóstico se incrementa con la existencia paralela de trastorno
distímico, abuso de alcohol y otro tipo de sustancias, síntomas de un trastorno de ansiedad y la
presencia de una historia de varios episodios depresivos previos; cabe destacar que a largo plazo
los hombres pueden presentar peor curso que las mujeres.

Trastorno Bipolar I

El trastorno bipolar I ya que posee un desarrollo natural es apropiado que se realice un grafico
del trastorno e ir agregando información en la medida que el tratamiento progresa.
Cabe destacar que los trastornos ciclotímicos tienden a diagnosticarse de forma retrospectiva en
sujetos con trastorno bipolar I, pero no se han diagnosticado algún tipo de trastorno de
personalidad que se asocie con este trastorno.
Además un 75% de las veces en mujeres quienes padecen de un trastorno bipolar I comienzan
generalmente con un depresión, en el caso de los hombre existe en un 67% de la veces; en
relación a los pacientes que presentan episodios depresivos y maniacos cerca de un 10 a 20%
sufren solo episodio maniacos, estos últimos tienden a ser de un inicio rápido ya sea en horas,
en días e incluso en pocas semanas.

De acuerdo a la duración del episodio maniaco cuando no recibe un tratamiento es de unos 3


meses, por lo tanto el paciente debe conservar el tratamiento con fármacos durante todo ese
periodo; y en la medida en que el trastorno avanza los tiempos entre cada episodio se va
reduciendo, luego de 5 episodios, el intervalo de cada uno de estos se afianza en 6 a 9 meses
pero también se da el caso que algunos pacientes con trastorno bipolar I posean episodios de
ciclos rápidos.

Pronóstico
En comparación con los pacientes que sufren episodios de depresión mayor los pacientes con
trastorno bipolar I tiene peor pronostico, de los pacientes que presentan este ultimo trastorno
cerca del 40 a 50% de ellos sufren un segundo episodio maniaco luego de los 2 años de la
aparición del primer episodio.
Y con la aplicación de un tratamiento farmacológico como es el caso del litio, cerca de un 50 a
60% de los pacientes consiguen un control significativo de los síntomas con este tratamiento.

Indicadores de pronóstico

El mal pronostico se puede dar, cuando existe una escasa adaptación laboral previa, la
dependencia del alcohol, síntomas psicóticos, síntomas depresivos entre episodios y ser de sexo
masculino, son las variables asociadas mas comunes; por el contrario para un buen pronostico
los indicadores son los siguientes: la corta duración de los episodios maniacos, el inicio tardío
(edad), una baja ideación suicida y comorbilidad de otras patologías.
Finalmente cerca de un 7% de los pacientes no experimentan recurrencia de los síntomas, un
45% presenta mas de un episodio y alrededor de un 40% el trastorno se hace crónico. Cabe
agregar que se dan entre 2 a 30 episodios maniacos aprox. , pero la media entre el numero de
episodios son 9; pero quienes sufren mas de 10 episodios son cerca de un 40% de los pacientes.
Posteriormente se toman datos de los pacientes pasado una cierta cantidad de tiempo y esa
indagación arroja que un 45% de los pacientes estaban bien pero sufrieron recaídas, un 30%
presentan una recuperación de forma parcial, el 15% con trastorno bipolar I se recuperaron y
solo un 10% se mantenía en forma crónica el trastorno.

Trastorno Bipolar II

La investigación del curso y pronóstico de este trastorno es más bien reciente, por lo cual lo que
se sabe es que es una enfermedad crónica que precisa un tratamiento a largo plazo.

IX. BIBLIOGRAFÍA

Belloch, A. Manual de Psicopatología. Mc Graw-Hill 1995.


García, Pedro. Clasificación de los trastornos mentales y del comportamiento CIE-10. Editorial
Panamericana 2000.

Pichot, Pierre. Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV. Masson
1995.

1. Buen trabajo
2. Datos epidemiológicos pueden encontrar más actualizados, y relacionados a la
población chilena.
3. Podrían incluir un punto que hable respecto de la incorporación del trastorno bipolar en
el PLAN AUGE, cuáles son las condiciones.
4. Considerar Diagnóstico diferencial
5. Comorbilidad
6. Qué sucede a nivel neurobiológico? Neurotransmisores implicados
7. Tratamiento farmacológico
8. No es necesario exponer tan extensamente los dos criterios diagnósticos. Si explicar sus
diferencias y similitudes. Deben resumir para la presentación del Martes. Cuál es el que
se usa en chile oficialmente en las guías clínicas?
9. Recordar que hay otros grupos que expondrán acerca de ciclotimia, y que hay clases
preparadas por el profesor respecto de…

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