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2imnon7 palabra.ezin.org mxicomunicados/1994/1904_12_ 131m A quien corresponda: Soy un evadido, Luego que naci En mi me encerraron Pero yo me fui. Mi alma me busca Por montes y valles, Qjalé que nunca Mi alma me halle. Fernando Pessoa Escribo ésta mientras, por un lado, me llegan los informes de nuestros compafieros sobre los preparativos del avance de nuestras unidades y, por el otro, se quema el Ultimo montén de cartas sin contestar. Yo les escribo por eso, Siempre me hice el propésito de responder todas y cada una de las cartas que nos llegaron, Me parecfa, y me sigue pareciendo, que era lo menos que podia hacer para corresponder a tanta gente que se tomé la molestia de escribir unas lineas y se arriesgé a poner su nombre y direccién esperando respuesta. El reinicio de la guerra es inminente, Debo suspender definitivamente el guardar esas cartas, debo destruirlas Porque, en caso de que cayeran en manos del gobierno, pudieran causarle problemas a mucha gente buena y a muy poca gente mala. En fin, ahora las llamas alcanzan buena altura y los colores cambian, a veces, a un azul tornasolado que no deja de sorprender a esta noche de grillos y lejanos relémpagos que se aproximan al frio diciembre, de profecias y cuentas pendientes. Eran muchas, si. Alcancé a contestar un buen tanto, pero apenas lograba bajar una pila de ellas cuando ya llegaba otro tambache. "Sisifo", me dije. "O el buitre devorando las entrafias de Prometeo” agrega mi otro yo, siempre tan oportuno en su venenoso escepticismo. Debo serles sincero y confesarles que, Uiltimamente, el montén que llegaba habitualmente se iba haciendo més y més pequefio. Iniciaimente lo atribui a los metiches de Gobernacién, pero poco a poco me di cuenta de que la gente, aunque sea buena, se cansa... y deja de escribir... y, 2 veces, deja de luchar... Si, ya sé que escribir una carta no es precisamente el asalto al Palacio de Invierno, pero nos hacia, a nosotros, ir tan lejos... Un dia estébamos en Tijuana, otro en Mérida, a veces en Michoacdn, o en Guerrero, 0 en Veracruz, o en Guanajuato, o en Chihuahua, o en Nayarit, o en Querétaro, o en el Distrito Federal. Otras veces ibamos més lejos, a Chile, al Paraguay, a Espafia, a Italia, al Japén. Bien, se acabaron esos Viajes que nos arrancaban més de una sonrisa y que entibiaron noches de frio desvelo y refrescaron dias de cansado calor. Bien, pero os he dicho que me habia propuesto responder a todas las cartas y nosotros, los caballeros andantes, sabemos cumplir las promesas (siempre y cuando no sean de amor), asi que he pensado en la bondad que aliviaria mi pesada culpa si todos vosotros aceptarais que os respondiera en un sola y contundente misiva en la que vosotros os vierais a vosotros mismos como los destinatarios particulares de tan irregular correspondencia Vale, como corre a mi favor que no podréis protestar o mostraros en desacuerdo (podéis hacerlo pero yo no me enteraré y puesto que correspondencia y etcétera, sera inittil), procedo entonces a dar paso a la loca dictadura que se apodera de mi diestra mano cuando de escribir una carta se trata. Y qué mejor para iniciarla que unos versos de Pessoa, que son maldicién y profecia, y que dicen, creo, asi... EI mirar, que esté mirando ‘Adonde no ve, se vuelve Estamos los dos hablando Lo que no se conservé. ZEsto se acaba o empieza? A tantos y tanto del mes tal del inefable afio de 1994. hpsipalabra ein org madcomuricados/1994/1994_12_13.him ve 2imnon7 palabra.ezin.org mxicomunicados/1994/1904_12_ 131m A quien corresponda: Yo queria decir algunas cosas de lo que ha ocurrido desde enero hasta ahora. La mayoria de vosotros escribisteis dandonos las gracias. Imaginaos la sorpresa nuestra cuando vamos leyendo en vuestra misiva que agradecéis que existamos. Yo, por ejemplo, que lo més carifioso que he recibido de mis tropas es un gesto de resignacién cuando me llego a una de nuestras posiciones, me sorprendo sorprendiéndome, y ‘cuando me sorprendo en la sorpresa pueden ocurrir cosas imprevisibles. Ocurre, por ejemplo, que muerdo demasiado la pipa y le rompo la boquilla. Ocurre, por ejemplo, que no encuentro el maskin para repararla Ocurre, por ejemplo, que buscando alguna otra pipa encuentro algtin dulce y cometo el grave error de hacerlo sonar con ese ruido que sélo tienen los dulces envueltos en celofn y que esa plaga que llaman inifios" puede escuchar a decenas de metros de distancia, a kilémetros si tienen el viento a su favor. Y ocurre, por ejemplo, que cuando le subo el volumen a la grabadorcita para tratar de ahogar el ruidito de! celofan con una cancién que dice... El que tenga una cancién tendrd tormenta, el que tenga compaiia, soledad.£l que siga buen camino tendrA sillas peligrosas que lo inviten a parar. Pero vale la can buena tormenta, y la compafifa vale soledad, siempre vale la agonia de la prisa aunque se llene de sillas la verdad. se aparece en el cuartito (porque todo esto suele pasar, invariablemente, en un cuartito de techo de lamina de cartén 0 de zacate o de nylon) el Heriberto con cara de ite encontré!, yo me hago como que no lo veo y silbo una tonada que silbaban en una pelicula que no me acuerdo cémo se llamaba pero al protagonista le daba muy buenos resultados porque una muchacha, que estaba como para lo que dijo Cejas, se acercaba sonriendo, y yo me doy cuenta de que no es una muchacha sino el tal Heriberto el que se acerca, Junto a él viene la Tofiita cargando su olote-mufieca. La Tofita, la del beso renegado porque "mucho pica", la de los dientes picados que cumple cinco y entra en seis, la consentida del Sup. El Heriberto, el chillido mas répido de la selva lacandona, el dibuja patitos anti-sup-marinos, el terror de las hormigas arrieras y el chocolate navidefio, el consentido de la Ana Maria, el castigo que algtin rencoroso dios le mandé al Sup por andar de transgresor de la violencia y profesional de la ley. Qué? éNo era asi? Bueno, no os preocupéis... iAtentos! iPrestad ofdos a lo que os refiero! El Heriberto llega entonces y me dice que la Eva est chillando porque quiere ver el caballo cantador y el mayor no la deja por estar viendo E/ Decamerén de Pasolini. Claro que el Heriberto no dice que es E/ Decamerdn, pero yo lo infiero pues el Heriberto dice, textualmente, "El mayor esta viendo puras viejas encueradas". Para el Heriberto toda mujer que lleve la falda a la altura de las rodillas o més arriba esté “encuerada", y todas las mujeres mayores de los cuatro afios que acaba de cumplir la Eva son "Viejas". Yo sé que todo se trata de un sucia estratagema del Heriberto para apoderarse del dulce cuyo celofén soné como sirena del Titanic enmedio de la niebla, y el Heriberto con sus patitos va al rescate, porque no hay nada més triste en este mundo que un dulce sin un nifio que lo rescate de su prisién de celofan. La Tofiita descubre, en cambio, un conejito "a-prueba-de-lodo", es decir, negro, y decide sumergirlo en un charco que, a su entender, retine las caracteristicas necesarias para una prueba de calidad. Ante la invasién de que es objeto la "comandancia general del Ezetaelene" yo me hago pato y hago como que estoy muuuuy concentrado en lo que escribo. El Heriberto se da cuenta y dibuja un pato al que titula, en forma irreverente, “El Sup". Yo me hago el ofendido porque el Heriberto alega que mi nariz es como el pico del pato. La Tofita pone, en una piedra, al conejito enlodado junto al olote y los mira y analiza con mirada critica. Se me ocurre que el resultado no le satisface porque mueve la cabeza negando con la misma obstinacién que cuando me niega un beso. E! Heriberto, ante mi indiferencia, parece que se da por vencido y se retira y yo me quedo satisfecho de mi rotundo triunfo cuando me doy cuenta de que el dulce ya no esta y entonces recuerdo que, cuando veia el dibujo, el Heriberto hizo un movimiento extrafio. iSe Io llevé en mis propias narices! Y mirad que con estas narices eso es decir bastante. Yo me deprimo y mas cuando me doy hpsipalabraezin org madcomuricados/1994/1994_12_13.htm 218 2imnon7 palabra.ezin.org mxicomunicados/1994/1904_12_ 131m cuenta de que Salinas ya esta empacando para irse a la "Oemecé" y se me ocurre que fue injusto cuando nos colgé eso de "transgresores". Si conociera al Heriberto se daria cuenta que, comparados con él, nosotros somos mas legales que la dirigencia del PRI. Pero bueno, estébamos en que me sorprendia sorprendiéndome al leer en vuestras misivas ese "gracias" que, en veces, iba dirigido a la Ana Maria, a la Ramona, al Tacho, al Moi, al Mario, a la Laura, 0 a cualquiera de los hombres y mujeres que se cubren el rostro para mostrarse a otros y se lo descubren para ocultarse de todos. Yo ensayo mi mejor reverencia para agradecer tanto agradecimiento cuando la Ana Maria se aparece en el dintel de la puerta con el Heriberto chillando y de la mano y me dice que por qué no le quiero dar dulce al Heriberto, "Que no le quiero dar dulce?", digo y miro sorprendido la cara del Heriberto que ha disimulado las huellas del dulce con las légrimas y mocos que han puesto a la Ana Maria de su parte. "Si -dice implacable la Ana Maria-, el Heriberto dice que él te dio un dibujo a cambio de un dulce, pero que tii no cumpliste el trato". Yo, que me sé victima de una injusta acusacién, pongo cara de ex-presidente del PRI que se prepara a tomar posesién de una poderosa secretaria de Estado y a subir a la tribuna para decir su mejor discurso cuando, sin més, la Ana Maria toma una bolsa de dulces que a saber de donde salié y se la da, itoda!, al Heriberto. "Toma -dice- los zapatistas siempre cumplen su palabra". Se van los dos. Yo me quedo muuuuuy triste porque esos dulces eran para su cumpleafios de la Eva que ya no sé cudntos afios cumple porque cuando le pregunté a su mam cudntos afios tenia me dijo que seis. "Pero si el otro dia me dijo que estaba entrada en cuatro”, le reproché. "Si, pero cumple cuatro y entra en cinco, 0 sea que ya est por los seis", me responde contundente la sefiora y me deja haciendo cuentas con los dedos y dudando de todo el sisterna educativo de antafio que clarito ensefiaba que 1+1 = 2, 6x8 = 48 y otras cosas igualmente trascendentes pero que, como era evidente, demuestran que en las montafias del sureste mexicano no lo son y que aqui funciona otra légica matemética "Los zapatistas somos muy otros", definié el Monarca alguna vez que me platicaba que, cuando se quedaba sin Iiquido de frenos, le echaba orines al recipiente para tal efecto. El otro dia, por ejemplo, hubo una fiesta de cumpleafios. Se reunié el "grupo juvenil” y organizé una “olimpiada zapatista": la "maestra de la ceremonia" dijo clarito que seguia la competencia de salto de longitud -que quiere decir "a ver quién salta mas alto"- y después siguié el salto de altitud -que quiere decir "a ver quién llega més lejos"-. Yo estaba haciendo otra vez cuentas con los dedos cuando llega el teniente Ricardo y me dice que en la mafiana le llevaron mafianitas al festejado. ¢A dénde fue la serenata?, pregunté celebrando ya que todo volviera a la normalidad puesto que era légico que las mafianitas se cantaran en la mafiana. "En el pantedn", me contesta Ricardo. "LEI panteén?", dije volviendo a mis cuentas de dedos. "Si pues, es que es su cumpleafios de un compa que murié en los combates de enero", dice Ricardo ya por irse porque avisaron que sigue la carrera de “arrastres", “Bueno -me dije a mi mismo-, una fiesta de cumpleafios para un muerto. Perfectamente légico... en las montafias del sureste mexicano". Suspiro. Yo estoy suspirando con nostalgia, recordando los viejos tiempos cuando los malos eran malos y los buenos eran buenos, cuando la manzana de Newton seguia su irresistible carrera 4rbol abajo hacia alguna mano infantil, cuando el mundo olfa a salén de escuela el primer dia de clases: a miedo, a misterio, a nuevo. En eso estoy, Suspirando con verdadero énfasis cuando el Beto entra, sin trémite alguno, y pregunta si hay vejigas y, sin esperar mi respuesta, empieze a buscar por entre mapas, érdenes operativas, partes de guerra, cenizas, de tabaco para pipa, ldgrimas secas, florecitas rojas dibujadas con plumin, cartucheras y un pasamontefias apestoso. En algiin lado el Beto encuentra una bolsa de vejiga y una foto de una playmate bastante vieja (la foto, no la playmate). El Beto duda entre la bolsa de globos y la foto y decide lo que todos los nifios deciden ‘en estos casos: se lleva las dos. Yo siempre he dicho que esto no es una comandancia sino un jardin de nilfios. Le dije ayer al Moi que pusiera alrededor algunas minas antipersonales. "TU crees que vienen hasta acd los soldados?", me pregunta preocupado. Yo respondo con un temblor recorriéndome el cuerpo: "Los soldados no sé, pero qué tal los nifios". Moi asiente comprensivo y me empieza a platicar un disefio bastante ‘complicado de una trampa cazabobos, que consiste en un agujero simulado y con estacas afiladas y con veneno en el fondo, La idea me gusta, pero si algo no tienen estos nifios es ser bobos, asi que mejor le recomiendo que electrifiquemos con alto voltaje y coloque sendas ametralladoras "tres bocas” en la entrada ‘Moi duda de nuevo y dice que tiene una idea mejor y se va dejéndome con la duda... En qué estaba yo? iAh si! En los dulces que eran para la Eva pero que se los llev6 el Heriberto. Yo estoy hablando por radio para que busquen por todos los campamentos alguna bolsa de dulces para que me los manden y reponer el regalo para la Eva, cuando se aparece la susodicha con una ollita de tamales que "manda mi mamé porque hoy es mi cumpleafios", dice la Eva miréndome con unos ojos que cuando tenga diez afios més van a provocar més de una guerra. hpsipalabraezin org madcomuricados/1994/1994_12_13.htm a8 2imnon7 palabra.ezin.org mxicomunicados/1994/1904_12_ 131m Yo agradezco con grandes reverencias y le digo, équé otra cosa podfa hacer?, que le tengo un regalo. "Onté pues", dice-pide-exige la Eva y yo empiezo a sudar porque no hay nada mas temible que una mirada de Tencor moreno y la mirada de la Eva se esta transformando, ante mi titubeo, como en esa otra pelicula de El Santo contra el Hombre Lobo y en eso, para acabarla de amolar, llega el Heriberto a ver "si el Sup ya no esta bravo" con él. Yo empiezo a sonreir para darme tiempo a calcular si alcanzo a darle una patada al Heriberto ‘cuando la Eva se da cuenta de que el Heriberto trae una bolsa de dulces bastante disminuida y le pregunta quién le dio los dulces y el Heriberto le dice, con la voz pegajosa de chicloso, el "Chup", yo no me doy cuenta que el Heriberto quiso decir "el Sup" hasta que la Eva se voltea y me recuerda: "éY mi regalo pues?". El Heriberto pela los ojos cuando oye “regalo y bota la bolsa de dulces que, por cierto, ya estaba vacia y se acerca junto a la Eva y dice con un cinismo empalagoso: “Si, éy nuestro regalo, pues?" "éNuestro?”, le digo mientras vuelvo a calcular la patada pero en eso veo que por ahi ronda la Ana Maria y desisto de mi intento. Entonces digo: "Lo tengo escondido". "¢'Onde?", pregunta la Eva que se quiere ahorrar todo el misterio. El Heriberto, en cambio, lo ha tomado como un reto y ya esté abriendo mi mochila y aventando a un lado la cobija, el altimetro, la briijula, el tabaco, una caja de balas, un calcetin, y en ese momento lo detengo con un convincente grito de "iahi no est!" El Heriberto entonces se va sobre la mochila del Moi y ya la esté abriendo ‘cuando agrego: “Tienen que adivinar un cuento para saber dénde esta el regalo”. El Heriberto ya se habia desanimado de por si porque las correas de la mochila del mayor estén muy apretadas y viene y se sienta a mi lado y la Eva también. El Beto y La Tofita se acercan, y yo enciendo la pipa para darme tiempo a medir el tamafo del problema en el que me meti con la adivinanza, cuando se acerca el viejo Antonio y, haciendo un gesto para sefialar un pequefio Zapata de plata enviado por sandalia, repite, ahore por mi boca, la La tor de las preguntas Aprieta el frio en esta sierra. Ana Maria y Mario me acompafian en esta exploracién, 10 afios antes del amanecer de enero, Los dos apenas se han incorporado a la guerrilla y a mi, entonces teniente de infanteria, me toca ensefiarles lo que otros me ensefiaron a mi: a vivir en la montafia, Ayer topé al viejo Antonio por vez Primera. Mentimos ambos. El diciendo que andaba para ver su milpa, yo diciendo que andaba de caceria. Los dos sabiamos que mentiamos y sabiamos que lo sabiamos. Dejé a Ana Maria siguiendo el rumbo de la exploracién y yo me volvi a acercar al rio para ver si, con el clisimetro, podia ubicar en el mapa un cerro muy alto que tenia al frente, y por si topaba de nuevo al viejo Antonio. El ha de haber pensado lo mismo porque se aparecié por el lugar del encuentro anterior, ‘Como ayer, el viejo Antonio se sienta en el suelo, se recarga en un huapac de verde musgo, y empieza a forjar un cigarro. Yo me siento frente a él y enciendo la pipa. El viejo Antonio inicia: “No andas de caceria, Yo respondo: "Y usted no anda para su milpa". Algo me hace hablarle de usted, con respeto, a este hombre de edad indefinida y rostro curtido como la piel del cedro, a quien veo por segunda vez en mi vida. El viejo Antonio sontie y agrega: "He ofdo de ustedes. En las cafiadas dicen que son bandidos. En mi pueblo estén inquietos porque pueden andar por esos rumbos' "Y usted, éeree que somos bandidos?", pregunto. El viejo Antonio suelta una gran voluta de humo, tose y niega con la cabeza. Yo me animo y le hago otra pregunta: "éY quign cree usted que somos?”. "Prefiero que tu me lo digas", responde el viejo Antonio y se me queda viendo a los ojos. “Es una historia muy larga’, digo y empiezo a contar de cuando Zapata y Villa y Ia revolucién y la tierra y la injusticia y el hambre y la ignorancia y la enfermedad y la represién y todo. Y termino con un "y entonces nosotros somos el Ejército Zapatista de Liberacién Nacional’, Espero alguna sefial en el rostro del viejo Antonio que no ha dejado de mirarme durante mi platica. "Cuéntame més de ese Zapata", dice después de humo y tos. Yo empiezo con Anenecuilco, me sigo con el Plan de Ayala, la campafia militar, la organizacién de los pueblos, la traicién de Chinameca. El viejo Antonio sigue miréndome mientras termino el relato. lo asi fue", me dice. Yo hago un gesto de sorpresa y sélo alcanzo a balbucear Antonio: "Yo te voy a contar la verdadera historia del tal Zapata" "éNo?"."No", insiste el viejo hpsipalabra ein org madcomuricados/1994/1994_12_13.him 4i8 2imnon7 palabra.ezin.org mxicomunicados/1994/1904_12_ 131m Sacando tabaco y "doblador’, el viejo Antonio inicia su historia que une y confunde tiempos viejos y nuevos, tal y como se confunden y unen el humo de mi pipa y de su cigarro. "Hace muchas historias, cuando los dioses mas primeros, los que hicieron el mundo, estaban todavia dando vueltas por la noche, se hablan dos dioses que eran el Ik'al y el Votén. Dos eran de uno sélo, Voltedndose el uno se mostraba el otro, voltedndose el otro se mostraba el uno. Eran contrarios. El uno luz era como mafiana de mayo en el rio, El otro era oscuro, como noche de frio y cueva. Eran lo mismo. Eran uno los dos, Porque el uno hacia al otro. Pero no se caminaban, quedando se estaban siempre estos dos dioses que uno eran sin moverse. «€Qué hacemos pues?», preguntaron los dos. «Esta triste la vida asi como estamos de por six, tristeaban los dos que uno eran en su estarse. «No pasa la noche, dijo el Ik’al. «No pasa el dia» dijo el Votén. «

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