cuenta, pues, con la colaboracién de los sacerdotes. No exis-
te tal colaboracién contra Cristo. Sélo han ido a decir a He-
rodes dénde debia nacer Cristo seguin su tradicién; han lei-
do el Antiguo Testamento y le revelan una profecia sobre
Belén.
Entonces Herodes hizo Hamar secretamente a los Magos, les hizo
precisar la fecha en la cual el astro habia aparecico y los envid a Be-
lén diciéndoles: «Id ¢ informaos puntualmente acerca de ese nino, ¥
cu a rendirle
ndo lo encontréis avisadme, para que yo tambien v
homenaje>.
Herodes quiere enganar a los Magos.
Estos se ponen en camino y el astro aparece de nuevo, La
labor pues, esta hecha. Ahora todo el mundo esta al corriente.
El nacimiento se ha anunciado, Faltaba que todos se percata-
ran de que atravesaban -como atravesamos ahora- un estado
de crisis, un periodo critico. Faltaba que todo el mundo se
echara a temblar.
Hoy, el mundo tiembla: tiembla como cuando se anuncid
el nacimiento del rey de los judios. Y era necesario que todos
Jo supieran porque la humanidad comenczara a crear al Cristo
s6lo cuando esté completamente amenazada de muerte. No
antes. Asi es la humanidad.
Mientras el hombre no esta amenazado de muerte, no se
decide a cambiar. Mientras un hombre no padece un cancer,
no resuclve mejorar su psique. Es por esto que cuando no ha-
cemos nada, la enfermedad llega; nos pone en peligro mortal,
y entonces solo hay dos caminos: o realizamos el trabajo de
producir a nuestro Dios, o estamos perdidos. En el momento
en que nos sabemos acorralados, no hay sino dos posibilida-
des: morimos 0 revelamos a nuestro Dios interior.
Sila humanidad esta condenada a muerte, creara a su Cris-
to. Hace falta que se estremezca. Esto es lo que paso en aquel
entonces: la humanidad se puso a temblar. Por cso la estrella
desapareci6.
En la actualidad nos hallamos en un periodo de temor y de
temblores. El dinero se esfuma, los valores, la familia, el pais
se esfuman. La paz, el arte, las filosofias, todo se viene abajo.