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i? i> iyi Vib SUIGRODOS EL CANTAR Biblia es un plural que significa «ibros>, y DE LOS con el articulo designa los libros sagrados de los cristianos, la palabra de Dios a los hom- C A N T A R E S bres. Ediciones Cristiandad se propone pu- blicar la Biblia como una serie de libros, Traduccién de La traduccién intenta vincular el rigor exe- . * Luis Alonso Schékel gético con la calidad literaria, para hacer i tual la maxit labra. y wlva Y actuc a maxima pa Q0r|a, José Luz Ojeda Son traductores principales de la serie: Luis ALONSO SCHOKEL, JUAN MATEOS Con la colaboracién de José Mendoza de la Mora y Jos— Maria VALVERDE Revisisn de José Maria Valverde Introduccion y notas de Luis Alonso Schikel EDICIONES CRISTIANDAD Vallehermoso, 20 MADRID NIHIL OBSTAT: R. A. F. MacKenzie S. J. Roma, 21-6-1969 IMPRIMI POTEST: Dr. Alfonso de la Fuente Dr. Ricardo Blanco, Vic. General Madrid, 13-10-1969 © Copyright by EDICIONES CRISTIANDAD, §S. L. Madrid, 1969 Depésito legal, M. 19.927 - 1969. Impreso en Espafia por: ALpus, S. A.- ARTES GRAFICAS - CASTELL, 120 - MADRID CONTENIDO EL MEJOR CANTAR, por Salomén. ... . . at Brsos .... . Se ee ee ee 23 DIALOGO. . 2 2. ee ee ee ee 27 PRIMAVERA... . - 2 eee -. 33 Nocturno... 2... -. eee eee 37 Dia DEBODAS. .. 2... ee ee eee 41 Jardin. 2. ee ee ee 45 I. Cuerpocantado........ AT II. Ven... .....-.-.4- AQ Wl. Jardin 2... 2. 2 51 ASE ES MI AMIGO... 2.1... ee 53 I. Nocturno. .......... 55 Il. Asies mi amigo... ...., 57 Ill. Encuentro .......... 58 A BANDERAS DESPLEGADAS. . . . . 1 1. e 59 TE DARE MI AMOR... . 1... eee 65 I. Danza... ....2..24- 67 Il. Tedarémiamor........ 69 III. No despertéis al amor... . . 71 Bajo EL MANZANO. . . 2 1.) ee es 73 LLAMARADA DIVINA. . 2 6.) ee ee 77 Soy UNA MURALLA. .. 2.2... eee 81 La viNa DE SALOMON. ©. 7 ee ee 85 SENORA DE LOS JARDINES. . ... 1. - + 89 Traduciendo el Cantar... .. 1... 93 I, Temas... 2... 2.0.0. 95 Wl. Ritmo... 2... 2... eee 103 Ill. Sonoridad..........-. 105 INTRODUCCION Dos veces lo dice San Juan en su carta primera: «Dios es amor» (4,8.16). No se ha dicho cosa més alta de Dios. Ni del amor. Dice también: «el amor viene de Dios» (4,7); afia- dimos: y lleva a Dios. Mas grave atin: «El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor» (4,8); epodemos afiadir que el que ama conoce a Dios 0, al menos, que se abre a su conocimiento? Ademas el amor ancla al hombre en Dios: «El que perma- nece en el amor, permanece en Dios, y Dios en él» (4,16). éDe qué amor habla San Juan? Uno respondera que trata del amor purisimo a Dios, y citara: «Amemos a Dios, pues él nos amé primero» (4,19). Pero se le refutaria con otras citas: «Si uno dice que ama a Dios y no ama al projimo, es un menti- roso» pues quien no ama al prdjimo, que ve, ¢c6mo amara a Dios, a quién no ve?» (4,20). Y otra cita: «Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros te- nemos que amarnos». éDe qué amor al préjimo se habla aqui? Alguien pensard que se trata de un amor espiritual 0 espi- ritualizado, victorioso de la atraccién y deseo cor- poral. Y esto no es cierto. O bien de un amor su- perpersonal y generalizante, una especie de amor 14 El Cantar de los Cantares a la humanidad, sin tropezar con las personas con- cretas. Y esto no es cierto. San Juan afirma mucho, sin excluir. Pensemos en el paradigma del amor, el amor de marido y mujer. En el misterioso descubrimiento del otro, a quien darse sin perderse, realizando la plenitud en la unién. El extrafio salir de si, «éxta- sis», para encontrarse en otro. La fuerza creadora, el poder fecundo, el momento eterno. «La con~ ciencia sibita de una compaiiia, alli en el desierto... A ti, mi compafiera, mi sola seguridad, mi reposo instantaneo, mi reconocimiento expreso donde yo me siento y me soy» (Entre dos oscuridades un relampago, Vicente Aleixandre), «Como una gran luz en que los dos nos reconociéramos» (Explosién, Aleixandre). El ansia y el gozo, y la victoria sobre el temor: «En el amor no cabe el temor, pues el amor per- oS expulsa el temor» (San Juan, carta primera 318). Pensemos en la intensidad suma de la existencia, que destruye y niega las barreras del tiempo, des- cubriendo y experimentando el misterio de la ple- nitud, Plenitud de la unién personal que, desde dentro, desde un centro, ilumina y transfigura el mundo, elevandolo a la conjuncién humana del amor: pri- mavera, frondas, flores y frutos, bosques y jardines, pajaros, valles y montafias. El amor los nombra, y al nombrarlos los coloca concéntricos a si mismo, De eso nos habla este brevisimo libro biblico: coleccién de canciones para una boda, didlogos de Jos novios, recordando y esperando. Durante la se- mana que sigue a la boda, los novios son rey y reina: si él es Salomdén, ella es Sulamita, si él es «pastor de azucenas», ella es «sefiora de los jardines». Amor efusivo, que canta el encuentro de los dos. Cantos con dos protagonistas por igual. El y ella, Introduccién 15 sin nombre verdadero, son todas las parejas de la historia que repiten el milagro del amor. KKK _ El tema personal lo domina todo: «dlévame con- tigo», «amor de mi alma», «ven a mi», «mi amado es mio y yo soy suya». Y qué densidad de sufijos posesivos, de primera y segunda persona «mi, tu. ‘Todo lo demas es escenario o simbolo, irradiacién y presencia de las personas. Hasta el cuerpo es pre- sencia personal, La persona e¢s la totalidad, y no un reducto espi- ritual incorpéreo. El amor del Cantar biblico cree en el cuerpo, contempla extasiado el cuerpo, del amado y de la amada, y lo canta y lo desea: {Qué hermosa est4s, qué bella / qué delicia en tu amor!» La fantasia contemplativa contempla el cuerpo amado como cifra y suma de bellezas naturales: montaiias, arboles, animales. La belleza total y mul- tiforme de la creacién reside en el cuerpo contem- plado y cantado: gacelas, gamos, cervatillos, palo- mas y cuervos, corderos, una yegua; también gra- nadas y azucenas, palmeras y cedros, y un montén de trigo; las albercas y el Carmelo y el Libano. Y también la belleza que fabrica el hombre, joyas y copas, columnas y torres. Casi nos atrevemos a parafrasear: Al ver los amados la belleza del cuerpo amado, descubren que el mundo es muy bueno, como en un reposo genesiaco. La contemplacién es camino y pausa de la pose- sién, Vuelve a suceder aqui, que el gozo del amor sintetiza los deleites, sobre todo aromas y sabores. Aromas de bosques y de jardines, aromas de vides y de higueras en flor, y también aromas elaborados de mirra e incienso: “Despierta, cierzo, llégate, aus- tro, orea mi jardin, que exhale sus perfumes». Y los sabores: gustos frutales de uvas, manzanas y dati- 16 El Cantar de los Cantares les, «frutas secas y frescas», gusto de miel y de le- che, y sobre todo de vino: «Son mejores que el vino tus amores». wk kw* Los amados en el éxtasis del amor parecen ocu- par y Ilenar todo el libro, como protagonistas tni~ cos, como unico protagonista. Es verdad que el recuerdo evoca otras figuras, pastores y centinelas, que la danza los atrae: «que te veamos). Pero llega el momento de la soledad, de expulsar las raposas, del conjuro a las muchachas; el momento del suefio del amor ¢hasta que él quiera». Y se podria pensar que el amor se agota en si mismo, se justifica a si mismo, niega lo demas. No es asi. Hacia el final del libro, el relampago del mal evoca las dos oscuridades («Entre dos oscuri- dades un relampago», Aleixandre): «Porque es fuerte el amor como la Muerte, es cruel la pasién como el Abismo.» Y en el relampago, la gran revelacién, simplemente enunciada: dlamarada divina». Esto también lo han sentido otros poetas, poetas «metafisicos» del amor: «gDo6nde la fuerza entonces del amor? éDénde la réplica que nos diese un Dios respondiente?» (Co- memos sombra, Aleixandre). «Suena la soledad de Dios. Sentimos / la soledad de dos. Y una cadena / que no suena, ancla en Dios almas y limos», «Ham- bre mortal de Dios, hambriento hasta la saciedad» (Blas de Otero). x kK El amor es grande, es invencible, porque es fue- go que «viene de Dios»; y viene de Dios «porque Dios es amor. El Cantar biblico nos habla del amor intensisimo, unico y exclusivo de un hombre Introduccién 17 y una mujer: «una sola es mi paloma / sin defecto». Si ese amor, sin perder intensidad, pudiera abar- cary abrazar a todos los hombres, ese amor seria la més alta «encarnacién» del amor de Dios, que ama a todos los hombres y los invita a todos a vi- vir con él; ese amor encarnado se Ilamaria Jesus. Por eso San Pablo, leyendo las palabras del Gé- nesis «Por eso el hombre dejara a sus padres, para unirse a su mujer, y los dos serdn uno solo», no niega el sentido real e inmediato de las palabras, que hablan del matrimonio humano; pero a ese sentido primero afiade uno mds profundo de refe- rencia mediata: «Yo lo interpreto de Cristo y su Iglesia», confesando que «es un misterio profundo» (Efesios 5,32). wk * _ Si el hombre, no sélo los novios, pudiera parti- cipar de ese amor intensisimo y extensisimo de Cristo, tendriamos el milagro del amor cristiano, que segan el mismo Pablo es ancho y largo, alto y profundo y sobrepasa toda ideologia. «EI amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engrie, no es maleducado ni egoista, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin limites, cree sin limites, espera sin limites, aguanta sin limites. El amor no pasa nunca. ¢El don de predicar? — Se acabard. 18 El Cantar de los Cantares ¢El don de lenguas? —Enmudecerd. ¢El saber? — Se acabara. Porque inmaduro es nuestro saber e inmaduro nuestro predicar; pero cuando venga la madurez, lo inmaduro se acabard. Cuando yo era nifio, hablaba como nifto, sentia como nifio, razonaba como nifio. Cuando me hice hombre, acabé con las cosas de nifio. Ahora vemos como en un espejo de adivinar; entonces veremos cara a cara, Mi conocer es por ahora inmaduro; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. jLa mas grande es el amor! (Primera carta a los Corintios, 13,4-13) wk Mas aun, si los amantes en el éxtasis del amor parecen tocar el instante eterno, Ja experiencia no es del todo falsa: «Nacié el amante para la dicha / para la eterna propagacién del amor, / que de su corazon se expande / para verterse sin término / en el puro corazén de la amada entregada» (Como el vilano, Aleixandre). ¢Quién se atreve a describir el gozo del cielo, la unién plena y definitiva con Dios? Y no serfa tan dificil: el cielo es el amor —y por eso el amor es cielo— (e infierno es incapaci- dad de amar). «La alegria que encuentra el marido con. ‘e esposa la encontrar4 Dios contigo» (Isaias 15D)» Introduccién 19 El amor de este libro biblico todavia tiene res- quicios de temor: raposas que destrozan, sorpresas nocturnas, llamar en vano, buscar sin encontrar, y la fascinacién temerosa de los ojos «que me turban». Si tiene resquicios de temor, este amor no es per- fecto, como nos dijo San Juan: «En el amor no cabe el temor, pues el amor perfecto expulsa el temor». Pero precisamente en su limite nos descubre el amor sin limite, sin sombra ni recuerdo de temor, la plenitud de amar a Dios y a todo en él. Es lo que han cantado repetidas veces los misticos, y mejor que otros, San Juan de la Cruz: {Oh Noche que guiaste, oh Noche, amable mds que el alborada! {Oh Noche que juntaste amado con amada, amada en el amado transformada! Quedéme yy olvidéme, el rostro recliné sobre el amado, cesé todo y dejéme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidade. kK *K A causa de estas honduras o alturas, que el amor descubre e ilumina instantaneamente, algunos lec- tores del cantar se han lanzado a leer inmediata- mente en sus palabras un amor desencarnado. Han olvidado a los amantes, o los han petrificado en ficciones, en claves intelectuales. En vez de comen- zar por el amor de los esposos, para subir por él, mediatamente, a las alturas referidas, se han que- tido saltar el punto de apoyo. Planteada una clave intelectual, han multiplicado las menudas corres- pondencias alegéricas, en cada frase, palabra o ima- 20 El Cantar de los Cantares gen; han retozado como raposas «destrozando nues- tras viiias florecidas». No es ése el camino. Quien no crea en el amor humano de los novios, quien tenga que pedir per- dén de] cuerpo, no tiene derecho a remontarse; por- que «quien no ama al hombre, que ve, ¢cémo amara a Dios a quien no ve?» En cambio, afirmado el amor humano, es posible descubrir en él la revelacion de Dios. Si existe el amor, existe la esperanza. Si existe el amor, existe Dios. Dos esposos que se aman des~ cubren a Dios y lo revelan, por irradiacién mis- teriosa. Por eso, novios, esposos —y los que ledis este canto biblico al amor— «contempladlo, y quedaréis radiantes» (Salmo 34). kK * Alguno querra saber quién es el autor de esta joya literaria; o los autores. No lo sabemos. Tam- poco sabemos con exactitud cudndo fue compuesto, ni dénde. Quiz4 no importe mucho: un nombre y una fecha no afiadirian gran cosa a la inteligencia del libro. Pero nos consta que este poema ha sido recibido en el canon, es decir, forma parte de la Biblia, es para nosotros palabra de Dios. Y esto si que im- porta. 1,1 El mejor cantar por Salomén 1 El titulo es un superlativo: «el mejor cantar» o ¢el mas bello cantar, Si en vez de traducir, se sustituye cada palabra hebrea con una castellana, resulta «E] cantar de cantares» o «el cantar de los cantares», que es la forma popularizada y por ello dificil de desarraigar. El titulo atribuye este canto a Salomon, segun la ficcién posterior, apoyada en la noticia de 3 Rg 5,12. BESOS 1,2 {Que me bese con besos de su boca! son mejores que el vino tus amores, 3 es mejor el olor de tus perfumes. Tu nombre cs como un bdlsamo fragante, y de ti se enamoran las doncellas. 4 jAh, llévame contigo, si, corriendo, a tu alcoba conduceme, rey mio: a celebrar contigo nuestra fiesta y alabar tus amores més que el vino! jCon razén de ti se enamoran! 2 El verbo hebreo «que me bese» tiene las mismas consonantes que el verbo regar o abrevar (el juego se en- cuentra en orden inverso en Ja cancién de la vifia de Is 27,3). 3 El autor juega con Ja asonancia shem (nombre) y shemen (balsamo), explotada por otros, p.e. Eclesias-~ tés 7,1. 4 El ultimo verso comienza con una palabra dudosa en su referencia sintactica, DIALOGO 1,5 Exta Tengo la tez morena, pero hermosa, muchachas de Jerusalén, como las tiendas de Cadar, los pabellones de Salomén, 6 No os fijéis en mi tez oscura, es que el sol me ha bronceado: enfadados conmigo, mis hermanos de madre me pusieron a guardar sus vifias; y mi vifia, la mia, no la supe guardar. i 7 Eta Avisame, amor de mi alma, dénde pastoreas, dénde recuestas tu ganado en la siesta, y para que no vaya perdida | por los rebafios de tus compaiieros. 5 Cadar es una tribu de beduinos. Las muchachas de Jerusalén estiman la blancura como parte de la belleza ideal. Las tareas del campo atentan contra ese ideal de belleza, que la protagonista no acepta del todo. 6 Comienza el juego metaférico que nuestros viejos poetas llamaron «nifia, vifia». 7 En vez de «perdida» leen otros «cubiertax, De la imagen agricola pasamos a la pastoril, que retornard. 30 8 EL 10 Il 12 Evia 13 14 15 Ex 16 Eira El Cantar de los Cantares Si no lo sabes, ta, la mas bella de Jas mujeres, sigue las huellas de las ovejas, y lleva a pastar tus cabritos en los apriscos de los pastores. Amada, te pareces a la yegua de la carroza de Salomon. {Qué bellas tus mejillas con los pendientes, tu cuello, con los collares! Te haremos pendientes de oro, incrustados de plata, Mientras el rey estaba en su divan, mi nardo despedia su perfume. Mi amado es para mi una bolsa de mirra que descansa en mis pechos; mi amado es para mi como un ramo florido de ciprés de los jardines de Engadi. iQué hermosa eres, mi amada, qué hermosa eres! Tus ojos son de paloma. jQué hermoso eres, mi amado, qué dulzura y qué hechizo! Nuestra cama es de frondas y las vigas de casa son de cedro, y el techo de cipreses. 16 Desde «nuestra cama» se podria poner en boca de él. Didlogo 2, 1 Extra 2 Ex 3 ELLA 7 EL 31 Soy un narciso de Sarén, una azucena de las vegas. Azucena entre espinas es mi amada entre las muchachas. Manzano entre los arboles silvestres, mi amado entre los jévenes: a su sombra quisiera sentarme y comer de sus frutos sabrosos. Me metié en su bodega y contra mi enarbola su bandera de amor. Dadme fuerzas con pasas y vigor con manzanas: jDesfallezco de amor! Ponme la mano izquierda bajo la cabeza y abrazame con la derecha. jMuchachas de Jerusalén, por las ciervas y las gacelas de los campos, os conjuro, que no vaydis a molestar, que no despertéis al amor, hasta que él quiera! 1-7 El movimiento «contemplacién —deseo— pose- sidn» se repite varias veces en el libro. Los versos 6 y 7 son estrofas con cierto valor de estribillo. PRIMAVERA —. 2,8 jOid, que llega mi amado saltando sobre los montes, brincando por los collados! 9 Es mi amado como un gamo es mi amado un cervatillo, Mirad: se ha parado detras de la tapia, atisba por las ventanas, mira por las celosias. 10 Habla mi amado y me dice: «Levantate, amada mia, hermosa mia, ven a mi! i Porque ha pasado el invierno, las lluvias han cesado y se han ido, 12 brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda, el arrullo de la tértola se deja oir en los campos; 13 apuntan los frutos en la higuera, la vifia en flor difunde perfume. jLevantate, amada mia, hermosa mia, ven a mi! 14 Paloma mia que anidas en los huecos de la pefia, en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, 36 EI Cantar de los Cantares déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz y es hermosa tu figura». 15 Agarradnos las raposas, las raposas pequeiiitas, que destrozan nuestras viiias, nuestras vifias florecidas. NOCTURNO 2,16 iMi amado es mio y yo soy suya, del pastor de azucenas! 17 Mientras sopla la brisa y las sombras se alargan, retorna, amado mio, imita al cervatillo por montes y quebradas. 15 El simbolismo de raposas y vifia queda definido por la identidad «nifia-——viiiay; pero el simbolismo queda abierto y podria referirse al amor mutuo, 17 Algunos entienden el amanecer. La palabra hebrea que traduzco por «quebradas» es dudosa. 3,1 En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. 2 Me levanté y recorri la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. 3 Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: —¢Visteis al amor de mi alma? 4 Pero apenas los pasé, encontré al amor de mi alma: Io agarré y ya no lo soltaré, hasta meterlo en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me llevé en sus entrafias. 5 jMuchachas de Jerusalén, por las ciervas y las gacelas, 1-4 A manera de suefio en voz alta. El Cantar de los Cantares de los campos, os conjuro que no vaydis a molestar, que no despertéis al amor, hasta que él quiera! DIA DE BODAS 6 ¢Qué es eso que sube por el desierto como columna de humo, como nube de incienso y de mirra y perfumes de mercaderes? 7 ~~ {Es la litera de Salomén! La rodean sesenta soldados, los valientes de todo Israel, 8 todos han empufiado la espada, veteranos de muchos combates, todos llevan al flanco Ja espada por temor a sorpresas nocturnas. 2 El rey Salomén se hizo construir un palanquin, con maderas del Libano, 10 con columnas de plata, con respaldo de oro, con asiento de purpura, taraceado por dentro de marfil. 11 jMuchachas de Sién, salid para ver 6 Algunos leen «;Quién es esa?» interpretando el pa- saje del desfile nupcial de la novia; pero el texto habla mas bien del novio, en figura de rey Salomon. A4 El Cantar de los Cantares al rey Salomén, con la rica corona que le cifié su madre JARDIN el dia de su boda, dia de fiesta de su corazén! I CUERPO CANTADO 4,1 jQué hermosa eres, mi amada, qué hermosa eres! Tus ojos de paloma, por entre el velo; tu pelo es un rebaiio de cabras, descolgandose por las laderas de Galad. 2 Son tus dientes un rebafio esquilado recién salido de bajfiar, cada oveja tiene mellizos, ninguna hay sin corderos. 3 Tus labios son cinta escarlata ' y tu hablar, melodioso; tus sienes, entre el velo, son dos mitades de granada. i 4 Es tu cuello la torre de David, ! construida con sillares, de la que penden miles de escudos, miles de adargas de capitanes. 2 O bien «todas de par en par, ninguna sin pareja, 4 Muy dudosa la traduccion «con sillares». 48 El Cantar de los Cantares on Son tus pechos dos crias mellizas de gacela, paciendo entre azucenas, 6 Mientras sopla la brisa y se alargan las sombras, me voy al monte de la mirra, iré por la colina del incienso. 7 {Toda eres hermosa, amada mia 4 y no hay en ti defecto! q VEN 4,8 Ven desde el Libano, novia mia, ven, baja del Libano, desciende de la cumbre del Amana, de la cumbre del Senir y del Hermén, de las cuevas de leones, de los montes de las panteras. 9 Me has enamorado, hermana y novia mia, me has enamorado, con una sola de tus miradas, con una vuelta de tu collar. 10 {Qué bellos tus amores, hermana y novia mia, tus amores son mejores que el vino! 11 Un panal que destila son tus labios, y tienes, novia mia, miel y leche debajo de tu lengua; y la fragancia de tus vestidos es fragancia del Libano. * 8 Lo lejano, inaccesible y peligroso. 6 El cuerpo entero es monte y colina. 9 Més a la letra seria «me has robado el corazén». A Ii JarpDin 4,12 Ex Eres jardin cerrado, hermana y novia mia, eres jardin cerrado, fuente sellada. 13 Tus brotes son jardines de granados con frutos exquisitos, 14 nardo y enebro y azafran, canela y cinamomo, con Arboles de incienso, mirra y dloe, con los mejores balsamos y aromas. 15 La fuente del jardin es pozo de agua viva que baja desde el Libano. 16 Exrta Despierta, cierzo, llégate, austro, orea mi jardin: que exhale sus perfumes. Entra, amor mio, en tu jardin a comer de sus frutos exquisitos. 13 Dudoso el texto hebreo, Otros traducen: «tu loza- nia» o «tus ramas». 15 Agua viva es agua que brota, no de alberca. 52 El Cantar de los Cantares 5,1 Ex Ya vengo a mi jardin, hermana y novia mia, a recoger el balsamo y la mirra, a comer de mi miel y mi panal, a beber de mi leche y de mi vino. Compaiieros, comed y bebed y embriagaos, mis amigos. ASI ES MI AMIGO I NOCTURNO 5,2 ELLA Estaba durmiendo, mi corazén en vela, cuando oigo a mi amado que me llama: «Abreme, amada mia, mi paloma sin mancha: que tengo la cabeza cuajada de rocio, mis rizos, del relente de la noche». 3 —Ya me quité la tunica, ecémo voy a ponérmela de nuevo? Ya me lavé los pies, ecémo voy a mancharlos otra vez? 4 Mi amor mete la mano por la abertura: me estremezco al sentirlo, 6b al escucharlo se me escapa el alma. 2 A manera de suefio o de fantasia en el duermevela- 6b De la colocacién depende el sentido, y por ello va- rian las traducciones: «mi alma suspiraba por sus pala- bras», «fuera de mi por haberse él marchado», etc. 56 El Cantar de los Cantares 5 Ya me he levantado a abrir a mi amado: mis manos gotean perfume de mirra, mis dedos mirra que fluye por la manilla de la cerradura, 6 Yo misma abro a mi amado, abro, y mi amado se ha marchado ya, Lo busco y no lo encuentro, lo llamo y no responde. II Ast ES MI AMIGO 7 Me encontraron los guardias 10 Exta Mi amado es blanco y sonrosado, Fie jolpearon ciudad. WU Su cabeza es de oro, del mds puro, me quitaron el manto ? sus rizos son racimos de palmera, Jos centinelas de las murallas. 12 ae coe pelowas 5,8 ELLA Muchachas de Jerusalén, a vera del oan che que si encontrais a mi amado, y se posan al borde de la alberca; le digdis... equé le diréis?... 18 Sus mejillas, macizos de bélsamo que estoy enferma de amor. as labios son lirios 9 ELtas eQué distingue a tu amado de los otros, 14 ene mitra que fluye; | oro |» la més bella? > a ys éQué distingue at amado de los otros, iaiiiney Jehmarhl Isbrados * que asf nos conjuras? todo incrustado de zafiros; 15 sus piernas columnas de marmol apoyadas en plintos de oro. Gallardo como el Libano, juvenil como un cedro; 16 es muy dulce su boca, todo él, pura delicia. Asi es mi amado, mi amigo, muchachas de Jerusalén. . 10 Color de buena salud, de lozania; véase Tr 4,7. 7 .Una mujer de noche, sola por Jas calles, es sospe- 11 Nose refiere a un pelo rubio, sino al color de la tez. chosa; véase Prv 7. 14 Las piedras de Tarsis son quiza berilos 0 topacios. A BANDERAS DESPLEGADAS NI ENCUENTRO 6,1 Extras ¢Adénde fue tu amado, la mas bella de todas las mujeres? céAdénde fue tu amado? queremos buscarlo contigo. 2 Exxa Ha bajado mi amado a su jardin a los macizos de las balsameras, el pastor de jardines a cortar azucenas. 3 Yo soy de mi amado y mi amado es mio, el pastor de azucenas, 2 En vez de «pastor de jardines», traducen otros: «a mirar las cepas», «a comer del jardin», etc. En el momento final las imagenes se sobreponen y se funden: jardin y pastor. 6,4 Ex 7 I Eres bella, amiga mia, como Tirsa, igual que Jerusalén. tu hermosura; terrible como escuadrén a banderas desplegadas. jAparta de mi tus ojos, que me turban! Tus cabellos son un hato de cabras que se descuelgan por las cuestas de Galad; y la hilera de tus dientes como un rebafio esquilado, recién salido del baiio: cada oveja con mellizos y ninguna sin corderos; tus sienes, por entre el velo, dos mitades de granada. 4-5 La belleza de Ja amada es turbadora, y polariza otro grupo de imagenes. Es dudosa la traduccién de las banderas; por eso algunos cambian el texto y leen «terri- ble con sus torreones», otros piensan en emblemas estela- res. En todo caso, es patente el tema de Ja temible fasci- nacién. 6 O bien: «todas de par en par, ninguna sin pareja». 62 El Cantar de los Cantares 8 Si sesenta son Jas reinas, ochenta las concubinas, sin numero las doncellas, 9 una sola es mi paloma, sin defecto, una sola, predilecta de su madre. Al verla, la felicitan las muchachas, y la alaban las reinas y concubinas: 6,10 ¢Quién es esa que se asoma como el alba, hermosa como la luna y limpida como el sol, terrible como escuadrén a banderas desplegadas? P 8-9 Contrapone su amor unico al harén real; véase 's 46, Il 11 Etta Bajé a mi nogueral a examinar los brotes de la vega, a ver si ya las vides florecian a ver si ya se abrian los botones de los granados; 12 y, sin saberlo, me encontré en la carroza con mi prin- cipe. 12 Nadie entiende el sentido del texto original; nues- tra traduccién, como las otras, es conjetura. Los antiguos leyeron aqui da carroza de Aminadab», TE DARE MI AMOR I DANZA 7,1 Coro Vuélvete, vuélvete, Sulamita, vuélvete, vuélvete, para que te veamos. Etta —¢Qué mirais en la Sulamita cuando danza en medio de dos coros? 2 Coro —Tus pies hermosos en las sandalias, hija de principes; esa curva de tus caderas como collares, labor de orfebre; 3 tu ombligo, una copa redonda, rebosando licor; y tu vientre, montén de trigo, rodeado de azucenas; 4 tus pechos, como crias mellizas de gacela; 5a tu cuello es una torre de marfil, 1 © bien: «cuando baila la contradanza», segun al- gunos. 68 El Cantar de los Cantares 6a tu cabeza se yergue semejante al Car- melo; 5b tus ojos, dos albercas de Jesbén, junto a la Puerta Mayor; es el perfil de tu nariz igual que el saliente del Libano que mira a Damasco; 6b tus cabellos de parpura con sus trenzas cautivan a un rey. 7 Et jQué hermosa estas, qué bella, qué delicia en tu amor! 6a Algunos traducen «de pirpura», en vez de «Car- melo», we IT TE DARE MI AMOR 7,8 Ex Tu talle es de palmera, tus pechos, los racimos. 9 Yo pensé: treparé a la palmera, a coger sus datiles. Son para mi tus pechos como racimos de uvas, tu aliento, como aroma de manzanas. 10 iAy, tu boca es un vino generoso que fluye acariciando y me moja los labios y los dientes! 11 Exta Yo soy de mi amado y él me busca con pasion. 12 Amado mio, ven, vamos al campo, al abrigo de enebros pasaremos la noche, 13 madrugaremos para ver las vifias, para ver si las vides ya florecen, si ya se abren las yemas, 10 El] texto hebreo es dudoso, pero la referencia a los besos es bastante clara. 11 El tema de la pasién suena en contexto sombrio en Gn 3,16, 12 Cambiando las vocales de kpr, leen otros «en las aldeas», 70 14 El Cantar de los Cantares y si echan flores los granados: y alli te daré mi amor... Perfuman Jas mandragoras . y a la puerta hay mil frutas deleitosas, frutas secas y frescas, que he guardado, mi amado, para ti. 8,1 ELta 4 EL Ill NO DESPERTEIS AL AMOR jOh si fueras mi hermano y criado a los pechos de mi madre! Al verte por la calle, te besaria sin temor a burlas, te meteria en casa de mi madre, en la alcoba de la que me crié, te daria a beber vino aromado, licor de mis granados. Pone la mano izquierda bajo mi cabeza, y me abraza con la derecha. jMuchachas de Jerusalén, 0s conjuro que no vaydis a molestar, que no despertéis al amor, hasta que é1 quiera! BAJO EL MANZANO 8,5 ¢Quién es esa que sube del desierto, apoyada en su amado? Bajo el manzano te desperté, alli donde tu madre te dio a luz, con dolores de parto. 5 El sentido es oscuro: parece una alusién a la mater- nidad esperada, al relevo de las generaciones en la per- petuidad del amor. Quizds aluda a un modo primitivo de ar a luz, LLAMARADA DIVINA 8,6 Grabame como un sello en tu brazo, como un sello en tu corazén, porque es fuerte el amor como la Muerte, es cruel la pasion como el Abismo; es centella de fuego, llamarada divina: 7 las aguas torrenciales no podran apagar el amor, ni anegarlo los rios. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haria despreciable. 6-7 Puede considerarse como climax y conclusién: es Ja unica vez que el libro se refiere a Dios. SOY UNA MURALLA 8,8 Nuestra hermana es tan pequefiita, que no le han crecido los pechos. ¢Qué haremos con nuestra hermanita, cuando vengan para pedirla? 9 —Si es una muralla, le pondremos almenas de plata; si es una puerta, la protegeremos con planchas de cedro. 10 —Soy una muralla, y mis pechos son los torreones: pero yo seré para él mensajera de paz. 8-10 A los hermanos corresponde velar por la herma- na. La traduccién supone un didlogo de ironia y desafio en el original. Otros ponen las palabras en boca de los pretendientes, y traducen en término de ataque o asalto, La Ultima parte de v. 10 es muy dudosa. LA VINA DE SALOMON 8,11 Salomén tenia una vifia en Baal Hamén: se la dio a guardar a aparceros que le traen de sus frutos cada uno mil siclos de plata. 12 Mi vifia es sdlo para mi; para ti, Salomén, los mil siclos, y da doscientos a los aparceros. 11_ O bien: «por sus frutos daria uno mil siclos de pla- ta». El tema del precio hace eco al verso 7, SENORA DELOS JARDINES 13 Sefiora de los jardines, mis compaiieros te escuchan, déjanos oir tu voz: 14 —Date prisa, amor mio, como el gamo, como el cervatillo, por las lomas de las balsameras. 13 Otros traducen «Tu que habitas en los jardines». TRADUCIENDO ELCANTAR I TEMAS La poesia amorosa de paises y épocas diversas muestra numerosas coincidencias de tema ¢ imagen: es facil ilus- trar e] poema biblico con paralelos de la literatura cir- cundante, Egipto o Babilonia, o con paralelos de Ja cultura © €poca del traductor. Si aplicamos lo dicho a Espafia, las relaciones imagina- tivas se adensan, Primero, por la comun cultura medite- rrénea, todavia coexistente con nuevas formas de vida. Y si nos trasladamos a la Espafia del siglo xv, tendremos jue afiadir e] anénimo y muy probable influjo de los ju~ dios espafioles, que bebian su inspiracién en la Biblia y cantaban ya en espafiol (don Sem Tob lo prueba en el campo del proverbio culto). Para ilustrar temas e imdgenes del Cantar biblico he preferido espigar en el campo maravilloso, encantado, de la poesia espaiola que Daémaso Alonso llama «tradicional, No pretendo aclarar un poema, bien claro en si mismo} pero pienso que algunas relaciones podran hacer mas cer- cano y vivo el poema biblico. La cumbre del poema biblico se encuentra en 8,6-' el amor es una llamarada divina y no se compra con di nero, De un poema no culminante y que defiende lo contrario, escucharemos la voz del amor sincero, que lice asi: 4gNo ves que amor es divino y dddivas no querra?» 96 El Cantar de los Cantares (El poema comienza «Tarrega, por aqui van a M4- lagay y leva el numero 258 en la coleccién de Da- maso Alonso y J. M. Blecua.) El poema 7,8-14 habla de la pasién, a la que corres- ponde la amada dando su amor: «Yo soy de mi amado — y él me busca con pasion... y alli te daré mi amor...» En cl poema «Aquel caballero, madre» (Alonso-Blecua, numero 42) leemos esta estrofa: «Porque segun su aficién, bien merece galardén, y en pago de su pasién se le dara, con tanta mala vida como ha». «Porque es fuerte el amor como la Muerte» dice el poe- ma biblico (8,6). Leamos el admirable poemilla (44 de la citada coleccién), en el que amor, rosas y muerte se fun- den con incomparable sugestién: «Dentro en el vergel moriré, Dentro en el rosal matarm’ han Yo m’iba, mi madre, las rosas coger; hallé mis amores dentro en el vergel. Dentro del rosal matarme han. Segun tradicién biblica, Ja amada es una vifia (Is 5 y 26), que el amado cultiva esperando gozar de sus frutos. El Cantar biblico recoge la imagen sabida, desde el prin- cipio: ¢Y mi vifia, la mia / no la supe guardar» (1,6); y el amado dir4 (7,9) «Son para mi tus pechos / como raci- mos de uvas», La imagen es central en el poema con es- tribillo «Malo es de guardar» (numero 22 de Ja citada co- leccion); Nifia y vifia, peral y habar, malo es de guardar... Vifiadero malo prenda me pedia...» Temas 97 Si la belleza femenina ideal incluye la blancura, la ama- da tiene que excusar su tez morena: «Tengo la tez morena, pero hermosa, muchachas de Jerusalén... No os fijéis en mi tez morena, es que me ha bronceado el sol...» Las tareas campestres han cambiado el color, pero no han menguado la hermosura. Leemos en nuestro cancio- nero (numero 165): 4Criéme en aldea, hiceme morena: si en villa me criara, mas bonica fuera» Y el poema 291 relaciona el color moreno con el luto de la pena de amor: «Con el aire de la sierra, hiceme morena,., Si blanca naci y volvi morena, luto es de la pena del bien que perdi, que sufriendo aqui rigores de ausencia, con el aire de la sierra hiceme morena.» Y también el estribillo de cantar (nimero 301):« Hadas malas me hicieron negra / que yo blanca me era». El amor y las flores hacen pareja inevitable: la belleza que se contempla, el aroma que envuelve y atrae. El Cantar bi- blico nos ofrece una buena coleccién: perfume de flores, aroma de drboles i, bosques, la acumulacién de un jardin, la exaltacién de la primavera. Véanse entre otros 2,1; 4,125 6,2; 6,113 7,13; 8,13. La amada es el jardin adonde va el amado: «Ha bajado mi amado a su jardin, a los macizos de las balsameras, el pastor de jardines a cortar azucenas» (6,2), 98 El Cantar de los Cantares En nuestra poesia es con frecuencia la amada la que va al jardin, donde encuentra al amado; asi por ejemplo el ya citado «Malo es de guardar» (numero 22): «Levantéme, oh madre, mafianica frida, fui a cortar la rosa, Ja rosa florida», Y en una invitacién coral este estribillo (ntimero 182): «Por el val verdico, mozas, / vamos a coger rosas!» Los versos 4,14 enumeran plantas aromaticas de un jardin oriental: «nardo y enebro y azafran, / canela y ci- namomo, / con 4rboles de incienso, / mirra y dloe», De modo semejante leemos (numero 187): «Vamos a coger verbena, poleo con hierbabuena. ‘Vamos juntos como estamos a coger mirtos y ramos, y de las damas hagamos ‘una amorosa cadena... Vamos a coger las flores, que es insignia de amadores...» Lo mismo, pero en sentido negativo, cantando la pena de ausencia (numero 188): «Ya no me porné guirnalda la maiiana de San Juan, pues mis amores se van. ‘Ya no me porné jazmines, ni guirnalda de azucena; pornéme crecida pena por tos bosques y jardines...» El poema Gue he titulado «Te daré mi amor» (6,8-14) es un dio: ella invita al amado: «Amado, ven, vamos al campo, al abrigo de enebros pasaremos la noche, madrugaremos para ver las vifias, para ver si las vides ya florecen, si ya se abren Jas yemas y si echan flores los granados: y alli te daré mi amor...» Temas 99 De Lucas Fernandez, imitando el estilo tradicional lee- Mos estos versos (numero 51 de la citada coleccién): «En esta montafia de gran hermosura tomemos holgura. Haremos cabafia de rosas y flores en esta montafia cercada de amores, y nuestros dolores y nuestra tristura tornarse ha en holgura, Gran gozo y placer aqui tomaremos, y amor y querer aqui nos ternemos, y aqui viviremos en grande frescura, en esta verdura». Recordemos también algunas mds conocidas de Gil Vi- cente: «Del rosal vengo mi madre, vengo del rosale...» (nim. 359), «Cul es la nifia que coge las flores si no tiene amores?» Como el tema es obviamente inagotable, recordemos sélo el apunte primaveral de Gil Vicente: «En la huerta nasce la rosa: quiérome ir allé por mirar al ruisefior como cantaba...» (nim. 356). Si el ruisefior es el ave del amor en nuestra poesia antigua, la poesia biblica habla més bien de la tortola: , «Brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda, el arrutlo de la tértola se deja ofr en los campos» (2,12). 100 El Cantar de los Cantares En el poema biblico domina Ia presencia de los frutos, como simbolos de amor: manzanas, mandrdgoras, grana- das... La imagen es poco frecuente en nuestra antigua poesia, y no creo que por recato; como excepcién se po- dria citar el poema con el bello estribillo «Si queréis que os enrame la puerta, vida mia de mi corazén» y con el desarrollo prolijo y cémodo; abreviado seria un buen poe- ma, y su clave serian los versos «los unos con fruta, / los otros con flor. El tema del desvelo introduce el nocturno del capitu- lo 5: «Estaba yo durmiendo, / mi corazén en vela». Es como el estribillo sugestivo: «fodos duermen, corazén, / todos duermen y vos non» (mimero 84); y en tonalidad tragica: «Pensamientos me quitan / el suefio, madre, / desvelada me dejan, / vuelan y vanse» (numero 257). Complementario es el tema del suefio contemplado y vigilado: es un estribillo del cantar biblico (2,7; 3,5; 8,4) en forma de conjuro «por las ciervas y las gacelas de los campos»: «que no vaydis a molestar, que no despertéis al amor, hasta que él quiera». El ejemplo espajiol del tema es de lo més alto en nuestra poesia amorosa (nétese el sentido antiguo recordar—des- pertar): «A la sombra de mis cabellos se adurmié: esi le recordaré yo? Amor hizo ser vencidos sus ojos cuando me vieron, y que fuesen adormidos con la gloria que sintieron. Cuanto més mirar quisieron se adurmié: esi le recordaré yo? Estando asi dudando por ver si recordaria, dijo: —«Ya estoy descansando, dejadme, sefiora mia», Bien velaba, aunque dormia, pues me oyé: esi le recordaré yo? (num. 57). Temas 101 Que el amor es prisién lo dicen los versos «tus cabellos de Purpura / con sus trenzas cautivan a un rey» (7,6); en forma mas sentenciosa «De los muertos haces vivos / y_de los libres cautivos» (niimero 29); 0 bien «El alma que vio / preso el corazén, / luego se rindié / y con gran ra- zon. / Porque tal prisién / libertad es, madre» (num. 65). La fascinacién, los ojos que turban, Ja figura que sobre-~ coge dominan el poema 6,4-9 (aunque la imagen del es- cuadrén sea dudosa); casi podriamos tomar como tema Jos versos «;Aparta de mi tus ojos, / que me turban!» En el famoso poema «Los comendadores» (nimero 8 de la citada coleccién), sucede asi el descubrimiento: «Turbé con la vista / mi conocimiento». Otro estribillo se con- centra en los cabellos: «Los cabellos de mi amiga / d’oro son; / para mi lanzadas son» (numero 17). Otra vez sobre Jos ojos: «Tenedme los ojos quedos, / que me matdis con ellos» (ntimero 66). Si la danza es compafiera del amor y las bodas, el can- cionero de D. Alonso y Blecua sélo nos da un ejemplo claro: «jSefiora la de Galgueros, cuerpo garrido, salga a la plaza y baile con su marido! —Que por vida de Galguericos, que tal no baile» (nim. 214). que podriamos comparar con Ja danza de 7,1: «WVuélvete, vuélvete, ulamita, vuélvete, vuélvete, para que te veamos. —Qué mirdis en la Sulamita cuando danza en medio de dos coros?» La comparacién se podria prolongar sin término, pa- sando por los cldsicos, Garcilaso, Lope, Quevedo, y lle- gando hasta modernos como Alberti, Juan Ramon, Sali- nas, Aleixandre, Neruda... Los ejemplos aducidos tenian una segunda funcidn: justificar la presente traduccién es- pafiola, ya que el modelo espafiol ha inspirado en gran parte el ritmo y sonoridad de nuestro texto. La eleccién era legitima por el parentesco de motivos e imagenes li- terarias. tats edb eons Il Ritmo El original hebreo, comparado con otros poemas de la misma literatura, ofrece una notable variedad de ritmos (el ritmo hebreo es bdsicamente acentual, y se mide por el ntimero de acentos entre cesura y pausa, p.e. 34 3 equivale a tres silabas acentuadas, cesura, tres silabas acentuadas, pausa). Un libro largo como Job esté todo 1 escrito en el ritmo clasico 3 + 3, con raras excepcioo nes; las Lamentaciones estén dominadas por el ritm- asimétrico 3 + 2, con variantes 4 + 3 y otras desviacio- nes. Bl Cantar, bien breve, es irreductible a esa simpli- cid. Dado que las posibilidades ritmicas de nuestra poesia son mucho mayores, hemos optado por la variedad rit- mica, siguiendo los cambios teméaticos. Al principio, | 1,2-4, endecasilabos para comenzar con cierta solemni- dad; varias veces la silva prestarA su flexibilidad y alter- nancia; también empleamos la combinacién de versos im- pares, endecasilabos con eneasilabos, eptasilabos y penta- silabos. La primavera esta en octosilabos, con algunas alteraciones: 2,8-14; la ligereza de las raposas retozando estd en cuadrisilabos, imitando al original. El desfile de la escolta guerrera 3,7-8 va en decasilabos heroicos muy regulares (0060060060), dando paso mmy pronto a epta~ silabos poco marcados. El poema «Ven» 4,8-11 comienza en_versos répidos de arte menor. En varias ocasiones, aparte el numero de silabas, el ritmo busca efectos especiales de variedad. Por ejemplo, en el estribillo «no despertéis al amor» (2,7; 3,5; 8,4) el movimiento yimbico anapéstico termina en un troqueo abierto: Que no vaydis a molestar, 06060006 que no despertéis al amor, 06006006 hasta que él quiera. 00660 104 El Cantar de los Cantares En el Nocturno, 3,1-4, el ritmo quiere subrayar el movi- miento de la busqueda afanosa, afiadiendo algunas rimas finales e internas; comp4rese con algunos versos del si- glo xv: Jo busqué y no lo encontré Aquel caballero, madre, Me levanté tres besicos le mandé: y recorri la ciudad creceré y darselos he. rarer (numero 21) Pero apenas los pasé, jAy, que non era, encontré al amor de mi alma: mas ay, que non hay lo agarré quien de mi pena se duela! y ya no Jo soltaré N6tese el retardo acentual con intencién descriptiva en los versos «tu pelo es un rebafio / de cabras descolgandose / por las laderas de Galad»: 0600060 06000600 00060006. El comienzo de «Ven» lleva un marcado cambio _ritmico «Ven desde el Libano, / novia mia, ven / ven desde el Libano»: 600600 60606 600600 (como alternancia de bo- lero 3/4 6/8). Mientras que el cambio acentual de 6,2 expresa anchura y sosiego: «Ha bajado mi amado a su jardin / a los macizos de las balsameras»: 0060060006 00060 cooode. La danza del capitulo 7 busca un ritmo bailable: Vuélvete, vuélvete Bailan las gitanas, Sulamita, miralas el rey, vuélvete, vuélvete, Ja reina con celos para que te veamos méndalas prender (n. 422). IIt SONORIDAD Factor esencial del poema hebreo es 1a sonoridad. Toda Ja poesia hebrea se componia para ser leida o declamada en voz alta o cantada, y el factor sonoro juega un papel impor- tante. El Cantar exalta la materia sonora para crear un am- biente magico. La rima, excepcional en la poesia hebrea, es aqui frecuente; abundan las rimas internas, por insis- tencia en sufijos; aunque }a asonancia no tiene curso legal en la poesia hebrea, algunas repeticiones vocdlicas pare- cen tener una funcién especial en este poema, Y son abundantes las aliteraciones, recurso frecuente de la poesia hebrea; y no faltan fragmentos con algin sonido dominante. La traduccién espafiola no podia reproducir cada efec- to sonoro; ni hacia falta. Porque el efecto hebreo no reside en un detalle, por correspondencia de piezas sueltas, sino més bien en el clima total, en la creacién de un estado de alma por el encanto sonoro. La traduccién espajfiola tenia que prestar particular atencién al material sonoro, utilizando rimas consonantes y asonantes, rimas internas, aliteraciones. (Utilizo una trasliteracion simplificada. La h suena como en alemén, la j no es fricativa, la sh suena como la inglesa, el signo ’ representa un stop o saltillo laringal, la z es sonora como en inglés.) ‘Veamos algunos ejemplos hebreos: 1,12 ‘ad she hammalk bimsiké nirdi natan rejé Mientras el rey estaba en su divan mi nardo despedia su perfume. 13 sarér hammér dodi li ben shaday yalin 14 eshkol hakkoépr dodf li bekarmé ‘en gadi 106 EI Cantar de los Cantares Mi amado es para mi una bolsa de mirra que descansa en mis pechos; — mi amado es para mi como un ramo florido de ciprés, de Jos jardines de Engadi. . Escuichese el retozar de las raposas por las vifias en Jas dos lenguas 215 ejzu lanu agarradnos shu’alim Jas raposas, shu’alim las raposas getanim pequefiitas mejabbelim que destrozan keramim nuestras vifias, ukeraménu nuestras vifias semadar florecidas. Las rimas internas tienen particular valor sonoro, se hacen escuchar sin levantar demasiado la voz (Rubén nos ensefié a escucharlas), He aqui algunos ejemplos: 1,22 Son mejores que el vino tus amores, es mejor el olor de tus perfumes ki tobim dodéka miyyayn lerej shemanéka tobim 7,14 Que he guardado, mi amado, para ti dodi tsapanti lak 8,6 Porque es fuerte el amor como la Muerte ki ’azz4 kamawt ’ahaba Otras veces es el efecto discreto de las asonancias, como las siguientes: 9,8 Oid, que llega mi amado saltando sobre los montes, brincando por los collados. Es mi amado como un gamo, es mi amado un cervatillo. Mirad, se ha parado q6l dodi hinné ze ba medallég ’al heharim meqappéts ’al haggeba’ét domé dodi Jieab§ °o le’opr haayyalim hinné ze ’oméd Sonoridad 107 4,5 Son tus pechos dos crias mellizas de gacela paciendo entre azucenas. shené shadayk kishné ’oparim tomé tsebiyy4 haro’im bashshoshenim. Todavia menos llamativa es la sonoridad basada en una sucesion de vocales acentuadas: en 3,6 hay una insistencia en la vocal u: Qué es eso que sube por el desierto, como columna de humo, como nzbe de incienso y de mirra y perfume de mercaderes? En 3,8 se va pasando por las vocales acentuadas a e i o (en_los puestos lamativos). Otras veces son las consonantes las encargadas de pro- ducir aliteraciones: 5,12 y se posan al borde de la alberca 2,3 a su sombra quisiera sentarme y comer de sus frutos sabrosos (sonido S) 4,5 mellizas de gacela paciendo entre azucenas (sonido Z) 6,10 Quién es esa que se asoma (knss kssm como el alba, kmlib hermosa como la luna rms kmlln y limpida como el sol? Impd kmlsl) 5,2 cuando oigo a mi amado que me Ilama: .breme, amada mia, mi paloma sin mancha. (sonido M). Naturalmente, estos efectos sonoros tienen un valor pu- ramente subordinado, aunque esencial. El que se fije de- masiado en ellos se expone a perder lo principal. Pero dada nuestra mala costumbre de leer poesia en silencio, tenemos por desgracia el oido embotado para escuchar la poesia; por eso he querido Iamar la atencién sobre lo oculto y disimulado, sobre el sonido que sirve a la poesia humilde y noblemente. En el Cantar tal servicio se hace indispensable.

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