la Cocina
El estreno, en versin abreviada, Io hizo el English Sta-
ge Society en el Teatro Royal Court el 13 de septiembre
de 1959. La versién completa se representé en este mismo
teatro en junio de 1961, por el English Stage Company
de acuerdo al siguiente reparto:
| M Tommy evrie
Max. MARTIN BODDEY
Bertha JESSIE ROBING
Molly JANE MERROW
Winnie 1A COLDAPPLE
Mangolis MARCOS MARKOU
Paul MARRY LANDIS
Raymond ANDRE BOLTON
Hettie RITA TUSHINGH AM
Violet ALISON BAYLEY
Anne GLADYS DAWSON
Gwen JEANNE WATTS
Daphne SHIRLEY CAMERON
Cynthia SANDRA CARON,
Dimitri DIMITRI ANDREAS
Betty TARN DASSETT
Jackie CHARLOTTE SELWYN
Hans WOLP PARR
Monique MARY PEACH.
Alfredo, REGINALD GREEN
Michael TAMES BOLAM
Gaston ANDREAS MARKOS
Kevin BRIAN PHELAN
Nicholas ANDREAS LYSANDROU
Peter ROBERT STEPHENS
Frank KEN PARRY
Chet ARNOLD YARROW
| Maitre CHARLES WORKMAN
Marango ANDREAS MALENDRINOS
| ‘Vagabundo PATRICK O'CONNELL
Dirigido por John Deseter.
23ACTO PRIMERO
No hay telon en este acto. La cocina esta siem-
pre presente. Todo est en penumbra. No ocurre
nada hasta que la totalidad del publico est sen-
tado (naturalmente, se comenzara a la hora fi-
jada).
(Entra MAGI, el sereno. Se despereza, mira
el reloj y permanece inmévil, mirando a
su alrededor; hasta que se da cuenta de
dénde estd. Son tas siete de la manana.
Después, con una hoja de papel ardien-
do (2) enciende los fogones. Del primero de
elios se proyecta violentamente una lama.
Comienza a salir humo y en seguida el fue-
go empieza a arder moderadamente. Se oye
el rumor de las lamas. Este rumor es como
un pequefio esiruendo, ruido caracteristi-
co de la cocina, que no dejaré de oirse has-
ta el final. Habré una lucha continua entre
el didlogo y el ruido de tos fogones. El di-
rector debe buscar el equilibrio que més
le convenga. Cuando Magi enciende el cuar-
to fogén, MAX entra, se dirige directamen-
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te a la edimara frigorifica de la parte infe-
rior y coge una botella de cerveza. La abre
y empieza a beber. Magi enciende el quin-
to fogén. En ese momento llega BERTHA,
quien se dirige a su sector. Al pasar junto
@ Max, dice: «Buenos dias, Max». Max
eructa.)
BERTHA.—jEh, Magi! Echame una mano.
MAGL—Esta bien, preciosa.
BERTHA—Aup pala.
(Entra MANGOLIS.)
MAGI—Bertha... Los diez chelines..
BERTHA.—No los tienes? jAsi que no los tie-
nes! ¢Vas a marcharte?
MAGI—No.
BERTHA.—Entonces, puedo esperar,
MAGI—Eres una buena chica, Bertha.
BERTHA—Buena... puede que lo sea, pero chi-
ca..., desgraciadamente, no.
MAGI—iVenga! Yo serfa capaz de enamorarme
de ti.
BERTHA—De mf? jAnda ya, muchacho! Del
primer mordisco te haria trizas. jCrrrrunch!
(Se le acerca sigilosamente, como un es-
pectro.)
Primero... te chascarfa los brazos. Después,
Jas piernas,.. (Crrrunch! Luego... jlos ojos!...
iAjijil.... Y luego... ime zamparia las orejas,
esa bonita nariz y... tu cuellol jBrrrr!
MAGI—ZY qué harias con los despojos?
BERTHA—Adobarlos con sal y pimienta, Des-
25pués, los colgarfa a secar, como si fueran mor-
cillas.
MAX.—Magi, aytidame, por favor.
MAGI—Bertha, qué miedo me das.
BERTHA.—Quién, yo? {No me digas!
(Max y Magi colocan la carne de vaca so-
bre ef fogin de Alfredo. Mientras hacen
esto, entran BETTIE y WINNIE, camare-
ras. Pasan murmurando, en direccién al co-
medor. PAUL y RAYMOND Ilegan con sus
herramientas bajo el brazo. Se dirigen a su
sector, Magi sale.)
PAULA cualquiera.)
jBuenos dias, buenos diast
(A Bertha.)
jBuenos dias, reina!
(A Max.)
A ti también, Max.
MAX.—(Pensando en otra co:
Buenos dias.
BERTHA—Buenos dias,
RAYMOND—Max, chay escalopes de ternera
hoy?
MAX.—¢Cudntos quieres?
RAYMOND.—Tres. Los cogeré ahora, antes de
que Ileguen los demés,
(Max va hacia la cémara frigortfica y yuel-
ve con tres escalopes, que coloca sobre su
‘mesa, haciéndolos sonar. Raymond los coge.
Mangolis cotoca los cubos de ta basura en
su sitio)
MAX.—Y no te olvides de preparar mis hojal-
dres de mafiana.
RAYMOND—;Cémo siempre?
MAX.—Como siempre.
PAUL—(A Raymond, que regresa,)
¢Tenemos «religieuses hoy?
RAYMOND.—Si, pero prepara la mesa para las
tartas de frutas. Deja los pasteles, yo me en-
cargaré de ellos. ;Qué tal te marcha la moto?
(HETTIE y VIOLET, camareras, pasan en
direccion at comedor.)
HETTIE.—Por aqui se va al comedor.
VIOLET.—No estoy acostumbrada a trabajar en
sitios como éste. Antes estuve en el Carlton
Tower.
PAUL—jUn asco! No vuelvo a comprarme un
cacharro de segunda mano.
RAYMOND.—zQué le pasa?
PAUL—Si Ilego a saberlo... jAparatos mecdni-
cos! Si para encontrar una mierda de palanca
me paso todo el dia de aqui para alla.
RAYMOND.—Le echaré un vistazo.
PAUL.—;Entiendes de motos?
RAYMOND—(Qué remedio! Estuve levando des-
pachos de un sitio a otro durante la guerra.
PAUL—Lo malo es que la he dejado en casa.
RAYMOND—No habré mas remedio que ir alld,
entonces.
PAUL—Te prepararé una cena,
RAYMOND —zUna cena de solterones?
PAUL—Eso, una cena de solterones.
RAYMOND.—Aprovecharemos los escalopes..
2PAUL—Es una buena idea. g¥ ti mujer?
RAYMOND.—Algunas veces es mejor olvidarla,
PAUL—Si.
RAYMOND—Perdona, no me acordaba.
PAUL—Por mi no te preocupes, Mi mujer era
un imbécil. Si slo me hubiera salido puta...
Pero encima era idiota.
RAYMOND.—gQuieres decir que no te molesta?
(Entra ANNE. Se dirige a su sector.)
PAUL—:A mi? El problema es que algin dia
tendré hijos y los pobres tendrén una estipi-
da por madre... Eso es lo que me duele.
RAYMOND.—{No la echas de menos?
PAUL.—No, Buenos dias, Anne.
(Ella no le oye.)
ANNE.—Buenos dfas, muchachos.
PAUL.—Eso esta mejor.
RAYMOND.—Buenos dfas, encanto,
ANNE—jHola, chicos! ;Hola, Max!
MAX—{Volviendo en si.)
‘Me gusta verte, Anne. Haces mds agradable Ia
mafiana,
ANNE—(Se sirve café de una cafetera y lo pone
@ calentar,)
Espero que siga siendo agradable, Max.
(Desperezindose,)
iAy! (Qué bien se estaba en mi cama! {Es ma.
ravillosa!
RAYMOND —{Lascivo.)
iMe lo imagino!
ANNE.—jEh, Raymond! Qué le pasé anoche a
Peter, al final? ¢Lo sabes?
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RAYMOND.—Ahora crees que es un idiota, ¢no?
De todos modos, no sé lo que pasé. gLo sabes
ta, Paul?
PAUL.—Todo lo que sé es que se pele6 con Gas-
tén. Por qué? No tengo ni idea. Creo que fue
a causa de un cucharén o algo asi...
MAX—jUn cochino alemAn! Un idiota, eso es
Jo que es. Se pasa la vida peleando. No hay
nadie con quien no se haya zumbado. ¢A que
tengo raz6n? jNadie! Para mi que se ha pro-
puesto echar a los cocineros. ¢¥ por qué hay
que cambiarlos? Después de todo, él leva aqui
tres afios! {Tres afios!
(Va por mds cerveza.)
ANNE.—Ese muchacho esta enamorado...
RAYMOND—jQué manera de estar enamorado!
¢0s habéis fijado? Cuando Monique saluda a
los clientes que Iegan al comedor la mira a
través del cristal.
(Sefala la mampara de cristal.)
ANNE—Debilidades!
RAYMOND.—Se pasea por Ia cocina sin quitarle
ojo. Y sdlo para ver si esté coqueteando con
los clientes.
ANNE.—No me Io creo.
BERTHA—Ni yo,
RAYMOND.—;Creéis que micnto?
PAUL—Es cierto. Se pelean delante de todo el
mundo, Se gritan el uno al otro. ;¥ qué gritos?
Algunas veces, ella ni siquiera le mira; espera
las comandas vuelta de espaldas,
ANNE.—Pobre chico. A sus padres los mataron
29en Ia guerra. ¢Lo sabiais?... Pero, gqué
los le pasé anoche?
(Magi regresa.)
MAX.—Pregiintaselo a Magi.
MAGI.—gQueda algo de café, Anne?
ANNE.—Si, claro.
(Le sirve.)
(Toma!
RAYMOND.—Oye, Magi, gqué pasé con Peter
anoche?
MAGI—(Indiferente,)
Casi lo matan,
ANNE.—jDios mt
RAYMOND.—Pero, gpor qué se pelearon? No me
enteré de nada.
MAGI.—Tit debes saberlo, yo no estaba alli.
PAUL—Lo tinico que sé es que de repente se
liaron a gritos. Ya conocéis a Peter, siempre
grita mas que los demés; se le oye desde la
calle... Bueno, la cosa es que, de repente, se
acabé la discusin y se liaron a golpes. Fue
cuestion de segundos. Después vi a Gastén em-
puiiando un cuchillo. Peter le dio un golpe y
el cuchillo rod6é por el suelo; entonces...
RAYMOND —Entonces, Peter cogié a Gastén por
el cuello y estuvo a punto de sentarlo en un
fogn. Después...
PAUL—Después Ilegs el «chef y...
ANNE—Yo vi cémo el «chef» los separaba. Gas-
ton no hacia més que decir: «No he terminado
atin, esto no va a quedar asi. Todavia no sé
por qué fue la bronca.
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PAUL—;Qué importa? Yo le doy los buenos dias
a Peter, pero nunca las buenas noches; ya es-
toy acostumbrado,
MAGI—Yo Ilegué a las once. Estaban todos cam-
bidndose. De repente vino Peter, Gastén le se-
guia. Gastén decia que Peter le habfa llama-
do piojoso chipriota. Los muchachos forma-
ron un circulo a su alrededor. ;Querian lin-
charlo entre todos! Entonces Peter dijo: «Pa-
ra mi todos sofs iguales. La raza no tiene nin
guna importancia, creo que no habéis com-
prendido»... Estaba aterrorizado. Nunca le
habfan visto tan palido.
ANNE.—¢Pero por qué empez6 la pelea?
MAX.—Ya te lo dije. Por un cazo.
PAUL—jVete ti a saber! Siempre hay peleas,
gsabe uno porqué empiezan?
MAGI—(Dejando la taza)
Bueno, me voy.
PAUL—Que descanses, amigo.
ANNE.—Yo también debo ponerme en marcha.
(Mira a su alrededor, a la cocina vacia).
Nadie dirfa que dentro de un par de horas
esta cocina se va a convertir en una casa de
locos. ¢No es cierto?
(Sale con Magi. Raimond, Paul y Max con-
tintian trabajando en silencio. Llegan DA-
PHNE, GWEN y CYNTHIA, camareras. Se
dirigen al comedor).
DAPHNE.—Si esta tarde no viene a casa, me
largo.
CYNTHIA—Bueno, $I trabaja por la tarde.
31GWEN—Es cierto.
MAX.—;Qué tal las quinielas, Raymond? ;tu-
viste suerte?
RAYMOND.—/Bah!
MAX.—Me fallaron tres partidos. Once resulta-
dos. jFigdrate!
(Entra HETTIE. Viene del comedor a bus-
car café, Pausa).
HETTIE—Buenos dias, Annie.
PAUL.—¢Has lefdo la noticia de ese loco del ma-
nicomio? Gand treinta y cinco mil libras.
RAYMOND—Y su mujer aparecié después de
diez y ocho afios.
PAUL—;Diez y ocho afios! {Qué cara!
(Pausa. DIMITRI Mega. Es el pinche de la
cocina. Es joven, tiene buen aspecto, inte-
ligente. Lleva una radio de fabricacién ca-
sera en la mano, Se siente feliz de Mevér
sela a Paul. Habla con acento. Entran MO-
LLY y JACKIE, camareras. Se dirigen al
comedor).
DIMITRI.—Lo hice yo, Paul, lo hice yo. jAqut la
tienes!
(La deja sobre una mesa).
No es muy bonita, lo siento,
PAUL.—Eres un gran muchacho, Dimitri. ¢Po-
demos ponerla en marcha?
(Mira a su alrededor para cerciorarse de
que no hay ningtin jefe. Sélo Daphne y He-
ttie se acercan. Una trae un balde en ta
mano, lleva et pelo atado con wn pafuelo.
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La otra, vestida de modo parecido, lleva un
plumero en la mano).
¢Hay moros en la costa?
HETTIE—(Sefialando la radio).
Qué es eso, Paul?
PAUL—;No ha venido Marango todavia?
DAPHNE.—Aén no. gDe quién es?
PAUL.—Mira. La hizo Dimitri.
RAYMOND.—;La hiciste ti? ¢Con todos esos ca-
bles y bujias? Dime, pero tii que haces aqui?
eCémo puedes perder el tiempo fregando pla-
tos en este restaurante? ¢No puedes conseguir
trabajo en una fabrica?
DIMITRI—ZEn una Fabrica? Crees que puedo
ser feliz en una fébrica? Qué pinto yo en un
sitio de esos? ¢Eh? Ves este cable pequefio?
Esto es lo que yo haria, 0 quiz eso que usted
dice... gemo dice que se Hama?
PAUL.—Conmutador,
DIMITRI—Conmutadores. Tal vez colocaria
conmutadores. Todo el dia atornillando con-
mutadores, Le aseguro que en una fébrica un
hombre hace pequefias piczas, hasta que él
mismo se convierte en una pieza mas. ¢Com-
prende lo que quiero decir?
HETTIE—(Esttipidamente).
Si, tienes razén, gsabes?
DIMITRI—(Claro que lo sé! Mi hermano tra-
baja en una fabrica. Lo sé muy bien.
RAYMOND.—Oye, Dimitri, ¢Sabes qué le pasé a
Peter anoche?
DIMITRI—Casi lo matan. ¢Por qué?
33DAPHNE.—jDios mio!
DIMITRI—;Creéis que sdlo fue culpa suya? To-
dos querian pelear. Imaginaos a un hombre
que esta todo el dia lavando platos, que tiene
que sacar cubos de basura que apestan, ba-
rrer, fregar... ¢Qué puede hacer ese hombre?
Claro que tiene que pelear! De algin modo
tiene que demostrar que es un hombre. 7¥
Juego... 1a culpa de todo es de él!
(Dimitri pone la radio, Suena un rock-and-
roll. Paul se acerca a Daphne y comienza
a bailar con ella. Hettie intenta convencer
a Dimitri para que baile, pero a éste le da
vergiienza y no quiere. HANS entra y coge
de la mano a Hettie, Se pone a bailar. En
el momento culminante del baile entra
MONIQUE. Viene del comedor).
MONIQUE.—Marango esta en el comedor.
MONIQUE.—Que Marango esté en el comedor.
(Sigue el revuelo, intentando restablecer la
normalidad. Se reanuda el trabajo. Dimitri
coge la radio y se dirige al fregadero. Hans
sale, ALFREDO entra).
ALFREDO—Aqui estoy. Buenos dias, sefiores.
MAX.—{Sefialando el puesto de Alfredo).
La ternera esta ahi.
ALFREDO.—(Mirando el meni en la picarra).
Gracias, gracias.
PAUL—(Gritendo).
¢Ha venido el nuevo cocinero?
ALFREDO.—(Encogiéndose de hombros).
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Por mf no ha preguntado.
(Entra Monique con vasos).
PAUL—Crei haber ofdo que venia Marango.
MONIQUE. —Dije que estaba en el comedor, Ain
RAYMOND—;Tienes idea de lo que pas6 ano-
che, Monique?
MONIQUE.—Ya esta bien, ¢no? Sélo sé que a
Gastén le hincharon un ojo.
PAUL—jVaya mafianita que vamos a pasar!
RAYMOND.—Y a Peter, ¢no le pasé nada?
MONIQUE.—Tuvo suerte.
RAYMOND.—gTe quedaste con él para prote
gerlo?
MONIQUE.—He dicho que tuvo suerte. Le es-
peraron fuera,
RAYMOND .—Fuera también?
MONIQUE —«gQueréis jugar a gansgters?s, les
dijo. «Bueno, traedme a Marlon Brando y ju-
garemos».
RAYMOND.—Sabe ser divertido en los momen-
tos dificiles.
MONIQUE.—Después les dio Ia mano y se des-
pidié de todos, uno por uno: «Good night,
bonne nuit, gute Nacht y Kalinkas. Los dejé
a todos patitiesos. ¢Qué podian hacer?
(Se desvanece su sonrisa).
iFanfarron!
MAITRE.—jMoniquel...
(Entrando desde el comedor).
MONIQUE.—Buenos dfas, Harry.
MAITRE.—Janey esta enferma.
35MONIQUE.—jOtra vez! Esa tia esté anémica.
Seguro que esta anémica.
MAITRE—Ocupe su puesto hoy, por favor.
MONIQUE,—Pero... no estoy vestida para aten-
der a los clientes.
MAITRE.—Ese vestido esté bien... sdlo tiene
que quitarse el delantal
MONIQUE.—zEste? jPero si esta todo arru-
gado!
MAITRE.—Lo tinico que tiene que hacer es le-
var a los clientes a sus mesas, no bailar con
ellos.
(Mutis).
MONIQUE.—Es la tercera vez que tengo que
ocupar su puesto en una semana. Toma, Ber-
tha, gudrdame el delantal.
BERTHA—Damelo, riquina. Me sentaré encima
para planchartelo.
(Entran Daphne, Gwen y Hettie).
MONIQUE —Hettie, Janey ha vuelto a ponerse
enferma, ¢Quicres ocupar mi puesto? Daphne,
gpodras echarle una mano?
DAPHNE.— Hoy estoy en cristaleria.
MONIQUE—iOh! Es verdad, lo habia olvidado,
eQuién queda, entonces? Winnie estd en el
diez... Gwen en el ... Qué sector tienes hoy,
Gwen?
GWEN.—El siete.
MONIOQUE.—E] siete... Eso quiero decir que 20
vas a tener tiempo para nada.
HETTIE.—2Y la chica nueva?
MONIQUE.—jEstupenda ideal Esta acostum-
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brada, tiene experiencia. Podré ayudarte..
Vamos, no perdamos tiempo.
PAUL—jSuerte, Monique!
MONTQUE—Por lo menos no tendré que aguan-
tar a ese matén todo el dia.
(Salen las camareras).
PAUL—jQué pareja mas curiosal
RAYMOND.—