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Las experiencias personales del autor con curanderos de todo el mundo. Una explicaci6n racional que va mucho mas alla de lo anecdotico. Freixedo CURANDERISMO Y CURACIONES POR LA FE Salvador Freixedo Curanderismo y curaciones ee Un libro que ofrece la explicacion ra- cional de un mundo hasta ahora igno- rado 0 poco conocido. Salvador Freixedo, cuya libertad de ra~ zonamiento y de expresién le valid ser expulsado de los jesuitas después de haber pertenecido a la orden durante treinta aftos, es uno de los mas decidi- dos pensadores de nuestro tiempo. Y uno de los mas autorizados, ya que su vide es toda ella una infatigable inves- tigacién, tanto en el plano tebrico co- moenel practico, El estudio absorbente de Ia fenomeno- logia paranormal lo ha llevade a ocori bir ol presente libro, donde explica a- biortamente sus experiencias perso- nales con curanderos de todo el mundo. Salvador Freixedo, que ha tenido oca~ sion de conocer y estudiar a centenares de curanderos y sanadores, nos ofrece en estas paginas un amplic abanico de este variopinto hospital conducido por irujanos que ignoran el bisturi, la je- ringa, las facultades de medicina y los. laboratorios farmaceuticos. El lector asistira desde las operaciones con las manos, sin instrumentos, hasta las curaciones psiquicas, simplemente conel poder mental del sanador. Cublerta: GeestHoversted © 1983, Salvador Frets {© 183, Eaiiones Marines Roca, S.A. Gran Vis, 774,72, Barelona- 13 ISBN AE 3m0.0767-1 Depdsito egal B. 4329-1043 Imupreso pot Grafcas Diamante, Zamora, 83, Barcelona mprese en Espana — Prva n Spain indice Introduccion... Primera parte 1, Los curanderos 2. Juicio objetivo sobre elcuranderismo Segunda parte 1. Diversos tipos de curaciones 2. Limpias 3. Psicodiagnésticos 4. La radiestes — 08 5. Curaciones porla fe ....2+eesseesrseese 6. Operaciones con las manos, sin instrumentos 7. Operaciones hechas con instrumentos 8. Tratamientos meridianicos 9, Curaciones a distancia 10, Radiénica 110 ns Tercera pane 1. Energias inteligentes 2. Bioenergias o telergias . 3. Loteligentes o cuasiinteligentes 4. Utilizacién bioenergética .. 5. Cualidades de las bioenergi 6. Cuatro niveles de inteligencias 7. ¢lmerfieren en la vida humana? (Cuarta parte 1. Cémo beneficiarnos de la energfa de nuestro cerebro 2. De cémo esté hecha la materia . 3. Desveiando el misterio 4, Nuestro cerebroes la clave 5. El nivel Alfa 6. Reivindicando la meclicina tradicional 7. Entendiendo losmilagros 19 132 Bs = 142 148 155 158 167 = 169) 2172 174 178 18s 187 Introduccién Comenzaré este libro citando una breve noticia que aparecis en 1980 en un periddico de San Juan de Puerto Rico. Segin mi criterio en ella se resume de una manera ingenua y directa un fenémeno social que actualmente esté tomando gran incremento en nuestro mundo occidental ya cuyo estudio voy a dedicar esta obra Bajo el titular de «Curandera milagrosa, el texto dice as ‘A Madame Chaton le basta con solo masajear a un enfermo ccon sus regordetas manos para que cese el dolor y los huesos lesionados vuelvan a su lugar. Madame Chaton vive en una aldea suiza, la misma donde anteriormente su padre realizé cu raciones sin tener conocimientos de medicina. La sefora cuenta 67 aiios y durante los tiltimos 30 anos ha curado a miles de per- sonas. Su especialidad es curar casi instantineamente fracturas y hhuesos doloridos. Sélo exige que los pacientes no den su nombre y que no le paguen, Bla tiene la certeza de poseer poderes es peciales con los cuales quiere ayudar a los aldeanos. Su fama se ha extendido por toda Suiza. Una vez a la semana viaja a la ciudad de Lausanne. Sentada en una sencilla silla frente a los bafios pablicos de la estacién local, cura a quienes vienen en busca de su ayuda, ‘Hasta aqui la noticia, semejante a cientos de otras eparceidas cn los periddicos de todo cl mundo. Si bien hace algunos safios tales notas periodisticas eran lefdas con desdén por las personas conside- radas cultas, en nuestros dias eumenta cada vez mas el niimero de interesados en este tipo de noticias. Por azares del destino y porque ademas me interesa todo.lo que supone un desafio para nuestra inteligencia, en los iltimos afios he estado en continuo contacto con lo que se ha dado en lamar «le otra ‘medicina» y relacionado directamente con personas que se dedican ala practica de la misma, Reconozeo que es una audacia entrar en este campo enorme- mente profundo y vasto, con evidentes connotaciones trascendentes (religion, filosofia, ciencia. etc.) las cuales son ce vital importancia ara comprender en toda su hordura el misterio de la vida y el de la existencia del ser humano. 10 Primera parte , Los curanderos Intentaré que el lector se haga una idea lo mas clara posible de todo este complejisimo mundo del curandetismo. En primer lugar debo decir que no es mi intencién convencer a los escépticos sobre la veracidad de mis afirmaciones, ya que, segin yo entiendo, el problema no radica en saber si existe 0 no «ls otra medicina», sino con ver qué bay detras de ella y cual es la causa de tantas curaciones inexplicables no s6lo para la medicina oficial sino también incluso para la moderna parapsicologia. Gonzilez Quevedo, S. J., en su libro Los curanderos,! afirma aque todos los curanderos son unos farsantes». Por otra parte, acepta los milagros que admite Is Iglesia cat6lice, porque en ese caso hay una «intervencidn divina ante la que el hombre no tiene nada que hacer sino alabar los designios secretos de la divina pro- videncia». Es cierto que hay curanderos farsantes, del mismo modo que hay medicos farsantes, abogados [ursantes y religiosos farsantes 1. Gowrsnss Quevenn, Oscat, Les euranders, Sa Terma, Santander, 7 sor. PerO €s una gran -njusticia y un grave error pensar que rodos los que se dedican a cura: sin tener titulo de médico sean unos farsantes. Es cierto que hay muchos curanderos cuyo principal mévil es el dinero: algunos de ellos comencaron con muy puras intenciones pero su cumbieron ante ‘a tentacion de poder haverse ricos gracias a su capacidad para curar y viendo la te con que acudian a ellos Jos enfermos; otros eomenzaron ya desde el principio con énimos tor dos, y hasta muy bien puede ser que sin tener ningin don p: ‘cura; otros cobran una cantidad médica, a lo cual tienen perfecto derecho, pues de algo tienen que vivir, y yo mismo he aconsejado a ‘algunos de ellos que cobren, pues de esa manera pueden dedicar ‘mas tiempo a la evangélica tarea de curar al entermo en ver de limitarse a dedicarle las horas que le quedan después de su trabajo; ¥ otros no cobran absolutamente nada, pues de ello he sido testigo en mu Aparte esto, el que un médico cobre mucho no significa necesa- riamente que el médico sea mato; mas bien suele ser lo contrario, Jos medicos muy buenos son los que cobran honorarios mayores. ¥ el hecho de que haya demasiados médicos s6lo interesados en la Parte cconémica, no quiere decir que la medicina sca una farsa, Si es cierto también que el principal médico es el propio cuerpo. Nuestra mente inconseiente, que es Ia que tiene la tarea de mante- ner funcionando normaimente nuestro organismo, sabe también o- ‘mo repararlo cuando éste se deteriora, La principal tarea del curan dero —al igual que la del médico— debe ser la de activar los meca- rnismos que esta mente inconsciente tiene para restablecer el equili- brio en el cuerpo. Y por qué la mente inconsciente deja que el no se enferme, si lo puede evitar? La respuesta es que la nente inconsciente no es la tinica gobernadora de nuestro cuerpo; la mente consciente tambign tiene mucho que ver; y cuando nuestra ‘conducta —gobernada mayormente por la mente consciente—no es Jo que debe ser (malos habitus fisicos, psiquicos 0 morales) a la ccorta 0 a Ie larga el buen funcionamiento del cuerpo se resiente. Asi Pues, quien en definitiva logra la curacién es el propio entermo, Is sacra, y probable onzalo Aguirre (derecha), ol curendero mas famoso do Vertu, yp fhonta de todo Monica, junio con Sadr rene Gonzslo Aguirre dlagnostican- do una paciente. Eh ose mo" mento le traza unas raya en la palma de lamane, pero el catalizador para que los mecanismos de su mente inconscien- te se pongan a funcionar son tanto fos médicos con sus tratamientox como los curanderos con sus telerpas En cuantoa que no hay verdaderas curaciones producdas por cu- randeros, se equivoca radicalmente Gonzalez Quevedo. El misino, en muchas oeasiones admite que hubo curacién o por lo menos mi joria, pero las achsca a otros factores; cualquier cosa menos admitir ue fue el trabajo del curandero; la sugestién es cl topico mis socorrido en estos casos, y no niego que cn muchisimas ocasiones ésta sea la causa de la «curacion del paciente. Pero los médicos no deben olvidar nunca que el fin itimo de la medicina no es aplcar tal 9 cual tratamiento m: tal o cual operacidn o medicina; el fin altimo es curar al paciente de su mal; y uno se pregunta: ,por qué los médi- cos no descubrieron a su debido tiempo que el paciente se podia curar con un medio tan sencllo como la sugestiOn, y tuvo que venir el curandero para hacerlo? Tal como me decia un joven al que un curandero habia restituido cas instantaneamente la capaci dad de caminar sin muletas: «:Por qué no me sugestionaron a mi los doctores qu me atendieron en los tres hospitals en los que estuve internado?» Gonzilez Quevedo, en su ain por negar sistematicamente cualquier capacidad que los curanderos pudiesen tener, no cae en la cuenta de que se esta contradiciendo en muchas ocasiones. E hhabla en sus libros repetidamente de lis incretbles fuerzas de In mente y conoce muy bien las tlergias que ésta puede producit y de hecho produce en los diferentes tipos de psicocinesis; puce bien, cuando se trata de euraciones intentadas por los curande- ros, parece que se olvida de todas estas capacidades humanas y no piensa que un curandero pueda ser un gran psiquico —aunque sea un psiquico inconsciente— cosa que suede con gran frecuen- cia. Permitame el lestor dos cits del libro de Gonzilez Quevedo y vea con qué pasion y falta de ecuanimidad trata el tema; leemos en la pagina 143 de la edicion ya citada: 16 El sefior Maxwell, doctor en medicina y procurador general de Burdeos, padecia de glaucoma en ambos ojos... Cuando et doctor Maxwell buscé al sefior Th. (un curandero) estaba ya casi ciego. Los profesores de universidad habfan declarado inopera- bles aquellos glaucomas... Con repetidas imposiciones de manos, del sefior Th. durante varias semanas, qued6 completamente cu- rado, Cuando el seior Th. fue acusado de curanderismo, et doctor Maxwell interpuso toda su autoridad de médico y de procurador general en defensa de su bienhechor. Algiin tiempo después y ya con 77 afos de edad, el doctor Maxwell fue atacado de parilisis en la mitad izquierda de su cuerpo. Varios eminentes profesores que lo examinaron fueron lunanimes en declarar que aquella hemiplejfa era debida a un codgulo que se le habia formado en la region cervical. Siendo muy dificil disolver el coagulo por medios quimicos y temiendo someterse a una delicada operacion quirirgica, el doc- tor Maxwell aciidié a eu astimada sefior Th. 1.98 sesiones «mag- netizadoras» por imposicién de manos se realizaron ante el mé- dico asistente y un profesor de la Facultad de Medicina de Bur- dos. En la quinta sesién el codgulo ya estaba disuelto, de suerte que ya no ofrecia ningiin peligro para la circulacién. El doctor Maxwell estaba curado. Serian realmente curiosas tales «curaciones» parapsicols- gicas Ante un hecho tan contundente, Gonzalez Quevedo sélo tiene como explicaci6n una frasecita medio chistosa y tres puntos suspen- sivos, despues de haber puesto entre comillas, como es su costum- bre, las palabras «magnetizadoras» y «curacioness, como para no hacerse complice de elas. Todavia otro ejemplo, tomado de la pagina 14%: La sefiora B. sufre un edema muy desarrolludo y extendido en la pierna izquicrda. Su estado empeors aun con las inyeccio- nes de sales de quinina asf como después de un tratamiento ” eléctrico de alta frecuencia. Visto que el tratamiento eléctrico resultaba contraproducente, el doctor D. y sus cinco colegas det hhospital Cochin deciararon la enfermedad incurable. La paciente acude entonces al famoso curandero Charles Parlange. Este empieza a imponer diariamente las manos sobre la pierna afectada. Los dolores, que cran intolerables, desapare- ieron a las primeras «magnetizaciones» Gonzilez Quevedo comenta a renglon seguido: Bien; el dolor puede suprimirse facilmente por efecto de la sugestién. (Parece que los médicos no sabian esto.) ¥ contintia Gonzalez Quevedo: Pero lo admirable del caso es que el edema fue cediendo Jentamente y al cabo Ue un ues y medio de imposiciones diatias de las manos de! curandero, la curacion era total, con gran admi- raciGn de los dermatologos. Esta vez sida la impresién de que el jesuta se impresion6 algo Porque escribié ta palabra curacién sin ponerle comillas. Pero pa- fece que no le dur mucho la impresién porque seguidamente aos dice que aquella curacién fue excepcional. Y en esto también peca de falta de objetividad Gonzilez Quevedo, porque Parlange hizo ‘muchisimas otras curaciones por el estilo de ésta, Con tales prejui- cios no se puede juzgar correctamente un hecho tan vasto y tan pro- fundo como el curanderismo, Si ante hechos que pucden explicarse mejor © peor mediante telergias emitidus por los curanderos mi excompariero de carrera eclesifstica se muestra escéptico, ,qué no hard ante otros mucho mas dificles de explicar y en los que en cierta manera esta involu- ctado el dogma cristiano? Analicemos ese caso Contado por él en la pagina 161 del ya ce tado libro: 8 El reverendo padre Trilles, misionero en Africa, describe en etalle una escena tipica de curandezo entre las tribus afticanas. El page o jefe anuncia primero su formula magica que va a aplicar enseguida. Después, entra en trance y danza hasta que- dar agotado. Durante la danza anuncia el trasplante de la enfer- medad de alguio de los pacientes en el cuerpo de un animal oen un arbol. Es una ceremonia de las més extrafas. Se ye al enfermo, calmarse poco a poco bajo el efecto de los pases magnéticos y, después de haber sudado abundantemente (jpor la esperanza angustiada!), dormirse tranquilamente (;hipnotizado 0 sugestio- nado!) mientras el animal tiembla, gime y se echa por tierra quedando rigido de repente y cayendo como una masa inerte: muchas veces muere agitado por estremecimientos convulsivos. En este caso suelen usar un cabrito o un perro muy estimado por eleniermo. ‘Vimos hacer esto a un babalong de la tribu fang. Uno de nuestros catequistas, Paulo Nsoh, habia cogido una fiebre alga o fiebre de los bosques y que es muy grave. La quinina no producia efecto alguno. El babalong mandé que lo colocasen debajo de un drbol de hojas grandes, y seguids- ‘mente ejecuté los pases rituales primero en el enfermo y después en cl arbol. Al poco tiempo, las hojas se pusieron negras y se le cayeron. El enfermo sudaba copiosamente, AI dia siguiente es taba curado. Continéa Gonzilez Quevedo, una vez terminada la narracién del misionero: Los pagés, babalones, chamanes, curanderos, eteétera, siem- pre son auténticos charlatanes © megalomanfacos, y egam a ha- cerse profesionales en trucos... ‘Toda aquella pantomima es muy ficil y conocida por loses- pecialistas, Basta envenenar de antemano al animal o al drbol 19 Luego Gonzalez Quevedo se da cuenta de que la explicacion que esta dando es un poco dificil de admitir y por eso explica “1. tratiindose de un drbol hay que hacerlo con bastante an- ticipacién, con una droga de efecto progresivo, EI hechicero sabe muy bien cuando comenzardn a mostrarse los efectos. Pero el truco impresiona al paciente muy favorablemente.» No negames que el paciente, impresionado por este truco, pueda «curar»; pero psiquicamente, no por ningin trasplante real de la enfermedad, de los malos fluidos o del espiritu desen- carnado.., La muerte «magica» del animal © del érbol es sélo para sugestionar al paciente. En todo esto no se sabe qué admirar mas, si la astucia de los curanderos o la ingenua credulidad de los pacientes y testigos. Y¥ en verdad que no se sabe qué admirar mis, sila sabiduria del jesuita que se sabe todos ls trucos habidos v por haber su incapa- Gidiad de analiza les hechos objetivamente y sin prejuicios. La palabra fluidos —tan cara a los espiitstas— le resulta es- Pecialmente antipitica a Gonzalez Quevedo, porque, a lo que parece, no tiene la bendicién del dogma cristiano; sin embargo, las stelergias», de las que tanto habla en sus libros, tienen su total aprobaeisa, y también la de la ciencia, sin caer en la cucnta dde que ambas palabras estan designando una misma cosa, Si Pie- tre Girard mueve objetos a distancia, Gonzalez Ouevedo lo ad- mite porque es una «telecinesiso, un hecho ciemtiticos si san José de Cupertino se eleva por los aires, Gonzilez Quevedo lo admite porque es una «obra divina», y la Santa Madre Iglesia asi nos lo ensefta; pero si un curandero cura, Gonzilez Quevedo se enfada, porque el curandero no es mas que un farsante avido de dinero que utiliza un burdo truco; ademés, los dinicos que pueden curar legalmente son los médicos con titulo universitaio. (Seralemos que a palabra «universitarion hace caer en trance a Gonzilez Quevedo.) Si el ilustre jesuita fuese mas objetivo en sus apreciaciones y 20 Llcjase por un momento sus aires de cruzado antiespiritista, podria ayudar mucho a descifrar este gran enigma, pues no se puede negar su gran erudicién en cuanto a la fenomenologia del curanderismo. lis una listima que no haya sido capaz de trascender la rigida teolo- sla que tanto a él como a mi nos enseftaron los padres jesuitas en la Universidad Pontificia de Comills, a 2 Juicio objetivo sobre el curanderismo Antes de entrar en atria, y para adelantarle al lector cual es ‘mi manera de enjuiciar todo ese fenomeno, be aqui un resumen: 1. Todos tenemos capacidad de curarnos a nosotros mismos y otros, al igual que todos tenemos la capacidad de nadar; pero tnica~ mente llegarn a nadar los que desarrollen esta eapacided. 2. Indudablemente hay personas que tienen esa capacidad de ‘curar en mayor grado que otras, y algunas nacen ya con esa capaci- dad muy desarrollada. 3. Se dan curaciones reales e inexplicables para la ciencia mé- ica 4, Algunas de esas curaciones son totalmente inereibles, por las circunstancias en que estén hechas y por lo dificil de la si- tuacién, 5. Estas curaciones no pueden ser enjuiciadas por les normas que rigen en la medicina ya que estan hechas conforme a leyes totalmente diferentes (desconocidas por la medicina universitaria y desconocidas incluso por los mismos que las practican). 6. Los curanderos no siempre curan. 22 7. Un elevado porcentaje de sus intervenciones no tienen resul- tado positivo. 8, Frecuentemente sus intervenciones s6lo obtienen resultados temporales, volviendo finalmente el enfermo al mismo estado ini- cial. (Sin embargo, jncluso en muchos de estos casos hay que admi- tir que hubo un hecho paranormal.) 9. Hay grandes diferencias entre los diversos curanderos: dlfe- rencias en sus motivaciones, en sus métodos, en las energias 0 eyes que manejan y en sus resultados. 10. Hay que admitir la existencia de muchos curanderos cuyo movil principal —sino tinico—es el dinero. LL. Uno tiene que informarse bien a la hora de deci ver un curandero. 12, Deben evitarse los curanderos que cobran grandes cantida- des de dinero, por mucha fama que tengan y aunque prometan ha- cer grances curaciones. 13. Los que no cobran (o eohran cantidades médicas) tienen mu- ‘chas més probabilidades de que sean auténticos. 14, Hay una gran cantidad de personas, ante cuyas dolencias la ‘medicina oficial no habia podido hacer nada y hasta las habia de- sahuciado, que han recobrado totalmente la saludo o se han mejorado notablemente debido a la intervencidn de algan curandero. 15, En todas las religiones y en todas las sectas —por absurdas que sean sus creencias—se han dado y e siguen dando curaciones paranor- ‘males que desafian toda explicacién médica. Por supuesto, los files de cada religién o secta las atribuyen a diferentes causas y personajes sagrados, de acuerdo con sus ereencias. Pero la causa profunda es la misma que acta en los curanderos no religiosos y que cobran, Esto es lo que pienso, de manera general y resumida, de todo el fenémeno del curanderismo 0 de «1a otra medicina». En cuanto a como pueden realizarse hechos que van en contra de toda légica, dejo su explicacién (0 su intento de explicacién) para la ultima parte de esta obra, ‘Comencemos ahora por analizar el hecho en si. 2B Segunda parte Diversos tipos de curaciones Distinguiremos aqui ocho tipos de tratamientos paranormales de curacién encaminados a devolver la salud al cuerpo del enfermo y evitar también que contraiga cualquier enfermedad. Estos trata- mientos son los siguientes: —Limpias. — Psicodiagnésticos. —Curaciones por la fe. —Operaciones con las manos, sin instrumentos. — Operaciones hechas con instrumentos. —Tratamientos meridianicos. —Curaciones a distancia, — El cerebro humano como curador. Dejo de incluir la macrobidtica, la herboristeria, a hidroterapia, la homeopatia, el electromagnetism y multitud de otros tratamien- tos o sistemas de vida relacionados con la salud, pues aunque po- dian lamarse con toda propiedad «tratamientos paranormales» por la poca entrada que tienen todavia en la medicina oficial, para a tender tales watamentos no hace falta recut a expliacones Sssnene panpsopeasotrecenknes eniendo encuena que! hombre um 00 mente cu medina oil deers septa de ua ver por todas ec le ane juega un papel sumamente importante en ls lenomeves rane males del curacy gus eta mente esd eda por nase de ls qu todavadesconocemos su mecariamo ys lace 2 , Limpias Como su nombre indica, las «limpias» consicten en limpiar el ‘cucrpo, los cuerpos, y el espiritu. Algo asi como cuando el cuerpo se baa y queda libre de toda la suciedad, el polvo y las inmundicias que pudiera tener. Por lo general, las limpias no llegan a tener la importancia de las, curaciones. Se limitan a desintoxicar al individuo de todas las malas influencias o defectos superficiales que pueda tener en su organismo oensualma, Sin embargo, puede haber limpias que tengan més importancia para la curacion del individuo que cuaiquier otro tratamiento cor- poral Y aqui debo hacer referencia a algo que la medicina oficial ignors totalmente pero que en «la otra medicina» tiene una impor- tancia vital. E] lector habra notado que al inicio de este capitulo he escrito ‘cel cuerpo, © los cuerpos», y hago notar eso para destacar que la medicina oficial prescinde por completo de estos otros cueipes, ¥ priicticamente ha negado su existencia hasta ahora, Sin embargo, para la mayor parte de quienes practican la medicina «heterodoxa», » fa existencia de estos otros ecuerpos» que circundan 0 penetran ef cuerpo humano visible no es slo una cosa cierta sino que su impor- taneia ¢s vital cuando se trata de eurar el cuerpo visible. Y digo el cuerpo visible y no el cuerpo fisico, porque estos otros ‘euerpos también son fisicos; y si bien hasta ahora no teniamos ma- nera de verificar su existencia mediante instrumentos, actuaimente algunos cientficos heterodoxos ya disponen de algunos aparatos especificos, come la cémara Kilian y los supervoltimetros utilizados por los doctores Harold Burr y Leonard Ravitz para medir los campos de vida» (L. fields). Y también los interesantisimos instru mentos ideados pot George de la Warr, como por ejemplo el pol ¢grafo y toda la serie de aparatos inventados por Cleve Backster. Hablando genéricamente, podemos afimar que esos «cuerpose son de naturaleza electromagnética. Algunos de ellos dependen to- lalmente del cuerpo fisico visible, de modo que variardn en la me- ida en que varie aquel. Pero hay otros «enerposs que na dependen del cuerpo visible sino que, por el contrario, es el propio cuerpo visible quien depende de exe sutil cuerpo electromagnético que en cierta manera impregna al cuerpo fisio visible. Para algunos médicos ¢ investigadores heterodoxos ya no resulta ningiin misterio el que muchas enfermedades se originen y se mani- fiesten en ese «cuerpo electromagnéticos antes que en el cuerpo Visible; si logramos descubrirlas y atajarlas cuando atin estan en el primero, conseguiremos que no lieguen a manifestarse en el cuerpo fisico visible. Hace ya bastantes afos, y en virtud de ese principio, en el Hos- pital Bellview de Nueva York, un médico fue capaz de detectar mu- cchos cdnceres antes de que éstos se manifestasen exteriormente. Las diversas variaciones de esos «cuerpos electromagnéticos» determinan qué tipo de enfermedad va a manifestarse en el cuerpo fisico, permitiendo de esta manera ayudar al organismo antes de que la enfermedad se haga més evidente. Esa puede scr una clave para explicar el origen psfquico de muchas enfermedades, ya que estos cuerpos invisibles (Ilimense 30 icos, auricos, dobles astrles, etc, seg las diversas eseuclas) ‘om mucho mis infiuenciables por la mente gue el propio cuerpo ¥i- sible Las limpias y buena parte de las curaciones practicadas por fos caranderos o sanadores van direcamentediigidas a estos cuerpos {tericos» los eugles se encargan de transite su mejora al cuerpo {sic visible tra cosa que Ia medicina oficial no tiene en cuenta es la existen- cia de verdaderosrios de energias sutilsimas que recorren continua- rente todo nuestro cuerpo fisico visible, unas corrientes «supere- \etricas» indetectables con les instrumentosfisicos convencionales. Estos rios de energlas estin sujetos a los mismos accidentes a ‘que estn sujetos los rios de nuestra geografia: pueden tener inun- aciones y pueden tener estiaje 0 sequia. En el primer caso, la corriente inundaré vastas regiones de terreno, y, en el segundo, su ceauce quedara vacio, causando en ambos casos datos a los terrenos circundantes. Por otro lado, cuando el fluir de estas sutiles energfas por el cuerpo humano se ve obstaculizado se forma un bloqueo energético ‘que indefectiblemente tendra sus eonsecuencias en el cuerpo fisico; cen otras palabras, se manifestara en forma de alguna enfermedad. En otras ocasiones sueede que la energia que fluye por el cuerpo no es todo Io abundante que debiera ser, y el cuerpo fisico igual- mente lo acusara mediante alguna enfermedad, consecuencia de es- ta falta de energia; en este caso la curacion radical dela enfermedad consiste simplemente en proporcionar al cuerpo la energit que le falta - Pero la medicina oficial no sabe como bregar con esta energia, ‘ya que no se trata de la misma energia que adquirimos cuando in- fgerimos proteinas 0 cualquier reconstituyente © antianémico, lo mismo que tampoco sabe cémo desbloquear las acumulaciones de energia, haciendo que éstafluya libremente, ya que esta «superelec- tricidad> no se rige por las eyes conocidas hasta ahora, 31 Y al hablar de esta energia nos estamos refiriendo ni mas ni menos que a los «fluidos» de que tanto nos hablan algunos curan- deros y que :anto enfadan a Gonzalez Quevedo. Es la misma fenergia de que hablaba Mesmer en el siglo xvttt y a la que llamaba «magnetismo animals; la misma con la que Juan Blance, en las Filipinas, es capaz de abrir la piel de un paciente desde una distan- practicamente todo, y hay que confesar que en el mundo de lo paranormal los trucos y mentiras superan a los hechos auténticos, Los huevos pueden ser preparados, es decir, se les puede meter dentro, megiante una téenica especial, varias cosas. Esta téenica Consiste en sumergir durante varias horas en vinagre el huevo, la cascara entonces se volverd completamente blanda, de modo quese puede sajar, vaciar el contenido, meter dentro lo que se quieta y volver a juntar 10s bordes de modo que no se note absolutamente nada, Esta técnica, que no es nada féci para el que la quiera practi. {ar Por primera vez, es sin embargo perfectamente posible y de hecho muy bien conocida por algunos ilusionistas y embaucadores «que la practican asiduamente como parte de su ofieio. Sin embargo, en algunos de los cases que he presenciaco me tomé el trabejo de marcar bien el huevo y de obscrvarlo una vez 40 dts se fara conser I macaque 30 hi Ww los casos se obsetvé el huevo por ray iit Mtvite antes de ser ado seo que no coven a ta ih main ebor, cuando Rovio lo i, despa Mee I pia tena ura ssn erate wales ci ae bi lida 9 ias, He visto cémo a esta misma rente de la clara y yema ordinari hielo tonya veces, en medio dela imp y sin ninguna causa aparen Vie tetacaptedensesismanes Thin sha das y regan Be ae ts eho Sg is importance pi sien aa 0 wo ht ees palabras hse agi be ser mano eas Mg sm prs aecones sin condo uno 9 debi ie inl superhera de unos suantos vos & la ngena ne «cientificos» (Jo cual ra a gran mayoria de ks parapsicologosecienificos» ( ijucre decir forzosamente que sean buenos parapsc6loecs) y a os ideran a sf mismos cientificos «purose (es sto loo que cons core Mn deleeeeores deo nine ye pais aie exten Viel mundo y sont de ge mess ra I na std, inditement eas psy lg a obaseme- tte son un puro embeleco en el que se adnan el fraude y ere tos sefiores Pero las cosas no son tan simples como piensan est x canter el monpaide nce Den put tne aor pacligo svoa part mci peron sepresentan estas impas, tenemos que amit qu etran en juego ots acres scsy tas Leyes gua cienci asta desconce ssl los cenfos itligentes (orgie no todo os iteligentes)comienzmen acta wstumbra, | of limpis queso praca, Cieo se un Duca pare de jee a las limits ue se pratcan, Creo que wna buena parte de is in prc ines i onl ot pope de ganar dinero, Es muy fil ng gests y pours testis 3 tata prepara acompuesos de rata Dona fe deh ent dleseo de curar, su sugestionabilidad, elorigen directamente psi 4a Un indi huichot (en ta Repubiica mexicans) de muchos tesigos. Aine hablar eaatllano‘ un tuncionar ellos explicaa 38 presente ign ae ore ja en presencia icadode as cversae romanian, 2 sh mus hos cle Sus achaques, eteétera, se encargan de buena parte de 1. ame jortase y «curaciones Aluchos curanderos no practican su oficio movidos primar por un deseo de luero, sino bajo una especie de alucinacién: sinceramente (debido muchas cireunstancias) que ellos ti tiv spoxlcres» © que poseen el «ritor exaeto para hacerlo, que les uw inansmitido por tal 0 cual anciano o indigena; sin embargo, a mi wv 10, toro es pura imaginacion, y sie rito tiene algtin efecto es sin Hula sbebido a la mente (sugestionacla mediante la Timpia) del que yo to satnar ‘cto esto no quiere decir que en todas las limpias ocurra to ‘vans €F0 Que algunos individuos si tienen la capacidad de i Nuvinviar los cuerpos clectromagnéticos y de hacer que la energia Nuys equilibradamente a través de todo el organismo, siendo ésta la “uipatske que la persona enferma se sienta aliviada y hasta se cure de vu sleneia, \ como colotén de este capitulo dieé alga cobre las limpias sw tieadas por los indios huicholes de Ix Repiblica mexicana. A thw verdad, mas que limpias son todo un arte médico, ya que es ta anes que ellos tienen de curarse. Mrescindiendo del uso de plumas y yerbas, mas 0 menos comin + toule este tipo de curaciones, me fijaré en la curiosa prictica de «lupar el mal» que también encontramos en tribus africanas y de tndonesia, Asi, una vez que el sacerdote-curandero ha practicado tual kos titos preparatorios (en los que intervienen indefectible- wile plegarias, cantos, danzas y el uso de objetos de la natura 24 qe aparentemente no estin relacionados con la enferme- sau), el eurandero se inelina sobre el enfermo y acercando sus labios Ls puel de éste —preferentemente en In parte enferma—, hace el niin de suecionar, como queriendo chupar el mala través de la pal ste acto es indudablemente simbélico pero, tal como sucede suchas veces en el mundo de lo paranormal, es un simbolo eft- vente: e decir, Ia cose -no se queda en que el curandero haga wlemiin de succionar y nada mas: Io curioso ¢ increfble es que el a3 errant engin sao, sup id os mb oh Pal Mis eect ats mo ec en alan de la bac dels euranders son peauchan paar Se trata de simples «materialinacionese te petdamenalo lung dectrats de su boca los objetos mis -dras 0 granos de maiz. de las que hablaremos re- 3 _Psicodiagnosticos Sabemos que tanto en la medicina oficial como en Ia heterodoxa veniste un paso previo ¢ insoslayable a cualquier tratamiento médico: 1s referimos a lo que se denomina diagnosis, es decir, la deter uvidin exacta de cual es el mal que aqueja al enfermo. in la medicina oficial existen diversas y numerosas maneras ¥ itodos para diagnosticat. La eleccidn de los mismos depende prin- \ipalmente de los sintomas que presente el enfermo. Y debemos ‘conocer que en cuanto a eso la medicina ha avanzado enorme- mente en los Gltimos tiempos, y en parte sigue avanzando gracias a La ayuda prestada por los adelantos de la electronica in embargo, y siendo el cuerpo humano una maquina tan compleja, con sus componentes fisicos y los factores psiquicos iuvisibles que ejereen una enorme influencia, en muchfsimas oca- wanes los médicos no pueden evitar quedarse perplejos ante los \untomas que se presentan. Y es precisamente aqui donde la psico- diagnosis (diagnostico hecho por un psfquico 0 por una persona con el don de la telepatia o de la clarividencia) puede prestar su yuda incalculable. Pero antes de seguir adelante convendra hacernos ta pregunta 45 directa: {Es posible que una persona, sin util pios de la medicina oficial, sin conocer a veces n basta sin estar presente ni haber visto en su vida al paciente, pued determina: con seguridad cual es la enfermedad de éste? Le re Puesta es afirmativa, aunque habré que hacer algunas salvedades anteponer muchas condiciones, Note el lector que estamos hablando de Ia mera posbilidad d que tal fenomeno exista o pueda existir. Air Y que de hecho existe no signifi i Jos métodos pr nada de medicine mar que ello es posibl a que estemos aconsejando a tod el mundo que se haga diagnosticar por un psiquico en vez de acudi 2 un médico normal. En caso de unos sintomas més o menos cof itienles y conocidos, lo mas prudente seré acudir a un médico que feng a su alcance los conocimientos y medios que le brinda la medicina oficial Acudir a un diagnéstico psiquico —al igual que acudir a ua cue randero— ceberia hacerse silo en dete: coincidan cireunstancias muy especiales y cuando la medisina aca. démica se liayu declarado impotente tras haber agotado toto los Tecursos a sualeance rminadas ocasiones, cuando Hay muchos enfermos que tras haber acudido a diferentes médi- 08 €stos no se ponen de acuerdo en cual es el ral que aqueja al Paciente. As{ccurre, por ejemplo, con algunos enfermos de encer: cuando tras un prolongado tratamiento la medicina oficial se ha mostrado incapacitada para ese tipo de enfermedad, y ade Paciente no ha logrado mejoria iratamientos, con toda 16 ued ASI pues, y resumiendo, diremos que sdlo tendri sentido acu. dir 2 un psiquico para médicos, tras repet is el alguna tras los correspondientes ygica y con todo derecho el interesado cudir a un curandero, que nos haga un diagnéstico cuando los ‘os intentos, no aciertan a dar con el mal que mos aqueja 0 no logran dar con el tratamiento adecuado pars ol mismo, Al hal sus diag de los métodos que los psiquicos utilizan para hacer ‘sticos, entramos de lleno en el campo de Pues aunque tales metodos difieren bastante 1a parapsicolo- centre ellos, todos 46 oat, amos psguco land ecientemenefalecio, cee do lareidenciaayudaron no sco tapas an mucrisiman casos, sr tion aay mimosa @ deacon entarmesaden Crit ar dito repetdamente por cenifices Ge varias unwversia tte sub oualidades paranormal. Pertenecen al campo de la fenomenologia de lo paranormal, cu estudio corre a cargo de la parapsicologia, En presencia det enfermo, algunos psiquicos «sienten» en sf Propio cuerpo la dolencia de aqué!; otros captan esta dolencia de j mente consciente © inconsciente del enfermo (dependiendo de Est6 conace Ono su enfermedad); otros, en cambio, la «enn, ya se en los colores del aura que citcunda el euerpo de la persona cater 0 directamente cn ta parte del cuerpo afectada, en forma de man chas de diversos colores que naturalmente el psiquico debe inten pretar. Estos colores no tienen que ser necesaramente los mismos para ‘odos Tos videntes, aunque cada vidente mantiene fijos los suyos Propios, y @ medida que avanzan por Ia vida suelen mejorar sue habilidades para interpretar lo que ven. En principio todos somos capaces de «ver» el aura, aunque cier- famente la mayoria de las personas nunca llegan a desarrollar esa cualidad innata. Sin duda, cl entorno sociocultural suele contribuis ir esa potencial cualidad, Hegando incluso a destruirla al {uzgarla como cosa mala o propia de personas incultas, cuando no la califican de demontaca. Sin embargo, las personas que han nacido con ese don y que han {enido la suerte de encontrar a alguien que las ayude a desarrollar dlicha facultad, pueden aprovecharla, entre otras cosas, para detec, {at ciertas enfermedades de algunas personas. Y como mas tarde hhan tenido ocasién de comprobar que sus «corazonadas» evan siem, re reales, tan terminado por admitirlas como un elemento normal en sus diagnésticos, Los grandes curanderos suclen ser capaces tanto de detectar una enfermedad como de curaria, pero hay muchos psiquicos que Unica, mente pucden ver 9 sentir més menos claramente el mal que aque. ja al paciente, aunque no curatl, ya que sus lacultades no llegan hasta este punto, Los buenos videntes pueden también detectar enfermedades Gue todavia n0 se han manifestado en el cuerpo fisico del paciente, ‘unque estin en camino, Recuérdese que los cuerpos electromagné 48 In di 1s, estos cuerpos tienen una influencia dire oe sucrpofisico visible. 49 4 La radiestesia acts ara parnonma de bce gris es me cee aie €s decir, mediante cl uso del péndulo. nee te contra los radiestesistas que s f reac dee un liamamiento a as utoridades S aa normal que é] mismo, como parapsicd| a 0 léxico, uno ce los nent ae aa. iat ‘escogidos al azar. Entre los asistentes habia ba fee licos que tuvieron oportunidad de verificar inmediat: me radicstesista habia acertado o no en sus diagnosis menews 30. tvicnte radiestesista, ensefa a los médicos a valerse de la radiestesia jwta complementar sus diagnésticos “iepain admite el mismo Gonziilez Quevedo, en el ano 1954 habia Jor Francia unos cuarenta mil radiestesistas de los que «casi todos se faniequiban a establecer diagndsticos y a tratar enfermos» (cita sa ‘ruta es libro). Silo ya era asf en aquel entonces, nos imagina: dns hoy el nimero sera mucho mds elevado. ¥ Kigicamente nos jus yintamos: {Cémo es posible que en un pats tan adelantado ten- bu tantos adeptos algo que no pasa de ser una pura supercherfa? 1/1 mismo Gonzalez Quevedo se hace tambien esta pregunta uando continga: «Este nimero crece continuamente, y si aniadimos lis. que diagnostican sin ser radiestesistas —evidentemente muchos we. ,quedaremos asombrados del ndmero ingente de curanderos ‘liapnosticadores en un pais como Francia, culto y desarrollado en sais wspectos...»! Pero en vez de pensar que alguna raz6n profunda debe jyana una cosa tan «ilégica» (y la razén profunda es que ta radieste- tin, cuando es bien practicada, resulta eficaz y en algunos campos Iara lo que no logran otras ciencias), el dogmético Gonzalez Que- vedo se reafirma en sus ideas y termina con este pérrafo doctoral: Mor consiguiente, la radiestesia médica y sus aciertos en diagnésti- ‘ans entran de leno en el Ambito oscuro del curanderismo y la c de haber Latanerian. Amén. 1. Segun una recieme encusa reaizada por SOFRES, el 40¢e de os fanceses manos poe magnets yl tec ea a posiidad de ia euracion por impenicin Fane erabe vtan de ver en cuando aun cuandero, (Revita Jeno, medina siviembre de 1981). sl 5 Curaciones por la fe Curacion es un acto religioso (un milagro, una intervencién inme- diata de Dios) como que la religion es una curacién para mucha gente (el acto de «entrega» a Dios, 0 viceversa, el acto de siluminas cid o de «posesion» que Dios hace del hombre). ¥ el mismo acto de entrega a Dios nos libera de la angustia existencial, Y aguf trataré de explicar cl indiscutible fenémeno de las curae ciones que siempre han practicado gentes que de una u otra manera invocaban a Dios con esta finalidad (santos, en el seno del eristin. nismo, derviches, chamanes, hechiceros, cohenes, etc., fuera del Ambito cristiano). Como podemos ver, el fenémeno de curar invor cando a Dies no es slo propio de tiempos pusados, sino que en ‘Nuestros dias es un hecho social de innegable impor tania, Naturalmente, para los cristianos miopes no hay dificultad al lguien cure 0 que alguien se cure después de Porque Dios es omnipotente. Esta es la explicacién que dan todos los tedlogos eatslicos todos los predica, dores protestantes. Pero este razo ‘guna en admitir que al haber invocado a Dios, iento es sintoma de la mict Hato, un iluminado toe do jum tiene cient asin sguidores. s por el fanatismo dejan de lado propia de quienes dominados por el in ded aquien atribuir los fenémenos de curacién y gue aa ’ ack fe. Si admiticsen este hecho, cujetvanene evid a ae ‘cn los «bautismos por el Espiritu Santo» 0 en las «ilumi ica, profunda e inenarrgble iow, e8 decir, en esa experiencia mistica, pr oath Jue consiste en una repent ‘que Sienten muchas personas y 4 “Su Divina Gracin Bokivedasta ractonal para ts Conseone a se mmowmiotattare fash ‘ebhupada. tndador do a Soci Inter- isha. algo asi como el sumo pontifce del 34 sn Myung Moon. un precien feano que se ha hecho immo. mediante Su igo nnveoia Unitieacion, naciin de la mente, acompasiada de una sensacion de felicidad espi- tntwal y fisica que les inunda todo su ser, penetrandolo hasta lo mas intimo. Al mismo tiempo, se sienten profundamente invadidos por iis que consideran la presencia divina, que los lena de una alegria hnasta entonces no sentida y les descubre oscuros secretos de Ia vida vyde la naturaleza, Todo este fenémeno suele ir acompaftado de sintomas fisicos, ‘emo son un calor general, cosquilleo, convuliones, movimiento incontrolado de los ojos, visiones de luces o de seres, sensacion de cntirse levantado en el aire, et ‘A las personas que han tenido esta experiencia en un grado cminente, Meher Baba les Uama «Masts»: «los intoxicados» de Dios, Estos se sienten ineludiblemente inclinades a «entregarse> 0@ rondit» su mente y su cuerpo a la fe, institucién © persona que ellos ‘onsideren ha sido la causa de su experiencia, Pero mientras su hniente y su voluntad se han agudizado enormemente hacia una di reecién determinada, también se han cerrado a otras verdades y ‘otros puntos de vista ajenos a su experiencia sentida, Su inteligenc tera. se conviente en algo asi como una linterna que lanza un haz de Potentisimo y finisimo: todo lo que esta enfocado por ese haz de Se ve muy claro, pero todo lo demas esta oscuro; y con el agrava de que la linterna esté inmévil, de modo que siempre enfoca mismas cosas, Es esta misteriosa energia la que logra las curaciones para males que abundan en todas las religiones, dependiendo del cli cultural o emocional que reine en ta iglesia 0 lugar de culto y con cionado al grado de psiquismo de los respectivos lideres. Constantemente, a lo largo de la histori fieles de que Dios estaba y esté con ellos En el mbito del cristianismo ha sido siempre una costumby muy arraigada esmesurada hx alge que no est ben oe por lo mena et “Riera dstorna, a be, cn toa ees Esp crime tiene nada que ver eon as uracions, un ambiente cargado de emotividas io ree Sor que ata co necanismo= pages y kn gu = vez activan la energia kundalinica que duerme ia ies cme tos eros no cuts evades, Logue pases qu eleios qe to de la fe, hecho en medio de .d y bajo Ja sugestion de otros les como un resorte © 7 su mente es un dios pequeiio, personal, hecho a nuestra imagen semejanza —aunque un poco mas grande—, inmediato y con uns mentalidad bastante estricta y tradicional Y la realidad es que el Dios que los esta curando lo hace no| personalmente sino 2 través de leyes y de energias maravillosas que estiin ocultas en el fondo de la naturaleza y que s6lo la mente dell hombre es capaz de descubrir y de hacer brosar cuando esta bien sintonizada con el mundo del espiritu Entre los protestantes anglosajones, y especialmente entre los fundamentatistas, algunos predicadores-curadores han llegado a te- er gran fama debido a sus encendidas arengas religiosas televisa- das, y sobre todo a sus multitudinarias sesiones de curacién en las. gue cualquier cosa puede suceder, desde el mas desenirenado ata- que de hiisteria hasta auténticas y repentinas curaciones en personas tratadas durante afios en los mejores hospitales. En estos casos, aparte cl ambiente emocional impresionante y contagioso, la firme voluntad de curar, In sugestisn y el estado de semitrance en que se encuentran algunes de los enfermos, cuenta mucho el psiquismo vigoroso y paranormal de los predicadores, autoalimentado por los hechos incomprensibles de los que a la vez son autores, Asi, sintiéndose totalmente incapaces de hacer lo que estan haciendo, ercen ciegamcnte que la mano de Dios esta con ellos, lo cual acrecienta sus telergias ya de por si extraordinarias. Creo que precisamente « cllas debemos atribuir la mayoria de las innegables curaciones que reatizan algunos de estos predicadores, taumaturgos, ‘Sin embargo, en muchas de las curaciones que se practican en las casas 0 en grupos de oracién reducidos en los que no hay ningtin siquico, la energia curadora provede mas bien de los individuos ue participan, y es la suma de las energias de todos ellos, aunque sin descartur ia posibilidad de que en determinados casos entren en juego otras crergias fordneas Aparte todo esto, existe un nuevo e interesante elemento a tener ‘en cuenta: se trata del «contagio psiquico» que estos grupos con- traen mediante su relacién con el «fundador» 0 con el «maestron, 58 us de ontinaio es un gran emir inconcems de bioeneri ¥ “veri escent de ioe x etonde don bs “i.Amamentehayen estado enconaco com el macs 0 funda intoquchs pak cnpoburenmutilcecssons. Ts blocnera etn sfodhdre ene, qe 3h co una especte de minds ut moe cet deca ls ne como dent pean “Wet cereee dee prsons que sin tere Uma EpTAG Tse conagi uso hems a comprar canes ios spect ny 60 eras fra i eM) Innstiuee eps a soko colectivo de Gaon aseoio Ine poe anna pn paged, ented ons ron de aera iam olde bs eres “tea os qe eens puto degue ass ovens 1 ei aon como algo natura hese de poner fn 4885 persona! ‘ya lasde cus hijos. 6 Operaciones con las manos, sin instrumentos _Enese po de opraciones tenemos eres mente a la zona de las Filipinas Je viven y tuber ; spall es donde vven 0 menos de uau einen de eos cutadoren Algino de ike como Tony Agpaas in grado fame mun ots no ae! 8, pueden realizar curacion: c cio is ue Tony Ae sn raciones tan buenss como las ce Tony As snob’ Tem Aan hey mikes de persons ue stim nte haber sido curadas por él (de hecho, an sesients mil erermos). Si embargo, 3 or vse oven Se apenas voy a watar del famoso curanderofipio, Le prions woe aie probsbemen stor ahve ao ao eh gv, Pie merce gion ata As ca ee lel dinero y ha comercializado el don qui is ¥ asa dao que sa cpa de acer las cos exiaray o eee ordinaias que lo conta, ua vez ma na ¥ez mas, qe ls graces sanadore be 0 samas como las demas, ¥ por lo tanto sujetas a las tentaciones que a fintos nos asaltan; habra quien sepa vencerlas y habra quien su- timba ante ellas, sin que ello implique nada en contra de «la ott edicinay. "Y tampoco debemos extrafarnos ante el hecho de que uno casa tan fcilmente o9' la tentacién del dinero, del mismo modo que tampoco debe extrafiamos que estos famosos curadores cobren cane Tidades astrondmicas a personalidades pudientes, después de haber tes librado de una enfermedad grave que otros médicas convencio~ nales no pudieron curar ‘Conozco easos de cancerosos que actualmente gozan de buenst salud gracias a la intervenciOn de alguno de estos curanderos. No yridemos negarles a ellos los mismos honorarios que cobran los quenos profesionales de cualquier ciencia o arte que hagan bien su cticio. Juan Blance reside cerca de Manila y es un sanador doblemente hheterodoxo, ya que no sigue las normas de I medicina oficial ni tampoco las de sus compatriot filipines. Fomide y de tex oscura tes un hombre muy serio en su trabajo de sanador. "Aunque también sabe operar mediante el tipo masaje y hun- diendo después los nucillos en ef cuerpo del paciente hasta que las vramnes se abren (al menos aparentemente) y quedan al aire las visceras, Sin embargo, st estilo favorito y peculiar consiste en hacer vine incision utilizando la mano derecha abierta en posicion vertical, ome si fuese a bendecir, manteniendo los dedos wn poco separados contre si y con el dedo menique en Ia posicién més cercana al lugar que va.a tratar. La incision se hace evando la mano esta a unos aeinte o treinta centimettos de distancia, dando la impresion de que la cnergia la lanza por el dedo meniique. Y hay todavia otra peculiaridad muy digna de notarse: s! se imerpone una hoja de papel entre el paviente y 1a mano de Blance uando éste hace ademén de eortar, aparece en el papel un corte al tiempo que la piel se abre, con los como hecho con una cuchilia, ol no ea oPerardo a Maria Key de una aque despce gate 2m embargo, fa serra kes a lesoués gracias alacperacion quo eign cu sta operacion Tipica manera ge cwrar o@ 1s sanaser 2 sigan toon mano on el sbdomon dal pacente & slgunes casos, a bordes rectos y aproximadamente del mismo tamaiio que el cot aparecido en el papel La herica cicatriza con rapidez, aunque no instantineament como suceds en otras operaciones de tipo paranormal. De ordi rio, y una vez terminada su intervencién, Blance coloca sobre corte un pequefio esparadrapo, No he tenido ocasion de ver a Juan Blance actuando en oper ciones «mayores» que, segin sé por referencias directas, practi también con singular maestria. En las operaciones «pequetias» tia con gran rapidez y limpieza. Ademas, todo lo que hace es pe fectamente visible. Actia con las puntas de los dedos, sin gasas algodones, valigndose regularmente de sus facultades parapsicol6gh cas y paranormales, Aparte os trucos y los intentos de individuos poco escrupulosos4 Por imitar las operaciones de otros (con las consiauientes ganancias ‘econémicas), no se puede negar que existen personas que ticnen la capacidad y la habilidad de curar por medios extraordinarios e inexe plicables. Podria seguir comentando el interesantisimo fenomeno de las curaciones en Filipinas, describiendo sus cien angulos y aspectos, como son la gran desigualdad en las curaciones, las operaciones auténticas (ea las que realmente se abre el cuetpo y se manipulan las visceras humanas) y las aparentes, las grandes diferencias que ‘hay en cuanto a lo que cobran los curadores (Jas fuertes sumas de dinero que a Jo largo de los afios ha ganado Agpaoa y la rotunda negativa de Oligane a recibir absolutamente nada ni para él ni sie quiera para su Iglesia), los diferentes métodos de curar, la pobreza real en la que viven algunos de ellos comparada con la opulencia de otros, etcétera, En realidad, y aunque a los curadores filipinos los hemos clastic cado como «los que curan con las manos, sin instrumentos» y los he. ‘mos diferenciado de los que practican las «curaciones por la fer, en ‘gran medida los curadores ftipinos pueden ser también catalogaos oF somo curadores por la fe, ya que todos ellos {que realiza la curacion, gracia firman que es Dios el ee del eofermo; hu mayor parte ee tice todos or ates Si hve sus curaciones en lay que ellos son ministro snte las intervenciones, Pero dejando parge ian Iv curacién en si, pasemas ahora a Tos eu J final el enjuiciamiento del tenomeno de jes que usan instru 7 Operaciones hechas con instrumentos Esta modalidad es més comin en América, y en concreto @ paises como Brasil y México. El més famoso de estos curadores el brasilene Arigé (que en portugués significa sristico»), mucrto ef un accidente de automévil hace mis de una década, Por supuesto, Gonzilez Quevedo se ensafa con él en su libro ‘curanderos, y no admite ni siquiera que Arigé tuviese buena voluntag en algin momento. Para Gonzilez Quevedo, todo en él era t todo era deseo de figurar y de hacerse rico. Y uno no acaba dt comprender csimo un hombre tan afarsante», tan deshonesto y ta ignorante pudo haber atraido mas de millén y medio de pacientes (como afirman sus bidgrafos). Bastaria con que cien mil pacientes bhubiesen sentido engafiados para levantar contra é] una ola de indignas ion y deserédito. Y sin embargo, no fue asf, sind que siguieront legando pacientes de todas partes de Brasil y del resto del continente, Es cierto que A rig6 estuvo en la carcel por practicar ilegalmente a medicina, pero eso no extrahard a nadie que conozea Io celosas| que son Las asociaciones 0 Colegios de Médicos en todo el mundo, Pero lo que aqui realmente interesa es averiguar si los curanderos 66 I ytual que con Agpaoa, dejaré a Arigé de lado para no repetir ‘bs que va otros han eserito, entre ellos el doctor Andrija Puharich y Hs smincido escritor norteamericano John Fuller. que recientemente ths jublcado sobre 6] us libro titulado The Surgeon with the Rusty Anu (HL eitujano de Ja navaja oxidada). Mique s6lo seq de pasida, voy a describir las operaciones de hus sen principales discipulos de Aig6, de las que yo tui testigo y en Is apm’ en cierta manera participé durante muchos dias, ya que la finolutad de mi viaje a Brasil fue para estudiar de cerca las opera se estos dos curanderos, 1 1 primero de los discipulos de Arigd que visité se lama Anto- jnnsabe Sales, vive en Caratinga (Minas Gerais), es albanil de oticio y 1 mpeita su trabajo de curandero en el tempio de aquella peque- vata Antonio es un espiritista convencido; su nivel cultural era in Jinn etxando comenz6 a «desarrollar facultades», como se dice en lu wiminologia espiritista, y paco a poco se tna ido puliendo no ior el trato eon gentes de todas partes que vieren a su con. uilla, sino también por la iluminacion interna que todo auténtico lmum recibe de su propio inconsciente o de otros planos de sseteneia. En Antonio de Sales, el arte de curar es algo que « de su mediumnidad, porque él es uno de esos médiums wl vez mas escasos, los médiums de materializacion, es decir, Jw tuenas que mientras estin en estado de trance emiten de su ‘eapo una sustancia fluida, pastosa, blanca, aparentemente hii- usta y fia, que Hota en el aire y es incompatible con Ia luz, ‘ie namtinada ectoplasme, \tonio realiza su trabajo de curador en un ambiente cristiano, wl por todas partes se ven cuadros de Cristo y de «Nuestra sun, Mientras la gente esta sentada en espera de que se le hwslujue Su furno para entrar a «operarse™, alguna persona reza en ov lta oraciones a Cristo 0 a la Virgen Maria, o sencillamente vino de los médiums se dedica a predicarles a los presentes que hiewen que avivar su fe, apartarse del mal y cumplir con los manda hncntos. En realidad, observé mas fe y mas fervor cristiano en aquel 6 a 4 ) we aNN i Mesa de operaciones de Antonio de Sales en ta que: or te oporado templo espirtista que en muchos templos cristianos en los que di ninguna manera tienen entrada los werrores espirtista Antes de la sesidn de «operaciones», Antonio, junto con otro médiums y autoridades del templo, se sienta a una gran mesa y leo las cartas que ha recibido, en las que le pidden consejo o le pregun- tan acerce de problemas familiares o de salud. Antonio esta en} trance, y su manera de hablar difiere bastante de la suya ordinaria Durante la sesion, su voz varia grandemente, dependiendo (segin la explicacién espiritista) de la entidad que en aquel momento tenga tomado su cuerpo. A. veces habla con una voz grave de ba- ritono y a veces con una voz chillona como si fuese una anciana. Sin conocer a ninguno de sus corresponsales, contesta con decision a lo que dice la carta, haciendo a veces alusion a situaciones que no se especifican en el escrito, y citando nombres de personas que, de 68 ser acertados, dinicamente puede conocerlos mediante telepatia 0 clarivideneia En un momento determinado, una persona pass por entre la zonte preguntando quien se quiere operar; alos que quieren hacerlo les dan una ficha gon un numero, y se quedan en el templo cuando o los demas se van. En ningin momento les ppiden dinero a los que se van a operar, ni siquiers despues de Iuaberles operado. Durante los dias en que asist{ al templo no vi wigerencia alguna para que los vistantes prestasen ayuda ezon6- mica al mismo. ‘Antonio esté en una pequeita habitacion dividida por un delgado tabique que no llega al techo. En un lado hay una rdstica cama de ‘operaciones y una mesita con material de enfermeria, y en cl otro ldo hay varias personas que se ocupan de apuntar los nombres de las personas que se van operando, y escriben las recetas que Anto- sio dicta a cada uno de los pacientes. Estos entran en el pequeno vecinto y seguidamente se les dics quc se tumben en Ia meca de ‘yperaciones, donde Antonio procede a examinarlos. El eurador. a ppesar de dar la impresin de estar en un estado perfectamente nor- ‘mal, lo cierto es que est en trance, aunque no en un estado de \ranee profundo. Camina por la habitacion, habla con sus ayudantes vse dirige al recién llegado, aunque todo con el tono y los ademanes «le una persona cuya mente no esté propiamente en el lugar y en las circunstancias fiscas reales; y ello resulta evidente en el timbre de su vor y en su acento, ya que, segin él y segiin el pensamiento copiritista, en aquellos momentos su cuerpo esta tomado por cl cspiritu del doctor Fritz, médico aleman fallecide hace muchos ios. (Incidentalmente, este doctor Fritz es el mismo que se pose sionaba del cuerpo de Arigé, y el mismo que dice estar presente en la actualidad en los cuerpos de otros médiums cuando curan, Ese sospectioso detalle hay que tenerlo en cuenta para las consideracio- nes que haremos al tratar de hallar alguna explicacién a fenémenos tan extranos.) Su manera de hablar es cortada, con fuerte aeento aleman o lyin idioma parecido —yo en ningin momento le of hablar en ale- lerminado el servi o man—, y sus movimientos son toscos y a veces violentos. En cuanto descubre cul es ta dolencia que aqueja al paciente, répidamente coge su instrumento preferido —una navaja comin— y procede a abrir la parte del cucrpo correspondiente. Generalmente no usa anestesia de ninguna clase ni se preocupa por desinfectar nada. Simplemente, coge su navaja y hace una inci- siGn en la que con frecuencia desaparece toda la heja debajo de la carne. Segin mis céleulos, 1a hoja penetraba entre cinco y siete centimetros, sobre todo en las operaciones que practicaba en cl vientre. A veces, los tajos ticnen una longitud de mas de veinte centimetros, sobre todo los que hace alrededor del misculo pectoral inquierdo cuando efectiia una intervencidn cardiaca. En los primeros dias de mi estancia en Caratinga, me dedicaba 2 conversar en ef templo con los que se iban a operar, para ver si habia alguna mejoria cuando salian. Quienes antes de entrar pade- sian dolores, con frecuencia salian diciendo que ya se les habia quitado cl dolor; sin embargo, algunos lo decian sin demasiada conviccidn, como obligados por las circunstancias; a otros, el sana- dor les practicaba algin tipo de cura y los mandaba volver después de varios dias. Las operaciones duraban pocos minutos, y algunas intervenci nes se realizaban en cuestién de segundos. Uno que entré para ser operado del corazén, salié a los pocos minutos con una cicatriz en forma de arco que le cubria la mitad del pecho. Conversé con un profesor del Instituto de Caratinga que anos atrés fue operado por Antonio de una insuficiencia cardiaca, y me censené la misma cicatriz en forma de arco, Me dijo que 2 partir de la intervencién de Antonio no habia tenido dificultades con su eo- raz6n. Posteriommente ya me fue permitido entrar a ver las operaciones de cerca. Vicémo operaban a un amigo de un rin: le hizo un tajo por el que salié no demasiada sangre que Antonio detuvo répida- ‘mente poniendo la mano encima y ayudandose con un algodén para que ésta se escurtiera por Ia piel hacia abajo. Aparentemente, lo ‘que se veia através del corte eran los rifones, que Antonio manipuls 70 salindose de los dedos y de unas larga tijeras, dando la impre- sion de que cortaba algo. Intenté observar lo que habia sucado, y «nando vols a mirar a herida estaba ya cerrada, quedando solo un ppequefio rastro de sangre. Por la noche, y ya en el hotel, mi amigo ine pidid que le dijese si se le notaba macho la cicatrz ya que él no ppodia verla bie por estar pricticamemte en la parte posterior del . Yo le pregunto entonces: «,Pero qué le pasa?» Me contesta: iene una gran infeccién en el titero». Y a continuacién lz frase ‘live para poder entender toda su furia contra la pobre mujer: Intenté abortar y he ahi el fruto de su pecado» Tifectivamente, la pobre mujer, en medio de lagrimas, y vién- lola y oyéndola todo ef mundo, confesé que su marido Ia habia ani a ello porque eran muy pobres y no podian tener ya mas Inox: que habia intentado varias veces y por varios métodos abortar \ aque se sentia muy mal; prometid que no volveria a hacerlo, pero tue por favor la ayudase porque tenfa muchos dolores y se sentia my mal, Muzio entrecerr6 entonees sus ojos y Ja mir6 fijamente al ‘ientre al tiempo que haeia un movimiento de balunceo con todo su Cuerpo, como si quisiera traspasarla con la mirada, 83 | | En realidad la estaba observando internamente, porque ense- guida dijo: «Senora, esta usted muy maln Se sento y escribié con mas cuidado una receta, Le hizo también lunos cuantos pases con una mano, al tiempo que se concentraba ‘cuando tenia las manos sobre el vientre de ella, Le dio unos cuan- tos consejos y le ordené que se fuera. Los casos seguian sucedigndose ininterrumpidos, lastimeros, variadisimos, y Muzio, incansable, con ademanes rapidos y recetas © consejos rapiisimos, ia despachando decenas de pobres eam- pesinas sin pedir nada a ninguno. Recuerdo que en un momento determinado un hombre flaco y alto, de pie delante de la mesa intenté hablar con Muzio. Este le alarg6 el consabido papel en el que habia escrito algo y, sin permi- tirle decir nada, lo despachs. Ante mi gesto de asombra y de in- credulidad, Muzio se incliné de lado hacia mi y con una sonrisa medio picaresca me dijo: «impotencia». Y aftadis enseguida: «jCla- Mezclado con todo esto estin aquellas creencias del espiritismo ue tienen que ver tanto con los dogmas religiosos como con las en- fermedades. Por ejemplo, cuando ya habian pasado unas dos horas desde que comenzamos a recibir gente, se present un matrimonio javen con tun nino. Otra vez Muzio se levants airado y dirigiéndose a la mujer comenz6 a increparla con gestos violentos: «;Fuera de aqui! ;Vete! iEste no es tu sitiol». Yo pensé enseguida: «Otro caso de aborto> Pero estaba equivocado. Ante la insistencia de los gritos de Muzio, le observé atentemente y pude advertir que Muzio no se estaba di rigiendo a la mujer sino a alguien o algo que estaba muy cerea de ella ytal vez encima de ella Tal como Muzio me cont, él veia encima de la mujer, abrazado 2 su cuello, un rio pequeno; pero aquel nifo ya no pertenccia @ este mundo porque se habfa muerto; sin embargo, su espiritu se negaba a abandonar la compaiiia de su made y no se iba a donde le correspondia tras su «desencarnacions. Los detalles dados por os esposos coincidian totalmente con lo que Muzio decia. Y la madre 84 evi también la peesenia de sv hijo muerto,aungue és sia rest de quejaba de una asia y de Uta pesadurbre constants ts mlestaba cia y noche: “ ‘Ratu cao ax, un méaicoconvensonalcomienca por noctest tw que estén comtano Io achaca unas casnss cous que velse'y poguntgé eonocen muy bien. Sin embatEo, comen2> vento ede insfepaiones al expt desencarnado, melas vn rones para convenes de que esas eiorad en con vet ce deb jars de sus padres reresar a ms al, donde siecle Ls lo unos cuutos conejo a sts pares de om seins ectuar,stendié una pequta dena del ido que ena vonellos fs speck endagr a ala o iad de cos como Et, ns Ane del toma que estamos tratando. Sin embargo, no quer see acer alguna breve consgeraion. Los mens, debido mason serstri, xan alvet Bogads par vaeum sae come exe 0 paresid a, porgue sencilamente no 40 sate gong realy muchos deellos nf squsra como poste. Por wane nolo no han sido entenads para enfentase una ann como sta (emo no sea dede un punto de vita pig sanaysino que no pueden adi que sede tal Staci. ¥ ta fed srl de uc no se ks presenter aks como EE se los lo paecen, saiendo cio picasa los mec, rrden ells Sov cartargo, en ese particular ls cosas 0 son tan simples vom preteen fos partdarios de fa medi universitari, Soa sins Ios eavon en que tase alleinieno de alguna peor “Iesacostumbrada, ha sentido una presencia que se apodera de st cro mao vita epee fr mes sna ua ie sree ea onas inepbables, etcetera Sean dado en od Is pester mpreriperr ai tre todas las clases cree todas as teal que se ban venta para exci wis vos w pra desire os estos se han queda en cy Soins yes on miso mi aces es "a sabia quo Mic lacs bien ppemclones cl bistur, pero ea niogin momento levi cer nada po el ela siuira mcr relereaca ssl. Case ts os appa pasé el ultimo enfermo, Muzio volvis a sentare en una p Telajacen su ala ders de a isa exh la cabeza hacia nes Jos ojos cerrados y permanecié en esta postura dos o tres minut dora ncmelinodlAleasedema tonne manne Caters foe sbriendo lentamente lon ojo Buds aloe os encom atndeealoar ces ata conociese a los que estébamos alli, y con su voz natural ( mal habia tenido en ls varias horas que diraron las consltas) come a deighoes plate propantncons gus na ol pas agora loge faa vn. Sein me oy eo er re a sos mea oo Mamaia boa, eam Al cabo dun tate progont wn tendriaoestn de hacer alguna opetacién. Me explcd entonccs que tenfa que and con mucho euidado porque ya en varias ocaiones ln Asoci daca dives Gon We ahs saan El a oe donde gurdab fotograias el haendo operons y hase explicé que en aitos pasados, y por haber curado a un militar m importers, aba tno na rn pte pa ears i libor ron; gro ot Mecnunad egies el insert o heat aay yo na eth aon e pete ‘embargo, si estaba dispuesto a permitir que yo le viera actuar € tuna operacién de ojos en caso de que al dia siguiente viniese alg GUe nese algin mal en la tn, Me dijo que mie tarda mo dita iba a veniralguien en esas condiciones. = Cando poses vres hore le pregunta ya abe alla siguiente iba a venir alguien necesitado de alguna operacion en Ie ee aes te a wa sa ne sania Hahon ‘De obi niga Mio ls apes be 86 venir alguien necesitado de alguna operacién en la vista fue «porque suv espirity-gula se lo habia dicho». ‘Luego supe que Muzio no da un paso de importancia ni hace jan ninguno para el futuro sin consultar a su espiritu-gu‘a, En mis tuinversaciones con él pude ver cémo en muchas ocasiones se queda tullado, cierra los ojos, echa la cabeza un poco hacia un lado —co- tno para oir algo que alguien le dice al ofdo—y enseguida contesta a ii pregunta dificil o referente al futuro que se Je haya hecho. No ‘nemos que olvidar que estamos ante un psiquico extraordinario. Su espiritu-gufa le dijo que al dia siguiente vendrian algunos con males en la vista, y efectivamente al dia siguiente hubo por lo menos tues personas aquejadas de alguna afeccion en 10s ojos. ‘Recuerdo en especial dos de elias. A una mujer que se quejaba «te que algo le dolia en la parte superior del ojo, Muzio le introdujo twor Ia parte superior del ojo el mango del bisturt (de um grucso mo el de un cuchillo ordinario) hasta bien adentro, y con él hizo ileian de recpar; la «operacién» me parecié un tanto ruda y Ia Tntograhé lo mejor que pude. Cuando sacé el mango del bisturi inafa colgando una especie de hilo que daba la impresion de ser materia orgénica, pero tengo que confesar que desconazeo en abso~ Tito de que se trataba. Muzio le aseguré que aquello era lo que la molestaba y que en adelante ya no sentiria més molestias. Desco- thavco si la woperacion» fue exitosa y me limito a dejar consignado el hecho, para mf paranormal, de alguien a quien le meten hasta ol lindo del ojo un objeto metélico bastante grucso y dice que no siente nada, y de hecho se deja hacer y deshacer cuando a los demas hos daba grima ver lo que estabamos viendo. La proxima operacion consistié on Ia extirpacién de un grueso inerigio (0 nube de ojo) que cubria précticamente todo el irs de un hombre mal vestido, flaco y muy nervioso. Muzio, al mismo tiempo tine le miraba el ojo, le pregunt6 si él queria operarse y si creia que {i (Muzio) era capaz de eurarlo, El hombre le dijo que st. Lamediar tamente Muzio se acered a él con su viejo bisturi; me dijo @ mt que ic sujetase la cabeza y le dijo a él que se pusiese a rezar. Sin asepsia nn anestesia de ninguna clase, y empufiando fuertemente el bisturi, a7 Dos instantaneas de las operact Dor instantaneas de as operaciones de 00s praticadas por Muzo& las que jolocado éste en una posicidn vertical, empezo a cortarle el petigio von movimicntos hacia arriba y hacia abajo, haciendo avanzar el filo ‘entre fa cOrnea y et pterigio. La eperacion no cra nada facil a juzgar ywr los fuertes movimientos de cabeza del campesino que diicults than adn mas la cose Muzio se detuvo, couerdo pertectamente este di Pero ,por qué mueve tanto ia cabeza? Porque tengo miedo. Pero zno me dijo usted que tenia fe en Jesucristo? Si, la tengo: pero tengo miedo, —Pero ile duele o no le duele? —No; no me duele —Pues emtonces rece y no se mueva. Para entonces ya medio pterigio estabs separado de la comea, pero Muzio no siguié en su intento de terminar de separarselo todo ‘retin murmuitando medio sonriente algo contra la valentia y la fe dhe aquel hombre. (Yo mas bien pensaba que la valentia y Ia te de siquel hombre merecian wna laureada y una canonizacién.) Aprove- ‘hg aquel momento para examinarle por mf mismo el ojo. Lo tenia ‘rmonees cerrado y muy aguado. Con un dedo pulgar le levanté el trurpado para ver qué era lo que hasta entonces le habian hecho, Ciundo estaba haciendo esto, por debajo de mi codo levantado sparecié bruscamente Ia mano de Muzio empufiando unas largis inieras, y sin detenerse un segundo, sin cereiorarse bien donde iba a jwner la punta de la tjera, dio un corte dnico y certero. y pude ver Ton asombro como el pterigio entero caia del ojo de aquel pobre hombre, quedando colgado tinicamente por una especie de venita © Inlamento que salia de lacrimal Muzio ya sc retiraba hacia su mesa, hablando otra vez solo, y YO tuve que lamarlo para hacerle ver que el pterigio estaba colgando. Volvid enseguida y con otro corte rapido le corté el filamento. oma no s¢ lo corté a ras, yo volvi a indicarle, pero él, déndose incdita vuelta dijo que aquello se le secaria enseguida, ‘Yo estaba tan aturdido con lo que habia visto, con la rapides de ‘ontrariado al ver que apenas avanzaba, y ” toda la operacién, con la brusquedad y la falta de cuidado, y «imposibler de toda la operacién, que no acababa de salir asombro. La intervencion de Muzio se me antojé como la accids un torero cuando entra a matar. Pero alii estaba el hombre delante de mi, restregéndose su enfermo y tratando de taparse el sano para ver sila operacién tenido resultado, Le pregunté siveia mejor y me contest6 que al si veia, porque antes no podia ver nada con claridad con aquel Esta «operacién» se la he contado a més de un oculista ami légicamente no me creen, Me argumentan que es imposible por! serie de razones que sin duda son validas dentro de los paramet de su ciencia oftalmologica. Pero aqui no estamos dentro de ninguna ciencia oftalmolégica, ‘esto es lo que tienen que comprender los médicos. Lo que Muzi otros muchos curanderos, brujos, y yoguis hacen por esos mung de Dios no cs «aprendible», ni siquiera es practicable usando métodos que estan al aleance den hombre normal. Aqui estam cen un plano paranormal, regido por unas leyes paranormales, estamos ante un hombre que se sale de lo ordinario y que, sabiés dolo o sin saberlo, usa leyes y métodos paranormales. Como en es ‘caso el fin y el propésito de sus esfucrzos coincide exactamente c ce fim y el propésito de un oftalmélogo que se propusiese extirpar pterigio, no es de extranar que los métodos para llegar al mismo se parezcan y hasta coincidan en algunas ocasiones; pero nunca d bemos olvidar que son dos realidades y dos planos existencial istintos; y todos los antagonismos, celos, disputas y persecucione que haya entre estos dos niveles de realidad seran indicio de qual quienes los practican no han evolucionado todavia lo suficiente paral comprenderde qué se trata. ‘Afios después de haber conocido a Muzio y colaborado con él, pude ver en Caracas al sanador mexicano Fidel Ramos practicando el mismo trabajo de eatirpar pterigios. Fidel Ramos no usaba ni Disturf ni tijeras; su instrumental consistfa en un pedacito de carton 90 10 del modesto hospital, dejados por fos que que cusigan del tech or os gue ‘aon a is males. A juzger por lo que uno ve, t reoguran haber curad muchos ls que no nec fo de su aligron ya mas d0 30S muletas y lentes. (que l deta que smetaizabon con el toallta de papel. Con esos rudinentaiosinsrumenton ext los assent un Congeso de Parpsicologiy ant is atl Un eireit cerrado de television un buen mimeo de ptviin das sus intervenciones —que no se er 4 itaban a extirpar per sino a evanta enfermedad se le presentaba— fueron practi te la mirada inquisidora de un grupo de médicos invitados cialmente pata «legalizar» con su pre: Gialmente par le presencia los trabajos del cut Limitanconos a sus trabajos como «oculista» y a juzgar aque decan sus pcients, hay que decir que Fie! Rasnos ea ca de hacer una labor extraordinaria. ¥ no sélo tenemos que atcnert a lo que decian sus pacientes, sino que podemos aducir en su f el testimonio de un oftamSlogo venezolano que eon mente abi aquiso probar en si mismo la eficiencia del sanador mexicano y ins que satace de extrparie un prergio que él tena ens derecho, Fidel sin inmutare, le hizo tender on la mesa de opera nes, echo mane de su carton yen poco mas de un minuto ten paca callosidad adherida a la toallita de papel. meres El oftalmstogo, que ante lo que habia visto en otros pacientes habia reconocido que no se explicaba como podia hacerlo, pref dejar para el cia siguiente el juicio de su propia operaisn, Al df Siguiente, ante todos los asisemtes al congreso, reconocié qu Biers haba on verdad eseparcio y feist al cuandero por tnt. No sl eo sino qu le pi qu le permis ens presen intentar hacer lo mismo que él hacia. Fidel Ramos le dio algunas instrucciones y el oftalmdlogo intento lograr con otro paciente l {que Fidel habia hecho con él sin embargo nolo eonsiguia. “ so Nmimanera de very porno conocer en pofuniad el fndme 0 en que é| mismo esta envuelto, el curandero mexicano cometié cen aquel momento un grave error y fue el culpable indirect de que que ét hacia, aunque hubiese sido de una manera imperfecta. El error consisté en gue se apats varios metros de él, cuando lo qa deena aber hecto ern haere quedado lo mais roxio posible a 92 sy haber tendo su mano extendida cerca del ojo del paciente vcs era intervenido. Al alejure, Jo sacé de su «campo de Ihorza» algo que la isica moderna conoee muy bien— siendo ésa ti causa de que el oftalmdloge no lograse su propésito. Yo mismo Ih hesho con mis mainos operaciones que de ninguna manera hubic~ we podigo hacer gé-no haber estado a mi lado et curandero. Mas finde profundizaré en esto Todavia sin salirnos de los curanderos que trabajan con instru- inientos, presentaremos otro caso en el que, a mi modo de ver, resplandecen més claramente las cualidades tanto positivas como inegativas de este tipo de medicina paranormal. Me refiero a le vcaicana Pachita (su verdadero nombre era Barbara Guerrero), & ta que tantas personas deben su salud y a la que no pocas deben su sida, no importa que con bastante frecuencia algunas de estas per~ wonae de la «alta sociedad» nieguen haber mejorado en su salud y hhasta nieguen haber sido tratadas por ella Pachita fallecié en 1979; caleulo que tendria alrededor de se tenta afios; vivia en la ciudad de México y no operd en su vida & menos de 40,000 personas, con la posibilidad de que esta cifra pueda duplicarse y hasta triptcarse. En los iltimos aos de su vida, cuando yo la conoci, ya s6lo recibia enfermos y operaba una o dos ‘veces por semana; por entonces, las consultas podrian estar entre 80 ¥ 100 cada ver y las operaciones oscilaban entre 60 y 80 semansles. ¥ en este punto tengo que puntualizar un detalle que inquicta mucho @ algunos en cuanto se trata de los curanderos. Pachita co- hpraba por sus intervenciones una cantidad bastante médica, muy inferior a lo que cobran muchos profesionsles de 1a medieina; més bien yo dirfa que lo que ella personalmente cobraba era una can dad ridiculamente médica si Ja contrastamos con los males que cu- aba en muchas ocasiones © por lo menos con Tos tremendos esfuer- vos que hacia para ello. Porque no tenemos que olvidarnos que un cirujano cobra por la operacién prescindiendo de que ésta sea ext tosa 0.n0, 93 i i | | | att de pone «oper, Pachineiavotmaranet range. Tenf un rio cio. Se sentab en una ena de la en penumbra y hicia qe le pusesen por case de los ue dos una especie ce tinica (muy vieja y que se veia que habia teni mucho Uso) Se quedaba en slenao con ls ojos cerrads por Gio de algunas minstos,y cuando se Ictama ya estaba dope para comenzar su sesiGn de operaciones. _— Durante el tance hablabsprétcamente igual, vez algo semiencosa y mas prea de palbras, eténdese muy festeste mente al shermatilon ~el indi Cuauhtemoc, ue spin elle duen Ie ayudaba en sus operaciones pv st ao le bless vl momentos antes sumida en una profunda medion, mo 030 charia que estabacn estado de trance. . 7 El escenario ted dels suraions era el siguiente: une ses baja alga enc de a cul se tend Tos clermos una sila al lado de Ia mesita, para que Pachita se sentase en ella mientras hla las operaciones. Cuando tens sign hsp com cue amen ae especialmente deferente, le dejaba que se pusiese al ro ldo de la mesa ent acl, pare que ayuda ac ena operaign. Tavis sola tener alguna persona (que con mucha frecuencia era un mden) para que le ayuase con los algodones un ayudante especial para que le entiegase y le recogiese sv famoso euch otra persons mis (ecuntementealgno de ss hijo 8 familiares) para que le trajes familiares) para que le wajese alguna , aunque ella nos diria ccstegSricamente que lo hace porque «el hermanito Cuauhiémocr (cl ditimo emperador azteca, muerto por Cortés) toma posesién de ‘lla cuando estd en trance. Los médicos, por lo tanto, no deberfan “entirse celosos de Cuauhtémoc, ya que, de ser cierto lo que dice Pachita, un espiritu del otro mundo har naturalmente cosas muy wxtrafias y superiores a las que los mxédicos puedan hacer; y de no ver cierto lo que dice Pachita, no deberian preocuparse por las mseveraciones de una anciana alucinada. Pero en lo que si fallan los 7 médicos es en no preocuparse de averiguar por ellos mismos si cierto o no que tales cosas suceden en la realidad, Saber eémo Posible, eso vendria mas tarde. Pero como «eso no es posible» 0 Preocupan de averiguar mas y tratan de embaucadores a los que dicen que hacen tales cosas. Por lo tanto su pecado esta en n tomarse el trabajo de averiguar. ‘Sin embargo, yo les darfa un consejo importante a todos aque os que Mevados de una genuina curiosidad (y dando al misme tiempo sefiales de tener una mente més abierta y hasta mas pr funda), se decidan a investigar honestamente si todas estas cost son ciertas. Yo les diria que tienen que ir preparados psiquicamente para que no vayan a recibir el shock que recibié un cirujano que fue un dia a ver operar a Pachita. Se puso en el mismo lugar en que yo me use; vio como Pachita hundia su cuchillo repetidamente en uno y ‘otro paciente; corts él mismo con unas tijeras lo que Pachita le dijo ‘que cortara; se cercioré de que todas aquellas «lacurass eran reales, porque é1 conecfa muy bien el cuerpo humano y podta ver que Pa- chita estaba cn realidad abriéndolo con su imposible cuchillo... ¥ no pudo més. Llamé al doctor que le habia llevado hasta alli y le dijo: «Sdicame de aqui, porque si estoy un minuto més me vuelvo loco, 0 ‘no vuelvo a coger un bisturi en toda mi vida». Preguntado que por qué reaccionaba de aquella manera, siguié diciendo: «Aquella mus jer, a la que Pachita le corté la vena X, deberfa ahora estar desan- grada; y aquel hombre, a quien yo le corté el conducto Z, deberia ahora estar muerto. ;Y estén vivos! Lo que aqui pasa es imposible y, sin embargo, jes cierto! Una posicion totalmente Wégica de un hombre inteligente pero {que no estaba preparado para ver lo que vio. Su mente, al igual que las mentes de los cientificos, estan completamente condicionadas por lo que oyea en la universidad, y por eso se les hace més tarde tan dificil romper el cerco det «cientifismo. S6lo los mas inteligen- 1. Como contrast a esta reaccén, el doctor Hiroshi Motayama, a quien Neve @ ver operars Pachia, me agradceo vivamente e! que le hublese dado la oportanied Se contemplar hecios paranormalestanciarcs. ” 98 ts son capaces de romperlo cuando por pura deduccién caen en Ia tucnta de que necesariamente en ese universo tan vasto tiene que huaher muchas cosas que la mente humana no puede entender, y tie- tie que haber muchas cosas que la mente humana no ha descubierto todavia. La segunda gperacién que yo presencié fue una operacién eat- shea, Se trataba de una mujer joven y gruesa y de grandes pechos. -achita no dudé un momento; levant6 su mano, le pusieron en ella el cuchillo, e invocando como siempre el nombre de Dios, hizo slesuparecer con bastante rapide mas de la mitad de la hoja del uchillo en el pecho izquierdo, Aquello era impresionante. Como ‘on la operacién anterior, me dijo a mi que sostuviese el cuchillo y ‘que intentase abrir algo. Ella introdujo sus dedos y los movia alld en +1 fondo mientras por la herida salfa bastante sangre que se detenia, cn los algodones colocados en sus costados. La mujer era muy rviosa y se agitaba mientras Pachita la operaba, En un momento se detuva y le dijor «:Na sabes revar? ;Reza. canija, rezal, y déiame ttabajar. De nuevo volvié a darme la orden anterior: «Vaya st eando poco @ poco el cuchillo. Poco a poco». Recuerdo que me inpresioné ver que iba saliendo lentamente de aquella masa sangui- wlenta, De nuevo el doctor que nos ayudaba limpio bien toda la ticha sangre, y cuando dio la tltima pasada con los algodones, no quedaba senal alguna de la tremenda herida que alli habia habido silo unos segundos antes. Cada operacion duraba alrededor de un minuto. En algunos se sletenia algo més, pero en otros en cambio, lo que era la estricta imtervencién de Pachita apenas egaba a los 60 segundos. Vi todo lipo de operaciones, terminadas las cuales, indefectiblemente los ‘yperados eran envueltos en sus sibanas y llevados por dos ayudan- tes a la habitacién contigua en donde los depositaban en el suelo. Al \bo de dos horas aquello parecia la morgue de un hospital. Precisamente aquel dia habia estrenado una gran alfombra que le habian regalado para esta habitacibn a donde llevaban los opera los. A veces, en medio del trabajo, ofamos los quejidos de algunos de los enfermos que yacian en elsuelo. Pachita de ordinario no hacia ” caso, pero en dos ocasiones se detuvo en medio de la operacin y rest6 atencién. En la primera de ellas interrumpié lo que estabe haciendo y sin decir nada fue hacia Ia persona que se estaba que- jando y le dio una especie de masaje. En la segunda, sin que nadie se hubiese quejedo, se levant6 y fue directamenten a la mujer joven que habia operedo cn el corazén y se inclin6 sobre ella sin que yo udiese ver lo que le hizo. A ta vista de ello, uno no puede dejar de pensar que se trataba de telepatia De todas las operaciones de que fui testigo, recuerdo especial ‘mente dos: la de un sacerdote catdlico que llegé a la consulta en su silla de ruedas, ya de un uruguayo. Este dltimo habia tenido ya una previa operacién en un hospital en la que Je habjan extitpado un rifién, y se quejaba de que el rfién que le quedaba le estaba funcio- nando mal. Tenia un color muy sospechoso y todo su aspecto era él de una persona bastante enferma Pachita le dijo sin ambages y a quemarropa: «Estis bien fast diacio, Pern vars a ver lo que te puede hacer. Llamé a su hijo ke hablé al oido. Presumo que le estaba pidiendo alguna «pieza» para injertérsela al enfermo. Su hijo, con la cabeza le dijo que no habia Pachita se qued5 por un momento pensativa y repentinamente le- vanté su brazo, con la mano entreabierta pero sin el cuchillo, mien- tras decta: «Ein el nombre de Dios...» Y aqui no puedo menos de hacer un paréntesis afin de preparar al Tector para lo que viene, Porque lo que viene es inerezbe si lo hemos de juzgar por las normas del sentido comin y de la sana ligica. Lo que viene es otra clave mas de que estamos ante wotra realidads. Lo Aificl es admitirlo y convencerse de que no es una alucinacion; pero luna vez.que uno se convence de ello, entonces no tiene por qué seguir devandndose los sesos para buscar explicaciones racionales o para encontrar una «mecinica fisica»; no la hay, como tampoco hay ex- plicaciones racionales sila tinica raz6n que esta en juego os la razin tridimensional humana, que se informa Gnicamente mediante los cin- co sentides conocidos. Esta razin humana es maravilosa para com- prender las cosas de nuestra realidad; pero és muy rudimentaria para explicarse la totalidad de las otras realidades del universo, 100 ‘Cuando Pachita, con su brazo levantado dijo «En el nombre de Iiwne, vi aparecer repentinamente un pedazo de carne rojiza entre nus kedos. Ni lo mind; sencillamente lo tir6 en el gran hueco que le hhabia abierto al uruguayo, en la parte de atrés de Ia espalda; no se ‘ind la molestia de-colocarlo, Se oruzé de braaos (que era le seal tle que ya habia terminado) y dijo una vez mas ka consabida palabra: tro Yo, instintivamente, miré al doctor Castellanos para cercio- me de que 1 habia visto lo mismo que yo. Me mir6, soni y se awogié de hombros. En su lenguaje mudo me estaba diciendo lo ‘que mas tarde me diria de palabra: que aquello lo habia visto ya en sstras ocasiones y que si segufa viniendo a ayudar a Pachita tal como 1 lo habia hecho por espacio de seis afios, iba a ver cosas mis ceatrafias todavia, Confieso, y esto es imperdonable, que no supe mis del uruguayo de su rif celeste. Por un kido, yen descargo mio, tengo que sleeie que yo estaba de paso en México y que en realidad se me. hte bviese hecho dificil seguir la pista a un individuo en aquella ciudad, y [por mas sefias extranjero, que probablemente estaba de paso. La otra operaci6n que dije que querfa resefiar —entre las mu- has que vi hacer a Pachita— fue la de un sacerdote catolico, corpulento, que Ilegé en una silla de ruedas, con una paralisis total dle la cintura para abajo. Lo tumbaron boca abajo en Ia mesa. Pachita me dijo que tocara en su columna vertebral para que n0- huira un hueco raro que alli habfa. Efectivamente, lo noté hacia la cintura. Dijo que le iba a poner algo. Llamo a su hijo y le dijo algo ‘en secreto, Cuando ya lo habja abierto vi que le metia algo que me jmreci6 una vértebra; pero una vértebra més pequena y de color oscuro, ‘Aunque no soy médico me dey muy bien cuenta de que incrus- lar una vértebra de la manera que ella queria hacerlo es total- mente imposible, pues hay que contar con la médula que va por dentro, aparte de las mil complicaciones nerviosas que necesaria~ 101 mente tienen que surgir. Pues bien, no es que ella quisiese hacer 8 que lo hizo, 0 por lo menos tal fue la impresién que nos quis dar. Y por si tuvigsemos alguna duda, hizo algo que nos de} todavia mas perplejos; le dio la vuclta al cuchillo, lo empufis por! hoja y usindolo a modo de martllo se dedicd a martillar sobre pieza dura que acababa de colocarle para que entrase bien. ruido seco de los golpes se escuchaba claramente en toda la sal Me imagino que si el cirujano de marras hubiese estado entonc todavia presente, se hubiese desmayado o se hubiese vuelto I sin esperar mis, pero yo estaba ya para entonces tan curado espantos que me limité a encogerme de hombros y a esperar a ve cual era el restitado de la operacién ‘Creo que el sacerdote era ya la segunda vex que venta; cierta ‘mente no camind, pero Pachita desde el principio habfa dicho qu su caso era grave y tenia que volver todavia mis veces. Por otra parte, si puedo afirmar que un sefor, que segiin Pachit tenia un tumor (0 un codgulo) en la eubeza ya quien ésta abuis eraneo (operacion en la que participé muy activamente), legs a mesa de operaciones con un brazo totalmente encogido y tullido, oder extenderlo, al igual que los dedos de la mano. Pues bien, este sefior, una vez terminada la operacién, estando sentado sobre la mesa en la que lo operaron, fue estirando poco a poco el brazo, cosa’ que antes no podia hacer, y con la ayuda de sus excitados familiares fue abriendo los dedos de la mano que hacfa meses que no podia abrir por més fuerza que se hiciese sobre ellos. Opers también aquel dia, bajo protesta, a otros dos ancianos que no podian ver. Daba verdadera grima y miedo verla trastear los ojos con aquel instrumento tan desproporcionado. Los ancianos creo que no tuvieron mejoria alguna; pero Pachita se habia resistido 8 operatlos y silo lo hizo porque la forzaron mucho tanto sus pro- Pios familiares como los de los ancianos. Y en este punto hay que tener presente siempre una cosa. En general a los curanderos vie- nen los casos desesperados ame Jos que la medicina normal se ha declarado impotente. Y Pachita, precisamente comentando su fra- ‘6280 con estos dos antcianos operados de la vista, lo resumié tajante- 102 nunte aun pequefio grupo que aos despediamos, con estas pala hn «jaro, aqui vienen cuando ya estan bien jodidos!s Al que me diga si no seria una alucinacién, o sugestién, o algo vor eL estilo lo que yo experimenté en Ins horas que estuve ayu Homie a Pachita, dpicamente Ic daré este detalle: durante la noche vlc squel dia tuve que estar no menos de media hora quitandome la nye que tenia metida e incrustada alrededor y bajo las uias. Arte esto, pude distinguir, por primera ver en mi vida, a qué Invelea las entranas bumanas, y a diferencia que hay entre el olor de + dy y el nauscabundo olor de algunos tumores. uien desee conocer mas detalles acerca de esta extraordinatia jet —Poco conocida para las inerefbles cualidades de que estuvo ltieka— le aconsejo leer el precioso librito del doctor Jacobo ‘sunberg-Zylberbaum tituludo Las Manifestaciones del Ser (EDA, MEX, México, 1980), escrito con una profunde Filosofia y con ver sbuero amor hacia la psiquiea curadora. El autor, que durante un tiempo fue un fntimo eolaborador de Pachita, narra eon un conoc- swento de primerisima mano un gran miimero de operaciones en las «que &l participé muy aetivamente; a través de sus paginas el lector vivontrara 1a contundencia y hasta la rudeza del lenguaje de la irsquica, y descubrira tambien la ternura especial que el hermanito ‘ uauhtémoe tenia a través de Pachita y que se manifestaba en su Ieanuaje, sobre todo cuando se divigia a algunos enfermos. 8 Tratamientos merididnicos A principios de la década de 1970 Ia Asoviaciin Médiva de Puerto Rico cmiti6 un comunicado por cl que desautorizaba, y pritc- ticamente prohibia, ls instalacion de clinicas en las que se practicuse J acupuntura, «por ser éste un método cientitico no aprobado y ajeno a las précticas admitidas en Ia medicina occidental». Una dectaracién ex catedra de sus santidades los galenos. Pero tal decisién no tuvo eficacia alguna, y a los pocos atios pululaban los médivos que practicaban este «método no aprobado» Este es sélo un ejemplo de esmo a «ciencia oficial», anquilosada y con muchos intereses creados, se ha puesto al avance de la verda- dora ciencia, y, en consecuencia, al bienestar y al mejoramiento de Ja humanidad Seré may breve en lo que diga de la acupuntura, pues ya se ha escrito mucho sobre ella y practicamente ya ha sido admitida en la medicina occidental, pese a la reticencia con que todavia se habla de cela en algunos ambientes universitarios, La acupuntura consiste bésicamente en equilibrar y armonizar 104 los energias que surean todo nuestro organismo, [La medicina ocei «lental ha procurado ignorar hasta hace muy poco la existencia de ales energfas, y précticamente prescindia de ellas cuando intentaba comrur las enfermedades. Los médicos chings — que son los grandes especialistas de ese étodo— tampoco saben definir con gran exactitud de qué energias se trata, pero conocen cabalmente sus efectos sobre el organismo y saben cémo canalizarla y equilibruria, mediante el uso de finas agu- jas que se insertan en la piel en determinados puntos. Estos puntos de los que los buenos especinlstas conocen y usan mas de 500— cestin situados a lo largo de unos «canales» 0 lineas por donde fluye esta misteriosa energia. Las propiedades de estos puntos varian mucho. Los hay que son buenos para curar unas enfermedades, mientras que son absoluta: mente ineficaces para curar otras; y mientras unos son buenos para sedar, otros son buenos para activar, siendo a veces la activacién de tun mismo punto buena para varias enfermedades diferentes Estos «canales» o lineas de energfa no tienen que ser confundi dos de ninguna manera con las otras «tedes» 0 urdimbres que tene~ ‘mos en el organismo, como son la red de venas y arterias o la red nerviosa. Estas Iineas de la acupuntura no tienen una red propia visible. Sencillamente la energfa fluye siempre por los mismos sitios, atravesando indistintamente visceras, glandulas, tcjidos y misculos, usando siempre el mismo camino. EI primer conocimiento de un acupuntor es saber cuales son esas lineas llamadas meridianos, ¥ dentro de ellas, cudles son los puntos especificos en donde la ener- sia se puede bloquear 0 se puede entreeruzar con la que fluye por otros meridianos. Como dije anteriormente, no pretendo de ninguna manera dar aqui un pequeno retrato de acupuntura, ya que el lector interesado podra encontrar muy buenos libros en los que detalladamente se trata de toda esta ciencia Unicamente quiero hacer algunas consideraciones. La primera de ellas se refiere ala cficacia de la acupuntura ese a lo que el lector pueda ofr 0 leer en mis de una ocasién y 105 ese lo que algunos médicos muy honorables puedan decir 0 eseribir, la eficacia de la acupuntura es asombrosa en ocasiones en que la medicina oficial no ha obtenido resultado alguno. No quiero con esto decir que la medicina oficial no sea eficaz y que slo la cupuntura lo sea. Lo tnico que quiero desires que he sido testigo de casos en que diversos tratamientos recibidos en hospitales 00 tuvieron efecto alguno mientras que el tratamiento practicado por un diestro acupuator tuvo resultados fulminantes y estables. Ad- mito que puede darse también el caso inverso, es decir, que un paciente que no haya experimentado mejosia alguna mediante la insercion de agujas conforme a los métodos de la acupuntura, se alivie o se cure mediante un buen tratamiento conforme a ls medi cina weadémica Y al decir esto estamos poniendo el dedo en la laga en cuanto a la acupuntura se refiere (aunque lo mismo se puede decir de la me- dicina oficial). Laacupuntura es una ciencia que si bien es milenatia en la China y en el Oriente, entre nosatras es recientisima y por eso no es Hci encontrar todavia buenos acupuntores, ya que las gra des escuelas de esta ciencia estin prictieamente todas en China, y 1 ¢s frecuente que los medicos se desplacen hasta allé y menos an que se pasen varies aos aprendiéndola de los grandes maestros. Y creer que la acupuntura se puede aprender con unas cuantas leccio- nes (probablemente de alguien que la ha aprendido de la misma ma- neta) es engatiarse asi mismo y engafar al entermo Por poner un ejemplo de lo que Ia acupuntura bien practicada puede dar de si, diré que lactica —tan comin y causante de tantos dolores e incomodidades— sucle requerir una sola imposicién de ‘agujas para que en manos de un buen acupuntor quede totalmente curada; y sil cabo del tiempo comenzase a sentirse alguna pequetta molestia debido a ia misma causa, muy probablemente una segunda imposicion de agujas haria desaparecer para siempre ese tipo de neuralgia ‘Otz0 ejemplo, ya no tan sencillo, es la capacidad que la acupun- tura tiene de hacer recuperar el ofdo y el habla a los sordomudos De 168 nifias so 106 nudas de-uneolegio.en China. a Jas que se les | srscidn de una musa medians seuanesio La anesteia se inca n0 20 leinpaserarroramartasmo meuerte es aguise co acupuniura, splicaron agujas especiales en el punto lamado/a-min iar Taalad dee audi (algunas la erecta njas), y de éstas, 143 fueron capaces dé emitie ‘into-aprendiéron a habias, Naturalriento;una téenica tan extrema- sami jzada como la empleada con esas nifias no se sprende en unas cuantas leciones. Y a decir verdad, los médicos ‘widentales no solo desconocen la técnica sino que tamposo saben ‘om exaetitud en qué parte del cuerpo est el punto ya-mtin La deduccion que el lector tiene que sacar de esto es qué antes cle decidirse a acudir a un acupuntor tiene que informarse muy bien wwerea de cudl ha sido el origen de los conocimientos de éste ‘Como también de lo que puedan confirmar o desmentir otros enfer- sss que hayan acudido antes al mismo médico, 197 wo tra consideracion que quiero haver acerca de la acupuntura e la siguiente: siendo fa acupuntura una ciencia milenatia, nos preq guntamos: ;cémo es posible que aquellos orientales en tina 6 tan remota hubiesen sido capaces no sélo de descubtir unos wcanae les» inexistentes sino de detectar en ellos unos «puntos» especificos, y de saber cuales de ellos tenfan que activar y cules de ellos tenian ‘que sedar para lograr equilibrar una misteriosa energia de la quay todavia hoy, miles de aitos después, nuestra cieneia no sabe practi camente nada? Liegaremos a la logica conclusién de que los chinos, Por sus propics medios, no pudieron haber hecho descubrimicntos tan fenomenales que requerfan unos instrumcntos de los que tanto ellos como nosotros todavia hoy carecemos. Digo esto para ir preparando al lector pera lo que més adelante diré acerca de las ayudes forineas que Ia humanidad ha estado recibiendo desde que el primer ser racional comenzé a caminar sobre la superficie del planeta. A firmaciones como ésta mo agradan 2 algunos «cientficos serios=, pero por otto lado éstow no tienen ninguna explicacion para tantos hechos extrafios —parecidos a éste ue estamos tratando— como nos encontrams eonstantemente no s6lo en el campo de la medicina sino también en todos los dems § campos. La digitopresisn esta basada en ef mismo principio que la acu puntura, pero en vez de usar agujas se utilizan los dedos (0 algan otro instrumento seneillo) para ejercer presion en Jos mismos pun tos de los meridianos en los'que la acupuntura pincha con una aguja, Aunque sus ciectos sean menos profundos que los de la acu- Puntura, para muchos males menores la digitopresiin puede ser muy eficaz cuando se practica correctamente. De mi mismo puedo decir lo siguiente: hace unos afos, los catarros se sucedian en mi ininterrumpidamente; salia de uno y ya estaba entrando en otro. Desde que sprenci qué puntos eran los.quc-tonia que apretar pa _svitar los catarros, apenas si tengo uno al afta, ~(¥ pard'que el lector no se quede con la curiosidad de saber ‘cules son esos puntos, Ie diré que estan en dos pequefias hendidu- 108 sus. 0 sureos —odos los puntos dela ucupunturs estin en hendidu- L tise pequenas depresiones— al lado de las ventanas de la nati, tlonde éstas’S-juintan‘con la parte Superior de Jos labios. Apre- tan con Tos dedos y ApIETIIS-7 ESTOS Feqachos movimientos Iaterles, encontfarg 8 lector ests hendidures en el hueso maxilar upetior, Ali ¢s gonde tiene que hacer pr Ineferenteniente los pequenos m A070," Cuando se ha estado expuesto a condiciones que 10 niedais propteinr-Nercomvienehacer esto sino cuando hava rds dlera neeesidad, pues no es raro que algunos se convicrtan en verdadetos manfacos y se pasen el dia apretando aqut o allé para evitar esto o lo otro.) Puede ser que se me diga que lo mio ha sido por pura sugestién, stoy dispuesto a admitirlo, pero tengo que confesar que ha sido una sugestién muy dtil, que ademas esté ayudando también a otros, Lina dltima isms acerca de laacupuntura. Losmeridianos, 2 pares.a cada lado, ‘en los dedos de los Famnor Foro Sonveniente arse MENTE CTT SE anne aan preferentemente a os lados de aé uri; tanibieti en laparte delamtera dela planta de los pies. Iguelmente son convenientes los masajes en las muiiecais ~por donde pasan va- rigs de los puntos mis importantes— y en las palmas de las manos, ‘Ademis; existe fa gran veniaja de que aunque uno_no acierte , Pero la ciencia, com la Miopria de encontrar un método rapido de comunicacin tenico, Taconaba » practicamente perdia un conocimiento que, aunque 19 ios prin, er sin embargo misho ms pofundo y Esta misteriosarelacin s I que esti en juego em las curac a cstancin yes a misma que exe yi ecptiane fa Por parapsicdlogos— entre los hermanos gemelos uniitelinos. sé hasta qué punto sera real esta angedota que nos narra F. Ani Lugo en su libro Magia Superior Creadora: uno de los prime colonos norteamericanos, de ascendencia germénica, legado en ‘Mayflower, plaaté un irhol el dia que le nacis su primer hijo cabo dels aor mands su hijo Alemania a estudiar, Para ces ya el frbol habia crecide mucho debido a los cuidados gt siempre le habia prodigado el colono, ya que lo relacionaba mut con st hijo. Pasados varios aos, euando tras muchos sacri Parte de su padre se suponia que el hijo deberia volver ya eon carrera terminada, sus padres se enteraron que en ver de habe dedicado a estudiar se habia dedicado a la buena vida, embon cchandose de continuo y abandonanda por completo tos extudios. colono, presa de un ataque de furia, cogis un hacha y dertibé {tbo el misnomomerto en que et suo en Noam en Alemania su hijo, sin raz6n alguna aparente on Aleman shi sin rain alguna apres depois En la radiénica, esta relacign de todo con todo, va ain mas ej 6, si se quiere, profundiza ain més, ya que no rata relict ented sees humanoso vivients en sno que este diay utiliza as suiles relaciones que existen entre todos los sexes —animados ¢ inunimados— de la ereacin; especialmente los nexot aus creamy que perduran ent os sees qe de una manera otra han esto prevamenterelconados con calgon ced Como es sakido, el medio bisico que la radionica utiliza pera hacer tratamientos @ distancia (trtamientos médicos o veterinarion y tratamientos agricolas, tanto en plantas como en terrencs) e& simplemente una foto de la persona, animal o cose que se quiere tratar. Aplicando a la foto el remedio que la persona o la cosa necesite,éstas comenzaran a sentir los efectos inmediatamente. por 120 way distantes que se encuentren. (Esto es basicamente el mismo prncipio que durante siglos han usado os brujos y los magos.) Naluralmente, todo el proceso resulta mis complicado de To que ‘nut sefialo, y en radiénica se utiizan aparatos que superficialmente sw parecen a radios 0 equipos electrnicos, iso suena muy rao y es posible que alin lector lo ponga en sha, cosa a la que tiene todo el derecho. Sin embargo, los labora~ trios que en Oxford estableci6 George de la Warr han convertido 1 hechos todas esas chipotesis» y teorias. Para entender todo esto y poder de alguna manera explicarselo, ino tigne que volver a la vieja teorfa del éter omnipresente con su ural efecto de la resonancia: «Cuando un mono chilla en el bos- que, todos los monos prestan atenciém». Los demas animales segui juin impertérritos, si es que acaso lo han oido, porque aquellos shillidos no tienen ningdn mensaje para ellos. Pero aquellos chilli- lus han hecho temblar a todos los monos del bosque. He aqui, dicho en paras palabras, lo que es «la resonancia», tal somo la entendian los viejos defensores de la teoria del éter. En el experimento descrito antes, los caracoles transportados a Norteamérica «resonaban» cuando sus parejas eran de alguna ma- neva excitadas. Hace varios siglos, tanto esta «resonanciz» como la ‘lel timbre del telefono hubiesen sido consideradas «milagros». Paso ‘1 tiempo, y la ciencia, con su descubrimiento de las microondas, Ina desaparecer la taumaturgia del teléfono y del telégrafo sin hilos. Hoy todavia la eiencia no sabe (0 no quire saber) por qué ima plaga de gusanos se muere en pocas horas cuando a cientos de hilometros de distancia se le han aplicado ciertas energtas a Ia foto lel campo infestado. La ciencia desconoce qué clase de «microon- this» pueden ser esas que transmitan esa energia letal tan selectiva {ia radignica no lo sabe tampoco a ciencia cierta pero usa ese princi- pio para curar a distancia, ¥ Ja radiénica sabe que, aparte los instrumentos y los métodos que para ello se usen (las famosas cajas), existe otro elemento dispensable con el que necesariamente hay que contar si se quicre lograr algin resultado: la mente humana. La mente del 121 coperador de los aparatos radiénicos es la que cataliza, encauza y potencia esa energia omnipresente en el universo que es como la Iateria prima de que est hecho todo el cosmos. Y al hablar aaf ‘nos estamos adentrando en el campo de la teologia, ya que esa «materia prima es algo as{ como la sombra de Dios; esa «materia prima» o ese «éter» que todo lo trasciende participa mucho més de la divinidad que el repulsivo personaje que en el Pentatcuco se nos presenta como Dios; esta «materia prima», interatomica, intraate mica, invisible y a la vez presente en la profundidad de los étomos se comporta como un sutilisimo y gigantesco organismo viviente @ inteligente, dotado de una mente universal; esa «materia prima» que fundamentalmente es pura inteligencia se manifiesta fisica- mente creando el universo en un instante eterno. Todas las cosas ‘estén relacionadas de igual modo que en nuestro cuerpo todas las Pequetias células y los grandes érganos estin estrechamente relar cionados entre sf. «Si se hiere tu dedo del pie, todo tu cuerpo se ‘meter en la camas. Como dice un proverbio oriental. Y por eso el que ha conseguido sintonizar su mente con esta intoligencia universal que todo lo sabe y todo lo puede, y el que ademas ha logrado conocer las leyes profundas por las que se rige cl universo, serd también capaz de curar a distancia. Y para ello ‘entrardn en juego factores que en nuestro nivel de existencia apa- Tentemente no tienen relacién alguna con lo que deseamos: entra- rin en juego los colores, las formas, los dibujos, los sonidos, a hora precisa y la orientacién especifica..., es decir, la «brujerian ilégica y «extracientifica» vista con nuestra mente tridimensional; lgica y eficaz sila pudigsemos ver con la mente universal ‘Aunque la ciencia oficial desconoce todavia muchas de estas realidades, la ciencia extraoficial —los cientificos que no temen perder sus puestos o su «buen nombre», 0 aquellos que no tienen nada que perder— si conoce mucho de esto. Ejemplos de ello, en- {re los muchisimos que se podrian enumerar, son los laboratorios De Ja War y los de Bruce Copen, ambos en Oxford, Inglaterra, dedica- dos al estudio de laracdiGnica y sus aplicaciones concretas, el de Cleve Backster, en Chicago, de donde han salido tantas ideas brillantes 122 y tantos aparatos que hoy ya son del dominio comin, el de Hideo Uchida y el de Hiroshi Motoyama, ambos en Japén, el de Livio Vinardi en la Argentina, el de José Silva en Laredo, Texas, ete Esa «materia prima» que llena el universo (que hasta hoy no s5- lo se ha escapado a nuestros sentidos sino al estudio de la ciencia), cs la que hace posible la transmisién de todo tipo de ondas en nuestra atmésfera y fuera de ella, la que hace posible que la tuz viaje a distancias infinitas a través del universo «vacion, y es la que hace posible lo que en radiénica se denomina «efecto rapport», di rectamente relacionado con la antigua teoria de la «resonancian, Esta «, estamos hablando de toda una ama creciente de subparticulas atmicas, es decir, aquellas que hin ido resultando de nuestro incesante desguace del étomo, el indivisible»: miones, taquiones, piones, positrones, neutrinos, lotones...; estamos hablando de! mundo de los quanta; y no s6lo «so sino que estamos hablando de algo mas fundamental todavia: dle los campos de fuerza que mantienen unidas o repelen entte sia sits infinitesimales particulas. {Qué es «eso» que «emiten» esas particulas que indudablemente ¢s infinitamente més sutil que las mismas— que hace que a una enorme distancia otra particula infinitesimal reaccione de una manera concreta? Cuando la mente humana llega a ese nivel, ha Legado 2 los limites de su capacidad, y entonces lo nico que le queda ¢s empe- vara teorizar. Empieza a lanzar hipstesis... Aquella ciencia sélida ‘que media, definia y predecia con seguridad las reacciones de los 133

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