releyendo las batallas de tus propias cobardas. Escogiste las valas que minaron los temores, y afianzando tus amores decidiste con empeo vivir juntos este sueo en mudanza de ilusiones. Trasladaste tus sentidos y cruzaste aquel ocano, sosteniendo con tu mano el temblor de tus latidos. Encontraste que corridos luminosos son los viajes, con su pago de peajes que concierne al corazn, que no juega la razn cuando rompes los anclajes.