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El post acuerdo no puede ser tan solo la desmovilizacin de las FARC, sino el proceso de
implementacin de lo pactado que fertilice el terreno para el afloramiento de la paz. En ese
sentido la sociedad civil, los movimientos sociales, la academia y las personas de manera
individual, deben velar por el cumplimiento de lo acordado a fin de evitar que el ciclo de
confrontacin armada se repita. Evitar a toda costa que el fuego ardiente de la guerra, que hoy
parece llegar a su fin, se vuelva a encender seria la tarea pedaggica de las ctedras de la paz,
cuya accin se basa en tratar de mantener la memoria de los largos aos de confrontacin.
Recordar que no fue la intolerancia poltica la causa de la guerra, sino la falta de
reconocimiento de la pluralidad poltica, tnica cultural, por parte de un sector o grupo de la
sociedad colombiana.
Para el caso de Pasto, una ctedra de la paz, no puede asumirse desconociendo el papel
principal que juega el carnaval, la lgica de prdida de identidad que implica, as como los
lasos de relacin solidaria que se dan en barrios, comunas y entre vecinos. Estas dinmicas
permite comprender que ah hay un potencial para la paz que no puede despreciarse, pues es
a partir de esas ellas que se puede lograr un reconocimiento del otro, de su condicin, de su
deseo de superacin y construccin de vida, hasta el punto que permita superar la estrecha
tolerancia que el mundo individual configura como mecanismo de exclusin.