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Michel Foucault descubrió la obra del escritor Raymond Roussel de forma casual en 1957 y quedó fascinado por su prosa y sus técnicas de escritura. Pasó dos meses estudiando la obra de Roussel y escribiendo su libro sobre él, publicado en 1963. A Foucault le interesaba cómo Roussel desafió las convenciones novelescas de su época y construyó un lenguaje a través de juegos de palabras y procedimientos lingüísticos, más que cualquier aspecto psicológico.
Description originale:
Entrevista con C. Ruas, 15 de septiembre de 1983, en: Foucault (M.) Raymond Roussel, Death and the Labyrinth, New York, Doubleday, 1984, pp. 169-186. Dits et écrits IV, Gallimard, París, 2001, pp. 599-608.
Michel Foucault descubrió la obra del escritor Raymond Roussel de forma casual en 1957 y quedó fascinado por su prosa y sus técnicas de escritura. Pasó dos meses estudiando la obra de Roussel y escribiendo su libro sobre él, publicado en 1963. A Foucault le interesaba cómo Roussel desafió las convenciones novelescas de su época y construyó un lenguaje a través de juegos de palabras y procedimientos lingüísticos, más que cualquier aspecto psicológico.
Michel Foucault descubrió la obra del escritor Raymond Roussel de forma casual en 1957 y quedó fascinado por su prosa y sus técnicas de escritura. Pasó dos meses estudiando la obra de Roussel y escribiendo su libro sobre él, publicado en 1963. A Foucault le interesaba cómo Roussel desafió las convenciones novelescas de su época y construyó un lenguaje a través de juegos de palabras y procedimientos lingüísticos, más que cualquier aspecto psicológico.
Archaeology of a passion ( Archologie dune passion ; entrevista con C. Ruas, 15 de septiembre de 1983, en Foucault (M.) Raymond Roussel, Death and the Labyrinth, New York, Doubleday, 1984, pp. 169-186. Dits et crits IV, Gallimard, Pars, 2001, pp. 599-608.
- Emprend este estudio sobre Roussel cuando era bastante joven.
Fue completamente por casualidad, y porque tengo suerte, porque debo confesar que en mi vida jams haba escuchado hablar de Roussel hasta cerca del ao 1957. Me acuerdo de la manera en que lo descubr: era la poca en que viva en Suecia y vena a Francia durante el verano, simplemente para las vacaciones. Un da me fui a la librera de Jos Corti para comprar no se que libro. Jos Corti en persona estaba all, sentado detrs de una gran mesa magnficamente vieja. Estaba hablando con un amigo. Entonces, mientras yo esperaba pacientemente que terminara su conversacin, mi mirada fue cautivada por una serie de libros cuyo color amarillo, un poco envejecido, era el color tradicional de las viejas editoriales de fin del siglo pasado; en pocas palabras, unos libros como los que ya no se hacen ms. Se trataba de obras publicadas por la librera Lemerre. Por curiosidad tom uno de esos libros, para ver lo que Jos Corti poda vender de esa coleccin Lemerre, hoy muy vieja, y ca sobre un autor del que no haba escuchado hablar jams: Raymond Roussel. El libro se llamaba La Vue. Desde las primeras lneas percib una prosa extremadamente bella y extraamente prxima de la de Robbe- Grillet, que en la poca acababa justo de comenzar a publicar. Hice una suerte de cotejo entre La Vue y, por otra parte, Robbe-Grillet en general, sobre todo Le Voyeur. Cuando Jos Cort termin su conversacin, le pregunt tmidamente quin era ese Raymond Roussel. Entonces me mir con una generosidad un poco compasiva y me dijo: bueno, en fin, Roussel Comprend que deba saber quin era Raymond Roussel y le pregunt, siempre tmidamente, si poda comprar ese libro, ya que l lo venda. Fui sorprendido o decepcionado al ver que era muy caro. Creo, por otra parte, que Jos Cort debi decirme ese da: Pero usted debera leer tambin Comment jai crit certains de mes livres. Luego, compr sistemtica pero lentamente los libros de Raymond Roussel y esto me ha interesado prodigiosamente: estuve hechizado por esta prosa, en la cual encontr una belleza intrnseca, antes incluso de saber aquello que haba detrs. Y cuando descubr los procedimientos y las tcnicas de escritura de Raymond Roussel sin duda un cierto costado obsesivo en mi fue por segunda vez seducido. Guard siempre por Roussel una especie de afecto un poco secreto, sin demasiado hablar en mi entorno. De todas maneras yo estaba en el extranjero, en Suecia, en Polonia, en Alemania. Cuando encontr, por primera vez en mi vida a Robbe-Grillet en Hamburgo, en 1960, trabamos simpata. Estuvimos juntos en la Feria de Hamburgo, nos divertimos en el laberinto de espejos. Este es el punto de partida de su novela, Le Labyrinthe1. Pero, cosa curiosa, por una suerte de lapsus, del que no se puede pensar ni un instante que sea inocente de mi parte, yo nunca le habl de Roussel, ni tampoco le pregunt sobre sus relaciones con Roussel. Las cosas quedaron all durante muchos aos. Por otra parte, un da de vacaciones tuve ganas de escribir un pequeo artculo sobre Roussel para la revista Critique. Pero estaba en tal estado de 1 M. Foucault confunde aqu una dedicatoria de Robbe-Grillet que le envi, como recuerdo de Hamburgo, su libro, aparecido en 1959, con el motivo de la novela. 2
enamoramiento respecto de Roussel y sus textos que me encerr durante
dos meses para escribir finalmente este libro. No saba de ninguna manera donde lo publicara, ni cmo. Un da, recib una llamada de telfono de un editor que me preguntaba que haca yo. Preparo un libro sobre Roussel. -Eventualmente podra mostrrmelo cuando lo haya terminado? Todava tiene para mucho con el libro? Por nica vez en mi vida, yo que siempre demoro mis libros, pude responderle con orgullo: Pronto va a estar terminado. En once o doce minutos, exactamente! Respuesta que estaba perfectamente justificada: comenzaba a tipiar la ltima pgina. He aqu la historia de este libro. Para volver a Robbe-Grillet y a este especie de lapsus silencioso, despus de la publicacin de mi libro me entero que su novela Le Voyeur deba llamarse originariamente La Vue, en homenaje a Raymond Roussel. Su editor, Jrme Lindon, sin duda por justas razones comerciales, encontr que este ttulo era invendible. Pero el libro estaba destinado a Roussel; haba sido escrito en referencia directa a l. - Roussel era un contemporneo de Proust. En la perspectiva tradicional de la historia literaria, generalmente los escritores se oponen para dar una idea de los polos extremos de la poca, como la oposicin entre Balzac y Stendhal. Lo que me parece interesante es que si con Proust vemos an que la novela del siglo XIX y las convenciones novelescas se extienden hasta sus extremos, con Roussel, por el contrario, tenemos una implosin de estas convenciones: el novelista desaparece o se esconde detrs de su obra. Es necesario remarcar tambin que Roussel, desde un punto de vista imaginativo, no es lo opuesto de Proust (este lugar tradicionalmente est destinado a Gide), aunque Cocteau haba bautizado a Roussel el Proust de los sueos. Mi respuesta puede que lo escandalice, usted es rousseliano: no osara comparar a Roussel con Proust. Sera bastante prudente sobre el lugar que darle a Roussel. Esta es una experiencia extremadamente interesante que no es simplemente lingstica no es la experiencia parlanchina de un manaco [lexprience langagire], es algo ms. Roussel verdaderamente dio cuerpo a una forma de belleza, una belleza extraordinaria. Pero yo no dira que Roussel es Proust. - Si usted lo aproxima a Robbe-Grillet es porque l rechaz las tradiciones literarias de su poca? - Hay muchos aspectos que querra comentar. Primero este: Roussel es, sin embargo, parte no de una tradicin, sino digamos de una serie de autores: l existe en todos los lenguajes de estos autores que fueron literalmente atrapados por el problema del juego de lenguaje, para quienes la construccin literaria y este juego de lenguaje estn directamente ligadas. No dira que se trata de una tradicin, porque este mtodo parece perderse con cada autor: no se transmite, pero se redescubre. Y hay a veces algunas cosas bastante semejantes que reaparecen. En la poca en que Roussel trabajaba, alrededor de 1925, era bastante solitario y aislado, no pudo, creo, ser comprendido. Efectivamente no encontr ecos ms que en dos contextos, el de los surrealistas con el problema, digamos, del lenguaje automtico; y despus, cerca de los aos cincuenta-sesenta, en una poca donde el problema de la relacin entre literatura y estructura lingstica no era solamente un tema terico sino tambin un horizonte literario. - Este texto viene despus de su estudio sobre la locura. Era el problema psicolgico de Roussel lo que le interesaba en ese momento? 3
- De ninguna manera. Cuando, despus de haber descubierto a
Roussel, vi que haba sido un enfermo del Dr. Janet, que analiza su caso en dos pginas que, a dems, l mismo cita, esto me divirti y me interes. Busqu si algn otro texto haba sido escrito sobre Roussel, pero no encontr nada; no insist porque, precisamente, no era eso lo que me interesaba. En todo caso, en mi libro, no creo haber hecho muchas referencias a la psicopatologa. - Me preguntaba si su inters por Roussel en ese momento no vena de este gran estudio sobre la historia de la locura que acababa de escribir? - Es posible, pero no era por un inters conciente. No es porque me interes el problema cultural, medico, cientfico, institucional de la locura que me interes en Roussel. Pero se puede decir, sin duda, que son las mismas razones, en mi perversidad y en mis propias estructuras psicopatolgicas, las que hicieron que me interese en la locura y en Roussel. - En su estudio usted analiza el problema del lenguaje encontrado [trouv]. Usted mencion la escritura automtica, pero yo pienso tambin en la idea del objeto encontrado [trouv] tan comn en el mundo artstico y literario. Estaba usted personalmente interesado por este problema del lenguaje encontrado [trouv]? - Podemos sin duda ver aqu, ms que en la locura, aquello que me preocupaba. Se trata del inters que tengo en el hecho del discurso, no tanto en la estructura lingstica que hace posible tal o tal serie de enunciacin, sino en el hecho de que vivimos en un mundo de cosas que fueron dichas. Estas cosas dichas, en su misma realidad de cosas dichas, no son, como a veces tenemos mucha tendencia a pensar, una suerte de viento que pasa sin dejar marcas, sino en realidad, tambin fragmentos que han dejado sus marcas, ellas subsisten, y nosotros vivimos en un mundo que est enteramente tramado, todo entrelazado de discursos, es decir de enunciados que fueron efectivamente pronunciados, de cosas que fueron dichas, de afirmaciones, de interrogaciones, de discusiones, etc. que se sucedieron. En esta medida, no se puede disociar el mundo histrico en el que vivimos de todos los elementos discursivos que habitaron este mundo y que lo habitan an. Le lenguaje ya dicho, el lenguaje que est ah, determina de una cierta manera aquello que puede decirse despus, independientemente o al interior del cuadro lingstico general. Esto es precisamente lo que me interesa. Y el juego de Roussel no dndose ms que la posibilidad, para alguna de sus obras, de encontrar lo ya dicho, va construyendo con este lenguaje encontrado, segn sus propias reglas, un cierto nmero de cosas, pero a condicin de que haya una referencia a eso ya dicho; esto me divirti y me pareci como un juego de creacin literaria a partir de un hecho cultural e histrico sobre el que me pareci sera bueno interrogarse. - Cul es la relacin del artista con aquello ya dicho que l utiliza? 20. -Se trata de un juego perverso. Tan original que, aunque sea una novela, incluso Ulysse o la recherche du temps perdu, se inscribe siempre, sin embargo, en una tradicin novelesca y, entonces, en lo ya dicho de la novela. Curiosamente Roussel toma por matriz aquello ya dicho en el teatro, pero l no utiliza la matriz genrica del gnero novelesco como principio de desarrollo y de construccin. l parte de lo ya dicho, pero un ya dicho que es una frase encontrada al azar, leda en una publicidad o encontrada en un libro. 4
- Roussel utiliz el teatro, despus las novelas, con la
intencin de comunicar ms con el pblico. Se puede pensar que el teatro se presta mejor al lenguaje encontrado ya que aqu esta el mundo de la conversacin. - La utilizacin del lenguaje ya dicho en el teatro sirve en general a dar una funcin de verosimilitud a aquello que vemos en la escena. El lenguaje familiar prestado a los actores tiene por funcin hacer olvidar, tanto que hace posible la arbitrariedad de la situacin. Qu hace Roussel? l toma unas frases completamente cotidianas escuchadas de improviso, tomadas de una cancin, ledas en un muro. Y construye con estos elementos las cosas ms absurdas, las ms inverosmiles, sin ninguna relacin posible con la realidad. Se trata de un juego perverso, a partir de eso ya dicho y de unas funciones que, ordinariamente, se ejercen en el teatro. - En las novelas de Roussel como Impressions dAfrique y Locus Solus, las imgenes de esta fantasa que l ha creado me parecen muy prximas de los juguetes para nios del siglo XIX. Ciertas escenas podran corresponder a las descripciones de los exquisitos y complicados juegos de autmatas, tales como las muecas que podan pintar unos paisajes o el retrato de Napolen. Sin negar la complejidad de la obra de Roussel, me pregunto si su imaginacin no era un retorno a la infancia o a la fantasa pura. - Es verdad que hay una referencia, a veces implcita, a veces muy explcita, a estos pequeos juguetes infantiles, a estos autmatas del genero el-conejo-que-toca-el-tambor. Pero es necesario decir esto: el imaginario del nio existe en general en todo escritor, l est aclimatado en la literatura por todo un trabajo de elaboracin que conduce a un fantstico de otro tipo. Roussel, por su parte, empuj este imaginario a su propio nivel; a partir del conejo-que-toca-el- tambor vuelve la mquina cada vez ms compleja, pero quedando siempre en este mismo tipo de mquina, sin pasar a otro registro arriba a unas construcciones que son intensamente poticas; no creo que ellas sean infantiles en s mismas, sino que son otra manera de elaborar estos ncleos imaginarios propios de la infancia, aunque sean ingenuos o infantiles. - Estudiando las transformaciones del lenguaje en Roussel, usted evoca el vaco, o el hueco, en el lenguaje. Usted cita con este propsito la descripcin del sentido tropolgico de Dumarsais. Pienso en su percepcin del lenguaje secundario que es repetido, en eco, debajo del texto. Me pregunto si era la razn por la que Gide amaba leer en vos alta Les Impressions dAfrique. Usted lee Roussel escuchando este segundo lenguaje, este lenguaje muerto y enterrado? - Si, es una cuestin muy interesante y una de las cosas enigmticas de Roussel. Primero es necesario cuidarse bien ya que l no utiliz siempre estas tcnicas; en La Vue, no hay tcnica de construccin. En mi libro trat de llegar a comprender cul era la matriz general que poda rendir cuenta de los textos sin procedimientos y de los textos con procedimientos, de aquellos que obedecen a tal procedimiento y de aquellos que obedecen a tal otro. Yo no poda dejar de pensar en eso que dijo Roussel: De la misma manera que con unas rimas se puede hacer buenos o malos versos, se puede, con este procedimiento, hacer buenas o malas obras. El trabajo de Roussel da la clara impresin de estar sometido a un control esttico, a una regulacin del imaginario. El mundo imaginario en torno al cual l se orientaba, aquel que l conservaba finalmente a partir de construcciones que podan dar diferentes resultados, este mundo obedece a un cierto nmero de criterios estticos que le dan su valor. Me pareci que estos criterios 5
estticos considerando todas las combinaciones que se ofrecan a
Roussel eran inseparables de la naturaleza del procedimiento. En el lmite, suponga que no tuviramos Comment jai crit certains de mes livres: creo que sera rigurosamente imposible reconstituir los procedimientos. No hablo de las Nouvelles Impressions dAfrique, aqu, el procedimiento es tipogrfico. Pero en Les Impressions dAfrique o en Pousires de soleil, puede dudarse de que hay un procedimiento langagier? Sin duda no. Esto es por lo que disminua el valor del trabajo? Y cmo percibiramos a Roussel si ignorramos el procedimiento? Esta es una cuestin interesante. Tome un lector americano, o un lector japons, ya que Roussel se tradujo al japons. Puede este lector interesarse por Roussel? Encontrar la obra bella sin saber que hay un procedimiento o sabiendo que hay un procedimiento, no pueden comprenderlo ya que no tienen el lenguaje materno a su disposicin? - Los que leen Roussel en ingls saben que hay otro aspecto de la obra que no les es accesible. Pero aprecian la calidad del lenguaje y de la imaginacin. - Absolutamente. Hay una cualidad de la imaginacin que hace que, incluso sin saber que hay un procedimiento, la obra se sostiene a s misma. Pero la conciencia del procedimiento instaura en el lector un estado de incertidumbre, tanto si l sabe que no llegar jams a encontrar este procedimiento, como si simplemente siente placer de leer el texto. El hecho de que hay un secreto, el sentimiento de leer una suerte de texto cifrado, vuelve la lectura un juego, una empresa un poco ms compleja, un poco ms inquieta, casi un poco ms ansiosa que cuando se lee un texto por el puro placer de leer. En esa medida, eso cuenta incluso si no se sabe, leyendo tal o cual episodio, cual es el texto inicial que lo ha producido. Trabajando enormemente se puede llegar a despejar ciertos trucos, ciertas frases que pueden servir de punto de partida. Se puede imaginar todo un equipo de gente trabajando durante aos para encontrar bajo cada episodio de Roussel la frase que sirvi de matriz, pero no estoy seguro de que esto sea interesante. Me parece que, a dems de la belleza misma del texto que gusta por s misma, la conciencia del procedimiento da a la lectura una cierta tensin. Pero no estoy seguro que el conocimiento real del texto que sirvi de punto de partida sea necesario. - Le interesaron las relaciones de Roussel con los surrealistas? - No. Yo saba que Michel Leiris conoca a Roussel (su padre era el agente de seguros de Roussel). Fui atrado por las relaciones Leiris-Roussel, a causa de Biffures, en las que un cierto nmero de cosas hacen pensar en Roussel. Yo lo habl con Leiris, pero todo lo que tena para decir sobre Roussel, lo escribi en sus artculos. Excepto esto, creo que las relaciones entre Roussel y los surrealistas fueron episdicas. Los surrealistas vieron en su obra una suerte de Douanier Rousseau, una suerte de literatura ingenua, entonces ella los aburra. Pero no creo que el movimiento surrealista mismo haya hecho mucho ms que dar un poco de peso al personaje de Roussel y de orquestar los alborotos durante la representacin de las obras. - Cmo interpreta usted este deseo de tener un xito de teatro? - Pero usted sabe, para l, escribir era esto. Hay una pgina muy bella en la que dice que despus de su primer libro esperaba que a la maana siguiente haya un resplandor alrededor de su propia persona y que todo el mundo poda ver en la calle que l haba escrito un libro. Es el oscuro deseo que cultiva toda persona que escribe. Es verdad que el primer texto que se escribe, no es ni para los otros ni porque se es lo que se es: se escribe para ser otro. Hay una 6
modificacin del modo de ser que se intenta a travs del hecho de
escribir. Es esta modificacin de su modo de ser lo que Roussel observaba y buscaba, l crea en ella y sufri horriblemente por ella. - Se conocen pocas cosas de la vida de Roussel, y sobre las drogas que utilizaba. El opio era la droga de la poca? - Si, pero la cocana era ya bastante difundida. El tema me interesaba pero lo abandon: justamente hacer un estudio sobre la cultura de la droga o de la droga como cultura en Occidente, despus del principio del siglo XIX. Sin duda que esto se remonta bien antes. Pero la droga fue sin embargo muy importante, prcticamente hasta los aos 70 y todava ahora. Ella est extremadamente ligada a toda la vida artstica de Occidente. - Roussel debi ir al hospital mucho ms a causa de las drogas que por razn de sus problemas psicolgicos. - Creo que la primera vez que Janet lo cuid Janet era un gran psiquiatra en Paris en esa poca Roussel era muy joven, 17 o 18 aos creo, y era por razones consideradas patolgicas. No porque l se drogara. - Pero, finalmente, cuando l decidi curarse, era por una desintoxicacin. - Se que cuando se suicid en Palermo, deba ir al hospital de Kreuzlinger donde su pieza estaba reservada. - El fenmeno del artista que se esconde detrs de su obra, cree usted que est ligado a su identidad sexual? - Entre la criptografa y la sexualidad como secreto podra haber una relacin. Tomemos tres ejemplos: de Cocteau se dice: No es sorprendente que muestre su sexualidad, sus gustos y sus elecciones sexuales de manera tan ostentosa, porque el es homosexual. Bien. De Proust se dice: No es sorprendente que a la vez esconda y muestre su sexualidad, que la deje transparentarse de la manera ms clara y que al mismo tiempo, despus, se escurra de manera tan firme porque, l es homosexual. Y se podra decir tambin de Roussel: No es sorprendente que el la esconda enteramente, porque es homosexual. Dicho de otra manera, las tres conductas posibles: esconderla enteramente, o esconderla mostrndola, u ostentarla, bien pueden aparecer como consecuencia de la sexualidad; entonces yo dira que esta es ciertamente una manera de vivir. Es una opcin en relacin con la cual se es como ser sexual y se es como escritor. Y es una opcin en la relacin que hay entre la vida sexual y la obra. Se podra decir: Es porque es homosexual que ha ocultado su sexualidad en su obra, o bien es porque ocultaba su sexualidad en su vida que tambin la ocult en su obra. Creo que vale mejor tratar de concebir que, en el fondo, alguien que es escritor no hace su obra solamente en sus libros, en lo que publica, y que su obra principal es finalmente l mismo escribiendo sus libros. Y es esta relacin de l con sus libros, de su vida y sus libros, lo que es el punto central, el foco de su actividad y de su obra. La vida privada de un individuo, sus elecciones sexuales y su obra estn ligadas entre s, no porque la obra traduzca la vida sexual, sino porque ella comprende la vida tanto como el texto. La obra es ms que la obra: el sujeto que escribe forma parte de la obra. - El estudio de Roussel no lo condujo a otros temas susceptibles de prolongar su investigacin. - No, este amor por la obra de Roussel ha sido gratuito. En el fondo prefiero que sea as. No soy de ninguna manera un crtico 7
literario, no soy un historiador de la literatura. Roussel era, en la
poca en que me ocup de l, poco conocido, y no era considerado un gran escritor. Puede ser esta la razn por la que no tuve escrpulos en estudiarlo: no lo hice con Mallarm ni con Proust. Escrib sobre Roussel justamente porque estaba solo, un poco abandonado, y porque l dorma en un estante en lo de Jos Corti. Entonces, ah est: yo quise mucho hacer este trabajo y estoy contento de no haber continuado. Si me meta ha hacer un estudio sobre otro autor, hubiera tenido la impresin, sobre todo en los aos que siguieron, de hacer una especie de infidelidad a Roussel y normalizarlo, de tratarlo como un autor como los otros. - En este libro hay un cierto vuelo estilstico, un juego retrico entre los captulos. Este estudio era diferente no solamente en su tema, sino tambin en su acercamiento [enfoque] de la escritura? - Si. Es el libro que escrib ms fcilmente, con el mayor placer y muy rpidamente, porque yo escribo muy lentamente, recomienzo sin parar, multiplico las correcciones. Imagino que debe ser muy complejo de leer, porque pertenezco a esa categora de autores que, mientras escriben espontneamente, escriben de manera un poco enredada y estn obligados a simplificar. Para otros libros, intent, con razn o sin razn, utilizar un cierto tipo de anlisis, escribir de una cierta manera. En fin, era mucho ms voluntario, concertado. Mi relacin con mi libro sobre Roussel y con Roussel es verdaderamente algo personal que me dej muy buenos recuerdos. Este es un libro aparte en mi obra. Y estoy muy contento que jams nadie intentara explicar que si haba escrito el libro sobre Roussel era porque haba escrito el libro sobre la locura, y porque iba a escribir sobra la historia de la sexualidad. Esta es mi familia secreta, una historia de amor que dur algunos veranos. Nadie lo supo. - En esta poca, en los aos sesenta, usted se interesaba tambin en el movimiento de aquello que se llamaba la nueva novela? - El azar hizo que caiga sobra La Vue. Si yo no haba sido condicionado por la lectura previa de Robbe-Grillet, de Butor, de Barthes, no pienso, por mi mismo, haber sido capaz, leyendo La Vue, de tener ese clic [disparador] que me interes enseguida. Tena ms suerte de estar interesado por Comment jai crit certains de mes livres o por Les Impressions dAfrique que por La Vue. Creo que fue necesario este condicionamiento. Pertenezco a esta generacin de gente que, cuando eran estudiantes, estaban encerrados en un horizonte marcado por el marxismo, la fenomenologa, el existencialismo, etc. Todas cosas extremadamente interesante, estimulantes, pero que arrastraban al cabo de un cierto tiempo un sentimiento de asfixia y el deseo de ir a ver a otra parte. Yo era como todos los estudiantes de filosofa en esa poca, y para mi, la ruptura vino con Beckett: En attendant Godot: un espectculo que lo deja aturdido [que le corta la respiracin]. Despus le a Blanchot, Bataille, Robbe-Grillet Les Gommes, La Jalousie, Le Voyeur- Butor tambin, Barthes las Mythologies- y Lvi- Strauss. Todos estos autores son muy diferentes unos de otros, y no quiero de ninguna manera asimilarlos. Quiero decir que ellos marcaron una ruptura para las personas de nuestra generacin. - Para usted, la expresin de la ruptura era el estudio sobre la locura? Usted haba ya operado el cambio antes de la lectura de Roussel? - En realidad yo le a Roussel en el momento mismo en que escriba este libro sobre la locura. Estaba dividido entre la fenomenologa y la psicologa existencialista. Mis investigaciones 8
eran una tentativa de ver en que medida se poda definirlas en
trminos histricos. Comprenda que el problema deba ser puesto en otros trminos que los del marxismo y la fenomenologa.
Traduccin: Facundo Martn Ternavasio, Literatura y Biopoltica. Arqueologa,
genealoga, transversalidad de la ficcin en el discurso de Michel Foucault, Tesis de Licenciatura en Comunicacin Social, Facultad de Ciencias de la Educacin, UNER, Paran, 2008.
Emilia Quiñones - Women's Bodies As Dominated Territories - Intersectionality and Performance in Contemporary Art From Mexico, Central America and The Hispanic Caribbean (2019) PDF