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HISTORIA DEL FRENTE DE LIBERACION HOMOSEXUAL DE LA ARGENTINA* ) El contexto En el afo 1969, un grupo de homosexuales, reunidos en un conventillo de un suburbio portefio, dan nacimiento al primer intento de organizacién homosexual cen la Argentina: el Grapo Nuestro Mundo, Sus integrantes, en su mayoria activis- tas de gremios de clase media baja, liderados por un ex militante comunista deg: dado del partido por homosexual, se dedican durante dos afios a bombardear las redacciones de los medios porteiios con boletines mimeogrificos que pregonaban la liberaci6n homosexual. En agosto de 197/, la ligazn de Nuestro Mundo a un grupo de intelectwales gays inspirados en el Gay Power americano, da nacimiento oficial al Frente de Libera- cid Homosexual de la Argentina 1969 y 1971 no s6lo son importantes como jalones de la liberacién gays tambien marcan momentos decisivos en ls vida politica nacional, 1969 es el aio del Cordobazo, una insurreccién popular con epicentro en la ciudad de Cordoba que termind volteando al régimen autoritario del gencral Ongania. En 1971 sobreviene una intensa radicalizaci6n: aparecen gremios izquierdistas, movimientos estudian tiles antiautoritarios; y se inicia la administracidn liberal del militar Lanusse, que hhabria de entregar ef poder al peronismo en las elecciones de 1973. 2A que estas referencias? Es que el FLH surge en medio de un clima de politizacion, de contestacion, de critica social generalizada, y es inseparable de él. Como buena rneluido en el libro Homose ficiones del Ser, Buenos sus textos publicados. "Bl ensayo, una visibn bistorica retrospectiva del xualidad: baci ta destruecion de los miton, de Zelmar A Aires, 1985, Es curioso que Peslongher nunca lo mencionara ent ” parte de los argentinos de entonces, cree en la “Tiberacién nacional y social”, y aspira al logro de las reivindicaciones especificamente homosexuakes en ese contex- to. No sélo configura la reaecién de la minoria homosexual ante una tradicional situacion de opresion, que ls dictadura militar instaurada en 1966 habia Hevado a extremos sin precedentes; también encarna el desco de una minoria “esclarecida” =por decir asi~ de homosexuales, de participar en un proceso de cambio presuntae mente revolticionario, desde un lugar en que sus propias condiciones vitales y sexuales pudieran ser planteadas. Tanto la sincera necesidad de liberarse de un machismo profundamente ancla- do en [a sociedad argentina, como la conviccion de que esa liberacibn no podia sino producirse en ef marco de tina transformacién revolucionaria de las estructu- ras sociales vigentes, constituyen elementos constitutivos del movimiento gay ar- xgentino, que aparecen constantemente a lo largo de toda su historia, La Formacién de los grupos Los primeros integrantes del FLH se planteaban actuar como un movimiento de opinion, encuadrado dentro de eategorias ideoloxi al Frente, en marzo de 1972, de una decena de estudiantes uni Eros, algunos provenientes de la izquierda o ef anarquismo, imprimié al mo miento una tonica agitativa, distints a las previsiones iniciales. Sirvid, ademis, para una profusa polémiea, reflejada en el primer Boletin del FLH, aparecido en ‘marzo de 1972, donde se reproducen dos documentos contrapuestos: en uno de ellos, se plantesba que cl objetivo del FLH era lograr que la izquierda incorporara las reivindicaciones homosexuales a sus programas en otro, se privilegiaba el papel de la sexualidad y se hablaba con escepticismo de “cincuenta aiios de revoluciones socialistas Las sutiles diferencias no impidieron confluir en Puntos Bisicos de Acuerdo, que habrian de constituir el programa del flamante movimiento. En ellos, basi mente, se partia de las “reivindicaciones democriticas especificas” —el inmediato cese de Is represion policial antihomosexual, la derogacién de los edictos antihomosesuales y la libertad de los homosexuales presos- se caracteriza el modo de opresin sexual “heterosexual compulsivo y exclusivo” vigente como propio del capitalismo y de todo otro sistema autoritario, se llama a la alianza con los “movi mientos de liberacién nacional y social” y con los grupos feminista. En lo organizativo, el FLH se definia como una alianza de grupos autonomos, que coordinaban acciones comunes entre si. En el momento de apogeo (septiembre 72- agosto 73) el movimiento Hlegd a contar con alrededor de diez de tales grupos, constituico por unos diez militantes y una buena cohorte de simpatizantes cada uno, Los mis importantes eran; Eros, Nuestro Mundo, Profesionales, Safo (forma- amarxistas, Pero el ingreso ssitarios —el grupo 78 do por lesbianas), Bandera Negra (anarquis Homosexuals Argentinos, et. La actividad se circunscribié « Buenos Aires, lograndose contactar simpatizan- tes en Cordoba, Mendoza y realizar acciones en Mar del Plata, en conjunto con las feministas locales. En 1975 un comunicado reproducido por una revista portefia dio noticia de ta formaci6n de una Agrupacion Homosexual en Tucumin, La clan- destinidad en que se manejé ol FLH dificulté considerablemente los contactos, ya que estos debian hacerse por via personal. ), Emanuel (cristianos), Catolicos Las tareas Para su crecimiento, algunos grupos apelaron a Ia realizacién de “reuniones de informacion”, por donde desfl6 buena parte del ambiente gay portefio. Se reunian grupos de homosexuales en casas particulares y se explicaban los lineamientos generates, De alli fueron saliendo los militantes. En Ia prictiea, se pretendia, ademas de la concientizacion especificamente gay, cierto grado de politizacion. Ello espantd del Frente a los homosexuales burgueses: el movimiento siempre fue extremadamente pobre, sin recursos materiales, ¢ inte- grado en su mayoria por gente de elase media y media baja, con algunos proletarios y liimpenes el eno de las reuniones, se esbozaban téenicas de concientizacién —tomadas del feminismo— que pretendian descubrir, aparte de discursos individuals sobre tun tema dado (la familia la culpa, etc), los lineamientos comunes de la opresin. A partir de alli; se pretendia transformar esa conciencia de la opresion fuerza de modificacién revolucionaria. Se abjuraba del “tapadismo”, del disimulo; se analizaban los mecanismos de marginacion y “enghetizacion”. Otros grupos —como el de “profesionales’=, se abocaban a la confeccién de documentos tedricos y ala realizacion de una encuesta sobre homosexualidad que, mente, nunca Hlegé a ser procesada Eros se dio a orginizar volanteadas y pintadas en lugares piblicos, eligiéndose el 21 de setiembre —dlia de la Primavera como uns fecha de movilizacibn especial, En los panfletos soia esgrimirse una consigna, representativa de la ideologia del movimiento, “Amar y vivir libremente en un pais liberado”, ademis de las reivindicaciones antipoliciacas. Con estos métocis de agitacién calejea cl FLH buscaba mantener viva su presencia, Otros slogans agitacos fueron: "Machismo = Fascisio"; "El machismo es el fiscismo de entreeasi"; “Por el derecho a disponer del propio cuerpo”; “Soltite”, ete En algunas oportunidades se hicieron llegar eavios a los homosexuales presos. Para reunir fondos, se recurria a grandes fiestas, en las cuales se solicitaban eon buciones y se repartian materiales, Cada miembro aportabs, ademis, una ewota mensual, Peronismo y desencanto En 1972, el peronismo se lanzé decididamente a la conquista del gobiceno por via electoral. Una buena parte del FLH sucumbié ante el discurso populista de ka Javentud Peronista y participé en algunas de sus movilizaciones. Ante las cleccio- nes nacionales de marzo de 1973, el FLH multiplicd sus contactos politicos con escaso éxito: slo consiguid ser reconocido —aunque no piblicamente— por los trotzkystas del Partido Socialista de los Trabajadores. Finalmente, emitié una decla racién Hamando a votar “contra la dictadura de Lanusse —la que, sin embargo, habia tolerado cierta liberalizacién, como la apertura de boites bailables y saunas ays, no exentos, sin embargo, de cierto hostigamiento policial El triunfo del peronismo aparej6 una conmoci6n a Ja que la mayoria del Frente no pudo ser ajens; a partir de ella, se multiplicaron las intervenciones en actos piiblicos. En uno de ellos, realizado en la Facultad de Filosofia en demanda de la libertad de los presos politicos, se ley6, entre murmullos de desconcierto, la adhe- sion del FLH. Una volanteada en un festival de rock omganizado por La Juventud Peronista valid al FLH la participacion en el grupo Parque —integrado fundamentalmente por rockeros que aspiraban a no verse marginados del proceso politico que se profongé hasta fines de 1973, Mientras duré la experiencia, miembros del ELH intervenian en grupos de discusién piblicos que se reunian en un parque. En mayo de 1973, la mayoria del FLH ~con importantes disidencias— decide participar en las movilizaciones de asuncidn del gobierno peronista, ceebrada en la Plaza de Mayo. Se consiguid arrastrar a unos 100 homosexuals, bajo un cartel que reproducia un verso de la Marcha Peronista “para que reine en el pueblo el amor y la igualdad”— ¥-con volantes que pretendian demostrar la ligazn entre la liberacién nacional y la liberacion sexual. El grupo gay fue atacado por peronistas de “derecha”, pero de- fendido por otros de “izquierda”. A ello siguié la participacién, cl 20/06/73, en la movilizacién de bienvenida al General Peron, que termind en el episodio conocido como “la masacre de Ezeiza’ Estas intervenciones le valieron al FLH cierta publicidad; una revista sensacio- nalista 4st publicé en_ primera pigina un reportaje al grupo. A consecuencia de lel ala fascista del peronismo empapelé la ciudad con carteles contra “el ERP, los homosexuales y los drogadictos". Simultincamente, se reanudaban las razzias con- tra bares gays; y militantes gays eran detenidos y golpeados por la policia, llegindo- se a allanar el domicilio de uno de ellos En un reportaie piblico, la Juventud Peronista negé la participacién gay en sus filas. Bn un acto, militantes montoneros lanzaron la consigna: “No somos putos, ‘no somos faloperos” (drogadictos). Sobrevino, abruptamente, la ruptura. Cabe des- tacar que, en el corto romance con la izquierda peronista, el FLH no logré, ni una sola vez, entrevistarse oficialmente con Ia diteccién de la JP. 80 Desencantado del peronismo, ef FLH intents volcarse a la izquierda, Particips —bajo un cartel con sus siglas—en las movilizaciones de repudio al golpe de Pinochet en Chile (setiembre de 1973), Sucedié alli un fendmeno curioso: las agrupaciones izquierdistas se corrian de lugar en la columna para no quedar cerca de los gays; finalmente, algunos trotskystas y anarquistas aceptaron la contigiiidad. En esa época, el FLH pudo arengar desde los mictofonos de una boite gay; pero de alli fue expulsado, hacia octubre de 1973, bajo la acusacién de “comunista”. Poco desputs esa boite —Monali, de Lanis— era baleada por comandos derechistas, agre- didos los concurrentes, y finalmente clausurada, Durante el primer semestre de 1973, el Frente hizo circular, entre algunas insti tuciones (Asociacién de Psicdlogos, Federacion de Psiquiatras, Asociacién de Abo- xados) un documento postulando el fin de la represiGn policial a los homosexua- les, a fin de procurar su aval para una presentacién ante el nuevo gobierno. Peto el ripido proceso de derechizacion frustré tales proyectos. A fines de 1973, las esperan- zas del FLH —y de los gays por &l representadas— de obtener tun inmediato cose de la represi6n policial antigay, se hallaban definitivamente desvanecidas, Asestando duros golpes a las iusiones liberacionistas, Ia policéa no cambié un spice su acti- tud tradicional y siguié organi En concomitancia con tales sucesos —que demostraban la incorreccién de las cexpectativas que los ideélogos del FLH habian depositado en el peronismo— la expectante indiferencia de la gran mayoria de lo comunidad homosexual portefa hhacia los planteos liberacionistas, fue convirtiéndose, paulatinamente, en abierta hostilidad. ando razzias La revista Somos ‘A fines de 1973, el ELE considerd llegado ef momento de prestar un poco mis de atenci6n a la comunidad homosexual, descuidada entre tanto activismo politi co, y decidi la edicidn de la revista Somos. Con anterioridad (junio de 1973) se habia editado el nico nimero del periddi co Homosexuals, pero la inclusion en él de un articulo titulado “Machismo y opre- sion sexual”, en el que, tras un muy interesante anilisis, se afirmaba que el afeminamiento gay era la contracara del’ machismo, motivé que buena parte de los militantes se negaran a distribuitlo, La discusion sobre fa “marica” y el travestismo —expresién revolucionaria y pro-feminista para algunos, reafirmacién de la opresion para otros consumié buena parte de las energias intelectual del movimiento. En diciembre de 1973, Peron —presidente por tercera vez— lanza una “Campaiia de Moralidad”, 2 Ia que cl FLH responde con un volantetitulaco “La Tia Margarita impone la moda Cary Grant” ~en alusion a Margaride, entonces Jefe de Policia que despertd cierto eco positivo entre gays y rockeras. Para la misma época, sale por aL primera vez la revista Somos, que habria de editar ocho mimeros, hasta enero de 1%, Somos lleyd a tener un tiraje méximo de quinientos ejemplares, que se distri buian mano a mano, Estaba pobremente impreso —por fotoduplicacian— y preten- dia ser un instrumento de trabajo concientizador, Incluia trabajos tebrivos, infor- maciones, literatura, etc. Siempre se edité clandestinamente. En algunos niimeros se puso una direccién de un movimiento yanqui. Es quizais mas vilida como testi« monio que como material en si; su Giltimo nimero termina siendo una antologia de documentos, pricticamente incomprensibles para quien careeiera de una for- macién tebrica politica-sexual gay. Una de sus iniciativas mas brillantes —Ia public cacion de los términos con que se alude al coito en la Argentina (mas de cien)~ fue recibida escandalizadamente por los lectores Feminismo y politica sexual Desde el comienzo, el LH se preocupé por entablar cordiales relaciones con los dos grupos feministas existentes: Unién Feminista Argentina y Movimiento de Liberacion Femenina (sepasados por cuestiones personales y metodoldgicas antes que ideologicas)...y lo logrd. Ya en 1972 Ia participacién en un debate sobre sexualidad, organizado por ka revista 200%, habia resultado en la formacin del Grupo Politica Sexual, una especie de usina ideoldgica del liberacionismo sexual, que se enriqueceria, a partir de 1974, con la participacién de feministas y varones heterosexuales “concientizados”. El GPS se prolongd hasta enero de 1976, dando lugar a fructiferas discusiones semana- les; también se dictan conferencias sobre sexualidad y se constituye una Comisi6n contra la Prohibicién de los Anticonceptivos donde intervienen también femi- nistas socialistas~. Se produjo un documento, titulado “La Moral Sexual en la Argentina”, En ocasibn de la expulsion de homosexuakes de un colegio protestante tercermundista, se entrevist6 al director del establecimiento, solicitindole la revie sion de fa medida, Paralelamente, el FLH edita un documento ~"Sexo y Liberacin”=, especie de compendio tebricoideoldgico del liberacionismo gay argentino. A partir de catego- rias marxianas, se analizaba el papel de la opresion sexual en el mantenimiento de la explotaciin, y terminaba definiendo al FLH como “un movimiento anticapitalista, antiimperialista y antiautoritario, cuya contribucién pretende ser el rescate para la liberacion de una de las areas a través de la cual se posibilita y sostiene la domina- cin de la mujer y del hombre por el hombre, en el convencimiento de que ningu- na revolucién es completa, y por lo tanto, exitosa, si no subvierte la estructura ideologica intimamente internalizada por los miembros de la sociedad de domina- 82 Represién y disolucién Ly tolerancia del gobierno hacia el accionar de los grupos parapoliciales de derecha se acentia tras la muerte de Juan Perdn y la asuncién del mando por su esposa Isabel, rodcada de un entorno fascista, A mediados de 1975, el semanario fascista FY Candi —ligado al elenco gobernante— llama a acabar con los homa- sexuales y propone lincharlos, haciendo abierta referencia all FLH. En esos mo- mentos, buena parte de los militantes y simpatizantes se alejan, proponiendo la disolucion; empieza a cundir el terror ‘A mediados de 1975, cl Frente se halla reducido a no mis de 30 integrantes, que optan por la radicalizacion antes que por la moderacion, Se crea un grupo de estudio sobre psicoanilisisy fo que restaba del movimiento deviene un grupisculo imeramente tebrico, En derredor, la represién policial se intensificaba; ya habia sido dectarado el Estado de Sitio, en el marco del enfrentamiento entie el Ejéccito argentino y la guerrilla, Con relativo eco, el ELH multiplica los lamamientos internacionales, ante diversos movimientos a fos que habia tenido la precauci6n de ligarse ~en, especial los mis radicalizados, tales como el FUORI italiano, esparciendo las nuevas sobre fa represin en Argentina y Chile nalmente, en momentos en que se preparaba una accién en repudio a las declaraciones del Papa Paulo VI contea la homosexualidad, un allanamiento policial asesta un severo reves al movimiento. Producido el xolpe militar de marzo de 19%, los dltimos miembros del ELH, desgarrados por disputas en torno a la responsabilidad individual respecto de la tepresion, consideran que carecen de toda posibilidad de seguir funcionando, y deciden, en junio de 1976, disolvers Algunos militantes huyen a Espavia y organizan un PLE a caremte empero de toda representatividad, puesto que el movimi mente optado por fy disolucién La dictadura militar de Videla desata una persecucidn sistemtica contra los homosexuales, que, ademis de imposibilitar toda forma de organizacion, obliga a destinar todas las chergias a la supervivencia individual, ino en el exilio, 10 habia previa- Epilogo En cuanto a sus resultados coneretos, a experiencia lel FLH argentino consti- tue, a todas luces, un fracaso. No consiguid imponer una sola de sus consignas, i interesar a ningun sector trascendente en la problemitica de la represion sexual, nt “tampoco— coneientizar la comunidad gay arge Para quienes han intervenido consecuentemente en él constituye, empero, una experiencia indeleble; y demostrd, en iiltima instancia, que un alto grado de concientizacion es posible ain en el contexto de una sociedad tan altamente repre- siva como la Argentina Ala distancia, la tendencia del FLH a la hiperpolitizacin puede leerse como ‘una postura delirante; cabria analizar, empero, si una sociedad que es capaz de pergefiar dictaduras tan monstruosas no hace que, necesariamente, cualquier plan- teo minimamente humanista —como el reclamo de una mayor libertad sexual tienda a convertirse en un cuestionamiento radical de las estructuras socioculturales en su conjunto. 84

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