Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
NO CONTENCIOSO DE LA SEPARACIÓN
CONVENCIONAL Y DIVORCIO ULTERIOR EN LAS
MUNICIPALIDADES Y NOTARÍAS ASEGURA LA
PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS INDISPONIBLES
FAMILIARES?
1
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Candidata a Magíster en
Derecho Civil con mención en Familia por la Universidad Femenina del Sagrado
Corazón, Docente en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica
del Perú y en la Universidad Femenina del Sagrado Corazón en el área de Derechos
de los Niños, Niñas y Adolescentes, Docente en el Programa Universidad de la
Experiencia (UNEX), Facultad de Letras y Ciencias Humanas Pontificia Universidad
Católica del Perú, Docente de la Escuela de Post Grado de la Universidad san Martin
de Porres.
facultad que solo tiene el juez", (Eduardo Laos,
Decano del Colegio de Notarios de Lima)2
Cuando el Alcalde lleva a cabo la ceremonia ante la pareja que decide unirse
en matrimonio, lo hace siguiendo los procedimientos que la Ley le impone, pero
desconoce cuánto tiempo puede llegar a durar ese matrimonio,
cuestionamiento que va más allá de la edad de los contrayentes. A su vez, no
muchos contrayentes conocen los derechos y obligaciones que deben asumir
durante el matrimonio, menos aún ante la ruptura del mismo.
3IBIDEM
4 IBIDEM
Los aspectos más complejos durante el divorcio, son los acuerdos económicos
referidos a los alimentos en beneficio de los hijos y de uno de los cónyuges.
Durante el proceso de separación, la pareja se enfrenta a la necesidad de
dividir sus bienes y negociar las obligaciones que seguirán vigentes entre ellos.
Es indiscutible que el poder económico es uno de los medios que ejerce mayor
control sobre las decisiones de las personas, y el matrimonio no es una
excepción porque la mayoría de las veces se vuelve determinante.
Este tipo de divorcio pone fin al matrimonio cuando ambos cónyuges están
totalmente de acuerdo con los términos del mismo. Es decir, no hay discusión
en las materias que pudieran quedar pendientes como pensiones de alimentos
para los hijos y cónyuges, cuidado personal de los hijos o las relaciones
directas y regulares con ellos. Además, como el divorcio pone fin al matrimonio,
también lo hace respecto a los regímenes patrimoniales convenidos con
ocasión del matrimonio o durante el mismo, esto es determinar los gananciales
a repartir en el régimen de sociedad de gananciales. En relación al régimen de
separación total de bienes, el divorcio no produce efecto alguno pues los
cónyuges mantienen su situación patrimonial tal como era antes de contraer
matrimonio. Lo señalado implica, en la mayoría de los casos, una etapa de
negociación previa entre los cónyuges en la que es conveniente la intervención
de un abogado o abogada de la especialidad de familia. La intervención de un
conciliador familiar es una opción válida para llegar a acuerdos satisfactorios
para ambos, siempre y cuando los cónyuges estén bien informados respecto
de sus derechos y los de sus hijos. La labor del conciliador será la de un
facilitador pero no la de asesorar en materia de derechos indisponibles
familiares. En muchos casos se pueden obtener acuerdos insuficientes e
injustos por desconocimiento de las leyes que regulan el divorcio y los
derechos subjetivos familiares que se encuentran en juego.
La lectura del numeral I nos permite concluir que el divorcio será de mutuo
acuerdo porque se ha llegado a un convenio en todos los puntos que
fueron materia de una negociación, lo que debe implicar una salida
satisfactoria para la pareja y beneficiosa para los hijos.
Si bien es cierto que la citada normatividad señala que para definir el régimen
de ejercicio de patria potestad, alimentos, tenencia y visitas en el caso de los
hijos menores de edad y el régimen de ejercicio de la curatela, alimentos y
visitas de los hijos mayores con incapacidad se deben contar con sentencia
judicial firme o acta de conciliación emitida conforme la ley N°26872 y su
reglamento; esta última posibilidad no descarta que los cónyuges deban ser
informados respecto de sus derechos por un especialista en el mismo centro de
conciliación, pues la intervención del conciliador se limita a ayudar a las partes
a poner fin a un conflicto proponiendo formulas de satisfacción mutua para que
ellos mismos lleguen a decisiones constructivas y a acuerdos que sean
satisfactorios, viables, válidos, duraderos, recíprocamente aceptables, que
permitan una relación estable, que tengan en cuenta y ayuden a resolver las
necesidades de la propia pareja y de los hijos, y que permitan una relación
familiar funcional post divorcio. El conciliador no asesora a una o ambas
partes en sus derechos. Su labor se limita a ser un facilitador para las partes.
CONCLUSIONES