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ALBERTO M. BINDER INTRODUCCION AL DERECHO PENAL Primera edicién: marzo 2004 Binder, Alberto Introduccidn al derecho penal ~ 1 ed - Buenos Aires, Ad-Hoc, 2004 320 p.; 23x16 om, ISBN: 950-894-425-0 1, Derecho Penal |, Titulo COD 345, DIRECCION EDITORIAL Dr. Rubén O. Villela Copyright by AD-HOC S.R.L. Direccién, Administracién y Correspondencia: Viamonte 1450 - Tel./Fax: 4371-0778 / 4371-6635 ' C1055ABB Buenos Aires, Republica Argentina E-mail: info@adhoo-villela.com Sitio: www.adhoc-villela.com Libreria virtual: www.editorialadhoc.com Printed in Argentina Derechos reservados por la ley 11.723 ISBN: 950-894-425-0 Carireio 1X EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD 1, Su significado histérico y politico La pura proteccién de la interioridad de las personas no €s suficiente limite para el poder penal, mucho menos cuando la tecnologia moderna ha abierto cau hacia ella antes inimag)- nables. La fortaleza de los conceptos-limite de accion y omision ayuda, pero no es suficiente contencién. Eso mismo pensaron los juristas de la Ilustracion que fundaron el derecho penal mo- derne. La reaccién liberal ante las practicas de la Inquisicién, sabia que no se trataba de combatir al sistema inquisitivo por si mismo, sino como instrumento del poder absoluto. También hoy en dia nos encontramos ante el mismo problema. No se trata sdlo de combatir las diversas formas de modelos politico-crimi- nales de autor (que tendencialmente buscan la interioridad) por si mismos, sino porque ellos son nuevos instrumentos del poder absoluto que, ademas, hoy tiene también un nivel de concentra- cién antes inimaginable. Por eso, considerando todos los mie- dos, precauciones y esfuerzos que hizo el pensamiento ilustrado para desmontar la compleja estructura de la monarquia absolu- ta, hoy debemos redoblar el esfuerzo para desmontar la atin mas compleja estructura de las nuevas formas de poder concen- trado del cual la politica criminal de autor es s6lo una manifesta- cin mas. Por tal motivo, la segunda bandera de la reaccion liberal frente al sistema inquisitivo fue el corrimiento del ¢je de las monarquias absolutas hacia los parlamentos. Ello tanto en las versiones mas moderadas, como la Revolucion Inglesa (1688), 0 las netamente republicanas, como las revoluciones Norteameri cana (1776) y Francesa (1789). En todas ellas existe un denomi- ALBERTO Mp; ce INDE; TTT ue el poder penal quede Besopeon a nos. “amblto esencial de are ventacin de los ciudad = Como él instrumento con ef ait esan es la ley. Conocemos este postulado big Spwae legaliclad. Pero debemos hacer una aclaracién ~ é en la dogmatica moderna con suficiente fuer. = El principio de legalidad no significa eee la sujecién a la ley, sino esa sujecion como expresion del coed central de la actividad parlamentaria en la construccion de los limites del poder penal. Y esa actividad parlamentario es elegida por ¢ representatividad popular, por el insoslayable acuerdo que dere preceder a toda actividad legislativa. y por la mayor transparen. cia que un ambito colegiado con deliberaciones puiblicas tiene, Muchas de estas caracteristicas de la actividad parlamentan, se hallan hoy muy debilitadas, pero esto no nos debe llevar 4 Pensar el principio de legalidad como una mera formalidad de legalidad. Se trata, antes bien, de un principio Politico fundado en la divi oderes propia de la Republica” ~~ Entonces, el ejercicio del poder penal debe tener una estric- ta sujecion a la ley, como actividad propia de los parlamentos, Ello significa tanto limites en la definicién de los delitos como en la fijacién de las penas, ya que es imposible determinar la grave- jocer él valor de la sancién, asi como Proporcionalidad de la pena sin conocer a z esta enlazada. Por lo que el principio de legalidad implica sujeci6n a Ia ley, tanto de los delitos como de las penas. EI principio de legalidad impone un conjunto de limites, aquéllo: como principio dé leg incluso a los parlamentarios. En primer lugar, no se puede tra: ar de cualquier actividad del Congreso, sino de una ley en sen- incipal de la actividad parlamentaria y e la Constitucién Nacional impone al form Sancién de las leyes, ~~~Se debe tener en cuenta que las leyes que imponen limites al poder punitivo son derivacion directa de los Principios de pro- teccion constitucional, y por lo tanto los parlamentos, con sus actividades de reglamentacion interna, no pueden distorsionar ni modificar el estricto cumplimiento del proceso formativo de la ley y, menos atin, no darle ' Roxiw, pp. 137 y ss. PP. 110 y ss, INTRODUCCION AL DERECHO PENAL 131 gue tienen. Normalmente la doctrina ha admitido que existen casos en lo scl Parlamento puede construir un lif perfecto, n inte un procedimiento de delegacién que deja en manos del Poder Ejecutivo completar la definicién del delito. A este Tipo de leyes imperfectas se las ha llamado leyes penales na) blanco. porque contienen una delegacién de facultades legislati- Vas en el Poder Bjecutivo, fundada supuestamente en razones practicas (p. ¢j., la elaboracién de listas que tienen sustancias estupefacientes). Desde £l punto de vista del principio de legali- — dad, las leyes penales en bianco son inadmisibles porque violan laese cia de ese principio. No existe ninguna razon practica para sostener la necesidad de estas leyes, y es bastante comin que 108 Tegisladores aprueben leyes que tienen anexos técnicos mu- cho mas complicados que los que requieren este tipo de normas. Y.si es necesario ampliar esos listados, también sera necesario pasar nuevamente por el Parlamento ya que si no se contraria la estricta sujecion a la ley.

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