Yayo TAS DE LA REPRESTON
onumentos,
Site rcs a
cas territoriales |
Elizabeth Jelin
AEC KOUrM Ort
(comps.) |
BS
SIGLO VEINTIUNO SIGLO VEINTIUNO
DE ESPANA EDITORES DE ARGENTINA EDITORESA SE TOS SOU De OI IG
; Monumentos, memoriales
y matcas territoriales
Doliv Alaa lpia
Victoria Langland
(comps.)
Este volumen forma parte de la serie de libros Memorias de la ove
que pone a disposicién del piblico los resultados de un programa desarrollado
KB en Noutorel cee unos MOTTA (RAP) del Social Science Research
Council, con el propésito de promover la bn esteCoOMN ME Coane CNS
investigadores sobre las memorias de la tepresion politica en el Cono Sur. Bajo
la direccién de Elizabeth Jelin y Carlos Ivan Degregori, y con fondos propor-
Sloe uels ecwinteeCatoecn aor oe earleg y Hewlett, el programa apoyé
mediante becas a cerca de 60 investigadores Jovenes de Argentina, Brasil, Chile,
Paraguay, Pert, Uruguay y los Estados Unidos.
JAP Urb MeN Nao TERE ee Tenrestenec eto Coibfereincomnile[ tte
HELO SHt RV MIE Nene MC EM eceateeteiGe generar avances tedricos
y de investigacién que contribuyan a enriquecer los debates sobre la naturaleza
CDS intestine wero mcrae ne ne} constitucién de identidades
Coen Ease canon seat ete NERD ROG por la memoria sobre las
practicas sociales y politicas en sociedades en transicion. La RYe4ntnTor- Moho
Die uepoconnvoae tees ol keene ner) generacion de investigadores
Con una formacion tedrica y metodologica sélidas, PS yaellsy erie (onete
| petspectivas novedosas sobre los procesos sociales de memoria, pero preparados
tambi¢n para abordar la gran variedad de temas candentes que surgiran en el
eo MeramerncueMoMe niin LsieAn area porosity
EW eeMe cca Cou Kecmnircbrealelpincclec en publicos de la region preocupados por
el estudio de la memoria societal y temas relacionados con ella.
BES eMol tos him CML ncont lca conte Keo icTOtTer TRANCE conocimiento
académico, pero también a estimular debates y discusiones en un ambito mAs
amplio: entre estudiantes y docentes, entre activistas y ctudadanos, de cada uno
de los paises involucrados, pero también en un debate comparativo y transnacional.
BN 86-325 Ror Yura Research Council
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788432531
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SIGLO VEINTIUNO Rei ZAI Ce)
9 DE ESPANA EDITORES DE ARGENTINA EDITORES1. INTRODUCCION:
LAS MARCAS TERRITORIALES COMO NEXO
ENTRE PASADO Y PRESENTE
Elizabeth Jelin y Victoria Langland
Este libro elige tomar las marcas territoriales,,los espacios fisicos
y los lugares ptiblicos como puntos de entrada para analizar las
luchas por las memorias y los sentidos sociales del pasado re-
ciente de represién politica y terrorismo de Estado en el Cono
Sur de América Latina, y desde esos casos contribuir a la refle-
xién més general sobre las memorias territorializadas. De mane-
ra analoga a las fechas de conmemoraci6n (Jelin, comp., 2002),
los registros y archivos de la represién y la resistencia (Da Silva
Catela y Jelin, comps., 2002), y otros espacios tales como el sis-
tema educativo —para no mencionar los espacios mas clara-
mente institucionales-politicos como la legislacién y la justi-
cia—, los procesos de marcacién ptiblica de espacios territoriales
han sido escenarios donde se han desplegado, a lo largo de la
historia, las mas diversas demandas y conflictos.
En efecto, el territorio (y sus limites) ha sido y es una de las
manifestaciones de la soberanfa estatal, y de abi la larga historia
de guerras y conflictos para marcar fronteras. Es y ha sido tam-
bién el punto de identificacion y reclamo de las luchas de Jos
pueblos originarios. Siempre, estas luchas territoriales han estado
sentidas y justificadas en términos de derechos de «propiedad»
anclados en memorias del pasado, en reclamos ancestrales y en
esfuerzos por recrear y traer al presente memorias e identidades
teferidas a un pasado colectivo, sea histético 0 mitico.
El foco de este libro es mucho més acotado y restringido: la
investigacion y el anilisis se centran en espacios fisicos mds redu-
cidos que el territorio nacional o comunal. Son marcas fisicas y2 Elizabeth Jolin y Victoria Langland
territorios en espacios vividos y transitados cotidianamente —un
edificio, una placa, un memorial o un monumento—.Y el objeto
de Ja lucha y la memoria est ligado a un pasado reciente dolo-
roso y vergonzoso, mds que a los intentos monumentalistas he-
roicos de Jos periodos histéricos de construccién de la nacién
moderna 0 de la «historia oficial» (Gillis, 1994; Nora (dir.), 1984-
1992). El tema de anilisis est4 focalizado en los procesos politicos
ligados a marcar los espacios donde ocurrié la violencia estatal en
Jas dictaduras, y en los intentos de construir memoriales y monu-
maentos que recuerden y homenajeen a sus victimas.
Sabemos que la representacién del horror y del trauma no es
lineal y sencilla. La re-presentacién supone la existencia de un
algo anterior y externo (la «presentacién» inicial) que sera «re»-
presentado. ;Cémo representar entonces los huecos, lo indeci-
ble, lo que ya no est4?! ;Cémo representar a los desaparecidos?
Si hablar y decir es dificil, los emprendimientos que intentan
marcar el espacio fisico parecen ser al mismo tiempo mis faciles
y mas complejos. Mas faciles porque en muchos casos hay ras-
tros, ruinas y restos; hay una materialidad que puede hablar por
si misma. Mas dificiles porque no se trata de marcas personales o
grupales, significativas para alguien en particular, con sentido
privado 0 intimo.|Mas bien, nos referimos a espacios fisicos pt-
blicos, reconocidos por el Estado y la autoridad legitima, lo cual
implica procesos de lucha politica por parte de quienes llevan
adelante las iniciativas..Implica también luchas acerca de los cri-
terios estéticos para lo que se va a construir o preservar. ;Existe.
una estética mas «apropiada» que otras para representar el ho-
rror? Quiénes seran los que van a decidir las maneras de hacer-
lo? Los mensajes y objetivos de este proceso pueden ser muy
' Este tema ha sido trabajado especialmente en lo referente al testimonio y
la posibilidad de hablar. La posibilidad de testimoniar cuando se ha vivido lo
cinvivible» y lo «indecible» ha sido un tema trabajado especialmente por so-
brevivientes de campos de concentracién nazis, incluyendo los grandes escri-
tores como Primo Levi. Levi habla del «deber» de testimoniar cuando las ver-
daderas victimas no tienen voz para hablar por si mismas (Levi, 1989; también
Agamben, 2000).
Las marcas territoriales como nexo entre pasado y presente 3
claros y explicitos —anclados en una estética figurativa, realista,
descriptiva o literal—. Alternativamente, pueden estar formula-
dos de manera més ambigua, dejando abierta desde el proyecto
mismo la inevitable subjetividad de la interpretacién de quien
«recibira» el mensaje o visitara el lugar. Siempre, inevitablemen-
te, el paso del tiempo, la presencia de nuevos sujetos y la redefi-
nicién de escenarios y marcos interpretativos traeran nuevos
sentidos —a veces inclusive contrarios a los originarios—. Otras
veces, la indiferencia sera el destino de esa marca, a veces tan la-
boriosamente conseguida (sobre los distintos sentidos de los
monumentos, Young, 2000). Estas y otras preguntas intrigantes
son las que los autores recorren e intentan encarar en los capitu-
Jos de este libro.
Un primer eje analitico que atraviesa el tema hace referencia
al proceso en que un espacio fisico adquiere y reafirma sentidos.
En otras palabras, cuando en un sitio acontecen eventos impor-
tantes, lo que antes era un mero «espacio» fisico 0 geografico se
transforma en un «ugar» con significados particulares, cargado de
sentidos y sentimientos para los sujetos que lo vivieron. Esto ocu-
rre sin duda en el plano personal (lugares cargados de sentidos
porque traen memorias de lo vivido en ellos), que cobran nuevos
y complejos sentidos cuando lo que se recuerda no es sélo lo vi~
vido sino también las memorias posteriores a lo vivido —«una
memoria de una memoria», como dice Passerini (1992)—. Lo
que interesa aqui, sin embargo, no son exclusivamente esas me-
morias individuales 0 aun intersubjetivas ancladas en espacios fisi-
cos vividos y transitados, sino los lugares que son significativos
para una colectividad, con valor simbélico y politico que se ex
presa en rituales colectivos de conmemoracion, y que reciben su
reconocimiento legitimo por la sancién aprobatoria del Estado.
Sitios, lugares, espacios, marcas, son las palabras en juego. Mas
aun, lo que intentamos comprender no es solamente la multipli-
cidad de sentidos que diversos actores otorgan a espacios fisicos
en funcién de sus memorias, sino los procesos sociales y politi-
cos a través de los cuales estos actores (o sus antecesores) inscri-
bieron los sentidos en esos espacios —o sea, los procesos que
Hlevan a que un «espacio» se convierta en un «ugar—. Cons-
truir monumentos, marcar espacios, respetar y Conservar ruinas,