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Un ácido (del latín acidus, que significa agrio) es considerado tradicionalmente como

cualquier compuesto químico que, cuando se disuelve en agua, produce una solución con
una actividad de catión hidronio mayor que el agua pura, esto es, un pH menor que 7. Esto
se aproxima a la definición moderna de Johannes Nicolaus Brønsted y Martin Lowry,
quienes definieron independientemente un ácido como un compuesto que dona un catión
hidrógeno (H+) a otro compuesto (denominado base). Algunos ejemplos comunes incluyen
al ácido acético (en el vinagre), y el ácido sulfúrico (usado en baterías de automóvil). Los
sistemas ácido/base son diferentes de las reacciones redox en que no hay un cambio en el
estado de oxidación. Los ácidos pueden existir en forma de sólidos, líquidos, o gases,
dependiendo de la temperatura. También pueden existir como sustancias puras o en
solución.

Las sustancias químicas que tienen la propiedad de un ácido se les denomina ácidas.

Una base es, en primera aproximación (según Arrhenius), cualquier sustancia que en
disolución acuosa aporta iones OH− al medio. Un ejemplo claro es el hidróxido potásico, de
fórmula KOH:

KOH → OH− + K+ (en disolución acuosa)

Los conceptos de base y ácido son contrapuestos. Para medir la basicidad de un medio
acuoso se utiliza el concepto de pOH, que se complementa con el de pH, de forma tal que
pH + pOH = pKw, (pKw en CNPT es igual a 10−14). Por este motivo, está generalizado el
uso de pH tanto para ácidos como para bases

Factores que influyen en el equilibrio químico. Principio


de Le Chatelier

El Principio de Le Chatelier se puede enunciar de la siguiente manera: Si en un


sistema en equilibrio se modifica algún factor (presión, temperatura,
concentración,..) el sistema evoluciona en el sentido que tienda a oponerse
a dicha modificación.

Cuando algún factor que afecte al equilibrio varía, éste se altera al menos
momentáneamente. Entonces el sistema comienza a reaccionar hasta que se
reestablece el equilibrio, pero las condiciones de este nuevo estado de
equilibrio son distintas a las condiciones del equilibrio inicial. Se dice que el
equilibrio se desplaza hacia la derecha (si aumenta la contentración de los
productos y disminuye la de los reactivos con respecto al equilibrio inicial), o
hacia la izquierda (si aumenta la concentración de los reactivos y disminuye la
de los productos).

Basándonos en el Principio de Le Chatelier, vamos a ver los efectos que


producen distintos factores externos sobre un sistema en equilibrio.

Cambios en la temperatura

Si en una reacción exotérmica aumentamos la temperatura cuando se haya


alcanzado el equilibrio químico, la reacción dejará de estar en equilibrio y
tendrá lugar un desplazamiento del equilibrio hacia la izquierda (en el sentido
en el que se absorbe calor). Es decir, parte de los productos de reacción se van
a transformar en reactivos hasta que se alcance de nuevo el equilibrio químico.

Si la reacción es endotérmica ocurrirá lo contrario.

Adición o eliminación de un reactivo o producto

Consideremos el siguiente equilibrio químico:

CO(g) + Cl2(g)  COCl2(g)

para el que, a una cierta temperatura, se tiene:

Si se añade más cloro al sistema, inmediatamente después de la adición


tenemos:

[Cl2]>[Cl2]eq1 [CO]=[CO]eq1 [COCl2]=[COCl2]eq1

Entonces:
Por tanto, el sistema no se encuentra en equilibrio. Para restablecer el
equilibrio debe aumentar el numerador y disminuir el denominador. Es decir, el
sistema debe de evolucionar hacia la formación del COCl 2 (hacia la derecha).

Si disminuimos las concentraciones de CO, de Cl2 o de ambas, el equilibrio se


desplaza hacia la izquierda, ya que tiene que disminuir el numerador.

Un aumento de la concentración de os reactivos, o una disminución de los


productos hace que la reacción se desplace hacia la derecha. En cambio, una
disminución de la concentración de los reactivos, o un aumento de la
concentración de los productos, hacen que la reacción se desplace hacia la
izquierda.

Efecto de cambios en la presión y el volumen

Las variaciones de presión sólo afectan a los equilibrios en los que intervienen
algún gas y cuando hay variaciones de volumen en la reacción.

En la reacción de formación del amoniaco, hay cuatro moles en el primer


miembro y dos en el segundo; por tanto, hay una disminución de volumen de
izquierda a derecha:

N2 (g) + 3 H2 (g)  2 NH3 (g)

Si disminuimos el volumen del sistema el efecto inmediato es el aumento de la


concentración de las especies gaseosas y , por tanto, de la presión en el
recipiente. Dicho aumento se compensa parcialmente si parte del N 2 y del H2 se
combinan dando NH3, pues así se reduce el número total de moles gaseosos y,
consecuentemente, la presión total. El equilibrio se desplaza hacia la derecha.

Si aumentamos el volumen ocurrirá todo lo contrario.

Efecto de un catalizador
Los catalizadores son sustancias que aceleran las reacciones químicas. No
afectaran al equilibrio químico ya que aceleran la reacción directa e inversa por
igual. El único efecto es hacer que el equilibrio se alcanca más rapidamente.

Para otros usos de este término, véase Tampón.

Un tampón o buffer es una o varias sustancias químicas que afectan a la concentración de


los iones de hidrógeno (o hidronios) en el agua. Siendo que pH no significa otra cosa que
potencial de hidrogeniones (o peso de hidrógeno), un buffer (o "amortiguador") lo que hace
es regular el pH.

Cuando un buffer es añadido al agua, el primer cambio que se produce es que el pH del
agua se vuelve constante. De esta manera, ácidos o bases (álcalis = bases) adicionales no
podrán tener efecto alguno sobre el agua, ya que esta siempre se estabilizará de inmediato.

Soluciones amortiguadoras [editar]


Las soluciones amortiguadoras, también conocidas como buffer o tampón, son disoluciones
que por el agregado de cantidades moderadas de ácidos o bases fuertes mantienen
prácticamente constante el pH

También se dice que una solución es amortiguadora, reguladora o tampón si la


concentración de protones H+, es decir el pH de una solución no se ve afectada
significativamente por la adición de pequeñas cantidades o volúmenes de ácidos y bases.

Composición [editar]
Los buffers consisten en sales hidrolíticamente activas que se disuelven en el agua. Los
iones de estas sales se combinan con ácidos y álcalis.

Un ácido buffer reacciona cuando un ácido débil o base débil se combina con su
correspondiente sal hidrolítica en una solución de agua, se forma un sistema amortiguador
denominado buffer.

No siempre un sistema apropiado, porque los iones de algunas sales hidrolíticas pueden,
por ejemplo, dañar a los organismos que entran en contacto con él.

Por otra parte, cada sistema buffer tiene su propio rango efectivo de pH.

Cálculo del pH de disoluciones tampón [editar]


Frecuentemente se utiliza la ecuación de Henderson-Hasselbalch para el cálculo del pH en
soluciones reguladoras. Sin embargo, debe aclararse que esta ecuación no es aplicable en
todos los casos, ya que para su deducción se realiza una serie de suposiciones. Esta
ecuación suele proporcionar resultados incorrectos cuando las concentraciones del ácido y
su base conjugada (o de la base y su ácido conjugado) son bajas.

La hidrólisis es una reacción química entre agua y otra sustancia, como sales. Al ser
disueltas en agua, sus iones constituyentes se combinan con los iones hidronio u oxonio,
H3O+ o bien con los iones hidroxilo, OH-, o ambos. Dichos iones proceden de la disociación
o autoprotólisis del agua. Esto produce un desplazamiento del equilibrio de disociación del
agua y como consecuencia se modifica el valor del pH.

Las sales de los ácidos débiles o bases débiles se hidrolizan por acción del agua,
dependiendo, el grado de la reacción, de la debilidad del ácido o de la débilidad de la base.
Es decir, cuanto más débil sea el ácido o la base, mayor es la hidrólisis.

La valoración o titulación es un método corriente de análisis químico cuantitativo en el


laboratorio, que se utiliza para determinar la concentración desconocida de un reactivo
conocido. Debido a que las medidas de volumen juegan un papel fundamental en las
titulaciones, se le conoce también como análisis volumétrico. Un reactivo llamado
“valorante” o “titulador”, de volumen y concentración conocida (una solución estándar o
solución patrón) se utiliza para que reaccione con una solución del analito, de
concentración desconocida. Utilizando una bureta calibrada para añadir el valorante es
posible determinar la cantidad exacta que se ha consumido cuando se alcanza el punto final.
El punto final es el punto en el que finaliza la valoración, y se determina mediante el uso de
un indicador (ver más adelante). Idealmente es el mismo volumen que en el punto de
equivalencia—el número de moles de valorante añadido es igual al número de moles de
analito, algún múltiplo del mismo (como en los ácidos polipróticos. En la valoración clásica
ácido fuerte-base fuerte, el punto final de la valoración es el punto en el que el pH del
reactante es exactamente 7, y a menudo la solución cambia en este momento de color de
forma permanente debido a un indicador. Sin embargo, existen muchos tipos diferentes de
valoraciones (ver más adelante). Pueden usarse muchos métodos para indicar el punto final
de una reacción: a menudo se usan indicadores visuales (cambian de color). En una
titulación o valoración ácido-base simple, puede usarse un indicador de pH, como la
fenolftaleína, que es normalmente incolora pero adquiere color rosa cuando el pH es igual o
mayor que 8,2. Otro ejemplo es el naranja de metilo, de color rojo con en medio ácido y
amarillo en disoluciones básicas. No todas las titulaciones requieren un indicador. En
algunos casos, o bien los reactivos o los productos son fuertemente coloreados y pueden
servir como "indicador". Por ejemplo, una titulación o valoración redox que utiliza
permanganato de potasio como disolución estándar (rosa/violeta) no requiere indicador
porque sufre un cambio de color fácil de detectar pues queda incolora al reducirse el
permanganato. Después del punto de equivalencia, hay un exceso de la disolución titulante
(permanganato) y persiste un color rosado débil que no desaparece.
Bureta de Mohr

Debido a la naturaleza logarítmica de la curva de pH, las transiciones en el punto final son
muy rápidas; y entonces, una simple gota puede cambiar el pH de modo muy significativo y
provocar un cambio de color en el indicador. Hay una ligera diferencia entre el cambio de
color del indicador y el punto de equivalencia de la titulación o valoración. Este error se
denomina error del indicador. Por este motivo es aconsejable efectuar determinaciones en
blanco con el indicador y restarle el resultado al volumen gastado en la valoración.

Una incrustación es la acción y el efecto de cubrirse una roca, un animal, o un vegetal, con
una costra de sustancia mineral abandonada por el agua que la contiene en disolución. Las
incrustaciones más frecuentes son las de naturaleza calcárea. Una vez saturada de gas
carbónico, el agua puede disolver una cantidad de carbonato de calcio equivalente a 0,000.9
de su masa. Esa sal se convierte en carbonato que, en razón de su inestabilidad química, se
disocia: el gas carbónico se desprende y el carbonato de calcio queda depositado en las
superficies sobre las cuales discurre el agua. Así, los objetos mojados acaban por
desaparecer bajo una costra calcárea cada vez más espesa.

Ese mismo proceso químico es, por lo demás, el que da lugar a la formación de tobas (por
el gua que gotea sobre hierbas y musgos), de estalactitas, estalagmitas y otras concreciones
minerales.

Contenido
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 1 Incrustaciones cálcareas
 2 Tipos de formación de incrustaciones
o 2.1 Incrustación de tipo cristalino o verdaderas
o 2.2 Incrustaciones tipo depósito amorfas
o 2.3 Por depósitos de sedimentos
 3 Causales de formación de precipitados incrustantes
o 3.1 Cambios químicos
 3.1.1 La solubilidad dependiente de la temperatura

Incrustaciones cálcareas [editar]


Las incrustaciones calcáreas están asociadas a las aguas industriales, ya sea sistemas de
producción de vapor, chillers o torres de enfriamiento. La incrustación forma un depósito
muy adherente a la superficie rugosa del conducto. Los problemas asociados a estos
depósitos se traducen en la pérdida de eficiencia del sistema por pérdida de la transferencia
de calor, menor producción de vapor por unidad de tiempo, mayor consumo de insumos, y
corrosión en los equipos. Dichas incrustaciones se sitúan en cualquier parte del sistema, de
preferencia en ductos y cañerías.

Dentro de las especies químicas encontramos al calcio (Ca), magnesio (Mg), hierro(Fe)
asociados a aniones de tipo sulfatos (SO4), carbonatos (CO3) y sílices amorfas. Las
especies más adherentes y compactas son los Silicatos de Magnesio, los carbonatos y luego
los sulfatos, en ese mismo orden.

Tipos de formación de incrustaciones [editar]


La forma general de formación de una incrustación esta determinada por la temperatura,
características salinas y presión. Se han tipificado tres formas de formación de depósitos
cálcareos, esto son:

Incrustación de tipo cristalino o verdaderas [editar]

Su mecanismo de formación es de nucleación, por condiciones de supersaturación salina y


elevada presión: primero se forman núcleos iniciadores de depósito en las rugosidades de la
superficie y sus cristales preformados toman un ordenamiento concéntrico cristalino. Su
formación es lenta y continua a través del tiempo. Sus fuerzas de adherencia (Van der
Wals) son muy elevadas y como resultado se forman depósitos que solo pueden ser
removidos mecánicamente. Su densidad es muy elevada y no tiene características de
porosidad.

Incrustaciones tipo depósito amorfas [editar]


Interior de una caldera con depósitos calcáreos extensos

Este tipo de incrustación es a diferencia de la anterior mucho menos adherente, es blanda al


tacto y porosa, su nucleación es desordenada y heterogénea, puede ser removido en forma
relativamente fácil por agentes químicos. Su mecanismo de formación es la pérdida parcial
o total de la solubilidad del sólido, generalmente de sólidos suspendidos combinados con la
dureza permanente del agua. También existe la posibilidad de que el lodo se forme a causa
de agentes dispersantes.

Por depósitos de sedimentos [editar]

Sedimentos provenientes de los sólidos suspendidos del agua de trabajo van lentamente
provocando obturaciones en el sistema; son verdaderas borras amorfas con muy poca
adhesión y removibles con productos dispersantes.

Causales de formación de precipitados incrustantes [editar]


Cambios químicos [editar]

La pérdida de solubilidad de una especie química está relacionada por efectos del calor y
presión del sistema. La especie química soluble a una determinada temperatura precipita o
co-precipita cuando se alcanza una determinada temperatura. Ésta pérdida de solubilidad
está asociada a la constante de solubilidad de cada especie en particular.

La solubilidad dependiente de la temperatura [editar]

Es común que una sal aumente su grado de disolución cuando aumenta la temperatura
siendo esta una propiedad coligativa de una solución, sin embargo, las sales de Ca, Mg, Fe
y Si actúan en forma inversa, es decir, disminuyen su solubilidad y precipitan, la
temperatura crítica es alrededor de 75-80°C (dependiendo de la presión atmosférica). Estas
sales comúnmente encontradas en agua corriente constituyen la llamada dureza temporal
del agua.

Las sales que no precipitan con la temperatura se les denomina dureza permanente, estas
son silicatos, sulfatos de calcio y magnesio, elementos trazas y cloruros.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Incrustaci%C3%B3n"

Se denomina corrosión al proceso de destrucción de los metales y sus aleaciones, provocado por la
acción química o electroquímica.
La corrosión causa un enorme daño a la economía de los países. Esto se manifiesta en la pérdida
irreversibles anualmente de millones de toneladas de metales. Por ejemplo, a causa de la
corrosión se pierde cerca del 10% de todo el metal ferroso producido.
En una serie de industrias, aparte de las pérdidas, los óxidos de los metales formados como
resultado de la corrosión, impurifican los productos. Para evitarlo se generan gastos adicionales,
especialmente en la industria alimenticia y en la fabricación de reactivos químicamente puros etc.

Naturaleza de la corrosión
La corrosión se subdivide en:

1. Química.
2. Electroquímica.

Corrosión química.
Por corrosión química se entiende la destrucción del metal u otro material por la acción de gases o
líquidos no electrolíticos (gasolina, aceites etc.).
Un ejemplo típico de corrosión química es la oxidación química de metales a altas temperaturas.
En la corrosión química, sobre la superficie del metal se forma una película de óxidos. La solidez de
esta película es diferente para los diferentes metales y aleaciones. En las aleaciones de hierro con
carbono, la película de óxidos es débil, se destruye con facilidad y la oxidación continua
realizándose hacia el interior de la pieza.
En otros metales y aleaciones las películas de óxido son muy resistentes. Por ejemplo, al oxidarse
el aluminio, sobre su superficie se origina una película firme de óxidos que protege el metal contra
la oxidación ulterior.

Corrosión electroquímica.
Se denominan así a los procesos que se desarrollan por acción de electrólitos sobre el metal.
Los procesos electrolíticos pueden ser muy complejos en dependencia de la naturaleza del metal y
del electrólito, pero en general corresponden a una reacción de oxidación -reducción, en la que el
metal sufre un proceso de oxidación y  se destruye (se disuelve). Al mismo tiempo el hidrógeno
presente en la solución acuosa se reduce y se desprende oxígeno elemental de la disolución que
corroe adicionalmente el metal.
Las aguas naturales que contienen sales, el aire húmedo, las soluciones ácidas, de álcalis o salinas
son los electrólitos mas comunes con los que entran en contacto los metales en la práctica.
La tendencia de los metales a ceder a la disolución sus iones, se llama presión de disolución. Cada
metal tiene su propia presión de disolución. A consecuencia de esto, si se colocan diferentes
metales dentro de un mismo electrólito, cada uno adquiere diferente potencial eléctrico y forman
pares galvánicos.
En estos pares el metal  con potencial mas bajo (mayor presión de disolución), pasa a ser el ;
ánodo y se destruye, es decir se oxida o pasa a la disolución. El segundo metal con potencial mayor
actúa como cátodo y no se disuelve.
Con esto se explican los procesos que se desarrollan durante la corrosión electroquímica de los
metales técnicos (aleaciones). Al sumergir tal metal en el electrolítico, sus diferentes partes
adquieren diferentes potenciales y como en el interior del metal estos componentes están en
corto circuito, entonces este sistema se puede considerar como un conjunto de múltiple pares
galvánicos conectados
La destrucción del metal comienza desde la superficie del sistema metal-medio y se propaga
paulatinamente dentro del metal.

Tipos de corrosión
Las destrucciones por corrosión puede dividirse en los siguientes tipos principales:

1. Corrosión uniforme.
2. Corrosión local.
3. Corrosión intercristalina.

Corrosión uniforme.
El metal se destruye en forma uniforme por toda la superficie. Este tipo de corrosión se observa
con mas frecuencia en metales puros y en aleaciones del tipo de solución solida homogéneas,
dentro de medios muy agresivos, que impiden la formación de la película protectoras.

Corrosión local.
En este caso, la destrucción se produce en algunas regiones de la superficie del metal. La corrosión
local aparece como resultado de la rotura de la capa de protección de óxidos u otra; de los puntos
afectados la corrosión se propaga al interior del metal. Este tipo de corrosión es mas común en
aleaciones de múltiples componentes. Los defectos de la superficie (rasguños, rebabas etc.)
favorecen el desarrollo de la corrosión local.

Corrosión intercristalina.
Se trata de la destrucción del metal o la aleación a lo largo de los límites de los granos. La
corrosión se propaga a gran profundidad sin ocasionar cambios notables en la superficie y por eso
puede ser causa de grandes e imprevistas averías.

Postprecipitación: Es el proceso mediante el cual


se deposita una impureza despues de que la analito
se precipitó.

Coprecipitación: Es el proceso mediante el cual


una sustancia, que en condiciones normales es
soluble, es arrastrada durante la precipitación de la
sustancia deseada.

Hidrólisis: Es una reacción ácido-base de un anion


o un cation con el agua

Indicador ácido-base: Un indicador visual ácido-


base es una base o un ácido orgánico presenta
colores diferentes cuando está en forma molecular
y en forma iórn~

Indicador redox. Es una sustancia que presenta


diferentes colores en sus formas oxidada y
reducida.

Indicador: Es una sustancia quimica que presenta


diferente coloración en presencia de un exceso de
analito o de titulante.

Principio de LeChátelier: Es un principio que establece que, si se aplica una fuerza a un


sistema en equilibrio, el equilibrio se desplaza en la dirección que tienda a reducir la
fuerza

Reprecipitación: Es el disolver un precipitado para


precipitarlo de nuevo y minimizar la coprecipitación.

Sobresaturación relativa: Es la relación entre la


concentración excesiva de una sustancia y su
solubilidad en el equilibrio.

Solución amortiguadora o buffer: Es una solución


que contiene un par ácido-base conj gado. Esta
solución resiste grandes cambios en el pR cuando
se le adicion iones H30+ o OH y cuando se diluye.

Solvente anfiprótico: Es un solvente que posee


propiedades ácidas y sicas.

Solvente aprótico: Es un solvente que no es


apreciablemente ácido ni básico.

Sustancia anfotérica: Es una molécula que puede


actuar en dos formas: como ácido

Titulación por desplazamiento: Es una titulacion


en la cual un ion metalico p el que no hay un
indicador disponible desplaza a un metal como el
magnesio su complejo relativamente débil con el
AEDT El magnesio luego se titula solución estándar
de AEDT.

Titulación potenciométrica. Es una titulación en


donde se determina el punto final midiendo la fem
de una celda galvánica.
Titulante: Es el reactivo (una solución estándar)
que se adiciona con una bureta para que reaccione
con la analito.

El punto de equivalencia o punto estequiométrico, de una reacción química se produce


durante una valoración química cuando la cantidad de sustancia valorante agregada es
equivalente estequiométricamente a la cantidad presente del analito o sustancia a analizar
en la muestra, es decir reacciona exactamente con ella. En algunos casos, existen múltiples
puntos de equivalencia que son múltiplos del primer punto de equivalencia, como sucede en
la valoración de un ácido diprótico. Un gráfico o curva de valoración muestra un punto de
inflexión en el punto de equivalencia. Un hecho sorprendente sobre la equivalencia es que
en una reacción se conserva la equivalencia de los reactivos, así como la de los productos.

El punto final (similar, pero no idéntico que el punto de equivalencia) se refiere al punto en
que el indicador cambia de color en una valoración de colorimetría. La diferencia entre
ambos se llama error de valoración y debe ser lo más pequeña posible.

Métodos para determinar el punto de equivalencia [editar]


Se conocen diferentes métodos para determinar el punto de equivalencia de una valoración:

Disolución con unas gotas de eriocromo, antes y después de alcanzar el punto final.
Indicadores químicos
Son sustancias que cambian de color en respuesta a un cambio químico. Un
indicador ácido-base o indicador de pH (por ejemplo, fenolftaleína) cambia de color
dependiendo del pH del medio, y así señalan el punto final o punto de equivalencia
de una volumetría ácido-base. Los indicadores redox también son utilizados con
frecuencia para detectar el final de una valoración redox. Al principio, se añaden
unas gotas de disolución del indicador a la sustancia a valorar. Cuando se produce el
cambio de color, se ha llegado al punto final, una buena aproximación del punto de
equivalencia.
Cambio de color (autoindicadores)
A veces una de las sustancias que intervienen en la valoración sufre un cambio de
color que sirve para saber cuando ha concluido el proceso de titulación. Estas
sustancias reciben el nombre de autoindicadores. En estas reacciones, por tanto, no
hace falta agregar ningún indicador químico. Esto es frecuente en valoraciones
redox, por ejemplo, cuando los diferentes estados de oxidación del producto y del
reactivo poseen diferentes colores, como es el caso del permanganato de potasio.
Potenciómetro
Un potenciómetro también puede ser utilizado para detectar el punto de
equivalencia. Es un instrumento que mide el potencial eléctrico de un electrodo
sumergido en la disolución. Se utilizan para valoraciones basadas en una reacción
redox, pues el potencial del electrodo de trabajo va a cambiar muy rápidamente
cuando se alcanza el punto de equivalencia.

Modelo de pH-metro.
pH-metro
Este instrumento es un potenciómetro que utiliza un electrodo cuyo potencial
depende de la cantidad de iones H3O+ en la disolución. Este es un ejemplo de un
electrodo selectivo de iones. Esto permite que sea posible medir el pH de la
disolución a medir durante toda la valoración o titulación. En el punto de
equivalencia, habrá un cambio importante y repentino del pH medido. Puede ser
más preciso que el método del indicador químico, y es muy fácil de automatizar.

Curva de valoración de un ácido diprótico, ácido succínico, mostrando el valor de pH y la


abundancia relativa de las diferentes especies químicas.
Conductancia
La conductividad de una disolución depende de los iones que están presentes en
ella. Durante muchas valoraciones, la conductividad cambia de manera
significativa. Por ejemplo, durante una valoración ácido-base, los iones H3O+ y los
iones OH- reaccionan para formar agua neutra, H2O. Esto cambia la conductividad
de la disolución. La conductancia total de la disolución depende también de los
otros iones presentes en la disolución, como los contraiones. No todos los iones
contribuyen de igual manera a la conductividad, ésta también depende de la
movilidad específica de cada ión particular y de la actividad o concentración total
de iones (fuerza iónica). Por lo tanto, predecir el cambio en la conductividad es más
difícil que medirlo.
Precipitación
Si un producto de una reacción en disolución es un sólido, entonces se forma un
precipitado durante la valoración. Un ejemplo clásico es la reacción entre los iones
Ag+ y Cl- para formar una sal muy poco soluble, el cloruro de plata, AgCl.
Sorprendentemente, esto normalmente hace que sea difícil determinar el punto final
con precisión. Como consecuencia, las valoraciones de precipitación a menudo
tienen que hacerse como valoraciones inversas o retrovaloraciones. Se emplean
técnicas electroanalíticas, o electrométricas, o métodos específicos como el método
de Fajans, método de Mohr o método de Volhard.
Calorimetría isotérmica
Un calorímetro de valoración isotérmica utiliza el calor producido o consumido por
la reacción para determinar el punto de equivalencia. Esto es importante en las
valoraciones bioquímicas, tales como la determinación de la manera en la que los
sustratos se unen a las enzimas. Se emplea sobre todo para la determinación de
parémetros termoquímicos como la entalpía de reacción.

Señal que muestra un descenso de temperatura, primera derivada y segunda derivada.


Volumetría termométrica
La volumetría termométrica es una técnica extremadamente versátil. Se diferencia
de la volumetría calorimétrica por el hecho de que el calor de la reacción (como se
indica por el aumento o caída de temperatura) no se utiliza para determinar la
cantidad de analito en la disolución de la muestra. En vez de eso, el punto de
equivalencia se determina por la tasa de cambio de temperatura. Debido a que la
volumetría termométrica es una técnica relativa, no es necesario llevar a cabo la
valoración en condiciones isotérmicas, y las valoraciones pueden realizarse en
recipientes de plástico o incluso en vasos de vidrio, aunque generalmente estarán
cerrados para evitar corrientes de aire que puedan causar "ruido" y alterar el punto
final. Debido a que las valoraciones termométricas pueden llevarse a cabo en
condiciones ambientales, se adaptan especialmente bien a los procesos rutinarios y
de control de calidad en la industria. Dependiendo de si la reacción entre la
sustancia valorante y el analito es exotérmica o endotérmica, la temperatura o
aumenta o disminuye durante la valoración. Cuando todo el analito se ha consumido
reaccionando con la sustancia valorante, un cambio en la tasa de aumento o
disminución de la temperatura revela el punto de equivalencia y se observa una
inflexión en la curva de temperatura. El punto de equivalencia pueden ser localizado
con precisión mediante el empleo de la derivada segunda de la curva de
temperatura. El software utilizado en los modernos sistemas automatizados de
titulación termométrica emplean sofisticados algoritmos de suavizado digital de
manera que el "ruido" resultante de las sondas de temperatura de alta sensibilidad
no interfiere con la generación de un pico suave y simétrico en la segunda derivada
que define el punto final. La técnica es capaz de alcanzar una precisión muy alta, y
son comunes los coeficientes de variación inferiores a 0,1. Las modernas sondas de
temperatura para valoración termométrica contienen un termistor que forma un
brazo de un puente de Wheatstone. Junto a la electrónica de alta resolución, los
mejores sistemas de titulación termométrica pueden llegar a resoluciones de
temperatura de hasta 10-5 K. Se han obtenido puntos de equivalencia muy precisos
en titulaciones con un cambio de temperatura de tan sólo 0,001 K. La técnica puede
aplicarse a prácticamente cualquier reacción química en fase líquida cuando haya un
cambio de entalpía, si bien la cinética de reacción puede desempeñar un papel en la
determinación de la agudeza de la variable. Las volumetrías termométricas han sido
aplicadas con éxito en valoraciones ácido-base, redox, de precipitación, y de
formación de complejos con EDTA. Ejemplos de valoraciones de precipitación son
la determinación de sulfato por valoración con iones bario, la valoración de fosfato
con iones magnesio en solución amoniacal, la titulación de cloruros con nitrato de
plata, la de níquel por valoración con dimetilglioxima y el análisis de fluoruros con
iones aluminio (en forma de K2NaAlF6). Debido a que la sonda de temperatura no
necesita estar conectada eléctricamente con la disolución (como en las titulaciones
potenciométricas), las valoraciones en disoluciones no-acuosas pueden llevarse a
cabo tan fácilmente como en disolución acuosa. Las soluciones que están muy
coloreadas o turbias pueden ser analizadas por termometría de la muestra sin ningún
tratamiento adicional. La sonda está esencialmente libre de mantenimiento. El uso
de las modernas buretas de alta precisión, conducidas por motores paso a paso,
automatiza las valoraciones termométricas hasta completarlas habitualmente en
unos pocos minutos, haciendo de esta técnica una elección ideal cuando se requiere
alta productividad en el laboratorio.
Espectroscopia
La espectroscopia se puede utilizar para medir la absorción de luz por la disolución
durante la valoración y sus variaciones, si se conoce el espectro de absorción del
reactivo, sustancia valorante o producto. Las cantidades relativas de reactivos y de
productos se pueden utilizar para determinar el punto de equivalencia.
Alternativamente, la presencia de sustancia valorante libre o sobrante (que indica
que la reacción se ha completado) se puede detectar en niveles muy bajos.
Nefelómetro.
Amperometría
La amperometría se puede ser utilizar como una técnica de detección (valoración
amperométrica). La corriente eléctrica producida por la oxidación o la reducción de
cualquiera de los reactivos o productos en un electrodo de trabajo dependerá de la
concentración de esta especie en la disolución. El punto de equivalencia puede ser
detectado como un cambio en dicha corriente. Este método es muy útil cuando el
exceso de sustancia valorante se puede reducir, como en la valoración de
halogenuros con el ión Ag+. Esto también resulta útil porque no tiene en cuenta la
presencia de precipitados.
Medidas de dispersión de la luz (nefelometría y turbidimetría)
Midiendo la transparencia o turbidez de una disolución o suspensión durante una
valoración se puede conocer el punto final de la misma. La cantidad de luz
transmitida se cuantifica con un espectrofotómetro o se estima mediante
comparación visual con disoluciones de turbidez conocida. En la nefelometría se
mide la luz dispersada en dirección perpendicular al rayo incidente, y en la
turbidimetría se mide la luz transmitida en la dirección del rayo. La formación de
precipitados o la disolución de partículas en suspensión modifican las propiedades
ópticas de las disoluciones. Se usa este método para la determinación de
inmunoglobulinas o transferrina.

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