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Buda
Cronologa
El Budismo
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Es creencia comn considerar que los santos llevaban una vida eremtica de
lucha y sacrificio en busca de la paz interior, y as era, efectivamente, en la
India que Buda conoci, unos quinientos aos antes de Cristo. La idea de la
purificacin a travs del sufrimiento era usual entre hombres ya maduros o
ancianos, horrorizados y confusos ante la perversidad de sus
contemporneos. Con frecuencia, abandonaban a sus familias y se
refugiaban en las montaas, cubiertos de harapos y con un cuenco de
madera como nica posesin, que usaban para mendigar comida. Antes de
convertirse en Buda, que significa "el Iluminado", Siddharta Gautama
tambin practic estas disciplinas corporales abnegadamente, pero no tard
en comprobar que eran intiles.
El nacimiento de Buda
La iluminacin
Segn todos los indicios, esto habra ocurrido en la ciudad de Gaya, cerca de
Sena. Ms tarde se llamara a esta ciudad BodhGaya, y en ella se levantara
un templo en honor de Buda. Siddharta pasaba largas horas de meditacin
a la sombra de una higuera sagrada que ms tarde sera bautizada con el
nombre de Bodhi o rbol de la Iluminacin. Segn las leyendas, Gautama
se sent un da bajo la higuera y dijo: "No me mover de aqu hasta que
sepa." El malvado dios Mara, comprendiendo la gravedad y el peligro que
encerraba tal desafo, le envi una cascada de tentaciones, la ms importante
en forma de un tro de libidinosas odaliscas que agitaron histricamente sus
vientres ante la cabeza inclinada de Siddharta; cuando ste levant sus ojos
hacia ellas, el fulgor de su mirada las convirti en torpes ancianas de
repugnante apariencia.
Predicacin de Buda
Buda continu predicando durante cuarenta y cinco aos. Visit varias veces
su ciudad natal y recorri el valle del Ganges, levantndose cada da al
amanecer y recorriendo entre veinticinco y treinta kilmetros por jornada,
enseando generosamente a todos los hombres sin esperar recompensa ni
distincin alguna. No era un agitador y jams fue molestado ni por los
brahmanes, a los que se opona, ni por gobernante alguno. Las gentes,
atradas por su fama y persuadidas de su santidad, salan a recibirle, se
agolpaban a su paso y sembraban su camino de flores.
El atentado de Devadatta