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impersonalidad
que no se debera confundir en ningn momento con la objetividad castra-dora del novelista
realista
ese punto en el cual slo el lenguaje acta, performa,* y noyo. toda la potica de
Mallarm consiste en suprimir al autor en beneficio de la escritura(lo cual, como se ver, es
devolver su sitio al lector). Valry, completamente enmaraado enuna psicologa del Yo,
edulcor mucho la teora de Mallarm, pero, al remitir por amor alclasicismo, a las
lecciones de la retrica, no dej de someter al Autor a la duda y la irrisin,acentu la
naturaleza lingstica y como azarosa de su actividad, y reivindic a lo largo desus libros
en prosa la condicin esencialmente verbal de la literatura, frente a la cualcualquier recurso a la
interioridad del escritor le pareca pura supersticin. El mismo Proust,a pesar del carcter
aparentemente psicolgico de lo que se suele llamar sus anlisis, seimpuso claramente
como tarea el emborronar inexorablemente, gracias a una extremadasutilizacin, la relacin
entre el escritor y sus personajes: al convertir al narrador no en elque ha visto y sentido, ni
siquiera el que est escribiendo, sino en el que va a escribir (el joven de la novela
ilusoria, por otra parte, ya que un cdigo no puede ser destruido, tanslo es posible
burlarlo
el texto, a partir deentonces, se produce y se lee de tal manera que el autor se ausenta de l
a todos losniveles). Para empezar, el tiempo ya no es el mismo. Cuando se cree en el Autor, ste
seconcibe siempre como el pasado de su propio libro: el libro y el autor se sitan por s
mismos