San Martin y O'Higgins después de la batalla de Maipé (5 de abril de En la Catedral de Buenos Aires descan
1818). Detalle de una litografia coloreada de Teodoro Gericault, re- san los restos de! Padre de la Patria
alizada en el afo 1818.
Ricardo Rojas refiere que cierta leyenda ha-
bia comenzado a formarse sobre las reunio
nes que San Martin tenia con sus oficiales
y que aquel cuartel era taller, escuela, pa
lestra y templo. “Cuando se retinen a comer,
San Martin y los suyo8 son como caballeros
de la Tabla Redonda. Se discurre con jovia-
lidad, aunque sin chacota, que él no la con:
siente: el coronel es hombre amable pero
digno. Refiere alguna vez anécdotas de la
guerra napolednica y del alzamiento espa-
fiol, que los ne6fitos oyen con veneracién y
avidez. Son todos jévenes, y sienten la im
paciencia de algo ‘anélogo.”
Ariba: Chile usade por ol general San Matin
campefa libertadora. Der Daguerrotipe de!
Unertedor que foo roatsode on Paris co ote 1840,
cuando el ilustre habia cum
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