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2- Modelo de Socialización:
Éste Modelo se presenta por lo general cuando las Sociedades se hacen más
plurales (diversificada) y complejas; por lo tanto el modelo de valores absolutos
entra en crisis.
La toma de decisiones no son en base a instancias Externas al sujeto, sino que
cada persona toma decisiones en situaciones conflictivas basado en una
escala de valores propia en función a criterios subjetivos.
En éste modelo no hay espacio para ningún elemento o criterio que permita
establecer la bondad o maldad de acciones (todo es subjetivo). La manera de
enfrentar un conflicto de valores es apelando a la autonomía del sujeto, según
una concepción Individualista en la que nadie tiene derecho a valorar la vida de
los demás, ni los tienen en cuenta para tomar decisiones.
Desde éste punto de vista, la Educación Moral está muy limitada ya que no
tiene ningún contenido específico que enseñar ni valores concretos que
transmitir, el único aprendizaje a llevar a cabo es aquel que permita u oriente al
alumno a un proceso de reflexión interior que le permita conocer sus propios
valores y le sirvan como guía de conducta ante situaciones de conflicto.
La pedagogía utilizada en éste método se basa en el Reconocimiento de los
propios valores. Consiste en estimular a los alumnos a reconocer sus valores y
puedan sentirse responsables y comprometidos con ellos. Para lograrlo el
educador deberá brindar programas y experiencias que favorezcan el
AUTOCONOCIMIENTO, LA REFLEXIÓN, LA PRÁCTICA ACTIVA Y
CONSCIENTE en torno a valores morales. Así el educador evitará el
adoctrinamiento, la inculcación, el convencimiento, etc, pedagogías propias de
otros Modelos.
El educador no enseñará ninguna escala de valores concretos, pero sí valorará
el hecho de poseerlo y animará a los alumnos a que descubran y construyan
autónomamente los valores propios.
Raths; Harmin y Simon elaboraron una propuesta pedagógica de clarificación
de valores. Ésta se basa en que los valores se transforman y maduran en
función de las experiencias que continuamente vive cada persona. Las etapas
son: Selección, Estimación y Actuación. (Cuadro de etapas en anexo). Cuando
el individuo ha pasado por éstas etapas puede decirse que el valor
determinado (o el valor en cuestión) ha arraigado en su interior.
Kohlberg considera que el desarrollo moral de una persona pasa por tres
grandes niveles —el Preconvencional, el Convencional y el Postconvencional—
cada uno de ellos contiene dos estadios o etapas. En total seis estadios de
madurez creciente y con razonamientos morales diferentes.
En este estadio, las expectativas de los que nos rodean, ocupan el puesto del
miedo al castigo y de los propios intereses. Nos mueve el deseo de agradar, de
ser aceptados y queridos. Hacer lo correcto significa cumplir las expectativas
de las personas próximas a uno mismo. Es un estadio que se da en la
adolescencia pero son muchos los adultos que se quedan en él. Son personas
que quieren hacerse querer o amar, pero que se dejan llevar por otras cosas:
los valores del grupo, las modas, lo que dicen los medios de comunicación.
Se toma conciencia que hay principios éticos universales que se han de seguir
y tienen prioridad sobre las obligaciones legales e institucionales
convencionales. Se obra con arreglo a estos principios porque, como ser
racional, se ha captado la validez y se siente comprometido a seguirlos. En
este estadio impera la regla de oro de la moralidad: "hacer al otro lo que quiero
para mí". Y se tiene el coraje de enfrentarse a las leyes que atentan a los
principios éticos universales como el de la dignidad humana o el de la igualdad.
Es el estadio moral supremo, el de Gandhi, de Martin Luther King y el de todas
las personas que viven profundamente la moralidad.
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