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Kamei Katsuichiro: Retrato ideal del Japén det siglo XX 431 173 Retrato ideal del Japén del siglo xx (1954) Kamei Katsuichiro Kamei Katsuichiro (1907-1966) ue un inflsyentecrltico y escritorjaponés. Nacido en Holtaido, estudié literatura en la Universidad de Tokyo, En si ju- ventud pertenecié a un grupo de radicales de izquierda criticas de la culnira Jeponesa, pero progresivamente fire encontrando la inspiracién intelectual en {as primeras épocas de ta cultura de Japén, sobre todo en el budismo, Sus os. gritos fueron adquiriendo un carécter mas personal y roméntico. En 1951 rect. 116 el Premio Yomiuri de Literatura. Su obra mds famosa es Literatura y Fe. En 1954 Kamei publica Retrato ideal del Japén del siglo xx, donde mostra: ba su oposicién al proceso de occidentalizacién de Japin. En esta obra defien, de el regreso alos valores y las creencias japoneses tradicionales y el ronacer de las ideas panasidticas, fa unién de los patses y las culturas de Asa Regreso a Oriente Uno de los problemas que han arrastrado los ja- oneses desde la Era Meiji ha sido la necesidad de examinar el lugar de Japén en Asia y nucs- tro destino especial como asidticos. Como to- dos sabemos, Japén fue el primer pafs de Asia que se “moderniz6”, pero no esté claro todavia Qué significé esta modemizacién para Asia, También cabe preguntarse si el Pensamiento ssidtico, que posce fuertes tradiciones a pesar del continuo sabor a derrota y de un sentimien- ‘ode inferioridad ante la ciencia occidental, es~ 4 condenado a morir sin mas batalla, o si es ‘apaz de revivir en el siglo xx y aportar algo Que nos permita superar la crisis actual. En con- taste con el fervor con que se ha buscado la eu- Tpeizacién desde la Era Meiji, este aspecto de Muestras vidas ha sido objeto de un extraordina- "0 olvido, Creo que el abandono, 0 quiz ha- bria que lamarlo ingratitud, que los japoneses hhan mostrado hacia Asia constituye la tragedia del Japén modemo, y que desde la derrota su estudio se ha convertido en nuestra mayor res ponsabilidad, Es verdad, naturalmente, que “Asia” com- prende un drea inmensa y sin duda contiene muchos “reinos espirituales” que no me son fa- miliares. En realidad nunca he viajado por Asia y no la he visto con mis propios ojos. Lo mejor que he sido capaz de hacer ha sido imaginar qué es Asia mediante los libros que he leido. Sin embargo, el repaso de la historia de Japén me ha revelado que Asia ha alentado el espiritu de los japoneses en todas las épocas. Todos co- hocemos cémo la cultura asistica, transformada © més o menos refinada, se convirtié en parte de Ja came y la sangre de la cultura japonesa. No obstante, al igual que la mayoria de los j6- venes de los tiltimos sesenta o setenta afios, no ee Parte Vi: Mundo moderna juba que Asia fuera para nosotros algo de era necesidad. La ignorancia que tenia de ac India y mi indiferencia hacia ambas \¢ preocupaba lo més minimo y no dejaba jenlirme fascinado por Europa, Pensaba Jo primero que debiamos hacer era apren- He los conocimientos de los europeos, y Ividé de aprender de la sabiduria oriental Habia en mi actitud algo mis grave ain. Mi rancia e indifereneia hacia China e India se jodrfan haber perdonado si no hubieran si- iis que esto, pero de hecho a ellas se le su- ) un sentimiento de desprecio hacia esos 8, A partir de la derrota me convenet de jue un error fatal para nosotros haber per- Jo ese sentimiento para aleanzar ol estatus 1 prejuicio nacional bien asentado. Japon, js a que fue el primer pais de Oriente que nodemniz6” (o tal vez debido a su poder mi- modemo), empez, por los affos de la gue- uso-japonesa, a adoptar actitudes de ma superioridad hacia los pueblos de Asia. smos recordar que este sentimiento, era el 50 de la medalla de nuestro sentimiento de joridad hacia los europeos, y vino a poner- manifiesto en una especie de brutalidad Jos otros pueblos asidticos. No podemos que tendiamos a considerarlos. como ros esclavos. Cudndo y como se pervirtié tino de los japoneses como asiticos es el Joma més importante de nuestra historia prna \sia es una. El Himalaya divide, s6lo pa stacarlas, a dos poderosas civilizaciones: ina, con el comunismo de Confucio, y la con el individualismo de los Vedas, Pe- siquiera las nevadas barreras pueden in- Impir por un solo momento. esa vasta psion de amor por la Ultimo y Universal el pensamiento comin patrimonio de lus estirpes asifiticas, que les capacita lumbrar todas las grandes religiones del lo y las distingue de esos pueblos mari- el Mediterraneo y el Béltico, que aman en lo Particular y buscar los medios, no , de la vida “{El occidental comin] acostumbré a consi- derara Japén como un pueblo bérbaro mientras éste se complacia en las dulees artes de la paz. Dijo que era civilizado cuando empez6 a come- er masacres sisteméticas en los campos de ba- talla de Manchuria. Mucho se ha hablado “ltimamente del Cédigo del Samurai, el Arte de a Muerte que hace que nuestros soldados se re- gocijen en a autoinmolacién, pero apenas se ha prestado atencién alguna al Tefsmol, que tan significative es de nuestro Arte de Vida. De buen grado seguiriamos siendo bérbaros si nuestro deseo de civilizacién tuviera que basar~ se en la horripilante gloria de la guerra. De buen grado esperariamos el momento en que se preste el debido respeto a nuestro arte y a nucs- tros ideales. oo *2Qué sentido tienen esas combinaciones que muestra Europa, el hospital y el torpedo, la isin cristiana y el imperialismo, el manteni: miento de vastos armamentos como garantia de Ja paz? Estas contradieciones no existian en las antiguas civilizaciones orientales. No eran és- tos los ideales de la Restauracién japonesa, no es éste el ideal de sus reformas. La noche de Oriente, que nos habia envuelto en sus plic~ gues, ha concluido, en cambio vemos que el mundo se encuentra atin en el anochecer de la humanidad, Europa nos ha en: rs cuando descubrird las bendiciones de la paz.” Estas palabras fueron pronunciadas en tiempos de la guerra ruso-japonesa, Expresan las serias dudas y la resistencia de un oriental, ante aspects importantes de la civilizacién.eu- ropea moderna que por entonces penetraba en. Oriente, Bsta situacién no era exclusiva de Ja- pon, Protestas similares debieron de producirse en India, China y Japén, como se produjeron en Oriente, Al menos debieron de existir protestas que vinculaban a Gandhi y Tagore, Sun Yet y Lu Hsiin y Okakura; voces de sorpresa y, an ma, o de duda, o de maldicién, o de oposicion., «la conquista de Asia por parte de Europa, Deberia ser motivo del mayor pesar, a Oriente que estas protestas de personas a ticas de los siglos xix.y xX, cuya intens! Kamei Katsuichira: Retrato idea! del Japén del sigfoxx 4a Variaba de acuerdo con las caracteristicas pecu- liares de los diversos paises de Asia, nunca al. canzaran una expresién plena, sino que se desvanecieran, sin que unas alentaran a las otras. Para nosotros los japoneses, el hecho més importante es que la responsabilidad de que esas Voces enmudecieran recae sobre nosotros, La razén de la tragedia esta en nuestra moder. nizaci6n feroz y preeipitada. Con desesperados esflierzos intentamos dominar la civilizacién europea, y en el proceso de adquiritla perdimos algo muy valioso, algo que me gustaria llamar el “amor” caracteristico de Asia No podemos ignorar el hecho de que esta responsabilidad esté relacionada con la singula- ridad de nuestra transformacién racial, El pe- riodo que’va de la aparicién'de tos “barcos negros” de Perry al final del shogunado y la conclusién del acorazado Yamato fite un perio. do en el que Japon estaba cambiando con ex- traordinaria rapidez hacia “él Occidente dentro de Oriente”. En efecto, si se preguntara en que emple6 Japén sus fuerzas con mayor generosi- dad y a qué dedicé la flor mas preciada de su capacidad cientifica durante los ailos que si« Sutieron a Ja Restauracién Meiji, habria que res- Ponder que a los bareos de guerra. Este énfasis en los armamentos debié tener ciertamente sus origenes en la profunda ansiedad de nuestros abuelos que veian cémo eran colonizados, tino después de otto, los pueblos de Asia. Representaba sin dada un arranque de ener fa asombroso que se mostraba en aras de la in- dependencia y autodefensa nacional, pero quiso l'destino que para’ello ‘fiteran necesarias las materias primas del continente, Uno tiene la ensacién de que, en cuestiones de materias pri- nas y de adquisicién de mercados, Japén imita- ba de forma precipitada y a veces cruda las Politicas coloniales de las naciones europeas, Fuimos los primeros de Asia que dominamos {iS armas que la modema civilizacién europea habia utilizado para invadir ‘Asia para poner en Practica sus politicas coloniales, y dirigimos los Pintos de mira de esas armas hacia los asiéticos, modemizacién de Japén habria sido imposi- Sino hubigramos tratado a China inj mente y no nos hubiéramos alejado de ella. Jac én ha tenido la experiencia de esta contradic. cin al menos como un hecho histérico. Se ha mencionado a menudo el gran desarrollo de la uriosidad intelectual de los japoneses, pero es. ‘a virtud ha ido acompafiada de un vicio mortal n la relacién con el continente asiatico, Esta no es la tinica contradiccién. Durante ese periodo hubo unos cuantos hombres como Okakura Kakuzo que predicaban el amor por Asia, En efecto, una cosa que nos sorprende cuando leemos la historia de Japén de los ulti. ‘mos cincuenta afios es la frecuencia con que los hombres de estado empleaban la frase “para asegurar la paz de Asia”. De hecho, Ia invasion de China se’Ilevé a cabo en nombre de este principio. En medio de la llamada Guerra de Asia Mayor Occidental yo mismo creia en las palabras ‘de Okakura y por ellas aprobaba’ la guerra. ,Qué puede significar esto? ‘Todas las guerras tienen inevitablemente sug sutiles consignas que les sirven de adorno inte. lectual. Pero en mi caso la historia no acababs aqui. Como ya he dicho, habia en mi un profun- do desprecio por los otros pueblos asiéticos, un dlesdén que se habia alimentado en Japon desde los tiempos de la guerra ruso-japonesa; se po- dria decir que me habia imbuido de la mentali- dad’ del conquistador. Como cacique de Asia podia predicar el amor de:Asia con ecuanimi- dad. Y sin embargo era verdad sin duda que las Palabras de Okalkura sélo tenian sentido si Ja- én ho invadia ningsin pats asiético, Japén puso en prictica el sistema de con- quista europeo: atacar a fos otros paises con las armas en una mano y el evangelio del amor en la otra. Los buques de guerra y el cristianismo eran elementos inseparables en la conquista de Asia por parte'de Europa. Japén mataba a la gente mientras predicaba el amor de Asia y el Camino de los Dioses, iCuél fue el resultado? Japén se convirt en Occidente en el hijastro de Oriente y en con- Secuencia parece que ahora su destino es el de convertirse en el hijastro de Occidente, La cnergia intelectual que demostraron los japone- #a- ses una ver recibido el bautismo de la Europa | Parte VI; Mundo modern bina fue sin duda la maravilla de Asia, pe- puso a Japén unas condiciones extrafias. ina de ellas, como se puede imaginar, es el ado de que Japén sea una isla, No hay du- - que forma parte de Asia, pero es uma par- Special, separada del continente y, quiz, ue es asidtico, no deberia lamarse con tal bre, A veces me he sorprendido reflexio- io estas cuestiones. Naturalmente Japén 1oco es Oceidente. Si por un lado conserva nilados de forma singular los diversos siste- de pensamiento y las artes de Oriente, por tiene una curiosidad intelectual insaciable {e lleva a apropiarse de todo lo occidental. bo alguna vez un pais que escondiera tan juicindas contradicciones: impetuosidad y clo, confusién y armonia, divisién y unidad, ilo ello siempre cambiando? A veces me he sjuntado si Japén no sea tal vez. el tinico plo en ol mundo de una especie de “nacién fase experimental”. Fue el conocimiento de i nacién insular el que, en respuesta a un im- iso incesante hacia Europa, traicioné a Asia ‘muchos sentidos. ‘Al mismo tiempo (y también se podria ha- br aqui de otro resultado) Ia derrota de Japon isiond Ia independencia de las naciones de i. El largo dominio europeo de Asia se de- ibd o fixe sacudido en sus raices. Esto, junto undial, Se puede decir realmente que provoc6 1 gigantesca agitacion en la historia mundial. fobablemente, otra consecuencia mas fue ta sradoja de que el capitalismo europeo, después reptesentar su papel en Japén, fuera a encon- rir este destino en los otros paises de Asia de- ido a Japon, Huelga decir que éste perdi6 todos s que habia conseguide mediante la jyresion, Sin embargo, en ese momento surgié un fac- yportante, Por primera vez en la historia ja- ponesa moderna, Japon reunia las condiciones para poder tratar con las naciones de Asia en Hénminos de igualdad; no como conquistado- ‘ot y conquistados, sino verdaderamente en jjusldad de condiciones. Quisiera insistir en este factor, del que era responsable nuestra derrota. Aqui hay que buscar la base de la inde pendencia japonesa, y con esto me refiero a que fs fa tinica base ética de que disponemos para nuestra independencia. ‘Al inal del andlisis, el verdadero sentido de Jo que trato de examinar con el nombre de “re~ greso a Oriente” se puede decir que es el pro- Gucto de un sentido de culpa hacia Oriente. Lo {inico que nos califica para “regresar” es un sentimiento de culpa, en particular hacia China y Corea, No se trata de quién ostente el poder ‘en estos paises. Una cuestion més fundamental es el reconocimiento de la culpa por antiguas agresiones hacia los pueblos de Asia. Debemnos abandonar completamente la idea de que somos tos “lideres” de Asia. Quisiera considerar el re~ greso a Asia como una cuesti6n més ética que politica. ‘Como base para este regreso, hay que exa- minat de nuevo las tradiciones japonesas: {c6- ‘mo se ha transmitido lo que Okakura llamaba Ja herencia comin de toda la estirpe asiatica’” desde los tiempos antiguos hasta el presente, y ‘como s¢ debe legar al futuro? Hay que proce- det a examinar de nuevo el budismo, el confu- cianismo y el taoismo tal como existen en Japén, y a analizar el tipo de aprendizaje y de artes caracteristicos japoneses tal como han si- do influidos por esas ensefianzas. Quisiera Ila- ‘mar la atenci6n hacia los constantes logros que se han conseguido en los campos de la antro- pologia, la literatura japonesa, los estudios chi- hos y los budistas. Se trata de las raices del frbol en el que se ha injertado Ia cultura euro*) pea, y este reexamen es esencial ‘si queremos descubrir la “individualidad” del Japon moder- no que otorga un caricter original a todo nues= tro pensamiento. ‘Al mismo tiempo, nunca como hoy: ha existido mayor necesidad de un intercambio intelectual entre los paises de Asia. Se ban ink ‘ciado algunos intercambios con India, aund¥™ pequeiios, pero Japén debe buscar en toda Kala oportunidades de descubrir cudles so" #5 posibilidades del “espiritu oriental”. Por mucho tiempo que cueste, creo que babria que haces de Kamel Katsuichiro: Retrato ideal de! Japén del siglo xx Ja profundizacién en los intercambios intelec- tuales una politica bésica. Y evidentemente un objetivo prioritario debe ser el descubrimiento de una posibilidad de asociacién espiritual co- min en Oriente. Este es el requisito previo para Ja construccién de una nueva imagen de los asiiticos, En Asia existen ol budismo, ol islamismo el cristianismo, ef comunismo. También sigue siendo fuerte la influencia de Europa. De mo- do que hay varios sistemas de pensamiento, pero se sustentan en una cualidad tipicamente asidtica y existe una cortiente de pensamiento incuestionable en la que todos se unen Cuestionario 1. «Considera Kamei que Japén forma parte de Asia? 436 mediante un proceso de “asianizacién”, Esto e3 lo que debemos buscar, Pero en esta bis- queda hemos de liberamos de todas las ideas infantiles, como ese esquematismo simplista anteriormente en boga, segin el cual Orien- te representaba el espiritu y Occidente, lo material. En efecto, el regreso a Oriente no debe ir acompaiiado de prejuicios dirigidos contra Occidente ni de ningtin tipo de xeno- fobia. En realidad, deberfa significar la des- truccién del mismo sentimiento de oposicién entre Oriente y Occidente que aparecia de forma tan destacada fi en nuestra antiguas ideas, 2, {Cuales cree que son las influencias ocei a q fluencias occidentales en Japén? {Qué piensa de estas influencias? 3, ¢Por qué tuvo ef autor sentimientos antiasiéticos? 4, le ar a Oriente”? {Como cree que es posible? cA qué se refiere cuando habla de que Japén necesita “regresar a Oriente”? ss posible

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