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Vejez y educación
Tomado de: http://www.psicoespacio.com/vejez.htm
En nuestro entorno
social, tal y como están
las cosas, es frecuente
pensar que la vejez no
es una edad para
aprender, que las
capacidades
intelectuales han
decrecido y es un
desperdicio social y
económico hacer
esfuerzos en este
sentido.
Pareciera que la
educación estuviera,
más bien, al servicio de la producción económica. Se supone que los viejos no
van a producir, no son útiles, y no se tiene en cuenta el gran capital de
experiencia que poseen, y la función de transmisión que pueden realizar, tanto
en el ámbito familiar como social en general.
Es frecuente oír expresiones dirigidas hacia los viejos del tipo: "tú no te tienes
que complicar ya la vida", o ¿Para qué te vas a poner a estudiar a estas
alturas?
La sociedad avanza
vertiginosamente, el
proceso de
transformación de los
ideales provoca caídas
de ilusiones, valores,
normas y tradiciones. El
avance tecnológico
origina mayor
aceleración que dificulta
profundamente la
capacidad de
elaboración en nuestra
sociedad. En ello,
aunque es un precio
que todos pagamos, los más perjudicados pueden ser los viejos. Es
fundamental para el viejo, tener acceso a una educación que le permita
encontrar su lugar y su voz en este enjambre.
La vejez marca el ingreso al mundo del tiempo libre como ruptura de las
obligaciones.
El tema se puede abordar desde una perspectiva múltiple: por el lado de
las posibilidades y dificultades.
Posibilidades, en cuanto uno piensa que la persona está en condiciones
de hacer aquéllas actividades que deseó toda su vida pero que no tuvo
oportunidades de concretar y Dificultades en tanto todo toma valor a
partir de lo que uno produce económicamente.
Si antes faltó tiempo, ahora sobra. Si antes sobró actividad, ahora falta.
Detrás de cada conducta siempre hay una necesidad. Las necesidades
mueven las conductas y son los aspectos dinámicos de la personalidad.
Una vida con calidad significa para el adulto mayor, un encuentro entre
el reconocimiento de sus necesidades y la búsqueda eficaz de su
satisfacción.
Las necesidades humanas son tanto las materiales básicas como el
conjunto de necesidades no materiales tales como las de participación,
creación, reflexión... y todas constituyen un sistema de modo que la
satisfacción de unas y otras están mutuamente condicionadas.
Todas estas necesidades se consideran necesidades objetivas; las
necesidades subjetivas son el estado de carencia sentido por las
personas. Esta diferencia entre necesidades objetivas y subjetivas
permite decir que puede haber un estado de carencia o de necesidad no
satisfecho, aún cuando las personas afectadas no sientan esta carencia.
Comenzar a escuchar lo que quiero y necesito y no sólo lo que debo, lo
que viene de adentro mío y lo que viene del contexto, produce
modificaciones en la persona.
La calidad de vida se expresa a través de las conductas que (el adulto
mayor) tiene para sí mismo y para con la comunidad.
El tiempo libre como calidad de vida, es fundamentalmente el resultado
de una actitud. Y estas actitudes, como los conocimientos, los hábitos o
las habilidades, se aprenden.
Aprendizaje: Es común creer que con la vejez decrecen todas las
capacidades de aprendizaje y se deterioran las funciones intelectuales.
Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que en el área
intelectual, si el estado de salud es bueno, no hay declinación.