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LAS HEJERIAS MEDIEVALES
Disidencia religiosa y protesta social
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Catedrático de Historia Medieval
Universidad Complutense de Madrid
La herejía en España
Por F.Javier Fernández Conde"""""""", 9
Profesor de Historia Medieval
Universidad de OVledo.
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Los cátaros
Por Francisco de Moxó """"",," '..... 9
Profesor de Historia Medieval
Universidad Complutense de Madrid.
El movimiento husita
Por Cristina Granda Gallego""""""""""
Historiadora.
.-
Disidenciareligiosay protestasocial
Por Emilio Mitre Fernández
Catedrático de Historia Medieval. Universidad Complutense de Madrid
.-
La experiencia reformista milanesa (Milán nación popular se negaba a reconocer como
será designada en el futuro por la jerarquía muerto). Ellos se encargarán de conducir a sus
romana como cueva de herejes) sentó el seguidores en especial o a sus pueblos en
precedente para que otras ciudades italianas general a un mundo en el que el fin de las
en años sucesivos se convirtieran en recep- desigualdades sociales y de la práctica sa-
táculo de nuevas experiencias sediciosas. La cramental impuesta por la Iglesia serían las
de mayor entidad fue el arnaldismo romano de condiciones previas para la salvación.
mediados del siglo XII. Mezcla de visionario En un terreno más intelectual izado se mueve
religioso y de tribuno, Arnaldo de Brescia con- la obra del cisterciense .Joaquín de Fiore 1
trolará la capital pontificia entre 1145 y 1155, (muerto en 1202), que planteó a sus discípulos
fecha de su ejecución. Heredero de la vieja y seguidores la posibilidad de un reino del Es-
tradición republicana romana y de la idea de píritu Santo hacia 1260, momento en que la I
pobreza evangélica, Arnaldo adquirió fama de Iglesia jerarquizada daría paso a una especie
heterodoxo más que nada por su amistad con de papado espiritual exclusivamente.
Pedro Abelardo. Renovaciones semejantes de la sociedad
Fue el sentido tumultuario del movimiento trataron de acometer los movimientos de
~
arnaldista y el cuestionamiento de alguna de pobreza voluntaria. La mecánica de sus rela-
las potestades jurisdiccionales (ajenas a lo ciones con el poder eclesiástico establecido
puramente eclesiástico) que los pontífices repite modelos anteriores. I
trataban de arrogarse en estos años lo que La Iglesia en su expresión jerárquica no
hizo considerar a la jerarquía romana que se condenó por principio la pobreza voluntaria. La
estaban traspasando peligrosamente las fron- canonización de numerosos eremitas y la
teras de un intento reformista ortodoxo. Para aprobación de comunidades monásticas que
ello, éste habría de desenvolverse dentro de incluían este precepto en sus normas son
los condicionamientos sociales y políticos del (sugiere Manteuffel) buena muestra de ello. La
momento y sin llegar a ponerlos en tela de actitud cambió cuando el ideal de pobreza
juicio. voluntaria dejó de ser una aspiración individual
para encabezar auténticos movimientos po-
Reforma social pulares que, desde mediados del siglo XII en
particular, pusieron en tela de juicio, o bien el
El cuestionamiento del orden social (se ha orden social en un sentido global o bien
hablado de herejías antifeudales) es una buena -caso del arnaldismo- el papel de una Iglesia
piedra de toque para calibrar el valor de los que por su mundanización e intento de dominio
movimientos heréticos del Medievo. universal cnocaba frontal mente con las as-
¿Herejías como formas de canalizar una piraciones reformistas de las que se había
protesta social? En ocasiones, en efecto, pretendido campeona.
pueden agrupar a gentes desesperadas, pero Pedro Valdo y el valdísmo en general sim-
las más de las veces componen frentes social- bolizan bien el drama de un sector del laicado
mente heterogéneos, por lo que resultan muy progresivamente más culto, ganado por los
vulnerables frente al aparato represivo de la ideales de pobreza voluntaria y por el deseo de
Iglesia. Aunque no deba llegarse a la simplifi- romper con el monopolio de la predicación os-
cación de entender por herejía la expresión de tentado por el estamento eclesiástico. La es-
la lucha de clases, la disidencia religiosa en el cisión del vaidismo a la muerte de su fundador
Medievo tiene con frecuencia el valor de un (hacia 1184) con la condena del ala más
cuestionamiento del orden social, que es algo radical y la atracción por Roma de los más
más que la simple jerarquización de categorías moderados en el coloquio de Pamiers de 1207
sociales. Y -habría que añadir- los canales confirma los viejos esquemas. Y no será la úl-
utilizados para ello no suelen tener un sentido tima vez. Años después el drama se repetirá a
renovador: consideran los modelos del pasado la muerte del otro gran defensor de la pobreza
(supuesto igualitarismo bíblico, pobreza evan- absoluta: Francisco de Asís.
gélica) antes que la construcción de un futuro Reforma radical de la Iglesia, pobreza volun-
completamente diferente. taria y corrientes de signo minoritario e in-
En este ambiente se propician movimientos telectual, sólo marginalmente afectan a la prin-
de tipo mesiánico, profético, milenarista y cipal de las herejías del Pleno Medievo: el
otros de similar textura. Los estratos más catarismo. Desde mediados del siglo XII
desheredados de la sociedad medieval de- -momento clave en los movimientos hete-
positaron en ellos sus esperanzas, en especial rodoxos occidentales- afectará profundamen-
en momentos difíciles: epidemias, vacíos de te al Mediodía de Francia y, en menor grado, a
poder, acentuación de los desequilibrios so- algunas zonas de Italia y otros países del Oc-
ciales, etcétera. En tal contexto actúan per- cidente. Desde el punto de vista doctrinal (vid.
sonajes de carne y hueso (mesías como Tan- artículo dedicado al problema), supuso un
quelmo o Eon de Stella en la primera mitad del revivir del dualismo. Desde otros ángulos
siglo XII) o mitos (el recuerdo de Carlomagno o presenta una rica problemática; por sus con-
el de Federico Barbarroja, a quien la imagi- notaciones sociales, culturales, nacionales, se
-~
La herejíaenEspaña
Por F. Javier Fernández Conde
Profesor de Historia Medieval. Universidad de Oviedo
Miniatura
del Beato de Liébana.
siglo X
latía, como ya se indicó, un cierto sentimiento El Lateranense 111,convocado por Alejan-
autonomista de la cristiandad noroccidental dro 111(1179). que denuncia alarmado la propa-
frente a Toledo. El celo misionero y tolerante ganda abierta de numerosos albigenses en la
de Elipando y de otros obispos de AI-Andalus Gasguña, Toulouse y otras localidades cerca-
encubría seguramente la preocupación por nas, después de anatemizarles a ellos y a cuan-
frenar los movimientos centrífugos de las tos les protegieran o encubrieren, hace lo mis-
iglesias tanto del Noroeste como de la Marca mo con los brabanzones, aragoneses, vascos,
Hispánica, que mermaban la influencia del coteleras y triaverderas que no respetan las
metropolitano de Toledo. En Félix de Urgel, iglesias ni los monasterios, que no tienen
animado de ideales evangelizadores similares a piedad alguna, que no hacen distinción con la
los del toledano, podría obrar, asimismo, el edad y el sexo, que, como los paganos, des-
deseo de oponerse a la influencia de la pujante truyen y desbaratan todo (c. XXVII), endilgán-
iglesia carolingia. Creemos que está en lo cier- doles el calificativo de heréticos sin ninguna
to Abadal i de Vignals cuando considera esta clase de atenuantes.
disputa teológica como uno de los factores Los señores feudales de estos territorios,
más importantes de la desintegración de la titulares de unos dominios en vías de con-
iglesia visigoda en el siglo de la invasión solidación, no dudan en acometer los dominios
islámica. de las iglesias, que constituían lógicamente un
serio obstáculo para sus ambiciones expan-
sionistas, acudiendo incluso a recursos como
El catarismo el bandidaje siempre que fuera preciso. El an-
ticlericalismo radical de los cátaro-albigenses
El catarismo fue la segunda herejía que tur- creó un ambiente propicio para esta política
bó los reinos cristianos peninsulares, de señorial.
manera especial los orientales, a lo largo de Gracias a los trabajos de Ventura Subirats
los siglos XII Y XIII. Este movimiento, muy ex- sabemos que en Cataluña hubo numerosos
tendido primero en los países balcánicos y grupos de cátaros, concretamente en Castell-
posteriormente en casi toda Europa (ver ar- bó, Josa del Cadí, la Cerdaña, las tierras del
tículo «Los cátaros», página 19), encontró en el Rosellón y en otras zonas más meridionales,
mediodía de Francia, de manera particular en destacando en ellos muchas personalidades de
toda la Occitania, un clima muy propicio para rango social elevado.
su arraigo. Albi y Toulouse, sobre todo, se Resulta ya tópica la referencia a la supuesta
convirtieron, como es sabido, en los dos prin- intransigencia de Pedro 11 de Aragón (1196-
cipales centros difusores de las nuevas co- 1213) respecto a los herejes. En la famosa
rrientes religiosas. constitución de 1197 ordenaba que todos los
El trasvase de las mismas a los dominios Valdenses, llamados vulgarmente sabatati o
aragoneses del sur de los Pirineos fue pronto también Pobres de Lyon, y demás herejes in-
una realidad, no sólo mediante el concurso de numerables y de nombre desconocido, ana-
buhoneros, mercaderes y trabajadores de la tematizados por la Iglesia, salieran de su reino
lana -la industria de la lana ya existía en y de sus dominios, como enemigos de la Cruz
Cataluña durante el siglo XII-, sino y prin- de Cristo, violadores de la fe cristiana y pÚ-
cipalmente gracias al apoyo que encontraron blicos enemigos del rey y de sus estados. Las
los cátaros en los señores feudales de las autoridades civiles ejecutarían dicho mandato
regiones pirenaicas. Entre la corona de Aragón antes del domingo de Ramos. Si después del
y sus vecinos de Foix, Toulouse, Cominges, plazo fijado encontraran algÚn hereje, le con-
Rosellón, Narbona, Montpellier y Provenza fiscarían las dos terceras partes de sus bienes,
existían numerosos lazos comunes de índole el tercio restante pasaría al denunciante y ellos
económica y política y muchas veces familiar. serían quemados vivos.
Por eso el catarismo catalano-aragonés nace y Seguramente que con el término genérico
se desarrolla estrechamente vinculado al de ul- herejes innumerables, recogido por esta peren-
trapuertos y no presenta novedades ideológicas toria disposición, se mencionaba implícitamen-
específicas. te a los cátaro-albigenses, pero Pedro el
No resulta fácil precisar el momento de la Católico se mostró habitualmente tolerante con
entrada del catarismo albigense en las tierras ellos en la práctica, sobre todo si se trataba de
pirenaicas de la corona de Aragón. El concilio gentes poderosas. La comunión de interés en-
de San Félix de Caramanh (1167), de gran tre señores catalano-aragoneses y occitanos,
trascendencia para la iglesia cátara langue-. puesta de relieve más arriba, les acercaba
dociana, nos ofrece la primera noticia de la también en los objetivos políticos primordiales y
posible existencia de adeptos en tierras ca- todos ellos participaban, sin duda, de la misma
talanas. En aquella asamblea los hombres del animosidad contra la nobleza de la Francia sep-
valle de Arán eligieron para su zona un obispo tentrional, cuyo deseo de predominio sobre los
cátaro, sin duda uno de los primeros propa- territorios de la Occitania coincidían con los de
gadores de estas doctrinas religiosas en las la monarquía de París. Las tendencias políticas
comarcas limítrofes. de los señores feudales de los dominios pire-
Los cátaros
Por Francisco de Moxó
Profesor de Historia Medieval. Universidad Complutense de Madrid
Pero no todos los cátaros alcanzaban ese había sufrido ni muerto realmente en la Cruz
grado. La mayoría, los Creyentes, no han -sino sólo simbólicamente- ni resucitado
recibido aún el espíritu y -c-salvo que lo hagan corporalmente. De acuerdo con su Cristología,
antes de la muerte- habrán de pasar por la Iglesia católica, con sus sacramentos
sucesivas reencarnaciones. Les está permitido materiales, su culto visible -cruces, imágenes
el matrimonio y aun el amor libre (mejor que y ornamentos- y su organización externa, era
aquél, ya que el matrimonio supone la insti- para los cátaros la gran Babilonia, la cortesana,
tucionalización de la relación sexual -la la basílica del diablo y sinagoga de Satán.
régularisatíon de la débauche, en frase de El acto fundamental de la vida cátara recibía
Guiraud- ordenaba a la perpetuación de la el nombre de Consolamentum o comunicación
materia). Pueden comer carne y tener bienes del Espíritu Consolador (Paráclito) -junto con
propios, aunque les están vedados el juramen- el individual dejado en el cielo cuando la
to y el matar animales, posibles receptáculos caída-. El acto consistía en la imposición de
de reencarnación. Todos en general conde- manos de un Perfecto, por la que el Creyente
naban la pena de muerte. -hombre o mujer- alcanzaba el grado de
En cuanto a - Cristo, los cátaros sostenían Perfecto. Desde ese momento el Espíritu se
que hasta su venida la Humanidad había es- adueñaba de su alma y en él lo veneraban los
tado bajo el imperio de Satán (Principio del demás creyentes mediante el melioramentum o
Mal), al que atribuían incluso la personificación genuflexión, besando el suelo y pidiendo la
de Jehovah en el Antiguo Testamento. Sin em- bendición. Los creyentes que no se sentían
bargo, no consideraban a Cristo como Dios, con fuerzas para llegar a Perfectos hacían, sin
sino como un eón emanado y adoptado por embargo, con frecuencia la convenentia con-
Dios como Hijo y venido al mundo a través del venensa o pacto de recibir el Consolamentum
seno de María para enseñar a Ids hombres el antes de morir.
valor del espíritu y el camino de la liberación Esta recepción dio lugar tardíamente a la
de la materia, sin misión expiatoria alguna, endura o suicidio voluntario pasivo, institución
sino puramente didáctica y ejemplar. El no denigrada por los adversarios del catarismo
podía ser contaminado por la materia: su cuer- pero' sin la difusión que algunos suponen ni el
po era aparente o fantasmal y por tanto no significado que se le dio. Practicada por los
LAS HEREJIASMEDIEVALES21
~
enfermos graves que habían recibido el Con- malos ojos las medidas antisuntuarias de la In-
solamentum, tuvo más bien algo del nirvana quisición y las persecuciones que ahuyentaban
budista o del estoicismo clásico, o aun si se la mano de obra y el dinero. Los artesanos,
quiere de la huelga de hambre de nuestros especialmente los textiles, fueron una de las
días, y era algo perfectamente concordante clases predilectas de los cátaros: muchos Per-
con el espíritu de liberación de la materia fectos ejercieron ese oficio y tisserand se con-
propio del catarismo. Claro que en esto hubo virtió, prácticamente, en sinónimo de cátaro.
también su picaresca: a veces herederos an- Los campesinos, en fin, en los que se refugiará
siosos o cónyuges infieles provocaban la en- el catarismo de los últimos tiempos, estarán
dura. contra los diezmos y primicias eclesiásticos y
El culto cátaro, sin cruces, imagenes ni mirarán también por ello con simpatía al
sacramentos, se reducía a reuniones en las movimiento.
que se leía el Nuevo Testamento traducido a Así pues, no podemos simplificar el fenó-
lengua vulgar (cosa que prohibiría el concilio meno cátaro considerándolo (como parece fue
de Toulouse de 1229). Seguía una homilía, la prevalentemente el bogomilismo búlgaro) un
recitación del pater y la bendición del pan, movimiento social de las clases inferiores;
reservadas al Perfecto, y a veces una comida debe añadirse a ello su carácter profundamen-
en común. Una vez al mes tenía lugar el te espiritual y de fuga mundi en su aspiración
apparelhamentum o confesión genérica de los última: // est clair que le catharisme dépasse
pecados ante los diáconos (la específica y infinement le plan des reivindications capitalis-
secreta se dio alguna vez). tes et commerciales (Evidentemente, el ca-
tarismo rebasa el plano de las reivindicaciones
capitalistas y comerciales) (Nelli). Fourier con-
Un terreno abonado: el Languedoc sideraría una utopía el catarismo y Engels no
vería en él más que un protestantismo utópico.
La doctrina cátara halló en los siglos XII Otro factor singular favoreció su expansión:
Y XIII un humus ideal y un ambiente apto para la poesía trovadoresca. Aunque no ha podido
su expansión en el desarrollo burgués del norte probarse (salvo en casos aislados como el de
de Italia y del sur de Francia y en el mutuo tráfi- Guilhem de Durfort, señor de Fanjeaux, poeta
co comercial. Ya el marco geográfico-político y Creyente) la relación directa trovadores-cata-
favorecía la libre expansión de la doctrina: en rismo, hay síntomas de indudable simpatía,
las comunas italianas, por su posición inde- mezclada con elementos políticos de afir-
pendiente del control imperial y papal equidis- mación occitana frente al norte. El punto de
tante de ambos poderes; en el Languedoc, por concomitancia más claro de los trovadores con
su situación de neutralidad entre el poder fran- el catarismo lo hallamos en la revalorización
cés del norte, el inglés de Aquitania al oeste, de la mujer. Para los cátaros la desigualdad de
el catalano-aragonés al sur y el imperial al es- sexos era producto únicamente de la materia y
te. Por otra parte, la conducta de los grandes en la transmigración se pasaba indistintamente
dignatarios de ia Iglesia (creaturas ciegas, a cuerpo de hombre o de mujer (aunque al-
perros mudos, les increpaba Inocencio 111) gunos parece exigían un cuerpo de hombre
dejaba mucho que desear y favorecía el auge para la última reencarnación).
de la contestación herética. Ya vimos que las mujeres podían recibir el
Como observa Charles Molinier, de 1200 a Consolamentum como los hombres, quedando
1250 todas las clases sociales contribuyeron a sólo excluidas del episcopado y diaconado.
engrosar la secta. Los grandes señores feu- Además, la concepción cátara de la preferen-
dales, si no pertenecían al catarismo, estaban cia del amor espiritual sobre el físico y, dentro
estrechamente ligados a él por lazos de paren- de éste, del amor libre al conyugal, concor-
tesco, vasallaje o amistad. Raimundo VI de daba también plenamente con la actitud
Toulouse (1194-1222) llevaba siempre consigo trovadoresca. Había en la castitatz heroica y
un séquito de Perfectos dispuestos a darle el meritoria de los trovadores por la dama, en la
Consolamentum en peligro de muerte. Ramón que se sublimaba la líbido, algo radicalmente
Roger de Foix (1188-1223) vio recibirlo a su coincidente con las supremas aspiraciones del
mujer Philippa y a su hermana Esclaramunda, catarismo.
dos grandes damas del catarismo.
La pequeña nobleza se adscribió directa- Fase de las misiones y coloquios
mente en gran número. Unos y otros actuaban
con una cierta independencia, y aun hostilidad (117J-1208}
a veces, ante el poder eclesiástico y civil. Jun'
to a ellos, la burguesía mercantil, que parti- El volumen adquirido en el siglo XII por el
cipaba cada vez más por sus cónsules en el movimiento cátaro, junto al cual aparece,
gobierno ciudadano y en la época inicial del desde 1170, el de los Valdenses o Pobres de
capitalismo, aspiraba al libre comercio del L.yon, da lugar al fin a la intervención oficial de
dinero con la posibilidad de préstamo a interés Roma que, de 1177 a 1203, envía al sur de
condenado por la Iglesia católica, y veía con Francia diversas misiones, encomendadas en
su mayoría a los cistercienses por Alejandro 111 cífica. Inocencio 111proclama la Cruzada. Un
e Inocencio 111; éste actúa también en Italia poderoso ejército desciende del norte, por el
enviando un legado a Verona en 1198, que or- Ródano. La campaña será larga y sangrienta:
dena a los católicos de Viterbo desobedecer a en el saqueo de Béziers morirán 17.000 perso-
los cónsules cátaros y exiliar a los herejes nas. Matadlos a todos: Dios reconocerá a los
(1205) y obliga al Podesta y cónsules de suyos será la terrible consigna atribuida al
Florencia a publicar un Estatuto (1206) contra legado papal. Pronto toma el mando Simón de
los mismos. Pero el fruto de todo ello es es- Montfort. Pero Toulouse no se rinde y Pedro 11,
caso. que ha regresado victorioso de Las Navas, sal-
Entonces aparece en el Languedoc la figura drá al fin en defensa de sus depuestos parien-
de Domingo de Guzmán, en 1203 y 1205; su tes y perecerá en la jornada de Muret (1213).
fundación de la Orden de Predicadores no Poco tiempo después, caída ya Toulouse, el
puede comprenderse bien fuera del contexto concilio de Letrán consumará la condena del
cátaro. Se trata de contrarrestar el influjo de catarismo (1215).
los Perfectos con una predicación y ejemplo de Inocencio muere al año siguiente y todo el
vida semejantes. Se aborda el problema de la Languedoc se subleva. Raimundo VI acude con
vida escandalosa del clero. Se organizan tropas prestadas por Jaime 1, Y su hijo Rai-
coloquios con los herejes buscando la vía de la mundo VII desembarca en Marsella. En 1217
persuasión, alguno de ellos, como el de Car- se recupera Toulouse y en 1218 muere Simón
cassonne en 1204, presidido por el mismo rey de Montfort. Sigue un largo paréntesis de res-
Pedro II de Aragón. piro. Vuelven los Perfectos. Raimun"do Tren-
cavel recupera Carcassonne (1224). Pero en
Fase de la Cruzada (1209-1229) 1226 la contraofensiva de Luis VIII, que muere
al regreso, acabará conduciendo al tratado de
Meaux (1229), con la penitencia de Raimun-
Pero el asesinato del legado Pedro de Cas- do VII en Notre-Dame y la promesa de su hija
telnau, en 1208, acabará con esta fase pa- Juana a Alfonso de Poitiers, hermano de
Quema
de libros
alblgenses
en presencia
de Santo
Domingo
de Guzmán
(por Berruguete.
Museo
del Prado.
Madrid)
Muerte de Juan Huss en la hoguera tras su condena
en el concilio de Constanza. 7477
El movimiento
husita
Por Cristina Granda Gallego
Historiadora
Dresde
1421
1427