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NORMAN GULLEY Un enfoque cristocéntrico de los eventos de los ultimos dias iCristo VIENE! Un enfoque cristocéntrico de los eventos de los ultimos dias Norman Gulley ASOCIACION CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martin 4555, B1604CDG Florida Oeste Buenos Aires, Republica Argentina Titulo del original: Christ is Coming! A Christ-centered Approach to Last-Day Events, Review and Herald Publ. Assn., Hagerstown, MD, E.U.A., 1998. Direccién editorial: Aldo D. Orrego Traduccién: David P. Gullén Diagramacién: Eval Sosa Tapa: Hugo O. Primucci IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina Primera edicién MMIII -3M Es propiedad. © Review and Herald (1998). © ACES (2003). Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723. ISBN 950-573-965-6 (624 p. ; 23x 17 om. ISBN 950-573-965-6 |. Titulo - 1. Escatologia Se imprimié el 22 de octubre de 2003 en talleres propios (Av. San Martin 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproduccién total o parcial de esta publicacién (texto, imagenes y disefio), su manipulacién informética y transmisién ya sea electrénica, mecdnica, por fotocopia u otros medios, sin per- miso previo del editor. —-36663— Dedicatoria ste libro esta dedicado a todos mis estudiantes del pasado, el Fires y el futuro. {Qué inspiracién y gozo ha sido para mi el ‘tenerlos en mis clases! Dedico el libro a todos los que tuve el privilegio de presentarles los acontecimientos de los tiltimos dias en los campamentos, las reuniones de ministros y los seminarios de fin de semana. ;Ustedes también fueron una gran bendicién para mi! Mi- ro hacia adelante para obtener més bendiciones. He aprendido de us- tedes. Y, finalmente, deseo dedicar el libro a cada lector, para que to- dos se sientan fortalecidos y enfrenten con gozo los acontecimientos finales. Agradecimientos eseo agradecer a la casa publicadora Review and Herald por Jencargarse de publicar esta obra. Los encomio por percibir que la iglesia necesita un libro de texto y a la vez de consulta acer- ca de los eventos de los tiltimos dias. Debo agradecer especialmente a Richard Coffen, vicepresidente de la direccién; a Gerald Wheeler, vi- cepresidente asistente; a Jeannette Johnson, productora editorial; y a Tim Crosby, editor general. Estoy agradecido a estas personas y a todo el equipo que trabajé de una manera tan buena en este proyecto. Co- mo siempre, Gerald Wheeler hizo un trabajo excelente al editarlo. Deseo agradecer a los que leyeron el libro y escribieron sus declara- ciones bondadosas y generosas de aprobacién. Sobre todo, deseo agra- decer a mi Salvador por la cantidad de ideas que me vinieron mientras contemplaba los eventos de los tiltimos dias desde su perspectiva. He sentido su presencia conmigo en la investigacién y en la redaccién de este libro, y le rindo culto y lo adoro por su benigna direccién durante los afios en los que recogi informacién y reflexioné en los datos. Efusivas gracias a Peggy Bennett, directora de biblioteca, y a su equipo por la obtencién de préstamos de libros y articulos interbiblio- tecarios a través de la Biblioteca McKee en la Southern Adventist University. Contenido INTRODUCCION A la version inglesa .... A laversi6n castellana . EREEACIO PRIMERA PARTE: INFORMACION PARA EL VIAJE CAPITULO 1: # ESPERANZA PARA EL HOMBRE POSMODERNO Definicién de posmodernidad Diferencias entre modemnidad y posmodernidad ............. Dificultades en la posmodernidad para el estudio de los eventos finales La teorfa posmoderna no puede practicarse en la vida real Lfmites para el pluralismo .............00.000005 Oportunidades para la verdad en el posmodernismo El evangelio como transcultural y transgeneracional La generacién X y la verdad Referencias .. CAPITULO 2: + LAGRANCOSMOVISION BIBLICA .. La gran cosmovisién de la Escritura.. Referencias 19 23 25 CAPITULO 3: %# CRISTO CONOCE EL FUTURO {CRISTO VIENE! Pensamiento de la teologia del proceso La teologfa del proceso como una amenaza al cristianismo El asunto de la libertad personal Una dimensién més profunda . . Idea imperfecta de libertad Verdadera libertad ..... La verdad acerca de Dios Cristo como Revelacién de Dios Teologia sin cruz Conclusién .. Referencias .. CAPITULO 4: + CRISTO ESTA AL MANDO DE LOS EVENTOS FINALES . Huida de Egipto El Mar Rojo Nuestro mayor peligro Entren y posean la tierra El otro gigante .. Otros gigantes . Referencias .. CAPITULO 5: + VISTA ANTICIPADA DE LOS EVENTOS DE LOS ULTIMOS DIAS. .. Importancia de Daniel y el Apocalipsis Una experiencia religiosa completamente nueva . . El libro de Daniel El libro del Apocalipsis . Otra division principal en el Apocalipsis Dos estructuras adicionales en el Apocalipsis . El conflicto de los siglos . . Referencias CAPITULO 6: + EVENTOS FINALES SEGUN EL DISPENSACIONALISMO Sistema de interpretacién biblica CONTENIDO Las rafces de este movimiento Hermenéutica dispensacionalista . El actual retorno de Israel a Palestina, cumple la profect: El Calvario como la tiltima palabra de Cristo acerca de Israel El futuro ... Conclusién Referencias .. CAP{TULO 7: + OTRAS PERSPECTIVAS ACERCA DE LOS ACONTECIMIENTOS FINALES .. Ideas acerca del fin en el siglo XIX ... Ideas acerca del fin en el siglo XX Peligro de la critica hist6rica de la Escritura . . La escatologfa biblica es tridimensional . Escatologfa cristolégica . Referencias CAPITULO 8: %# EL PAPEL DE LA IGLESIA CATOLICA Distintivos de la falsificacion Cémo hizo Satands una falsificacién El catolicismo en los tiempos finales Referencias .. CAPITULO 9: 3k EL MOVIMIENTO ECUMENICO........ Referencias CAPITULO 10: %* EL ESPIRITISMO MODERNO... ....... La pretensién del espiritismo ............- wees No hay proteccién en las iglesias contra el espiritismo . El papel del espiritismo en los tiempos finales Obra maestra de engafio .. Referencias CAPITULO 11: + EL MOVIMIENTO CARISMATICO .. Desafio a los cristianos de los tiempos finales . Influencia extensa del movimiento Crecimiento sorprendente 98 100 102 104 104 105 109 109 110 114 118 120 134 137 138 138 139 141 142 143 143 144 145 8 iCRISTO VIENE! Ralcesyentone 145 La importancia del libro de Hechos para los que hablan en lenguas 146 El debate acerca de las lenguas en Hechos y Corintios 146 Evaluacién biblica de las lenguas . 148 La teorfa de los dos bautismos . . 149 Las lenguas como una/la sefial . 149 Por qué en Hechos se habla del bautismo del Espiritu después de la conversi6n : 150 El significado real del evangelio pleno 150 La funcién del Espiritu desde el Pentecostés 152 La sefial de la presencia del Espiritu an 153 Las lenguas y el “Espiritu de verdad” 154 El hablar en lenguas entre los no cristianos .. 155 “Lenguas cristianas” inducidas 156 Prescindiendo de la mente conciente 158 Anilisis lingiiistico de las lenguas . .. 160 pPocquélaslenguas 160 El movimiento de lenguas como cumplimiento de la profecfa 161 Conclusién .. 162 Referencias .. 163 CAPITULO 12: + TEOSOFIA: RAICES DEL MOVIMIENTO DE LA NUEVA ERA . 171 Adénde hemos llegado hasta aqui 171 El plan del tiempo del fin. 13 Nueva Era de Sintesis .... 174 Breve vision de conjunto de sus rafces . 175 Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955)... 175 Preparacién teos6fica para la Nueva Era 176 Elena P. Blavatsky (1831-1891) 17 Alice A. Bailey (1880-1949) . 179 La reaparicién de Cristo 180 El Maestro venidero 183 Conclusion... 185 Referencias .. 187 CONTENIDO 9 CAPITULO 13: + EL MOVIMIENTO DE LA NUEVA ERA Y LOS ACONTECIMIENTOS FINALES 192 jCusndo comienza? ........ 192 Nuevo cambio de paradigma ... 193 {Se encarga la humanidad de la evolucién? 197 Conciencia global 198 La unién global y el anticristo 199 Conclusion .. 200 Referencias .. 202 CAPITULO 14: %& EL ATAQUE DE LA NUEVA ERA SOBRE JESUCRISTO ............0064 205 En el tiempo del fin 206 Se fomenta un evangelio falso 206 El evangelio Acuario de Jestis el Cristo (1907) 207 El libro de Urantia (1955) 21 Un curso en milagros (1976) 214 7Vaa venir uno mayor que Cristo? 215 Conclusion .. 216 Referencias .. 218 CAPITULO 15: * LA COALICION CRISTIANA Y EL FINAC ns Reference 0 ee 240 CAPITULO 16: * LA ESCATOLOGIA DE LA TEOLOGIA DEL DOMINIO 242 Objetivo: el dominio del mundo 243 Referencias ..............65 250 CAPITULO 17: # PRECURSORES DE LA ESCATOLOGIA DEL TIEMPO DEL FIN 251 Savonarola en Florencia .. 251 Juan Calvino en Ginebra. 253 Oliver Cromwell en Inglaterra. 254 Los puritanos en Inglaterra y Nueva Inglaterra. 254 10 {CRISTO VIENE! La union de la religién y el Estado en otros patses La confusi6n del reino de Dios con los teinos del mundo. El reino en los tiempos premodernos El reino en los tiempos modernos Perspectivas biblicas del reino Referencias CAPITULO 18: * “DE NINGUNA MANERA MORIREIS” La carta de triunfo en el tiempo final El debate acerca de la muerte .... Referencias 0 CAPITULO 19: % EL ESTADO INTERMEDIO ........... Ella vio anoche . La tension escatolégica entre el “ya” y el “atin no” El estado intermedio Referencias CAPITULO 20: # ELPURGATORIO .. Més tiempo .........005 {De dénde vino esa idea? Los protestantes toman nota . Referencias CAPITULO 21: % CONCEPCION HOLISTICA DE LA NATURALEZA HUMANA . Antropologia holistica contemporénea {Qué podemos decir acerca del suefio del alma? . Referencias CAPITULO 22: + LA IDEA CRISTIANA DE LA MUERTE Revelaciones del Antiguo Testamento . Revelaciones del Nuevo Testamento La muerte y el espiritismo ...... La muerte como el tiltimo enemigo . El regreso de Cristo y los santos resucitados .. 270 271 271 275 277 278 278 279 285 287 CONTENIDO La ensefianza de Cristo . La muerte de Cristo .... Referentiss CAPITULO 23: * SE RECALIENTA EL DEBATE ACERCA DEL INFIERNO La conexién muerte-infierno Los que se oponen al infierno . Referencias ..............5 CAPITULO 24: + LAS RAZONES A FAVOR Y EN CONTRA DEL INFIERNO Se ensefia en la Escritura Cristo lo ensefié Ejemplos que parecen confirmar su existencia . Las razones contra el infierno . Referencias CAPITULO 25: + LA COSMOVISION BIBLICA Y EL INFIERNO 0.20.2... 00 eee eeeee eens El problema de la justicia . Referencias CAPITULO 26: + LA BATALLA CONTRA EL SABADO El disfraz de Satands para atacar a Cristo y su ley .....-2.0.-45 Una mirada a la historia Referencias CAPITULO 27: #* ;ESTA EN CRISIS EL SABADO? Tres opiniones acerca del sabado Dicotomfa entre el pacto antiguo y el nuevo En el nuevo pacto no se rechaza el sdbado .. iNo es el sébado una ordenanza de la cteacién? El sabado como transitorio El sabado como una ordenanza de la creacién . La dicotomia Creador/Redentor Referenciss iW 315 319 319 321 322 322 326 327 327 327 328 329 333 335 336 348 349 350 351 358 360 360 361 362 363 363 364 365 366 12 {CRISTO VIENE! CAPITULO 28: * EL DOMINGO: EL SABADO DE SATANAS 369 El domingo en el Nuevo Testamento . 370 En el Nuevo Testamento se cuestiona la adoracién en domingo . 371 Origen de la observancia del domingo . 372 El sébado como un tipo ........-... 374 jEl domingo como un mandamiento moral? 374 El domingo y la libertad religiosa . 375 Referencias 375 CAP{TULO 29: * ELSABADOCRISTIANO . 376 El sfbado como la esencia del evangelio 377 Los tipos encontraron su cumplimiento en Cristo. 378 El sébado es més que un tipo ... 378 EI sabado sigue siendo para los cristianos 378 La prueba del s4bado en el tiempo del fin 379 Cémo prepararse para la crisis venidera . 382 Referencias 382 CAPITULO 30: + EL PROBLEMA REAL EN LA VENIDERA LEY DOMINICAL ........ 384 El propésito del s4bado ... 385 El sabado como una ordenanza de la creacién 386 El sabado revelado en la historia de la salvacién .. 386 Ejemplos del Antiguo Testamento 388 Ejemplos del Nuevo Testamento 390 El verdadero problema en la ley dominical 392 El éxodo final. . 393 Referencias .... 397 CAPITULO 31: * EVOLUCION: UNA TEORIA EN CRISIS 402 La misién de los adventistas del séptimo dia. 402 Influencia masiva de la evolucién 403 Influencia sobre los cristianos . . 404 La evolucién de la evolucién . . 406 Publicaciones recientes que ponen en tela de juicio la teotdelmevolucion 32 407 CONTENIDO 13 Los pardmetros de la ciencia 407 La causalidad como una parte de la ciencia 409 El origen de la vida. 411 Referencias 413 CAPITULO 32: * EVIDENCIAS CONTRA LA EVOLUCION 416 jAscendencia biolégica comin o disefio divino? ........ 666+ 416 La funcién del ADN 417 Complejidad ... 419 El ojo humano .. 422 La célula 424 Referencias 425 CAPITULO 33: + LA EVOLUCION BAJO PRESION Y UN DESAF{O DEL TIEMPO DEL FIN ..... 427 La selecci6n natural 427 El registro fésil no apoya a Darwin 430 El equilibrio puntuado 431 La explosién cdmbrica 432 Lacladistica ........ 433 La biologia molecular .. 433 La logica evolucionista cuestionada . 434 La evolucién como religién 435 La cosmovisin evolucionista cambiante y el desaffo a la misi6n adventista . 436 Referencias 439 CAPITULO 34: + EL JUICIO ANTERIOR AL ADVENIMIENTO 441 Jestis comprende 441 La investigacién anterior al advenimiento en su contexto béblico 442 El juicio anterior al advenimiento en Daniel. 443 Referencias .. 455 CAPITULO 35: # LAS BUENAS NUEVAS DEL JUICIO ANTERIOR AL ADVENIMIENTO 459 El Dia de la ExpiaciOn .. 2.22.00... 000ccceeeeeeeeeeeeeeees 459 14 {CRISTO VIENE! El juicio anterior al advenimiento en Hebreos . 460 El Apocalipsis confirma a Daniel 463 Las buenas nuevas acerca del juicio anterior al advenimiento .. . 465 Referens 469 CAPITULO 36: ** ELMILENIO . 471 Elreino .. 412 Posmilenarismo . 433 Teologfa del dominio: una forma de posmilenarismo 475 Amilenarismo 478 Premilenarismo dispensacionalista . 419 Premilenarismo histérico 481 Evaluacién 482 Por qué el milenio es en el cielo y no en la tierra . 484 Una mirada mas de cerca a Apocalipsis 20 . 486 El propésito del milenio 488 El sefiorio del reino eterno 490 Referencias 490 CAPITULO 37: * COMO TENER SEGURIDAD ......... 492 Las buenas nuevas . 493 Cristo en vosotros . 494 Devocion a Cristo . 495 Referencias 495 SEGUNDA PARTE: EL VIAJE CAPITULO 38: # ES EL TIEMPO DEL FIN 499 Mire lo que est por venir . 500 Reunién para el viaje 501 {Dénde debemos comenzar? . 502 Por tanto, comencemos .. . 502 El otro camino .... 504 Qué sucedié después . 509 Retetencias 510 CONTENIDO CAPITULO 39: > LA ULTIMA OFENSIVA DE SATANAS PARA DOMINAR EL MUNDO ... He aqui el Cordero....... Una reunién en marcha El frente cristiano y el domingo El campo de batalla del domingo. La toma final del poder por parte de Satands . Ree CAPITULO 40: % “Y SEMARAVILLO TODA LA TIERRA” La bestia que sube del mar Los Estados Unidos en el tiempo del fin . La estrategia de la Coalicién Cristiana . . Tenga cuidado, podria volver a suceder Otra trampa ........ Fuego desde el cielo {Dénde estamos ahora? . Lo primordial . Referencias .. CAPITULO 41: # EL TIEMPO DE ANGUSTIA PREVIO .. EL Espftitu Santo al mando... El Pentecostés venidero La campafia sigilosa El ladrén en la noche El resistir al Espiritu Santo .. : jCudntos adventistas pasardn por la experiencia del “ladrén en noche = Cémo prepararse para la lluvia tard Cémo se prepararon los discfpulos para el Pentecostés Enoc como mentor Resultados del Pentecostés venidero Referencias .. CAPITULO 42: %# DOS REUNIONES EN MARCHA . Dos asambleas ...... Otro contexto vital .. 511 Sul 513 516 517 517 519 520 520 522 524 525 527 527 528 531 531 532 532 534 535 536 538 538 539 541 542 543 544 546 548 555 16 {CRISTO VIENE! Elias como un tipo de los santos del tiempo del fin. . 556 Referencias 557 CAPITULO 43: # EL GRAN TIEMPO DE ANGUSTIA ... 559 Demasiado tarde 559 Termina el tiempo de gracia . 560 La tiltima tentativa de Satands 562 {Donde estén los santos? .... 563 jPor qué el gran tiempo de angustia? 564 El tiempo del juicio .............45 566 El panorama més amplio del gran tiempo de angustia 568 Otros eventos en el gran tiempo de angustia. .... 6... 66eee eee 573 Cémo recordaré la novia de Cristo el gran tiempo de angustia . . 578 Referencing) fee fe 0 eee ee ee eee ee 579 CAPITULO 44: #* LA MAYOR OPERACION RESCATE DE TODOS LOS TIEMPOS . 581 La importancia del Calvario 582 @Pueden los seres humanos demorar el advenimiento? . 583 La triple dimensién de los eventos de los tiltimos dias . 586 Dos cuadros del segundo advenimiento . 588 El Armagedén-Parte 1 589 El libro de Ester 596 Referencias... 597 CAPITULO 45: 4 EL OTRO VIAJE 598 La gran linea divisoria 598 La mano misteriosa 599 La segunda venida . 600 Vamos rumbo ala patria .. 600 Alfinenelcielo ....... 602 jCémo pudo hacer eso? . 603 Una escena inolvidable .. 604 La vacacién de mil afios .. 604 Volviendo al hogar 605 El Armagedén-Parte 2 605 LarevelaciOn final .............. 06000 e cece e eee 606 CONTENIDO {Un cielo vacio? El Calvario para siempre Referencias «0.2.60... 6.00. eee {INDICE DE TEXTOS BIBLICOS INDICE DE NOMBRES .. INDICE DE TEMAS 608 609 6ll 619 623 Clave de abreviaturas one eee eee eee antes de Cristo Biblia de Jerusalén citca capitulo, capitulos compérese con; confréntese con después de Cristo editor editores y otros en el mismo lugar Biblia de Juan Straubinger ‘Nueva Biblia Espafiola Nueva Versién Internacional pagina paginas y siguientes tomo traductor/a traductores/as tomos versiculo Versién Moderna versiculos Introduccion a la version inglesa uestro planeta se apresura ha- cia su cita con el destino. Se esta acabando el tiempo. (Qué nos deparard el tercer milenio? Una co- sa es segura: la gente alrededor del mundo siente que algo esté por ocurrir. Nunca antes, en todo el mundo, la gente ha tenido tantos encuentros con Angeles. Nunca antes ha habido tantas apariciones de la Virgen Maria. Nunca antes han sido tan ampliamente acep- tados los médium. Nunca antes ha te- nido el espiritismo semejante impacto mundial, tal como se puede ver en el movimiento de la Nueva Era y en el carismatismo. Nunca antes ha tenido la Iglesia Catélica la influencia mun- dial que tiene ahora. Nunca antes han estado los cristianos en una posicién para dominar la politica de los Estados Unidos como con la Coalicién Cristia- na. Algo est pasando detrs de bam- balinas. El planeta Tierra se mueve como una aeronave en un vuelo transocedni- co. Ya ha pasado mucho tiempo desde su despegue y a veces el viaje ha sido agitado. Pero mire hacia adelante. Nos amenaza un cielo triste, oscuro y den- so. Nubes negras de tormentas fuertes se retinen a lo largo de todo el horizon- te. Comienzan a rodear y a sacudir el avidn. Ningtin desvio ofrece un escape alrededor de la tormenta. El planeta Tierra debe avanzar sobre ella. Estd a punto de desplegarse la crisis mas estu- penda de todos los tiempos. Se vislum- bra el tiempo de angustia previo, el tiempo de angustia de Jacob. Ain aho- ra las turbulencias se embravecen con- tra el planeta mientras penetra en la franja oscura de la tormenta venidera. Recientemente, cerca del comienzo de un semestre de clases en la Sout- hern Adventist University, hice una encuesta entre algunos estudiantes que estaban estudiando los eventos de los tiltimos dfas. Los resultados mostraron. que el 49% est preocupado acerca del juicio actual anterior al advenimiento, el 56% estd asustado por los eventos de los ultimos dfas (en realidad, el 41% preferirfa morir antes que pasar por los eventos de los dltimos dias), cl 37% cree que obtendré la entrada al cielo por medio del sacrificio de Cristo y de 20 iCRISTO VIENE! sus esfuerzos humanos, el 50% no est4 seguro de ser salvo si muriera hoy; con todo, el 88% afirma que conoce a Cris- to como un amigo personal. Esta es una revelaci6n pasmosa cuando usted se da cuenta de que re- presentan una seccién transversal de la juventud adventista de todos los Esta- dos Unidos y de otros paises que estan estudiando una variedad de especiali- dades. Estan entre la generaci6n final, pero no desean ser parte de ella. Algo est radicalmente mal aqui. ;Y quién podria decir que serian mejor los resul- tados si se hiciera esta encuesta entre la gente de més edad? Tener miedo de los acontecimientos de los diltimos dias es humano. ;Quién desea cambiar una existencia compara- tivamente normal por lo que esta pre- cisamente ante nosotros? Y sin embargo serd nuestro momento més estupendo, del que hablaremos para siempre en la eternidad, como veremos més tarde. Es el tiempo cuando Satands hard frente a su derrota ms resonante. jEl sabe esto, y anda como ledn rugiente para domi- nar no sélo el mundo sino también a los cristianos! Los cristianos necesitan fe como nunca antes: una fe que mantenga una mirada constante sobre la venida de Cristo més all de la crisis presente. Cristo y no la crisis es lo que debe Ile- nar sus mentes. Porque no es tanto lo que va a venir sino el que va a venir lo que debe Ilenar la mente. El resultado de un partido de fatbol no estd decidido hasta que suena el pitazo final. Satanas causard estragos en los eventos del fin, pero Cristo tendré la tltima palabra. Pero eso no es todo: Cristo estar4 con su pueblo a través de esos eventos fina- les. Ast lo prometié: “No te desampa- raré, ni te dejaré” (Heb. 13:5). Su pre- sencia significaré todo para sus segui- dores, y hard por ellos lo que no pue- den hacer por si mismos. Muchas personas estudian los even- tos finales como si tuvieran que pasar solos a través de ellos, jy no es maravi- Ila que permanezcan horrorizados! Pe- to Cristo anhela que su pueblo lo con- temple a él. Pregunté: “Cuando el Hijo del Hombre venga, jhallar4 fe en la tierra?” (Luc. 18:8). Tal vez aqui est el problema. Pocos tendrén la fe necesa- ria. La fe en Cristo hard la diferencia decisiva y determinante a través de las turbulencias de los tiempos finales. En este libro vamos a estudiar con franqueza la crisis venidera, pero no aparte del Cristo presente y venidero. Al haber entrado ya en el tercer mile- nio, es tiempo de permitirle a Cristo que nos libere de las cadenas del mie- do. ;Anhela volver a tener esperanza? iO inclusive a tener esperanza por pri- mera vez? Desde 1960, estudiantes universita- rios y seminaristas han tomado la clase que ensefié acerca de los eventos de los iltimos dias. Ha sido un gozo procla- mar las buenas nuevas acerca de los acontecimientos finales por medio de esas clases y seminarios en diferentes partes del mundo. Mi conviccién es que muchos cristianos estén demasiado asustados por los eventos finales. Pero cuando escuchan acerca de ellos en su contexto cristocéntrico, el temor se desvanece. “Y conoceréis la verdad, y la verdad os haré libres” (Juan 8:32). Por casi 40 afios me he regocijado al ver a miles de personas comenzar a te- ner otra vez esperanza. También escribf INTRODUCCION A LA VERSION INGLESA 21 este libro para que usted deje de tener temor ante los eventos futuros. Satands esté muy ocupado procurando que los cristianos se fijen en lo que va a venir en vez de fijar sus ojos en Cristo. A propésito, examiné a aquellos es- tudiantes al fin del semestre. El 96% habfa perdido el temor que tenfa por los eventos finales. {Qué cambio tan dramatico obré Cristo! Consiguieron libertad para regocijarse en él y ahora miran hacia los eventos finales como su destino privilegiado. {Que también sea as{ con usted! Que Dios lo bendiga y le dé también esa libertad. Doctor Norman R. GULLEY, Profesor e investigador de Teologia Sistematica Southem Adventist University Introduccion a la version castellana iESTAMOS A LAS PUERTAS DEL HOGAR! aludos cordiales a todos mis | SSymaravillosos hermanos y her- manas que hablan castellano! he alegria es darles la bienvenida a este libro en el nombre de nuestro Se- fior y Salvador Jesucristo. Le agradezco a él por su gufa en la investigaci6n y la redaccién, y le agradezco por guiar al Dr. David P. Gullén para realizar la in- mensa tarea de traducir el texto con el fin de darles a ustedes una presentacién facil de utilizar. jMis amados hermanos en Cristo, estamos a las puertas del hogar! El tré- gico ataque terrorista del 11 de sep- tiembre de 2001 en Nueva York y Washington ha cambiado para siempre al mundo. Entramos en un mundo nue- vo, en una guerra global contra el te- rrorismo, con una alianza cada vez ma- yor de naciones que se oponen al terro- tismo. Muy bien pudimos haber dado vuelta en la esquina final del viaje ha- cia el regreso de Cristo. Nadie debe tomar los eventos pasa- jeros y predecir la cercanfa del regreso de Cristo, porque los acontecimientos que estén pasando pueden ser seguidos por nuevos eventos, Eso fue una reali- dad con el movimiento Mayorfa Moral en los Estados Unidos. Algunos crefan que era la tiltima unién de los cristia- nos para introducir una ley dominical. Pero la Mayorfa Moral fue reemplazada por la Coalicién Cristiana, que est ha- ciendo una obra mucho mejor para cumplir la profecia. Apocalipsis 13 nos dice que los Es- tados Unidos dirigir4 al mundo a ado- rar al Papado (Apoc. 13:11, 12). El 11 de septiembre de 2001 lanz6 a los Esta- dos Unidos al liderazgo global en la guerra contra el terrorismo, el que pue- de continuar hasta la ley dominical. Por primera vez en la historia, los Esta- dos Unidos estén prepatados para dit gir al mundo contra los que no sean bien vistos en el mundo. Al mismo tiempo, jdesde el 11 de septiembre el interés en los asuntos religiosos se ha disparado un 20% en los Estados Uni- dos! En consecuencia, la guerra ya ha generado un interés mayor en la reli- 23 24 {CRISTO VIENE! gién. Con el tiempo, jpodria esto con- ducir a la adoracién del Papado y de Satands? No sabemos si va a suceder eso en esta guerra, o cémo ocurrird, pe- to podemos considerarlo como una probabilidad razonable, sabiendo que también hay otras probabilidades. De acuerdo con el presidente Geor- ge W. Bush, el terrorismo nuclear no esté fuera de las posibilidades. Si el te- rrorismo se propasa y se produce el te- rrorismo nuclear, y queda derribada una ciudad més bien que las torres ge- melas, eso tendrfa repercusiones en to- do el mundo; éste quedarfa conmocio- nado, atemorizado. {Dénde asestaran el proximo golpe? ;Podrfa ser en nuestra ciudad? ;Qué momento perfecto para que Satands se aparezca como Cristo, pretendiendo ser el “Principe de Paz”! Prometerfa seguridad si su domingo Ile- gara a ser un dfa de descanso global. Con él, angeles cafdos podrtan personi- ficar a Mahoma, Buda y a otros lideres teligiosos y civiles, asf como a los Iide- tes religiosos de los tiempos biblicos. Todos parecerfan estar preocupados por la supervivencia de la familia humana. {Qué diferente de los terroristas! Todos diran que el domingo es vital para la seguridad de todo el globo. Pero éste es el dltimo y final engafio anterior al ad- venimiento de Cristo. Sefiales y mila- gros engafiaran al mundo (Apoc. 13:13, 14; cf. Apoc. 16:12-16). Si acontece esta trama, las naciones res- ponderdn y formardn una alianza glo- bal contra el terrorismo. Sélo los santos conocerén que es Satands y su terrorismo césmico quien lo lleva a cabo detrds de su fachada reli- giosa. Pueden ver a través del engafio y permanecer seguros en el refugio de la presencia de su Salvador (Sal. 91:1). Descansardn en él (Mat. 11:28) y guar- darén su dfa, jy serdn librados del de- cteto de muerte (Apoc. 13:15) en su gran liberacion de la segunda venida! (Apoc. 19:14-21). Esto lo sabemos con toda seguridad. {Qué dias son los que nos tocan vivir! ;Qué Salvador formi- dable tenemos! Deseo que este libro sea una bendicién para usted, y que lo ayude para descansar en él y contem- plar siempre a Cristo antes que con- templar la crisis, porque él gané la gue- tra contra el terrorismo césmico en la cruz. Su hermano en Cristo, Doctor NORMAN R. GULLEY, Profesor e investigador de Teologia Sistemdtica Southem Adventist University Prefacio stanterias repletas se comban con Fite: acerca de los eventos de los ‘iltimos dfas que pretenden pre- decir los acontecimientos que nos es- peran. Hablan acerca de un Nuevo Or- den Mundial, del movimiento de la Nueva Era, del rapto secreto, del su- puesto papel que desempefiard Israel en el tiempo del fin, del Armagedén y del milenio. Otros libros nos hablan pre- suntamente de vida después de la muerte con pretendidos informes de se- res humanos resucitados que vuelven a hablar de lo que experimentaron. Mu- chos libros informan con respecto al gobierno mundial venidero, el reino milenario y el papel de los Estados Unidos en los acontecimientos del fin. Los reconstruccionistas, los dispensa- cionalistas y los historicistas, todos tie- nen sus propias ideas. Necesitamos saber qué es lo que esté ahi y cémo evaluarlo. Este libro hace algo de eso para usted. Por encima de todo, necesitamos ver cudl es la estra- tegia de Satands a través de dichos mo- vimientos. Est4 usando el movimiento de la Nueva Era, el movimiento caris- mitico, el espiritismo, la canalizacién,! la Coalicién Cristiana y los de la teok gia del dominio o reconstruccionistas. Como seguidores de Cristo necesita- mos conocer cémo los conceptos de la teologia del proceso socavan la verdad acerca de los eventos finales. Este libro también considera ideas que tienen una relacién definida con los eventos finales. Satands usard la santidad del domingo y el estado de los muertos como dos pilares en el fin del tiempo. Los evaluaremos. Hoy dfa mu- cha gente cuestiona el concepto del in- fierno, la perspectiva de la superviven- cia inmediata del alma en el momento de la muerte y la evolucién darwinia- na. Como cristianos, necesitamos co- nocer lo que hay acerca de esos debates y las respuestas biblicas que se han da- do. Todo esto tiene su impacto sobre los acontecimientos del fin. Para la mayorfa de los cristianos, las cuestiones de la muerte y del infierno formarén una parte de los acontecimientos fina- les, Los catélicos afiaden el Purgatorio a este debate. Los defensores de los tres conceptos los presentan como los 25 26 CRISTO VIENE acontecimientos finales para el indivi- duo en una forma que se posesionan del centro de atencién de los futuros eventos césmicos o mundiales. {Qué dice la Biblia acerca de ellos? Necesita- mos saberlo, tanto para dar una res- puesta a nuestros amigos cristianos, co- mo para protegernos. En los tiempos fi- nales Satands confrontaré a los cristia- nos, de una manera sin precedentes, con los que parezcan ser sus amados que han fallecido La evolucién desaffa el mensaje del primer Angel del Apocalipsis. El do- mingo ataca directamente el mensaje del tercer angel. Ambos mensajes de- sempefian un papel central en los eventos finales. Estudiaremos su signi- ficado y expondremos las falsificacio- nes que se han lanzado contra ellos. Exploraremos el problema real en la venidera ley dominical, y examinare- mos el profundo significado del sdbado para la supervivencia a través de esos acontecimientos finales. Este libro consideraré el juicio anterior al adveni- miento. Todas estas cosas con vitales para estar preparado para los eventos finales y para darnos una visién de cé- mo hacerles frente sin temor. Después de examinar cémo inter- pretar los eventos finales y evaluar los movimientos y las doctrinas de los tiempos finales, haremos un viaje a tra- vés de los eventos del fin. Si usted de- sea pasar a la seccién del viaje y leerla primero, y luego volver a la otra sec- ci6n, est4 bien. Pero mucho del mate- rial que va en la primera parte le ayu- dard a hacer el viaje con més claridad y lo equipard para prepararse para el viaje real, que esta sencillamente ante noso- tros. # Referencias: ' Nota det traductor: “Canalizaci6n” es un térmi- ro para traducir el inglés channeling, y se refiere a la presunta posibilidad de caprar y canalizar ciertos men- sajes que provienen de una esferat muertos, extraterrestres, etc.) y medi cio de un tercero (que estd vivo y los escribe o los pro- rnuncia), lo cual es un fenémeno espiritista. ? Nota del traductor: Lo que se ha dado en Ila- mar en inglés “dominion”, o “dominionists", es un movi- riento escatol6gico para cristianizar el mundo, as co- mo la Coalicién Cristiana es un movimiento para cristianizar los Estados Unidos. Primera parte Informacion para el viaje Carituto 1 Esperanza para el hombre posmoderno ctualmente nos hallamos en medio de una transicién pro- funda, de lo que los eruditos Ilaman modernidad a un perfodo nue- vo que rotulan como posmodernidad. La raza humana ha entrado en una era nueva que presenta desaffos y oportu- nidades sin precedentes para nuestro estudio de los acontecimientos del tiempo del fin. Son muchos los que han intentado describir el fendmeno de la posmoder- nidad. “Se est produciendo una revo- lucion intelectual masiva”, dice Diége- nes Allen, “que es quiz4 tan grande co- mo la que separ el mundo moderno de la Edad Media. Se estan desploman- do los fundamentos del mundo moder- no, y estamos entrando en un mundo posmoderno. Se estan derrumbando los principios que se desarrollaron durante el periodo de la Ilustracién (c. 1600- 1780) y que constituyeron los funda- mentos de la mentalidad moderna”.! Leith Anderson dice: “Estamos ex- perimentando un cambio estructural enorme en nuestro pais y en el mundo, un cambio que promete ser mayor que el de la invencién de la imprenta, ma- yor que la revolucién industrial y més grande que el surgimiento y la cafda del comunismo. Nuestro mundo est4 cambiando con tanta rapidez que ape- nas podemos seguir con atencién lo que esté pasando, mucho menos calcu- lar c6mo reaccionar”.? Definicién de posmodernidad Comenzamos con un hecho senci- Ilo: la posmodernidad aparece después de la modernidad. El periodo de la Ilus- tracién del siglo XVII, que dominé la buisqueda humana del conocimiento y entendimiento durante 200 afios, lanz6 el periodo intelectual que denomina- mos modernidad. El método cientifico trajo beneficios tecnolégicos multipli- cados, pero también afect6 negativa- mente la ecologia del globo, hasta el punto de llevar a la raza humana al borde de un holocausto nuclear. Como resultado, su creencia original en el co- nocimiento, como algo inherentemen- te bueno, se hizo afticos. Por eso, muy temprano en el siglo XX los pensadores comenzaron a desafiar la cosmovisién 29 3 moderna y atin continta poniéndose en duda. La posmodernidad también es anti- modernidad. La cosmovisién moderna inclufa la aceptaci6n del progreso ine- vitable de la humanidad, basado con frecuencia en la teorfa evolucionista. Ahora hemos Ilegado a una generacién que por primera vez no ve algun inevi- table futuro mejor. El optimismo del periodo de la Ilus- traci6n, con su confianza tan cacareada en la raz6n humana, ha dado paso al pesimismo y a la falta de sentido. Es co- mo si el mundo se hubiera despertado de repente a una verificacion de la rea- lidad. Mientras que el método cientifi- co, la raz6n y la objetividad universal influyeron en la cosmovisién moderna, la posmodernidad rechaza el método cientifico, la raz6n y la objetividad uni- versal. El colapso de una cosmovisién racional, unificada y significativa ha arrojado a la raza humana a un perfodo en el cual cada persona se acerca a la realidad desde sus propias presuposicio- nes e hipstesis particulares. Ninguna cosmovisién particular proporciona una evaluacién significativa de la realidad. “Definir la idea del posmodernismo”, escribe Gary Phillips, “es algo ast como sujetar con clavos la gelatina”.? Diferencias entre modernidad y posmodernidad Cuando se trata de comparar la mo- dernidad con la posmodernidad, una discontinuidad radical eclipsa las con- tinuidades que encontramos. En primer lugar, contemplemos un ejemplo de continuidad. La antipatia moderna a la metafisica y a lo trascendental conti- nda en la posmodemidad. “Mientras {CRISTO VIENE! que el modernismo niega categérica- mente lo trascendente y pasa gran parte del tiempo y esfuerzo intentando de- mostrar que lo trascendente no existe”, afirma William Brown, “el posmoder- nismo confronta lo trascendente con un bostezo”.+ La posmodernidad defiende espe- cialmente causas liberacionistas. Si no tenemos un Dios trascendente, enton- ces los seres humanos tienen que llegar a set revolucionarios para producit un cambio con sus propias fuerzas y en su propia manera. La nueva cosmovisién defiende a los marginados. Sin embar- go, al mismo tiempo, como lo destaca Carl Henry, “se margina y se trivializa la religién”,’ y “los posmodernistas han renunciado verdaderamente a la idea de una verdad absoluta”.* {Qué parado- ja! Tienen una misién absoluta o un derecho (para liberar), pero sin un mandato o verdad absoluta, lo que hace que uno se pregunte de qué manera la liberacién puede ser inclusive una ver- dad absoluta para ellos. La filosoffa modernista excluye a Dios de nuestra parte de su universo. Su continua cosmovisién certada re- chaza cualquier penetracién de lo so- brenatural dentro de la operacién nor- mal de causa y efecto. Huston Smith sugiere que la mente moderna piensa que “ver més lejos en una direccién horizontal compensaré por la pérdida de lo vertical”. Pero la filosofia moder- na falla en darse cuenta de que la vi- sién humana en el plano horizontal atin estd confinada dentro de un uni- verso certado y, por tanto, atrapada en su propia subjetividad. Smith ilustra es- ta visin con una linea que se proyecta en silueta sobre la cordillera del Hima- ESPERANZA PARA EL HOMBRE POSMODERNO 31 laya. La modernidad toma ambas pun- tas y las estira en una Ifnea recta.” La modernidad se pavoneé de la ra- z6n humana como el salvador de todos los problemas de la humanidad. Tal ra- cionalismo extremo no estaba ilumina- do, aunque era el producto de la época de la Ilustracién o el Iluminismo. Los posmodernistas cuestionan con razén tal arrogancia intelectual, pero van de- masiado lejos al rechazar del todo la ra- z6n.' La solucién yace entre los dos ex- tremos: haciendo un uso adecuado de la raz6n bajo la direccién de la Escritu- ra para llegar a encontrar soluciones. Después de todo, el Dios de toda ver- dad invita a la humanidad a “venir y discutir juntos” (véase Isa. 1:18, JS). Dificultades en la posmodernidad para el estudio de los eventos finales El posmodernismo suscita dificulta- des mayores cuando se presentan los acontecimientos del tiempo del fin. Si hemos de tener pertinencia para nues- tra generacién, debemos prestar una atenci6én indivisa a los desaffos que plantea la posmodernidad. Lo primero que debemos tener en mente es que de- bemos pensar del principio al fin de los eventos del tiempo del fin a la luz de la generacién actual, no a la luz de la ge- neracién pasada. Debemos presentar los acontecimientos finales frescos para cada generacién. Esto no cambia el contenido, pero puede cambiar la for- ma como los comunicamos. 1. Opuestos a un sistema {Como se puede hacer una presen- tacién sistematica del viaje a través de los eventos del tiempo del fin cuando los posmodernos rechazan el mismo concepto de tales sistemas? Debemos darnos cuenta de que una cosa es re- chazar un sistema y otra cosa vivir una vida confundida. A menudo los mis- mos que rechazan tales sistemas toda- via organizan su dfa de trabajo, pla- nean sus vacaciones y trabajan de una manera rutinaria, llegando a tiempo a sus citas. La vida modena exige hora- trios y programas, ya sea para viajar, para los negocios o para escuchar el noticie- to nocturno. Encontramos un sentido de orden inherente en los viajes aéreos (algunas veces), en los programas de television, en los diarios o periédicos (matutinos y vespertinos) y en la publi- cacién de Selecciones del Reader's Digest, Time, Noticias Argentinas, National Geographic, por dar unos pocos ejem- plos. Los posmodernos se oponen al sis- tema sélo en el nivel teérico, no en la vida de cada dia. Sin embargo, no exis- te ninguna ventaja en rechazar algo en el nivel te6rico que se demuestra que es eminentemente practico en la vida cotidiana. Podemos entender por qué los posmodernos desean descartar las testricciones de la modernidad, la cien- cia que Ilevé a la amenaza ecoldgica y nuclear del planeta, pero la moderni- dad tiene mucho més que eso. Tiene un buen lado que contintia en la pos- modernidad, porque la vida es més or- denada que lo que permite la teorfa de la posmodernidad. 2. Opuestos a un centro Aunque los posmodernos rechazan la idea de que cada teorfa tenga un centro, en la prdctica no pueden sobre- vivir sin este concepto. Si Dios no es el centro de la vida de una persona, en- tonces alguien o algo tiene que serlo. 32 CRISTO VIENE Los Diez Mandamientos tratan acerca del problema en una forma muy franca. El primer mandamiento dice: “Yo soy el Sefior tu Dios. Yo te saqué de Egip- to, el pats donde eras esclavo. No ten- drés otros dioses rivales mios” (Exo. 20:2, 3, NBE). El relato de Deuterono- mio reitera esto (Deut. 5:6, 7). Los seres humanos somos adorado- res incurables. Este es un hecho impor- tante que debemos recordar, porque el conflicto final incluird la adoracién y participard toda la humanidad. El que los seres humanos adoren proviene de que fueron creados por Dios (Gén. 1:26-31; 2:7, 20-25). Dios los creé para él. Si no adoran a Dios adorardn a al- giin otto dios o dioses, raz6n por la cual en cada cultura de la tierra encontra- mos alguna religién, no importa cudn primitiva o avanzada sea. La creacién ha programado a los seres humanos pa- ra encontrar un centro para sus vidas, para darles significado y seguridad. La posmodernidad no ha disminui- do la cantidad de hinchas y barras bra- vas del fiitbol o de aficionados a los de- portes. El baloncesto atin atrae a multi- tudes, lo mismo que el tenis, el golf y las carreras de automéviles de Formula 1 o de cualquier otra férmula. La gente atin busca a las estrellas de Hollywood y las adora en las noches cuando repar- ten los premios denominados Oscar. Y con frecuencia el trabajo es algo funda- mental para los que desean triunfar, ya sea en la vida profesional o en la de ne- gocios. La adiccién al trabajo no dismi- nuy6 con el advenimiento de la pos- modernidad. Los efectos de la creacién divina y la modernidad atin siguen vi- vos a pesar de la teorfa descentrada del posmodernismo. 3. Opuestos a cualquier cosmovi- sion A diferencia de las edades anterio- res, la posmodernidad no tiene una cosmovisién que lo incluya todo. Y sin embargo, con toda probabilidad, no podemos vivir en conformidad con esta posicién tedrica. La posmodernidad es una rebelidn que se expresa en muchas maneras diferentes. Una forma ocurre a través de la teologfa de la liberacién, una biisqueda del poder politico en la que ha influido el marxismo. Pero aun la teologia de la liberacién tiene una cosmovisién, contemplando a Dios co- mo quien est empefiado de liberar a la gente marginada. De esa manera el concepto de la liberacién es el que mantiene el centro de esta cosmovi- sin, y es sélo un ejemplo de como un movimiento aun dentro de la posmo- detnidad, en la préctica tiene una cos- movision. La modernidad tiene un centro y una cosmovisién. La posmodernidad no tiene ninguno. Y sin embargo, en forma paraddjica, la posmodernidad se encuentra a sf misma en un mundo que se encoge, que piensa ms en términos globales que van desde la economia hasta la ecologfa. En el mismo momen- to cuando la filosofia trata de abando- nar el orden, ha surgido una nueva al- dea mundial, que exige atin un orden mayor. Hasta este punto, en muchas 4reas de la vida, se ha impuesto una nueva cosmovisién sobre la misma re- volucién que abandoné todas las cos- movisiones. 4. Relativismo Al rechazar cualquier sistema, cen- tro 0 cosmovision, la tinica opcién que ESPERANZA PARA EL HOMBRE POSMODERNO 33 le quedaba a la posmodernidad era el relativismo. Pero el relativismo signifi- ca que cada persona tiene derecho a imponer sus propias opiniones. La si- tuacién local reemplaz6 al contexto més amplio, la ética situacional usurp6é el cédigo moral, y la preferencia perso- nal hizo a un lado la escala de valores. Se sustituyé una norma objetiva por el “Si me sienta bien”. El orden dio paso al caos, la esperanza al nihilismo, y el futuro al eterno presente. La realidad no tiene blanco, propésito o realiza- cién. La humanidad ha Ilegado a ser menos que humana. Tal disfuncionalidad no puede sos- tener una existencia humana viable. Deseamos que nuestras vidas tengan. significado. Los posmodernos estan de- sesperados por encontrar significado y futuro. Mas que nunca antes, necesitan. conocer las buenas nuevas acerca de los acontecimientos finales en el pla- neta Tierra. La teoria posmoderna no puede practi- carse en la vida real Habiendo notado ya que es imposi- ble en realidad vivir hasta sus tiltimas consecuencias algunas de las teorias posmodernas, vamos ahora a echar un vistazo més intimo a este hecho. Frie- drich Nietzsche (1844-1900), padre del posmodernismo, proclamé que Dios habfa muerto y fomenté el nihilismo, o la falta de significado. Sin embargo, descubrié significado en un movimien- to social de su tiempo y lo fomenté con entusiasmo, demostrando asf que no podfa practicar su propia teorfa. El mundo de Jean-Paul Sartre (1905- 1980) fue un mundo sin sentido, un mundo sin moralidad. Sin embargo, no pudo vivir en conformidad con su teo- tia cuando firmé el Manifiesto Argeli- no y tomé “una posicién como si lo moral tuviera un significado real”? A. J. Ayer sugirié que sélo las ver- dades Igico-matemiticas y las verda- des empiricas tienen sentido. Todas las otras declaraciones que no podemos verificar por los datos de los sentidos son “disparates”. Segtin eso, todas las declaraciones biblicas no tienen senti- do. Tal opinién confina inmediata- mente las declaraciones de verdad o declaraciones de significado a una parte muy estrecha de la vida. Nos fuerza a renunciar a la poesfa, a la miisica, ala religién y al arte. Pero, jcémo puede alguno vivir en un mundo ordenado de una manera tan estrecha? Ademés, la teorfa no puede resistir su propia prueba para una declaracién de lo que es ver- dad. Después de todo, jcémo podria- mos probar una teorfa del lenguaje que acepta sélo declaraciones légico-mate- méticas y empfricas basadas en esa nor- ma? René Descartes (1596-1650), el pa- dre del Modernismo, usaba el método de la duda. David Hume (1711-1776) lo Ievé a su conclusién ultima y se hundié en el mas absoluto escepticis- mo. David Clark dijo que “la filosofia de Hume lo dejé completamente en la oscuridad en cuanto a qué pensar, en quién confiar, qué causa defender o qué actividad proseguir. Dadas las estipula- ciones modernas, la raz6n no puede di- sipar sus dudas. Pero se dio cuenta de que al estar en compajifa de sus amigos lo ponfa de mejor humor. De modo que se volvié al restaurante y al backgamon © juego de chaquete para curar sus de- presiones epistemoldgicas. Sin embar- 34 CRISTO VIENE! g0, su filosoffa demostré ser completa- mente impotente para evitar el escep- ticismo”.!° Hume necesitaba alivio de su teoria porque, sencillamente, no po- dfa practicarse en la vida real. Jacques Derrida afirma que “todas las interpretaciones son tergiversacio- nes”, y que un texto no tiene un signifi- cado claro. Pero é1 mismo eché por la borda su teorfa una vez cuando fue ma- lentendido en un debate con John Searle. “Creyendo que la exposicién que Searle habla hecho de su posicién habia sido injusta, Derrida no pudo re- sistir y dijo, en varios puntos de su ré- plica, que Searle lo habia malentendi- do y habfa expuesto falsamente sus puntos de vista, afiadiendo inclusive en un momento que lo que él, Derrida, habfa querido decir, deberfa haber sido lo suficiente claro y evidente para Searle. Esto en verdad tiene poco que ver con la afirmacién de que la posi- cién esencial de Derrida no podfa ex- presarse como podrian hacerlo otros (jo que un lector no debe tratar de captar la intencién del autor!)”."! Stanley Fish es “uno de los tedricos literarios més influyentes”!” y de los tedricos “radicales” de la respuesta-del- lector, concentrandose en el significa- do en la comunidad que lee en vez de concentrarse en el mismo texto bfbli- co. La respuesta-del-lector es una par- te importante del escenario posmoder- no. Fish va més lejos hasta el punto de sostener que “el texto como una enti- dad formal no existe aparte del acto de interpretacién del lector”.'* De hecho, los teéricos de la respuesta-del-lector creen que los lectores son coautores con los escritores bfblicos y le dan al texto el significado que debe tener. Es decir, el texto por sf mismo no tiene un. significado real. ¢Cémo puede funcionar la vida con la teorfa de Fish? Por ejemplo, destrui- ria cualquier acuerdo sobre la Constitu- cién Norteamericana o de cualquier pais, o sobre cualquier otro documento, de manera que cada ciudadano podria interpretarlo como eligiera. Colocaria en peligro el mismo concepto de go- bierno. Las sefiales de trénsito no ten- drian ningtin significado estandar y se- ria peligroso manejar. Algunos podrian elegir conducir por el lado opuesto de la ruta, otros podrian estar de acuerdo en que el seméforo en rojo indica que se puede pasar directamente a través de la interseccién, y que las sefiales de “pa- re” significarfan que usted tiene el dere- cho de paso. Serfan imposibles los con- tratos y llevarian a los negocios a un es- tancamiento, porque la misma redac- cién de un documento significarfa cosas diferentes para diferentes personas. Si un texto no tiene significado en sf mismo, sino sélo en la mente del lec- tor, entonces tampoco tendrfa sentido por sf mismo ningtin idioma. Existiria slo en la mente del lector. En estos términos, la vida se derrumbaria sin es- peranza porque nadie podria estar segu- ro nunca de que podria comunicarse con otros. ;Cémo se podria hacer un pedido, segtin catélogo, por teléfono o aun por Internet? ;Cémo podria pre- sentar una emisora de televisién las no- ticias vespertinas? {Qué propésito ten- drian los informes referentes al tiempo? {Qué es lo que lograrfa una llamada de emergencia al comando radioeléctrico en cualquier pais? {Qué significado tendria el diagnéstico de un doctor? iQué podria realizar la ensefianza uni- ESPERANZA PARA EL HOMBRE POSMODERNO 35 versitaria? La lista es interminable. Es sencillamente imposible aceptar la teo- ria de Fish de la respuesta-del-lector y sacar algin sentido de la vida. Limites para el pluralismo El pluralismo de la posmodernidad también produce un caos. Como nos recuerda Mortimer Adler, “una socie- dad estable y pacifica no puede existir bajo el dominio de dos o mas gobiernos que compiten entre si, a menos que uno se subordine al otro”.!> Adler dice que el pluralismo siempre existié cuan- do se trata de asuntos de gusto, y es to- erable en ese contexto pero no en el contexto de la verdad.'® Advierte que “cualquier cosa que es transcultural esta naturalmente en la esfera de la ver- dad”. Por eso el pluralismo, que es en- démico en el posmodernismo, en la préctica no puede sobrevivir en ciertos contextos. Oportunidades para la verdad en el posmodernismo Sin embargo, a pesar de todos sus problemas, el posmodernismo da la oportunidad para que la verdad vuelva a ganat lo que perdié con el modernis- mo. Demasiado a menudo, en vez de resistir, la iglesia capitulé a la amenaza del modernismo. La cosmovisién mo- derna ejercid més influencia que la cos- movisidn biblica, y la iglesia se rindié a ella. Ahora es evidente la tragedia, cuando la cosmovisién moderna se ha batido en retirada ante la cosmovisi6n del posmodernismo. 1. La capitulacién del cristianis- ‘mo ante el modernismo El posmodernismo ha puesto en tela de juicio al modernismo. Sin embargo, es al mismo modernismo al que la igle- sia se rindié con frecuencia para mante- ner su respetabilidad intelectual. Desde la década de 1960, en la era posterior a la guerra de Vietnam, mucha gente ha rechazado el materialismo occidental y se ha vuelto al misticismo oriental. Al- gunos estén buscando lo que sienten que se ha perdido en el hemisferio occi- dental. Al volverse al Oriente para en- contrar plenitud, exploran el hinduis- mo y el budismo. “Los que no estan sa- tisfechos con el modernismo secular se vuelven mds a menudo al oriente o al pasado mitico distante”, dice William Platcher. “Una raz6n parece ser que el cristianismo no puede criticar nuestra cultura con eficacia si ya ha aceptado muchas de las presuposiciones de esa cultura como el precio de la respetabili- dad intelectual”.!” El hecho es que, como Stanley Grenz nos recuerda, “la mayoria de las grandes denominaciones protestantes. ‘desert’ ante el ‘modernismo’ ”.'* Inse- guras de su propio fundamento biblico, cedieron a la ciencia y a la cultura. Pero el colapso del modernismo demostré las limitaciones de la ciencia. La ciencia no puede tratar con las cosas finales 0 con los significados existenciales. “La teolo- gia necesita complacer nuestros estilos vigentes de pensamiento sdlo si lo de- sea”, dice Huston Smith. “Nada en el camino de la evidencia requiere que lo haga de ese modo”.'’ Con respecto a la cultura, estoy de acuerdo con William Platcher en que “el cristianismo no pue- de criticar nuestra cultura con eficacia si ya ha aceptado muchas de las presu- posiciones de esa cultura como el precio de la respetabilidad intelectual”. La 36 {CRISTO VIENE! adaptacion acompafia intimamente el deseo de aceptacién. Confinar las Escri- turas a un artefacto intelectual es un ca- so pertinente. Entonces, para la cultura, la Escritura deja de ser la Palabra de Dios. La cultura juzga a la Escritura, en vez de ser a la inversa. 2. Mas lugar para la religién El modernismo asfixié a la religion cerrando la puerta a lo trascendente con su rechazo de la metaffsica. Confi- no los parémetros del pensamiento y del estudio posibles a un continuo ce- rrado de causa y efecto, de manera que en realidad eliminé a Dios del reino de la historia humana. La ciencia limité la realidad a lo observable, de manera que la dimensién religiosa de la experiencia humana pudo ocupar sdlo un sustituto interior para la realidad objetiva. Aho- ra el colapso de esta cosmovisién mo- derna ha puesto en tela de juicio tales censuras. “De una manera que nunca fue posi- ble en la modernidad, uno puede en- contrar espacio filoséfico 0 racional pa- ra ‘dar raz6n de la esperanza que hay en vosotros’ ", comenta Don Stiver. “En. otras palabras, no hay obstaculo filosé- fico de que un a priori ponga en tela de juicio una respuesta tal. Y dada la im- portancia que se le dio a la raz6n en la modernidad, este sentido renovado de la racionalidad de la religién abre un nuevo espacio cultural y social para la religion. En otras palabras, si se puede aprehender la oportunidad, la posmo- dernidad permite el espacio conceptual para que la religién extienda sus brazos y deambule en una forma que no le fue posible hacerlo en la posicién nada cé- moda que se le concedié desde el co- mienzo de la modernidad. El peligro re- side en que puede continuar caminan- do de una parte a otra, en sus limitados confines demasiado familiares, sin sa- ber que las barras circundantes se han oxidado hace mucho tiempo”.:! 3. La fuerza intelectual del cris- tianismo Didgenes Allen habla de “una nue- va apertura para la fe”. Nos recucrda que el cristianismo ha estado intelec- tualmente a la defensiva durante el mo- dernismo. Durante ese perfodo, muchos han declarado que la edad poscristiana ha amanecido, “sobre la base de la fisi- ca, la biologia, la filosofia, la psicologia, la sociologia y la antropologia”.* Ahora estamos en una era cuando la filosoffa y la ciencia, que una vez se usaron para atacar al cristianismo, se encuentran ellas mismas bajo asedio. Durante el reinado del modernismo, por primera vez el cristianismo estuvo bajo un ataque severo. Fue una rebe- lién contra la autoridad que se encuen- tra en la iglesia y en la Escritura. Los seres humanos llegaron a ser su propia autoridad, y reiné suprema la razén hu- mana. Los diferentes métodos histéri- co-criticos de estudio de la Biblia Ileva- ron a cabo su obra devastadora sobre los documentos biblicos. La teorfa evo- lucionista puso en tela de juicio en for- ma radical la narracién de la creacién del Genesis, y la geologia dud6 del rela- to de un diluvio universal. La raz6én humana se elevé por encima de la re- velacién divina, colocando de esa ma- nera a la Palabra de Dios como cautiva de la humanidad. Pero ahora esta cos- movisién se est4 derrumbando. Como observa Allen, “el cristianis- EsPERANZA PARA EL HOMBRE POSMODERNO 37 10 no puede ya por mas tiempo estar a “3 defensiva como sucedié en los tlti- mos 300 afios més 0 menos, debido al punto de vista estrecho de la raz6n y a la dependencia sobre la ciencia clasica que son caracteristicas de la mentali- dad moderna”. Tenemos una nueva oportunidad para volver a evaluar la viabilidad del cristianismo”’ y para pre- sentar los acontecimientos del fin a un mundo que lo necesita. 4. El propésito en la cosmovisién biblica El posmodernismo contiene mucha talta de sentido y de propésito. Si hubo un tiempo para escuchar el propdsito claro de la cosmovisién biblica, es aho- ta. La Escritura nos dice de dénde ve- nimos, por qué estamos aqui y adénde vamos, y de esa manera contesta las tres preguntas basicas filosdficas que han interesado por milenios a la huma- nidad. La raza humana necesita escu- char hoy esta palabra segura acerca del propésito, algo que tiene que ver con los acontecimientos del tiempo del fin. Como George Hunter nota correcta- mente: “Tenemos la oportunidad de volver a introducir el propésito en un mundo secular que, en virtud del acon- dicionamiento de la ciencia, esta preo- cupado con la causa y el efecto y ciego a las causas del propésito para la vida y la historia humanas”.”4 5. El fundamento para la verdad Debido a que los textos biblicos u otros textos no tienen significado en s( mismos para los posmodernos —porque los posmodernos no los tienen como palabra autorizada, y porque esto los ha dejado en un pantano de falta de senti- do-, los posmodernos vagan alrededor sin propésito o blanco fijo. Sin embar- go, Dios los hizo a su imagen, con un deseo de adorar, y por eso necesitan es- cuchar la segura Palabra de Dios de las Escrituras. Por medio del Espiritu San- to, Dios supliré sus necesidades mas profundas. Paraddjicamente, esto sucede en un momento cuando la gente se cst le- vantando de una forma sin precedentes en favor de sus derechos. Los diversos movimientos liberacionistas son una parte integral de la posmodernidad, ya sea de los de la gente de color, de los que no tienen derechos politicos o de los movimientos feministas. Y con to- do, estos mismos movimientos se ex- tienden més alla del relativismo o la cultura hacia los absolutos que perte- necen a la cosmovisién biblica. Gene Veith lo dijo bien: “Los posmodernis- tas, mas que la mayoria de las personas, se quejan acerca de cémo varias estruc- turas de poder son injustas, y exigen que haya sensibilidad, tolerancia y jus- ticia. {No se dan cuenta de que estén apelando a los absolutos morales autori- tativos y trascendentes?””5 Aqui inclusive hay otra demostra- cién de que en la practica es imposible vivir en la teorfa posmodernista. La humanidad tiene una realidad que no puede confinarse dentro de ninguna cosmovisién pasajera que esté fuera de sintonfa con la cosmovisién biblica. Este hecho le da a las Escrituras un punto de contacto aun con el hombre posmoderno. El evangelio como transcultural y transgeneracional Aunque el evangelio se dio primero 38 {CRISTO VIENE! después de la caida (Gén. 3:15), el evangelio es eterno (Apoc. 14:6), y de una manera consistente es el mismo a través de toda la Escritura. Cristo co- misioné a su iglesia para que llevara es- te mismo evangelio al mundo (Mat. 28:18-20), “a toda nacién, tribu, len- gua, y pueblo” (Apoc. 14:6). Cada ser humano necesita escuchar las buenas nuevas acerca de la salvacién, lo que presupone que es posible que todos las escuchen, sea cual fuere su cultura o experiencia. La Escritura declara que “las cosas invisibles de él, su eterno poder y dei- dad, se hacen claramente visibles desde la creacién del mundo, siendo entendi- das por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Rom. 1:20). Pablo habla de los gentiles o pa- ganos como teniendo “la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia” (Rom. 2:15). Y esto inclu- ye a los posmodernos. De acuerdo con Génesis 1:26 y 27, Dios hizo a la humanidad a su imagen, ofreciéndole asf al Creador un punto de contacto para comunicarse. Aunque la caida (Gén. 3:1-7) y los pecados sub- siguientes desfiguraron esta imagen, el pecado no la ha destruido totalmente. Por eso Cristo aun es la luz que alum- bra a todo el que viene a este mundo (Quan 1:9). El, como Creador (Juan 1:1, 2; Heb. 1:1, 2), eligié hacer a la humanidad de tal forma que, después de la caida, fuera atin posible alcanzar a la raza humana a pesar de su condicién degradada. Si Cristo hizo a toda la humanidad a su imagen, esto incluye a los seres pos- modernos. El anhelo hacia si mismo que Cristo puso en la mente humana atin atrae a los posmodernos. La con- ciencia, en la que Dios habla y se escu- cha su voz, reside atin en quienes de- fienden el posmodernismo. Si, los pos- modemistas han derribado la cosmovi- si6n unificada del modernismo, pueden estar inundados en un aparente mar sin. sentido de pluralismo, sin mapa o bri- jula, vivir vidas turbulentas lenas de estrés y a menudo disfuncionales, pero con todo llevan la imagen de Dios y tienen un receptor a bordo para escu- char las buenas nuevas del evangelio y los acontecimnientos del tiempo del fin. Su caso puede parecer desesperado, pero su misma desesperacién los hace anhelar por la esperanza y estar abier- tos al Unico que puede Ilevarles sentido del caos. Como dijo Agustin de Hipo- na, “nuestros corazones estén inquietos hasta que encuentren su descanso en wi La generacién X y la verdad En un libro esclarecedor, William Mahedy y Janet Bernardi explican a qué se parece la generacién X. Los miembros de la generacién X nacieron entre 1961 y 1981. Algunos socilogos los lamaron “la gencracién X” porque percibieron que, como grupo, la gene- racién no se identificaba con nada y no crefa en nada.” Una generacién domi- nada por la tecnologfa, donde la mitad de sus miembros estan divorciados y uno de cada tres ha sido abusado. Na- cidos en el tiempo cuando Nixon era presidente de los Estados Unidos, nun- ca conocieron ta confianza que los anti- guos habitantes de los Estados Unidos tuvieron en el liderazgo. Por primera vez en la historia de Norteamérica, es la generacién que, en su mayoria, no la ESPERANZA PARA EL HOMBRE POSMODERNO 39 pasar mejor que sus padres.2? Mahedy y Bernardi comentan que “la teoria de la relatividad de Einstein, junto con la mec4nica cudntica y los descubrimientos recientes en astrono- mia, han convertido en obsoletas todas las posiciones que se mantenfan pre- viamente. La realidad es mucho més compleja de lo que nos hemos imagi- nado que serfa”.’* Mientras que esta puede ser una de- claracién demasiado abarcante, es ver- dad que para algunos la nueva ciencia ha contribuido a la inseguridad del pos- modernismo. Pero mucho més que una nueva forma de contemplar la realidad (por ejemplo, la luz, ya sea como una particula o una onda) esté la inseguri- dad producida por la ciencia nuclear. Los que pertenecen a la generacién X han tenido una vida dura y se encuen- tran en un medio ambiente duro. El es- tar completamente solos define esta ge- neracién. Pero esto no es soledad; més bien es una vida de actividad sin “fami- lia y sin amigos”. Los posmodernos lu- chan con “asuntos de abandono, enaje- nacién y con sentirse solos”. Su necesi- dad mas grande es la de una unidad fa- miliar coherente.”” Los de la generacién X son un grupo muy necesitado. De hecho, “la genera- cién X ha padecido hambre espiritual, y ha sido traumatizada en sus emocio- nes, despojada de su educacién, conde- nada a un futuro econémico desolador y defraudada de la esperanza que debe caracterizar a la juventud”. Viven en un tiempo cuando el mundo ha llegado Referenci a ser una “aldea global”, cuando las no- ticias nocturnas presentan los grandes problemas de cualquier parte alrededor del mundo. En un tiempo asf, “ha surgi- do una gran hambruna alrededor del mundo, al mismo tiempo que repudia- mos la vacuidad moral e intelectual de la vida moderna y resistimos las fuerzas impersonales de sistemas extensos y embrutecidos”. Tales hechos, jclaman por la energfa espiritual que slo puede venir de la Palabra de Dios que se diri- ge a una humanidad necesitada de un. mensaje de esperanza acerca del tiem- po del fin! En su mayorfa, a los posmodernos les falta la fibra espiritual que trae una paz y una realizacién duraderas. A pe- sar de todo el relativismo y la aversion a los sistemas y a la objetividad, a los absolutos y a lo trascendente, las nece- sidades de los posmodernos claman por las mismas cosas que han rechazado. De nuevo vemos aqui que no pueden vivir de sus propias teorfas. Tal vez la mejor manera de conse- guir la atencién de los posmodernos es proclamar la certidumbre de los acon- tecimientos finales, darles un blanco para el futuro y una esperanza para el presente. Necesitan saber que Cristo pronto vendr para ellos, que les dara lo que no tienen y que no pueden con- seguir del relativismo y la confusion del posmodernismo. Los acontecimientos finales acerca del planeta Tierra pue- den Ilevarlos a Cristo, quien los librard para que vivan ahora y para siempre. " Didgenes Allen, Christian Belief in a Postmodern World: The Full Wealth of Conviction (Louisville, Kentucky: ‘Westminster/John Knox, 1989), p. 2. 40 {CRISTO VIENE! 2 Leith Anderson, A Church for the 21st Century (Minneapolis: Bethany, 1992), p. 17. » Gary Phillips, “Religious Pluralism in a Postmodern World”, en The Challenge of Postmodemism: An Evange- lical Engagement. David S. Dockery, ed, (Wheaton, Illinois: 1995), p. 254. + William E. Brown, “Roots of Post-Modernisin: Also Sprach Nietzsche” (monograffa profesional leida en la Evangelical Theological Society, Souther Evangelical Seminary, Charlotte, North Carolina, el 10 de marzo de 1995). + Carl F. H. Henry, “Postmodernism: The New Spectre?", en The Challenge of Postmodernism, p. 41 David S, Dockery, “The Challenge of Postmodernism”, en The Challenge of Postmodernism, p. 14 7 Huston Smith, Beyond the Post-Madem Mind (Wheaton, Illinois: Theosophical, 1989), pp. 6, 7 ® Gene Edward Veith, h., Postmadem Times: A Christian Guide to Contemporary Thought and Culture (Whea- ton, Ilinois: Crossway, 1994), p. 68. * Francis Schaefer, The Complete Works of Francis Schaefer: A Christian Worldview (Westchester, Illinois: Crossway, 1982), t. 1, p. 134. '® David K. Clark, “Narrative Theology and Apologetics", Journal of the Evangelical Theological Society 35 (4 de diciembre de 1993):510. John M. Ellis, Against Deconstructionism (Princenton, New Jersey: University Press, 1989), pp. 13, 14 ‘Anthony C. Thiselton, New Horizons in Hermeneutics (Grand Rapids, Michigan: Zondervan 1992), p. 474. Ibid., pp. 515, 516. “Grant R. Osborne, The Hermeneutical Spiral: A Comprehensive Introduction to Biblical Interpretation (Downers Grove, Iltinois: InterVarsity, 1991), p. 378. " Mortimer J. Adler, Truth in Religion: The Plurality of Religios and the Unity of Truth, an Essay in the Philo- sophy of Religion (Nueva York: MacMillan, 1990), p. 2. "sid, pp. 2-4 "William C. Platcher, Unapologetic Theology: A Christian Voice in a Pluralistic Conversation (Louisville: West- minster/John Knox, 1989), p. 12. Stanley J. Grentz, Revisioning Evangelical Theology, p. 25. Smith, p. 146. 2 Platcher, p. 12. 2\ Don R. Stiver, “Much Ado About Athens and Jerusalem: The Implications of Postmodernism for Faith”, Review and Expositor 91 (1994): 94. Alllen, p.2 Tid George G. Hunter Ill, How To Reach Secular People (Nashville: Abingdon, 1992), p. 95. 3 Veith, p. 62. % William Mahedy y Janet Bemardi, A Generation Alone: Xers Making a Place in the World (Downers Grove, IMlinois: InterVarsity, 1994), p. 10. 2 Ibid, pp. 14-18. ™ Tid. p. 42. ® Ibid. pp. 19, 21, 32. » Ibid., pp. 25, 43. Capiruto 2 La gran cosmovision biblica tolomeo pensaba que el universo giraba en torno a la tierra. Copér- nico dijo que el universo gira al- rededor del sol. Pero Einstein hizo polvo esos con- ceptos en el siglo XX. Sus teorfas de la telatividad penetran todo el universo en movimiento. Las opiniones limita- das de Prolomeo, crefdas casi durante 1.400 afios, y las de Galileo y Copérni- co, aceptadas por 400 afios, jvolaron! La cosmovisién de Einstein rompié violentamente las limitaciones de am- bos como un cohete fuera de control. Después de Einstein, la ciencia nunca serfa la misma. Un universo vastamente expandido con todas las cosas relacionadas entre sf, trasladandose en el espacio, representa la cosmovisién moderna. Aunque el mismo universo ha permanecido igual, ha cambiado la forma en que lo miran ahora los hombres de ciencia. Como el conocimiento personal est4 cargado de teorfa, influye en la observacién y nece- sita ser corregido por lo que el universo es en realidad en sf mismo. Lo mismo es verdad con la cosmo- visin btblica. La mayorfa de los cris- tianos van a la Escritura principalmen- te para encontrar la salvacién. No han mirado més all4, a la cosmovisién ma- yor que presenta la Biblia. Sin embar- go, esta cosmovisién trasciende la cos- movisién de la salvacién. Al hacer frente al tercer milenio de la era cris- tiana, es hora de que los cristianos cap- ten el conflicto césmico que es tan vi- tal para la comprensién de los aconteci- mientos del fin del tiempo. El conflicto césmico es el contexto para todos los acontecimientos finales sobre el planeta Tierra. Si usted est fa- miliarizado con este conflicto, puede pasar por alto la lectura hasta la sec- cién “Mirando por detrds de las luchas de Jestis” (punto 3). La gran cosmovisi6n de la Escritura En afios pasados la gente ha tenido un interés sorprendente por los énge- les, y més tarde investigaremos la razon de este interés. Pero por ahora desea- mos ver lo que la Escritura nos dice acerca de los Angeles y del conflicto césmico. Al 42 {CRISTO VIENE! 1, Satands y sus angeles segin la Escritura La Escritura nos dice que Dios en- vid a su Hijo a vivir y a morir por la humanidad, pero nos dice mucho més que eso de Cristo. Aunque su misién es central en la Biblia, la Escritura la pre- senta dentro del contexto de una bata- Ila entre el bien y el mal, de una lucha entre Dios y Satands. Angeles innume- rables circundan el trono en el cielo (véase Apoc. 5:11). Estos seres, hechos un poco mayores que los seres huma- nos (véase Sal. 8:4, 5), cumplen las 6r- denes de Dios y obedecen su Palabra (Sal. 103:20) como “espiritus ministra- dores, enviados para servicio a favor de los que seran herederos de la salvacién” (Heb. 1:14). Los angeles ayudan a los seguidores de Dios. De hecho, los hu- manos, “sin saberlo, hospedaron ange- les” (Heb. 13:2), lo que es un pensa- miento impresionante. 2. Mirando por detras de la caida de Adan y Eva La cosmovisién de la salvacién en la Escritura comienza en el huerto del Edén después que Adan y Eva sucum- bieron ante el tentador, cuando Cristo les dio la primera promesa del evange- lio (Gén. 3:15). Pero la Escritura pene- tra més allé de la promesa, hasta llegar al que tenté a Adan y a Eva. Notamos que una serpiente engafié a Eva (v. 13). (Quién era esta serpiente? Ezequiel menciona que en el Edén, donde Adén y Eva fueron tentados, estuvo un dngel que vino de una posicién exaltada co- mo el “elegido, querubin protector” (Eze. 28:14, NVI). El pasaje dice: “Es- tabas en el santo monte de Dios, y ca- minabas sobre piedras de fuego. Desde el dia en que fuiste creado tu conducta fue irteprochable hasta que la maldad hallé cabida en ti. Por la abundancia de tu comercio te llenaste de violencia, y pecaste. Por eso te expulsé del monte de Dios como a un objeto profano. A ti, querubin protector, te borré de entre las piedras de fuego. A causa de tu her- mosura te Ilenaste de orgullo. A causa de tu resplandor corrompiste tu sabidu- tia. Por eso te arrojé en tierra” (Eze. 28:14-17, NVI). EI pasaje describe a Satandés como un ser creado originalmente perfecto, al que se le dio una posicién exaltada en el trono de Dios, y dice que llegé a enorgullecerse y pecé en el cielo hasta que llegé el dia en que Dios lo expulsé. No menciona que otros angeles se le unieron y que también fueron expulsa- dos, pero Juan afiade ese hecho (Apoc. 12:4, 12, 13). Ese dngel cafdo que apa- rece en el Edén (véase Eze. 28:13) se identifica con la serpiente de Génesis 3:2, 13 y 14. Juan coincide al hablar de la serpiente antigua como el diablo (véase Apoc. 20:2; 12:9). Habiendo causado la rebelién de los angeles con- tra Dios en el cielo, Satan4s vino des- pués a la tierra para provocar a la rebe- li6n a la raza humana. 3. Mirando por detras de las lu- chas de Jesus La Escritura descorre el telén en forma clara y nos muestra que el pro- blema del pecado en la tierra no es sino una parte pequefia de una lucha césmi- ca entre Cristo y Satands. Esto aclara perfectamente el significado de los exorcismos durante la vida de Cristo en la tierra. Més bien que rechazarlos, como lo han hecho algunos cristianos, LA GRAN COSMOVISION BIBLICA 43 encontramos que son una parte inte- gral para nuestra comprensién de una lucha entre los demonios y Cristo, los dos bandos en el conflicto césmico. Sin un conflicto césmico asf espera- ramos que la vida de Cristo fuese muy diferente de la lucha que tuvo que afrontar. Pero dentro del contexto del bien y del mal podemos entender por qué los demonios acosaban constante- mente sus pisadas. Marcos dice que Cristo “predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios” (Mar. 1:39). Cuando los fariseos afirmaron que Jestis echaba los demonios por el poder de Satands, Je- stis les contesté: “Si Satands echa fuera a Satands, contra sf mismo est dividi- do... Pero si yo por el Espiritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mat. 12:26-28). Con referencia a los milagros de los 72 que informaron a Cristo: “Sefior, aun los demonios se Nos sujetan en tu nombre”, Jestis les di- jo: “Yo vefa a Satanas caer del cielo co- mo un rayo” (Luc. 10:17, 18). Los evangelios informan que Sata- nds atacé a Cristo inmediatamente después de su bautismo en el rio Jor- dan. Evidentemente, era la voluntad de Dios que sucediera esto, porque “Je- siis fue levado por el Espiritu al desier- to para ser tentado del diablo” (Mat. 4:1). Después que Jestis habfa ayunado durante 40 dias y 40 noches, “vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (v. 3). Era una tentacién pode- rosa, tanto para un hombre que estaba al punto de la muerte jcomo para un Dios que tenfa el poder de realizar el milagro! “Entonces el diablo le llevé a la santa ciudad, y le puso sobre el pind- culo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito esta: A sus angeles mandard acerca de ti, y, en tus manos te sostendrén, para que no tropieces con tu pie en piedra” (vs. 5, 6). Cuando estés demacrado y a punto de morir, y nadie te conoce por lo que realmente eres, podria ser una gran tentacién probar a Dios, quien hi- zo la promesa que cité Satands. “Otra vez le Ievé el diablo a un monte muy alto, y le mostré todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares” (vs. 8, 9) {Qué tentacién es para uno que, a punto de morir, sa- bia que la crucifixién sera mucho peor! Vino a morir para reconquistar nuestro mundo que Satands le habfa usurpado cuando engaiié a Adan y Eva para que lo eligieran como su nuevo If- der. La tentacién fue esta: “Si te incli- nas ante mi ahora, puedes conseguir es- tos reinos y evitar los horrores del Cal- vario”. Esta tiltima tentacién arroja luz en la esencia del conflicto césmico: Sa- tands trata de que lo adoren. En otras palabras, desea tomar el lugar de Dios, quien es el tinico digno de adoracién. 4. Mirando por detrés de la caida de Satands Isafas presenta una visién ulterior del deseo de Satands. “;Cémo caiste del cielo, oh Lucero, hijo de la mafia- na! Cortado fuiste por tierra, tii que de- bilitabas a las naciones. Ta que decfas en tu corazén: Subiré al cielo; en lo al- to, junto a las estrellas de Dios, levan- taré mi trono, y en el monte del testi- monio me sentaré, a los lados del nortes sobre las alturas de las nubes subiré, y 44 iCRISTO VIENE! seré semejante al Altisimo” (Isa. 14:12- 14). La rebelién de Satands fue un in- tento para tomar el lugar de Dios. De- seaba ser adorado. {Se habfa olvidado que Cristo lo habia creado? Ahora, en las tentaciones en el desierto, de nuevo deseaba que su Creador lo adorara. Pero el diablo y sus Angeles habfan sido una vez Angeles leales. Judas sefiala que “los Angeles... no guardaron su dignidad, sino que aban- donaron su propia morada” (Jud. 6). Su lealtad se convirtié en rebelidn y re- chazaron a su Creador, Cristo, como Judas lo haria mds tarde en la tierra. Dijo Cristo hablando del diablo: “Vo- sottos sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis ha- cer. El ha sido homicida desde el prin- cipio, y no ha permanecido en la ver- dad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso y padre de menti- ra” (Juan 8:44). Pretender ser digno de adoracién era una gran mentira, jespe- cialmente cuando le pidié a su Hace- dor que se inclinara ante él! 5. Mirando por detras de la cruz No podemos comprender la misin de Jestis si ignoramos el concepto del gran conflicto. No sélo Satands persi- guid a Cristo con tentaciones durante todo el tiempo que pasé en la tierra, como lo ilustran las tentaciones en el desierto, sino que también hizo planes por medio de los lideres religiosos para que lo crucificaran. Juan escribi6: “Lle- g6 la hora de la cena. El diablo ya habia incitado a Judas Iscariote, hijo de Si- mon, para que traicionara a Jestis” (Juan 13:2, NVI). Podemos imaginar- nos cémo incité Satanés a los dirigen- tes judios y a los romanos para que cru- cificaran a Jestis. Lo sorprendente es que aun la chusma grité: “;Crucificale! iCrucificale” (Juan 19:6), aunque Jestis habfa sanado a sus enfermos, resucita- do a sus muertos y hecho grandes cosas en su medio. ;Por qué se iban a levan- tar contra él de esa manera, si no fuera que habfan Ilegado a estar posefdos por el demonio? En las pruebas y la crucifixion de Je- sds encontramos la culminacién del conflicto césmico entre Cristo y Sata- nas. En la cruz, el destino del mundo estuvo pendiente de un hilo. Aunque podemos vislumbrar las tentaciones que soporté mientras colgaba de la cruz, nunca las entenderemos plena- mente. En medio de la angustia y la vergiienza de la crucifixién, Ilevando el peso abrumador de los pecados del mundo (véase Isa. 53:6), hizo frente a las mofas de los que habia venido a sal- var y por los cuales pendia de la cruz. iValia la pena? ;Debia abandonar la lu- cha? “Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvé; sdlvese a sf mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios” (Luc. 23:35). Ahora, Satands se jugaba por entero. Si Cristo moria triunfante, Satands quedaba condena- do. Peto si podfa hacer que Cristo abandonara la cruz o pecara en un Api- ce, su futuro estarfa asegurado. Mas de lo que alguna vez podamos imaginar- nos, Satanés lanz6 toda su furia contra Cristo mientras estaba en la cruz. 6. La cruz como la batalla decisi- va en el conflicto césmico El incidente més antiguo que se menciona en las Escrituras acerca de LA GRAN COSMOVISION BIBLICA, 45 los Angeles no los involucra en ayudar a los seres humanos, sino que presenta su participacion en una lucha, no en la tierra, sino en el cielo. “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ngeles luchaban contra el dragén; y luchaban el drag6n y sus Angeles; pero no prevalecieron, ni se hallé lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragén, la ser- piente antigua, que se llama diablo y Satanas, cl cual engafia al mundo ente- 10; fue arrojado a la tierra, y sus angeles fueron arrojados con él. Entonces of una gran voz en el ciclo que decta: Ahora ha venido la salvacién, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autori- dad de su Cristo; porque ha sido lanza- do fuera el acusador de nuestros herma- nos, el que los acusaba delante de nuestro Dios dia y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de cllos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, ciclos, y los que mordis en ellos. jAy de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a voso- tros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apo. 12:7-12). El mismo capitulo menciona que la cola del dragén escarlata “arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojé sobre la tierra” (v. 4). El dia- blo arrojé “estrellas” a la tierra y Mi- guel y sus Sngeles arrojaron a Satands y a sus seguidores fuera del cielo. Lo que tenemos aqui son dos momentos en la lucha entre Miguel (Cristo) y Satands. En cl principio, Satands causé la cafda de una tercera parte de los angeles (es- trellas) del cielo, y mas tarde, en el pla- neta Tierra, Satands trabajé para des- truir a los humanos en todo el mundo. Pero en el Calvario, Jestis derroté a Sa- tands y sus angeles mediante su muer- te, y este pasaje lo describe como des- terrdndolos a la tierra. No es maravilla que la respuesta inmediata fuera la ala- banza a Cristo por su muerte salvifica. 7. El Pentecostés y la batalla cés- mica Jestis se refirié a Satands como “el principe de este mundo” (Juan 12:31), y Pablo lo llama “el dios de este siglo” (2 Cor. 4:4). Como principe y dios de este mundo reclama a la raza humana como suya. Cristo vino a la tierra para reconquistar el derecho de volver a po- seerla, porque el usurpador la habia arrancado violentamente de Cristo cuando Adan y Eva aceptaron el lide- razgo de Satands en vez del liderazgo de Cristo (Gén. 3:1-6). Dios habia hecho a todas sus criatu- ras, angélicas y humanas, libres para elegir; es decir, les habia dado el libre albedrio. Como habia formado a Adan y Eva a su propia imagen (Gén. 1:26, 27), podia conversar con ellos. Dios respeta la libertad de sus criaturas por- que no desea que le sirvamos por temor ‘© como autématas o robots. Desafortu- nadamente, el uso equivocado que de su libertad hicicron los angeles los con- dujo a la rebelion. De modo que no podemos acusar a Dios de haber causado el pecado. “La tinica causa”, dice Francisco Turretini, “fue la voluntad propia de cada diablo por la cual los Angeles, de comin acuerdo, se volvieron del bien al mal”.! Agustin de Hipona dice que “no se puede poner en duda que las apeten- cias contrarias entre sf de los angeles 46 iCRISTO VIENE! buenos y malos no se debe a una diver- sidad de su naturaleza, de principios, si- no de voluntades y apetitos, siendo co- mo es Dios, autor y creador bueno de todas las sustancias, quien los ha creado a ambos”.? El hecho es que entonces se rebela- ron un tercio de los dngeles, as{ como Adén y Eva. Respetando el libre albe- drio tanto de Adan como de Eva y de Satands, Dios retir6 parcialmente su presencia en respuesta a su eleccién, porque Adan y Eva tomaron a Satands por su lider en lugar de Cristo. Satanas fue el primer anticristo. La palabra gtiega anti significa “en lugar de” y también “contra”. Satands se instituyé en lugar de Cristo como el dios de este mundo. Aun cuando Dios retiré en cierto grado su Espiritu de la raza humana, siempre ha permanecido una presencia suficiente de su Santo Espiritu para lle- var a la gente a él (compare con Juan 1:9), pero menor que antes de la caida. Por consiguiente, el Espiritu Santo “no es naturalmente tan prominente en el Antiguo Testamento como lo es en el Nuevo”.} Sdlo dentro del contexto de la batalla césmica podemos realmente entender el Pentecostés. Dios hizo a los seres humanos para que fueran templos en los que morara el Espiritu (véase 1 Cor. 3:16). Necesitaban el derrama- miento pentecostal, pero para eso tu- vieron que esperar que transcurrieran algunos milenios. iPor qué tuvieron que esperar la plenitud del Espiritu hasta el Pentecos- tés? La plenitud del Espiritu tiene mu- cho que ver con la obra que realizé Cristo. Los creyentes del Antiguo Tes- tamento anhelaban la Ilegada de dos miembros de la Deidad: el Mesias, pre- sentado en Isafas 53, y el Espiritu San- to, prometido en Joel 2:28. Aparente- mente, la plenitud del Espiritu no era una vuelta a la situacién anterior a la caida, sino que también tenia que ver con la venida y encamacién de Cristo. Porque nunca antes el Espiritu de Dios habfa traido al Dios-hombre a los seres humanos. En la encatnacién, el Espiti- tu de Dios trajo a Dios a la humanidad. Después, en el Pentecostés y en su ex- tensién en la historia, el Espiritu trac al Dios-hombre a los que estan dispuestos a recibirlo. La evidencia de esta espera por par- te del Espiritu Santo aparece en la mi sién de Cristo en la tierra. Juan profeti- 26 que Jestis bautizaria en Espiritu (véa- se Mat. 3:11), algo que nunca se habia hecho. Sin embargo, en vano busca- mos un cumplimiento de esta expe- riencia en su ministerio antes de la cru- cifixién. Nunca bautiz6 con el Espiritu. No fue sino después del Calvario, des- pués de pagar el precio para volver a conquistar el mundo de las garras del usurpador, Satands, cuando Jestis co- menzé a cumplir la profecta de Juan. Por eso, después del Calvario, Jess les dijo a sus discfpulos: “Recibid el Esptri- tu Santo”, mientras soplaba sobre ellos una bendicion especial (Juan 20:22). Fue un anticipo de lo que vendria en el Pentecostés. No sélo fue el Calvario un requisito esencial para la imparticin del Espiritu Santo, sino que la aceptacién del Cal- vario también fue una condicién para la’plenitud pentecostal. Esa aceptacién tenfa que venir después de la ascensi6n de Cristo al cielo, porque “atin no ha- bfa venido el Espiritu Santo, porque Je- LA GRAN COSMOVISION BIBLICA 47 sts no habia sido atin glorificado” (Juan 7:39). Fue glorificado en ocasién de su toma de posesién en el cielo (Apoc. 4 y 5). Cuando Jestis se senté a la diestra de Dios (véase Heb. 1:3) y el Padre acepté oficialmente su sacrificio en el Calvario, juntos, el Padre (véase Juan 14:16, 26) y él (véase Juan 16:7), en- viaron el Espiritu a la humanidad. En- tonces descendié la plenitud del Espiri- tu en el Pentecostés debido a la obra terminada de Cristo al derrotar a Sata- nds en la cruz (véase Juan 19:30; Apoc. 12:9-13), y a la aceptacin de su obra redentora en el cielo. Cristo habfa reconquistado el dere- cho a enviar su Espiritu Santo en ple- nitud a los que estaban dispuestos a re- cibirlo, sin violar el libre albedrio con que fue creado Satanés, sus angeles o los seres humanos. Al mismo tiempo, los angeles caidos perdieron el derecho al dominio de este mundo. De esa for- ma, sin violar su respeto por el libre al- bedrfo, Cristo pudo impartir la pleni- tud del Espiritu que habia retirado par- cialmente. Asi, el conflicto césmico, en su Ultima batalla en el Calvario, abrié el camino para el Pentecostés. El Calvario nos recuerda que “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potes- tades, contra los gobernadores de las ti- nieblas de este siglo, contra huestes es- pirituales en las regiones celestes” (Efe. 6:12). La causa final del pecado y de toda su desdicha se halla més alld de nuestro mundo, en el rebelde Satands, asf como su remedio se encuentra mu- cho més allé de nuestro mundo, en el Redentor justo, Jesucristo. 8. La influencia césmica del Cal- vario Muchos consideran el Calvario co- mo el lugar donde Cristo murié por no- sotros para que podamos ir al cielo. Es asf. Pero es mas que eso. Eso que es mas tiene que ver con la cosmovisién cés- mica de la Escritura. La carta a los Co- losenses documenta que Cristo creé to- das las cosas, “las que hay en los cielos y las que hay en la tierra” (Col. 1:16), y que en é] “todas las cosas subsisten” (v. 17). “Por cuanto agradé al Padre que en él habitase toda plenitud, y por me- dio de él reconciliar consigo todas las cosas, asi las que estén en la tierra co- mo las que estan en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (vs. 19, 20). Por eso Cristo dijo acerca de su muerte: “Ahora es el juicio de es- te mundo; ahora el principe de este mundo [Satands] sera echado fuera” (Quan 12:31). “El principe de este mun- do [Satands] ha sido ya juzgado” (Juan 16:11). jDe qué manera puede el Calvario reconciliar cosas, o gentes, en el cielo? Dado que Satands estuvo detrds de la muerte de Cristo, su:muerte lo expuso por lo que realmente es: un diablo. Por contraste, como Cristo permitié que lo crucificaran, el universo lo vio por lo que realmente es: un Dios de amor (véase 1 Juan 4:8, 16). El Calvario in- fluy6 en los angeles que no cayeron, los que permanecieron en el cielo y que no se unieron en la rebelién. En la cruz percibieron una revelacién més profun- da del amor de Dios, al ser testigos de que Aquel que no conocié pecado, se hizo pecado por la raza humana (2 Cor. 5:21). Las buenas nuevas de la cruz cambiaron a discfpulos cobardes en AB {CRISTO VIENE! apéstoles poderosos. El libro de Hechos documenta la ré- pida expansién de las nuevas en forma geogréfica en un plano horizontal. La carta a los Efesios habla del impacto de la iglesia en un plano vertical. La igle- sia lleg6 a ser un testimonio para el universo de la clase de Dios al que sir- ven todos los seres no cafdos. Dios qui- so “que la multiforme sabidurta de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propésito eterno que hizo en Cristo Je- stis nuestro Sefior” (Efe. 3:10, 11). El Calvario, y lo que supone para la iglesia, llega a scr un libro de ejercicios que define el curso de accién del uni- verso. De esa manera el Calvario que- da revelado como mucho més que el precio de la salvacién humana, y la Referencias: iglesia como mucho mas que la compa- fifa de los salvados. El Calvario y la iglesia tienen un impacto mucho més amplio. Lo que sucedié en la cruz influ- ye en todo el universo. “Porque segtin pienso, Dios nos ha exhibido a noso- tros los apdstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues hemos Ilegado a ser espectéculo al mundo, a los angeles y a los hombres” (1 Cor. 4:9). Los acontecimientos finales sobre la tierra se desarrollardn en la tierra ante todo el cosmos. Aqui estd la gran cos- movisién bfblica, mucho més amplia, que forma el contexto de los eventos del fin. Como documentaremos mas adelante, esta es la razén por la que los cristianos pasan por la tribulacién final més bien que ser arrebatados de repente antes que ésta llegue. ‘Francisco Turretini, Instinues of Elenctic Theology. Trad. George Musgrave Giger (Phillipsburg, New Jersey: Presbyterian and Reformed, 1992), t. 1, p. 603. res Ci gustin, La ciudad de Dios en Obras completas de San Agustin. Edicién bilingile (Madrid: Biblioteca de Auto- anos [de ahora en adelante, BAC}, 1988), t. 17, p. 753 (12:1, 2) )W. H. Griffith Thomas, The Holy Spirit of God (Grand Rapids, Michigan: Eerdmans, 1976), p. 9. Thomas observa que hay 88 referencias directas al Espiritu Santo en el Antiguo Testament. CapituLo 3 Cristo conoce el futuro a visto usted tiltimamente to- : dos esos anuncios que le di- I cen que disque telefénica- mente a su adivino y que é1 le dird si hay algtin hombre o mujer que va a en- trar en su vida, o si ganard el premio gordo de la loteria o si conseguird ese trabajo que tanto deseaba? Bueno, mientras la gente acude a la linea de emergencia de los adivinos pagando al- gunas monedas por minuto, jalgunos cristianos dicen que Dios no conoce el futuro! Vivimos en un mundo grotesco. En vez de lo absurdo de la adivina- cién, los posmoderos necesitan saber que sus luchas tienen sentido como una parte de un conflicto césmico ma- yor, que Cristo gané la batalla entre el bien y el mal en el Calvario, aseguran- do el futuro de la humanidad. Sdlo es asunto de tiempo hasta que Dios haga manifiestos los resultados del Calvario. Los posmodernos deben comprender que el Cristo del Calvario conoce el fu- turo y va a regresar, jpronto! El diablo odia el hecho de que per- di la batalla decisiva en la cruz. Hizo toda clase de cosas para ocultar esta realidad, para hacer ineficaz la cruz de Cristo. Si puede conseguir que el mun- do malinterprete la cruz, la niegue, 0 sencillamente la ignore, espera final- mente ganar la batalla. En otras pala- bras, no pucde anular cl hecho de que alli fue donde perdié, pero puede tratar de poner a cada uno de su lado, de ma- nera que la muerte de Cristo haya sido hecha en vano. Una estrategia que esté en boga hoy es la creencia de que Dios no conoce el futuro. Se la Hama “teologia del proce- so”, y dice que Dios esta en proceso 0 desarrollo continuo asi como todos no- sotros, y que conoce tan poco del futu- ro como lo conocemos nosotros. Un concepto asf torpedea nuestra seguri- dad y esperanza en un futuro conocido, y, por consiguiente, en los resultados de la victoria de Cristo en el Calvario. Nos deja perplejos pensar si el Dios de la teologia del proceso también llama por teléfono a un adivino. Pensamiento de la teologfa del proceso En la teologia del proceso se rastrea la deuda inmediata que tiene con la fi- 49 50 {CRISTO VIENE! losofia en la persona de Alfred N. Whitehead (1861-1947), un profesor de la Universidad de Harvard. Charles Hartshorne (1897-) tomé las ideas de Whitehead y las incorporé en la teolo- gfa cuando estaba en la Universidad de Chicago. Muchos de los recientes te6- logos destacados de la teologia del pro- ceso recibieron su formacién intelec- tual en la Universidad de Chicago. Como una opinién de Dios del siglo XX, la teologfa del proceso rechaza el clasico punto de vista acerca de Dios del siglo XIII como “inmutable” (que no se conmueve por las necesidades humanas), tal como lo propuso Tomas de Aquino (1225-1274). La idea clasi- ca, afirma la teologia del proceso, ve a Dios como el “autor impasible”, quien. cte6 todo pero permanece lejos y no se ve afectado por eso. En cambio, el pen- samiento de la teologfa del proceso po- ne a Dios aqu{, con nosotros, y como. quien también est en proceso de cam- bio. Dados los problemas complejos en que se ven sumidos los posmodernos, la teologfa del proceso parece presentar un enfoque bienvenido acerca de un “dios” mds cercano, uno que estd con nosotros en las luchas de la vida y que queda afectado por ellas. La teologia del proceso también rechaza el punto de vista de Dios de la Reforma (calvi- nista) cuya predestinacién hace caso omiso de la libertad humana. En con- traste con esta ultima idea, el “dios” del proceso permite la libertad humana. La teologia del proceso como una amenaza al cristianismo Muchos consideran la teologia del proceso como una de las mayores ame- nazas actuales al cristianismo. El libro de Ronald Nash cita a Donald Bloesch, quien la considera como “un nuevo ad- versario de la fe cristiana histérica”,! porque “la teologfa del proceso ha lan- zado uno de los desaffos més poderosos a la verdad cristiana ortodoxa en la se- gunda mitad del siglo XX",? dice Bruce Demarest. De hecho, Carl Henry afir- ma que una cantidad de tedlogos libe- rales notteamericanos “apoyan enérgi- camente la teorfa del proceso como la estructura para exponer las creencias cristianas”.} Pero algo atin més sinies- tro esta al acecho. “Hay una nueva tendencia perturbadora entre algunos tedlogos evangélicos para negar la doc- trina biblica de la presciencia”, sefiala William Craig, “y para encontrar una explicacién convincente de pasajes de la Escritura que afirman esta doctrina, sencillamente porque un ataque racio- nal de estos pasajes les parece irrefuta- ble”.t El Evangelical Dictionary of Theology advierte: “La teologfa del proceso toda- via no ha Hlegado a ser una fuerza ma- yor en el banco de la iglesia, tiene mu- cha influencia en el mundo intelectual de los seminarios y los departamentos de graduados, y sin duda es la forma més viable de la teologia neoliberal en los Estados Unidos”. {Por qué tantos consideran que la teologia del proceso es muy peligrosa? La teologia del proceso echa por la bor- da varias creencias biblicas principales, tales como la de la Trinidad, la omnis- ciencia de Dios, la creacién a partir de la nada, la divinidad de Jestis, la resu- rrecci6n, el triunfo final de Dios sobre el mal y la realidad de la futura vida eterna. El fundamento para la mayorfa de las doctrinas distintivas de la teolo- CRISTO CONOCE EL FUTURO 51 gfa del proceso es su pretensién de que la idea monopolar de Dios (atemporal, inmutable, independiente) que se en- cuentra en el tefsmo cristiano, debe ser reemplazada por una idea bipolar de Dios (mudable e inmutable al mismo tiempo). Este tiltimo concepto requie- re un comentario. La perspectiva bipolar de Dios (Hartshorne)? incluye: (1) su naturale- za primordial como trascendente (in- mutable y separada)’ y (2) su naturaleza consiguiente como contingente (cam- biante y dependiente).? {Hasta cierto punto parece como si su “dios” fuera esquizofrénico! La teologia del proceso se enfoca casi exclusivamente sobre la naturaleza légica de Dios (inmanente, 0 dependiente del mundo para su exis- tencia corporal).!° Aqui esté el peligro. En su preocupacién por llevar a Dios més cerca de la humanidad, esta teolo- gia presenta a un ser que es menos que Dios. Contempla a Dios como una mente, con el mundo (el cosmos) co- mo su cuerpo (Hartshorne). Como el mundo cambia sin cesar, cada cambio produce una integridad y plenitud mds grandes para Dios. Por tanto, Dios es contingente (esta cerca del proceso césmico y es una parte de él), o depen- de para siempre del mundo. Pero, jcomo puede él ser Dios si de- pende del mundo? No puede, y ahi est4 el problema. Ese ya no es el Dios de las Escrituras. Aunque la teologfa del proceso afir- ma ver a Dios como més involucrado con el mundo de lo que lo presentan los puntos de vista clasicos acerca de Dios, es discutible si esta teologfa logra esto, tal como afirma Millard Erick- son.'! “El problema real con el pensa- miento del proceso”, dice R. Gruenler, “...es cémo puede posiblemente Dios estar activo en el mundo, siendo que su naturaleza primordial o abstracta no tiene actividad personal excepto como ‘ello’ que recibe de una manera pasiva la realidad concreta del mundo”.'? La forma en que la teologfa del pro- ceso encara la dependencia de Dios so- bre el mundo, hace imposible para sus exponentes el ver a Dios como el Crea- dor del mundo a partir de la nada (ex nihilo). Mas bien, su existencia eterna parece estar en deuda con el universo, lo opuesto del concepto biblico de la “creacién a partir de la nada” hecha por Dios. Como lo expresé William Craig, “la teologia del proceso se opo- ne diametralmente a la doctrina biblica de la creacién”.!? De acuerdo con Hartshorne, Dios formé el presente universo de un universo primitivo y de su potencialidad para la transforma- cin. Pero ese mundo fue hecho simi- larmente de otro mundo anterior, y és- te, de uno atin més anterior, ad infini- tum. De esa manera, el “orden mundial actual no es sino el més reciente de una infinidad de universos previos en una serie que se extiende atrés en un tiempo sin comienzo”.'4 Aqui tenemos la teorfa evolucionista que se proyecta hacia atrds hasta el infinito. Segiin la teologia del proceso, Dios es dependiente del mundo; por tanto, no conoce el futuro; es decir, espera para ver lo que va a pasar, exactamente co- mo el resto de nosotros. Debido a que Dios conoce completamente el presen- te y el pasado, puede tener un conoci- miento mejor de las posibilidades furu- tas, pero su conocimiento de los even- tos futuros es tan dependiente de esos 32 iCRISTO VIENE! acontecimientos que estan sucediendo, como es dependiente del mundo (cos- mos) para su cuerpo. Tal como lo ex- presa Whitehead: “El futuro es comple- ta y radicalmente abicrto”,!* no es co- nocido o conocido perfectamente para Dios. De esa manera, el infinito ha lle- gado a ser finito, el Creador es contin- gente sobre la creacién, y el Omnis- ciente ya no conoce el futuro. El “dios” de la teologia del proceso no esté identificado ni con el mundo (pantefsmo) ni alejado del mundo (deismo). Tiene el mundo dentro de su ser, aunque el mundo no agota su ser (panentefsmo).!6 Como resultado, el “dios” de la teo- logia del proceso es menos que el Dios de la Biblia, aun cuando la teologia del proceso cree que su idea de Dios es un adelanto sobre el concepto clasico de Dios. Aqui vemos que proceso no sig- nifica progreso. Representa lo opuesto: reduccionismo. Sin embargo, parad6ji- camente, esta “hechura de Dios a nues- tra imagen” sale de la cosmovision evolucionista de nuestro tiempo. Co- mo lo declara el Encyclopedic Dictionary of Religion, “la conviccién central del pensamiento del proceso es esa insis- tencia cientifica sobre la evolucién”."” Habiendo aceptado como una pre- suposicidn basica que todo esté evolu- cionando, incluyendo la humanidad, los pensadores del proceso leen ese concepto acetca de Dios. El también debe estar evolucionando.'® Al aceptar la cosmovisién evolucionista de Dios, visién que no es biblica, la teologia del proceso termina en un “dios” que no es biblico. Si consideramos la evolucién. como proceso, como un cambio para mejor, terminamos en realidad con un cambio para peor a causa de su concep- to de Dios. “Cualquier otra cosa que pueda decirse acerca de la teologia del proceso como una conceptualizacién contempordnea de una teoria de Dios”, dice Carl Henry, es que “su deidad no es ciertamente el Dios de la Biblia”.” El asunto de la libertad personal —Norman, yo no creo que Dios co- nozea el futuro ~argumenté conmigo un estudiante doctoral en la Universi- dad de Edimburgo, en Escocia-. {Si co- nociera el futuro, entonces yo no seria libre! {Por qué? -le respondi. —Porque en el momento que permi- to que Dios conozca cada cosa que haré a través de mi vida, entonces tendré que hacer esas cosas quiera 0 no. En- tonces, no soy libre. Esta es una preocupacién legitima con los que estén promoviendo el pen- samiento del proceso. Si los posmoder- nos desean alguna cosa, desean la liber- tad. Hablamos durante mucho tiempo. Desde entonces, he reflexionado més en nuestra discusién. Si Dios no conoce el futuro, entonces, jpuedo ser real- mente libre, libre para confiar en un objetivo determinado con la seguridad en un Dias que conoce lo que esta ha- ciendo? Aun la libertad para el futuro requiere un conocimiento en el que us- ted pueda confiar. “Tal vez ninguna otra drea de doc- trina ha sido debatida més consistente- mente a través de los 20 siglos de vida cristiana que la de la soberanfa de Dios y la responsabilidad del hombre”, ob- serva D. Carson.” La teologia del pro- ceso es sencillamente cl ejemplo mas CRISTO CONOCE EL FUTURO 53 reciente de esa discusién continua. Los teélogos del proceso afirman que si Dios conoce completamente el futuro, entonces el concepto de la li- bertad humana no tiene sentido.?! Creen que el conocimiento del futuro que tiene Dios (omnisciencia) y la bertad humana son mutuamente exclu- sivas. De este modo, o Dios conoce to- dos los detalles del futuro incluyendo las decisiones humanas, o los humanos son verdaderamente libres y Dios me- ramente permanece abierto al futuro, esperando ver cuéles seran las decisio- nes de los humanos. Una dimension més profunda Sin embargo, hay otra dimensién més profunda involucrada en esto. Por- que los pensadores de esta tealogia di- cen en realidad: “Si hay que liberar a Dios de la responsabilidad del mal, en- tonces los seres humanos deben ser libera- dos de las restricciones de la omnisciencia divina”. Aparentemente, al menos para algunos, la fuerza impulsora para lo pri- mero deriva de lo segundo. Un deseo 0 necesidad para poseer libertad personal estimula su busqueda. Estén més inte- resados en la libertad personal que en cualquier otra cosa. “Aunque trata de ofrecer una solucidn al problema del mal limitando el poder de Dios”, dice R. Gruenler, “estoy convencido de que su motivo real es proteger la libertad humana contra la amenaza de un Dios soberano”.?? La idea de que la libertad humana no tiene sentido si Dios conoce com- pletamente el futuro no es una légica mejor que la de Jean-Paul Sartre, quien exclamé: “Si Dios existe, entonces el futuro esté determinado y no soy libre. Pero soy libre; por tanto, Dios no exis- te”.3 O por qué no aceptar la légica de la posicién de Jonathan Edwards: “Si cada evento tiene una causa, entonces también la tienen las elecciones huma- nas; Dios es la Primera Causa de todas las cosas y, por consiguiente, Dios debe ser la causa de nuestras elecciones li- bres”.’+ Evidentemente, la légica sola no es suficiente. La légica informada por la Escritura proporciona el unico sendero seguro al conocimiento. Idea imperfecta de libertad Lo esencial del caso puede encon- trarse en una comprensién imperfecta de la libertad. La premisa: “Si Dios no tiene limites (es decir, es omnisciente), entonces yo no soy libre”, presupone que la libertad incluye “libertad de Dios”. Sin embargo la Escritura es clara al respecto, y dice que “donde esté el Espiritu del Sefior, alli hay libertad” (2 Cor. 3:17). Paradéjicamente, no les lle- ga a quienes la buscan (como parecen creer los tedlogos del proceso) sino a los que no la buscan. Porque, “todo el que quiera salvar su vida la perderd; y todo el que pierda su vida por causa de mi y del evangelio, la salvard” (Mar. 8:35). Como lo expresa Gruenler: “La libertad no se define como un poder auténomo fuera de Dios, sino més bien como la buena disposicién de la criatu- ra para scr fiel y abnegada en el servi- cio a Dios y a Jesucristo”.” Verdadera libertad La Escritura describe la libertad co- mo un don dado por Cristo. De hecho, el don viene con el Dador 0 el Dador con el don. Fuera de Jesucristo no exis- te libertad. Dijo Jests: “Asf que, si el 54 {CRISTO VIENE! Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36). Dejé el cielo para realizar ese propésito. La salvacién no es meramente un mensaje enviado sino un Salvador presente. Cristo vino a li- berar a los cautivos (Isa. 61:1; Luc. 4:18). Nuestro Salvador llama a la gen- te a que vaya a él: “Venid a mi todos los que estdis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mat. 11:28). Y los invita a permanecer en él: “Perma- neced en mi... porque separados de mi nada podéis hacer” (Juan 15:4, 5). Es una invitacion tierna, que no ejerce coaccién. Al aceptarla encontramos que no tenemos nada que perder y mu- cho para ganar. La relaci6n con Cristo demuestra que la libertad més profunda en el mundo resulta de ser su esclavo. Cuan- do se conoce la verdad, la verdad nos hace libres (Juan 8:32). Descubrimos. que “mucha paz tiene los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” (Sal. 119:165). A través de una experiencia en Cristo aprendemos que “ni la muer- te, ni la vida, ni angeles, ni principa- dos, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podré se- parar del amor de Dios, que es en Cris- to Jestis, Sefior nuestro” (Rom. 8:38, 39). La verdad acerca de Dios La verdad que nos hace libres es la verdad acerca de Dios. La Escritura no presenta a Dios como un soberano in- diferente, que anula la libertad huma- na. De hecho, aunque en lenguaje an- tropomérfico, puede inclusive hablarse de Dios como “arrepintiéndose” (véase Gén. 6:6; 1 Sam. 15:11, 35, NVI; Amés 7:3, 6). “Un lenguaje asi”, dice Carson, “aplicado en forma tan regular a la Deidad, no tienen ningtin paralelo en la literatura del Cercano Oriente”.’6 Ademés, entre las caracterfsticas que se le atribuyen a Dios, la Escritura menciona “benignidad, bondad... man- sedumbre” (Gal. 5:22, 23), términos que dificilmente definen a un soberano arbitrario. Cristo como Revelacién de Dios La revelacién mds clara y més au- téntica de Dios se encuentra en Jesu- cristo. Pudo decir apropiadamente: “El que me ha visto a mi, ha visto al Pa- dre” (Juan 14:9). Exploraremos las si- guientes facetas de esta revelacién: (1) el plan eterno y las profectas, (2) el Dios que cambia, (3) la vida de Cristo y (4) la cruz. 1. El plan eterno y las profecias Antes de la caida Jestis se reunié en consejo con el Padre para llegar a ser el Salvador de la humanidad (véase Zac. 6:13). La Escritura también habla de Cristo como “el Cordero que fue inmo- lado desde el principio del mundo” (Apoc. 13:8). Las profecfas del Anti- guo Testamento demuestran la omnis- Ciencia de Dios al predecir detalles es- pecificos que le sucederfan al Mesfas Jestis, tanto en su vida como en su muerte (véase Sal. 22; Isa. 53 y 61). 2. El Dios que cambia La encaracién de Dios en la histo- ria humana hace afiicos al hombre de paja de la teologia del proceso. Porque Jesis como Emanuel, Dios con noso- tros, contradice cualquier idea de un Dios impasible, es decir, de un Dios CRISTO CONOCE EL FUTURO 55 que no se involucra con la humanidad. En realidad, la Escritura habla de Dios en términos de “llegar a ser”. Porque “el Verbo eta Dios... Y aquel Verbo fue he- cho came, y habité entre nosotros” (juan 14:1, 14). Es este llegar a ser —lo que se encuentra en el mismo corazén del evangelio, el mismo centro de las buenas nuevas de la Escritura— lo que los tedlogos del proceso necesitan to- mar con seriedad. Por fallar en pensar a través de este llegar a ser, han dado un salto en la oscuridad en el llegar a ser de la filosoffa de Whitehead. {Por qué sus- tituyen el llegar a ser de la Escritura por un llegar a ser creado por el hombre? Ademis, el legar a ser del pensamien- to del proceso est diametralmente opuesto al llegar a ser de la Escritura. Para el “dios” de la teologia del proceso, tal Hegar a ser es un llegar a ser de necesi- dad, porque su dependencia del mundo es esencial para su propia realizacién. Como el mundo, segin cabe suponer, Hlega a ser mejor (por la evolucién), ast el “dios” del proceso tiene parte en este provecho. No es asf con Cristo. Como Dios, vino voluntariamente por el bien de los demas y no por su propia necesi- dad (véase 2 Cor. 5:18). El mismo lle- gar a ser del pensamiento del proceso y el de la encamacién json mundos to- talmente distantes el uno del otro! El llegar a ser del pensamiento del proceso es un llegar a ser de crecimiento, mien- tras que el llegar a ser de la encarna- cién implicé pérdida. Existiendo en la forma de Dios, Cristo tomé la forma de la humanidad (véase Fil. 2:5-7). Significa que el Dios omnipresente (véase Sal. 139:7; Jer. 23:23, 24; Hech. 17:27, 28) Ilegs a es- tar localizado en un cuerpo humano fi- nito (véase Heb. 10:5). Puede haber alguna condescendencia espacial ma- yor que esa? A diferencia del dios limitado del pensamiento del proceso, la encarna- cién entrafié un autolimitamiento (re- nunciando a su omnipresencia y usando pocas veces los otros atributos divinos). Aqui percibimos la distincién més pro- funda entre el crecimiento que ensefia la teologia del proceso y el cambio de la encamacién. Porque al mismo tiempo que lleg6 a ser humano, Cristo no dejé de ser Dios. Del interior de esta nueva forma humana fue capaz de revelar a qué se parece Dios. Por medio de ese cambio ahora pudo representar al Dios inmutable. Por contraste, el “dios que crece perpetuamente” de la teologfa del pro- ceso nunca puede dar una autorrevela- cién significativa, porque cualquier manifestacién quedarfa obsoleta al mo- mento siguiente. El pensamiento del proceso no tiene encarnacién, y de aqui que se aferra a alguna conexién de Dios con la humanidad teniendo al mundo como su cuerpo. Cuanto mejor es la verdadera encarnacién, en la cual un cambio genuino implicé que Dios llegara a ser lo que nunca antes habia sido (humano) al tiempo que permane- cfa siendo totalmente Dios. De esa ma- nera, Dios Ilegé a relacionarse con la humanidad desde el interior de la his- toria humana. Llegé a ser el Dios-hom- bre, uno de nosotros. ;Sencillamente, usted no puede conseguir nada que sea més relevante que eso! 3. La vida de Cristo La Escritura revela a Dios viviendo entre los seres humanos en Jesucristo. 56 iCRISTO VIENE! Y el cuadro que nos da no es el de al- gin soberano arbitrario, sino el de Uno que respeta auténticamente la libertad de sus criaturas. En realidad, su pueblo habia perdido la libertad legitima no porque estaban atados debajo del yugo romano, sino porque eran esclavos de doctrinas hechas por hombres (tan pre- cisamente tan de factura humana como mucho del pensamiento del proceso). De modo que Cristo emprendié su ministerio publico con las resonantes palabras: “El Espiritu del Sefior est so- bre mi, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de coraz6n; a pregonar libertad a los cau- tivos, y vista a los ciegos; a poner en li- bertad a los oprimidos; a predicar el afio agradable del Sefior” (Luc. 4:18). Leyé de Isafas 61:1, escrito unos 700 afios antes. Después, concluyé dicien- do: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Luc. 4:21). Y li- berté a los prisioneros, por medio de la proclamacién de la verdad que nos ha- ce libres (véase Juan 8:32), perdonan- do el pecado, sanando a los enfermos y resucitando a los muertos. Todo lo que Cristo hizo fue para be- neficio de los humanos. Vivié para otros. Su vida nunca refleja nada de un soberano arbitrario que anula la liber- tad humana. Contempla su mansa pa- ciencia mientras perdona a la mujer adtiltera que fue a él siete veces (véase Luc. 8:2; Mar. 16:9). Practicé en verdad lo que le ensefio a Pedro, a perdonar 70 veces 7 (véase Mat. 18:22). {Cudntas personas totalmente inocentes, aunque condenadas, podrian orar por quienes los crucificasen (“Padre perdénalos”; Luc. 23:34) como lo hizo él? 4. La cruz Al llegar a la cruz alcanzamos el ni- vel més profundo desde el cual pode- mos obtener un entendimiento autén- tico de Dios. Ahi, en el Calvario, la teologia del proceso recibe su golpe mortal. Cristo no murié para salvar a los se- res humanos de la soberania de Dios sino de la esclavitud de Satands. Fundamen- talmente, en el Calvario liberé a los ptisioneros. Por medio de su muerte trajo la vida. La cruz liberé al mundo de Satands el usurpador. Allf exclamé: “Dios mio, Dios mio, por qué me has desamparado?”” (Mat. 27:46), precisa- mente porque no habia desamparado a la humanidad. Estuvo dispuesto a hun- dirse en el abismo para tender un puente sobre el abismo entre Dios y la humanidad. Evidentemente, cada miembro de la Trinidad suftié en esa lucha de separa- cién, como sélo lo puede comprender el amor eterno y perfecto de cada uno de los miembros de la Deidad por los otros. iQuién més tiene un amor perfecto por otros, quién més ha amado para siem- pre? El eterno “Dios es amor” (1 Juan 4:16). Cuando empezamos a compren- der que Dios sufrié hasta tal punto para ganar la libertad humana, cualquier idea de que un Dios soberano destruye la libertad humana queda expuesta co- mo falsa. El Calvario define la soberanfa como una entrega total y abnegada de uno mismo para ganar la libertad de otros, sin tener en cuenta el costo para uno mismo. Gustav Aulen denomina “amor soberano” a esa soberania. Teologia sin cruz La cruz fue locura para los griegos (1 CRISTO CONOCE EL FUTURO 57 Cor. 1:22-24) y es intrascendente para la teologfa del proceso. “Los tedlogos del proceso dedican relativamente po- ca atencién a la cruz”, sefiala Bruce Demarest, “creyendo que el centro del logro de Jestis reside en su vida més bien que en su muerte”. El pensamiento del proceso no toma seriamente al pe- cado, no considera una vida futura y no estima a Jestis como divino. jNo es maravilla que su teologfa sea una teolo- gia sin cruz! Como observa Gunton, “la teologia de Hartshorne es irremediablemente antropomérfica”.2? La teologta del proceso pasa por alto el hecho de que la verdad acerca de Dios es mds nitida en el Calvario antes que en el cristiano. Un enfoque tal cam- biarfa su antropologia en una auténtica teologfa. La teologta del proceso fracasa en darse cuenta de cudn centrada en la cruz es la Escritura. Por ejemplo, las profectas mesignicas del Antiguo Tes- tamento, los sactificios en el Santuario y los servicios religiosos, todos se pro- yectaban adelante, a la cruz. Cada ce- lebracién anual de la fiesta de la Pas- cua tipificaba al Calvario, sefialando al don venidero, y de ese modo compartia el mismo don. Cuando alguien promete casarse, esa promesa viene con el mis- mo amor que se expresa en el dia de la boda. De igual manera, podemos com- prender correctamente la profecta sélo a la luz del Calvario —porque la pres- ciencia de Dios, que se da en las profe- fas, es sencillamente pata beneficio de la libertad humana auténtica asf como lo fue la muerte de Cristo-, que era ha- cia donde sefialaban. Por tanto, la so- berania divina no es més arbitraria que el Calvario. El Nuevo Testamento habla de un mundo cambiado después de la cruz. El Calvario hizo una diferencia decisiva en la historia humana. El mundo ya no es mas el mundo de Satands. Cristo ob- tuvo de nuevo el derecho para gober- narlo. Es el mundo de Cristo. Y como tal, nuestro mundo se desplaza hacia la realizacién completamente visible del Calvario en el cambio fisico que ha de ocutrir. Mientras tanto, las profectas concernientes a la segunda venida de Cristo y a la tierra nueva después del milenio son el latido mismo del Nuevo Testamento. En el tiempo entre el Calvario y su segunda venida, Cristo viene a noso- tros por medio del Espiritu Santo y por medio de él contintia siendo el Dios que se relaciona con nosotros. Porque él mora entre nosotros para cambiar- nos. Esta descripcién biblica de Dios entre los humanos supera por lejos al “dios” limitado a este mundo que pre- senta la teologia del proceso. De manera que la categoria de “cambio” es biblica. Pero “cambio”, co- mo lo define el pensamiento del proce- so, es demasiado estrecho cuando se aplica tanto a Dios como a los huma- nos. Porque en el tiempo del fin, “to- dos seremos transformados” (1 Cor. 15:51, 52; véase también 2 Cor. 3:18). Conclusién Aunque tengo simpatfa por cual- quier intento de obtener un entendi- miento correcto de Dios —pot eso cues- tiono aspectos del Dios inmutable de Tomas Aquino y rechazo el Dios de la predestinacién de Juan Calvino-, la teologia del proceso presenta una pers- 58 {CRISTO VIENE! pectiva igualmente incorrecta de Dios. Necesitamos juzgar los tres criterios acerca de Dios a la luz de la revelacién que Cristo presenta de Dios. Lleg6 a ser humano (contra la inmutabilidad); vi- no para toda la humanidad (contra la predestinacién); y él, como Dios, vino para redimir al hombre cumpliendo la profecta biblica, y volverd para dar vi- tra la teologfa del proceso). En Jesucristo descubrimos a Dios, quien también Ileg6 a ser humano, un Dios que se acercé fntimamente a la humanidad. En Cristo encontramos evidencias de que Dios conocfa el futu- ro cuando profetizé su primer adveni- miento. Y podemos descansar seguros de que también conoce el futuro acer- da eterna a los que le tesponden (con- ca de su segundo advenimiento. Referencias: " Ronald H. Nash, ed. Process Theology (Grand Rapids: Baker, 1987), p. 49. 2 Ibid, p. 63. Demarest nota que “algunos evangélicos jévenes, particularmente dentro de la tradicin armini tna, han participado en aspectos de la teologia del proceso” (p. 64). Gruenler llama a esto “el compromiso det teismo del proceso” (R. G. Gruenler, The Inexhaustible God. Biblical Faith and the Challenge of Process Theism {Grand Rapids: Baker, 1983), p. 44). Carl F. Henry, “A Critique of Process Theology”, en Readings in Christian Theology: The Living God, M. K. Erickson, ed. (Gran Rapids: Baker, 1985), t. 1, p. 400. + William L. Craig, The Only Wise God: The Compatibility of Divine Foreknowledge and Human Freedom (Grand Rapids: Baker, 1987), p. 12. Walter A. Elwell, ed., Evangelical Dictionary of Theology (Grand Rapi * Véase Nash, p. 19. Charles Hartshorne, A Natural Theology of Our Time (La Salle, Ilinois: Open Court, 1967), p. 128, Harts- home escribi6 conceriente a Dios lo siguiente: “Es finito e infinito, eterno y temporal, necesario y contingent”. Sobre su punto de vista bipolar de Dios como primordial y légico, véase la p. 278. "La naturaleza primigenia incluye las caracteristicas siguientes: abstracta, necesaria, trascendente, etema, po- tencial, tinica, infinita, causa, absoluta ¢ inmutable. * Su naturaleza consiguiente incluye las caracteristicas siguientes: concreta, contingente, inmanente, temporal, actual, muchas, finita, efecto, relativo y mutable. Para estas y aquellas de la nota 1, véase Nash, p. 19. "© La teologia del proceso considera el cambio como relacionado solamente con fa naturaleza l6gica de Dios. La natutaleza primigenia es inmutable, absoluta y etema, mientras que la naturaleza consecuente es cambiante, re- lativa y temporal "' Millard J. Erickson, Christian Theology (Grand Rapids: Baker, 1985), p. 281. “Aunque la teologta del proce- so aparenta ver a Dios como un ser personal, a diferencia del autor impasible impersonal de la metaffsica griega [preocupacisn filossfica con la realidad ltimal, es cuestionable si esto es realmente el caso. Dios parece set poco ‘més que un aspecto de la realidad. No esté claro en qué sentido es un ser personal, un ser que acti. "Gruenler, p. 124 Nash, p. 145. "4 Ibid, p. 147 En John B. Cobb, h., y David R. Griffin, Process Theology: An Introductory Exposition (Filadelfia: West- minster, 1976), p. 112. Véase Van A. Harvey, A Handbook of Theological Terms (Londres: George Allen y Unwin, Ltd., 1966), p. 147 ss "Paul K, Meagher, T. C. O'Brien y C. M. Aberne, eds., Encyclopedic Dictionary of Religion (Washington, D.C: Corpus, 1979), t. 3, p. 2893. "8 Henry, en Readings in Christian Theology: The Living God, p. 401 4. Baker, 1984), p. 884. ®°D, A. Carson, Divine Sovereignty and Human Responsibility (Atlanta: John Knox, 1987), p. 219. 8 Aun los te6logas mas conservadores que han aceptado una posicién modificada de la teologfa del proceso CRISTO CONOCE EL FUTURO 59 ‘mantienen esta afirmacisn. Por definicién, un adventista del séptimo dia cree en la escatologfa, 0 sea, en el estudio de los acontecimientos finales. El concepto de la apertura de Dios, que no conoce el futuro, descruye la plenitud de la escatologta biblica,y elimina la seguridad, la certidumbre y un sentido de urgencia. Torpedea e! mensaje y la mi- sin proféticos, Gnicos, de la Iglesia Adventist 2 Gruenler, p. 78 * En Avid y Randall Basinger, Predestination and Free Will (Downers Grove, Ilinois: InterVarsity, 1986). p. 6. ™ Ibid *Gruenler, p. 39. Carson, p. 35. Colin E. Gunton, Becoming and Being, the Doctrine of God in Charles Hartshorne and Karl Barth, p. 222. CapiTuLo 4 Cristo esta al mando de los eventos finales I jumbo de la compafifa Japan Fisine silbaba mientras se desli- zaba velozmente a través del cie- lo. Mi esposa y yo, con nuestros cuatro hijos, miramos alrededor del gigantesco avién. Nunca antes habiamos volado en un jumbo. Habiendo despegado de Tokio, Japén, unas horas antes, ahora estébamos cruzando la India. De repen- te, sin ningin aviso, el gigantesco avién se encontré con un pozo de aire y se desplomé més de mil metros al pasar sobre Nueva Delhi. Los platos volaron de las bandejas. La aeronave salié de esa caida casi en el vacio. Podfa sentir la sacudida de las alas gigantes mientras iba ganando al- tura lentamente. Y entonces sucedi6. Una tormenta provocada por un mon- 26n golpeé violentamente al aparato. Los rel4mpagos fulguraban por todos lados. La Iluvia cafa a diluvios. La aero- nave se estremecié y se sacudié. Leona, mi esposa, y yo unimos nuestras manos mientras cantébamos suavemente y ordbamos juntos. Le llevé mas de una hora pasar a través de esa tormenta. Vez tras vez yo repetia: “El eterno Dios 60 es tu refugio, y acé abajo los brazos eternos” (Deut. 33:27). Ain por debajo de las alas tensas de un jumbo, Dios tiene sus brazos eternos. El estaba al mando. Huida de Egipto La huida del pueblo de Israel de Egipto nos hace comprender algo me- jor el viaje que nos espera a través de los acontecimientos del tiempo del fin. Asi como las plagas golpearon a Egipto (Exo. 8-11), de la misma forma seran derramadas sobre todo el mundo (Apoc. 16). Asf como Cristo Ilevé a su pueblo a través del Mar Rojo para li- brarlo y para destruir a sus enemigos, asi también volveré a Ilevarlo en una escala mundial durante los aconteci- mientos finales. “Yo soy Jehové; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidum- bre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes” (Exo. 6:6), pro- metié Cristo. En el fin del tiempo, la Babilonia espiritual oprimiré al pueblo de Dios (véase Apoc. 13:12-15) pero Dios la juzgard: “Dios os ha hecho justi- CRISTO ESTA AL MANDO DE LOS EVENTOS FINALES 61 cia en ella” (Apoc. 18:20; compare con Apoc. 19:2). Dios le dijo a su antiguo pueblo: “Vosotros visteis lo que hice a los egip- cios, y cémo os tomé sobre alas de Aguilas, y os he traido a mi” (Exo. 19:4). En el Nuevo Testamento leemos la parabola de la oveja perdida. Cuando Cristo la encontré, no le dijo: “jTa no vales para nada! {Por qué abandonaste el rebatio y me diste trabajo extra?” No. “Y cuando la encuentra, Ileno de alegria la carga en sus hombros y vuelve ala casa” (Lue. 15:5, 6, NVI). Ahi lo tiene. Cristo est emperiado en la tarea de conducir a su pueblo por todo el camino hasta el cielo asi como sacé a Israel de Egipto y a través del Mar Rojo, y asf como llevé a la oveja perdida a lo largo de todo el camino hasta llegar al redil. Es urgente y vital que captemos este cuadro. Cristo es responsable por conducirnos a través de los eventos finales en cl planeta Tie- tra. A menudo tenemos temor de los acontecimientos finales porque nos imaginamos que los soportaremos so- los. Cristo nunca nos pide que haga- mos algo por él sin antes prometernos que estar con nosotros. Cuando dijo: “Por tanto id, y haced discfpulos a to- das las naciones”, afiadié: “...y he aqut, yo estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:19, 20). Mientras hacemos frente a la tor- menta que se avecina, Cristo nos invi- ta: “Venid a mf todos los que estdis tra- bajados y cargados, y yo os haré des- cansar” (Mat. 11:28). “No te desampa- raré, ni te dejaré” (Heb. 13:5). “Perma- neced en m¢”, porque “separados de mf nada podréis hacer” (Juan 15:4, 5). Siempre debernos mantener estos dos hechos juntos. Primero, Cristo no s6lo estar4 con nosotros sino que nos: conducird a través de los eventos fina- les. Segundo, separados de Cristo nada podemos hacer. En consecuencia, es absolutamente necesario que esté con nosotros. Nuestra responsabilidad es estar dispuestos a que nos Ileve. Es él el que nos lleva en sus brazos. El Mar Rojo Allf estan, jatrapados! El Mar Rojo parecfa imposible de cruzar, y el ¢jército més poderoso del mundo estaba listo para hacer una carnicerfa con ellos en sus orillas. Humanamente hablando, no habfa escape posible. Aterrorizados, “clamaron a Jehova” (Exo. 14:10). Y vino la promesa de Cristo: “No temdis; estad firmes , y ved la salvacién que Je- hovd hard hoy con vosottos; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca més para siempre los veréis. Jehova pe- learé por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Exo. 14:13, 14). Note que Cristo era el que los iba a librar. Nin- guna mano humana podfa retener el agua para que Israel pasara por en me- dio del mar, en seco. Ninguna mano humana podfa soltar aquella misma agua para que ahogara a los egipcios. Esa era la especialidad de Dios. El pue- blo de Israel sdlo tenfa que confiar en que Cristo harfa lo que habia prometi- do y caminar a través del mar. jQué pequefia fue su parte compa- rada con la del Sefior! jEstarfan dis- puestos a permitirle que los llevara a través de aquel gran tiempo de prueba? Podfan resistirse y no saltar sobre el le- cho del mar. Al tener temor de sus eventos finales, creyendo que la muerte era inminente, podian, de hecho, pere- 62 {CRISTO VIENE! cer a manos de los egipcios. E] punto crucial es que, aunque las circunstan- cias les decian que no habia escapato- ia, que ese era su fin, confiaron mas en Cristo que en la situacién que los ro- deaba. Lo vieron a él més alld de la cri- sis. Por eso, “por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca” (Heb. 11:29). El salmista describe el cruce del Mar Rojo. Es evidente que cuando los israelitas desviaron la vista del ejército egipcio y miraron a Cristo, Cristo les manifesté su presencia. “Te vieron las aguas, oh Dios; las aguas te vieron y te temieron; los abismos también se estre- mecieron. Las nubes echaron inunda- ciones de aguas; tronaron los cielos, y discurtieron los rayos. La voz de tu trueno estaba en el torbellino; tus re- lampagos alumbraron el mundo; se es- tremecié y tembl< la tierra. En el mar fue tu camino, y tus sendas en las mu- chas aguas; y tus pisadas no fueron co- nocidas” (Sal. 77:15-19). Cuando los israelitas dejaron de te- ner miedo de sus eventos finales y en vez de eso miraron a Cristo, fue cuan- do vieron que el mismisimo enemigo tenfa raz6n para temer. En nuestros eventos finales que nos esperan tam- bién veremos que el enemigo tendré toda la raz6n para sentir temor. jEn qué lado preferiria haber estado: en el del indefenso pueblo de Israel, o con el ejército mds poderoso del mundo de aquel entonces? Claramente, las cir- cunstancias son engafiosas. Cristo cam- bia radicalmente el resultado que se percibe. Nuestro mayor peligro Los que cruzaron el Mar Rojo no pudieron olvidar esa experiencia pavo- rosa. Y sin embargo, y de una manera tragica, muy pronto perdieron de vista al que los haba conducido por el Mar Rojo. En el monte Sinaf construyeron el becerro de oro. “Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te saca- ron de la tierra de Egipto” (Exo. 32:4). Se hicieron un fdolo con sus propias joyas. Levantaron algo de su propia creacién para que fuera su dios, y Ie atribuyeron la salvacién milagrosa de los egipcios a un objeto que acababan de hacer. Israel tenia que aprender que atin los corderos representando al Cor- dero de Dios no eran mas que anima- les. Al adorar al becerto de oro, los is- raelitas buscaron algo que podfan ver y manejar. Pero al hacer eso, adoraron la obra de sus propias manos. Necesita- ban darse cuenta de que eran la crea- cién de Dios, no los creadores de dio- ses. Sélo necesitaban comprender su absoluta dependencia de su Creador para la vida de cada dfa, lo mismo que en los tiempos del cruce del Mar Rojo. Nuestro peligro es el mismo. Toda- via creamos nuestros dioses: el dios del éxito financiero, el dios de la posicién, el dios llamado “ocupacién profesio- nal”. La lista es interminable. Todos modelados por nuestras manos. Adora- mos a nuestras criaturas antes que al Creador. Creo que Dios esta tratando de conseguir que su pueblo comprenda su propia impotencia mientras hace frente a los eventos finales. No desea que Ileguen a tener miedo y a perder la esperanza, sino que intenta que com- prendan la enormidad de la crisis veni- dera. Dios desea que vayan a él, depen- diendo totalmente de él para que co- CRISTO ESTA AL MANDO DE LOS EVENTOS FINALES 63 nozcan como nunca antes que él solo es su Creador y Redentor. Entren y posean la tierra Llegé el tiempo para poseer la tierra prometida. Los espfas la exploraron y trajeron sus informes. —Es una tierra que fluye leche y miel ~dijo Caleb. ~Pero viven en ella gigantes terti- bles —contesté otro. No, verdaderamente es un pais maravilloso. Dejamos Egipto para po- seerlo. Dios se encargard de los gigan- tes. ; Vayamos! —exhorté Josué. ~No los escuchen —varios gritos en. voz alta repercutieron por el campa- mento-. jEsos gigantes son muy altos! iNo podremos vencerlos! Otro dijo a gritos: —Los gigantes nos matardn, y ;quién desea morir? El desierto es mds seguro, jquedémonos aqui! Asf sucede también hoy. Una ley dominical internacional hard que seamos odiados por todo el mundo ~dice a gritos uno. ~El gran tiempo de prueba es terri- ble. Habré un decreto de muerte. Mori- remos todos —gime un santo aterroriza- do. ~Tenemos que vivir sin intercesor —se lamenta otro. -El Espiritu se retirard de la tierra ~clama un peregrino desalentado. El tiempo de la angustia de Jacob ser4 una intensa angustia mental —sus- pira un cristiano preocupado. No somos diferentes del antiguo Is- rael, ;verdad? iDénde est el Dios del Mar Rojo? No ha abandonado a su pueblo. Ellos lo abandonaron. Fue de nuevo la expe- tiencia del becerro de oro, por lo me- Nos en cuanto a lo que se refiere a per- der de vista a Cristo. El problema basi- co de Israel en este caso, y a través de la mayor parte de su historia, fue que fallaron en mantener el poder de Dios ante su vista. No pensaron en su pre- sencia ni lo contemplaron més alld de sus crisis intermitentes. Si hubieran puesto al Sefior delante de ellos, no se- rian conmovidos (Sal. 16:8). Lo mismo pasa con nosotros. {Qué es lo que satura su mente cuando piensa en los acontecimientos finales? jEclip- san esos acontecimientos todo lo de- més? jLo abruma la perspectiva de la dificultad? La crisis venidera, jle deja lugar para pensar en Cristo? Gigantes, eso es lo que son. Pero si contempla a Cristo, iqué es lo que ve? El Calvario, la victoria, el mundo y sus eventos es- tén en las manos de Cristo. El esté al mando. Su rostro Ilena la pantalla mental. Mientras los eventos atin estan en lontananaa, él se encargaré de ellos. E| otro gigante Israel contemplé desde un monte a un lado el que ocupaban los filisteos al otro lado. Un valle se extendfa entre ambos montes (véase 1 Sam. 17:3). {Cuando comenzarfa la batalla? “Por la mafiana y por la tarde... durante cua- renta dfas” (v. 16) Goliat caminé a tra- vés del valle para inctepar a Israel. Ochenta veces dijo a voz en cuello: “Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo” (v. 10). “Los ejércitos de Is- rael estaban deprimidos. Su 4nimo des- fallecis”.' “Y dijo David a Satil: No desmaye el corazén de ninguno a causa de él; tu 64 jCRISTO VIENE! siervo ir y peleard contra ese filistco” (v. 32). Saal objeté que David era un muchacho (véase el v. 33), pero David no se estaba comparando a si mismo con el gigante; estaba comparando a Dios con el gigante. El gigante pensé que cualquier en- cuentro entre él y el muchacho David no seria combate. Pero David crefa que para Dios no seria un combate el en- cuentro entre él y el gigante. El gigante “tenia una estatura de ca- si tres metros” (v. 4, NVI)? Su “arma- dura pudo haber pesado unos 57 kilos”. Sélo la punta de su espada “pesaba en- tre 6 3/4 kilos y 7 1/4 kilos”.’ En sus dias el rey Satil pasaba por gigante. De hombros artiba, “sobrepasaba a cual- quiera del pueblo” (1 Sam. 9:2). Pero “Satil carecia de las cualidades superio- res que constituyen la verdadera sabi- durfa, No habfa aprendido en su juven- tud a dominar sus pasiones impetuosas y temerarias; jamas habia sentido el po- der renovador de la gracia divina”.+ Aunque joven y mas pequefio, David era un gigante en el Sefior. El joven pastor rehusd la armadura de Satil. Dijo: “Jehova, que me ha li- brado de las garras del len y de las ga- rras del oso, él también me librard de la mano de este filisteo” (1 Sam. 17:37). Cuando el gigante filisteo vio a un muchacho desarmado que venta contra 4l, se sintié como se sentiran los impios contra el pueblo de Dios en el fin. “jEx- terminalo/exterminalos!” “Eliminalo/e- liminalos!” El filisteo maldijo a David por sus dioses. “Ven a mi”, le dijo, y “da- ré tu carne a las aves del ciclo y a las bestias del campo” (v. 44). “jPicadillo, es0 es lo que te voy a hacer!” ;Pucdes ver como tiembla Saiil y su ejército? Pero David no temblaba. Le respon- dis: “Ti vienes a mi con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehova de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tt has provocado. Jehové te en- tregara hoy en mi mano, y yo te vence- 6, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo, y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrd que hay Dios en Israel” (vs. 45, 46). Usted conoce el resto del relato. El gigante fue decapitado porque David no pensé en el peligro que le represen- taba y porque estaba indignado por el desafio que el filisteo hacfa de Dios. Tal vez debamos indignarnos porque todo el mundo se maravillaré y seguird a la bestia (véase Apoc. 13:3). Indignarnos porque los Estados Unidos acaudillaran al mundo a “adorar a la bestia” (vs. 12- 14). Indignarnos porque Satanas enga- fiard a las masas y establecerd un decre- to de muerte (véase el v. 15). El gigante final apareceré mundialmente grande contra un moderno David. En aquellos dias era una adoracién falsa, y volverd a ser de nuevo una adoracién falsa. Da- vid estaba cnojado porque conocia al verdadero Dios y tenfa comunién dia- ria con él. “Los ejércitos de Israel esta- ban en peligro, y un angel habia indi- cado a David que fuera a salvar a su pueblo”? Nosotros también tenemos un destino en el fin del tiempo, como lo veremos mas tarde. Otros gigantes Goliat era “de Gat” (1 Sam. 17:4). Mas tarde Israel batallé en Gat, “don- de habia un hombre de gran estatura, cl cual tenia doce dedos en las manos, y CRISTO ESTA AL MANDO DE LOS EVENTOS FINALES 65 otros doce en los pies, veinticuatro por todos”. Cuando desafié a Israel, como lo habfa hecho Goliat, “lo maté Jona- tan” (2 Sam. 21:20, 21). David y Jona- tn, al igual que Josué y Caleb antes de ellos, no tenfan miedo de los gigantes. Crefan en Dios y él hizo por ellos lo que nunca hubieran podido hacer por si mismos. Siempre es de esa manera. El papel de Dios es destruir a los gigan- Referencias: "Bena de White, Patrarcas y profetas (Florida, Buenos Aires: A tes. La parte que su pueblo desempefia es confiar en que él haga eso y en man- tener sus ojos en el nico para quien no existen los gigantes. De esta manera pueden elevarse por encima de las cir- cunstancias que los rodean y contem- plar al gigante desde la perspectiva de Dios. La victoria esta asegurada. Asi se- ren los eventos finales sobre el plane- ta Tierra. 1985), p. 699. * Comentario biblico adventista del séptimo dia (Florida, Buenos Aires: ACES, 1993), t. 2, p. 535; citado en ade- lante como CBA. ‘Elena de White, Parriarcas y profetas, pp. 659, * Thi, p. 698. * Ralph W. Klein, Word Biblical Commentary (Waco, Texas: Word, 1983), 10, pp. 175,176. 660. Cariruto 5 Vista anticipada de los eventos de los ultimos dias e ha perdido alguna vez y ha . Gene de preguntar por la di- reccién? Una vez un profesor locto se encontré en esa dificil situa- cin. Avistando a un muchacho al la- do de la carretera, se detuvo y le pre- gunté: —jSabes cémo se llama esta carrete- ral -No. —jSabes cémo se llama la ciudad més cercana? No. ~(Sabes por dénde tengo que seguir para entrar a la autopista? -No. {Tt no sabes mucho, jverdad? -el hombre miré con ira y despectivamen- te, de arriba abajo, al muchacho. =Yo no estoy perdido -replicé el muchacho. Aun los profesores eruditos no co- nocen cada cosa, especialmente cuan- do se trata de la Escritura. (Se ha senti- do alguna vez perdido en la Biblia? {Por ejemplo en Daniel y el Apocalip- sis? {Sabfa que los reformadores protes- tantes del siglo XVI no sabian qué ha- 66 cer con el Apocalipsis? Juan Calvino no escribié un comentario del Apoca- lipsis. Martin Lutero pensé que no te- nfa nada que ver con Cristo. Importancia de Daniel y el Apocalipsis Los libros de Daniel y el Apocalipsis son esenciales para tener una compren- sién de los eventos finales. “Grandes verdades que no han sido ofdas ni con- templadas desde el dfa de Pentecostés han de resplandecer de la Palabra de Dios en su original pureza. A quienes aman verdaderamente a Dios, el Espfri- tu Santo les revelara verdades que han desaparecido de la mente y también les revelar4 verdades completamente nue- vas. Los que comen la came y beben la sangre del Hijo de Dios sacaran de los libros de Daniel y el Apocalipsis verda- des inspiradas por el Espiritu Santo. Pondrén en acci6n fuerzas que no po- drdn ser reprimidas. Serén abiertos los labios de los nifios para proclamar los misterios que han permanecido ocultos para las mentes de los hombres. Dios ha escogido lo necio del mundo para VISTA ANTICIPADA DE LOS EVENTOS DE LOS ULTIMOS DIAS 67 confundir a los sabios, y lo débil del mundo para confundir a los podero- sos”.! Desenvolvamos esta declaracién: 1. Desde el Pentecostés, los cristia- nos no han prestado atencién a las grandes verdades. 2. Desde el Pentecostés, grandes verdades han estado enterradas pero saldrén a la luz en el fin del tiempo. 3. Tales verdades serén enteramen- te nuevas. 4. Cristo las revelard a los que lo co- nocen. 5. Estas verdades completamente nuevas tendran una influencia incon- tenible. 6. Inclusive Dios revelard a los ni- fios estas verdades completamente nue- vas. 7. Los creyentes proclamardn estas verdades completamente nuevas. iQué sucederd entonces? “Cuando los libros de Daniel y el Apocalipsis sean mejor entendidos, los creyentes tendrén una experiencia religiosa com- pletamente distinta. Recibiran tales vislumbres de los portales abiertos del cielo, que la mente y el coraz6n serén impresionados con el caracter que to- dos deben desarrollar, con el fin de comprender la bendicién que sera la recompensa de los de coraz6n puro”. De modo que las verdades comple- tamente nuevas conducirén a una ex- periencia religiosa completamente nueva. {No es eso lo que necesitamos? Una experiencia religiosa completamente nueva Durante mucho tiempo los Iideres de la iglesia han lanzado el desaffo: “Necesitamos un reavivamiento y una teforma”. Algunas veces la respuesta consiste en trabajar para Ilegar a estar teavivados y reformados. Por lo menos esa fue mi experiencia. Cuando como adolescente anhelaba una experiencia cristiana mas profunda, elaboré dos lis- tas y las fijé sobre la pared de mi dor- mitorio. La primera lista enumeraba las cualidades que deseaba recibir en mi vida. La otra registraba las cosas de las que tenia que deshacerme. Dejé un es- pacio al lado de cada detalle para cada dia de la semana. La idea era trazar mi progreso. Infelizmente, a menudo con- signaba derrotas en vez de victorias. No me di cuenta de ninguna dife- rencia hasta que cambié mi enfoque de centrarme en mf mismo a centrarme en Cristo. Las Escrituras presentan un principio sencillo: por la contempla- cién Ilegamos a ser transformados (2 Cor. 3:18). Por medio de una continua contemplacién de Cristo, oh maravilla de las maravillas, [legamos a ser seme- jantes al que més admiramos. Usted ve, mi método de colocar un gréfico en la pared era meramente mirarme a mi mismo, por lo que Ilegué a ser cada vez més semejante a mf mismo; y eso no es bueno, no vale nada si usted desea un. cambio. Sélo la contemplacién trae un cambio. Este es el principio que han conocido a fondo todos los santos de Dios. David dominaba ese principio. Por eso vencié al gigante. Los gigantes también estan al acecho dentro de uno y son los més dificiles de combatit. Aqui es donde nos ayudan Daniel y el Apocalipsis. Un estudio adecuado de estos libros conducir4 a una experien- cia religiosa completamente nueva. En. nuestro interior, los gigantes se desplo- 68 {CRISTO VIENE! mardn, y Cristo reinard supremo. El libro de Daniel Primero consideremos al autor del libro. Compartié muchos rasgos con David. Ambos trabajaron con la realeza cuando eran jovenes. Ambos conocfan a Dios. Ambos llegaron a ser profetas Y ambos vefan a Dios més alld de las circunstancias externas. Un gigante le hizo frente a Daniel y se burls de él tan. verdaderamente como Goliat se burlé de David. “|Sigue orando a Dios que vas a ser echado a los leones!” El rey Darfo habfa firmado el edicto. Daniel sabia lo que significaba (véase Dan 6:6-9). “Cuando Daniel supo que el edicto habfa sido firmado, entré en su casa, y abiertas las ventanas de su camara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al dfa, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solfa hacer antes” (v. 10). No podia orar en priva- do? jAl menos hasta que expirara el decreto en 30 dias? Podia haberlo he- cho. Pero eso serfa rendirse parcial- mente al gigante. De modo que abrié. completamente su ventana y ordé sin temor. Cuando los guardias del tey arrojaron al profeta al foso de los leo- nes, el Angel de Cristo les cerré la boca (véase el v. 21). Dios lo libro de una manera tan publica como piblico ha- bia sido su compromiso de orar a Dios. Los acontecimientos finales serén ain més piiblicos. La ley internacional do- minical contra el s4bado serd tan pibli- ca como usted pueda concebir. Todos vigilaran a los modernos Daniel. Su adoracién en sabado seré algo piblico. Hablaremos més acerca de eso en un momento. 1, La estructura del libro de Daniel Su libro esta organizado de una ma- nera que nos da una visién de los even- tos finales. Los seis primeros capttulos describen la historia y los seis tiltimos los acontecimientos finales. Los even- tos histéricos presentan una vista anti- cipada de los eventos mundiales futu- tos. Los capitulos histéricos contienen una cantidad de decretos de muerte. Nabucodonosor promulgé uno contra sus astrélogos cuando no pudieron de- cirle el suefio del que se habia olvidado (véase Dan. 2:5, 6). El segundo decreto de muerte fue su ultimatum: “Péstren- se 0 sean quemados vivos” (véase Dan. 3:6). El tercero fue el decreto de Darfo de que todos lo adoraran a él por 30 dias 0 fueran echados al foso de los leo- nes (véase Dan. 6:6-9). Los decretos del horno de fuego ar- diendo y del foso de los leones tenfan que ver con la adoracién. Describen al Estado legislando una forma de adora- cién sobre sus ciudadanos, precisamen- te lo que va a suceder en el fin del tiempo. “Adorar a la bestia o morir” se- 14 la orden de ese tiempo (véase Apoc. 13:12-15). Las buenas nuevas es que ninguno de los decretos de muerte ma- t6 a ningin miembro del pueblo de Dios en el pasado. Tampoco mataré a ninguno el decreto de muerte en el fu- turo, Més tarde estudiaremos la raz6n para esto. 2. El tema del libro El tema de la liberacién mantiene la unidad del libro. En cada uno de los tres decretos de muerte, Dios provey6 la liberacién. Le revelé a Daniel el sue- fio que se habja olvidado Nabucodono- VISTA ANTICIPADA DE LOS EVENTOS DE LOS ULTIMOS DIAS 69 sor, impidiendo la implementacién del decreto de muerte y librando a los as- trdlogos (véase Dan. 2:17-49). Protegié a los tres hebreos exiliados que fueron arrojados en el horno de fuego ardiente (véase Dan. 3:16-28), lo mismo que hi- zo con Daniel en el foso de los leones (véase Dan. 6:21, 22). Las liberaciones histéricas aparecen a través del libro, sefialando a una libe- tacién escatolégica en el tiempo del fin. “En aquel tiempo se levantara Mi- guel, el gran principe que esta de parte de los hijos de tu pueblo; y sera tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo serd libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el li- bro” (Dan. 12:1). El libro avanza desde los tiempos de angustia locales al gran tiempo de angustia como nunca hubo ni habra. Si las liberaciones locales fue- ron grandes, ;cudnto mayor serd la ve- nidera liberacién final! Ese es el punto. Que el libro registre liberaciones histéricas nos da la certi- dumbre de la liberacién venidera. A menudo el pueblo de Dios mira al gran tiempo de angustia y se olvida de la li- beracién mayor que lo acompajia. De nuevo, el enfoque correcto es esencial. Los relatos de las liberaciones estan co- locados expresamente en Daniel para mostrar que hay més que un horno de fuego ardiendo y un foso de los leones. jHubo un rescate de los dos decretos! Aunque vendré un gran tiempo de an- gustia, la liberacin con la que conclu- ye serd tanto més notable. 3. Dios esté al mando de todo intimamente asociado con el tema de la liberacién esta la idea de que Dios esta al mando de todos los even- tos humanos. A través de la seccién histérica encontramos en forma reite- tada que Dios “quita y pone reyes” (Dan. 2:21), que él da dominio (véase el v. 37) y que da el reino a quien él quiere (véase Dan. 4:17, 25, 32; 5:21). La historia avanza hasta el tiempo cuando “el Dios del cielo levantar4 un reino” (Dan. 2:44). “Su reino, reino sempiterno, y su sefiorfo de generacién en generaci6n” (Dan. 4:3; véase tam- bién el v. 34 y Dan. 6:26). Por eso los santos de Dios no temen al enemigo. Rey Nabucodonosor, “no es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aqui nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librara” (Dan. 3:16, 17). Dios anhela que su pueblo conffe en él de la misma forma durante el tiempo del fin. Desea que miren més alld de la angustia, a la liberacién. Un enfoque tal acerca del poder de Cristo produce una experiencia religiosa enteramente nueva. 4. El decreto de postrarse o ser quemados vivos Aqui encontramos un edicto publi- co acerca de la adoraci6n. Al sonido de la mtisica todos debian postrarse y ado- rar la estatua en la Ilanura de Dura. La imagen de oro sdlido imitaba la que Dios le habia dado a Nabucodonosor en su suefio. Al rey no le gustaba que él era sdlo la cabeza de oro de la esta- tua, y que después de él se levantarfan otros reinos representados por otros metales que disminufan en valor, asf que hizo una estatua de oro sélido. En realidad proclamaba: “;Mi reino durara 70 iCRISTO VIENE! para siempre! jAsf que adoren al sim- bolo de este hecho!” “‘Péstrense o serén quemados vi- vos!” Adoren esta estatua o mueran en. el horno de fuego. Asf sucederd en la moderna Ilanura de Dura alrededor del mundo. Una imagen a la bestia exigira la adoracién o la muerte (véase Apoc. 13:12-15). ;Qué grande fue el valor de aquellos tres exiliados! Permanecieron impertérritos asf como habfan perma- necido Josué y Caleb delante de los gi- gantes, David ante Goliat, o Daniel ante los leones. Todos tenfan una cosa en comiin: conocfan el poder de Dios. Cuando usted ha pasado tiempo con el Rey de reyes, dejaran de impresionarlo los potentados terrenales. Por la con- templacién, esos héroes biblicos llega- ron a ser transformados. El libro del Apocalipsis Al igual que Daniel, el Apocalipsis se divide en dos secciones. Tiene una seccién histérica (caps. 1 al 11) y una seccién acerca de los acontecimientos del tiempo del fin (caps. 13 al 22). El capitulo 12, punto culminante que une las dos secciones, ofrece una visién de conjunto del gran conflicto desde su comienzo hasta la segunda venida. Los acontecimientos en la seccién histéri- ca con frecuencia van desde los das de Juan hasta el segundo advenimiento (por ejemplo, la historia de las 7 igle- sias [caps. 2 y 3], los 7 sellos [caps. 6:1- 8:5] y las 7 trompetas [caps. 8:6- 11:19]). La bestia en la seccién de los acontecimientos finales tiene también sus raices en el periodo histérico (cap. 13: 1, 2). Excepto por esto, los aconte- cimientos histéricos estan hoy mayor- mente en el pasado y se extienden has- ta los acontecimientos de los tiltimos dias s6lo en la sexta etapa (caps. 3:14- 22; 6:12-17) 0 en la séptima (cap. 11:15). Las series multiples de sietes que aparecen en el Apocalipsis trazan la historia a través de la extensidn de la era cristiana, incluyendo los tiempos fi- nales. El Apocalipsis toma en general toda la era cristiana. Pero, desafortunada- mente, muchos intérpretes no recono- cen este hecho. Aqui se presentan las opiniones principales. 1. El preterismo El preterismo considera que todo el Apocalipsis est confinado al siglo I. Juan escribié el libro para su tiempo, y no tiene pertinencia para la historia subsiguiente o para los acontecimien- tos del fin. 2. El futurismo El futurismo toma el punto de vista opuesto. Dice que la mayor parte del Apocalipsis esta en el futuro, més all4 de nuestro tiempo. Ya en el siglo XVI los reformadores dijeron que el anti- cristo de la Escritura era la Iglesia Ca- t6lica Romana. Para proteger a la igle- sia de ese ataque, los eruditos catdlicos contraatacaron con las teorfas del pre- terismo y del futurismo. Ambas escue- las de interpretacién desvian la aten- cién de la iglesia en el tiempo presen- te. 3. El historicismo Los adventistas del séptimo dia re- chazan el preterismo y el futurismo y aceptan el historicismo, porque el Apocalipsis Ileva al lector a través de todo el movimiento de la era cristiana. VISTA ANTICIPADA DE LOS EVENTOS DE LOS ULTIMOS D{AS. 71 Al tomar esta posicién, los adventistas del séptimo dia permanecen solos. Gran parte del protestantismo ha com- prado acciones del futurismo, tal como se puede ver de una manera mejor en el dispensacionalismo (véase el capitulo siguiente). Que Dios le diera el suefio de la estatua a Nabucodonosor —que traza el devenir de las naciones desde Babilonia y sigue con Medo-Persia, Grecia, Roma, los reinos divididos y el teino de Dios~ muestra que el libro de Daniel cubre una extensi6n més am- plia de la historia que el libro del Apo- calipsis. Pero ambos libros son total- mente histéricos, divididos entre acon- tecimientos histéricos del pasado y del final de la historia. Otra divisién principal en el Apocalipsis? Ademiés de la estructura del libro en su totalidad, con respecto a la/los his- toriafeventos finales, el Apocalipsis tiene ocho partes separadas. Una vi- si6n de la sala del trono introduce siete de ellas (caps. 4; 5; 8:2-6; 11:19; 15:1-8; 16:18; 17:3; 19:1-10; 21:5-11). Existe una raz6n importante para esta disposi- cién. Antes de contemplar los aconte- cimientos que tienen lugar en la tierra, nuestra mirada debe ir primero al cielo. Alli, en el trono, vemos a Dios y a Cristo como el Cordero inmolado. Alli vemos el Calvario, donde Cristo derro- té a Satands. Eso lo califica para cual- quier escaramuza posterior sobre la tie- ra. Al contemplar la sala del trono nos recuerda que Cristo est4 al mando de los acontecimientos finales. Juan des- cribe a seres humanos en la sala del trono (por ejemplo, los 24 ancianos de Apoc. 4 y 5), recordéndonos que es s6- lo cuestion de tiempo hasta que los re- dimidos estén también alli. Por consiguiente, las escenas de la sala del trono introducen cada una de las siete secciones para dar valor al lec- tor. Centradas en Cristo y centradas en la cruz, dicen a voz en grito que “la vic- toria humana est asegurada porque Je- sis ya ha ganado la victoria”. En slo cuesti6n de tiempo, testificaremos los resultados del Calvario en los eventos del tiempo del fin. Dos estructuras adicionales en el Apocalipsis Yo solfa pensar que Juan no habia escrito su libro en una forma muy orde- nada. Parecia carecer de una secuencia cronolégica. Eso atin es verdad. Por ejemplo, Apocalipsis 14:1 presenta los 144.000 en el monte de Sién con el Cordero antes del mensaje de los tres Angeles. Eso significa que los vemos en el milenio y la tierra nueva (Heb. 12:22, 23) antes de dar los mensajes del tiempo del fin (véase Apoc. 14:6- 13) y antes que ocurra el segundo ad- venimiento (véase los vs. 14-20). Sin embargo, hay una raz6n para es- to, como veremos en un capitulo pos- terior. Debe dar que pensar a los que tratan de hacer el texto consecutivo. Por ejemplo, Apocalipsis 13:3 declara que todo el mundo se maravillaré en pos de la bestia, y después pasa a hablar de la persecucién de los 42 meses bajo la bestia (vs. 5-8). Algunos suponen que esta persecuci6n es atin futura. Los 42 meses son los mismos como los 1.260 dias, y Apocalipsis 12:6 coloca esos dfas en el pasado, durante el tiem- po cuando la iglesia sufrié persecucién (538-1798 d.C.), el tiempo al que se 72 {CRISTO VIENE! refiere también como “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (Apoc. 12:14). Aqui observamos tres formas de describir la misma persecu- cién ya en el pasado, y Juan presenta una persecucién pasada después de una futura. De manera que el Apocalipsis no siempre es cronolégico. Una afirmacién més amplia de esto se ve en que todo el mundo se maravi- lard en pos de la bestia en Apocalipsis 13:3, y con todo el comienzo de la his- toria de los Estados Unidos no se men- ciona hasta el versiculo 11. Y este po- der atrae la atencién del mundo hacia la bestia (v. 12). De modo que, al exa- minar Apocalipsis 13 y 14, vernos que Juan puede echar una mirada al futuro y después volver a detalles histéricos anteriores. Es similar a la visién en la que presenta la escena de la sala del trono antes de considerar la historia en la tierra. Este hecho apoya a los que ven una presentacién no consecutiva de los eventos que narra. Més evidencia de esta estructura bien organizada del Apocalipsis ocurre en dos métodos que Juan emplea para la organizacion de su libro. Por una parte, hablamos del libro que se despliega frente a la estructura del Santuario, y por la otra también hablamos del libro que se despliega en forma consecutiva a través del afio ju- dio, siguiendo las cinco fiestas princi- pales del calendario hebreo. 1. La estructura del Santuariot Creo que el Espiritu Santo dirigié la estructura del libro. Condujo a Juan a escribir las visiones en una secuencia que correspondia a un recorrido a tra- vés del Santuario. El Santuario terrenal tenfa un atrio con el altar del holo- causto y la fuente de bronce. Los sacer- dotes entraban en el Lugar Santo, y una vez al afio el sumo sacerdote entra- ba en el Lugar Santisimo. Los dos luga- res santos representaban cl ministerio de Cristo en el Santuario celestial. De modo que el recortido a través del Santuario celestial comienza sobre la Tierra, en el atrio. Alli encontramos a Cristo representado con las sicte igle- sias (véase Apoc. 1:12-20). Después entramos en el Santuario celestial y observamos la toma de posesién de Cristo en su ministerio en el Santuario celestial (caps. 4 y 5). Después segui- mos a Cristo en su intercesién en el Lugar Santo (8:3-5), hasta que Juan descorre la cortina de manera que po- damos mirar de cerca cl Lugar Santisi- mo (cap. 11:19). Aqui es precisamente donde termina la seccién histérica del libro. La visién en el segundo departa- mento indica que Cristo esté a punto de entrar en el segundo departamento en 1844, y que los capitulos 13 al 22 seran acerca de los acontecimientos fi- nales desde 1844. Cristo entra en la ta- tea de su juicio investigador hasta su fi- nalizacién (cap. 15:5-8). En su segundo advenimiento deja el Santuario cele: tial (cap. 19:14-21). Después del mile- nio (cap. 20), Cristo vuelve otra vez a la tierra (caps. 21 y 22). Juan sigue a Cristo en su ministerio en el Santuario celestial y divide las dos secciones del libro exactamente donde termina lo histético y comienza lo escatolégico, de manera que el libro es en verdad una revelacién de Jesu- cristo (véase Apoc. 1:1). Observe que Cristo ocupa el punto central de activi- dad. El Apocalipsis trata mucho mas. VISTA ANTICIPADA DE LOS EVENTOS DE LOS ULTIMOS DIAS 73 acerca de él que acerca de los tiempos de prueba o del enemigo. Que el minis- terio en cl Santuario celestial forma la estructura para la revelacién del libro le recuerda al lector que él es el Vence- dor del Calvario, el Unico que ya triunfé sobre Satands, el Unico que tie- ne un sacrifico que ofrecer (véase Heb. 8:1-6; 9:23-28). Asi, todo el libro se centra en el ministerio del Cristo vic- torioso. Por tanto, todo el libro y no solamente las siete escenas de la sala del trono requicren que los lectores contemplen a Cristo y que, al contem- plarlo, lleguen a ser transformados de santos atetrorizados que hacen frente a los eventos finales, a santos libres que se regocijan en una victoria futura se- gura en virtud de la victoria terminada ya alcanzada en el Calvario. Entendidos correctamente, _ los eventos finales sobre el planeta Tierra estén més concentrados en el Calvario que en la crisis venidera. Cuando per- mitimos que la victoria del Calvario determine el significado de los aconte- cimientos finales, éstos toman una apa- riencia enteramente diferente. Satands no puede anular el Calvario de la mis- ma manera que no puede anular la en- carnacién. Es el Dios encamado, el Unico que también llegé a ser hombre, quicn estaré con nosotros a través de los acontecimientos finales. Nos dara la victoria del Calvario para que nos sostenga hasta el fin. 2. El aiio festivo judio El Espiritu Santo llevé a Juan a dar a conocer su libro siguiendo a Cristo a través de su ministerio en el Santuario celestial. Pero también inspiré al autor a estructurar el libro alrededor de las cinco fiestas judfas mas importantes de su afio calendario. El libro comienza con la primera fiesta del afio y después continia hasta la tiltima fiesta. Todas las fiestas ilustran algunos rasgos del plan de redencién y son cristocéntri- cas. La primera fiesta, la Pascua, conme- mora el Calvario. Juan proclama al que “nos amé, y nos lavé de nuestros peca- dos con su sangre” (Apoc. 1:5), men- cionando asi al Calvario al comienzo de su libro. Cincuenta dias més tarde tenia lugar el Pentecostés, cuando tuvo lugar el derramamiento del Espfritu Santo. Es interesante que después de la Pascua, Israel llegé finalmente al monte Sinaf en la misma época del afio en que més tarde iba a ocurrir el Pentecos- tés, En el Sinai, Moisés ascendié al monte para recibir los Diez Manda- mientos de Cristo (véase Exo. 31:18). Durante el Pentecostés, el Cristo as- cendido recibié del Padre el libro escri- to por dentro y por fuera (Apoc. 4 y 5). El Pentecostés presenta la evidencia de que el sacrifico de Cristo habia sido aceptado, y podia derramar el Espfritu Santo. El derramamiento del Espiritu tuvo su base en el Calvario, y ocurrird de nuevo bajo la lluvia tardia. La tercera fiesta era la de las Trom- petas, que se tocaban 10 dias antes del Dia de la Expiacin (véase Lev. 23:23- 27). Apocalipsis 8 al 11 presenta las trompetas. La fiesta que segufa después era la fiesta del Dia de la Expiaci6n (véase Apoc. 13-20). Observe cémo esto concuerda con las divisiones prin- cipales del libro. Las trompetas anun- cian el Dfa de la Expiacién y se term: nan en el capitulo 11 en la seccién his- 74 CRISTO VIENE! torica. Entonces, el Dia de la Expia- cién que comenzé en 1844, aparece en Apocalipsis 13 al 20, con una vista an- ticipada en el segundo departamento del Santuario en el tiltimo versiculo del capitulo 11. De modo que, de nuevo, la fiesta del Dia de la Expiacin aparece en la seccién de los eventos del tiempo del fin. De esa forma, el Santuario y los dias de fiesta apoyan la divisin de los eventos histéricos y de los finales que presenta el libro. La fiesta final del afio era la fiesta de los Taberndculos, con la humanidad en la tierra nueva. Ambos recorridos en el Santuario y en el aiio festivo judfo comienzan en el Calvario. La cruz es la base tanto del ministerio del Santuario celestial como de los tipos de ese ministerio que apa- recen en las fiestas principales. El Cal- vario ocupa un lugar crucial en el Apo- calipsis. De hecho, cuando usted llega al punto culminante del libro en el ca- pitulo 12, donde se unen la historia y los eventos de los tiltimos dias, un ver- siculo cerca del centro del libro habla del Calvario como el lugar que anun- cid el toque de muerte para Satands, a quien se lo describe como arrojado a tierra como consecuencia del triunfo del Calvario (Apoc. 12:9-11). Ei conflicto de los siglos El conflicto de los siglos, un libro de Elena de White, es una obra notable para estudiar los acontecimientos de los tiltimos dias. Aunque generalmente no escribfa una introduccién a sus li- bros, ella escribié una para este libro. Debe haber tenido una raz6n impor- tante para hacerlo. Dice la autora: “El objeto de este libro no consiste tanto en presentar nuevas verdades relativas a las luchas de pasadas edades como en hacer resaltar hechos y principios que tienen relacién con acontecimientos futuros”.> Aunque es otro libro de historia, es mucho més que eso, y presenta hechos y principios como una percepcién en los acontecimientos finales; hechos y prin- cipios que se repetiran. Usted ve, este libro, al igual que Daniel y el Apoca- lipsis, también divide entre la parte histética (caps. 1-36) y los aconteci- mientos de los tiltimos dfas (caps. 37- 43). Los principios y los hechos en la seccién histérica dan una visién antici- pada de los hechos y acontecimientos que est4n en el porvenir. Es interesante que Dios inspiré la estructura de estos tres libros de la misma forma. Debe querer que aprendamos de la historia lo que él hard por nosotros en el futuro. El conflicto de los siglos comienza con la destruccién de la antigua ciudad de Jerusalén y termina con la Nueva Jeru- salén en la tierra nueva. Con disculpas a Charles Dickens, veo el libro como The Tale Between Two Cities. Reco- miendo que se lea primero los capftulos 37 al 43 de manera que los aconteci- mientos finales estén claros en la men- te, y después los capitulos 1 al 36. Los primeros capitulos presentan aconteci- mientos y principios que le recordarén Jo que ley6 en la seccién de los eventos finales. Por ejemplo, aparece un principio de la manera como la uni6n de la Igle- sia y el Estado en la Edad Media llevé a perseguir a otros. Asf también en el fin del tiempo, la unién de la Iglesia y el Estado en los Estados Unidos Ilevaré a la imposicion de la ley dominical y al decreto de muerte (véase Apoc. 13:11-

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