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i > Lefebvre analiza en este libro mediante Neen Creer easy eS ete ee Cao eet) Cone Ste AA Sr Me coer eat Coit RUE nce ial Cr A a er nee lista, En estos tiempos en que se manifestan Deen Pee eT SS en Peco Le ane eer ce Donte or a STC ei Mue ae Rc ee crt Ue er er Oe SaaC a Een Maar Son ease a eee coro oa Le oe! LOS MARXISTAS Y LA NOCION DE ESTADO PSEA aT Nase Mae ahd PEREZ oe rym Ne LOS MARXISTAS TITULOS DE LA MISMA consoct Y LA NOCION Be Sst INTRODUCCION A LA TEORIA ECONOMICA MARXISTA Ernest Mandél " IDEOLOGIA Y VERDAD enti Lefebvre - Frangois Chatelet REFORMA DE LA EMPRESA 0 CONTROL OBRERO : . Mandel - J. M. Vincent * Bloch-Laine - G. Mathie HENRI LEFEBVRE Qclderour 02-12-15 CARLOS PEREZ EDITOR Publicado con auto risacin de Les cahiers du Centre Socialistes, Paris y ne a “ Ediciones Programa, Buenos Aires. ‘Traducido del mime Setudes Socialistes, de Les cahiers du Centre 'arls y Fdiciones Programa, Bue= Prélogo EL MOVIMIENTO OBRERO DEL SIGLO Xx ANTE EL PROBLEMA DEL ESTADO ———— A fines de 1960, en el segundo afio de su existencia, el Centro de Estudios Socialistas habia organizado un ciclo de mas de treinta conferencias sobre el problema del Estado. Era un proyecto demasiado ambicioso, tan- to desde el punto de vista politico como des- de el punto de vista técnico. En efecto, no querfamos limitarnos a una descripeién su- puestamente objetiva, ni a una exposicién dogmatica de las obras de Marx, Engels, Lenin o Trotsky. Perteneciamos al movimiento socialista de izquierda, ala “nueva izquierda”, como deciamos antes de que otros se apodera- ran del término y falsearan su sentido. Esta “nueva izquierda” intentaba sacar de su via muerta al movimiento socia- lista, desorientado y paralizado por el stalinismo y la socialdemocracia, La tarea parecié ser relativamente facil mientras se traté de hacer vacilar las tradiciones de cobardia y “chauvinismo” de los partidos obreros tradicionales. Para exigir una ac- cién eficaz contra la guerra colonial, para 9 tomar partido en favor de la independencia de Argelia, bastaba un poco de coraje y de sentido comin, cosas de las que la “nueva izquierda” no carecia. Pero a fines de 1960 el mismo gobierno reconocia el principio de la independencia argelina, Se puso clara- mente de mani da” sto que la “nueva izquier no podria contentarse ya por mucho tiempo més con su clarividencia y su acti- vismo. Para desempefiar su papel, hubiera ebido demostrar su eficacia en las acciones interiores cotidianas, y final del problema del poder. Para esto no eran Suficientes las cualidades morales y el. buen sentido, Hacia falta una verdadera capaci- dad de elaboracién en comtin para renovar el pensamiento socialista, mente respecto ‘Un problema de actualided El Centro de Estudios Soci itar esta élabor tema lalistas se pro- ‘acién teérica ofre- — de Teflexién a los mistas, los filésofos “S'Seeialistas-conscientes de comin a OSS Sa la necesidad de ese esfuerzo. ¢Por qué ele- gimos este tema del Estado? A decir verdad, hacia falta un optimismo juvenil para esperar que la “nueva izquier- da” fuera capaz de adaptar la doctrina so- cialista a la realidad de nuestro tiempo, y de modo coherente, a propésito de un problema arduo y delicado si los hay. No dejébamos de percatarnos de eso. Pero considerabamos que ésta era una ctiestién demasiado importante como para eludirla, y demasiado urgente como para postergarla. Actual, lo era por dos razones, Después de la caida de la: 4 Repiblica;. la situacién politica francesa imponia una reflexién fun- damental sobre el papel y la naturaleza del Estado. Era evidente, en efecto, salvo para quienes crefan en un puro accidente histé- rico, que el gaullismo constituia una res- Puesta determinada (no la tinica posible) a los problemas planteados por Ja evolucién de la situacién econémica y politica. El mo- vimiento socialista no podia (y todavia no Puede) concebir ninguna estrategia seria sin tomar conciencia de esta evolucién y de sus consecuencias, Pero a los partidos obreros tradicionales no les preocupa la renovacién de sus ideas. Su fuerza reside en su adapta- Bot cién pragméatica a las tareas inmediatas, dado que su impugnaeién de la sociedad ac- tual es puramente verbal, no tienen necesi- dad de ninguna readaptacién teorica. Sola- mente se arriesgaron a emprenderla los socialistas de la S.FI.0., y su resultado fue la Justificacién tedrica de su integracién dentro de esta sociedad. Pero aun asi, fue algo prematuro: el viraje que los colocé ef oposicién al gaullismo los incité enseguida a la prudencia. _ | El debate sobre la evolucién de 1a socie- | dad y sus consecuencias tuvo lugar en el seno mismo del Partido Socialista Unifica~ do, es decir, del partido de la “nueva iz- quierda”. Atin alli no se realizé directa- mente y con toda claridad, sino de modo oblicuo y en Ja confusién de la preparacién ‘Los afrontamientos fueron tan violentos ue finalmente los adversarios tuvieron que fienciar una discusin que amenazaba con ‘cer estallar et partido, rena de ese debate no puede sor- ” omistas. Es verdad manlucen 1986 los socialis- tas y los comunistas franceses manifestaron la misma actitud fundamental respecto del Estado: el partido de Maurice Thorez renun- ciaba de hecho a toda politica revoluciona- Tia. Sélo los opositores “‘trotskystas” y “pi- vertistas” mantienen entonces una actitud revolucionaria respecto de aquél; el apara- to de su partido los excluye al mismo tiem- Po que el aparato judicial los condena. Doce afios mas ee s- El taliniemo y el Estado En_ 1960, precisamente, la explicita de- Buncia del stalinismo por el 22° Congreso del Partido Comunista de 1 . ofre- cia un nuevo campo para la teflexién funda- 0. Es evidentemente sobre este punto que insiste Henri Lefebvre al presentar la serie de conferencias sobre el Estado. No es ne- i | | cesario presentar al mismo Henri Lefebvre, Ex militante del Partido Comunista Fran- és, donde fue en cierto modo el filésofo oficial (suponiendo que alguna vez hay® sido -eso compatible con su actitud erftica Tespecto de la filosofia), habia roto con sus amigos porque se oponfa al stalinismo. L denuncia abierta de éste, ademas de col marlo de esperanza, tenia para él una sig“ nificacién teérica. Mis alla de Jas tortuosidades de su poli tica, més alla de sus “errores”, como suele decirse piidicamente, més alld de sus cti- ‘™menes, Stalin estuvo identificado, si no co” una teoria, por lo menos con una teoriza- cién de su prdctica, una concepcién del pat- tido, un modo de entender las relacioneS fntre la URS. y los movimientos revo- Wetonarios (ligada a la “teorfa” del socia- -.— tC e——s— teoria y de la ciencia en ge- nisin det gy,” He, el tall Eee a pmesenaelin de la razén de Viviente de un Estado Smnisciente, omni + Omnipote 7 : mptet?®s acralizaba a ae Prostar emesis la Administracién y el Politico del Retado, intervenia me y 4 vida privada en nombre de sus dogmas y re- ducfa la’ vida'eivil’a’la calidad de humilde servidora de la vida politica, reducida a su vez a la religién del Estado. La razon de Estado se convirtié en el criterio de toda justicia, de toda realidad histérica, de toda verdad. Hasta el punto que los individuos, carentes de un criterio objetivo para juzgar, no podian hacer otra cosa que aprobar. Se comprende, por tanto el dafio que el stalinismo ha podido ocasionar a la idea socialista, por lo menos en paises econémi- camente avanzados, que podian permitirse el lujo de un cierto respeto por las liber- tades individuales. {He aqui —pudo decir- se— el resultado del bolchevismo: el some- timiento del individuo a un Estado policial, Ja desaparicién de todas las garantias per- sonales y de todos los derechos politicos! Los socialdemécratas se sintieron cada vez més solidarios de la vieja y buena sociedad capitalista y de su Estado, que por lo menos, salvo en los periodos de fascismo, les de- jaban algunas libertades. Los socialdemé- cratas se acogieron medrosamente a la pro- yeecién del “mundo libre”, de su cultura, de sus tanques y sus bombas atémicas. Y entre quienes se proclamaban marxis- 15 tas revolucionarios, Ja mayoria no vacilabs en poner en el mismo nivel al stalinisme y_el nazismo, dos monstruosidades patolé- gicas que amenazaban igualmente al soci@ lismo y a Ja humanidad. _iCuriosos marxistas, los que juzgaban ha~ ciendo abstraccién de las condiciones hhis- téricas, segin los criterios maniqueos del Bien y del Mal! Es cada dia més evidente Para todos que el stalinismo ha sido el Pt°- ducto de las condiciones particulares en 145 sue ha tenido que luchar la revolucién par teinfar, y en las que tuvo que efectuatse a industrializacién de la U.R.SS. Aislad® — mundo dominado por el capi jalismo a es Por las contradicciones prop atin gy econémicamente atrasado, ica s6lo podia vencer esas di des apoyéndose en una fuerza social xevolucigy, quméricamente suficiente. La m habj; ri i Partido de get, Tiumfado gracias 2 wn Va con el gis, Ue Podia contar sin reser mi wax Lenin, al fin de su una angustia el estable- erecie 16 rate dominacién de la casta de los viejos y nuevos burécratas sobre el Estado ““obrero y-campesino”. A esta bu- rocracia (necesariamente basada en la je- yarguia) representaba la direccién del Partido, y a su cabeza, Stalin. Fue esta bu- rocracia quien eliminé a la izquierda “trots- kysta”, para la cual la Unién Soviética se- guia siendo un bastién en la perspectiva de Ja revolucién socialista mundial. Luego se volvié contra la derecha “bujarinista”, que trataba de contemporizar con los campesi- nos acomodados, Adopté los planes de los “industrializadores” trotskystas, pero apli- cdndolos segiin sus propios métodos, los de una “revolucién desde arriba”, como decia Stalin, o sea, mediante la violenta repre- sién de los campesinos por el aparato del Estado, Hace unos treinta afios, en “La Revolu- cién Traicionada”, Trotsky demostré muy bien que por su misma naturaleza esta bu- rocracia estaba destinada, al mismo tiempo, a desfigurar al socialismo y a conservar las estructuras econémicas nacidas de la. Re- volucién de Octubre; pero puede decirse lo mismo de las estructuras sociales? A me- dida que avanza la industrializacién, el proletariado termina de desaparecer como 7 fuerza politica. Una parte del viejo prolet tiado pasa a engrosar el aparato burocr tico, mientras que la restante se ve sume! gida por la irrupeién masiva de una mant de obra ignorante y sin eonciencia politic arrojada a las ciudades desde el campo Ja guerra civil y la colectivizacién forzad: En consecuencia, el: Estado que preten ser “obrero y campesino” aplasta a obrer y campesinos con Pero que, en mu- chos aspectos, la supera en barbarie. Socialdemocracia ve en esta barbarie el re- sultado del bolchevismo. ¥ las contradio. ciones recién comienzan. Este proletariado ¥ este campesinado no retaceardn su san &re en la lucha contra la invasién hitlerista, ~ En cambio, por lo menos en apariencia, e1 movimiento de oposicién al stalinismo nace catl mismo seno de la burocracia y de las “aP&s sociales proximas a ella Ta evoluetin det ‘ntistalinismo y el Estado Loe Presers dad, estas contradicciones sélo fentan oni ieee comnts {nsolubles a quienes, en . ™ histéricamente su evo. lucién, intentan clasificar al régimen sovié- tico segtin las categorias del Bien y del Mal. Cierto es que estén en este caso casi todos los historiadores y eriticos, inclusive los que se proclaman socialistas. Atin después de haber denunciado con violencia al stalinis- mo, los dirigentes soviéticos siguen consi- derandolo un aceidente misterioso y per- verso acaecido en el seno de una sociedad idealmente buena por obra de un individuo diabélico. A pesar de las exhortaciones de Togliatti, ninguno de ellos ha intentado | todavia dar una explicacién marxista del fenémeno. Y, sin duda, eso tampoco es ac- cidental, Isaae Deutscher es el tinico historia que ha explicado realmente la aparicién d stalinismo y su condena. Sus notables obr sobre Trotsky y Stalin son indispensabl. Para todo el que dese comprender la evi lucién de la sociedad soviética. Explicdndo nos la naturaleza del stalinismo, nos expli | camos al mismo tiempo su retroceso. A medida que desaparecen las contradic- ciones agudas debidas al subdesarrollo de la URSS, desaparecen igualmente los fundamentos histéricos del stalinismo. La | historia diré algin dia si la muerte de . Stalin ha sido la consecuencia de este Pro" eso, o algo meramente ocasional. Al de saparecer las condiciones histéricas dt stalinismo, era normal que la U.RSS. & desembarazara de su sujecién tedrica. Y en efecto, después de la muerte de Stalin asistimos a una secularizacién progresiv® de la vida publica, al retroceso de los mi ‘tos y de la magia, a la rehabilitacién de Ja vida civil. més directamente a nismo de las purgas. éSignifica eso, como lo predecia Henti Lefebvre en su conferencia, que vamos @ presenciar “una politica democratic abier- » trasparente, en la aue teoria y practica ‘sterdn ligadas de manera coherente”? Esa oe on visién optimista, por lo menos res- dudabie 22, ct¥al fase histérica, y es i ue dicho autor no se expresaria sl mismo modo en 1964, { Por lo demés, Deutsch en su obra “La UR: Es el error tradicional | | er cometis el mis-| de las previsiones marxistas, que aunque se funden en un anélisis cientifico del pasado son falseadas con frecuencia por la impa- | ciencia de su autor. También los dirigentes soviéticos del perfodo posstalinista son el producto de condiciones histéricas reales. =e no es el angel Gabriel que des- | ciende del cielo para restablecer la demo- cracia, an, \ ”. Favorece la | evolucién de la sociedad soviética, pero dentro de ciertos limites. Teéricamente, el nivel de desarrollo industrial y cultural de la URSS. permitiria una libre circula- cién de las ideas y una gestién democratica. Sin embargo, _ ciedad controlada por todo el aparato del Estado, del que dependen estrechamente “nm do conserva las caracteristicas fundamel tales de esa sociedad mucho después de qi Ja infraestructura haya dejado de impé ‘ nerlas. Al mismo tiempo que reduce los poder: de la policia, restablece las libertades indi at ‘iduales, mitiga las desigualdades y elimi fa educacién superior, No hay duda de que s¢ ice sentir la presién de las masas, pero SU ‘oluntad sigue siendo imprecisa y carece © expresién; en la practica-s6lo puede ma- Sivas seran sometidas al libre voto de todo el pueblo, Aunque ya no transcurra bajo el Signo del mito, de la mistifieacién y de la Magia, la vida politica no puede hacerse “trasparente” de buenas a primeras, Lo he- nte denuncia oviéticos han mos visto: hasta en su veheme: del stalinismo los dirigentes s . Tecurrido al “camouflage”, ‘Més atin: Yugoslavia ese) destacado en I a los privilegios mas notorios, como los ae del Estado, de los problemas politicos, de Ja economia, mientras los escritores no pue- dan pensar y expresarse sin restriceién al- guna, es decir, mientras estén asociados a un sistema antidemocrético. Kardelj es uno de los pocos eseritores socialistas contempo- raneos que nos recuerda a los marxistas de la gran époea; sin embargo, cuando tiene que justificar teéricamente al partido tini- co, también él se refugia en el mito y los sofismas., Por consiguiente, elidivorcioventre\el:so- ‘sarrollados, 0 bien dependen (como Che- coslovaquia y la Repiiblica Democrética Alemana) de Ja evolucién de paises subde- Sarrallados? GO, ponyeljcontrario.se.trata ‘Una critica de las tesis de Lenin sobre el Estado Y sin embargo, Lenin se fundaba preci- _teenolégica para justificar, en “E] Estado y la Revolucién”, 1a tesis. marxista sobre la | a : , saa enam fustituir, de un aia para otr i “pueblo. entero. La insurreceién proletaria tendré que asegurar el mantenimiento de las nuevas relaciones sociales mediante la vigilancia de los obreros armados, pero al mismo tiempo, al hacer afiicos la estructura del Estado, iniciaré el proceso de su desa- Paricién, Lo una casta rigurosamente estratificada, y dominada-a'su vez por un autécrata. Y.no || _s6lo.el Estado-no-comenzé a desvanecerse; " sino que sus poderes se acrecentaron en tal -ninguna otra forma. social-lo-ha hecho. Eso no ocurrié, sin embargo, durante el periodo excepcional de la guerra civil; el proceso de reforzamiento del Estado se aceleré casi diez afios después del fin de la guerra civil. Para eolmo de irrisién, ese Bstado de ca ‘tico de todas las tesis de Lenin, inclusive” ee : ca 5 # iencia”, es decir, de su propia experiencia. Por consiguiente, los marxistas de nues- tra época deben interrogarse acerca de la validez de esta teoria leninista del Estado, que ha sido la piedra angular de Ja doctrina comunista. El Centro de Estudios Socialis- tas confié a Gilles Martinet ese andlisis critico. La conferencia que pronuncié no fue publicada, pues retomé el tema en su libro “El marxismo de nuestro tiempo”, es- pecialmente en el segundo capitulo del mismo. Su critica merece ser estudiada. 25 No hay duda de que ella es pertinen! 6n muchos aspectos. Pero en lo que toca Punto fundamental, vale decir, a la mismd| coneepcién del Estado, no desemboca et ninguna conelusién. Eso se nos revela cle famente cuando Martinet resume su pel Samiento en diez tesis sobre a democracia Politica. Se opone en ellas al parlament®- Fismo “clésico”, afirma la necesidad de u| Predominio de la clase de los obreros asa-) lariados y el campesinado, de la pluralidad | de partidos, de la gestion democratica de Ja economia, de la democracia nacional, re- | gional y supranacional. ' Reconocemos en esto las ideas de la “nueva izquierda”. Pero nos Hama inme. diatamente la atencién lo te que falta en esas | Porque Gilles @Por qué? Sin duda, | sen fin, porque él considera que no tiene objeto la preocupacién marxista y leninista por la preparacién de la desaparicién del Es- tado. Seguin él, la democracia socialista uti- lizard los engranajes de un Estado aparen- temente eterno, Retomemos su razonamiento..Es necesa- - Tio, nos dice, liberarse del falso dilema que “nos plantean la-aceptacién o el.rechazo del . —— demécrata, 0 de la teoria leninista y la préctica de los paises comunistas. Por su parte, Marti ones. La tado, nos dice, est4 tomada directamente de "Marx y Engels, Ahora bien, estos uiltimos han incurrido en una extrapolacién arbitra- tia al transformar en “normas” de la de- mocracia socialista los decretos o proyectos de decretos de la Comuna. La historia iba @ demostrar —fue evidente después de 1917— que eso era una mera utopia. Comencemos destacando una cosa: es un error pensar que las ideas de Marx sobre el Estado fueron de algiin modo accidentales. Si Gilles Martinet hubiera podido seguir la exposicin de Henri Lefebvre, habria com- 27 prendido que, lejos de haber sido directa- | mente inspiradas por la experiencia de la “bajo manual. Hasta entonces, nos dice, la Comuna, las ideas de Marx sobre el Estado | — “‘gostiém directa!” no podréser mas que un y su desaparicién constituyen un elemento | engafio o-un»simulacro: fundamental del marxismo. {Hemos legado ya a ese punto? Después Por otro lado, es arbitrario asociar 1a de reproducir extensamente el pasaje de teorfa leninista del Estado con la practica | “El Estado y la Revolucién”, que mencio- de los Estados “comunistas”, ' namos'antes, Martinet ni siquiera conside- { El director del “France-Observateur” n0 ra necesaria una refutacién, tan obvio re- puede ignorar que éste es uno de los raroS | _ sulta para el lector que nada le permite a _puntos en que-Stalin-se-atrevié-finalmente | la Rusia de 1917 pasar a la gestién directa “weontradecira’LeninsAsumiendovel papel’ de Ja sociedad por todos: ni su desarrollo » de“tedrieo";sostuvo"que"el"Estado debe | —econémico, ni el nivel cultural de su po- ‘veforzarse'a medida que'se-afirma'el'socia- | blacién. Y es igualmente obvio que esté atin “lismo. Deseribié una sociedad que ha legado . lejos de poder hacerlo una sociedad mucho ya al estadio del comunismo, pero que se | ; més avanzada, como lo es la de Francia, apoya prudentemente en el andamiaje del | casi cien afios después de la Comuna. Estado. Sobre este particular, por lo menos, | la confusion dénunciada por Martinet no existe; solamente los ignorantes pueden | ‘dentifiear los “principios” de Lenin con la | Hm endratasy ol atado practica la teoria de Stalin, sete nde mame | Pero hay algo més grave ain.-En=esta Fegnetrh desaparecermientras-no--haya una evolucién inversa. Precisamente porque da”, cuyo ejemplo italiano le faseina (y del mismos-profesionales.de-la-politica'son-in- | que ‘muestra también los peligros), ino : Capaces de dirigir, y ceden el lugar a los a finalmente como una alianza especialista, razones | tecnocracia? a a de meee parlamen- Esto no me escandaliza. Es mis — tarismo. Adaptado-a-una:época-en-la-eual | flexionar a Propésito de una ae eb-Estado.se-limitaba a la gestion del do- |tible que dormitar con ideas momificac = minio fiscal, el régimen parlamentario deja ‘|Es posible que una alianza con la od lugar-aenuevos:centros- de. decisién, donde cia sea titil o inevitable para el ———s enicos y los especialistas. [Seclalista: Perovsélo»puede-ser:vélida ajo ha sido objeto ya de varios varias condiciones: tiene que estar clara- mpugnes t Uelve @ analizarla, |mente-definida; mo-debe-toncs_por resul. #8 Pata impugnar la teoria de Lenin en | tedovane ident SU conjunto, por lo menos Para darle otra «{juicios»y~aspiraciones de la_teenocracia; Significacién. La marcha hacia'el'so¢ialismo — dlebe=inelui ir garantias contra la teenocra- se efectuara ~ fia: En cualquier caso, el movimiento so- Se mant5s Porque éstas ya estén superadas, 5 icacién teérica con los pre- lalista .s6lo-podriasconcluir-con.provecho ins 2 alianza de este tipo si se negara al sen los: verdadera hn smo tiempo a hacer la menor concesién los-tecnSeratas en:lo-que. toca. al-proble- [P* te6rico esencial: el del Estado, . n las. teen¢ entet au domina ef Pensamiento de g Martinet,y ia ot’! a . estrategi: aie €TPropone. Beta “apertuy 1a iequier. ’G.w, Keeton: “The Passi - ! (ae) Se TaBs, ome 1G, qe amen | i dees, Mei yp gating en tases) | Lg hipertrofia del Estado refleja la gra- : : ; . tn = 1 gobierno ("Perspectives f ‘asuncién por la sociedad del got He pertenece el porvenic a In burocracia? 30 : | 31 "que anteriormente controlaban en lo eset cial algunos particulares, Pero ella rept senta solamente un momento en esta ev Incién. «Los medios “de” produccién=y | cambio no son controlados por la sociedad sinovpor=su"sustituto"burocrati¢o. Por l demas, Ja burocracia sélo puede adminit imonio-d ase ‘con sus» propias.leyes .de-desarrollo,, Go? de una independencia relativa. Se sabe que Rizzi, y luego Burnlias han pretendido que el futuro es de burocracia, en cuanto clase dirigente, { que ella eliminaré a los capitalistas enw propio beneficio, a una creciente hiper, honk $01 Estado, que-eliminard: gradual, dune. NStt=la~existenciande tee ind “ : como sucede en ‘Mundo feliz” (Br describe Hunley ve New World) auj alianza —siquiera provisoria —entre los socialistas y los tecnécratas. Pero piensa que esas hipétesis son radi calmente falsas. Y estoy tanto més obl gado a decirlo por cuanto tengo cierta res- Ponsabilidad en su génesis. Hace unos trein- ta afios, en el curso de una controversia internacional en el seno del movimiento trotskysta, opuse mis propias tesis a las de Trotsky. Sostenfa yo que no era posible {2Bult considerando un Estado Obrero a ella el papel de una clase dirigente, que “Posee’colectivamente los medios de produe- cién a través de su control del Estado, y Trotsky vespondfa, en esencia: la buro= “ctacia'sélo goza de una independencia rela- tiva; en Ultima instancia, el papel que juega «Gado-(capitalista"uvobrero). O bien lo que Se plantea es una simple disputa terminolé- Bica, © bien hay que considerar que estamos ante una evolucién histérica, que no po- dria limitarse a la U-RS.S,; se trataria de una evolucién durable, en escala planeta- 33 Lo tia; los comunistas no podrian contentarse con revisar su apreciacién del régimen so viético, sino que tendrian que transforma | todo su pensamiento. A esta conclusién legaria, en efecto, Burnham, Viendo las cosas con perspectiva, pienso | Gue yo no estaba totalmente equivocado. ee Ja superestructura estatal s6lo puede fre- nar o desviar. Finalmente, dejando de lado el reparto de esferas de influencia provo- eado por la guerra, en-ningiin-pais:la bu ‘188. Para comprender 1a evolucién politic: de la URSS. hay que tener en cuenta, esencialmente, los i Pero en lo fundamental Trotsky tenia razén. Ha que. dado demostrado que en ninguna parte Ia | Durocracia ha jugado un pape) pore’: independiente. Papel histérico toe te mar’ ase: €s ella la que | ¥ deere en cuanto a su nivel de vida | tures y esta os cuca aoe una evolucién 34 me En tales paises, cuando el desarrollo in- dustrial, el nivel de vida y el nivel cultural aleanzan un punto dado, el estatismo re- trocede. La evolucién hacia la democracia Pasa primero por un debilitamiento del ‘control-estatal. Por ello son importantes las tesis Yugoslavas sobre la desaparicién del Estado (y en la préctica, las experien- Cias de gestién obrera y de descentraliza- cién), aunque las decisiones politicas en su ‘Conjunto sigan estando fuera del alcance del control democratico de las masas po- Pulares. Van en el mismo sentido las con- cesiones teéricas y précticas del equipo Khruschevista, que por el momento son mu- cho menos amplias. éSe produciré también en el socialismo de los paises avanzados una extensién de 35 i Tos poderes de la burocracia, andloga a la del periodo stalinista? En otro lugar * expuse » _ Tas razones que me hacen pensar que es0 ane improbable: i i | ‘Manual yoel-intelectual; entre las=tareas | El Estado gaullista ‘que se desvanezcan, se hard pos —_— | Como puede verse, aun en sus aspectos ‘ministracién=democratica- de la~ sociedad, | més teérieos el problema del Estado puede meters tener repercusiones practicas en la lucha in del ; : ft |-1961 nos esforzéba- Precisamente, las condiciones de ese pro. | Politica. Pero en 1960-1961 n . ceso. Su error fue no percatarse de que mos sobre todo porque los militantes so- ellas implicaban un desarrollo extraccay cialistas estuvieran mejor armados, en el nariamente complejo, y creerlas ya exis.“ Plano teérico, para luchar contra el gau- tentes. llismo, Mas all de la guerra de Argelia, cin, Contuntor 1a" evelUt6Heeonéinieain. que a ojos vistas tocaba a su fin, era ne- cesario encontrar el camino de una oposi- “Estado. Pero sélo 10s mio | cién eficaz que condujera al derrocamiento Tarse de Lenin y creer es bur- | del régimen' La oposicion estaba desorien, del Estado seré eterna, Le aaa tada: habia desaparecido la arena parla- Ja revolucién la hard decay Seeucion de mentaria de las luchas politica, parecer. | Por lo demas, dentro del movimiento “eS ne Obrero se apreciaba de diversos modos el i * Re fenémeno gaullista. En 1958, J. P. Sartre y Ed. de Minuit Sus amigos, siempre clarividentes, habian } 36 inuit, 1957). visto en é1 el advenimiento de un nuevo i | i ' m fascismo, y habian abogado por la consti- tucién del “maquis”, cuya historia garan- tizarfa la victoria. El Partido Socialista, en cambio, vio en De Gaulle un baluarte de la democracia, e hizo campafia en favor de la Constitucién que enterraria al parlamen- tarismo. Por su parte, el Partido Comunista Se pronuncié violentamente en contra del usurpador... y preconiz6 el retorno a la 4 Repiiblica. En el seno del Partido So- cialista Unificado, algunos —entre los me- ior intencionados— s6lo vefan en el gau- llismo un fenémeno accidental y aberran- te, y se imaginaban que bastaria un papi- votazo para derribarlo. Por desgracia, esa ho era més que una fantasia. El nuevo régimen nacié gracias a ip. cunstancias accidentales: ¢] « astucias policiales, Pe, bas6, més _profundam, reales: en primer de las fuerzag asalariados, existencia se » €N Condiciones én la incapacidad lente, lugar, Parecié ser un esa calidad, se trata del tipo de poder que los marxistas denominan bonapartismo, y que funda su dominio en el equilibrio que existe entre Jas fuerzas que se oponen. La personalidad de su jefe lo marcaria con su estilo propio y le conferiria sus rasgos peculiares. Pero odoventre las elases'sociales, y-especialmente entre las diversas capas de las clases diri “Gentes, Mientras el sistema parlamentario en decadencia se mostraba cada vez mas impotente, los principales centros de de- cisién se desplazaban, Es esta nueva es- tructura de los centros de decisién la que consagré —y al mismo tiempo encubrié— | 12 Constitucién de 1958. La tecnocracia —la alta burocracia publica y privada— tendria | €M adelante las manos libres. Desde este | Punto de vista, y pese a sus formas caducas ¥ Su cardcter mondrquico, el nuevo négi- _™en se adapta mejor que el anterior a los _ Problemas técnicos y econémicos de 1a so- [peers ia e- ; Witeulacién con las formas técnic a i | mas modernas del capitalismo, se podi _ @Sperar de él, por ejemplo, que no se afe | Frara al viejo sistema colonial y a la Argelia | 39 Tonialistas, el Mercado Comin, ete. Era evidentemente absurdo esperar que se Po dria terminar con un régimen de este ee “volviendo a la democracia” —como lo pro- Ponian entonces los comunistas—, es decifs | reinstaurando una 4% Reptiblica con algu- : nos retoques en su fachada. Para nosotros | Tesultaba claro que sélo podriamos derri- | barlo superandolo. [ns contradicciones actuales aPero cémo hacer! | 1? EI congreso del Tams ore a hha contra e-em j ar rab ala | El congreso Pro- nte Socialista | que elaboraria un mentablemente, m cee wv ™mucho ego, Res; ie ; 0. Res sidad te6rica, Pero, = de las masas populares y de sus organiza ciones. Lasvanguardia. veia.1a.posibilidad “conereta de una ofensiva general. Pero el “movimiento en su conjunto se encontraba " , En efecto, el movimiento socialista afron- taba, y afronta todavia, numerosas contra- dicciones, El hecho de que el Estado tenga una creciente influencia sobre las decisiones econémicas tendria que facilitar la tarea de los socialistas revolucionarios, si toma- tan el poder; pero esta comprobacién no los hace acercarse al mismo ni un solo paso. Esto se aplica también a la evolucién que Convierte al Estado en el patrén de un ni- “™ero-creciente de asalariados, y que lo leva a ocupar cada vez en mayor medida “€l lugar de los capitalists "privados. A raiz de esta situacién, las luchas obreras y cam- Pesinas toman un carécter politico, y su Tesultado, segtin cabe esperarlo teérica- ™mente, seré una toma de conciencia de los Problemas en su conjunto. Pero por el mo- mento, eso no es més que una ilusién: los | Gidasscontra.ellos,.peroen-su-calidad-de ciudadanos, ‘votan en su mayoria por la afirmativaven-los'referéndums, Lo han he- cho asi, primero, por el reconocimiento del testablecimiento de 1a paz, y luego, debido @ la coyuntura econémica favorable, 0 4 Coden entran atOMReeRICporslOsEA | tos del Estado, En apariencia, la concentra- | cién creciente de poderes en manos de Ja j alta burocracia deberia simplificar la tarea | de los socialistas, quitarles todo valor a los viejos mitos, como el del derecho de pro Piedad, y poner de manifiesto Ja vineula- cién real entre la ‘economia y la “politi Presentando los problemas Politicos como lo que esencialmente son: decisiones a 4, smateacetetaiitclistiiecichenhenmmeeeene, serestas PFodueidas: Se podria pensar as o- 2 8 2 aren téenica y cultural toe tects a téenieos Tan fleceién Consciente, Los | pueden. ay ‘Winas electrénicas sélo Prctica las dese, i610 Neyer ore i n cada MES, Y esto es algo que bnlvel-euttural ge et SPRL ascensp “recientes. ga; ‘antias | Para una eleccién consciente. Y sin embar- 80, la creciente estatizacién de la economia no hace mas que aumentar la mistificacién de los productores. Estos piensan que las Gecisiones son. competencia de. los especia- listas, y las consideran fuera de su alcan- Ce. Toda la vida politica actual contribuye 4 mantener el mito del Estado, entidad au tosuficiente, fuente de toda ciencia y de ‘odo:poder, paternal:y-protectory completa- mente inaccesible para el individuo. El Jefe de Estado se transforma en el sus- tituto del padre. Les otorga a sus hijos el derecho de criticar, y de manifestarle pe- Tiédicamente su confianza filial. Tienen a lo sumo la posibilidad de pronunciarse, de tanto en tanto, sobre el nombre de quién p anité la funcién de padre. Los imbéciles ¥ los arrivistas hablan de la “personaliza- Sin del poder” o de la “‘persorializacién de 1a democracia”, mientras Io"que ocurre’es Que la buroeracia estatal nareotiza @ la vo- luntad»popular. Desdichadamente, no esté ©2 cuestién solamente la caricatura consti- lucional de tipo mondrquico que De Gaulle hizo aprobar en 1958 (icon el apoyo de los Sccialistas!). Estamos frente a-una — cia general de una época dominada por la Es ésta, en el fondo, la contradicciée fundamental de los paises econémicament? avanzados. En ellos, las soluciones socit" listas se imponen tan necesariamente dU? las mismas clases dirigentes deben apeli| 8 técnicas socialistas para salir del paso. Selos permite, Pero al mismo tiempo el mit®| del Estado anestesia a los trabajadores as& lariados y a los campesinos, Las “nuevas capas” y el Estado ina, tam- obreros Pardlisis, en diversas! “Apoyo en el tablero politico. En resumen, _ asume el papel de una institucién dentro “eso. En cuanto al Partido Socialista SF.LO., tiene un pie en el régimen gaullista y otro en la oposicién. Saca partido de esta posi- cién estratégica en pro de su objetivo esen- cial: la conservacién de su clientela muni- cipal y electoral. Queda el Partido Socia- lista Unificado, que no puede descansar en la rutina, No puede tampoco rivalizar con los partidos afines en el terreno de las pre- bendas municipales. ‘Tiene-que--justificar com ; 5 ‘SUS propias soluciones y buscando su pro- ia base. “cvolueién"econémicasreciente, y que toda- Via no han asumido un compromiso politic Aefinitivo: en el-campo, los propiétarios Medianos, obligados a transformarse en téc- nicos de la agricultura y que constituyen lo esencial del movimiento de los campesi- NOS jévenes; en la-industria, los técnicos y 45 los cuadros cuya proporcién aumenta_cit| tinuamente, sobre todo en las ramas indu®} triales mas modernas;. y_los_cuadros su ‘lores del Estado, que desempefian un P| “tacién de la economia. Propietarios en It cha contra los trusts y dispuestos a aliat®| con los asalariados, 0 capas superiores & los trabajadores asalariados, ellos ocup®? una posicién intermedia entre las clas# Sociales tradicionales, la obrera y la caPt| talista, ‘ i ‘modema. Por ello no confian jt en los traficos de influencia, ~oeata acclerarla. Pero 61 ‘Pitciones téencas,y por an, alto a las paper 10 tanto parciales: 46 La eri de Ia “nueva izquierda” : ‘Una parte de esos hombres debia sentir- se naturalmente atraida por un partido jo- ven, en busca de soluciones audaces. Al- gunos adhirieron al P.S.U. —especialmen- te entre los téenicos—; otros se inspiraron en sus ideas. Al mismo tiempo, como era inevitable, estas capas sociales comenza- Ton a pesar sobre la orientacién del P.S.U., tanto més facilmente por cuanto se trata- ba de un partido numéricamente débil y sin tradiciones propias. Parecié al principio que las ideas de Mendés-France (que influyeron sobre el Club Jean Moulin) les proporcionarian, en cierto modo, una plataforma comin. Y de hecho, cuando aquél propuso directamente Su solucién personal de recambio —un go- bierno de Salud Publica— la direccién del P.S.U. no se atrevié a oponerle su propia Politica. Pero pronto se puso de manifiesto que las soluciones técnicas de Mendés- 47 Po izquierda; si combate las ilusiones del pal lamentarismo, es para insistir sobre la n& cesidad de actuar en los “centros de deck sin” reales, donde se puede hallar Uw terreno comin con los tecnécratas. Tampoco la direccién del P.S.U. en # conjunto propone en esta época una pers Peetiva nueva, sino que también ella, si, darse cuenta, sufre la influencia de le’ tendencias tecnoeraticas. Serge Mallet ofrecié un terreno de coil”, cidencia con su teoria de las “capas sociales técnicamente avanzadas”. Esta tendencid Se manifesté hasta en los nuevos Estatutos que estaban en estudio para el partido, eS nninimunsingsen ey Sons. esti ee Eepoacoe ‘Sorel rea el tenet ‘Ue violenta, En Ita- a ese a estar Parcialmente apoyada por el Partido Co- munista, provocé la escisién del Partido Socialista, que habia tomado. la iniciativa ‘Los mediocres resultados que tuvo la expe- Mencia para los trabajadores amenazan Continuamente con provocar una nueva ex- Plosién en lo que queda del partido. En Francia también se produce una cri- Sis. Claude Bourdet abandona con estrépito cl France-Observateur, cuyo prestigio de- cae notoriamente. En cuanto al P.S.U., en ocasién de su Segundo Congreso, cuando comenzaron a £vocarse los problemas estuvo a dos dedos le desintegrarse, cosa que evité solamen- te renunciando a continuar la discusién de fondo. Al renunciar asf a la reflexién poli- ica, el P.S.U. se condenaba a estancarse Gn el marasmo. Se_fueron-aquellos a quie- Estado” —personas honestas extraviadas €n un partido socialista, como André Phi- lips, ¥ sobre todo los advenedizos de todo El partido peo - Pelaje y de todo tipo de club. te Socialist” MteMente lejos hubiera podido beneficiarse con estas de- Serciones, si se hubieran producido en un Contexto de claridad. Pero tal como suce- dieron las cosas, quedé desamparado, como 51 { Un problema esencial Esta exposicin es la primera de la serie ; CRsagrada al problema del Estado, y por | tanto no aspira a ser exhaustiva, a resolver | todos los problemas. Es posible que al fi- nalizar esta serie de exposiciones los pro- | blemas del Estado se presenten bajo una | Rueva luz. En efecto, :tengo"motivos»para _ 7onte se nos aparece atin oscuro. Estamos | & punto de liberarnos, y definitivamente, | de una pesada hipoteca, de una muy pesada | hipoteca que trababa a la vez la accién y el Pensamiento socialista. El 2ler. congreso del Partido Comunista soviético ha signi- | ficado un retroceso respecto del 20%, pero el 229 congreso ha reanudado, con gran | fuerza e intensidad, la limpieza de la si- tuacién y la politica de desstalinizacién. 37 LS Todavia no aleanzamos a ver todas las consecuencias, teéricas y practicas, de este 22° congreso; tal vez tenga oportunidad de referirme a ellas dentro de un momento. ' Creo que comienzan a abrirse nuevos y amplios horizontes, tanto para el pet” samiento como para la unidad de las fu 2as democréticas. La liquidacién del stali- nismo no es otra cosa que la liquidacién de un cierta concepcién del Estado, identifi- cada con el marxismo. Por el perfodo stal: y ‘Bista¥.Por Stalin, y esta. concepeién dél Estado, atribuida al marxismo, esta en vias dle desaparecer en la teoria y en la pi ese a las vacilaciones que observamos e1 elconocimiento. su an eleme ractica, ¥ a las fluctuaciones "n una y otra. El Estado, lel Estado, su descripeign, is detallado, son indudablemente I andispensables de toda politica, ¥ no s6lo de la politica, Sino también de la filosofiaylachistoriay-la Ologiay"y=todas las ciencias de la re: ial. Pero si tal He para las cien- més today lidad soi Bartir de ese concc; minan los fines, imiento que Politicos y mien se-deter- 108" objetivos, tos intereses medios-dedaaccién Politica 58 los : Todo programa politico debe elegir enine {os direseiones: o bien propone una accion dentro de un mareo que acepta, dentro de un marco entoy atal determinado; se inserta nees en ese Estado existente. O bien se Propone introducir modificaciones en = ‘nareo estatal existente, y hasta puede a Ponerse cambiarlo por completo. — Supone, claro est, el conocimiento de lo = Se-quiere cambiar, es decir, el conocimiento ‘anto de las.institueionesy los se as leonocimiento de las leyes, a oa de ‘Genicas:de-aplicacién dentro Cairn Geterminadas instituciones del | Bs propia {as Ultimas, las=téenieas™politicas Catia Mente dichas, las técnicas de o» efieren * dentro del marco institucional, : ‘e institu- al funcionamiento de tales se ealidad Pee Slones, para aplicarlas @ we n_ adapta técnicas se proponen 26 sfetien soci actica ala practice er, as alana ents Confrontarla con ie desese marco; yobligar e a entrar en el mole, ‘Sujetarse a las f senta, Estado y ciencias sociales Di 'gamos que, en sentido general, el” €0- *itica. También es el dato un conjunto descrit 7 © Por las ciencias sociales, ‘0 y analiza- Sociologia, historia, esencial de un a econom{a politica, tna realidad tan compleja, tan dominante, "Ue Por si solo constituye el objeto de va- "las ciencias, 9 de varias disciplinas que quieren hacerse cientificas. 8 Ae simple hecho demuestra esta com- an Para saber quién toma las deci- raurak donde se las toma, etc., es necesario qzar estudios muy profundos y muy di- iciles, eee un ejemplo conereto, entre las Q ‘iones esenciales: zpor qué, hace siete Fecehe afios, fue rechazada por un voto le la Camara de Diputados la C.E.D., la Comunidad Europea de Defensa, de cardc- ter mas militar que econémico? eee -Tnulaeién econémiea que comienza en Euro- PS occidental durante la Edad Media, hacia un Primer punto, entonces bey _ Proceso de acumulacion que empieza en Is Edad Media y se acentia rad “iguiendo una curva bien cono Segundo punto: Este proceso de acumu- 7 : ~™a-capitalista, Tomé esa forma, =. Husope : imiento, Sccidental, durante el Renaci a Siglos XVI y XVII, en cond ae Gavia no estén bien clucidades ees anaes se sabe de mod Clara, Pero en todo caso, eo ta Seneral como y por qué es Una forma capitalista. 7 TTercer punto: Esta-forma-capitalista st 67 el lugerel:procesovde-acumulacién, es dec, Sn un territorio ya ocupado por una org nizacién econémica, social y politica, la de! feudalismo, Cuarto punto: Esta formaypolitica que ‘mé el proceso de acumulacién econémict fe-igualmente:necesaria o inevitable a? en ausencia de tales condiciones anteriores de esos antecedentes feudales; por ejemplt en los Bstados Unidos; donde no existian Jas condiciones Precedentes, donde no existia ¢! = idalismo, como en Europa, el proceso d¢ ‘umulacién"ha=tomado-tambié, fo ; mado tambié: - Seen lo también Ja for . lo hay Yactualmente se;pue- economtalativamente piggy? eat nomia socialist: Primitiva a uns one favorables, An H8das ciertag so ame eo emblems COiones . °s Estados, 1a Frogacion porque! €° Un Signo de wie, Que se relic att ho, tlonente sere ‘je de i b de une a una economia economia socials ® primitiy, Hememl soca @, a una Sd teética de any," Sbstante ta’ posing _ Posibi- Recesidades relativas, de concebir perfect, >» Sexto punto: Este proceso: de acumula- cifn constituye el eje central alrededor del Cual-podemos"ordenar "los"elementos de 1a Mstoria moderna, de la historia politica ¥ de la historia del Estado en los diferentes stados contemporaneo: TQuée sucedis en Inglaterra, por ejemplo? Hl. crecimiento ®eonémico, el proceso de acumulacién eco- anit, fueron esponténeos, 0 eas! espontie Neos, a partir de la Edad Media; el ado 0 capitalista propiamente dicho, el ae UrgUEs, no entré en escena sino después a creci- ese crecimiento econémico. Bl crest lento econémico ha precetide al Bstace: Por eso, dado que ¢l crecin asmterio® a Tico precedié al Estado, que fue anterot t Wformacién- yas lancristalizaci no Estado, que-a través: de luchas en OG, Agudas y aun de revoluciones, Come Ts Cromwell, pudo Hegre @ slay 108 Politico, primero entre 18 BUTE Tar. feudales, pero.quelueg? "Ty aleprole- Sea esas dos elases domini "1a demo- tariado,-a-tarmiama close ieuido sobre 72 cracia inglesa s¢ oe omnis politico a base de un tipico comPE 69 las fuerzas sociales actuantes, y ese com- Promiiso s6lo fue posible porque el erect miento econémico precedié a la constitt- clon del Estado, del aparato del Estado: In- Slaterra se caracteriza Por representar a de Vez, un. compromiso:politico:y la forma.més evolucionaday-lavforma més acabada-de-l2 democracia:bunguesa,.y esas-dos-caracteris ticas estan ‘unidas, dos rasgos? Al} Estado fue mico, El caso de los Est: tinto, pero dA qué se deben estos hecho-de que el-aparato del Posterior al crecimiento econé- ‘ados Unidos es algo dis- Presenta empero ciertas analo- Seactivo, por hhasta:hace-bastante pee voePOE Poco tiempo, EL caso de i 7 Sncla eaten Sante, En Prone €S cutioso e intere- famos-dees ®PArato. del Ease Patlamos: desis que el S®encuentra a horea- 70 a. iadas sobre el. proceso:de crecimiento. a aqui la burguesia nace del crecimiento eco Némico pero se sirve del aparato del Estado, Farala aeumulacién del capital y al aoe tiempo para afirmar su dominacién en é curs0'delerecimiento, ‘e que quiero decir es esto: la 7 ‘nglesa es una burguesia comercial, 1a = Suesfa francesa es una clase que s¢ a Eel lida introdueiéndose en el aparato ee id ‘edo, durante el siglo XVI; por ed “ompra puestos, cargos; se sirve de imiento to estatal para facilitar el eons Ronémico; la-aeumulactén=del- capital jtallza especialmente por 1a me an prPuesto- Ch pg. 165, “Tes 8 -_ i EI mito de la sociedad de cons Creo = i Pensamiento tiene un pos- d » ¥ es el de la inti a le la inti af — a Estado, Y ese libro ae aad ee los tiempos modernos, él le consi iviris gee sumo. Vi 3 soled de consumo, a ta que tende ee _ Moderna, la sociedad di » Cualquiera sea la aie ae a de Produccién; ma: a1 la estructu: 5 MAS exa ‘ exactamente, I . ta de la produccién pierde tod ime, inci ; ‘oda importanei: = eee posiblemente exigia de ae las sovie mis iniciativa y més enerEie ¥ sin embar, lades anteriores 0 posteriores. mente — el individualismo era mera- yee ilusin, el flotante ro ase realidad del capita- los mmonoy nuestros dias, el capitalismo de Sociedad ae asume la apariencia de una orl de consume, en Ta que todo se hace sidade: iél consumidor, en la que las nece- nim del consumidor son la regla de 1a mae Preduceién capitalista; ast se disi- wis Ta realidad de esta produceién y ¢l faba Ue 188 productores pee los mismos CO S Fae solo sea a través de la a le los estudios de mercado, : consumidor es el hombre més enajenado aue haya existide jamés, pese 2 ave Se Coe tin individuo libre, un individuo Préximo & St realizacién, a su plenitud. La idea directriz del libro meneionado, @ saber, que el Estado tiene ie com ee izacién de la soci metido la orgat! izacion rerio para del que No lo es. Para imposible aceptar * tente. y no sdlo de Ja sociedad actual con Sus tendencias y su orientacién capitalista, sino también de Ja apariencia halagadora que se da, y que es precisamente Jo que hay que comenzar por desgarrar para llegar 2 Su verdad, que sigue estando en las rela- ciones de produccién. Es facil decir que hacer apelacién a la conciencia de la clase obrera, a la lucha de clases, a la accién sin- dical o al anélisis de las relaciones de pro- duceién, significa retroceder al siglo XIX. No obstante, el anélisis eritico de la reali- dad actual reposa sobre esa base intelec- ‘wal. Para legar a comprender la realidad actual, es necesario partir del Pensamiento del mareo del capitalismo contemporéneo, Yelhecho de que intenta ser la expresion ‘eériea de la sociedad de consumo, dentro Gel mareo del capitalismo, mientras que Auestro andlisis eritico es precisamente una Parte de la denuncia de esas apariencias ¥ del descubrimiento de la realidad que tls oeultan, a saber, la realidad del capi, oa el monopolio (ya no se trata i Spitalismo competitive eon su apariencia e individuatismo, sino del capitalism mo- Rpolista, con su apariencia de sociedat Tt Consumo). El Hstado desempefia él PAPO” de administrador de la sociedad de ee ™o, indudablemente. Esta sociedad OTT Gontrolada mas profundamente que Pmor Por el gran capitalismo, ¥ debe aoe Zar por tomar conciencia de esto st GO ‘mos modificarla. Por consiguient®, (Og bro nos ofrece un verdadero Oo Nig Uinea divisoria entre el Pemsem OTS uede lista y un pensamiento al dv ist, 0 lamar a iro que no es S00 alista, (lo represent a Psu. elemente esfumado y anuladey {tico 7 to ora de los apo 87 . jidad | Estado y de la necesi sistas de lo existente y de los que yo deno- | ¢el-aparato del Estado mino los hombres del Estado, Los socialistas de Estado Ademas de este efroulo de hombres in- teligentes que no se disocian del Estado ¥ de la sociedad tal cual son, hay también entre nosotros una larga tradicién de socla- lismo de Estado, La tradicién del socialis- mo de Estado —el socialismo que acepta las estructuras del Estado existente y se in- serta en ellas— ©s doble. Por un lado est4 el oportunismo del Partido socialista, de la por los Si se examina con > * ¥ Maurice Thorez Sin saberlo, Tog dos aceptan el '0 de fondo de Lassalle, Tespecto 88 —— Pensamient seno. de insertarse en é] para actuar ee Tel vez me digan ustedes que ee 4 Guy Mollet pero no a Biarlee TROT no obstante, si tienen en Sea ae de los tltimos veinte o de los de mi afir- ‘ios, encontrarén las pruebas macién, > rea inci or él stalinismo. Stalin era ae do, y al Es Estado que consideraba al Es ‘én de la histo- ado ruso, como la culminacitn “1 vérmino Ma, como el objetivo suprem« socialismo de de la historia, El suyo era an Jos medios Estado, que se esforz6 por ¥ esto, como lo Por consolidar al Estado. ¥ & 0 aimen- mostraré en otra exposicion, as Marx. En iento te diferente del pensamitn’? cstudiamos el Cuanto a Maurice Thores, i esti nee. ae jento de Lassalle, weciones. Lassalle ‘erto nimero de afirmacionr tarios. he cierto m de hierro de Jos salar hablaba de Ia ley de Or vizacion Thorez habla de Ja a grande come 1 con una obstinacién fa ‘ala ley de hier Lassalle cuando s¢ — ¥ cuando There? Consejo, hace UATE elaborar cargaba de ide con nario piblico, podia simulténeamente sos tener en el plano teérico la idea marxista de que hay que destruir el aparato del Be tado, y esforzarse en la practica por conso- lidarlo, elaborando el mencionado estatut0. No hay duda de que el abundante numero dl funclonarios y la exiraordinaria prolife racién del Estado en Francia plantean gra- ves problemas, pero promover la consolida- ién del Estado elaborando un estatuto del funcionario piblico ue no se propone ott@ cosa, aunque se abogue, en la fraseologia, Por la destruccion del Estado existente, es una manera de eludir esos Problemas. Kruvehey y la restauraclin de ta demoeracia El stalinism ti fen Beneral, ¥ on particular l stalinismo de ‘Tho : 72, Se caracteriza por 1a confusién, la ambi, a 7 igiiedad, entre una fra- Seologia revolucionaria Yuna Linista. La traseologi la Practica g encubre fa de ing le derecha. 1, mismo linismo Practica opor- lwierda encubre ‘ ideologia sectaria Portunista, Y eso » “2 esencia del sta- desde hace 30 6 4 aiios, Y esto es 90 a Practica, © el stalinismo, ido Co- 4b que el 229 Congreso del Panto de Rusia de la URSS. esté a punto o° lisgregar y de relegar al owes ae da uidacién de una freseologia de feauier Superpuesta a una politica eeeera al Uegando a su fin, 0 sea Motitiea democré- ™ente a presenciar una pol - que précti- tica abierta, transparente, € ‘de modo cohe- °@y teoria estan vineuladas so Kruschev Tente. Yo creo que en su disee Jo que han 4a ido muchisimo més he prensa comu- dicho la prensa francesa y la dadero Hama- Nista, £1 ha lanzado un as por encima Mento al pueblo ruso, pasando Por Coe Cel aparato estatal y del partite itado do directamente al pueblo Boos y el fun- 4 controlar el aparato del Pstaee TT osencia Cionamiento del partido, ¥ °5 ia en de la democracia en un BS eae ie s muy Slvidada Galen ee su libro, * a iia Jean Moulin, ave planta Getallado, ni slaw a de Ta cee tar tan importante coos. {Quien | de qué de los organismo™, oy quien ¥ Ne Gad de los, oneme] Estado? rganismos al Baber earl Gs pares manera? 4Cuales 2M igmo de . constituyen él Me vais? Hay que mocratica en el P vmbres del club que el problema era de dificil solucién, Puesto que en el pais més avanzado politica ¥ socialmente, la U.R.S.S., fue escamotes- do, y muy a menudo reemplazado por lo puesto, por Ja solucién contraria ala que Tida por Marx y Lenin, o sea, por Ja buro- cratizacién pura y simple del aparato e+ tatal, Ahora todos sos problemas se van @ antear bajo una nueva luz, y la democra- * Presentaré su verdadero rostro, es decit ue lo social contendré el secreto y el sen- tido de lo politico, y que incluird el control Popular; no del pueblo en tanto masa amor” pl ci 92 IAS FUENTES DE LA TEORIA MARXISTA- | LENINISTA DEL ESTADO 93 La teoria lenini: en Hae leninista del Estado es 1a teorfa tiempo, 1a = proletariado, y al mismo tat 28 teoria de la desaparicién del Es- analizar consiguiente, esta tarde vamos a dictadur simulténeamente la teorfa de la lesapa ra del proletariado y Ja teorfa de la = oe del Estado. Tee teorfa afirme 2 12 Siena del proletariado y 1a de- Yor ace neo Estado me parece de Ja ma- de dicen idad. En efecto, cuando se habla ee proletariado, hay eo ee esta hablando. oi 1a dictadura cualquiera. Ni rade forma que la dictadura del proleta- St i ha tomado en la Union Soviética, bajo mae ‘La teoria, o més bien, 18 practica ftalinista de la dictadura 1a sido una desviacién, empleando un término av banal, la practice staliniste ra del proletariado fue respecto de la verdadert la dictadura del proletariad ¥ de paricién iE a Stalin sélo conservé de termine, Mitsista-leninista uno de los ds proletarieforméndolo: Ja dietadura de tefrica gas oereendole una excrecencia Lenin, 10g 20 estaba ni en Marx ni en iz eee Ja nocién de que durante agave del socialismo se agrava la cin det Bang, ™POniendo una eonsolidee ta do Ta tet Beta deformacion stalin Ser exiiaa hoy die y leninista debe ica teoria de ra oa nin, La dictadura det proletariado se halla en lag “Gye eee callin a “Obras eseogigas” seen, cita ol “Manto, ome T das” de Lenin, mmo hem etnitiesto comumistary enn Primera etapa en Mt ¥ dice: "Co- . constituetén 1a revolucign Engels 1a del proleteren brea % ariado en clase —————ee_—————_enror oe Ja conquista de la democracia.”” tac net oe dos términos: a cons- tey la lel proletariado en clase dominan- eee entiste de la democracia. O sea doming peace del proletariado en clase ea es también la conquista de la 50 supe es E] proletariado se serviré de ren politica para despojar poco a central la burguesia de todo el capital, para = iizar todos los instrumentos de la pro” fan en manos del Estado, es decir, del Broletariado organizado como clase domi- | y para aumentar con la mayor FAP.” a cantidad de las fuerzas productivas’” Qiare y Engels, “Manifiesto del Partido ‘omunista”.) Después de citar este texto, Lenin le eo menta y lo profundiza mediante ¢1 andlisis. ‘Aqui tenemos formulada una de las 10688 ms notables e importantes del marxismo Tespesto del Estado, Ja de 1a dicted del proletariado, elaborada por Marx ¥ Engels después de la Comuna de Paris. ‘Encontramos luego una definicié ss tado en extremo interesante, ¥ que también forma parte de la xistas olvidadas: proletariado organizad? como ¢l nante: esta definicién del Estado no ha sido nunca comentada en la literatura de pro- Paganda que predomina en los partidos s0- claldemécratas oficiales” (se trata de los Partidos socialistas de la 2% internacional, Puesto que todavia no existia la 3%). “Mas atin —agrega Lenin—, ha sido olvidada Precisamente porque es inconciliable coD el reformismo y choca frontalmente con 10s Prejuicios oportunistas habituales y con las llustones pequeficburguesas respecto de la evolucién pacifiea de la democracia, El Laat letariado necesita del Estado. Todos 10s oportunistas, los socialpatriotas y los kauts- Kistas (referencia a las polémieas de Leni? con los socialdemécratas de 1a €poca) 10 Constituido de tal manera ‘nmediata e inevitablemente & Mesvanecerse, y que 2) Joe trabajadores tienen necesidad de] Estado, Poletariado necesita un Estado. ra Pa ‘ido no es el de la burgues{a, €S jominante sitio organizado como clase domina®: 3 un Estado tal que comient tt iar tistamente a desaparecer, Y 00 ete hacerlo, El texto es terminante- ymental de Marx ‘2 desaparicion del Estado, iden funds — jen los ¥ ahora, para comprender Pi nos @ Res de esta teorfa fundamental, TY ca. Femontarnos a los comienZ0® 87 14 die- ™iento marxista, pues 1@ ia 1a dest tadura del proletariado a tiene sus bane it del Estado de Lent Trento del misc as profundas = Ch marxista d& ™o wx en la lo. areal ae No faltan te6ricos, Ge deran perimida a J@ i piens: del proletariado, ¥ 9 cuencia que ella ‘carece oe Jn se hay que relegaria @ UP, uw 4s OPO! .5 mi Is después de om fare ¥ 60 Base tica de gn Ia critics viva de 99 zacién progt aa el = a que esta Razén no se reali a ae ‘estatica y definitiva en an aes Y que es posible profur Paeeen de la Razén dentro del 5° lanza ne oe con la realidad modern a ai borda la teoria de la de este punt, gestae. Vamos a examioat 50 que a ee sentemente muy serio, Piet Estate fea de la desaparicién de! jatla por le per gue abandonarla, a Fer que ne Coat Si se demostrara algust Estado, gue geese hacer desaparecet age destinado a prospera" catenatt® el fin de Tos tiempos Quedaria invalidado. L¢ Y perfeccion; : aqui ‘i focialista cari aa ella teoria, La revoluci6? Marxismo se ¢ ‘arfa ante la democracia; Ni siquiera se esplomaria en su totalidad A la teonig go pee" dar un sentido precis? Buiria si le la filosofi, ie of i ie fun, ® slendo especulatiy, ae filosofia , el Estado se ind enci; 0, de Bu ee 2 18 Sociedad, ee mane: Por , Atentan get 2 historia seguirlé vez i ‘ez sus contradic” lucién, en el sentido de Marx y de Lenin, no tendria ya sentido. a critica del Estado en Marx Por lo tanto, es esencial recordar rapi damente el andlisis marxista del Estado en general, y especialmente el andlisis de la desaparicién del Estado que encontramos en las criticas de Marx y Engels a las doc- trinas de Hegel, es decir, en una serie de textos a los que vamos a pasar revista, CO- menzando por las obras de juventud de Marx. Partiendo de estas obras, voy @ mos trarles que la tesis de la desaparicién del Estado est4 presente ya en los prineipios del marxismo. No voy a referirme Ja obra no publicada de Marx que Se titula “Critica de la filosotia del Estado de Hegel”, sino iculo escrito en 1843 y pu- blicado en Paris en 1844, titulado “La crite de la filosofia del Derecho de He gel”: “La critica de la filosofia alemana del Bstado y del Derecho, @ la que Hegel ha dado la formulacién mas coherente, mas ria, mas definitiva, 1a eritca de esta teoria al pequefio art 101 a oe tiempo el andlisis critico del co aoteanaterno y de la realidad de la que Mento” (GE. el tomo T de las “Obras ducdns ,Saieién Molitor, pag. 95, ta — por H.L.). Pesemos cada Estado med trata del andlisis critico del de Hegel lerno, es decir, no de la filosofia lows ie del Estado, con el que est# teat de hecho vineulada, y del cut andlisis cree No se trata entonces del lisis eritige eee UBS teorfa, sino del ani tico del mismo Estado moderno ¥ pe eaidad de la ; Bene ee sigue si aunque sélg N® Slendo un més alld Igualmente, 1a rep ne’ alld del Rhin—; re oe Estado modems Presentacion alemana del en Paris, HT, (este texto fue publicado om sau bre real, no ca a abstraccién del 102 sible sino porque, rT ee yen cuanto, el Estado moderne mismo hace abstraceién del hombre real, y no satisface nis que de una manera imaginaria al hom- bre total” (Molitor, id., traduccion modifi- cada), Esta ‘iltima frase significa, en Ver dad, que el hombre politico, el eiudadano, 10 es més que una ficeién politiea en 18 aX clhombre real, el hombre total, a sino de un modo imaginario. nivel A ‘Enade, aoa del Estado, ae que depende del Estado, donde 5° Ft Lhombre, sino que por el contrar'? se He = 2a liberéndose del Estado. La form" Puede ser mas clara. En “La cuestion judia”, ‘euan afios, Marx escribe: el Estado politico subsis' completo puede apareeet Or os propio y su pureza las Felt en general, del hombre © Estado politico, es 40 eritica de est Ja religién con el Est ‘tica te0l6eica relacién deja de se7 ya religion donde el a oa fe 226 — a wee vista politicos ¥ OE Bs trata realmente de U9 ‘transforma en tal caso en eritica del Estado Politico” (Molitor, I, pag. 171. Traduceién Modificada). Siempre volvemos a la idea de una critica general de todo Estado po- litico. En el mismo texto leemos: “Ea Ia religion de Estado, el Estado se limita a Si mismo haciendo lugar en su seno a la religion. La emancipacién politica de la religion no equivale a una emaneipacién ‘cién, porque la eman- in que el hom- ame halle realmente libersde por lo soa © ser un Estado libre fados: los pueblos ereen que dado ave ten ran su independencia nacional, ae mediatamente libres. Pero se Poe le er Sometido a un Estado libre. Es a tonees, que el Estado se haya emancipas® de la religion aunque la gran mayoria de bes ciudadanos no deje de estar some a 4 la religién, mientras lo esté a titulo Pr ado, La relacion del Estado con Te Bién, especialmente 1a del Estado hry Si ella, no es mas que la relacién On ee bres que lo constituyen con a ae Conseeuencia, el hombre se Ubers too Umitacién por 1a mediacién de! EST Sea que se Libera politicamente, Met ue sélo limitadamente supera ese ain Cin en contradiccion consis?! ee Se proclame ateo por media‘ si .teo al Estado, ¢ decir, cuando proclama tit ado, El Es- ie te Bue estando religiosamente te y la tado es el mediador entre © on el me- libertad del hombre, pera de a oT cuando $¢ rv gel Estado, jor de los casos ea gion _— Nmnitacion, come te una mediat inter- Estado no es mas 4! una etapa emo, 0 5%) iberacion hombre y él sa ealizact On y la it ™Mediaria en del ser humano- 105 », — eee La escisién entre el hombre y e1 cludadano Estas obras de juventud de Marx estén llenas de antifrasis, estdn eseritas con UD estilo demasiado visiblemente dialéctico- Son casi una exhibicién de pensamient dialéetico. Las contradieciones son puesta €n evidencia de una manera chocante, co” cebida para chocar, es decir, en un estilo escrito més que hablado, de modo que estas citas pueden Parecer dificiles, Veamos ahora un texto fundamental, siempre del mismo perfodo, en el cual Marx critica la escisién. interna que se produce, ‘cuando hay un &, _ : tado politico, entre el hombre y el ciudadano, entre el hombre bre piiblico, escisién que desarrollo, colectiva politica... donde tiene Pare Ma lor de ser colectivo, y por otro lado ee ‘nla sociedad civil, donde actiia como ROM bre privado, considera a los demas Can dios, se reduce él mismo a la ‘a eras medio y se convierte en juguete a earn extrafias, EB Estado politico mantiene, |a sociedad civil una relacién tan Cane lista como el cielo con la a ied at 1, pg. 177, traduecién modifica Deas del Estado politico que ha a moderno, Sarrollo completo, del Estado més monty ¥ por tanto, del Estado més ge la misma El Estado es en su esencia que se SeP2- naturaleza que la religion, ee ella. Es te de la religiin y laches es una decir que toda ideotogia 2° Fete a a Teligiosidad, y es por 50 Wt eligiosidad, Personalidad de Stalin era wos 'y no Puesto que era el cul lidad de Stalin. Era al culto de la Perse avés de la persona el culto del Estado @ ‘eso habia necesary lidad de Stalin. Por mente en él Este anélisis igimtel mismo, poraue © existencia del Teal la mis guarda con 18 8 ——$<— que el ciel lo con Ia ti Por encima tierra, es decir ‘Triunta ma de ae real, la Brad el mund como la religié | lo pro! a religion sobre ae To que ae ona deseripeién a, pues el on la ideologi nis la religign ‘ntistalinismo fue ee Rociéndolo y see al rmundo profane, es ‘En la realidad randolo si es nece 6 civil, el hombre eo neat en Ia sieda A cour sociedad ‘ofano, Alli don- le para si si mis Cor it ismo Mo individue reap, PT? 108 demas vale colmado a, itor, fa, pana Peal Hd, pag. 177 lad universal” eee Ot erech icada) lano, ‘0s del Marx critica on ae y er Iu- eo cee real sociedad burguesa, los de- a propietario, de la propiedad pri- fa otras dos citas de “La ¢ oe ee os momentos en que toma in- oe misma, la vida poli Aah estruir a su propia condicién, pera civil con sus elementos, y de rea del he sin contradiccién en vida gené- Fle cee real. Ahora bien, 00 puede as cosa sin entrar en contradiccién ae condiciones y sin declarer Ja revo- aes (Molitor, pag. 181, tra~ modificada). jSorprendente frase! uestion La vi ; fda politica contra Ia vide real _La vida politica aplasta a su propia com dicion, es decir, a 1a vida cotidiana, la vida econémica, 1a vida de los individuos reales. Aplasta a sus propias ‘condiciones cuando indo afirma estar quiere intensificarse, Cua! por encima de es “vaistencia banal de 18 de 1a vida vida de familia, de 18 pareja, cotidiana en general. ‘Aplasta, ni ‘su propia condiciém, en pia contradiccion, tra en contradiceién consigo misma y @l hacerlo “declara la revolucién permanen- te”; expresién realmente asombrosa, que deberia suscitar algunas discusiones. El drama politico termina por tanto in- evitablemente en Ja restauracién de la reli- gién, de la propiedad privada, de los ele- mentos de la sociedad civil, asi como 1a guerra termina en la paz. Se habla aqui evidentemente, del jacobinismo, pero tam bién de un drama mas profundo: es und critica de la Revolucién Francesa, y wa critica de gran aleance. Es una critica dé ie Estado y de toda politica. Conocemos bd Perfodos en los que la vida politica eS as gue aplasta sus propias condi- que devseitara la revolucién permanente, ligion, 7 — la restauracion de la re- ejemplo. “Los in: del Estado politico son religiesos (aoe teeming) por eon elinsos (destaco este Aividal y ta via ee re a vida in- de la sociedad civil . ee entre la vida ae vida politica, Lo tung gomduce respee- Teal, edd alla de su in- Vera su propig V4eo"®, St ella constitu traduccion moditicada) (Molitor, pig. 187, 110 La jos. Es la La critica de Marx va tuy lelos, Bt crtiea de la vida politica misina. Y> Ot que es la critica de la vida ael mil ent, de cierta militancia que S¢ POS a ee vide total, en la que el militante se SOT ue no en pi, = aoa trascen- lo que no es politico, pretendiende Terr der todo lo que sea extrapoliticn. RE Te: “lo son también por cuanto la a la expresién de la excision ¥ eee cién del hombre respect? GF Ty. mmedi- democracia politica es evistians ©” Ter, da en que el hombre, todo homey ana a —rrté“ que su teorfa se va a volver contra él. El, que dice que en todas partes hay contradic~ ciones, se da cuenta de que si las hay dentro del Estado eso significa que el Estado va & estallar en pedazos, para finalmente desa- parecer: no habré mas Estado. ‘Todo el tra~ bajo de Marx consiste en Hevar la dialéctica hegeliana mas lejos que Hegel; es por es0 que nota cuidadosamente muestra que las oposiciones son muy Y que se convierten jnevitablemente en contradicciones, y que em que 10 son ¥% consecuencia ©! 1 stado va 3 estallar, al Estado esté destinado & desaparecer. Ver mos entonces que este ‘a del Esta~ do va muy lejos. Sefalaré de paso ave implica Ja critica de ‘a filosofia, ©s decir, tanto del materialismo ‘como del espirituar ito repres lismo en cuant ‘entaciones filos6fi- 123 Se are re ree te wae tesPonden a las representacio- mismo Bstade tras 408s que reinan en el intereve, 1°, Mencionaré, para quienes les tee cag Me a ctitia de Tas representaio- séficag™ (oat tom? LV de las “Obras filo- ¥ Ta eriton wetto Molitor, pégs. 182, 185, cas esta, le las representaciones politi- sentaciones, sgPat® 186 y 244. Las repre- 1as politicay ne tbsttacciones filosofieas ¥ superacién in, “inculadas; Ia teoria de con Ta toot ud’ 8 Hilosotia esta vinculada cién politica, le la superacién de la abstrac- Paviion del Botadg I teotia de la dese- No insisting aS ere Sobre la eritica del formalis- en la carta dem Un texto importante 1843, que re Marx a Ruge de septiembre Res, que m 2 a diversas preocupacio- rea que ar na rehans l Estado es la = hegeliana segiin la cual El Eg mn encarnada, a of I# Prucba de que Ia razéa Estado tye, Aumaue sea suble- me una razén, tiene ra- Pero hasta ‘un ci és lo el) un cierto Faz6n hy ext 2 misma razén, 1a ue de Su desaparicién, les Marx en esa carta a Ruge: “La razén ha existido siempre, pero no siempre en la forma racional. Por tanto, fi x la critica... (les sefialo al pasar que Le emplea el término “critica” en un senti se trata de Particularmente fuerte, pues a ‘una critica fundamental, de una critica rar dical, de una critica que va hasta las raice’s ¥ como él mismo lo dice, hasta las raichs del hombre) la eritica puede partir de cua quier forma del conocimiento ine ei Practico y de las formas propias de te lidad existente, teniendo por fin | : a timo poner de manifiesto 1a Ver MOT realidad, Ahora bien, en lo que alae © oe Vida real, el Estado politico, atin 2) Goi. no esta conseientemente impregnaeh Te exigencias socialistas, incluyes 1 jas de Jas exigencias en sus formas modestas, las eet en amiento, en sus ‘nes, en . hasta ae y administradores, y ee gatas Policia. Pero en todas parts su detincign nape 2 contradiceion entre De este conflicto deren erates reales”. $e puede dese; del Estado consigo mismo a = seem hay Estado Ary “verdad social”. No mismo, vale a No esté en conflicto consigo sf el germen ne que el Estado leva en tanto, en todas vat, *utodestruccién, Por Partes es posible desentra- in este Punto evolucién hay que i ea eng PeBSAMIento introducir, en la dad o de an le Marx, la idea lade aa ape niveles de ver- = ina nlentos de ver- critien 4 las de las otras a . = la realidad y del en Ja ert Vetdad filosética @Y una yer ®S filosética de la lad Politica de las Tepresentaciones filoséficas. Hay, finalmen- te, una verdad social de la politica y de la filosofia. Es necesario examinar més minuciosa- mente al Estado. No hay que transformarlo © destruirlo de cualquier manera. Hay que estudiarlo en su calidad de resumen, de _ de las necesidades sociales, de tas Inches sociales pasadas o presentes, de as verdades sociales. La critica del Estado debe partir del hecho de que hay una ver” dad social del Estado que reconoce en él lo que el Estado engloba de necesidades sociales, luchas sociales, verdades sociales, aunque lo enmascare, disimule y transfor me. Hay una verdad social de la filosofia tanto como de la politica. “En el curso de tu desarrollo la clase trabajadora sustituird ala antigua sociedad civil por una asociacion que excluira a las tagonis- mo, Ya no habré un po i mente dicho, puesto 4 ode es precisamente el resumen oficial del an- tagonismo existente em 18 sociedad civil”. Leemos esto en 1a la filosofia’ Ga “tarde, en “Los origenes 4 ia, de 1a propiedad ¥ del Estado «Miseria de je Ia fami- ", Engels 127, EL L ( Tetor jvoma esta critica de las tesis hegelianas. “Bl est tado no representa de ningiin modo una fuerza i erza impuesta a la sociedad desde el exterior, no Hee tampoco la realidad de Ja al, la i a a imagen y la realidad de la ra- un pea Prstende Hegel”. El Estado Pitt la sociedad, en una deter- tna confonta oe desarrollo, Constituye envalia once We esta sociedad se ve na contradiccién insoluble consigo mis ma, que antagonismor Paes Sham seindido en ie . més de ella, es el Aire reels U8 marisa Parte de la enn’, 1a he; a de Estado, Los tanto i hegatana 08 tent 2 BeCién: hegetiana 8 anteri we teriormente citados ba hacen comprender bien el alcance de esta critica, E] Estado no es algo que corona 1a sociedad, que la acaba 0 la perfecciona, que la eleva al nivel de la razén o de la idea moral, es simplemente el producto de los antagonismos, de los conflictos en el inte- rior de la sociedad, es una fuerza que se coloca por encima de ella para resolver en apariencia esas contradieciones, y en Tea lidad para ponerse al servicio de Ja clase dominante, E] Estado no arbitra los conflic- tos, los modera manteniéndolos dentro de los Iimites del orden establecido. Lenin, algunas paginas después, cite Ja continua- cién del texto de Engels. “El Estado no ha aa fenlindoe ai eee aelecn dades que prescindieron de 6 gus Xo tu Vieron nila menor idea del Estado ni del poder del Hstado; per _ cone as eo, i- dae nde ca necesariamente Ja divs et en clases, el Estado se hizo una nes i a division. Nos 2! actualidad a grandes pasos & tal desarrollo de 1a PX cia de esas clases, RO una necesidad, sino | obstéculo pare | 129 Oe Saparecerén tan i —- cn ineluctablemente como han la desaparicién de las clases desa a = ee ineluctablemente el Estado; la ee Teorganizara la produccién ‘s0- cee la asociacién libre e igual de res enviaré el aparato del Es- tado al lu, 'gar que le corresponde: al museo de antigtiedades”, leclinacié; A nm. Pi ion, n. Pues su ere ema Ince ‘saparicién, En la seiedad que sale de la revolucién socialis- ta, el Estado se vuelve imitil. on primer acto mediante el cual el Es- me proclama realmente el representan- le la sociedad toda entera, la toma de ae de los medios de produccién en ae de la sociedad, es al mismo tiempo €l timo acto propio del Estado”, ha escri- (2 Engels en el Anti-Dithring, y Lenin cita ign este texto. “La intervencién del oder del Estado en las relaciones sociales se vuelve superflua en un campo tras otro. .- Al gobierno de las personas sucede la ad- ministracién de las cosas ¥ 18 direccién de los procesos de produccién. El Estado no es abolido, sino que agoniza ‘gradualmente”. Tl texto de Lenin est dirigido, por un Jado, contra log sovialdeméeratas, 10s neformistas, los evolucionistas. Y como el de Engels, est dirigido tam- bién contra los anarauistas, y la direccién anarco-sindicalista. do no es abolido cién; el Estado ante fe aeue usecase susti- tuigo por un Bstado de MUTT tipo, pero ete a su vez debe Perec” El Estado no © yr el acto ‘cevolucionario, Per? abolido PO 131 pe eee | | elie el Estado iat cmpr eat ln Estado agonizante, Bore none, 8 un Su nitidez, Por | fe. Esta es la teorfa en toda lo demés, los textos de Lenin hiento y la di En este’ esaparicin de la tn este ag : demoeracia”, ste aspecto la idea tal vez resulte més iS com mente. Al form: explica, ular esta tegi que at ella est dinigige om o5% Engels igida contra los. opor- 132 ae y contra los anarquistas. Los oportu- Pies dice Lenin, han acicalado a Ia emocracia burguess, ¥ esta tendencia no ue la eritica socialista de todo Es- Ln deformactén ataliniste ar tanto, Lenin, como Marx, y lo hemos Visto hace pooo en los textos de Marx, es erminante: el pensamiento socialista criti- a a todo Estado. No puede concebirse un Estado obrero, campesino, un Estado prole- tario estable, ‘consolidado, ante el cual se inclinaria el pensamiento socialista. Esa es la deformacién stalinista, la revision stali- -leninista. El nista de la teoria marxiste la eritica socialista, Pensamiento socialista, Ja critica marxista, es decir la critica radi- al, se aplica a cualquier Estado, pues todo Estado, inclusive el mas democratico, sigue Slenlo’ un aparato elevado por encima de la sociedad, erigido sobre la sociedad y que coatione elementos de coereién. Estos ele- tmentos de coereién son inevitables °f el'mo- mente de la revolucién, cuando ° trata de 133 despojai “ = oe burguesia de la posesin de i Produccién y de la gestién de ae eee del poder de decision ay el lenguaje de hoy. Pero cién debe se ido que surge de esta revolu- er cabs e sometido ata erica radical. Bl Betsamiento socialist es fundamental- eae a del Estado, cualquiera sea irene gels y Lenin son terminantes Yor Paice tie Pensamiento de la época FndCl haber abandonado esta teoria cetramantah ¥ en consecuencia, el haber haber 42 2.2 teoria marxista, y hasta el fades en aermado en ideologia de Bs Pensamiento sa de Estado, cuando el toda filosotie eet er@ una critica de una teoria de be ne itiea de todo Estado, , racic 2th ev ee apes Be que debe ree oi 18 exitica fund el omer a pare a lamental le los textos a dictadura del protetarindo _Los textos de ‘Lenin que siguen son toda- via més precisos. Formula los dos aspectos del problema: 1) Dictadura del proletaria- do, es decir, asuncién de la gestion de los asuntos pblicos por el proletariado, demo- cracia profunda, 0 sea una democracia an® opere realmente para y por la mayoria; coercién, la ultima que pueda aplicar el Estado, durante el perfodo de desposesion de la burguesia, y 2) 2 continuacién, desa- paricién gradual del Estado. Es decir que estos aspectos diferentes constituyen una unidad organica: dictadura del proleta- riado, democracia profunda, extendida, conereta, y desaparicion del Estado. Son tres aspectos de! mismo proceso revolucio- nario, segin él Pe to de Marx y de snsamient Leni, Lenin dice: “sélo 2 an gue 0 he hecho de nuevo es demos- ‘ra: 1) que la existencia de Tas clases est es anatial alee particulares, a lel desarrollo de la produccién, 2 ave a de clases conduce necesaria- a la dictadura del proletariado, 3) a ants de todas las clases y a una wee ‘ad sin clases”, es decir, segtin el con- 7 una sociedad sin Estado. : a e oa este criterio sigue siendo ae . fa, para mi en tanto que soy are en lo que me concierne, reco- oe aa la necesidad de la dic- dames Proletariado, Y cuando alguno eae ponerie y camaradas comunistas iG en aprieto: fs me: it a aes lel proletariado?, yo contesto: sin y is que nunca, Pere js 6 dic eae Proletariado se aia fase ‘ ; rim y Lenin 0 de 1: 7 Prdctica Stalin? Pues ie del 22° congreso de : pes LURSS, subsi y bien a dénde quie, aDe la que la que ha puesto ctualmente, atin lel Partido Comu- steel equivoco. ¥ ira DUE se trata dois haste elt exposicién, de los debates y de las dificultades, 0 si ustedes prefieren, de los compromisos. 1 Eatado en vias de desapr Continia Lenin en “El Estado y Ja Revo- lucién’”: la idea de Marx es que la clase obre- ta debe demoler, destruir el aparato estatal existente, no limitandose a una simple toma de posesién del mismo, pues ‘Lenin, con En- gels, sefiala que hay una especie de ‘tradicion de eoelalismo de Estado, de 1a que sabemes por Jo demas que se remonta @ Lassalle y no a Marx, y que consiste de Ja integracion del tmovimiento socialista en el Estado existente, ip ques evidentemente cl CrIST del opor- tunismo politico. ‘Ya hablé de est, hace tres semanas 0 un mes; Lenin insiste incan- ——=—C rrr is desapariién se Bstado; es wn caso de transformacion de te cantidad en calidad realizada tan m dica y plenamente Com? forma en algo que no es ya estrictamente aa z ee beers ‘Siendo una necesidad ey eee quebrar su resis- eae necesidad que se le im- Ponta ale Comune; y una de las causas de ma derrota es gue 20 la atendié con la sufi- pai — Mencionaré aqui que 1a a _ que con tanta frecuencia se ae a es citada por Marx y Engels sone seme de Estado en desapari sega a te apunta ala desaparicién del ae ‘el organismo de repre- Cie ga aelante la mayoria de la pobla- on 1a oirmnnorla, como sucedis siempre dummbsguimenes del esclavismo, ta servi llariado. Ahora bien, cuando es la mayor * ia del puebl : lo : si misma a sus opresores, Ja que reprime por aie eonarae ce epresién, Es . Es en este sentido cer en Sai comienza a desapare- especial de a Tugar de Ja institucién minoria privilegiada, la mayoria Puede " tarea, cumplir dis area, y cuant lirectamente clones del poder He necesario se conjunto del pueblo, menos enin Iama la vuelve ese poder. Bs lo que Li dialéctica revolucionaria de Marx. La teo- Mia del Estado desemboca en el fin del Es- tado, y de modo més general, 1a teoria poll- tica de Marx apunta al fin de toda politica. La libertad y el Estado No hay libertad posible mientras exista dice Lenin de acuerdo on Engels y Marx, El Estado es incompati- bie con la libertad, aunque se trate del Es- tado democratico, pues todo Estado es una fuerza de coercién. ‘Mientras exista un Esta- do no habré libertad, es uno de los puntos fundamentales del marxismo. Roger Garau- dy ha sido capaz de escribir un libro entero sobre la libertad, no solo presenténdola como Ja Rusia de Stalin, sino pasan- 9 la teorfa de la la idea esencial libertad, ver- jgmo de que 20 hay del marsismo 4° O tras hay un Estado, Es la dialée- dadera libertad, i por demoeratico due sea este. Fea revolucionaria, 1 | fraseologia de mod seg un aparato estatal, a = von del Estado, del Estado de clase, meee a ese Estado de clase, el corte ate og en rePresenta el Estado nuevo, de todo wena et desaparicion es el tema Pinay aero c° Lenin, hasta Tas iltimas party” adas “destruccién del Hstado emia a = trata siempre de la expe- far la may comune, Ta que ay que ota cuanto tentath ortancla, no solamente en proltarign 82 de toma del poder por el notable do ec2@®> Sino como ejemplo al Estado, nenttiva de hacer desaparever 8 propésito deco Por Lenin, eseribe cién, pese a ou la Comuna: “La constitu- tuciéneos £, St inconvenientes, 1a consti- de Ia Come, tt? S2faban Tos participantes Semiautonomfe de decir la autonomia, la urbanas y atin de 1 las principales comunas tituién “comune nes Peauetias, la cons- cuerpo social t le hubiera devuelto al sta ese mom ‘odas las fuerzas absorbidas Cie, parésito qua POF €l Estado, exerecen- I Socieda, Se alimenta a expensas de Ven us tedes Critica dey Toes donde va la teorfa, 18 anarqui 0, Gustas ef query T™ PeProchaba a Tos 140 demasiado aprisa, el , estoy bando su libre movimien- _ salar por encima de una época histérica que es la época de transicién, 1a época de la dictadura del proletariado, pero se pro- clamaba de acuerdo con la tendencia anar- quista respecto de que no hay libertad mien- tras existe el Estado, y de que el Estado es una exerecencia parasitaria superpuesta, ala sociedad; el Estado, en cuanto aparato estatal. Es evidente que todo este aspecto de la teorfa marxista-leninista debia ser silen- ciado durante el periodo stalinista. Esto no nos da todavia un andlisis integral del fe- némeno histérico denominado stalinismo. ‘Todo fenémeno histérico tiene causas. Todo fenémeno histérico debe ser explicado, y la personalidad de Stalin no es més que un aspecto del periodo histérico caracterizado por el stalinismo, con todo un conjunto de causas y efectos que estamos todavia lejos dle conocer con claridad. En todo caso, era nevitable en.esas condiciones historieas que tag este aspecto de Ja teoria marxista Y ini ‘bra. Pienso que inista juedara en la somt Jeninis a to de volver a le luz y de darie ificacién, hoy es el momento de vet A nuevamente su verdade’ y on 1961, después del 22° congreso det Par tido Comunista de la s, ¥ todo 141 as ne ce cae se basa en la experien- a Lenin cita algunos tex- Uay de Boeels donde éste aborda el punto Sle ee historia en que la demeers- to rofundizada, llevada conseeventemen- lade on us limites, se transforma por un clama, nos ae ¥ por otro lado lo re- Sarees dice Lenin, siempre con sa toe gaat Que gptehende todos los aspeo- See a En cierto momento de fase critica, u democracia atraviesa una tiende a eee coesieperium ates Sin dudg euSformarse en sovialismo, n° sario profu eeeaneamente, pues es nece- a =ti‘< iésOCrC—C—™* lante ella ae Pues si no va més ade- cbligada 2 gcmienta_& retroceder; esté pena de den mormatse en social ; fe eae caine frontera es algo dificil de pasar. Engels, en un texto citado por Lenin, dice: “De- sarrollar la democracia a fondo, buscar las formas de este desarrollo, es decir inven- tarlas, probarlas en la préctica, es una de las tareas esenciales en la lucha por la revolucién social; tomado en sf mismo, el democratismo, cualquiera sea él, no pro- ducird el socialismo”. Esto es importante para situar las relaciones de fuerzas Y de ideas en la actualidad, y no hay que buscar muy lejos para hellar analogfas; por ejem- plo, tal hombre politico, cereano al socia- lismo, y dispuesto a desarrollar de una manera consecuente la democracia, no le- gard jamds al socialismo, y su democratismo no produciré jamés el socialismo. Pero en Ja vida, agrega Lenin, el democratismo nun- ca seré considerado en s{ mismo, seré con- Siderado dentro de un conjunto, ejerceré ‘una influencia sobre la economia, estimu- jaré su transformacion, sufriré Ta influen- cia del desarrollo econémico, etc. Esa es la lr cea dialéctica de la historia viva entre en juego fuerzas desiguales, fuerzas que 00 van tan lejos unas come otras, cada una de jas cuales enc as y tropie- nntra sus fronte 143 Yoo tla de gtr gue se mace ens reeeiin del secaliamo, =“ ‘eins dees de. Ein alee de Engels, retomadas por pease 7 la destruccién del poder sight existente y de su reemplazo por ae ee fetter democratico, siealosstusstas en detale en el tareer co pital dobre de Marx sobre la Comuna: “ia ee en Francia”, Pero era ne seule siti, siguiera sea brevemente, Alemants ne porque justamente en a : Supersticiosa en el Estado eoeoe Ia ilosotia a la conciencia de al Botalo elit 12 doetrina de los fidsofos eo ‘nae tealizaciin de una idea. En peg : ico, es el reino de Dios sobre deben soatigsminio donde se realizan, ¥ eternas zat, la verdad y la justicia ame salle sespeto supersticioso npr lo que a él atafie, res- Bae bran a ear tanto ml sna a de $0 esta habituado des- eas ni ensar que los asuntos tunes de la sociedad en- de la mis ¥ los int hasta el presente, es decir, por el Estado. Pienso que esta fe supersticiosa en el Es- tado, que en el tiempo de Engels imperaba sobre todo en Alemania, se ha difundido luego prodigiosamente, como secuela del socialismo de Estado de Lassalle, y ha con taminado hasta a buena parte del pensa- miento marxista, se ha extendido ala Unién Soviética con Stalin, y ha echado fuertes raices en Francia, tanto con Guy Mollet como con Maurice ‘Thorez. Creo que éste es ‘un lassalliano de izquierda, mientras que aquél es un Jassalliano de derecha. ‘Heme aqui al término de lo que habia querido mostrar en esta conferencia: las bases de la teoria leninista, sus rafces en ‘Marx y Engels. Vemos formarse la teoria, la vemos afirmarse, analizar los aconteci- mientos, profundizarse con Ja experiencia de la Comuna, pero conservando elementos gialécticos que se profundizan por su par- fe: creacién por Ia clase obrera y sus al wire politicos de una democracia Profn' zada y mas consecuente, punto critico al {jue llega esa democracia © el proceso de profundizacion, de expansion ¥ a cién; dictadura Cee del proletarias cide con la demoo vracia profundizada ye 145 | | ; tend; finalmente, gradual extincién del ado que coincide eon ta dictadura del ae iad, ues el Estado que crea ésta ae — agonizante, destinado a pere- S ideo necesariamente. Ese es a le la teoria marxista-leninista rparicién del Estado. INDICE Prélogo El Movimiento Obrero del Siglo XX ante el problema del Estado « ‘Un problema de actualidad . El stalinismo y el Estado . a La evolucién del antistalinismo y el Estado ‘Una critica de las tesis de Lenin sobre el Estado .. 5 Los teenéeratas y el Estado ZLe pertenece el porvenir a la burocracia? Bl Estado gaullista ..-...-+++-0+7 Las contradiceiones actuales ‘Las “nuevas capas” y el Estado. La crisis de la “nueva izquierda” . I problema del Estado EL ESTADO ¥ LA SOCIEDAD Bstado y ciencias soci ‘Hombres de Estado y hor Fy'Bstado y el proceso de crecimiento Neconémico ooo i edad de consumo ‘EI mito de 1a socieda Toe soctalistas de Bstade Los Strev y 1a restauracién eracia « 5 10 18 18 24 81 37 40 44 47 52. LAS FUENTES DE LA TEORIA MARXISTA LENINISTA DEL ESTADO La dictadura del_proletariado ‘La vida politica contra la vida real | La democracia y el pueblo ...... | La de ‘wspriml6 Talores Gril Buenoy Alves en ‘mes de’ marzo de 1969. 96 101 106 109 12 116 120 130 133, 135 137 139 Lumen SAGIF, Herrera 52% —

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