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SOBRE LA SERVIDUMBRE VOLUNTARIA O Por el momento, yo no querría sino comprender cómo

CONTRA UNO es posible que tantos hombres, tantos pueblos, tantas


Etiénne de La Boétie villas, tantas ciudades, tantas naciones soporten a veces
Traducción del viejo francés: Biblioteca Popular a un solo tirano, que tiene por poder el que ellos le dan,
(Anarquista). que tiene el poder de perjudicarles tanto como ellos
quieran aguantarle, y que no podría hacerles daño
Redacción entre 1546 y 1555 alguno si ellos no prefirieran sufrirle a contradecirle.
Primera publicación parcial en 1574 Cosa ciertamente asombrosa -y sin embargo tan común
Publicación completa en 1576 que hay que dolerse más que pasmarse de ello- es ver a
un millón de hombres servir miserablemente, teniendo
el cuello bajo el yugo, no porque estén forzados por
una fuerza superior, sino porque –eso parece- están
encantados y hechizados por el solo nombre de uno,
del que ni deberían temer el poder ya que está solo, ni
amar sus cualidades ya que es en su tierra inhumano y
salvaje. La debilidad entre nosotros los hombres es tal
que a menudo obedecemos a la fuerza, es necesario
contemporizar, no podemos ser siempre los más
fuertes. Así pues, si una nación es obligada por la
fuerza de la guerra a servir a uno -como la ciudad de
Atenas a los treinta tiranos-, no hay que asombrarse de
que esta colabore en lugar de lamentar el accidente. O
que en lugar de asombrarse o quejarse, soporten el mal
pacientemente reservándose para un porvenir con
mejor fortuna.

”De tener varios señores no veo ningún bien, que uno Nuestra naturaleza es tal que los comunes deberes de la
sin mas sea el amo, que uno solo sea el rey”. amistad se llevan una buena parte del curso de nuestra
vida. Es razonable amar la virtud, estimar las bellas
He aquí lo que declaró Ulises en público según acciones, reconocer el bien de donde se ha recibido, y
Homero. reducir a menudo nuestro propio bienestar para
aumentar el honor y la ventaja de aquel a quien
Si él hubiese dicho solamente: amamos y que lo merece. Así pues, si los habitantes de
“De tener tener varios señores no veo ningún bien”: un país encuentran a algún gran personaje que les
sería suficiente; pero en lugar de deducir que la hubiera dado pruebas de una gran previsión para
dominación de muchos no puede ser buena, dado que salvaguardarles, de una gran osadía para defenderles,
la potestad de uno solo, desde que toma el título de de una gran prudencia para gobernarles; si de ahí en
amo, es dura y poco razonable, él al contrario añade: adelante se acostumbran a obedecerle y a fiarse de él
hasta concederle una cierta supremacía, no sé si sería
“Que uno sin más sea el amo, y que uno solo sea rey.” muy inteligente quitarlo del lugar dónde hacía el bien
para elevarlo a dónde podrá hacer el mal; más
Hay que, probablemente, excusar a Ulises, el cual ciertamente, no se podría hacer otra cosa que tener la
es posible que tuviese la necesidad de usar ese lenguaje bondad de no temer ningún mal de quien no hemos
para apaciguar la revuelta del ejército: adaptando yo recibido sino el bien.
creo su discurso más a las circunstancias que a la
verdad. Pero hablando con discernimiento, es una ¿Pero, oh buen dios, que puede ser esto? ¿Cómo
extrema fatalidad estar sujeto a un amo de quien no se diremos que se llama esto? ¿Que desgracia es esta? que
puede asegurar que sea bueno, puesto que está siempre vicio, o más bien que desgraciado vicio es ver un a
en su poder el ser malvado cuando quiera; en cuanto a número infinito de personas, no sólo obedecer, sino
obedecer a muchos amos es igualmente desgraciado en servir; no ser gobernados, sino ser tiranizados, no
extremo. teniendo ni bienes, ni padres, ni mujeres, ni hijos, ni su
misma vida que les pertenezcan, sufrir las rapiñas, la
No quiero debatir aquí la tantas veces aireada cuestión, lujuria, las crueldades, no de un ejército, no de una
a saber: de si las otras formas de república son mejores facción bárbara contra quien cada uno debería
que la monarquía. Si tuviese que debatirla, me gustaría desprenderse de su sangre y su vida, sino de solo
saber, antes de poner en duda qué categoría debe uno! ¡No ya de un Hércules o de un Sansón, sino de un
ocupar la monarquía entre las diversas formas de hombrecillo a menudo el más cobarde y afeminado de
gobernar la cosa pública; si se le debe conceder alguna, la nación, no acostumbrado a la pólvora de las batallas
porque es difícil de creer que haya algo de "público" en sino apenas a la arena de los torneos, qué no solamente
un gobierno donde todo es de uno solo. Pero es un inepto para mandar por la fuerza a los hombres,
reservemos para otro momento esta cuestión que bien sino completamente impedido para satisfacer vilmente
merecería un tratado aparte, o que más bien provocaría a la menor de las mujercillas! ¿Llamaremos a esto
toda clase de disputas políticas. cobardía? ¿Diríamos que los que sirven son viles y

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cobardes? Si dos, si tres, si cuatro no se defienden de los días es que un solo hombre oprima a cien mil y los
uno, es extraño, pero no obstante posible; se podría prive de su libertad, ¿quién podría creerlo, si sólo
decir con razón: que es por falta de corazón. Pero si pudiera oírlo y no verlo? Y si esto ocurriese en países
ciento, si mil sufren a uno solo, ¿no se dirá que no extranjeros, en tierras lejanas y alguien nos lo dijera,
quieren, y que no es cobardía sino más bien desprecio o ¿quien no pensaría que es más bien un cuento y no
desdén? verdad?

Si vemos que entre, no ciento, no mil hombres, sino Ahora bien, a este tirano solitario, no hay necesidad de
cien países, mil ciudades, un millón de hombres, no combatirlo ni de vencerlo. Él mismo está vencido,
ataca ni siquiera uno solo, de los cuales el mejor cuando el país no consiente en servirle más. No se trata
tratado de todos tiene la condición de ser siervo y de quitarle algo, sino de no darle nada. No hay
esclavo, cómo calificaremos esto.? ¿Es cobardía? necesidad de que el país se moleste en hacer algo para
Ahora bien, todos los vicios tienen naturalmente algún sí, cuando basta con que no hagan nada contra sí. Son
límite que no se pueden sobrepasar. Dos hombres, y pues los pueblos mismos los que se abandonan, o más
hasta diez, pueden temer a uno; pero qué mil, un bien los que se hacen dar reprimendas, ya que en
millón, mil ciudades no se defiendan de uno, esto no es dejando de servirles quedarían libres. Es el pueblo
cobardía,: esta no llega hasta ahí, igual que la valentía quien se somete y quien se corta la garganta; quien
no exige que un solo hombre escale una fortaleza, teniendo la elección de ser siervo o ser libre, deja la
ataque un ejército, conquiste un reino. ¿Entonces que independencia y toma el yugo; quien consiente su
vicio monstruoso es este pues éste, que no merece el dolor, o más bien lo busca... Si les costara algo
título de cobardía, que no encuentra nombre lo bastante recobrar su libertad, no les metería yo tanta prisa; que
vil, que la naturaleza niega haber fabricado y que la otra cosa debe tener un hombre de más querido que la
lengua rehúsa nombrar...? de volverse a su derecho natural y, por decirlo así, de
bestias volver a ser hombres. Pero por lo pronto no
Dispónganse de un lado a cincuenta mil hombres en deseo en él una insolencia tan grande; le permito que
armas, del otro tantos otros, qué se los forme en orden prefiera la aparente seguridad de vivir miserablemente
de batalla, qué lleguen allí a las manos; los unos libres a la dudosa esperanza de vivir a su antojo. Que…? si
combatiendo por su libertad, los otros combatiendo por para obtener la libertad basta con desearlo, si no es
arrebatársela a los primeros. ¿A quienes se concederá necesario mas que un simple querer, ¿habrá alguna
la victoria? Quiénes irán más valientemente al nación en el mundo que la estime aún demasiado cara
combate: ¿aquellos que esperan como recompensa pudiéndola ganar mediante un simple deseo? ¿Y quién
conservar su libertad, o los que no esperan otro salario lamentaría su voluntad de recobrar un bien que debería
que los golpes que dan y reciben a causa de su rescatarse al precio de su sangre, y con cuya pérdida
servidumbre hacia otro? Los unos siempre tienen todas las gentes de honor deben estimar la vida amarga
delante de los ojos la felicidad de su vida pasada y la y la muerte saludable? Ciertamente, como el fuego de
espera de un bienestar igual para el futuro. Piensan una pequeña chispa deviene grande y siempre se
menos en lo que tienen que sufrir durante el tiempo que refuerza, y cuanta más leña encuentra más está presta a
dura una batalla que en lo que tendrían que sufrir, quemar, y sin echarle agua para apagarla, solamente no
vencidos, ellos, sus hijos y toda su posteridad. Los poniéndole mas madera, no teniendo nada que
otros tienen nada que les enardezca salvo una pequeña consumir, se consume a sí misma, y acaba sin fuerza
pizca de codicia que se embota de repente contra el alguna y no hay más fuego, de igual manera los tiranos,
peligro, y cuyo ardor parece apagarse a la menor gota cuanto más se dán al pillaje, más exigen; cuanto más
de sangre que salga de sus heridas. arruinan y destruyen, más se les abastece, más se les
sirve, de tanto más se fortifican, y se vuelve siempre
En las batallas tan renombradas por Milciades, por mas fuertes y mas frescos para aniquilar y destruir
Leonidas, por Temístocles, que se dieron dos mil años todo. Pero si no se les proporciona nada, si no se les
atrás y que están todavía hoy tan frescas en la memoria obedece, sin combatir, sin golpear, se quedan desnudos
de los libros y de los hombres como si lo hubiera sido y derrotados y no son más nada, lo mismo que la rama,
ayer, que se dieron en Grecia para bien los griegos y que no teniendo ni jugo ni alimento de su raíz, se torna
ejemplo de todo el mundo, ¿que es lo que dió a tan seca y muerta.
pequeño número de gente, como eran los griegos, no el
poder, sino el coraje de resistir la fuerza de tantos Los intrépidos para adquirir el bien que desean, no
navíos que la mar misma desbordaba, de vencer a temen el peligro, los sagaces no rehúsan el esfuerzo,
tantas naciones que en tan gran numero eran, que el los cobardes y los torpes no saben aguantar el dolor, ni
escuadrón de los griegos no habría podido abastecer de recobrar el bien que se limitan a ansiar y la virtud de
capitanes a los ejércitos enemigos: sino que parece que aspirar a ello les es robada por su propia cobardía; sólo
en aquellos días gloriosos, no era tanto la batalla de les queda el deseo natural de poseerlo. Este deseo, esta
griegos contra persas, sino la victoria de la libertad voluntad por anhelar todas las cosas cuya adquisición
sobre la dominación, de la honradez sobre la codicia. les haría felices y contentos, es común a los sabios y a
los imprudentes, a los valientes y a los cobardes,. Una
¡Es cosa extraña oír hablar de la valentía que la libertad sola cosa hay que decir en la cual, no sé por qué, la
pone en el corazón de los que la defienden! Pero lo que naturaleza falla a los hombres a la hora de desearla: ¡es
ocurre en todos los países, a todos los hombres todos la libertad, que es un bien, no obstante, tan grande y tan

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placentero que perdida ella, todos los males Los médicos aconsejan justamente de no meter la mano
sobrevienen, e incluso los bienes que quedan detrás de en las heridas incurables; por lo que no actúo yo
ella, pierden totalmente su gusto y su sabor sabiamente al querer predicarle esto a un pueblo que ha
corrompidos por la servidumbre. perdido desde hace tiempo todo conocimiento, puesto
La sola libertad los hombres no la desean, no por otras que él no lo siente tampoco, de su mal -lo que muestra
razones sino únicamente porque si la deseasen, la bastante que su enfermedad es mortal-. Procuremos
obtendrían; como si rehusaran hacer esta preciosa pues comprender por conjeturas, si podemos encontrar,
adquisición porque es demasiado fácil. hasta que punto está enraizada esta empecinada
voluntad de servir, que parece ahora que el mismo
¡Pobres y miserables, pueblos insensatos, naciones amor a la libertad no es tan natural.
obstinadas en vuestro dolor y ciegas a vuestro
bien! ¡Os dejáis quitar delante vuestro lo más bello y En primer lugar esto está, como creo, fuera de duda
más caro de vuestra renta, saquear vuestros campos, porque si viviéramos con los derechos que la
robar vuestras casas y despojarlas de los viejos naturaleza nos ha dado y con los conocimientos que
muebles paternos; vivís de tal suerte que no podéis ella nos enseña, seriamos naturalmente obedientes a
presumir de que algo sea vuestro. Parece que en lo nuestros padres, sujetos a la razón, y siervos de nadie.
sucesivo fuese una gran felicidad tener alquilados De la obediencia que cada uno, sin otras advertencia
vuestros bienes, vuestras familias y vuestras viles que las de su naturaleza, tienen hacia su padre y su
vidas. madre todos los hombres son testigos cada uno de por
Y todos estos daños, estas desgracias, esta ruina, no os sí. De la razón si nace con nosotros o no –es una
vienen de los enemigos, sino bien por cierto del cuestión debatida a fondo por las academias y tocada
enemigo, que es ése que vosotros habéis hecho todo lo por todas las escuelas de filósofos-, en este momento
grande que es, por quien vais tan valientemente a la no pienso errar diciendo que en nuestra alma hay
guerra, y por la grandeza del cual no dudáis en alguna natural semilla de razón, la cual mantenida por
ofreceros a la muerte vosotros mismos. Ese que os el buen consejo y costumbre florece en virtud, y al
domina tiene sin embargo sólo dos ojos, dos manos, un contrario a menudo no pudiendo resistir a los vicios
cuerpo, y no otra cosa que no tuviera el último de los que le sobrevienen se asfixia y se aborta. Mas
hombres del número infinito de vuestras ciudades, ciertamente si hay algo claro y aparente en la
salvo los medios que vosotros le proporcionáis para naturaleza, y donde no está permitido hacerse el ciego,
destruiros. ¿De donde toma todos esos ojos con los que es que la Naturaleza, ministra de dios, gobernanta de
os espía, si no se los proporcionáis vosotros? ¿Cómo los hombres, nos a hecho a todos de la misma forma y,
tiene tantas manos para golpearos, si no las toma de a lo que parece, con el mismo molde, a fin de que nos
vosotros? ¿Los pies con los que pisa vuestras ciudades reconozcamos todos como compañeros, o más bien
de donde los ha sacado sino son los vuestros? ¿Cómo como hermanos. Y si, en el reparto de presentes que
tiene algún poder sobre vosotros, sino gracias a ella nos hizo, prodigó algunas ventajas de cuerpo o de
vosotros? ¿Cómo osaría asaltaros, si no estuviese espíritu a unos más que a otros, no quiso ponernos sin
conchabado con vosotros? ¿Que podría haceros, si embargo en este mundo como en un campo cerrado, y
vosotros no fueseis los encubridores del ladrón que os no ha enviado aquí abajo a los más fuertes ni a los más
despoja, cómplices del asesino que os mata y traidores diestros como bandoleros armados en un bosque para
a vosotros mismos? Vosotros sembráis los frutos para maltratar allí a los más débiles, sino más bien hay que
que él los devaste, vosotros amuebláis y llenáis creer que haciendo así partes de unos más grandes para
vuestras casas para abastecer su rapiñas, vosotros y la de los otros más pequeñas, quiso hacerle un sitio al
alimentáis a vuestras hijas para que él pueda saciar su afecto fraternal, a fin de que ella tuviese donde
lujuria, vosotros alimentáis a vuestros hijos para que, emplearlo, teniendo unos el poder de dar ayuda y los
siendo lo mejor que él sabrá hacer, los lleve a la guerra, otros necesidad de recibirlo, pues, ya que esta buena
a la carnicería, que los haga ministros de sus codicias y madre nos dá a todos toda la tierra por morada, nos ha
ejecutores de sus venganzas. Vosotros rompéis con el alojado a todos en la misma casa, nos ha formado con
esfuerzo vuestras personas a fin de que él pueda el mismo patrón con el fin de que cada uno pudiera
disfrutar afectadamente en sus delicias y revolcarse en mirarse y casi reconocerse el uno en el otro, si ella nos
sus sucios y villanos placeres. Vosotros os debilitáis a a dado a todos este gran presente de la voz y de la
fin hacerlo más fuerte y rudo para sujetaros de una palabra para conocernos y fraternizar aún más y hacer
brida más corta. Y de tantas indignidades, que las mediante la común y mutua declaración de nuestros
mismas bestias ni soportarían ni sufrirían, vosotros pensamientos, la comunión de nuestras voluntades; ya
podríais libraros si tratarais, no ya de libraros, sino que ella trató por todos los medios de apretar tan fuerte
solamente de querer hacerlo. el nudo de nuestra alianza y sociedad; si ella a
mostrado en todas las cosas que no solo nos quería
Estad resueltos a no servir más, y heos aquí libres; no unidos, sino que fuésemos uno, no hay que dudar de
quiero yo que le empujéis o lo quebrantéis, sino que nosotros somos naturalmente libres, puesto que
solamente que no lo sostengáis más, y lo veréis, como todos somos compañeros. No puede caer en el
un gran coloso a quien se a quebrantado la base, bajo entendimiento de nadie que la naturaleza haya puesto a
su propio peso desplomarse y romperse. ninguno en servidumbre habiéndonos puesto a todos en
compañía.

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A decir verdad, es bastante inútil debatir si la libertad perder el recuerdo de su primer ser y el deseo de
es natural, ya que no se puede tener a nadie en retomarlo?
servidumbre sin perjudicarle, y que no hay nada tan
contrario en el mundo a la naturaleza, siendo esta muy Hay tres clases de tiranos, los unos tienen el reino por
razonable, que la injusticia. Queda pues que la libertad elección del pueblo; los otros por la fuerza de las
es natural; y de la misma manera a mi parecer que no armas, los otros por sucesión de su raza. Esos que lo
solamente nacimos en posesión de nuestra han adquirido por el derecho de la guerra se comportan
independencia, sino también con el sentimiento de y se sabe bien que están (como se dice) como en tierra
defenderla. conquistada. Los que nacen reyes, no son generalmente
mucho mejores, nacidos y amamantados en el seno de
Y si, por ventura, tenemos alguna duda todavía sobre la tiranía, chupan junto con la leche la naturaleza del
esto, y nos hemos vuelto tan bastardos que no podemos tirano y hacen estado de los pueblos que les están
reconocer nuestros bienes ni al mismo tiempo nuestros sometidos como de sus siervos hereditarios, y según la
inocentes sentimientos, falta hará que os haga el honor complexión a la cual estén más inclinados, avaros o
que merecéis y que suba, por decirlo así, a las bestias al pródigos, tal cual son, así hacen del reino como de su
púlpito, para mostraros vuestra naturaleza en herencia. Ese a quien el pueblo ha dado el estado debe
condiciones. Las bestias, Dios mediante, si los hombres ser, me parece, el más soportable; y lo sería, como
no se hacen demasiado los sordos, les gritan: « ¡viva la creo, si tan pronto como se viera elevado por encima de
libertad! » Muchas de entre ellas mueren tan pronto son los demás, halagado por no sé qué, que se llama
cazadas. Como el pez pierde la vida tan pronto deja el grandeza, deliberara de no moverse más: por lo común
agua, igualmente las que dejan la luz no quieren este le dá a sus hijos el poder que el pueblo le alquiló: y
sobrevivirle a su natural independencia. Si los animales desde el momento que éstos toman esa opinión, es
tuvieran entre ellos algunos privilegios, harían de estos extraño ver en cuánto sobrepasan en toda suerte de
su nobleza. Las otras, desde las más grandes a las más vicios, e incluso en crueldad a los otros tiranos. No ven
pequeñas, después de atrapadas, ofrecen tan gran otro medio para asegurar la nueva tiranía que el de
resistencia con garras, cuernos, picos y patas que reforzar la servidumbre y apartar a sus súbditos de la
declaran suficientemente en cuanto tienen valorado lo libertad, que por fresco que sea el recuerdo de ella,
que pierden, pues estando capturadas, nos dan tantos ellos se la pueden hacer perder.
signos inequívocos del conocimiento que tienen de su
desgracia que es de ver entonces que les es más A decir verdad, bien veo que entre ellos hay algunas
languidecer que vivir, y que siguen en vida mas para diferencias, pero si debo elegir, no las veo: ya que
lamentarse del bienestar perdido que para disfrutar en siendo diversos los medios de llegar a los reinos, la
servidumbre. Que otra cosa quiere decir el elefante, que manera de reinar es casi siempre la misma. Los
habiéndose defendido hasta no poder mas, no viendo elegidos (del pueblo) como si hubiesen cogido toros a
más esperanza y al punto de ser capturado, hunde sus domesticar, así los tratan: los conquistadores como a su
mandíbulas y rompe sus dientes contra los árboles, sino presa, los sucesores como a sus esclavos naturales.
que el gran deseo que tiene de permanecer libre como
es, le dá espíritu y le lleva a mercadear con los Pero a propósito ¿Si por ventura naciesen hoy unas
cazadores si por el precio de sus dientes será libre, al gentes nuevas, ni acostumbradas a la dominación, ni
librar su marfil y pagar este rescate por su libertad? atraídas por la libertad, y que no supiesen de la una ni
de la otra, ni con pena sus nombres, si se les presentara
Halagamos al caballo desde que nace para (la opción de) o ser siervos o de vivir libres según las
acostumbrarlo a servir, y nuestros halagos, cuando se leyes de las cuales no se acordaran: no hay que dudar
quiere domarlo, no le impiden morder el freno, cocear que quisieran con mucho obedecer a la razón solamente
bajo la espuela, a lo que parece, para mostrar la antes que servir a un hombre, a menos que fuesen los
naturaleza y testimoniar al menos con ello que si sirve de Israel quienes, sin obligación ni necesidad, se
no es de buen grado, sino bajo nuestra coacción. ¿Que abandonaron a un tirano. De tal pueblo, jamás leo su
más se puede decir? historia sin tener un gran despecho, y hasta casi me
Hasta los bueyes, bajo el yugo, gimen. Y los pájaros en vuelvo inhumano, por regocijarme de tantos males
la jaula se quejan; como ya he dicho otra vez pasando como (a consecuencia de eso) les sobrevinieron.
el tiempo con nuestras rimas francesas: que no temería Porque ciertamente todos los hombres, mientras tienen
yo escribírtelos a ti, oh Longa mezcla de mis versos, algo de hombres, si se dejan someter, hacen falta
pero no te los leo nunca porque por el semblante que una de dos: (o) qué sean forzados o engañados,
pones de contentarte, no me haces glorioso. obligados por las armas extranjeras como Esparta y
Atenas por las fuerzas de Alejandro, o por las facciones
Así pues, puesto que todas las cosas que tienen como el gobierno de Atenas, antes de caer en las manos
sentimiento, desde que lo tienen, sienten el mal del de Pisistrato. Por engaño pierden a menudo su libertad,
sometimiento y corren detrás de la libertad; puesto que pero no son tan a menudo seducidos por otros de lo que
las bestias, incluso las que están hechas para el servicio ellos mismos se equivocan. Así el pueblo de Siracusa,
del hombre, no pueden acostumbrarse a servir, sino con la capital de Sicilia (se me dice que se llama ahora
la protesta de un deseo contrario: ¿que mal es este que Saragoza), presionado por las guerras, sin
ha podido desnaturalizar tanto al hombre – en verdad consideración (y) no preocupándose mas que del
nacido sólo para vivir independientemente- y hacerle peligro presente, eligió a Dionisio I como tirano y le

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dio la tarea de conducir el ejército, y no se dio cuenta de tal modo que no cogerían jamás ninguna de las
de que lo habían hecho tan grande, hasta que esta felicidades de la tierra con tal de no perder la menor
buena pieza, volvió victorioso, no como si hubiese brizna de su libertad: quien hubiese visto, digo, esos
vencido a sus enemigos sino a sus ciudadanos, se hizo personajes, y a partir de ahí se fuera luego a las tierras
(primero) capitán, (luego) rey, y de rey (pasó a) tirano. de lo que llamamos un "gran señor", viendo a las
Es increíble ver como el pueblo, tan pronto como es gentes que no quieren nacer sino para servirle y
sometido, cae de súbito en un tal y tan profundo olvido quienes por mantener su poder abandonaron su propia
de la libertad que no es posible que se despierte para vida, ¿pensaría que estos y los otros tienen la misma
recuperarla, sirviendo tan bien, y tan de buena gana, naturaleza? ¿O más bien no estimaría que saliendo de
que se diríase al verlo que no ha perdido su libertad una ciudad de hombres, entró en un cercado de bestias?
sino que ha ganado su servidumbre.
Licurgo, legislador de Esparta, educó, se dice, a dos
Es verdad que al principio se sirve forzado y vencido perros, ambos hermanos, ambos amamantados con la
por la fuerza; pero los que vienen después sirven sin misma leche, uno engordado en la cocina, el otro
pesar y hacen de buena gana lo que sus antecesores acostumbrado por los campos al sonido de la trompa y
habían hecho por obligación. Es esto que los hombres de la corneta.
nacidos bajo el yugo, y después alimentados y Queriendo mostrar al pueblo lacedemonio que los
educados en la servidumbre, sin mirar delante se hombres son tales como la educación los hizo, puso a
contentan con vivir como nacieron; y no piensan en ambos perros en pleno mercado y entre ellos una sopa
absoluto tener otro bien ni otro derecho que aquellos y una liebre; el uno corrió al plato y el otro a la liebre;
que han encontrado; toman por su estado natural el su ¡Y sin embargo, dijo, son hermanos! Así pues, este,
nacimiento. con sus leyes y su educación formó tan bien a los
lacedemonios que a cada uno de ellos le era mas
No obstante no se trata de heredero, tan pródigo e querido morir de mil muertes que reconocer otro amo
indolente, que algunas veces pone los ojos en los que (no fuese) la ley y la razón.
registros de su padre para ver si goza de todos los
derechos de su sucesión y si no se emprendió nada Me complace rememorar aquí un suceso que tuvo a
contra él o contra su predecesor. Pero ciertamente la uno de los favoritos de Jerjes, el gran rey de los persas,
costumbre, que tiene en todas las cosas gran poder y dos lacedemonios. Cuando Jerjes hacía los
sobre nosotros, no tiene en otro lugar tanta virtud como preparativos de su gran ejercito para conquistar Grecia,
en esto, de enseñarnos a servir, y como se cuenta de envió a sus embajadores por las ciudades griegas a
Mitriades que se hizo de ordinario a beber ponzoña, pedir el agua y la tierra: (que) era la manera que los
para enseñarnos a tragar y no encontrar amargo el persas tenían de instar a las ciudades a rendirse a ellos.
veneno de la servidumbre. A Atenas y a Esparta no envió ninguno, porque los que
Darío, su padre, había enviado, los atenienses y los
No se puede negar que la naturaleza nace en nosotros espartanos los habían echado los unos en fosos, los
en buena parte para inclinarnos hacia dónde ella quiere, otros en pozos, diciéndoles frívolamente que tomasen
mejor o peor favorecidos, pero hay que confesar que agua y tierra para llevársela a su príncipe. Estas gentes
tiene menos poder (sobre nosotros) que la costumbre, no podían sufrir que ni por la menor palabra, se tocase
porque lo natural por bueno que sea, se pierde si no es su libertad. Los espartanos reconocieron que habían
mantenido, y la educación nos forma siempre a su merecido el odio de los dioses, y sobre todo de
manera, a pesar de la naturaleza. Las semillas del bien Taltibio, el dios de los heraldos. Se resolvieron enviar
que la naturaleza pone en nosotros son tan menudas, e para calmar a Jerjes a dos de sus ciudadanos para que
inestables, que no pueden sufrir el menor choque con se presentasen a él, para que dispusiera de ellos a su
una educación contraria. Se mantienen menos guisa, y se pagara de ahí, cada embajador que le habían
fácilmente que se degeneran, se funden y vienen (a ser) matado a su padre.
nada, ni mas ni menos que los árboles frutales que
conservan su natural, y que lo guardan mientras se les Dos espartanos, uno llamado Sperta y el otro Bulis, se
deje desarrollarse, pero que lo pierden pronto para ofrecieron de buen grado para ir a hacer el pago, de
llevar frutos extraños y no los suyos, según se los hecho se fueron y en el camino llegaron al palacio de
injerte. un persa nombrado Indarna, que era teniente del rey
para todas las ciudades de Asia que están en la costa de
Las hierbas tienen cada una su propiedad, su naturaleza la mar, él les acogió muy honorablemente, les hizo
y singularidad; sin embargo el hielo, el tiempo, la tierra grande recepción y, después de varios discursos yendo
o la mano del jardinero añaden o disminuyen mucho de de uno al otro, les preguntó que por qué rechazaban
su virtud: la planta que hemos visto en un sitio, en otra tanto la amistad del rey. Ved, dijo, espartanos con mi
parte estamos impedidos para reconocerla. Quien viera ejemplo cómo el Rey sabe honrar a quienes lo valen,
en los venecianos, un puñado de gente viviendo tan pensad que si a él os estuvierais os haría lo mismo, si
libremente, que el más malvado de entre ellos no os estuvieseis a el y él os hubiese conocido, no habría
quisiera ser el rey de todos, así nacidos y educados que entre vosotros quien no fuera señor de alguna ciudad
no reconozcan otra ambición que la de mantener mejor griega. En esto, Indarna, no sabrás darnos (un) buen
vigilar y mas cuidadosamente cuidar el mantenimiento consejo dijeron los lacedemonios; porque el bien que
de su libertad, así educados y formados desde la cuna, nos prometes, lo has probado; pero (d)el que nosotros

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gozamos tu no sabes lo que és; tu has probado el favor La naturaleza del hombre es ser libre y querer serlo,
del rey, pero la libertad, el gusto que tiene, (de) lo pero también su naturaleza es tal que con naturalidad
dulce que es, tu no sabes nada. En cambio si la toma el atajo que la educación le da.
hubieses probado, tu mismo nos aconsejarías
defenderla, no con la lanza y el escudo, sino con Digamos pues así, que al hombre todas las cosas le son
dientes y uñas ». naturales cuando se educa y acostumbra (a ellas), pero
esto solamente es inocente cuando su naturaleza
Sólo el espartano decía lo que había que decir, pero sencilla y no alterada lo llama; así la primera razón de
ciertamente uno y otro hablaban aquí según habían sido la servidumbre voluntaria, es la costumbre; como los
educados. Porque no podía ser que el persa añorara la más bravos caballos (de orejas cortadas) que al
libertad no habiéndola jamás tenido, ni que el principio muerden el freno, y después se conforman, y
lacedemonio sufriera la dominación habiendo gustado allí donde antes respingaban contra la silla, se paran
de la independencia. bajo los arreos, y muy orgullosos, se hinchan bajo la
armadura.
Catón de Utica, siendo todavía niño y bajo la vara (de
su maestro), iba y venía menudo a casa del dictador Dicen que siempre estuvieron sujetos, que sus padres
Sila, tanto en razón de la casa a la que pertenecía, han vivido así; piensan que están obligados a aguantar
nunca le rehusaron la puerta, como por ser pariente el mal, se persuaden (de ello) por (el) ejemplo y fundan
próximo. Tenía él su maestro cuando iba, como ellos mismos, bajo (gracias a) la duración del tiempo,
acostumbraban los hijos de buena casa, se apercibió un la posesión de los que los tiranizan; pero en verdad los
día que en el domicilio de Sila, en su presencia o por su años no dan jamás el derecho a hacer el mal, sino (que)
mandato, se encarcelaba a unos, se condenaba a aumentan la injuria. Todos los días se encuentran
otros; el uno era desterrado, el otro estrangulado el algunos, mejor nacidos que otros, que sintiendo el peso
otro, el uno pedía la confiscación (de los bienes) de un del yugo no pueden impedirse el sacudírselo (de
ciudadano, el otro su cabeza: en suma, todo iba no encima); quienes no se familiarizan jamás con la
como en casa de un magistrado de la ciudad, sino como dominación y quienes, como Ulises por mar y por
en casa de un tirano del pueblo; y era menos una sala tierra buscan ver de nuevo el humo de su cabaña, no se
de justicia que un taller de tiranía. Dijo entonces a su olvidan de sus privilegios naturales, ni de sus
maestro este joven muchacho: ¿no me darás un predecesores, ni de su primer estado.
puñal.? lo esconderé bajo mi vestido, yo entro a
menudo en la cámara de Sila antes de que esté Estos son de buena voluntad los que teniendo el
levantado... tengo el brazo lo bastante fuerte como para entendimiento nítido y el espíritu clarividente, no se
desembarazar (de él) a la ciudad. He aquí ciertamente contentan, como el populacho, con ver lo que está
una(s) palabra(s) pertenecientes a Catón. Era un delante de sus pies sin mirar ni detrás ni delante, y no
comienzo, el de este personaje, digno de su muerte. Y rememoran las cosas pasadas sino para juzgar de ellas
a pesar de lo dicho que no se diga ni su nombre y su el tiempo por venir, y por medir los presentes: son esos
país, cuéntese solamente el hecho tal y como es: la quienes teniendo la cabeza bien hecha, aún la han
cosa misma hablará y (lo) juzgará como una bella pulido (más) por el estudio y el saber. Estos, que
aventura de quien era romano, nacido dentro de Roma cuando la libertad esté enteramente perdida y
y mientras esta era libre. ¿A cuenta de qué todo completamente fuera del mundo, la imaginan y la
esto? (porque) no estimo, ciertamente, que el país y el sienten en su espíritu, y aún la saborean, y la
la tierra tengan algo que ver, sino en disfrutando de ser servidumbre no es de su gusto por bien que se la atavíe.
libre.
El gran Turco se ha enterado bien de que los libros y la
Pero porque soy de la opinión que se debe tener lastima doctrina dan más que otra cosa a los hombres, el
de los que, al nacer, se encuentran con el yugo al sentido y el entendimiento de reconocerse y de odiar la
cuello, (y) que o bien se debe excusarles o perdonarles tiranía: entiendo que no tiene en sus tierras, apenas
si, no habiendo ni siquiera visto la sombra de la sabios, ni los pide. Así, de ordinario, el buen celo y el
libertad, y no estando advertidos no se aperciben de ese sentimiento de esos que han guardado, a pesar de los
su mal de ser esclavos. Si hubiera países, como dice tiempos, la devoción a la independencia, por gran
Homero de los Cimerianos, donde el sol se muestra de número que haya, se queda sin efecto, porque no
manera diferente que a nosotros, donde después de pueden reconocerse entre ellos: la libertad les es
haberles alumbrado durante seis meses consecutivos, arrebatada bajo el tirano: de hacer, de hablar y casi de
los deja dormitando en la oscuridad, sin venir a verlos pensar: y se vuelven todas singulares en sus fantasías.
durante la otra mitad del año, esos que nacen durante Así pues, Momo el dios burlón no se burlaba
esa larga noche, si no han oído hablar de la claridad, demasiado, cuando encuentra que no se le había puesto
¿sería sorprendente si ni (siquiera) han visto los días, una pequeña ventana en el corazón para poder ver sus
(que) se acostumbraran a las tinieblas donde nacieron pensamientos. (Criticaba al hombre forjado por
sin desear la luz.? Vulcano, por que este no tenía una pequeña ventana en
el corazón con el fin de poder ver sus pensamientos.)
No se lamenta lo que jamás se ha tenido y la pena no
viene sino después del placer; y siempre vá con el Se dice que Bruto y Casio, cuando emprendieron la
conocimiento del mal, la memoria de la alegría pasada. liberación de Roma o mas bien del todo el mundo, no

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quisieron que Cicerón, ese gran celador del bien bien de la victoria. Pero la gente esclavizada, carente
público, fuera de la partida, y estimaron su corazón del coraje guerrero, pierden también en todas las demás
demasiado débil para un hecho tan alto, se fiaban de su cosas la vivacidad, y tienen el corazón por los suelos y
voluntad, pero no estaban seguros de su coraje. blando e incapaz para todas las cosas grandes. Los
Tanto es así, que quien quiera discurrir (sobre) los tiranos conocen bien eso, y viendo que cojen esas
hechos (del) pasados y los anales antiguos se bridas para acobardarlos mejor, aún les ayudan.
encontrará que casi todos aquellos que veían a su país
maltratado y en malas manos, habiendo emprendido Jenofonte historiador severo, y de primera fila entre los
una intención buena, integra y no disfrazada, de griegos, hizo un libro donde hace hablar a Simónidas
liberarla de quienes no son bienvenidos, (verán que) con Hierón, tirano de Siracusa, de las miserias del
para que la libertad se manifieste (solo hay que) tirano: este libro está lleno de buenas y severas
apoyarse en ella misma. Harmodio, Aristogitón, advertencias que tienen también (su) buena gracia, en
Trasíbulo, Bruto el Viejo, Valerio y Dión, como mi opinión, que es posible. Plugo a dios que los tiranos
virtuosamente lo pensaron, ejecutaron felizmente (a) la que jamás han sido, lo hubiesen puesto delante de los
servidumbre: pero en trayendo la libertad murieron, no ojos y se hubiesen servido (de él, como) de (un) espejo;
miserablemente (porque que blasfemia sería decir que no puedo creer que no hubiesen reconocido sus
ha habido algo miserable en su muerte y en su vida) verrugas y sentido alguna vergüenza de sus faltas. Este
sino ciertamente que gran daño, perpetua desgracia y tratado cuenta la pena en que están los tiranos quienes
entera ruina de la república entera, la cual fué, como obligados a hacer daño a todos, están obligados a temer
me parece, enterrada con ellos. Las otras empresas que a todos; entre otras cosas dice, que los malos reyes se
se hicieron después contra los emperadores romanos, sirven de los extranjeros en la guerra como soldados no
no fueron más que conjuras de gentes ambiciosas, y no osando fiarse de poner a sus gentes, a quienes han
son de lamentar los inconvenientes que les maltratado, las armas en la mano. (también ha habido
sobrevinieron, estando visto que no deseaban derribar buenos reyes que tuvieron a sueldo a naciones
sino cambiar de sitio la corona, pretendiendo echar al extranjeras, como los mismos franceses, y más antaño
tirano para retener la tiranía. A esos, no quisiera por mi que hoy, pero tenía otra intención que era salvaguardar
mismo que les hubiera sucedido (algo) bueno , y estoy a los suyos; no estimando nada el gasto de dinero para
contento que hayan mostrado con su ejemplo que no ahorrar (en) los hombres. Es lo que decía, creo,
hay que abusar del santo nombre de la libertad para Escipión el Africano, que quería mejor haber salvado a
hacer mala(s) empresa(s). un ciudadano antes que derrotar (a) cien enemigos.
Pero ciertamente lo que es seguro, (es) que el tirano no
Pero por volver a mi tema, del cual estoy casi perdido, piensa jamás que su poder esté asegurado sino cuando
la primera razón por la cual los hombres sirven de llega al punto que no tiene bajo él hombre que valga.
buena gana, es porque que nacen siervos y son Así pues, con derecho, se le dirá lo que, según
educados (como) tales. De esta (razón) viene otra: qué Terencio, se jactaba de reprocharle Thrason al amo de
fácilmente bajo los tiranos las gentes se vuelven los elefantes:
cobardes y afeminadas. Cosa que sé maravillosamente
gracias a Hipócrates, el gran padre de la medicina, Así que tan valiente, sois vos,
quien se encargó y lo ha dicho así, en uno de sus libros Que teneis a cargo las bestias.
titulado De Las enfermedades. Este personaje
ciertamente el corazón en buen sitio, y lo demostró Más esta astucia de los tiranos de embrutecer a sus
bien cuando el rey de Persia quiso atraerlo cerca de él a súbditos no se puede conocer mas claramente que por
fuerza de ofrecimientos y grandes presentes; el le lo que Ciro hizo con los lidios, después de haberse
respondió francamente que tenía gran conciencia de apoderado de Sardis la capital de Lydia y que hubo
entrometerse por curar a los bárbaros que querían matar tomado cautivo a Créso, ese rey tan rico, (?) y sea (que)
a los griegos, o (por) servir con su arte a quien se le llevan noticias (de) que los sardanos se habían
emprendía (la tarea de) esclavizar Grecia. La carta que rebelado; él bien pronto los redujo bajo su mando; pero
le envió todavía se vé (encuentra) todavía hoy entre sus no queriendo ni saquear una ciudad tan bella ni
otras obras; y testimoniará por siempre de su buen obligarse a mantener un ejército para conservarla, se
corazón y de su noble naturaleza. proveyó de un gran edicto para asegurársela; estableció
burdeles, tabernas y juegos públicos, e hizo publicar
Así pues, es cierto que con la libertad también se pierde una ordenanza que obligaba por la que los habitantes
de un golpe la valentía. Las gentes sometidas no tienen estaban obligados a hacer uso. Resultó tan buena esta
júbilo en el combate ni disposición. Van al peligro casi medida que, nunca después, contra los lidios, tuvo
como atados y totalmente entumecidos, y cumplen sin necesidad de dar un golpe de espada: estas pobres y
convicción su tarea. No sienten hervir en su corazón el miserables gentes se divirtieron en inventar toda suerte
ardor de la libertad que hace despreciar el peligro y da de juegos, (y) aunque los latinos tienen su palabra, y
ganas de comprar, por una bella muerte cerca de sus eso que nosotros llamamos pasatiempo ellos lo llaman
compañeros, el honor y la gloria. lude, parece que quisieran decir Lydia.

Entre las gentes libres se rivaliza, por ver quien es Ninguno de los tiranos ha declarado expresamente que
mejor, cada uno por el bien común y cada uno para quisieran afeminar a sus gentes; pero verdaderamente,
sí: se esperan una parte igual al mal de la derrota o al lo que aquél ordenó formalmente, la mayor parte de

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ellos lo han hecho en efecto bajo cuerda. En verdad del más salvaje tirano que jamás fuese, porque en
(eso) es lo natural del pueblo llano, cuyo número, es verdad fue esta su venenosa dulzura la que azucaró al
mayor dentro de las ciudades: (y) que es suspicaz hacia pueblo romano la servidumbre. Pero después de su
quien le ama y simple hacia quien le engaña. No se muerte aquel pueblo, que tenía todavía en la boca y en
piense que hay pájaro que se cace mejor con reclamo, el espíritu el recuerdo de sus prodigalidades, para
ni pez que, por la golosina del gusano, antes se agarre hacerle los honores, para hacerlos ceniza amontonó los
antes al anzuelo; que todos los pueblos que se dejan bancos de la plaza y después le elevó una columna
engolosinar rápidamente por la servidumbre, al menor como Padre del pueblo (así lo portaba el capitel); y se
dulce que se les pase, como se dice, delante de la boca: le hizo más honores estando muerto de los que se le
y es cosa maravillosa que se abandonen tan deberían hacer por derecho a un hombre vivo, como
prontamente, a poco que se les hagan cosquillas. Los eran por ventura los que lo habían matado.
teatros, los juegos, las farsas, los espectáculos, los
gladiadores, las bestias extrañas, las medallas, eran a No olvidaban tampoco los emperadores romanos tomar
los pueblos antiguos los cebos de la servidumbre, el de ordinario el título de Tribuno del pueblo, tanto
precio de su libertad, los útiles de la tiranía: esta medio, porque este oficio era tenido por santo y sagrado; como
esta práctica, estas seducciones tenían los antiguos porque estaba establecido para la defensa y la
tiranos para adormecer a sus súbditos bajo el yugo. Así protección del pueblo, y gozaba del favor del estado,
los pueblos entontecidos, encontraban bonitos estos por este medio se aseguraban que el pueblo se fiaría
pasatiempos, divertidos por un vano placer que les mejor de ellos, como si debieran en oyendo el nombre,
pasaba delante de los ojos, acostumbrándose a servir no necesitar sentir los efectos. Hoy en día no lo hacen
tontamente, mas no mejor que los niños pequeños, que mucho mejor esos quienes, antes de hacer mal alguno
viendo imágenes brillantes aprenden a leer. de las mismas consecuencias, hacen pasar delante
algún bonito discurso sobre el bien público y el alivio
Los tiranos romanos avanzaron un punto más haciendo de los desgraciados. Porque tu sabes bien, oh Longa, el
festejar a menudo a las decurias públicas, cebando a repertorio de fórmulas que en algunos sitios podrían
conciencia a esta canalla que se abandona más que a usar tan finamente, pero (¿) ciertamente no puede haber
otra cosa a los placeres de la boca. El más despierto y finura allí donde hay tanta desvergüenza.
entendido de entre ellos no habría dejado su escudilla
de sopa por recobrar la libertad de la República de Los reyes de Asiria, y después de ellos los reyes
Platón. Los tiranos haciendo largueza de un cuarto de Medos, aparecían en público lo más raramente que
trigo, de un sextario de vino, y de un sestercio, y podían, para hacer suponer al populacho que había en
entonces era lamentable oír gritar: ¡viva el rey!: los ellos algo más que hombres y dejar en esta ensoñación
torpes no se enteraban de que no hacían otra cosa que a las gentes que de buena voluntad imaginaciones de
recobrar una parte de lo suyo, y que eso mismo que las cosas que no pueden juzgar de vista. Así muchas
recuperaban, el tirano no habría podido dárselo si, naciones que estuvieron bastante tiempo bajo el
antes, no se lo hubiera quitado a ellos mismos. Así, imperio asirio, con ese misterio se acostumbraron a
fulano recogía hoy el sestercio, y no bien se hartaba en servir, y servían de más buena gana por no saber que
el festín público bendiciendo a Tiberio y Nerón de su amo tenían, ni si lo tenían; y temían todos al crédito de
liberalidad, que al día siguiente, estaba obligado a uno a quien nadie jamás había visto.
abandonar sus bienes a la avaricia, sus hijos a la
lujuria, su misma sangre a la crueldad de esos Los primeros reyes de Egipto no se mostraban apenas
magníficos emperadores, no decía mas palabra que una sin llevar tan pronto un gato, ya una rama, ya fuego en
piedra, y se no movía más que un tronco. Siempre el la cabeza: se enmascaraban así y jugaban a los
pueblo llano ha tenido eso: al placer que no puede titiriteros, y haciendo esto por lo extraño de la cosa
honestamente recibir está muy dispuesto y disoluto; y provocaban en sus súbditos alguna reverencia y
al error y al dolor que puede honestamente sufrir, (es) admiración, que si las gentes no hubiesen sido o tan
insensible. estúpidos o tan sumisos, se hubiesen aprestado, en mi
opinión, a pasar el tiempo y reírse. Es lamentable oír
No veo hoy a nadie que, oyendo hablar de Nerón, hablar de cuantas cosas hacían el provecho de los
tiemble con el nombre de este malvado monstruo, de tiranos del pasado para fundamentar su tiranía, de
esta basura y sucia peste del mundo; y sin embargo de cuantos pequeños medios se servían, teniendo siempre
este, de este incendiario, de este verdugo, de esta bestia al populacho en su puesto, y al cual solo tenían que
salvaje, se puede decir que después de su muerte, tan tenderle una red para cazarlos; al cual han engañado
malvada como su vida, el noble pueblo romano recibió siempre tan barato que nunca lo esclavizaron mejor que
tal disgusto acordándose de sus juegos y de sus cuando más se burlaban de ellos.
festines, que estuvo a punto de llevar luto, así lo ha
escrito Cornelio Tácito, autor bueno y grave y de los ¿Que diré sobre otra burla que los pueblos antiguos
más ciertos, eso que no se encontrará extraño visto lo creyeron a pies juntillas? Creyeron firmemente que el
que ese mismo pueblo ya había hecho anteriormente a dedo gordo de Pirro, rey de Épiro, hacía milagros y
la muerte de Julio César, quien dió vacaciones a las curaba a los enfermos del bazo; enriquecieron todavía
leyes y la libertad, tal personaje no ha tenido, me más este cuento diciendo que, ese dedo después de
parece, nada que valga, porque su misma humanidad haber quemado el cuerpo muerto se había encontrado
que tanto se predica; fué, más funesta que la crueldad entre las cenizas habiéndose salvado a pesar del fuego.

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Así siempre pueblo tonto hace él mismo las mentiras hacen avanzar tanto nuestra lengua que me atrevo a
para creérselas después, mucha gente lo ha escrito esperar (que) bien pronto (ni) los griegos ni los latinos
así; y se vé fácilmente pero de manera que es de ver las tendrán esa mirada (de insolencia) delante nuestro, sino
recogieron de los chismes de las ciudades y del blablá (fuera) por el derecho de primogenitura.
del populacho.
Y ciertamente, yo (le) haría un gran daño a nuestra
Vespasiano, volviendo de Asiria y pasando por rima (uso de buena gana de esta palabra, y no me
Alejandría para ir a Roma a apoderarse del Imperio disgusta en absoluto, porque aunque muchos la hayan
hizo maravillas: enderezó cojos, volvió clarividentes a vuelto mecánica, no obstante veo bastante gente capaz
los ciegos, y otras bellas cosas, las cuales, quien no de re-ennoblecerla y de devolverle su primer honor)
podía ver la falsedad que tenían, estaba a mi parecer, pero yo le haría, digo, un gran daño raptándole ahora
más ciego que aquellos que él (Vespasiano) curaba. esos hermosos cuentos del rey Clovis, en los cuales ya
veo, me parece cuan agradablemente, cuan de buena
Los tiranos mismos encontraban bastante extraño que gana, se divertirá la vena de nuestro Ronsard, en su
los hombres pudiesen sufrir que un hombre les hiciera Franciada; entiendo su alcance, conozco su espíritu
daño; se ponían delante de buena gana a la religión por agudo y sé la gracia del hombre; hará sus necesidades
guardaespaldas y si (les) era posible, robar una muestra de oriflama, tanto como los romanos lo hacían de sus
de la divinidad para el mantenimiento de su mala vida. vestales.
Así Salmonéa, si creemos a la sibila de Virgilio en su
infierno, por haberse burlado del pueblo y haber Y de los escudos del cielo abajo echados,
querido hacer de Júpiter, rinde ahora mismo cuentas y
ella lo vé en su infierno: que dice Virgilio; el manejará nuestra tan bien como
los atenienses la cesta de Erisictone; hará hablar de
Sufriendo crueles tormentos por querer imitar nuestras armas tan bien como ellos de su olivo, que
Los truenos del cielo y los fuegos de Júpiter. ellos mantienen todavía que está en la torre de
Encima de cuatro corceles iba tambaleante Minerva. Ciertamente, sería ultrajante querer desmentir
En lo alto de su puño una gran antorcha brillante nuestros libros y pisotear así encima de las huellas de
Por los pueblos griegos y en medio del mercado nuestros poetas.
De lo alto de la ciudad de Elida había partido:
Y haciendo su bravata así la emprendió Pero para volver donde yo no sé como me he desviado
Contra el honor que solo a sus dioses pertenecía del hilo de mi discurso, jamás a estado (claro) que los
El insensato que la tormenta y el rayo inimitable tiranos, para consolidarse, no se hayan esforzaron en
Falsificó de bronce, y de una carrera temible acostumbrar al pueblo hacia ellos, no sólo a base de
De caballos (?) el padre todopoderoso: obediencia y servidumbre sino también de
El cual poco después con gran mal castigaba devoción. Así ges, eso que he dicho hasta aquí que
Lanzó no una antorcha, no una luz enseña a las gentes a servir voluntariamente a los
De una antorcha de cera con su pedestal, tiranos no sirve más que para el pueblo llano y grosero.
Y de este duro golpe de horrible tempestad
Lo tira abajo los pies por encima de la cabeza. Pero ahora llego ahora a un punto, el cual es a mi
juicio, el resorte y el secreto de la dominación, el
sostén y el fundamento de toda tiranía. Quien piense
Si aquel que no hacia mas que el idiota está ahora tan que las alabardas, los guardias y el plato de la tropa
bien tratado allá abajo, yo creo que los que han guardan a los tiranos, a mi parecer se equivoca mucho.
abusado de la religión para ser malvados, se Y se ayudan (de ello), como yo creo, por la formalidad
encontrarán todavía mucho mejor tratados. y espantapájaros, más que por la confianza que tienen
(en ello). Sus arqueros impiden entrar al palacio a los
Los nuestros en Francia sembraron también no sé que mal vestidos que no tienen ningún medio, no bien
del mismo género: sapos, flores de lis, la ampolla y la armados que pueden emprender algo. Ciertamente de
oriflama: de lo que por mi parte, (y) sea como sea, yo los emperadores romanos, es fácil contar (a) quienes
no quiero descreer, puesto que ni nosotros ni nuestros han escapado de un peligro por el socorro de sus
ancestros hemos tenido hasta aquí ninguna ocasión de guardias como los que han sido muertos por sus
descreer; siempre hemos tenido reyes tan buenos para mismos arqueros. No son las bandas de gente a caballo,
la paz y valientes en la guerra como, que aunque nacen no son las compañías de gente a pié, no son las armas
reyes, parece no han sido hechos como los otros por la las que defienden al tirano; no se creerá enseguida,
naturaleza; y escogidos por el dios todopoderoso antes pero ciertamente es verdad. Son siempre cuatro o cinco
de nacer para el gobierno y conservación de este reino. los que mantienen al tirano; cuatro o cinco los que le
Y aún cuando esto no fuera así, no querría yo por eso mantienen todo el país en servidumbre; siempre fué
entrar en liza para discutir la verdad de nuestras que cinco o seis cercanos a la oreja del tirano, se han
historias, ni desplumarlas tan libremente; por no abolir aproximado (a él) por ellos mismos, o bien han sido
esta bella delicia donde podrá esgrimir abundantemente llamados por él para ser los cómplices de sus
nuestra poesía francesa, ahora no sólo adornada, sino a crueldades, los compañeros de sus placeres, los chulos
lo que parece, rehecha de nuevo por nuestro Ronsard, de sus voluptuosidades y beneficiarios de los bienes de
nuestro Baïf y nuestro Du Bellay: quienes en esto sus rapiñas. Esos seis dirigen tan bien a su jefe que es

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malvado para la sociedad, no sólo con sus maldades guardias, he aquí sus alabarderos, no porque ellos
sino también con la de los suyos. Esos seis o mismos no sufran a veces por su causa; sino porque
seiscientos que se aprovechan bajo ellos, hacen de sus estos perdidos y abandonados de dios y los hombres
seiscientos lo que los seis hacen al tirano. Esos están contentos con aguantar el mal para hacerlo a su
seiscientos tienen bajo ellos a seis mil, a quienes han vez no al que se lo ha hecho, sino a los que sufren
elevado en (su) condición, a los cuales dan ora el como ellos y quienes no pueden más. Algunas veces
gobierno de las provincias ora el manejo de los viendo a esta gente que halaga al tirano para satisfacer
denarios a fin de dominarlos por su avidez o por su sus necesidades de su tiranía y de la servidumbre del
crueldad, y que ejecuten cuando haga falta y hagan pueblo, me toma menudo el asombro por su maldad y
tantos males por otra parte, que no puedan durar sino algunas veces piedad por su estupidez.
bajo su sombra, ni eximirse mas que por medio de
leyes y penas. Grande es la cola que viene después de Porque a decir verdad, ¿que es aproximarse del tirano,
esto, y quien quiera vaciar la red verá que, no seis mil, sino alejarse de su libertad? y, por decirlo así, apretar a
sino cien mil, sino los millones (que) por esta cuerda se dos manos y abrazar la servidumbre? Qué pongan a
vinculan al tirano, ayudándose de ella como Homero parte un momento su ambición, qué se descarguen un
(le hace decir a) Júpiter, que se jacta, de que si tira de poco de su avidez, después qué se miren ellos mismos
la cadena, arrastraría hacia él a todos los dioses. De ahí y se reconozcan, y verán claramente que los aldeanos,
venía el crecimiento (del poder) del Senado bajo Julio los campesinos a los que pisotean mientras pueden y
(César), el establecimiento de nuevos cargos, la qué tratan peor que a forzados o esclavos; verán, digo,
institución de (nuevas) obligaciones; no ciertamente que éstos así maltratados, lo son al precio de sus
tomarlas para reformar la justicia, sino (para dar) fortunas y de ninguna manera libres. El labrador y el
nuevos sostenes a la tiranía. En suma, de lo que se artesano, por mucho que estén esclavizados que estén,
sigue de los favores o de los favores devueltos, por las son libres haciendo lo que les dicen; pero el tirano ve a
ganancias y re-ganancias que se recibe de los tiranos, al los otros que le rodean lisonjeando y mendigando su
final se encuentra casi tanta gente a la que la tiranía les favor; no tienen solamente que hacer lo que él dice,
parece provechosa, como aquellos a quienes la libertad sino que deben pensar en lo que quiere y a menudo
(les) sería agradable. para satisfacerle prevenir sus deseos. No todo es
obedecerle, hay que todavía complacerle; es necesario
Es así que los médicos dicen que si en nuestro cuerpo que se rompan, que se atormenten, que se maten a
tenemos algo corrompido, desde el momento en que en trabajar en sus asuntos; y después que se complazcan
otro lugar (de nuestro cuerpo) no se mueva nada, el se de su placer, que dejen su gusto por suyo, que fuercen
inclinará pronto hacia esta parte agusanada: de igual su complexión, que despojen su naturaleza, que se
manera, desde el momento en que un rey se declara ponga atención a sus palabras, a su voz, a sus gestos, a
tirano, todo lo malo, todas heces del reino, no digo un sus ojos; qué son tengan ojo, ni pié, ni mano que no
montón de ladronzuelos y desorejados que no pueden estén continuamente al acecho de espiar sus voluntades
hacer en una república ni mal ni bien, sino los que y descubrir sus pensamientos.
están manchados por una ardiente ambición y de una
notable avaricia, se amontonan alrededor de él y le ¿Esto es vivir feliz? ¿Esto se llama vivir? ¿Hay algo en
sostienen para tener parte en el botín y para ser, bajo el el mundo menos soportable que esto, no digo ya para
gran tirano, otros tantos pequeños tiranuelos ellos un hombre de corazón, no digo yo para un bien nacido,
mismos. sino solamente para uno que tenga sentido común o sin
más la cara de un hombre? ¿Qué condición es más
Así hacen los grandes ladrones y los famosos miserable que la de vivir así, que no se tenga para sí
corsarios; unos asolan el país, los otros persiguen (a (ob)teniendo de otro su contento, su libertad, su cuerpo
caballo) a los viajeros; los unos se emboscan, los otros y su vida?
andan al acecho; los otros masacran, los otros
despojan, y todavía si hubiera entre ellos privilegios y Pero quieren servir para tener bienes: como si pudieran
que los unos no sean mas que criados y los otros jefes ganar algo que fuera suyo, puesto que no pueden decir
de la asamblea, si no hay al menos uno al final que no de sí que se pertenezcan; y como si alguno pudiera
saque provecho, del botín principal, al menos (lo hará) tener algo propio bajo un tirano, quieren hacer que los
de sus restos. Se dice que los piratas cilicios no solo se bienes sean suyos, y no se acuerdan que son ellos
reunieron en número tan grande que hubo que enviar quienes le dan la fuerza para quitarles todo a todos, y
contra ellos al gran Pompeo, sino que atrajeron hacia no dejar nada que se pueda decir que es de alguien.
su alianza a varias ciudades bellas y grandes en los Ven que nada vuelve a los hombres sujetos a su
puertos de las cuales se ponían a seguro al volver de crueldad sino los bienes; que no hay ningún crimen
sus correrías, y por recompensa les proporcionaban hacia él (más) digno de muerte que el de que (¿); que él
algún beneficio de la ocultación de su(s) pillaje(s). no ama mas que las riquezas; que no derrota mas que a
los ricos; y éstos vienen a presentarse como delante de
Así es como el tirano esclaviza (a) los súbditos los la pira, para ofrecerse llenos y bien alimentados como
unos por medio de los otros, es guardado por aquellos para darle ganas.
de los que, si valiesen algo, deberían guardarse, y como Estos favoritos no deberían acordarse tanto de aquellos
se dice: para hender la madera se necesitan cuñas de la que han ganado alrededor de los tiranos muchos bienes
misma madera. He aquí sus arqueros, he aquí sus como de de los que, habiendo un tiempo amasado

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(bienes), poco después perdieron los bienes y la vida, emperador, quién fue más peinado por una mujer que
no les debería tanto venir al espíritu cuantos otros han él por Mesalina? El la puso sin embargo en las manos
ganado riquezas, más cuan poco las han guardado. Qué del verdugo. La simpleza se queda siempre en los
recorran todas las antiguas historias, qué miren las de tiranos, si la tienen, (hasta el punto) de no saber hacer
nuestra memoria, y se verá cuán grande es el número (el) bien. Pero no sé cómo al final para usar la crueldad
son los que habiendo ganado por malos medios cerca incluso hacia los que le son próximos, lo poco que
de los príncipes, o empleando su maldad, o abusando tienen de espíritu se despierta en ellos. Es bastante
de su simpleza, al final por estos mismos (príncipes) conocida el bonito piropo de éste otro que, viendo la
han sido destruidos; y tanto más cuando habían garganta de su mujer descubierta, parece que no podía
encontrado facilidad para elevarlos que cuando vivir sin ella, la acarició con este hermoso
golpeaban después de inconstancia para abatirlos; cumplido: ese bello cuello será en seguida cortado, si
ciertamente entre el gran número de gente que se han yo lo ordeno.
encontrado jamás cerca de los malos reyes, son pocos o
casi ninguno quienes no hayan probado alguna vez He aquí porque la mayor parte de los tiranos antiguos
ellos mismos la crueldad del tirano, que antes habían eran de ordinario muertos por sus favoritos,
atizado contra los otros: lo mas a menudo habiéndose quienes habiendo conocido la naturaleza de la tiranía,
enriquecido bajo la sombra de su favor y del despojo no podían tanto asegurarse de la voluntad del tirano,
de los demás, finalmente, ellos mismos lo han como desafiar su poder Así fue muerto Domiciano fué
enriquecido con su propio despojo. muerto por Estéfano, Cómodo por una de sus amigas,
Antonin por Macrin, y lo mismo casi todos los demás.
Incluso las gentes de bien –si alguna vez se encuentra
alguno amado del tirano, tanto estén avanzadas en su Ciertamente el tirano no es jamás amado, ni (él) ama:
gracia, tanto brille en ellos la virtud y la integridad, la amistad es un nombre sagrado, es una cosa santa, no
que (al) verlas a los mas malvados dá algún respeto se dá mas que entre gente de bien y no nace sino de una
cuando las ven de cerca; más estas gentes de bien, mutua estima; se mantiene no tanto por los beneficios
digo, no sabrán mantenerse; tarde o temprano se que por la vida buena (honradez); lo que vuelve a un
resentirán del mal común y a sus designios amigo seguro del otro, es el conocimiento que tiene de
experimentarán la tiranía. Un Séneca, un Burro, un su integridad; los garantes. No puede haber amistad allí
Trazéas: esta terna de gentes de bien, de los que los dos dónde está la crueldad, allí dónde está la deslealtad, allí
(primeros) su mala fortuna acercó del tirano quien les dónde está la injusticia; y entre los malvados, cuando
puso en mano el manejo de sus asuntos, los dos se reúnen, es un complot y no una compañía; no se
estimados por él, tenían por prenda de su amistad la quieren entre ellos, sino que se temen, no son amigos,
educación de su infancia, ¿pero estos tres son sino que son cómplices.
suficientes testimonios por su cruel muerte, de cuan
poca seguridad hay en el favor de un malvado amo? Y Aun cuando esto no lo impediría, todavía sería difícil
en verdad, ¿que amistad se esperar de ese que tiene el de encontrar en un tirano un amor seguro, porque
corazón tan duro (como) para odiar su reino, que no estando por encima de todos y no teniendo iguales, él
hace más que obedecerle, y el cual por no saber todavía ya está más allá de los límites de la amistad, que tiene a
amar, se empobrece él mismo y destruye su imperio? su presa en la igualdad, que jamás cojea antes al
contrario (su marcha) es siempre igual. He aquí porque
Entonces si se quiere decir que estos (Séneca, Burro y hay entre los ladrones (se dice), alguna (buena) fe
Traséas) por haber sido buenos cayeron en esos durante el reparto del botín, porqué si bien no se aman
inconvenientes, que se busque afanosamente alrededor entre ellos al menos se temen; y no quieren que
de este mismo(Nerón): y se verá que los vinieron en su desuniéndose hacer que su fuerza sea menor.
gracia y se mantuvieron (allí) por malos medios, no
tuvieron más larga duración. ¿Quién ha oído hablar de Pero los favoritos de un tirano jamás pueden tener
(un) amor tan desenfrenado, de un afecto tan testarudo, jamás ninguna seguridad, de tanto que le enseñaron
quien ha jamás leído de un hombre (Nerón) tan ellos mismos que él todo lo puede, y que ningún
obstinadamente apegado a una mujer, como éste lo fue derecho ni deber alguno lo obliga, estando
hacia Popea? Y fue envenenada por él mismo. Agripina acostumbrado a contar (con que) su voluntad es razón,
su madre, había matado a su marido Claudio para a no tener compañero alguno y ser de todos amo. así
hacerle sitio en el imperio; para favorecerlo (Agripina) pues no es deplorable que viendo tantos ejemplos
no había encontrado jamás dificultad en hacer algo o en brillantes, viendo el peligro tan presente, nadie quiera
sufrir. Así su mismo hijo, su bebé, su emperador hecho hacerse sabio a costa de otro y que tantas gentes
por su (propia) mano, después del haberla maltratado a acercándose tan de buena gana a los tiranos, qué no se
menudo al final le quitó la vida: y si hubo alguien haya uno que tenga la prudencia y el coraje de decirles
entonces que no dijera que ella había bien merecido eso que dice, como lleva la fábula, el zorro al león que
este castigo; sería si hubiese sido por la mano de se fingía enfermo: Yo te iría de buena gana a ver en tu
cualquier otro y por la de ese a quien ella había guarida; más veo tantos rastros de bestias que avanzan
educado. hacia ti; pero que vuelvan hacia atrás, no veo siquiera
una.
¿Quién fue alguna vez mas fácil de manejar, más
simple y, por decirlo mejor, más bobo que Claudio el

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Estos miserables ven relucir los tesoros del tirano; y honor o por amor mismo de la virtud, o ciertamente,
miran totalmente embobados los reflejos de su hablando con propiedad, por el amor y el honor los de
magnificencia; seducidos por esta claridad se dios todopoderoso, que es seguro testigo de nuestros
aproximan y no ven que se meten la llama que no actos y justo juez de nuestras faltas. De mi parte,
puede dejar de consumirlos. Así el sátiro imprudente de pienso y no estoy equivocado, que ya que nada es tán
las fábulas antiguas, viendo brillar el fuego arrebatado contrario a un dios liberal y bondadoso que la tiranía,
por Prometeo, lo encontró tan bello que fue a besarlo y espero que reserve allá abajo a parte para los tiranos y
se quemó. Así la mariposa que, esperando gozar de sus cómplices, alguna pena particular.
algún placer, se echa fuego porque reluce, experimenta
la otra virtud, la de quemar, eso dice el poeta toscano.

Pero admitamos todavía que esos delicados cortesanos


escapan de las manos del que sirven, no se salvan
jamás del rey que viene después: si es bueno, hay que
rendir cuentas y someterse al menos a la razón; si es
malo como su antiguo amo, no puede dejar de tener
también sus favoritos, los cuales, de ordinario, no están
contentos solo con tomar a su vez el sitio de los otros,
si no les toman también la mayoría de las veces sus
bienes y su vida. ¿Puede ocurrir entonces que se
encuentre a alguno que en tan gran peligro y tan pocas
seguridades, quiera tomar esta desgraciada plaza y
servir con tantos sufrimientos a un amo tan peligroso?

¡Qué pena, qué martirio es esto, verdadero Dios! Estar


noche y día soñando en complacer a uno, y a pesar de
todo temerle mas que a cualquier hombre del mundo,
tener siempre el ojo al acecho, la oreja a la escucha,
para espiar de donde vendrá el golpe, para descubrir las
trampas, para tantear la mina de sus competidores, para
avisar quien le traiciona, reír a cada uno y no obstante
temer de todos, no tener ni enemigo declarado ni amigo
asegurado, tener siempre una cara risueña, y el corazón
transido; ¡no poder estar alegre, ni osar a estar triste.!

Pero es un placer considerar lo que les renta ese gran


tormento, y (ver) el bien que pueden esperar de su pena
y de su miserable vida: De buena gana el pueblo, del
mal que sufre, no acusa al tirano sino a quines lo
gobiernan; éstos, los pueblos, las naciones, todos en
rivalidad hasta los campesinos, hasta los labradores,
saben sus nombres, recuentan sus vicios; amontonan
sobre ellos mil ultrajes, mil insultos, mil maldiciones;
todas las oraciones, todas sus promesas ván contra
estos; todas las desgracias, todas pestes, todas las
hambrunas se las reprochan; y si alguna vez hacen por
apariencia algún honor, al tiempo los maldicen en su
corazón y les tienen un horror mas extraño que a las
bestias salvajes. He aquí la gloria, he aquí el honor que
reciben de su servicio hacia las gentes, de los cuales
aunque cada uno tuviera un pedazo de sus cuerpos, no
estarían todavía, les parece, bastante satisfechos, ni a
medias saciados con su sufrimiento, pero ciertamente
incluso después que están muertos, los que vienen
después no son tan perezosos que el nombre de estos
come-pueblos no sea manchado por la tinta de mil
plumas, y su reputación desgarrada en mil libros; y los
huesos mismos, por decirlo así, arrastrados por la
posteridad, castigándolos aún después su muerte por su
malvada vida.

Aprendamos pues alguna vez; aprendamos a hacer


bien; levantemos los ojos hacia el cielo o por nuestro

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