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>esar dal tiempo transcurrido desde su mera redaccin en 1966, este estudio ‘uno de los textos programéticos mas iuyentes de la segunda mitad del siglo = 1un hoy conserva su vigencia, ra Rossi a arquitectura es la clave de intepretacion correcta de la ciudad. La joncia urbana’, que es como Rossi lama a urbanistica, sera el estudio de la ciudad mo arquitectura actitud polémica de Rossi se plantea dos aspectos. Primero, entender la quitectura como un valor auténomo, menos en una determinada dimensién cevalorizar la obra singular y el monumento mo elementos fundamentalas de la storia de la ciudad y de la memoria ectva, Para Rossi, la arquitectura sigue niendo una dimension cualitativa que no 1edo hipotecarse y que es esencial para emprender el hecho humano colectivo 12 88 la ciudad. » segundo lugar, Ross! aborda en este ro el problema de la formulacién de una oria de la arquitectura. En la linea de 18 autores, desde el luminismo hasta la tualidad, pretend establecer un cuerpo entiico auténomo que funde la actividad de arquitectura, que permita la acumulacién 2 las experiencias, el estudio ordenado de 3s problemas y una ensefianza sistematica Ao oss iin 108-1987 cto on fos usd avec ont Potaengo Seran oc pote de Compose Satria ov Peo eM, nin eas 2c yon ota Shirts Astor Seneca Nuruotee nave ale onao8 | y estudios en revistas y libros colectivos, WSSkipae dele anlssrecoan ov au toes tacseanogsycbor cony frei nflon aoe patos ae eemra Steve 4 | d a | Aldo Rossi La arquitectura de la ciudad Aldo Rossi La arquitectura de la ciudad cercmeeinnnetnntar at i Editorial Gustavo Gili, SL °. Rossellé 87-89, 08029 Barcelona, Espafia. Tel. (+34) 93.322 81 61 GG Valle de Bravo 21, 53050 Naucalpan, México. Tel. (+52) 55 55 60 60 11 ‘Titulo original: LArchitettura della citta Versign castellana: Josep Maria Ferrer Ferrer, Salvador Tarrag6 Cid, Arq. y de la “Introduccién a la version portuguesa”: Francesc Serra i Cantarell Revisién bibliografica: Joaquim Romaguera i Ramié y Xavier Gtiell Guix, arqto, 2° edicion ampliada, 11° tirada, 2013 (impresi6n digital) 1 pibtica 0 ‘cualquier forma de reproduceién, distribucion, comunicacién pal tuansformacién de esta obra sélo puede ser realizada con Ia autorizacion de sus titulares, salvo excepei6n previsia por la ley. Dirfjase a CEDRO (Centro Espaiol de Derechos Reprogrificos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar 0 escanear algtin fragmento de esta obra. a Ets no se pronancs, expres al implictament, respecte aa ‘Sti de a informacion contenidaen este ili, rain pr la il no sue anu ningin tipo deresponsabdad ea caso de error omsin © Aldo Rossi, Milan y para la edicion castellana: © Editorial Gustavo Gili, SL, Barcelona, 1982 Printed in Spain ISBN: 978-84-252-1606-0 Depésito legal: B. 11.751-2010 Impresién: publidisa indice Prologo a la edicién castellana Notas al pritogo Profacio a la segunda edicién italiana Introduecién ala versién portuguesa INTRODUCCION Hechos urbanos y teoria de ta ciudad 1, Estructura de los hechos urbanos. . 1. Individuatidad de los hechos urbanos.. . Los heehos urbanos como obra de arte Cuestiones tipologicas. ©. 2. Critica al funcionalismo ingento Problemas de clasificacith .. Compiejidad de tas hechos urbanos : La teoria de la petmanencia y los monumentos . Notas al capitulo primero BAYARD 2. Los elementos primarios y el érea. 1, El irenestudio 2. Area y barrio. 3. Laresidencia 4, Elprotlema tipolégico de la residencia en Berlin . 35 4 a7 60 70 70 B 7 81 84 98 106 il U1 18. 125 133 Garden city y ville radieuse : ‘Los elementos primarios . a ‘Tensién de los elementos urbanos . La ciudad antigua Procesos de transformacién - 10, Geograiae historia. La creacin humana Notas al capitulo segundo... . + ~ een ae 3. ndividuaidad de os hechos wrbanos. La aruitectura 1. Bllocus . : {La arquitectura como ciencia Ecologia urbana y psicologia Precision de los elementos urbanos El Foro romano. Los monumentos, critic al concepio de ambiente La ciudad como historia . Lamemoria colectiva. Atenas : Notas al capitulo tercero een aweyn 4, Evolucién de los hechos urbanos « see hada como campo de apicacion de ferzas diversas, La economia 2. Latesis de Maurice Halbwachs. 3. Consideraciones acerca de los caracteres de les expropiaciones.. 4, La propiedad del suelo 5. Elproblema de la vivienda . 6. Ladimensién urbana - 7. Lapolitica como eleccién Notas al capitulo cuarto Ilustraciones . 147 155 158 163, 167 170 180 185 185 190 i95 202 209 219 222 226 228 34 240 1. Planteamiento previo La aportecién decisiva del texto de Rossi es la de enunciar que la dimersion arquitecténica de la ciudad es una condicin imprescindible para la correcta formulacién de una teorla de los hechos urbanos. Esta es la tesis central que se desarrolla y estruc- tura en los trechos més importantes del libro, ‘A nuesiro entender, la dimension arquitecténica de lo urbano tiene que ser explicada y complementada reciprocamente, por la dimension urbana de la arquitectura, que si bien en el texto se enuncia, no puede desarrollarse, por no ser ésta la finalidad espect- fica del ensayo. La consideracién de la arguitectura como dimensién esencial de la ciudad es una formulacién polémica en nuestro contexto cul- tural urbanistico, por cuanto se habia Negado a creer que uno de os logros definitivos de muestra concepcién de lo urbano lo cons- tituia Ta consideracién de la supremacia de la dimensién econdmica de la ciudad respecto de las otras variables urbanas posibles. A esclarecer esta contradiccién obedecen las presentes notas preli- minares. Problemética de toda concepcién del arte. Para apreciar adecuadamente la importancia y trascendencia de la dimensién arquitecténica de la ciudad es preciso, como paso previo, valorar justamente la naturaleza del hecho arquitecténico. y de la arguitectura por extensiin, ‘Aunque wn desarrollo pertinente del anterior enunciado reque- rirla un laborioso. trabajo de investigacién, nos limitaremos aqul a los aspectos mas generales y decisivos que a nuestro entender ‘entran en la consideracién del tema, La problemética sobre la esencia de la arquitectura se conecta con otras consideraciones de orden més general que estén impli- citas en ella, cuales son la concepeién y validez del arte, la dimen- sionalidad de io estético, etc y que en cualquier desarrollo del 7 fema surgen como premisas ineludibles que es preciso al menos aqpuntar. Cuando centramos nuestro interés en los términos envueltos en esta problemética surgen diversidad de concepciones de lo artistico que estén desempeniando un papel activo en nuestro. mun- do cultural, Asi, mientras que se puede interpretar lo artistico ‘como el campo propio de lo intuitive e irracional, valores éstos que al ser asignados desde una dptica positivisia que circunscribe el mundo de lo esencial estrictamente a la dimension de la realidad con que opera (la de las relaciones cuantitativas), forzosamente ha de conllevar una subvaloracién de la importancia y trascenden- cia del arte al quedar éste ligado a wna forma de intervencién no cientificista y por lo tanto secundaria. Pero precisamente de este rechazo, y de otros, puede surgir Ia posicién conirapuesta: Ia legitimacién del arte como umo de Tos medios liberadores de la realidad cosificada; es decir, que mediante la potenciacién de las facultades irracionales convenien- temente enderezadas por una mediacién marcusiana, por ejemplo, se puede conseguir el resurgimiento de wna nueva realidad libe- rada. También si el papel de protagonista de la obra de arte es asig- nado, en tiltimo término, a los factores socioecondmicos que la circunscriben, de tal forma que la importancia de éstos se define por su caricter determinante y activo, el desarrollo necesarlo de ‘esta concepcién sociologista conlleva la apreciacién pasiva y quie- tista del arte propiamente dicho. «El sociologismo reduce la rea- lidad social a la situacién, a las circunstancias, a las condiciones hiistéricas, que asi definidas adquieren el aspecto de una objetivi- dad natural. La relacién entre las "condiciones" y las "circunstan- cias histéricas", asi entendidas, de una parte, y la filosofia y el arte de la otra, no pueden ser esencialmente sino una relacién me- ‘cdnica y exterior. El sociologismo trata de eliminar este mecanicis- ‘mo mediante una complicada "jerarquia de términos intermedia. ios” auténticos 0 construidos (la "economia" se halla ‘mediana- mente" en contacto con el arte), pero hace el trabajo de Sisifo.» ' La escisién queda asi perpetrada entre el mundo objetivo de Tas cosas y de las relaciones humanas cosificadas a la que perte- necen tanio la ciencia como Ios valores culturales de ella deriva- dos, ? y por el otro lado y en contraste con ella, el mundo subje- tivo del hombre, con sus valores (entre los que se cwenta el arte), sus errores, su’ imperfeccién y su arbitrariedad. Constrefida asi la naturaleca especifica del arte a una subje- tividad y a un pasivismo, se intenta salvarlo mediante la explica- 8 cién del contenido ideolégico que comporta. Dado el carticter activo de los condicionantes histéricos, a la obra artistica no le queda mds que registrar o reflejar estos elementos estructurales con unos medios especificos, con lo que el valor de la obra de arte no reside en ella misma sino en el reflejo de aquella realidad sofo- cante. Estas representaciones ideolégicas no importa que surjan consciente 0 inconscientemente por parte del autor, pusto que, en cada caso, la obra puede reportarse a las condiciones socioecond- micas que la conforman. Un paso adelante en el desarrollo de tas ideas estéticas fue dado cuando se superé la concepcién del arte como forma ideo- légica mediante Ia teoria del valor cognoscitivo de la obra artistica, con lo que, al desprenderse aguélla de muchas de sus formulacio- nes simplistas, se abrié un ancho camino de posibilidades inter- pretativas y metodolégicas diversas que se desarvollaron simulté- neamente, ‘y en la que caben tanto las interpretaciones estructu- ralistas como las realistas (éstas en sus miltiples acepciones desde as de via estrecha a las de sin ribera). Un comin denominador de esta diversidad de interpretaciones como forma de conocimien- to de Ia realidad consiste en la reduccién de los medios de expre- sién artistica a términos de un lenguaje que se busca de interpre- tar, bien directamente en el estructuralismo, 0 como complemento del conocimiento del mundo de lo humano en las versiones de algunos marxistas actuales. Asi concebido, contimia sin resolverse el interrogante del porqué de la duplicidad de los modos distintos de conocer la rea- lidad, el de la ciencia y el del arte, si para tal cometido la eficiencia y la funcionclidad de‘ la primera es més que satisfactoria. Dupli- ‘cidad” que, como seRala Sanchez Vézquez,’ pone de manifiesto a debilidad de los supuestos de los que se parte En el desarrollo de las diversas concepciones de Io artistico, el discurso cboca a la discusién de los supuestos més profundos de los que se parte, a los fundamentos filoséficos y epistemolégicos en que se funda toda la construccién tedrica posterior; en una palabra, se Gesemboca a la concepcién de la realidad que subyace en la base de todo ello. ¢Qué es la realidad?, ‘ jen qué términos es comprendida, desarrolladay dominada?, son las preguntas inelu- dibles que afloran en todo desarrollo discursive y sin cuya correc- 2 consideracion y dilucidacién es imposible hacer progresos de- initivos. Planicamiento de una concepeién dialéctica del arte En el esquemditico resumen de las principales caracterizaciones de las concepciones del arte hasta agut esbozado, hemos escogido un método de descripcién més bien de tipo estitico a efectos ex- positivos, con la confianza de desencadenar su movimiento recipro- co al exponer la concepcién a mestro entender correcta; conscien- tes de que este esquematismo no puede justificar a validez axiomd- tica del método seguido, puesto que el método explicativo * correcto aranca desde el principio de la consideracién dialéctica del con- junto de desarrolios y teorlas, contraponiéndolos a 10 largo del ‘curso de la exposicién, en unas secuencias concatenadas segiin el proceso de conerecién de {a totalidad y ritmadas por el contra- ‘punto del movimiento dialéetico La realidad escindida por el sociologismo y el estructuralis- mo, en realidad objetiva 0 mejor dicho objetual, y el sujeto ferl- chizado, mitologizado y cosificado, es una pobre realidad. Dicha realidad como totalidad, surge de la accién reciproca de las cone- xiones y estructuras auténomas, y por lo tanto en esta concep- ‘cidn lo subjetivo queda definido por su reclusion a la pasividad y a la contemplacién como tinica forma suprema de existencia. Sélo una perspectiva que conciba la realidad como totalidad de la base y supraestructura, dando a la base wn papel determi- nado, * al mismo tiempo que la conciba como un proceso en el cual el sujeto concreto produce la realidad social, al mismo tiempo que es producido por ella, sélo esta concepeién de la realidad, repe- limos, posibilita. una solucién a la dicotomia planteada, Pero te- tmiendo muy en cuenta al mismo tiempo que «la totalidad de base y de supraestructura es absiracta si no se demuestra que es el hombre, como sujeto histérico real, quien crea en el proceso de produccién y reproduccién social la base y la supraestructura, forma la realidad social como totalidad de las relaciones sociales, instituciones e ideas, y en esa creacién de la objetiva realidad social se crea al propio tiempo a si mismo como ser historico y social, eno de sentido y potencialidad humana, y realiza el proceso infi- nito "de humanizacién del hombre"». * Sobre la base de la unidad dialéctica de la subjetividad y la objetividad, es posible concebir el arte desde una mueva perspect va: la dei arte como creacién de una realidad especifica (la artis tica) y como expresin de la realidad. Dicha concepcién del arte no ha de entenderse como dos concepciones yuxtapuestas y exte- riores de un mismo hecho, sino como una unidad dialéctica que puede formularse asi: la obra de arte expresa la realidad en cuanto 10 Ia crea; y crea el mundo en cuanto se expresa en la obra artistica «Toda obra de arte muestra un doble cardcter en indisoluble unt- dad: es expresiin de la realidad, pero simulténeamente crea la realidad, una realidad que no existe fuera de la obra 0 antes de la obra, sino precisamente sélo en la obray* La concepcién del arte como creacién y como expresién sin- tetiza admirablemente la dimensionalidad esencial de lo artistico. En cuanto creacién de una realidad artistica, permite reconocer lo decisivo de su propia naturaleza, como es la importancia de la obra por ella misma, por lo que ella es, sin necesidad de recurrir a distintos justificantes; con lo que los valores propios de cada ‘arte (el espacio construido en arguitectura, Ia plastica en pintura, etcéterd) son apreciados en toda su importancia y precisamente por su especificidad” Y en cuanto a su expresién, la obra de arte ‘se retrotrae a aguella unidad originaria de la cual forma parte: la praxis general de la humanidad, de la que surge la’ cultura como forma supreme de la vida social y que permite heredar las valiosas ‘qportaciones del realismo, del estructuralismo y del sociologismo en lo que éstas tienen de realmente decisive. Esta doble caracterizacién, aun constituyendo la esencia del hecho artistico, no pretende exclusivizar_ y agotar la concepcién del arte, que en unidad dialéctica engloba tanto la esencia (doble dimensionalidad anteriormente seftalada) como los diversos as ‘pectos o dimensiones (entre las que las dimensiones cognoscitiva, ideolégiea y socioldgica constituyen las mas importantes), sino que, en su totalidad, el arte se define como proceso de concrecién de ‘las diversas angulaciones ” posibles a través del movimiento dialéctico de la esencia al fendmeno, del sujeto al objeto, del todo a las partes, del contenido @ la forma, y sus reciprocos. La definitiva ventaja de la concepcién dialéctica del arte reside en que se define, no como excluyeme de toda otra formulacién anterior, que ¢s la forma de presentarse ésta, sino que en su des- pliegue totalizado las engloba en dos dimensiones: una, en cuanto Tibera lo que de positivo tienen tas otras formulaciones, es decir, como método que logra reproducir racionalmente a dimensién de lo real sin tergiversarlo; y la segunda, en cuanto en su andlisis critico del surgimiento de las diversas teorlas artisticas, permite comprenderlas y hacer explicables sus condicionantes y la propia formulacion, como expresién y creacién de la realidad especifica ‘de la que surge. Con ello no deja nada fuera de su consideracién, no es reduccionista como las anteriores formulaciones, sino que su propia concepcién es el fiuto de una superacién dialéctica de las contradicciones de las que aquéllas estaban achacadas. i Cuén profunda y rica es la concepciin del arte como creacién » como expresién, ‘lo constitiye el comprobar su trascendencia. " Kosie lo ha formulado magistralmente en un par de parrafos que ite ‘ar en su conji imensio il permiten abarcar en su conjunto la dimension de tas posibilidades ele eee ae te rie, roc foo, wpa mar ge oo ae Se Ace ead fiesta al hombre ia verdadera realidad humana? El hombre ‘llega al conoci- et nee va a eg of me. eel rma Ss tet Pos Somer i ae fori ane de eri ce ele Pa elem ome emt fe tae Bs Peels bo pee eed os Fe a ol a lane Sgn oe tte eta ule ols alates deo sent de [pla eal mi. tempo defend» reece seo aE i st hy ote iviady Sarna cra) ee Seals ef ei ert aa Consideraciones acerca del hecho arquitecténico El discurso iniciado con la _consideracién imensid arqutectinica de ta cludad con Ia bsueda de ta Coenen arquitectura nos ha Mlevado' al desarrollo de las diversas formula- ciones de lo artistico y a la biisqueda de la interpretacién mds cadecuada al nivel de’ nuestros conocimientos actuales. Con ello, Hegamos al final de esta incursién, al replanteo de aquella premisa (la dimensiin esencial de la arquitectura), pero ahora pertrecha. dos ya con un bagaje tedrico algo mds esclarecido que nos ha de ayudar, al mismo tiempo que a apreciar el mudo de la problemd- fea, a precisar ta dimension rascendente del arte ‘arguitectura, concebida como forma especifica ivi are Teal aera Tas ted el arte al estrecho campo de las bellas artes, por und concepcién dialéctica que concibe el arte como modo especifico de la praxis Jumana) y gracias a la concepcién del arte como creacién y expre- sin de la realidad humanosocial, puede ser considerada en uma nueva dimension que hasta ahora tanto los reduccionismos (socio- logismo, positivismo, estructuralismo, cientificismo ytecnicismo) como las ‘mistificaciones idealistas (la de la cultura’ académica y 12 de las versiones vanguardistas) no habian permitido apreciar: su dimension cualitativa. ‘La intrinseca conexién entre la arquitectura como creacién y su dimensién cualitativa es resaltada por Rossi, a quien no escapa Ta gran trascendencia de este hecho. «La cualidad de la arguitectura —la creacién humana— es el sentido de la ciudad.» Sefalamos anteriormente que la teoria dialéctica del arte per- mitia reconocer en toda su importancia la especificidad de los modos y medios propios de cada actividad artistica, Asi, en la arquitectura, el reconocimiento del papel esencial que desempeha el espacio construido “ permite concebirla en su doble dimensién: en su especificidad y en su generalizacién; definiéndose ambos Yérminos, no como opuestos en una exterioridad reciproca y excli- yente como los concebirla el idealismo, sino como términos de un todo dialéctico en el que precisamente lo que constituye su especificidad y singularidad lo define al mismo tiempo como comin y general a las diversas formas artisticas, y reciprocamente, ‘La apreciaciin del ‘espacio construido como realidad arqui- tecténica fundamental y preeminente, que en wa concepcién més general engloba el reconocimiento de la forma en un sentido am- lio, nos ofrece una apreciacién cualitativa que el conocimiento ‘cuantitativo habia excluide, y en la que descubrimos una dimension Irumana trascendental: la de la realizactén de la verdad huma- na, es decir, la humanizacién de la arquitectura y la arquitecturi- zacién del hombre (pero no en términos alienaidrios, sino como una parte del proceso de la Inumanizacisn del hombre, donde tanto el mundo como el hombre puestos en relacién por la arquitectura, Jo son en sur aspectos esenciales y liberados). Su _temporalizacién La gran importancia del aspecto cualttativo de la arquitectura, y por extensiin de la ciudad, radica en que su consideracién nos ‘permite percatarnos de dimensiones insospechadas que _habian sido soslayadas por los reduccionismos de las teorlas anteriores, y que al ser valoradas nuevamente bastindose en una concepcién dialéctica (la concepciin metafisica habia sido hasta el presente ta tinica detentadora de estos dominios), nos sorprende por su profunda significacién; quizd debido a. que, tanto por haber sido ‘primero mistificado y después ignorado, nos produce el impacto de un primer descubrimiento. 13 EI reconocimiento del aspecto cualitativo de la arquitectura nos permite descubrir uma dimensién esencial: sw supervivencia: | st- Fervivencia que nos revela el cardcter especifico de la realidad ar- quitécténica.” ‘La permanencia de la obra arquitecténica a travis del, tiempo no es im proceso de petrificacion y erosin en el decurso histérico a pesar de que clertas obras puedan correr este riesgo sino Gue es la capacidad de despliegie que histéricamente puede asunir fe obra. Pero la capacidad de la obra arquitecténica de sobrevivir Er et ranscurso del tiempo solamente es posible por su intima Sineulaciin ala realidad humana, Vincwlacién expresada por Kosic en estos términos: ‘La obra no vive por la inercia de su caricter institucional, 0 por {a traditin’ como cree “el soclologismo, sino por Ta totalizacion, es decir, sedi continua reanimacién La vida dé la obra no emana de a exisencie FOr ee conte ta obra misma, ino de la reeiproca interaccién de la obra y dela humanidad, La vida de la obra se basa en: 1) La saturacién de la realidad y verdad que es propia de la obra. 2) La eviday de la humanidad como syjeto productor y sensible. Todo Jo que pertencce a la realidad humagosocisl debe mostraf en una uw ofa forma esta estructura sujeto-objetiva. Hasta qué punto son coincidentes estas reflexiones con la concepcién rossiana queda testimoniado mediante la siguiente lta SL} ia sustinciin de arte gotico como lugar por paisaje g6tico tiene enorme importancia » En este sentido la construccién, el monumento y la ciudad, Megan a ser lo Itumano por excelencia; pero en cuanto tales, estén profindamente unidos al acontecimiento originario, al primer sis- Peta su conslituirse, a su permanecer y a su desarrollarse». ‘La capacidad polivalente de contenidos del espacio arguitecté- nico, que tam distinto es para los diferentes individuos y clases footales a la vez que para ellos mismos ofrece caracterizaciones comtimuarnente cambiantes, ™ podria corresponder a la concepcién Ge la polisemintica que ha definido el estructuralismo como una Jorma elemental del propio existir 0 sobrevivir de la obra misma, Dicha supervivencia facultad de la obra de expandirse en el fempo se basa en que’ su vida exige en cada momento wna inter- pretaciin, constitiye, al mismo tiempo, la segunda dimension temporal de la arguitectura 14 Su trascendencia La dialéciiea de lo transitorio (las clrcunstancias que enmar- can la obra arguitecténica entendidas como situacién dada y fac~ Hicidad empirica, 0 sea, como condicionantes y por lo tanto creado- ras de ella) y de lo imperecedero (la obra arquitecténica cuya supratemporalidad se fundamenta en su capacidad de asumir diver sas formas y apariencias a lo largo de su vida histérica), puesta de ‘manifesto ‘en tas reflexiones sobre la supervivencia de la obra arquitecténica, como una forma de la dialéctica de lo relative y de lo absoluto, desemboca en toda una amplisima perspectiva El problema de ta relacién entre lo relatvo y To, absoluo en rm acme as (Cio Is tapas aia oy Gesaroll o ‘manidad se convietten en elementos sipraNisioricas de. a estructura Perens a” Ei patnlecahamansh cin ue reason te fo enone ia nes ef dear eon, erucira Te naturals? tags diversas formas ide fo conceneia Inmang? en que fas lass, los ind. fas, las épacas'y la. humanidad han tomado conciencia y han luchado. por resolver sub problemas” stoncorpricticos, se conslenen apenas. sirgeh fon formaladar” en’ parte integrente dela’ conetencia, humana por ton, ented ya laboradas ees ae cada individuo puede vivir, tomar con ciencia y concretar los problemas de toda la humanic ia ies. Tek. Bertone "rhea a concenda romintey, 2! plonino. ‘maqutavelisms, Hanter y Fausto, don Ouijor, Josef Sveik y Gregoro. Sams, ion formas lv concinca suri Tistbreamerte, 0 niodos ae. exisencia iin renee xe patos ina pn dma, i pers el Be eee omperaion con aq, resin cones Farjects. nets rmadoe ¥en saan en wagu "oe imertan ota dort pre eles mime ye ip ato ae Independiente de las condiciones hstoricas originartas en que su spate spi cro waar, hmane es ‘neanarsbe de"sus prone pro. tos y de sus formas de existencie: no existe sino eb la totalidad histori Seek protcts ujos que con respecto & did welidad socal no" son cosas» exterfoes yaecesotias, 28 que, n0 s6l0 eX : sea readad toullralesd) burnanas Sno ae su vee lo'brean, © Hacia wa definicién de la naturaleza arguitecténica Con esto Ilegamos al final de un ampli final de un amplio despliegue totalizador inielado a portir de la consideracién cualitativa de la arquitectura y gue ha puesto de memifiesto, en el decurso de ésta, las ins- tancias a dimensiones insospechadas como son la trascendencia 1s y la inmortalidad. * Esta pequeia demostracién de la capacidad de concrecién y totalizacién que la concepcién dialéctica del arte y de la arquitectura posibilita, no ha sido desarrollada con otra pre- tensién que la de sugerir cudl ha de ser su verdadera dimensién Esto es, la arquitectura angultzada desde su dimensién cualitativa, permite, en su despliegue y totalizacién, la consideracién de otras dimensionalidades conexas, como son la tascendente y la intras- cendente, lo imperecedero y lo transitorio, 10 absolut y lo relativo, To universal y lo particular, etc, con lo que una adecuada y co- rrecta comprensién de la arquitectura en su totalidad exigiré el desarrollo de los diversos aspectos y dimensiones que entran cn su concrecién. Del despliegue y de la realizacién del_ movimiento dialéctico entre las diversas angulaciones y dimensiones, desde la subjetiva-objetiva, la genética-estructural, la cualitativa-cuanti- tiva, la del contenido-forma, la esencia-fendmeno, y todos cuantos pares dialécticos entren en ‘su consideracion, surgird en cada mo- mento conereto una concepcién de la arquitectura como rica tota- lidad de las miltiples relaciones y determinaciones, acorde con el gtado de desarrollo de todo e! proceso de ebullicién anteriormente descrito. 2. De la concepeién dialéctiea de 1a arquitectura surge una nueva metodologia arguitecténica El surgir de una concepcién espacial, cuyos elementos funda- mentales se estin perfilando, * exigird como condicién indispen- sable un desenvolvimiento teérico extraordinario, asi como la adecuacién de unas concepciones al alto nivel de las realidades en desarrollo y creacién. La directa dependencia entre los contenidos y las concepci nes globales de la realidad humanosocial, y los del arte y de la arquitectura, obligan a un continuo esfuerzo de creacién tedrica en cuanto alguno de ambos términos, en el curso del desarrollo historico, presenta nuevas dimensiones y modalidades. Por otro lado, la vinculacion de la praxis arquitecténica (como actividad especializada de la praxis general de Ia sociedad) con la visién totalizadora de la realidad que se realiza a través del cordén umbilical de la metodologia arquitecténica (como concre- cién de wna racionalidad mds vasta y general que la sustenta), permite, a partir de su propia plasmacién en la actividad profe- sional, valorarla por su fecundidad y su correccién. 16 Todo lo cual, dado el papel fundamental que desempeha la ‘metodologia profesional (entendida ésta, en términos generales, ‘como wn conjunto tedrico-prictico de concepciones y modos que encauza y dirige el complejo proceso del proyectar y\ del construir) en la creacién del producto arquitecténico, nos lleva a intentar precisar las implicaciones particulares que derivan de las concep- ‘ciones. mas generales del arte y de la arquitectura anteriormente expuestas, Tridimensionalidad del racionalismo _ilustrado Pero, por qué Nevar a cabo una reflexién sobre la importancia de la racionalidad? En la primera parte de este texto hemos que- rido desarrollar a concepcién dialéetica del arte y de la arquitec- tura para conseguir una adecuada comprensin de los hechos artisticos y arquitecténicos, al mismo tiempo que por la potencia creadora ansformadora de la "realidad. ue. dicha concepcion comporta. Pero es preciso aclarar las exigencias minimas que su aplicacién y desarrollo precisan, para que aquellas posibilidades se consigan; es decir, determinar las caracteristicas de la metodo- logia a usar para la creacién de aquellas realidades artisticas y_ar- quitect6nicas, Empecemos centrando la atencidn sobre la concepcién ilus- trada de 1a racionalidad dado su’ peso fundamental en el pensa- miento de Rossi, que nos permitiré aclarar algunos aspectos de la problemética en estudio. ‘La triple dimensionalidad del racionalismo itustrado, que, como define Rossi, podemos caracterizar por: «a) el establecimiento de principios de arquitectura que pueden ser desarrollados sobre bases logicas, en cierto sentido sin trazado; 6) cada elemento viene siem- pre concebido como parte de un sistema; c) este sistema en la ci- dad es la forma, aspecto titimo de la estructura, es distinta del momento anaiitico de éta, y tiene una persistencia (cldsica) que no esté reducida al momento légicor, * coincide esencialmente con la definicién de Viollet le Duc que, «en su esfuerzo por entender la arguitectura como una serie de operaciones ldgicas fundamen- tadas en pocos principios racionales», * enriquece la concepcién de la racionalidad ilustrada con la incorporacién de la dimensién dialéctica, si bien ésta es entendida todavia en términos idealistas. Del andlisis del contenido de estos puntos definitorios del pen- samienio ilustrado se deduce toda la variedad y riqueza de la pro- blematica planieada. Asi, en lo referente al’ primer punto, cabe destacar dos aspectos. 7 Cabria preguntarse: qué se entiende por principios de arqui- tectura, que tanto Ledows, como Viollet le Duc y Rossi reiteran en destacar por su importancia normativa?, gcuéles son estos prin- cipios tinicos? De los ejemplos aducidas por Rossi al estudiar la aportacién ilusivada y la de Viollet le Duc, se deduce que éstos son 0 pueden ser: el cardcter de unicidad del espacio arquitecté- nico, asi como su insercién en el lugar; la realizacién adecuada de la funcién; la satisfaccién de otros aspects menos cuantitativos » més cualitativos; la insercién en una problemdtica tipolégica; las consideraciones compositivas, formales, estilisticas, constructivas, técnicas, climéticas, socioldgicas, histéricas, econdmicas, etc. Estos Principios tinicos, que podemos decir que abarcan todas las com- Ponentes, dimensiones 0 variables que intervienen en un proyecto y en su construccién, en el pensamiento ilustrado estin relaciona- dos, ligados y enhebrados por una concatenacibn de juicios y for- ‘mulaciones 0, por decirlo de una forma mds amplia'y quizé mis exacta, por una racionalidad, que es la que define Ia actuactén del arquitect. Pero el racionalismo itustrado, que arranca de la razén ra- cionalista del individuo atomizado, «presuponia que el individuo puede "servirse de su razbn en todo", y en este sentido se oponia @ cualquier autoridad y tradiciin y ‘queria examinar y conocer todo, con la propia razén. Ademés de este lado positivo, que cons- tituye un elemento permanente del pensamlento moderno, conte- nla también un rasgo negativo por la ingenuidad con que ignoraba el hecho de que el individuo no es sélo sujeto que pone, sino que también es puesto, y de que la razén del individuo ' atomizado, apenas se realiza, produce necesariamente la sinrazin, ya que parte de si misma como de algo inmediatamente dado y no abarca Practica ni tedricamente la totalidad del mundo. La’ racionaliza- cién,y el isracionalismo son encarnaciones de Ia razén racionalis- Por otro lado, refiriéndonos propiamente al aspecto metodo- ogico, si bien en el Renacimiento ya se establecieron unos postu. lados compositivos fundamentados en las relaciones paramétricas entre los elementos arquitecténicos, es en la arguitectura neocla- sica en la que es definido, con cardcter fundamental y decisivo, el aspecto légico y analltico de la composicion arquitecténica. El neoclasicismo define el espacio més bien como resultado del proce- 50 légico de la composicién 0, por decirlo esqueméticamente, @ par- tir de las reglas de composicién y de los elementos arquitecténicos previamente clasificados instrumentalizados, mediante su vux- ‘tapasicién mecinica, nace el espacio estructurado. 18 La verdadera trascendencia de este primer punto de la con- tribucién ilusteada fue el gran porvenir de su procedimiento com- positive, que en cierta manera prefiguraba la metodologia racio- nnalista del movimiento moderno, aunque no podia superar las propias contradicciones sin desarrollar plenamente, a través de su desarrollo histérico, los supuestos cientificos que la definian. ‘Al identificar la validec del método de composicién con los ele- mentos formaies y compositivos que utilizaba, es decir, al confe- Tirles cardcter de eternidad, de validez plena y absoluta (la con- cepcién platinica de éstos permitia tal _intrumentalizacién y eosificacién), el método corrié la misma suerte que ellos al hun- dirse su vigencia historica operativa. En este sentido, es represen- tativa de esta irresoluble contradiccién ilustrada el destino de la ‘arguitectura académica, ¢emplificada por Benevolo en su primer volumen de Ia Historia de la arquitectura moderna, La identifica- cién del mundo formal neoclisico con su metodologia fue la causa fundamental de “su mutua defuncién histérica, a pesar de que, ‘por otra parte, sus raices y su supervivencia han estado conti- ‘muamente presentes en las realizaciones de la arguitectura de nues- tro siglo, como lo evidencian tragicamente los ejemplos de las ‘arquitecturas fascistas y estalinistas que se apoyaron en ella En cuanto al segundo punto de la contribucién ilustrada, iam- bién es un antecedente vilide, que con el movimiento moderno se convertiré en uno de sus postulados esenciales: la dimensién urbana de la arquitectura. Pero por otro lado, hay que sefialar su cardcter limitado, puesto que la visidn de la totalidad o sistema, en cuanto se refiere a la ciudad, venia limitada a la visién de su epoca neoclisica que ignoraba a las anteriores (véase el ejemplo aducido por Rossi, que explica cémo los neoclasicistas no com- iprendian el valor de los espacios géticos de la ciudad, motivo por ‘el cual los destruyeron), si bien era importante que estableciese la consideracién de la importancia del conjunto de la ciudad en Ta situacion y en la. concepcién de la obra arquitecténica aislada Por otro lado, ello no resta, como dice Rossi, su correccién en Ia concepcién de la totalidad ‘entendida como obra de arte, asl como la validec del discurso tipolégico general de los hechos ur- anos. Por tiltimo, en lo que ataie al tercer punto, la distincién de que la forma es distinta del momento analftice, es ain completa- mente valida, y es la que ha permitido la supervivencia de esta concepciin frente a Ia embestida del pensamiento sociologista que queria reducirla a mero subproducto; pero al mismo tiempo no satisface la formulacién global correcta de que es en la wnidad de 19 Ja praxis general de Ia Inmanidad como se resuelve plenamente esta dependencia y autonomia Hacia wna superacién de ta racionalidad racionalista Con esta reflexion sobre la_tridimensionalidad de la _razén arquitectonica ilustrada —como forma particular de la razén ra- cionalista general que la engloba-, en la que se ponen de mani- ffesto algunos de sus caracteres definitorios, podemos percatarnos ‘mejor de la importancia de la contribucién de Viollet le Duc, que como seRala acertadamente Rossi, representa un gran paso ade- Tante en el camino de ta formulacién de una metodologia arquitec- ténica actual. ‘Su pensamiento comprende ya una dimensién totalizante en Ia que pone en movimiento, no solamente el aspecto tebrico, sino también su desarrollo y realizacién. “ Pero aquella totalidad es ‘ain un proceso dialéetico idealista, por cuanto en la consideracién de la interaccién entre los principios de arquitectura y su realica- cién, concibe a esta iltima muy mecénicamente y no como la ac- tacién que se inscribe en un proceso globalizador en que la interaccién y la mediacién, tanto légica como dialéctica, de los términos que entran en su consideracién (la teoria arquitecténica y su materializacién como consecuencia de una voluntad que per- sigue unos fines y del desarrollo efectivo de las acciones precisas para conseguirlos) se desarrolian y realizan como creacién y ex ‘presién, por lo que no puede dar toda la importancia a la raciona- Tidad como realizacién de la verdad. Pero es con Rossi, que parte implicitamente de la concepcién dialéctica del arte y de la arquitectura, que Negamos a la formu- lacién mds préxima de la razin dialéctica referida a la actividad arquitecténica, y que sintetiza cuando dice: «La creacién huma- na y el utensilio forjado parecen, por lo tanto, encerrar los hilos de este razonamiento en una visién de ta arquitectura basada en lo concreto; a través de una visidn totalizante que constituye quizd Ia aportacién del artista». ‘Aunque Ia reiteracién. mantenida a lo largo del texto, en ex- cpresiones como: «Me inclino a creer, por lo tanto, que el momento principal de un hecho arquitecténico esté en su técnica, es decir, en los principios auténomos segin los cuales se funda y se trans- mites, * y «el mundo de la arquitectura puede desarrollarse y ser estudiado ‘en su sucesion légica de enunciados y formas», ° puedan hacer creer en la permanencia de una influencia del pensamiento ilustrado atin no superado, ™ 20 Por todo lo cwal, si la razén dialéctica como forma correcta que sustente la metodologia arquitectinica es entendida adecua- damente," creemos que posibilitard el poder ofrecer vastas pers- pectivas de contribucién de resolucién, tanto de las contradiccio- nes propias de Ia arquitectura como de las que afectan a las pro- bleméticas extraarquitecténicas. 3. Acerca del lugar que puede ocupar la ciencia urbana dentro de la urbantstica De hecho, la dimension arquitecténica de la ciudad sélo cons- tituye la hipétesis del ensayo de Rossi, el cual esté encaminado a establecer los fundamentos de la ciencia urbana, Este esfuerzo central, que a muestro entender constituye la aportacién mds decisiva que se ha hecho en los tiltimos alos en el desarrollo de la urbanistica, es una angulacién de gran trascen- dencia de la que es muy consciente su autor, para quien la proyec- cién que una ciencia de este tipo puede alcanzar es la de «consti- tnir un capitulo de la historia de la cultura, y por su cardcter comprensivo, uno de los capitulos principales». ‘Las vastas perspectivas que una tal concepcién posibilita. nos sugieren evar a cabo, aunque sdlo sea esqueméticamente, algunas reflexiones en torno al lugar que puede ocupar la ciencia urbana en el conjunto de la wrhanistica, lo que en cierta manera ha de ‘constituir un marco de referencia més amplio donde encuadrarla. Intentar precisar el lugar que ocupa la ciencia urbana en el conjunto. de’ la urbanistiea exige una definicién conveniente de los dmbitos 0 disciplinas que entran en su relacién. Pero esto es muy problemdtico, dado que el nivel de desarro- los diversos y contradictorios de las concepciones y teorias de Jo wrbano y de la actividad urbanistica no hace més que reflejar una situacién de profunda crisis de crecimiento, por lo que si la relacién entre la ciencia urbana y la urbanistica es problemdtica, nuestro intento se vuelve més dificil y arriesgado en cuanto exige el replanteo del conjunto de fundamentos del quehacer urbanistico, es decir, su definicién, asi ‘como una profunda revisién de ta problemética urbanistica, si es que en verdad pretendemos asen- tarnos sobre bases firmes. Parece que el camino correcto para la investigacién de la na- turaleza de los hechos urbanos que pretenda fundar wna teoria de étos habria de abarcar el estudio del fendmeno urbano en si, de Ia ciudad en si misma (lo que parece ser la bptica dominante 2 aadeptada por Rossi, que at , cargar el acento en el resul i dando un poco el. proceso de formacion de los hechon bono, puede valorarlo més atentamente’ desde el punto de vista contem- lative, asi como pormenorizar extensamente en sus fuentes ¢ Imepreaciones diversas, y hacerse cargo, al propio. tienpo que marcos disciplinares en que aguella’ teoria se desa 1a ‘actividad 0 actividades especifioas a través de. Tas alee se toma conacimieno, de ‘la problemdica ‘en extutlo. Por lo demds, or de estudio tendrla que basarse en el desarrollo del proceso diaeico entre os dos nivees antes “apuntaos, "mee aa wimiento donde puede resolverse la problematica Por otro lado, ta inde , la indagacién sobre ta naturaleca de arbanos (que noes mds que otra forma de rapintar ne es a cludad? ), planeada en términos de dtcemimieno esencial Profinde, eige wna angulactin flosifica para ser comesada de cuadamente, puesto que el conocimiento de ia realidad urbana (que en mustros dias constinye uno de los sectores mayoritarias e la realidad humana, debido al acelerado proceso. de la rb rzacién del hombre) de su estructura, solo. puede ser comprem- dds cabalmente a ‘mavés ‘de su consideration global antarta, como, ftlided fincon en que slo la flosofa, come actividad ‘ carrolla en términos ‘de tema mi Inegrona de las poraciones tentzad de las” eens ope eas puede dar respuestassatfactrias re lemente una consideracién — metodoldgica i com at els reli ebidar ningin aspeta, 0 al menos ninguno de. fos més signif ates que comprenden Ia realidad urbana, condiciin sta bli sada en todo intento de defnicion integradora 1, plarteadas en conjunto las exigencias : que hay que consi- dlerar en’ el trabajo de invetigaciin sobre la ciudad, estuenaton remos als e i Tomes algunas consderaciones” importantes que de tal estudio. se Naturaleza de los hechos urbanos Que el fendmeno urban un fendm jc dicwri.y" mittudinro, emplaxs ser agar conkin ee ca ns {eflaién sobre el tena, Su multidinesinalided hay ‘eorias ‘que explicita tesis de sus exégesis; pero casos en que tales fundamentos han vido. desarrollados, no i ms 22 Togrado precisar exactamente de qué grado de complejidad se trataba, ni el alcance exacto con que cabia considerar los conjuntos expuestos. No cabe duda, por otro lado, de que nos encontramos frente a uno de los nudos més espinosos de la problemdtica urbanistica, y gue sin el recurso de una fundamentacién filosifiea correcta nos. arriesgamos a faciles esquematizaciones, moneda tan corriente de estos desarrollos, si bien ello no debe arredrarnos a plantear ‘esta problemdtica en el conterio que exige [a naturaleza de los hechos _urbanos. "Para el desarrollo inictal del tema, wn planteamiento metodo- Idgicamente correcto podria ser la consideracién fenomenolégica de la cludad, que como «modo de percepciém» expusiese la globa- lidad del hecko urbano en su conjunto. Para ello nada mas facil que Inndimnos en Ia multiplicidad de la vide urbana de wa cual- quiera de muestras grandes ciudades, de incorporarnos vitalmente @ su intenso torbellino, y con ojo critico y avizor intentar percatar- nos de cada detalle, de'cada parte, de las visiones parciales, esque- ‘méticas; en suma, de cuantas perspectivas cotidianas, locales, glo- ales, parciales y especificas podamos abarcar. ‘De la percepcién de esta totalidad confusa, _multitudinaria, amalgamada compleja, sélo una conciencia profundamente cri- fica, tras un largo y arduo proceso desmitificador e investigador, puede llegar a desentrafar. A nosotros nos ha costado cinco aiios ‘de esfuerzos; pero de hecho este periodo es mucho més largo, ‘puesto que es el resumen de todo el esfuerzo de la humanidad, fl menos de aquella que nosotros hemos Ilegado a conocer direc- jamente y cuyos trabajos nos han ayudado a formarnos (entre otros muchos recordamos concretamente el sentido _testimonio de Arthur Korn, que en su escueto prélogo resumia su trabajo La historia construye la ciudad como la sintesis de veinte atios de esfuerzos sobre este monstruso y magnifico fenémeno que es la ciudad), Decir esto no es pretensién, es profundo reconocimiento y gratitud. “Asi pues, para nosotros la chudad, en un sentido amplio, ” por abarcar «asi> todo lo real, es decir, una totalidad que engloba un mayoritario campo de la realidad, precisa ser concebida como im proceso wmitario de realizacién y de reproduccién espiritual de ‘aguéllo, 10 que en términos més precisos se expresa como totalidad conereta. * ‘La consideracién de la ciudad como totalidad concreta (y por ello forzosamente multidimensional y polifacética) es una concep- cién de la realidad urbana que’ pretende ser omnicomprensiva, 2B Bibitecas Universidad Autonoma de Ciudad Juarez ssin que se quede ningin aspecto 0 variable fuera de su considera- ibn. Tradicionalmente las voces latinas urbis y civitas han sinteti- zado admirablemente 1a doble dimensién esencial de los hechos urbanos, esto es, su dimensién fisica y construida, y su dimensin politica’ y social. Pero moderiamente, al englobar la ciudad un radio cada vez més amplio de la realidad, se le entrecruzan e inter- (fieren otras dimensiones 0 aspectos que la complican cada vez ‘mds. Asi, los aspectos literarios, sanitarios 0 circulatorios, entre otros, pueden tener tanta naturaleca de legitimidad al reflexionar sobre el fenémeno urbano como las otras dimensiones tradicio- nales. Ello se pone claramente de manifiesto al considerar la evo- lucién histérica de! proceso de urbanizacién, pues si bien desde que empezé la vida urbana siempre ha existido la problemitica de su expansién (atemperada en cada caso concreto al lugar y al momento histérico de gue se trate), ha sido su moderna expansién acelerada la que nos ha permitido descubrir Ia vastedad de la realidad urbana, De tener conciencia principalmente, en cada época determinada, de un nicleo central de ta problemética urbanistica, ‘como es su doble dimensionalidad arquitecténica y social (aunque mds correcto serla decir que histéricamente la’ realidad urbano siempre se ha dado como totalidad, en a que, aunque no formu- Tadas explicitamente, todas las dimensiones estaban presentes), con el decurso hisiérico se ha ido desarrollando un proceso de com- plicaciin y enriquecimiento tanto de la problemdtica de la ciudad como de la actuacién urbanistica, tanto de la toma de concien- cia® como de su intervencién para resolverla, con lo que se han ido revalorando, descubriendo y diversificando variables como Ia higié- nica, la circulatoria, la psicolégica la paisajstica, la plastica, la econdmica, la métrica, 1a literaria, la orgdnica, y tantas como adjetivaciones operativas puedan concebirse de la ciudad, En este proceso, * al mismo tiempo que se fue tomando conocimiento de la complejidad, ” de la independencia, del movimiento dialéctico entre las partes 0 aspectos, fue posible legar a la concepcion tota- lizadora de la realidad urbana que la explica como proceso de conocimiento genético-estructural de la totalidad concreta. ts ents rea omo concern dldcematyaie del eect micato. de To roa! (eye dependence, reapecto dela problemaica onologica Ge la realidad. ya Semas subrayado. replicas veces) significa por 0. tanto, Seo et ican coment son Wo deisel dee seudocon: redtin yd de ‘ parent fics abet del ferémera, el Conocinients desu anténicn objetsitlad: en segindo lugar, ef conocimiénta 24 del caréeter histérico del jenémeno, en el cual se manifiestan de. modo pécu- liar a dialécticn de 10 singular y lo. general humano; y por tltimo, el. cono- ccimiento del contenido objetivo y del significado del fendmeno, de sy fancion objetiva y del lugar histérico ue ocupa en el seno del todo social. ” Estructura de los hechos urbanos y la tematizacién de la ciudad El conocimiento de la multidimensionalidad de la realidad ur- bana solamente es posible mediante su valoracién, «No es posible captar de innediato la estructura de la cosa 0 la "cosa misma” ‘mediante la contemplacién 0 mera reflexién. Para ello es preciso una determincda actividad. No se puede penetrar en la "cosa mis- ma” y responder a la pregunta de qué es la "cosa en si misma’ sin realizar un anélisis de la actividad gracias al cual es com- prendida la cosa, con la particularidad de que este andlisis debe abarcar el problema de la creacién de la actividad que abre el acceso a la ‘cosa misma". Esta actividad son los aspectos 0 modos diversos de la aptopiacién humana del mundo.» ® Estos. modos.diversos de apropiacién de la realidad que se fundan en ta «escisién del todo», permiten aislar los aspectos ‘0. dimensiones del coniexto (totalidad) confiriéndoles la autonomia precisa para poder ser adscritos para su estudio a wna ciencia ‘especifica. A cada ciencia especifica corresponde un modo propio de apropiacién del mundo, que comporta a su vez tanto una inten- cionalidad como un sentido especifico. Pero ello no debe llevar a confundir que la dimensién que abar- ca cada marco disciplinar operative es la iinica dimensién esencial de la realidad (error cometido por el positivismo, con lo que reduce la inagotabilidad del mundo objetivo a la sola realidad con que trabaja), sino que mediante ta oscilacién dialéctica entre los hechos y Ia totalidad cuyo centro mediador activo es el método de inves- tigacién, " hay que alcanzar la visién de la realidad en la totalidad de su ‘concrecién Ast, referidos a muestro campo de estudio como ya apuntamos anteriormente, podemos decir que las dimensiones de la ciudad basicamente son dos, la artisiica y ta histérica; aunque en un desarrollo. més preciso convendria especificar lo artistico y lo ar- quitectonico; y en la histérica, lo econémico y lo social, si por concepeiin de lo histérico entendemos la wnidad fundamental de To humanosocial Esta dualidad de to urbano se funda tanto en la naturaleza obje- tiva de los hechas urbanos como en el modo especifico en que 25 éstos son apropiados y creados. Estos modos especificos de acceso a@ lo real urbano serian, por lo tanto, el artistico-arquitecténico y el histérico-econémico-social, en el que el primero desempefia un papel fundamental e insustituible, como avertadamente_sehala Rossi en repetidas ocasiones. Del papel que desempeia el arte y la arquitectura como medio de conocimiento de la realidad urbana, y la de fundamentacién de una ciencia urbana que tal conocimiento posibilita, el contenido del presente libro constituye su mejor alegato, Por otro lado, para la comprensién de los aspectos histéricos, econémicos y sociales de la ciudad, solamente a través del desa- rrollo de las actividades de las disciplinas especificas (la historia, Ja economia y la sociologia) Hegamos a descubrir Ia estructura tematizada de’ la realidad urbana. ° ‘La tematizacién de la ciudad en sus aspectos mds esenciales, realizada a través de su sectorializacién especifica, y por lo tanto de su. desenvolvimiento disciplinario tanto tedrico "como _priictico, ha de ser sélocomo una primera fase del método de estudio, La segunda fase seré la integracién, el proceso dialéctico, que consi- dere el movimiento de todos los aspectos y problemas, de todas las relaciones interdisciplinarias y de todas las especificidades; en suma, de todos los hechos y Contradicciones. En un intento de precisar la caractericacién de estas etapas convendria sealar que la angulacién de la realidad urbana desde cada ciencia especifica, y la reconsideracién desde cada perspectiva disciplinar de la misma’ realidad urbana, es tan inagotable en con- ‘sideraciones, relaciones y contradicciones como lo era antes desde ‘o1ro punto 'de vista. La realidad urbana no se agota en cada wna de las angulaciones, sino que solamente se concreta en cada mo- mento del estudio como fruto de un proceso del conocimiento genético-estructural de la ‘realidad. Surge agui de nuevo, aunque a una escala mucho més global, Ia problemética que ya se planteaba al estudiar las concepciones del arte y de la arquitectura, esto es, la problemdtica de las rela- ciones entre las dimensiones supraestructurales. y estructurales de la ciudad. EI gran acierto del planteamiento de Rossi consiste en que, en la biisqueda de wna fundamentacién de la ciencia urbana, a partir de la dimensién arquitecténica_y por extensién artistica de la ciudad, a Ia par que descubre la autonomla de los hechos urbanos en su aspecto de realidad construida, valora adecuada- mente la trascendencia de la politica, la economia 0 lo social, * como variables esenciales de lo urbano. 26 La conflisividad entre los términos arguitecténicos y econd- micos, para centrar especificamente una de las contradicciones que dentro del pensamiento sociologista es irresoluble “ en cuanto se plantea dentro de una concepcién totalizadora, es claramente re- suelta por concebirse en la unidad de la praxis sociohistorica hu- ‘mana en general y de la praxis urbanistica en particular. Sola- mente una explicacién del significado de la pratis y del trabajo en la creacién de ta realidad humana, desarrollada en toda su exten- sin y profurndidad, puede hacer ver claramente que el monismo ‘antes’ seftalado es fundamental en la concepeién dialéctica, lo que permite plantear y resolver correctamente el problema de la auto- nomia y de ia dependencia de las variables urbanas en términos de resolucién dialéetica. Con to que seré en Ia unidad de la praxis objetiva de ta huma- nidad y de la wrbanistica en particular (que es al mismo tiempo Ta créacién y su concepcién de la totalidad de las concreciones de la ciudad) es como seré posible integrar sus varios modos de ‘apropiacién en un proceso totalizador de angulaciones interdis- ciplinarias donde el movimiento dialéctico entre todas las esferas » variables han de permitir la creacién de sintesis plenas. El cometido de Ia tesis de Rossi, como ya hemos sefialado, consiste en esclarecer la naturaleza de los hechos urbanos puesta al descubierto mediante el estudio del tipo de relaciones existentes entre la dimensién arguitecténica y las dimensiones econémica, histérica y politica, y del descubrimiento de la autonomta de la primera, ‘elaborar todo un cuerpo teérico al que ha denominado ciencia urbana, Para nosotros, que dl proponernos la redaccién de estas notas nos planteamos el lugar que podia ocupar la ciencia urbana dentro del ‘conjumto de la problemética urbanistica, de tal forma que esta dimensién epistemolégica, planteada en términos amplificados de la siguiente manera jla ciencia. urbana puede ser el cuerpo twérico tinico 0 més importante de la actividad urbanistica (urba- nismo)?, jabarea toda la problemética del urbanismo?, ha desen- cadenado ‘toda ta tensién que nos ha mantenido a lo largo de este intento de resolucién de dicha problematica. Nuestra conclusién es que la ciencia urbana, 0 ciencia de la ciudad planteada por Rossi, es la consideracién y andlisis critico de la ciudad, desde el punto de vista especifico que entra en su consideracién: la dimensién arquitecténica de la ciudad Dicho de otra manera, la ciencia urbana es la reconsideraciin de todos los aspectos del hecho urbano desde 1a perspectiva disciplinar pro- 27 pia que busca establecer las relaciones y definir la estructura de Ja ciudad. Por otra parte, la ciencia urbana es un capitulo fundamental, el mas importante, ° habida cuenta de la esencialidad arquitects- nica de la ciudad, dentro del cuerpo tedrico del urbanismo, que con el descubrimiento, la incorporacién y el enriquecimiento de Jos otros aspectos 0 variables del hecho urbano permite alcanzar una concepcién de la totalidad mds cierta y cientifica. A la vez, con la incorporacién de la concepcién dialéctica de la realidad urbana como totalidad concreta, creemos que puede formularse uno de los conocimientos més completos realizados hasta el presente. Cabe por tiltimo, y como la mds importante, una considera- cidn de la ciencia urbana en st misma como la expresada al iniciar el presente capitulo, que la contemple como totalidad independien- te que es ta forma habitual de ser vivida por la sociedad (desde su explotacién’ folklérica y turistica, hasta su contribucién esencial ‘en la creacién del espacio urbano), y cuyo aleance el propio Rossi hha determinado con verdadera nitidez: «el de poder constituir un capitulo de la historia de la cultura, y por su cardcter comprensivo, tno de los capitulos principales». Esta es la angulacién adoptada por Rossi en el presente texto La actividad urbanistica La consideracién de las actividades a través de las cuales se ha tomado conciencia del hecho urbano primero, y se ha descu- Bierto su naturaleza después, ha de tener en cuenta que la eiudad como manufactura es fruto principalmente de una préctica espect- fica: la praxis urbanisiica 0 urbanismo. Pero no es sélo a través de esta actividad urbanistica como se ha ido formulando tedrica y précticamente la ciudad (acompahada ésta por toda la proble- ‘mética social de nuestra época), sino que no hay que olvidar toda una serie de actividades diferentes como pueden ser la higiénica, Ja administrative, la comercial, la de los servicios, entre otras, que. interviniendo en la problematica urbana con sus problemas especificos, han hecho también ciudad, y como elementos esencia- es de la vida urbana no cabe ignorarlos. Diciendo esto, no ignoramos que es el conjunto de la praxis social, como englobadora de la diversidad de practicas desarro- Wadas, la auténtica creadora de la ciudad en su totalidad. Pero precisamente porque se trata de wn conjunto estructurado que presupone la existencia de diversidad de niveles 0 campos, la 28 exclusiva referencia que hacemos de una de estas dimensiones (fundamental para el propio ser de la ciudad), ni ha de absoluti- zarse como inico y exclusivo protagonista del hecho urbano, ni ‘minimizarse frente a una concepcién del todo urbano definida por sw abstraceién (como realiza H. Lefebvre en su Le droit de la ville), ‘sino que en su justa acepcién, como concrecién de una de las for mas de la praxis social, no hace mds que corroborar la concepeién de la esencialidad de la sociedad como nica y exclusiva autora, Continuando con lo dicho al principio, diremos que el plantea- miento de ta actividad urbanistica puede angulizarse desde muy diversas perspectivas, desde las maximalistas a las reduccionistas, y de su andiisis pueden surgir consideraciones positives que han ‘de servirnos para esclarecer su conocimiento en un intento de precisién del mismo, ‘Asi, a partir de la focalizacién de la actividad urbanistica, ‘puede hacerse derivar todo un planteamiento coherente del ur- ‘banismo, como éste que ha sido formulado concretamente: Toda justifeaciin, pues, de la clenca wrbanistica habré de partir de ta referencia ‘a un quehacér ontoldgico previo. Y esta actividad préctica seré a ie dtr el eogue sapefic.de slo wrbaniico: por lo tanto, mode, Trsirumentos 9 acitdes con fos que la urbanistica se dcerca alos hechos. © Un tal planteamiento es en la precision de los aspectos mds operatives de la problemética urbanistica, como puede ser la consideracién: «El método genéricamente urbanistico es el pla- neamiento», y sus ulteriores concreciones. * Pero ia’ consideracién de la operatividad de la actividad ure banistica en cuanto es amplificada en su importancia, 0 més co- rrectamente, en cuanto es entendida como operativismo o deifica- cién de la actividad por la actividad misma, conlleva a un olvido de su produc: la ciudad, que de esta forma se cosifica Esie extremo es de suma importancia. ¢Cémo puede convertir- se la consideracién de la actividad urbanistica, cuya aportacién a Ia definicién del urbanismo como praxis especifica es exencial, en una concepciin mistificadora? Solamente sien la base y en el contexto en que tal concepcién se desarrolla, existe wna’ realidad y una concepeién de esta realidad que sean reduccionistas En un contexto social donde las realizaciones urbantsticas han de hacer frenie al dilema de quedarse en el papel 0 de concretarse en sordidas realidades epigdnicas, esté claro que el recurso que Te queda a la actividad urbanistica es el de su propia deificacién, superado el pensamiento idealista que considera al contexto de la 29 teoria como tinica realidad valiosa. Deificacién Aezse sobre los supisios tana de la Wretcranciadefot sop Perna incite iprsan en la esencalidad "del resultado "como Iutsacion te gi proPlproceso de creacin, como de la abso. z terminada “concepcién de la naturalesa de lor Asi, la sobrestimacin de la realidad econts ciudad, como dimensiin.esencial fae tac bawgne toa perce ot si eo Te baad. y SEOs direciamente operatives, como pueden’ ser J ieisaneda » deiniciin del programa, el anilsis de problemas Pros ropuesia de objetivs; comporta. al mismo. tiempo, rope Cia ga cmsideracion de a dimensin "arguitectnica dela Said lgue puede concebiria segin cualquiera de tos. reduecionie 9.1 estrctralisa). ast como “hacer tab sane Fa passa detrminante que para 1a defnicion de. esos, mimmos aspen nt ara la correcta formulacién teérica de la urbanisica miedo, portar los aspectos comprendides por la ciencia urbe Pt" Exigencias de wa teoria urbanistica cientifica Dada la naturi i ferada- Seba ie maturaleza especifiea de lo urbano, que reit rictica de una ‘teria ‘irbanistca elentfca oy alization Posie una toria urbansica’clenticad "Stn mo es fn Tespuesta a este timo interrogante cabria decir de modo general, como una primera aproximacién, nos aproxima a ion ma ciasiepckina a una angulacién més unitaria de aquella.dicotomi icamente antagénica de teoria-prictica ee Desde esta perspectiva, dicha compenetracién es osiblidades de una teoria cientfica ‘del wbanisno tint ips ‘bas se interfieren y se condicionan mutuamente. Por ello, la teor ademas de tener conocimiento de la realidad urbana en su co plejidad," y de saber el lugar que ocupan cada hecho 0 conjunto de hechos ‘en la totalidad de la amplia materia que se estudia, es ‘guia de la accién urbanistica, y como tal, precisa de la definicién de unos fines y la adecuacién de unos medios de accién a emplear ‘obtener estos fines (con toda la implicita dialéctica entre fines-medios), 10 que permite incorporar dentro de la constitutivi- dad de lo teérico toda la rica problemética de su realizacién. Por otro lado, las posibilidades de existencia de una teoria cientifica urbanistica dependen de que ésta haya superado la natu- raleza ideolégica de su fundamento te6rico. Si por ideologia entendemos cierta representacién de lo real, pero necesariamente falseada por su tendenciosidad (que viene determinada porque su fin no es el de proporcionar el conocimiento objetivo de la realidad urbana, sino que dada su funcién subordi- nada a los intereses de la clase en cuyo contexto se produce la cultura y por lo tanto la vida tedrica es una representacién mis- tificada en vez de una reproduccién racional de la ciudad), y al ‘mismo tiempo tenemos presente la triple dimensionalidad que la ideologia puede llegar a alcanzar, como ha dicho L. Althusser, * de ello deriva el que, teniendo en cuenta el contexto de donde han sur- ‘gido la mayoria de las formulaciones tedricas del urbanismo que se han realizado, podamos decir que éstas no son sino diversas formas ideol6gicas del urbanismo. Pero, gcémo se puede superar la ideologia urbanistica? Kosic para quien la seudoconerecién se identifica con la ideologia, ha dicho a este respecto: «La destruccién de la seudoconcrecién como método dialéctico critico gracias al cual el pensamiento disuelve las creaciones fetichizadas del mundo cosificado e ideal para alean- zar la realidad, es sdlo el segundo aspecto, el reverso de la dialéc- tica como método revolucionario de transformacién de la reali- Posibilidades de 1a ciencia urbanistica Esta interdependencia entre todos los factores que definen la teoria ciemtifica urbanistica que nos plantea Kosic presupone la adecuacién tanto de su correcta concepcién a la naturaleza espe- cifica del campo de su realizacién, la ciudad, como a esta misma realizacién. Asi, respecto al primer punto, dado el cardcter esencialmente 31 ‘filoséfico, artistico, arquitecténico, histérico, social, politico y eco- ‘némico de la ciudad, la teoria urbanistica esté definida por este caricter, tanto en sus fundamentos (flosofia dialéctica y mate- rrialismo dialéctico, ciencia urbana y arquitectura de la ciudad, historia y materialismo histérico, etc.)'y en sus fines (entre los que tiene un acento preferente el cardcier asistencial, el desarrollo cultural y la apropiacién de la ciudad) como en su metodologia (método” de investigacién, andlisis disciplinares, _ tematizaciones, plan urbanistico, modelistica, etc.) y en las posibilidades de su propio vivir tebrico. En cuanto a la realizacién de la teoria cientifica urbanistica, @ la par que su materializacién comporta la creacién de la propia teoria cientifica, como reiteradamente hemos sefalado; el andlisis critico desarrollado por Lefebvre en su ensayo, * a pesar de su es- quematismo, es decisivo a este respecto. Las realizaciones urbanis- ticas desarrolladas en nuestras ciudades patentizan bien a las claras su correspondencia con una estrategia de clase claramente definida, tanto en sus formas generales (como puede ser la segre- gacién social y espacial, el centro civico como centro de decisiones de la clase en el poder, el problema de la vivienda, las actuaciones urbanisticas de prestigio, etc), como en sus aspectos cotidianos mds préximos (vividos individualmente como partes aisladas ¢ inconexas). Ambos extremos patentizan, repetimos, la sordidez Ja desimegracién como forma general y absoluta de darse la vida urbana, Esid claro que toda teoria urbanistica que deriva de tal con- texto, tanto si es directamente responsable de éste, como si lo rehiiye en formulaciones abstractas, cerradas. y aisladas que pretenden situarse por encima mediante su exclusiva superacién tedrica, no pueden integrarse en una formulacién cientifica del urbanismo, si no es por su negatividad, es decir, por las enseRan- zas que de ella pueden derivarse. Tales teorias no son otra cosa que “ideologias urbanisticas. La ciencia urbanistica, para constituirse como tal, precisa de realizaciones positivas, es decir, materializarse en un contexto so- cial y politico en el que los logros alcanzados sean elementos deci sivos para la transformacién de la realidad y de la vida urbana asi ‘como para la apropiacién de la ciudad. Dicho esto hay que hacer dos consideraciones. Una, que toda praxis urbanistica definible 0 valorable en un sentido general por su progresismo, por su propia estructuracién no niega la autonomia de sus partes 0 dimensiones (que en el caso de los resultados arquitecténicos, por ejemplo, ya hemos hecho explicitas referen- 32 cias), ni agota la multiplicidad de aspectos 0 valorizaciones que puedan hacerse de dicha praxis. i La segunda es que si una estrategia y una tactica urbana co- rresponden a una forma propia de praxis social como la politica (que, en cuanto se deifica como ocurre con Lefebvre, constiuye el ‘medio de transformacién revolucionario de la sociedad); Ia praxis especificamente urbanistica no ha de quedar constrenida dentro de una intervencién tecnocritica, sino que en su justa concepcién, en su especificidad técnica no seré mds que una contribucién, esen- cial, si bien sectorializada, al pleno desarrollo de wna sociedad futura urbana més just. 4. Conclusiones Resumiendo, de la constatacién de que toda reflexién sobre la probleméitica de la actividad urbanistica descansa en la concep- cin que se tenga de la ciudad, que como creacién y expresion de la teoria y de la préctica urbanisticas se interfiere dialéctica- mente con ella interviniendo activamente en su definicién, de dicha constatacién, repetimos, es posible deducir las premisas de una concepcién de la actuacién urbanistica que presuponga la consi- deracién de la totalidad de los términos envueltos en su proble- mética Dicha concepcién podria formularse aproximadamente en estos términos: la praxis urbanistica, como actividad urbanistica, es la unidad dialéctica de la teoria, realizada mediante su materializa- cién, y de la prictica, como presupuesto creador de la teoria; de Ta génesis 0 proceso histérico que abarca la globalidad de su rea- lizacién, y de las contradicciones que la definen; de la objetividad, ‘como realizacién, y de la subjetividad, como protagonista creador de su materializacién, Esta globalidad nada fécil de abarcar, “ podemos desglosarla, ‘para una mayor precisin, en sus niveles mds especificos: —EI urbanismo como pratis urbanistica engloba en su realiza- cién tanto un desarrollo tedrico (Urbanistica), " como un método (el planteamiento), al mismo tiempo que precisa del recurso de unas técnicas urbanisticas que sirven para dirigir su realizacién prictica, El conjunto de las praxis que también hacen ciudad. La ciudad como objeto-sujeto, producto-productor de la pra- xis urbanisticay demés actividades especificas, cabe considerarla 33 como un todo estructurado y dialéctico que se crea y se desarrolla en la multiplicidad de sus variables y dimensiones. * La consideracién de la pratis urbanistica en si misma y en relacién con su producto, la ciudad, replantea, pues, a otra escala, aquella unidad dialéctica, reiteradamente sehalada, que surge en cuanto estudiamos globalmente las partes que entran en la defini- cién del todo urbano, sea cual fuere la angulacién con que hayamos iniciado el planteamiento del problema. Por lo que ha de ser a través del movimiento de todos estos niiveles, dimensiones y actividades; de su proceso dialéctico global » especializado; de su concrecién, en suma, como tendré que for- ‘mularse y definirse la problemética urbana y urbanistica. Melilla, 1968. SALVADOR TARRAGO CID, ARO. 34 ' Karst Kosic, Dialéctica de lo concreto, Ediciones Grijalbo, S. A. Bar- cela iE TI. pe, (Wenn ctalana Diaerca ae ‘oonre) EB Sions: 62, SA, Baresiona, 19%) * Ea problematica de ia tess de Snow de «ls dos culturas» se inscribira en esta perspectiva, 1 sas isencia ete ol ae y I cca ded el punto devia mal no\Togran rebasar ia soncepetbahegchana_ darts Eomo, conocimiento ° tied peo Sin objeto propio.» Ideas estticas de Marx, Editorial Era, “La preguata cgué es la realidad? no et mis que el replanteo del nicleo wend AE el as SIojtnds consttuyendos en" pieno sigo' tel problema central del debate Jiosbtco entablado entre’ el'marxismo’y idealism. * Kosic, op. cit. p. $0 y siguientes * Por base 0 estructura econémica en sustitucién del factor econémico el sociologismo, se entiende wel ‘conjunto de relaciones sociales que los fombres contrach en la produccion "cn su relacion con los medios de-pro- duceidn». KOSIC, op. cit, Pe ISL 7 Kose, op eit. ps Kose, op. ait, p. M8. * Una de, nuestras hip6tesis, que, explicaria el caricter_insatisfactorio de la concepeiénextructuraista dearest de haber surgido sia como luna generalizacion demasiado precipitada de los frutos obtenidos de su jalan al campo ef ‘iertura” Al grey epeiic dela Teraura ‘Corresponds mas exactamente. la conception del arte como forma de cono- Eimigitor gue ma lysate, pistes Ea confusion gel gentico de ada arte ha sido uno, de los mayores obstacufos que han frenado'el desarrollo de las teorias artisticas vintDetinias Estas ono que de especfico tienen al referise al fnémeno artistico "Los conseptos de esencia, trascendencia, absoluto, inmortalidad que uilizamtos. som ajut entendidos deforma esmitficada y’ ene eonteto de lina ‘flosofia materialist. ® Kost, op. cit, p. 145, El iltimo subrayado es nuestro. Nota del autor: ‘os epitetos onno' duténica, grande ete., debieran ser un pleonasmo. En eferminadas cxcunstancias son precisionés necesariasy. © Tema esencial de este libro, Otra esencialidad de Ja arguitectura, /a_dimensién temporal como modo de darse en su Vida real la obra arquitectOnica, es decir, en su forma deer vivide ) utlizada (primera. dimension temporal. de. la arguitectura) Se nd ta conubstancil fied ce espaclotiempe, como’ defnicion enc argc (que por ote lado aio ane de les mayore.fogras Sei ovine, mde, autan soslyados. en jas presentes nos gue Sélo "buscan’ presentar “alguno de Jos elementos” fundamentales del hed arquitectonico! (a forma y su apreciaci6n cualtativa). 35 «£1 templo grego es algo distinto de una moneda. antigua que, al desaparccer ‘el mundo antigua ha ‘perdido su propia. realidad, “su. validez; Sermo ale, yum funcions come, io. de page eitcion de Yaior,Con’ef'hundimiento dct mundo antgu!perdentanbien su realidad lis°tiementos que, cumplian en cl ceria funcigh: el templo. aniguo_plerde S inmediats fUneign social como agar, dextinado ‘a los oficos ivnos, a iis Geremonias religiosas el palaco renacentista ya no es un sfmmbolo visible 4: poderio, fa aulentied sesidencia de un magnate el Renacimicnto, Pero af nBdiee'el' mundo histgaico y quedar abotidas st funciones sociales, temploantiguo ni el palacio ‘refacentiata han perdido su alor artstico, SPor gle? {808 expresion de un mundo. que yaa desaporecido en su isto: HMhads pelo que gue sobrevviendo.enslio? {cémo: yon qué. sobrevive? {Tal véz'como conjunto de condiciones dadas? 0 bien ‘como material traba- fal Yelabordo' por hombres que imprimerda co 01 sue propia ease Tisteskos ‘Una creacién cultural en la que la humanidad ves exelusivamente un testimonio ‘io. e5 propiamente una ‘obra. La paricularidad. de esta’ consiste precisamente en que noes. -ante todo 0” Gnicamente—un testimonio de Ei tiempos, su palticularidad estriba ‘en, que, independientepente- de ta epoca 3, la condones en gue surgi "yd Tas ctas taign da esto la‘obra, cs, 0 llegan a. ser, un elemento constitutive de la. existencia dels hhumanidad, de un clase social, det pueblo» Kosic, op. cit, pp. 147, 157 Kosic, op. cit, p. 158 Pégina 19 de la presente obra. " Sentida esta caracterizacién ya sea por su pasividad 0 por su acti vidad, por su introspeceign o por Su extraversion, 'o por todas ‘as diversas Formas ‘de darse el espacio y él hombre, pero determinado siempre por su radical consubstancialidad con el hombre ‘que lo impregna, ‘lo define y 10 rea desde el primer momento del proyectar'y durante toda su supervivenia " Apuntamos dicha cita, por el valor genérico de su pensamiento, ha- bida cuemta de que su contenido, referido a fas formas de conciencia humana, es una ejemplificacion de un enunciado. general valido tanto para las aru fecturas como para las demas formas arlisticas significativas. ® Kostc, op. cit, p. 163. * EI andlisis de la, dimensién cualitativa de ta arquitectura aqui desarro- ado ha ‘sido’ realizado solamente para poner de. manifiesto su aspecto trascendente y para poder Valorar la éxencia de Ia arquitectura y percatarnos dde su rica totalidad. Bero no ha de olvidarse que el presente desatrolio deja'de {ado otros “aspectos inberentes ‘a la. dimension clalitativa que To pone. en relacion ‘con su gimension opuesta: la" euantitativa, con la que Se inter- ere de continyo, y en cuyo desarrollo dialéctico comprende ¥ engloba en Unidad totallzadora” que en’ eada cana Y’ para cada fase ba de_ ter explicado. ‘AB, por efemplo, en! cuanto es considerada. la. diversa_gradacion.cualitativa Gus se afece en 21 conunto de constracciones de mugstis ciudades, se ponen Je manifigso fs, complex y ican matizaciones de las arquitecturas, que Se extienden’ desde tas obras seReras (que son las que la historia de. la uitetura extudi’corientemente) ‘hasta la Inmensa imayoria de. consiru tes de muestras cludades. La sordidez_ del espacio cotidiano, que a la inmensa mayoria de nuestros conciudadanos nos toca.en suerte vivit, es de, por. st Yet dimension cuatativa que po, por su, Regavidad est xenta de Todas las ‘dimensiones ‘anteriormente sefialadas, al quedar estas definidas no sola- ‘ente. por la fagancia "de sus altos Valores. positvos- sno ambien “por {oda ef considerable peso de todas "aquellasnegatividades "que. en unidac Gialgctica en cada casé concreto entran en su defincion ® Fruto de la herencia de lag concepciones espaciales del movimiento ‘modemo, y de la progresiva resolucién de fa dramatiea crisis de éste (debido 36 principalmente a la irresolubilided de Jas. grandes contradicciones que frenan Qidesarrollo, como son, entre tas mds importantes, 1a inadecuacion de las estructuras_ sociales a une forma de’ actuacion arquiteetonica y_ urbanistics hnecesarias para la tealizacién de éstas, asi como el escaso grado de desarrollo de ia industrialzacion de la constriceién que las mismias provocan, etc.) * Tema de este libro, * Pégina 157 de la presente obra. ® KOSIC, op cit, p. MR * Como cits el propio Rossi: Jos «principios de la arquitectura y las mo- dificaciones de Ip real eonstituyen Ia estructura de fa creacion humaia, segin {n'primera defincioa det maestro francés» * Pagina 165 de la presente obra, * Pagina 186 de la presente obra. » Pégina 168 de la presente obra. ™ En este sentido cabria explicar dicha influencia como fruto de un larap estudio por, parte de Rossi de los tratadistas del silo vil a partir devia Incorporteton de Ia. cultura arquitectonica ilustrada ‘a. nuestra ‘cultura farquitectoniea gracias ala abnegada labor de, Emil Kaufmann (valorada por el propio Rossi en, sendos trabajos sobre. dicho autor, en Casabella-Con- Finuit, nuns. 219 y 322). La importante contribucion de M. O ZOUF en "L'ima- 5, de wile che? CSN, Led” nuats, fo 21 "num, 6.1966), aporta i onclusiones para una definitiva revision y actualizacién de’ la’ pro- bblematica ilustrada’ que consideramos, ® eda concepeién metafisica petrfica [.] lo racional__y_ lo iracional, Jools canpoecnaisbiesiy stich csiiea’y tpareusiopreaviat ats sentido hipostasia la, frontera historicamente cambiante del conocimiento, Greacidn humana de’ [a realidad ‘en dow fronteras,ontologicas: ia en de {lo qucional y la entidad de lo-irracional. Por el contrario, la historia de if diaieetce mederna testimonia que’ la raz6n dialécica desiruye esta. from {era histnica'y que: poco poco va ocupando en bien del hombre y. de lo Tactonal, en clamp sentida ge ta palabra, wterritorios» ue Ta razon’ metaft- Si consideraba exclusivs. del rationalism. Lx razon datéctice. es" un pro: ces “tver'y.necesaro dingido. a. conocer plasma ty realidad” de ‘modo ‘que ne. die ‘nada fuera G€ sf por consguente, ey razon tanta de Gisela ae petsamiend com di prtad peaidd, Rumangs Ls fazon ae ia rion consste ene, hecho \denegar te negatvidad. La racion IR dE ute cope ef hecho de prespone ypever fa Deed 10, propio producto. de concebirse a Bi migma amo una contimua nega inidad ifstorice [Bn saber por, tanto, devs} misma, que mut es lanear'y"revober lax contradketonesLa\ rain’ dialed fuera Ter lectestided p tampocer ccmmctbe er rectical fash! Ge at Eis taacooperte fy cuanto realla si racionalidad: esto. es, se crea como. razin.daléctea blac tanto que ‘crea una realidad ‘rational en el procero. strico. Ex foe Sigulte® puntos‘ esencites: 1) El historictsm de'la"tazon. & diferencia de la suprapistoricidad de la tazén racionalista, 2) A diferencia del procedi- ‘miento analitico-computativo de la razon racionalista, que va de lo simple E°Ho"compljo toma Tos punioy de partiga, acepados. de una yer ara Siempre,’ Fars realizar In» sama. del seber humane, 1a razon’ dalectica Procede en cambio del fendmeng a la esencia, de la parte al todo, ctc., Eincibe el’ progieso del, conccineo com. progresa Giatgetito ‘de ta ‘total ‘Zacion, que’ inclaye la eventual revision de fos principios fundamentales. 3) La ie 26m Cee no io sdlo la eee de EG a> skeen: nacional, mente, sino también y S| mistno tempo sel proceso acon raton dela realidad: es deci, la Tealzacion Ge In Hoertad. 4) La razon daiétice 37 es negatividad que sitiia histéricamente los grados de conocimiento ya alc zados.¥ 1g realizacion de la libertad humana, superando tedrica y ‘préctic frente ‘ada ‘grado alcanzado, insertandolo nla totalidad evolutiva. No, con- funde Io relative, con 10 absoluto, sino que co orale la aalectcs dg relative To absolut en ol proceso histrico.» Kosc, op. lt, pp. 12 ¥ 123. Los subrayados son del propio autor. ® Pagina 53 de la presente obra. ™ Para nosotros Ja ciudad, lo urbano, Ia realidad, urbana, el fendmeno urbano yal hecho urbano no, son mas que acepciones' de una misma total dad: la ‘urbe, y en este sentido los empleamos. % El mundo real oculto de 1a seudoconerecién y que, no obstante, s¢ manifiesta en ella, no es el mundo de, las condiciones reales én oposicién.& las fones irveales, 0 en’ el mundo dela. trascendencia en oposicign a jusign, subjetiva, sino el de la praxis humana. Es la comprension ‘de la realidad humanosoéial como. wnidad de Ia produccion y el producto, del Sujeto'y del objeto, de la genesis y de Ia estructura.» Kosic, op. cit, p. 35. % Y, por lo tanto, de creacién del sentido humano de esta problemética es, degi ela sensbiidad, en un sentido amplio respecto a exes problemas Y realidades. Este proceso exigiria considerar toda la historia de la, problemética uubanstien, Qi praxis ‘iibanistica ‘Sela humanidad) para. podétia. explicar ‘orrectamente ” Complejidad que hay que considerar en su evolucién historica, ba- sina SOP hind inh St ESOUERRE Ss lh ENS setogtiae aaa Ae Ie Ai eer dP dl ee Barta seth encircles %* «En consecuencia, la destruccién de Ja seudoconcrecién se efectia come, Produit Saree nan ae Se comes) citmaae' Routes "8 Pte Se sla Pye Mat US ell i: 32 pea eae eh as ity ean, oe See tady Seton att, Spirent Udy a ae Sie See tyates Milas se se o'r eid See Geta haga eatin Tabi nes een ASAD) Waa Leese Rie’ op * Kosic, op. cit, p. 7A, Kosic, op. cit, p. 40. "pay de iepinsfosomprmde se, an ama sis Sat de et Som ta Gen les aint tee Pa) a ake rte me etl Serle tees Pag ttis Sittin yi an nacion ge la unidad de esas diversas. formas de desarrollo.» Kosi¢, op. cit, a & © La angulacién histérica de la ciudad mereceria por si_sola una amplia comin Maid cnt mrt Ree Wie gem aetha ieat abtasct th Ue" ca ee pe Sahat GT as ANSI Paya elo ope Y PoP ti alight che bees pean © Usamos el término tematizacién en el sentido de adscripcién de_un ee “ Tenemos presentes expresiones | rossianas tan caracteristicas como: ca apiteRaL RR USN, nary Pa FR ESR SE Siriaas Asn Laren 38, “ Es esclarecedora, a este respecto, la sintesis magistral claborada por Bemardo Secchi ch cas bases Teorics’ del andliais teioraly Cangsis™ de Tetatwcaras tortor, Editorial, Gustavo Chi, & Ay Baesona A Pennie Sevomponer avs. cconémica de Ja cued a" expensas” de utos Pefuctionismos, que solo la wnaturlidadn fograda a partir del_mangjo cot Hans ae vankbis.ceomoitean, puede, concederies ef minim de-aprecto SeMGnico que" consiguen “centro: del mundo occidental, el cual expresany Grean ull mismo tempo. “ De hecho, Rossi, al considerar los aspectos econémicos, ities hisirigd dei ud otra oy ‘andi eric. para aston ‘ues noes esta ls fal mnsayo), sin qUe se para revabar Enel ae eae ok amedia on sane ts © Tradicionalmente, las teorias abarcadas. ah Ja ciencia urbana han sido el cuerpo teorico y cast exclusive. ea : * Memoria pedagégica, de Mix. SoA MORALES RUB, Pp. 8. «Es, pues, el proceso de crecimiento, la misma dindmica urbana, el jeto de pfaicamcht “yd ht a Yendtacin a Busca come, pla iba- nistico, ‘una forma cstéijea, precisamente el analisis Y Ta programa Eton de at probeso de desarrollo» SoUAARALSS pS. Ne users MANUEL SOLA MORALES, p. 21 + ra ual etl, ol on gion sone Rc Is et ae RON Te LS pee eS eS, agate Fats @ BOTS RN abs eae uci cane pl cae SULT fp abit aha neti rag Siiaie's 28 Mace game Sr cL ane nda a Pee cara Sines ele chatter acids Scop nec Wensum ee Seong tizados de la realidad, tanto si se trata de la fisica o de la ciencia literaria, TAS SEG ae hE ie aed ee seiner Cie com a Peoria wk oes te eae eaten «Se comprende. que toda cencia tenga que romper, cuando nace, con la repregentacion, mistifcadarmistficadora ‘Ge la ideologia: que la ideologia, ee eats nuiuedisora, pueda sabcevivit a Ta enc dado gue’ 3 SBicth mes"er conocintenter Suo'n’desconocimiento social y"objelWvo de Poets ma esschpende manbich que In ciengie no pueda, ep cu Zune, sci, eralaat facia cmp can os fio dee Tgstacon ines ‘no yeian en la ideologia mas que la ilusion (0 error), sin ver en ella la Rston'n fo real sin aor oh elf ia tuncign sal eet union primera ts dseontrie poo enc de ln tiny i and econo- Utes Sek dessnetmieno. Teoria préctodedrca ¥ formactn tears Wdeologia yucky kdeologtca, p. 23. es ae © Kosic, op. cit, p. 3. *“ Entre las que cabe mencionar, sdlo por via de ejemplo, la existenci de un marco stovomica’y Social demnocrstivo. como somieton indispensable para ia objetivieacion de la" informacion urbanistica. ee geet Goes ats Sader a Bl if eae Oey ee cal eeraer ea Kosic. cn estos ferminos: «A diferencia “del conocimicnio.sistematico (que 39 rincipiog, Hadas. on u. prossso sistematicn, de adiign lineal de nuevos jechos, el pensamiento. dialgctico arranca de fa premisa de aue el pensamien- te Ranandse teat, moviendose en espial, donde, cada comienso es bs. facto y_relativo, Si la realidad es un conjunto diaiéetico y estructurado,, el ggoocinient gonereto de Tp. realidad consis, no’ en I sete adicign i unos hechos a otros, y de unos conceptos a otros, sino en un proceso de oncretzacion, que, procede del todo a las pares dé las pares af todo, dl ‘fEnomeno ala ‘esencia y dela csencia af fenomeng; de la, totalidad & las Contadicciones Yd las'contadicetones Ta fotaidad y presisamente en este proceso. de ‘corfelacion en espiral, en el que todos Tos objetos entran en Rrovimiento reeiproco y se iluminan mutuamente, alcanza la concrecion. El Conocimiento disiéetico de la realidad no deja iniactos. los distintos concep- fos en el camino ulterior del conocer; no es una sistematizac on eptos que procede por adicion, una sisiematizacion que se levanta sobre un fee inhutdbie'y de’una vez y"para siempre, sino, que es un proceso en, espi- fal de" compencinacion yesclarécimiento” muiwos de' los -concgptos en el que {a abstracclon (untlateralidad y aislamiento) de 10s diversos aspectos es supe- rade en una correlacion

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