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Ed.Evoh. 2011
A un libro siempre que lo abrimos le exigimos que nos sorprenda. Es posible
sorprender hoy al lector con un libro sobre gladiadores?
Las pasiones y los placeres son los mismos hoy que en el mundo clsico. La
historia y los distintos cambios sociales han ido transformando el envoltorio, la
retrica, pero la esencia no ha variado ni un pice.
Este librito, adems de ser una joya, nos regala unas cuantas sorpresas.
Pone a disposicin del lector todo lo que hasta hoy se ha investigado sobre el
mundo de los gladiadores sin agobiarnos, con rigor y amenidad. Y lo que no es
fcil, sin asomo de pedante erudicin.
Seriamente, no son estos rasgos exclusivos que definan ni a una clase social ni a
una profesin, ni a un atleta de lite, sean esclavos, o ciudadanos romanos.
Pero es que tampoco existe ningn documento que lo valide.
Fernando Lillo nos presenta los espectculos de gladiadores como una cuestin
capital en la vida de la Roma antigua.
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Pero Cicern asista sin rubor y Sneca, el epicreo, con reparos; el propio
Mecenas reclama a Horacio el programa del da. Incluso Marco Aurelio, que
tericamente renegaba de ellos, no tena ms remedio que asistir por obligacin
de su cargo.
Es comprensible una pasin as y hasta sera fcil establecer una analoga con
los espectculos deportivos de la actualidad, pero sera engaosa: los
espectculos antiguos, no eran materia de aficin individual (por oposicin a la
vida colectiva o poltica; tampoco eran placeres exclusivamente populares (por
oposicin a un modo de vida distinguido); ni cosa de ocio (frente a la parte
laboriosa y seria de la existencia), (Ph. Aris en Historia de la Vida Privada).
La pasin por los juegos estaba grabada en el corazn del romano desde
incluso antes del nacimiento. Pareca que los nios se interesaban por los
gladiadores cuando todava estaban el vientre de su madre y que en las casas
no se hablaba de otra cosa, en las escuelas. Los nios jugaban a ser
gladiadores.
Pero el autor, profundo conocedor del mundo clsico en todos sus mbitos,
prefiere acudir a argumentos incontestables, de valor, nos ensea a leer ms all
de las simples apariencias en los textos, en los documentos epigrficos, en los
mosaicos, en los objetos de la vida cotidiana.
Polo responde: