ANTHONY GIDDENS
LA TERCERA ViA
LA RENOVACION
DE LA SOCIALDEMOCRACIA
Traduccién de Pairo Cifuentes Huertas
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Prefacio.
1 EL.SOcIALISMo YSU PosTERIDAD
Lamuerte del socialismo
Lasocialdemoeracia ala antigua
La perspectiva neoliberal
Las doctrinas comparadas ....
Los debates recientes
Estructuras de apoyo politico,
El destino de la socialdemocracia
2 Cinco piLeMas
Laglobalizacion
Elindividualismo
Tzquierday derecha
Capacidad de accién
Guestiones ecolégicas
La politica de la tercera via
3 EL ESTADO ¥LA SOCIEDAD CIVIL,
Democratizando la democracia
La cuestidn de la sociedad civil
u
1B
19
22
5
85
86
95,Delincuencia y comunidad
La familia democratica
4 EL Estapo soctaL invERSOR
El significado de la igualdad
Inclusi6n y exclusion .....
Una sociedad de bienestar positive .
Estrategias de inversiGn social .
5 HACIALA ERA GLOBAL
Lanacién cosmopolita
Pluralismo cultural
Democracia eosmopolita
La Unién Europea
Elgobierno global :
Elfundamentalismo de mercado
aescala mundial
Conelusién
Notas
indice
104
107
9
121
125
132
140
153
154
187
163
167
- 170
173
181
185
195
PREFACIO|
uisiera que este libro fuera una conteibuci6n al de-
bate que se desarrolla en estos momentos en muchos
paises sobre el futuro de la politica socialdemécrata
Los motivas del debate son bastante obvios —Ia quie-
bra del “consenso del bienestar” que predominé en los
paises industrializados hasta finales de los afios sctenta,
el descrédito definitivo del marxismo y los profundos
cambios sociales, econémicos y tecnolégicos que con-
tribuyeron a que esto ocurriera—. Qué deberia hacerse
cen respuesta a ello, y sila socialdemocracia puede siquie-
ra sobrevivir como filosofia politica distintiva, resulta
mucho menos obvio.
Creo que la socialdemocracia puede no sélo sobrevi
vir, sino prosperar, tanto a nivel ideol6gico como practi:
co. Sin embargo, s6lo podré hacerlo si los socialdemé-
ccratas estin dispuestos a revisar opiniones anteriores
mis concienzudamente de lo que la mayorfa ha hecho
hasta ahora, Necesitan encontrar una tercera via. Como
explico en el texto, el término “tercera via” no tiene
particular significacién en simismo ni por si mismo. Ha
sido utilizado anteriormente muchas veees en la histor
ria de Ia socialdemocracia, y también por escritores y-os de tendencias bastante diferentes. Hago uso
de él aqui para referirme a la renovaciGn socialdemécra-
ta —Ia version actual del replanteamiento periédico
que los socialdemaecratas han tenido que ir realizando
durante el iltimo sigio.
En Gran Bretafa, la “tercera via" ha acabado asocidn-
dose a la politica de Tony Blair y el Nuevo Laborismo.
Las convicciones politicas de Tony Blair se han comp:
radoa menudo con las de los Nuevos Demécratas en Es
tados Unidos, y ciertamente ha habido contactos estre-
cchos y direetos entre el Nuevo Laborismo y los Nuevos
Demoecratas. Se ha dicho que “al igual que los gobier-
nos de Thatcher y Major, el gobierno de Blair busca la
inspiracion a través del Atlintico, no a través del canal,
Su retorica es americana, las influencias intelectuales
que han modelado su proyecto son americanas; su esti
lo politico esamericano”!
Esta afirmacién no es del todo cierta. El programa la
borista del bienestar para el trabajo, por ejemplo, quiz
tenga una impronta de estilo americano, pero podria
demostrarse que extrae més inspiracién de los progra-
mas escandinavos de mercado de trabajo activo que de
Estados Unidos. En cuanto a lo que haya de vilido en la
observaci6n, sin embargo, el énfasis necesita ser corre-
gido. El debate en torno al Nuevo Laborismo, siendo vt
goroso e interesante, se ha desarrollado en gran medida
ajeno a las discusiones andlogas mantenidas por la so-
cialdemocracia continental durante algiin tiempo. La
ruptura de Tony Blair con el viejo laborismo fue un lo-
{gro significativo, pero pricticamente todos los partidos
socialdemécratas continentales han realizado un tipo
de ruptura similar,
debate en el Reino Unido necesita ponerse al dia
1n muchos aspectos respecto a los sectores més avanza-
dos de la socialdemocracia continental. Con todo, el
Reino Unido esta también en situacién de contribuir
aetivamente a las nuevas ideas que ahora aparecen. En
lugar de simplemente apropiarse de pautas y nociones
americanas, Gran Bretaiia podria actuar de catalizador
cn la interacci6n creativa entre Estados Unidos y Euro-
pa continental. La mayoria de los paises del continente
no ha experimentado periodos prolongados de gobier-
no neoliberal como los habidos en e1 Reino Unido. In-
dependientemente de lo que pueda haber logrado ono
el thatcherismo, lo cierto es que conmocioné a la socie-
dad britanica, Margaret Thatcher, como la mayorfa de
los neoliberales, no era una conservadora corriente.
Enarbolando la bandera del mereado libre, atacé las
instituciones y ites establecidas, mientras sus politicas
aban consistencia a cambios que ya estaban recorrien-
do extensamente la sociedad. El Partido Laborista y sus
simpatizantes intelectuales respondieron inmediatamen-
te, reafirmando en gran medida viejas convicciones de
inqnierda. Sin embargo, los reveses electorales que el
partido sufti6 por ello necesariamente impulsaron una
nueva orientacién, En consecuencia, la discusién politi-
cahasido de alguna forma maslibrepensadora en el Re-
10 Unido que en los circulos socialdeméecratas del con
tinente, Ideas desarrolladas en Gran Bretaiia podian
tener relevancia directa para los debates continentales,
ya que la mayor parte de éstos se han desarrollado con
tun tasfondo distinto,
Este libro surgié a partir de una serie de discusiones
informales vespertinas entre Tan Hargreaves, GeoffMulgan y yo mismo; quisiera mostrar mi agradecimien-
to a ambos. Originariamente, ibamos a presentar un.
documento colectivo sobre el renacimiento de la social-
democracia. Por varios motivos, este proyecto no se ma-
terializ6, pero nuestros encuentros me inspiraron mu-
chas ideas. Debo dar especialmente las gracias a David
Held, que ley6 meticulosamente varias versiones del
manuscrito y cuyos comentarios fueron cruciales para
la reconstruecién del texto que acabaria escribiendo.
Entre otras personas que me ayudaron mucho estin
Martin Albrow, Ulrich Beck, Alison Cheevers, Miriam
Clarke, Amanda Goodall, Fiona Graham, John Gray,
Steve Hill, Julian Le Grand, David Miliband, Henrietta
‘Moore y Anne Power. Estoy especialmente en deuda con
Alena Ledeneva, que no s6lo contribuyé extensamente
al ibro en su conjunto, sino que me animé a continuar
siempre que me vio desalentado —algo que ocurt
con bastante frecuencia.
To
1
EL SOCIALISMO Y SU POSTERIDAD
ctandeacen en Wha ngun Toy Bras de
Seah ulerda pars igloo loners efogee de
Sirota an tea pole pars responder a one
feormaconaren cordon mei “eve garde
Store eee nee ne
Se es
para producir solidaridad social y prosperidad !. La ta-
Sa eo sole a eens fa pets
repercusién.
Hace ciento cincuenta aiios eseribiG Marx que “un
spectro recorre Europa” —el espectro del socialismo 0
del comunismo—. Esto sigue siendo cierto, pero por ra-
zones diferentes a las que Marx tenia en mente. El socia:
lismo y el comunismo han muerto, pero siguen rondan-
donos. No podemos simplemente desecharlos valores €
ideales que losimpulsaron, ya que algunossiguen siendo
intrinsecos a la vida buena cuya realizaci6n es el objetivo
del desarrollo social y econémico. El reto es conseguir
que estos valores sean tomados en cuenta alli donde elprograma econémico del socialismo ha quedado des
acreditado,
Las ideas politicas parecen haber perdido hoy dia su
‘apacidad para estimular y los lideres politicos su capa
cidad para dirigir: El debate piiblico esti dominado por
preocupaciones acerca dle los criterios morales en decli-
mnes erecientes entre ricos y pobres, las ten-
siones del Estado de bienestar. Los tinicos grupos q
parecen resneltamente optimistas son Ios qu
en que la tecnologia resuelva nuestros problen
el cambio tecnologico tiene consecuencias ambivalen-
tes y, en cualquier caso, la tecnologia no puede consti-
tuir el fundamento de un programa politico efectivo.
el pensamiento politico vaa recobrar sus cualidades es-
timulantes no ha de ser ni simplemente reactivo ni limi-
tarse a lo cotidiano y a lo provinciano. La vida politica
no es nada sin ideales, pero los ideales son vacios si no
se refieren a posibilidades reales. Necesitamos saber
tanto qué tipo de sociedad deseariamas crear como las
formas concretas de acercarnos a ella, Este libro quiet
mostrar como pueden alcanzarse estos objetivos y rest
citar el ideatismo politico,
Mi principal punto de referencia es Gran Bret
aunque muchos de mis argumentos tienen mayor ak
cance. En el Reino Unido, como en la actualidad ocurre
en muchos otros paises, Ia teoria va por detras de ta
prictica. Privados de las viejas certidumbres, los gobi
nos que dicen representara la izquierda estan haciendo
politica sobre la marcha. El esqueleto de su quehacer
politico necesita cubrirse con carne teérica —no s6lo
para respaldarlo que hacen, sino para dotar ala politica
de un mayor sentido de la direecién y el propésito—.
3
Pues, por supuesto, lnizquierda ha estado siempre unida
al socialismo y, al menos como sistema de gestién eco-
némica, el socialismo ya no existe.
LAMUERTE DEL SOGIALISMO
Los origenes del socialisino estén ligados al primer
desarrollo de la sociedad industrial, entre la mitad y el
‘ocaso del siglo xvur. Lo mismo puede decirse de su prin-
cipal oponente, el conservadurisino, que cobré forma
cen respuesta a la Revolucién Francesa. El socialismo co-
menzé siendo un cuerpo de pensamiento opuesto al in-
dividualismo; su interés por desarrollar una critica del
capitalismo vino después. Antes de tomar un si
do muy especifico con el nacimiento de la Union Sovié-
tica, el comunismo y el socialismo se solapaban en gran
medida, cada uno tratando de defender la primacia de
lo social o lo comunal.
El socialismo fue antes que nada un impulso filos6t
oy ético, pero empez6 mucho antes de Marx a tomar
In apariencia de una doctrina econémica. Fue Marx, sin
embargo, quien proporcioné al socialismo una teoria
econémica claborada. También situé al socialismo en el
contexto de una descripeién global de la historia. La pos-
‘ura basica de Marx acabé siendo compartida por todos
los socialistas, independientemente de lo agudas que
fueran otras diferencias entre ellos. El socialismo busca
‘exponer las limitaciones del capitalismo para humani-
zarlo.o para acabar con él, La teorfa econémica del socia-
lismo depende de la idea de que, dejado a sus propia di-
rndmicas, el capitalismo es econémicamente ineficiente,
issocialmente divisivo e incapaz de reproducirse a largo
ismo puede ser humanizado
a través de la gestion econémica socialista dota al socia-
lismo de la mayor ventaja que pueda poseer, incluso
aunque haya habido muchas descripciones diferentes
sobre cémo pueda lograrse tal objetivo, Para Marx, el
socialismo valfa o no segtin su capacidad para crear una
sociedad que generara mayor riqueza que el capitalis
‘mo y discminara esa riqueza de un modo mvs equitati-
Vo. Si cl socialismo esti ahora muerto, Io esti precisa
mente porque estas demandas han fracasado, Lo han
hecho de una manera singular. Durante mas 0 menos
tun cuarto de siglo tras a If Guerra Mundial, la planifica-
cidn socialista parecia algo establecido, tanto en el Oes
te como en ef Este, Un destacado observador econémi-
co, E. E M. Durbin, escribfa en 1949 que “todos somos
planificadores ahora... El colapso de la fe popular en el
laissexfaire ha sucedido con una rapidez. espectaculat..
en todo el mundo desde la guerra”®
El socialismo fue dominado en el Oeste por la social-
democracia—socialismo moderado, parlamentario—,
construidaa partir de la consolidacidn del Estado de bien-
estar, En la mayoria de los paises, incluyendo Gran Bre-
tafia, el Estado de bienestar fue una creacién de la dere-
cha tanto como de la izquierda, pero en el periodo de
posguerra los socialistas lo reckamaron como propio, Dir
ranteal menos algtin tiempo, incluso la planificacién mu-
‘cho mas completa adoptada en las sociedades de estilo so-
viético parecis econémicamente eficaz, si bien siempre
politicamente despotica. Sucesivos gobiernos america-
nos, en los aiios sesenta, se lomaron en serio laafirmacion
+
de que la Union Soviética podria adelantar econémicar
mente a Estados Unidos en ls siguientes weinta aos,
En retrospectiva, podemos tener bastante claro por
‘qué la Unién Soviética, lejos de sobrepasar a Estados
Unidas, se qued6 trigicamente rezagadl, y por qué la
socialdemocracia se top con crisis propias. La teoria
ceconémica del socialismo fue siempre inadecuada, in-
fravalorando la capacidad de! capitalismo para innova,
adaptarse y generar una productividad execiente, El so-