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El historiador Fernando Braudel define lo cotidiano como pequeños hechos que apenas
quedan marcados en el tiempo y en el espacio. Aunque puede parecer que la vida
cotidiana es un conjunto de hechos triviales e intrascendentales, su papel en la creación
de la realidad social es fundamental. La vida cotidiana es la vida más cercana al hombre
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y por esto es la más real, objetiva, transparente, aproblemática y ordenada. Como dicen
Peter Berger y Thomas Luckmann en “Constitución social de la realidad”: "La realidad
de la vida cotidiana se presenta ya objetivada, o sea, constituida por un orden de objetos
que han sido designados como objetos antes de que aparezcamos en escena" (1986:
147). De hecho la vida cotidiana no necesita ninguna verificación a pesar de que esté
compartida con los demás.
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La vida cotidiana es una serie constante de interacciones con los demás. Las
interacciones que fundamentan los contactos interpersonales son un tejido en el que se
fisiona tanto la identidad personal y social del individuo como las relaciones grupales e
institucionales. Las interacciones tienen su propia dinámica. Como dice Amando de
Miguel: "[...] la interacción es un proceso gradual: puede ir desde la simple presencia en
común de los que pasean por el parque hasta la intensa actividad mutua de los miembros
de un comando" (1969: 49-50). Así pues, pueden permanecer como unas relaciones
efímeras o pueden transformarse también en una relación múltiple y multiforme como
amistad, compañerismo o amor.
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tanto las redes migratorias son cada vez más selectivas y centradas en suministrar ayuda
únicamente a las personas del círculo más íntimo. A la vez las relaciones con aquellas
personas que no están dentro del grupo más próximo tienen un carácter cada vez más
competitivo. Ante este proceso los lazos étnicos o basados en el lugar de procedencia
(región, ciudad) antes bastante débiles actualmente lo son todavía más. Uno de los
entrevistados describió la situación en la que uno de los polacos que alquiló una
vivienda a su nombre y la compartía con otras personas les echó en el momento que
vinieron sus familiares. Otra persona interrogada opinó que la única institución donde se
puede pedir ayuda era la misión católica polaca en Madrid:
Ahora la gente no mira si uno es polaco. Hay muy poca gente que ayuda. El cura polaco
ayuda mucho, busca trabajo, hay un abogado español que colabora con el cura y nos
ayuda. Pero entre la gente no es así. Incluso, a veces si consiguen un trabajo gracias al
cura al salir de la iglesia enseguida lo venden (V46, 3).
Los polacos mantienen unas relaciones muy limitadas con los españoles. Salvo algunos
contactos efímeros en las calles o en las tiendas los polacos sólo mantienen relaciones
sociales con los españoles en el trabajo. Sobre esta base a veces se desarrollan
relaciones de simpatía, ayuda mutua, que sobresalen a los simples contactos en el lugar
de trabajo. Pudiendo transformarse hacia lazos de amistad y confianza sobre todo en
aquellos casos de algunas mujeres que realizan trabajos de servicio doméstico y cuidado
de ancianos. Así ha sido en el caso de dos mujeres entrevistadas. Una de ellas describe
como sigue las relaciones en el lugar donde trabaja:
Sin embargo, en general las relaciones entre los polacos y los españoles tienen carácter
efímero y superficial. El factor principal que impide que las relaciones se desarrollen y
profundicen es la falta de conocimiento del español. La mayoría de los polacos conocen
el español sólo a un nivel para los respectivos trabajos que realizan.
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Hay que indicar también otro factor importante que influye en el carácter de los
contactos entre polacos y españoles y es la misma necesidad de relacionarse con los
españoles. Las personas que vinieron con el propósito de quedarse poco tiempo
mantienen normalmente relaciones limitadas a su grupo nacional. La decisión de
quedarse y acomodarse es en este caso crucial para el cambio de actitudes y una
apertura hacia los españoles. Los polacos mantienen relaciones de simpatía y amistad de
forma más frecuente con inmigrantes de otras nacionalidades. En este caso existe cierto
selectivismo. Mantienen sobre todo relaciones con personas de Europa Central y
Oriental principalmente con ucranianos.
Amor
Las españolas no son serias, piensan en tonterías: solo quieren salir, divertirse. No
confiaría en ellas. Las polacas son más serias y responsables e igualmente guapas.
Ahora vienen muchas, se nota cuando sales de la iglesia [después de la misa polaca]
(V21, 2).
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cierta hostilidad por parte de los demás inmigrantes hacia estas personas. A las polacas
casadas con españoles se les consideran como personas que ascienden socialmente por
el matrimonio y no por su propio trabajo. Por otro lado, se les ve como personas que
desprecian a sus compatriotas y de cierto modo traicionan el colectivo del que
provienen. Así lo expresó una de las entrevistadas:
Mi hija trabajaba para una chica polaca que se casó con un español. Lo dejó después de
un mes porque no aguantó. Esta chica se sentía más española que el Rey. Le mandaba
haz esto, haz lo otro, ¿por qué lo haces así y no así? Como si ya hubiera olvidado que 1
año antes también trabajaba con la fregona (M43, 2).
Esta actitud indica sobre todo que las relaciones con los españoles son consideradas
como una vía de ascenso social. Por otro lado, las personas que deciden mantener
relaciones afectivas con españoles tienen que tener en cuenta el posible rechazo por
parte del grupo polaco.
Trabajo y descanso
Trabajo
Las pautas del comportamiento del inmigrante en la esfera laboral están condicionadas
por dos factores principales. Primero está relacionado con la propia condición de
inmigrante económico cuyo objetivo principal es la mejora de su situación económica.
La mejora de su situación tiene su dimensión objetiva, es decir, el aumento de poder
adquisitivo en relación con la situación anterior. También tiene su dimensión subjetiva
(o relativa) que se traduce en una mejora de la situación del inmigrante en comparación
con otras personas, sobre todos los que se quedaron. Hay que añadir que la situación
migratoria deja a los sujetos pocas posibilidades de ascenso social según criterios de
posiciones o estatus social. La única medida con la que se puede obtener el éxito es la
cantidad de dinero que es capaz de ganar y ahorrar. El segundo factor tiene un carácter
estructural y está relacionado con la mencionada situación migratoria. En varios
estudios tanto de carácter teórico como en los basados en el análisis de datos empíricos
se subraya que los puestos de trabajo que obtienen los inmigrantes se caracterizan por
unos salarios bajos, malas condiciones de trabajo, provisionalidad e inestabilidad y
pocas posibilidades de avanzar (véase Martínez Veiga 1997: 179-181; Piore 1979). Las
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entrevistas realizadas para el estudio presentado corroboran esta afirmación. La mayoría
de los entrevistados trabajaban en el sector sumergido del mercado de trabajo, en tareas
que muchas veces estaban por debajo de sus cualificaciones obtenidas en Polonia. Ante
un nivel de salarios relativamente bajos y una alta provisionalidad del trabajo, la
estrategia empleada por los inmigrantes polacos es la de tener varios trabajos, para
asegurarse algunas alternativas en el caso de perder alguno de ellos.
El día cotidiano de las mujeres depende sobre todo del tipo de trabajo que desempeñan
y también el carácter del mismo (externo, interno o "por horas"). La mayoría de las
mujeres polacas entrevistadas trabajan de forma externa o por horas porque esto les
permite mantener varios puestos de trabajo a la vez y maximizar las ganancias,
obviamente a costa de su estabilidad. La flexibilidad en el horario y la forma de trabajo
da la posibilidad de trabajar cuanto se pueda, que en la mayoría de los casos estudiados
es desde la madrugada hasta la noche. Así describe sus días de trabajo una de las
entrevistadas que por las mañanas trabaja en el servicio doméstico de tipo externo
(donde desempeña labores de cuidado de una persona anciana y de limpieza) y por las
tardes trabaja por horas limpiando casas en varios lugares de Madrid:
A las nueve estoy en la casa donde trabajo, a las 12.30 empiezo a preparar la comida y
comemos a las 13.45 ó 14.00. A las 15.00 viene Miriam [la empleadora] y yo salgo
corriendo porque a las 16.00 tengo que estar en la otra punta de Madrid limpiando y así
normalmente hasta las 20. Estoy en casa a las 21.00. Claro que todo esto si se tiene
suerte porque hace 2 meses no tenía trabajo y me tiraba las tardes sin hacer nada
(M41.2).
Otra mujer es trabajadora doméstica a jornada completa que antes de trabajar limpia
portales:
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A las 8 estoy en Plaza de Castilla porque limpio portales en tres edificios. Llego a casa
de mis señores a las once y allí estoy hasta las 9 de la noche. Seguiré así hasta las
vacaciones y después quiero hacer sólo portales por horas porque da más dinero (M43,
2).
Las dos descripciones son emblemáticas para el modo de vida de todas las mujeres
empleadas en este tipo de trabajo, que se caracteriza por: una actividad durante todo el
día; varios trabajos y la disposición a los cambios.
La situación más estable la tienen las personas que trabajan en régimen interno es decir
viviendo dentro de una casa. Entre las polacas este tipo de trabajo no es muy común.
Ninguna de las personas entrevistadas en el momento de realizar este estudio
desempeñaba un servicio de este tipo. En opinión de una de las interlocutoras,
normalmente este tipo de trabajo se aconseja a personas jóvenes y que acaban de llegar
a España:
Siempre hay que aprender muchas cosas: cocinar, hacer la cama de otra manera,
aprender el vocabulario y trabajar de interna te da estas ventajas. Claro que estas metida
allí todo el día y tienes libres sólo los domingos pero para empezar está muy bien (M45,
6).
No tienes otra solución, si quieres tener contrato [el contrato es necesario para ampliar
su permiso de residencia] normalmente te lo dan para media jornada... si te lo dan, pero
tú de todas formas tienes que trabajar 8, 10 ó a veces 12 horas al día (V28, 5).
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único, durante los fines de semana se realizan pequeñas obras de renovación en
viviendas o los chalets (llamadas cziapuzy de la palabra española “chapuzas”).
Al igual que en el caso de las mujeres el día laboral de los varones polacos es muy
intenso y dominado por el trabajo. Así lo describe uno de ellos:
Me levanto a las 6.15 y estoy en el trabajo antes de las 8.00. Trabajamos hasta la 1.30.
Hasta las 3 tenemos descanso y comemos los bocadillos que nos traemos de casa.
Después de las 3 seguimos trabajando y a veces hasta las 8 ó 9 (V38, 3).
La situación no cambia radicalmente si una persona trabaja en otros sectores como por
ejemplo el comercio. Dos personas entrevistadas trabajaban como dependientes. En
ambos casos realizaban también otros tipos de trabajos como cuidado de niños (M23, 1)
y camarero en un bar de copas los fines de semanas (V18, 6). La situación legal
tampoco es un factor que cambia la situación laboral de una forma radical.
Normalmente las personas que tiene permiso de trabajo también realizan otros trabajos
en los sectores sumergidos.
Descanso
Tanto la intensidad del trabajo como el tipo de tareas que realizan (sobre todo físicas)
no permiten un descanso activo y variado durante la semana laboral. Los momentos de
descanso son sobre todo las horas nocturnas. Entonces los inmigrantes ven la televisión,
realizan tareas domésticas o hacen o reciben visitas de amigos y familiares. Las visitas
son un elemento de la vida cotidiana muy importante. Así lo refleja una de las
declaraciones:
Cuando vuelves del trabajo y estás todo el día de pie y además tienes que hablar español
no te apetece hacer nada. Normalmente veo la tele o visito a las amigas. Yo tengo aquí
primas y algunas amigas que vinieron conmigo así que nos visitamos y charlamos
(M32, 3).
El domingo es el único día de descanso y por tanto para muchos de los inmigrantes
tiene una importancia especial. Sin embargo, el domingo para muchos tiene un orden
que se repite casi todos los domingos. Una de las mujeres describió así su domingo:
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Por la mañana voy al mercadillo [mercadillo polaco en Aluche] para comprar revistas
polacas y ver a mis amigos, porque tu puedes ver casi a todo el mundo. Después quedo
con mis amigas y vamos a un parque como el Retiro o uno que está muy cerca de
Aluche. Después vuelvo a casa, como y a las 5.30 de la tarde tenemos misa, entonces
veo a mi hermano que trabaja aquí en la construcción, cenamos en su casa y después me
quedo hablando o vamos a ver que pasa en el centro (M25, 2).
Esta declaración refleja una estructura de domingo que se repite en otras entrevistas. La
visita al mercadillo polaco por la mañana y después la misa polaca son dos elementos
que ordenan todo el día.
Voy al mercadillo incluso si no tengo nada que mandar ni comprar. Allí te enteras de
todo. Cuando hay un trabajo la gente te informa o te vende el puesto de trabajo allí. Te
encuentras con tus amigos y vas a tomar una cerveza. (V53, 4)
Otro momento del domingo es la misa polaca en una iglesia madrileña. De modo muy
parecido al “mercadillo polaco” la misa también es un lugar de encuentro y punto de
información. Hay que destacar la importancia del papel que desempeñan los sacerdotes
polacos. Ellos son los que organizan las redes de ayuda, recogen y reparten información
y coordinan la ayuda a los más necesitados.
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Fiestas
La forma de celebrar las fiestas es uno de los elementos que se mantiene sin cambios y
puede ser considerada un fundamento de identidad nacional de los polacos inmigrantes.
En la cultura polaca las fiestas con mayor importancia son las fiestas de carácter o de
origen religioso. Las que más se celebra en Polonia son la Navidad y las Pascuas. A
pesar de su dimensión religiosa, estas fiestas tienen un importante componente
tradicional que forma parte de la identidad nacional polaca. Las personas interrogadas
subrayaban muchas veces la particularidad de estas costumbres y su importancia para
ellas. Para expresar el carácter específico de las costumbres Navideñas y de la Semana
Santa polaca, los interrogados hablaban de “las fiestas polacas”. Uno de los varones
entrevistados dijo que:
Aunque llevo aquí mucho tiempo para mi la navidad verdadera es la navidad polaca.
Con las costumbres polacas: el árbol de navidad, la comida compuesta de 12 platos, los
villancicos polacos (V 41, 3).
En todos los hogares observados las fiestas (la cena de Nochebuena y el día de Navidad)
se celebran en familia y según las costumbres polacas. Otra forma de pasar las fiestas es
simplemente volver a Polonia y celebrarlas con su familia que permanece allí. Entre las
personas a las que se realizaron las entrevistas 8 se fueron a Polonia durante la Navidad
del 2001. La misma situación tiene lugar en el caso de la Semana Santa, que en todos
los hogares estudiados se celebró de forma tradicional polaca es decir con el desayuno
del Domingo de Resurrección donde se comieron los alimentos bendecidos el Sábado
Santo por el sacerdote en la “parroquia polaca”.
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En la tradición polaca existen otras fiestas de carácter religioso como por ejemplo la
fiesta de la Virgen de la Reina de Polonia el día 3 de mayo (que coincide además con el
día de la Constitución Polaca), el día de la Asunción de la Virgen el 15 de agosto y el
día de todos los Santos. Salvo el día de todos los Santos las otras fiestas no tienen
mucha importancia para los entrevistados. Entre algunos polacos se mantiene la
costumbre de celebrar algunas fiestas populares no relacionados con las creencias
religiosas y la cultura tradicional. En dos hogares se celebró el día de la Mujer (8 de
marzo) con una cena especial[4].
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Las viviendas en las que viven los inmigrantes polacos se caracterizan por su austeridad
en cuanto a la cantidad y calidad de muebles y a otro tipo de equipo doméstico. Los
polacos no suelen comprarse sus propios muebles ni electrodomésticos con excepción
de equipos de música o video. Este hecho tiene muchas explicaciones, por un lado un
factor determinante es la movilidad residencial permanente, que no permite acumular
cosas. Por otro lado son las pautas de consumo relacionados con el bajo nivel relativo
de los salarios y planes vitales, del que hablaré en uno de los siguientes apartados.
También esta cierta austeridad puede explicarse por el exhaustivo ritmo de trabajo de
los inmigrantes.
Otro tipo del manejo del espacio es el dominio del entorno municipal. En las
declaraciones de los entrevistados predomina la seguridad y facilidad con que los
polacos se mueven por todo el territorio de Madrid. Supuestamente este rasgo tiene
mucho que ver con el carácter del trabajo que desempeñan. Tanto el trabajo en el
servicio doméstico como en las obras de renovación requiere mucha movilidad espacial.
Otro rasgo es el interés por conocer bien la ciudad. Siete personas admitieron que los
primeros meses de su estancia a pesar de que buscaban trabajo e intentaban acomodarse
a la nueva situación se dedicaron a recorrer la ciudad y también para conocer algunos
sitios de interés turístico.
En el caso de los inmigrantes polacos destaca un buen dominio general del municipio de
Madrid (y en algunos casos también de sus alrededores) y por otro lado un pequeño
conocimiento de zonas más próximas. A pesar de algunos sitios cruciales como bancos,
cajeros, estancos, correos o supermercados, los entrevistados no prestan mucho interés
por conocer el entorno más próximo en el que viven. Se puede decir que el
conocimiento y la identificación existen a nivel general - municipal más que el local.
Otro factor que influye en este tipo de dominio de espacio urbano es la alta movilidad
residencial de los inmigrantes polacos. Durante las entrevistas tres personas declararon
que estaban buscando un piso nuevo y otras cuatro pensaban seriamente en cambiar de
su piso actual. La continua movilidad residencial está relacionada con las características
de la situación migratoria: estado de provisionalidad e inestabilidad.
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Consumo: gastos y gustos
Las estrategias de consumo de los inmigrantes polacos están determinadas sobre todo
por su situación económica. Esta situación económica se caracteriza por su modestia.
De once personas que se decidieron a hablar de su situación económica actual, sus
ganancias mensuales netas se situaban entre 450 € - 700 €. En el colectivo investigado
la pauta de comportamiento dominante (aunque hay excepciones) en este ámbito puede
denominarse como “el consumo diferido”. Esta pauta de comportamiento consiste en un
ahorro excesivo y recortes de todos los gastos “adicionales”. Dentro de esta pauta se
pueden distinguir tres categorías de comportamiento que dependen sobre todo de la
edad del inmigrante pero también de la situación en la que se encuentra el inmigrante y
su familia:
1) ahorrar a largo plazo para la futura inversión o un gasto mayor previsto en el futuro;
2) ahorrar a medio plazo para mandar dinero a la familia que está en Polonia;
3) ahorrar a medio y corto plazo para gastar dinero en los bienes de consumo como
ropa, equipos de música, teléfonos móviles de alta calidad y viajes de vacaciones.
En todos los casos mencionados la pauta predominante es la de bajar todos los costes de
la vida cotidiana como la comida, el alquiler, ocio, cultura y viajes, con el fin de ahorrar
una cantidad de dinero considerable para un gasto mayor en el futuro. Incluso la mejora
en la situación económica relacionada con el cambio de trabajo o la del aumento del
sueldo no cambia esta pauta general.
En el primer caso se ahorra para poder disponer de una cantidad de dinero considerable
que permita hacer inversiones en negocios o bienes de carácter sólido (como casa,
coche, muebles) o tener simplemente una cantidad de dinero para el futuro. En el caso
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de las personas que no tienen en sus planes quedarse en España el ciclo de ahorro y
gasto coincide con los periodos de estancia en Polonia. Polonia es el país donde se suele
gastar o invertir el dinero. Un caso muy significativo es el de un entrevistado que
admitió que en Polonia tiene un coche que se ha comprado con el dinero que había
ahorrado en España pero sólo lo usa cuando está en Polonia durante los meses de verano
(V38, 3). Un caso parecido es el de otra persona - trabajador de un equipo de obras y
renovaciones que vuelve a Polonia los meses de verano cuando hay menos demanda en
este sector para construir su propia casa (V41, 3).
Los inmigrantes que quieren quedarse en España también intentan mantener los gastos
en niveles muy bajos. En este caso el objetivo es más bien la estabilización de su
situación en España y la reducción de la inseguridad relacionada muchas veces con el
trabajo en los sectores sumergidos de la economía. Una de las entrevistadas ahorra
dinero con el fin de poder financiar la entrada de la hipoteca de un piso que quiere
comprar en Madrid (M45, 6). Otra persona ahorra con el fin de pagarse cursos
profesionales del cuidado de personas ancianas que la permitirán conseguir un trabajo
mejor renumerado en España (M25, 2).
La tercera categoría dentro del llamado “consumo diferido” se caracteriza sobre todo
por personas jóvenes sin cargos familiares importantes. Esta pauta también consiste en
un ahorro excesivo sin embargo, con la diferencia de que en este caso se ahorra en un
plazo más corto y los bienes adquiridos son más bien de consumo “rápido”. Una de las
mujeres entrevistadas empleada en la oficina de una empresa suele ahorrar dinero para
poder viajar todos los veranos. En otro caso estaba ahorrando dinero para completar un
equipo de música de alta calidad. Muchas personas jóvenes suelen mantener sus gastos
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en un bajo nivel con excepción de la ropa que es un elemento significante en la
estructura de sus gastos.
Hay que añadir que las tres pautas de “consumo diferido” son intercambiables o pueden
sobreponerse dependiendo de los cambios de las situaciones y los planes de los
inmigrantes y sus familias. Muy ilustrativo es el caso de un varón de 53 años con
permiso de residencia que ahorraba dinero para comprarse un piso en España pero
decidió dar una parte de este dinero a su hijo para que éste pueda pagar la entrada de la
compra a plazos de un coche y poner su propio negocio de transporte turístico (V53, 4).
También es posible ahorrar dinero para los planes de futuro y al mismo tiempo de vez
en cuando mandar una cantidad de dinero a los familiares más necesitados en Polonia.
La mujer mencionada anteriormente que ahorra con el fin de pagarse cursos
profesionales del cuidado de personas ancianas a la vez manda dinero a sus dos abuelas
(M25, 2).
Un rasgo interesante de este grupo que es sin duda minoritario (tres personas declararon
no ahorrar dinero ni tener unos planes) es que su comportamiento lo describen como
normal en la sociedad española y a la vez excepcional dentro del colectivo polaco. Se
puede decir que una de las formas de integración para este grupo es seguir las pautas de
consumo que perciben como características para la sociedad española. Así una
entrevistada describía su pauta de consumo:
Mis amigas no comprenden que yo vivo normal, que cuando me apetece algo me lo
compro y además invito a los demás. No voy a vivir con 3 chicas más en una habitación
si me puedo alquilar un para mí. No sé porque yo no soy como mis amigas. A lo mejor
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porque como soy dependienta gano más dinero. [...] En Polonia vivíamos bastante mal y
ahora quiero vivir normal como se vive aquí.
Gustos
Otro factor que influye en la totalidad de las estrategias de consumo son los gustos
relacionados con varios objetos de la vida cotidiana. En este caso el análisis se centra en
los gustos relacionados con sólo algunos bienes: comida e indumentaria. En la mayoría
de los hogares explorados se suele preparar tanto comida polaca como española.
Durante la semana laboral el criterio más importante a la hora de elegir un alimento es
la facilidad en su preparación, posibilidad de recalentarla varias veces y también su bajo
precio. Así se comen tanto las tortillas españolas, la comida precocinada (revueltos,
paellas, conservas) y comida polaca (sopas y caldos polacos). También se suelen comer
platos “internacionales” como pizzas, hamburguesas precocinadas y macarrones. En
cuanto a los platos típicos polacos se suelen preparar con ingredientes fáciles de
conseguir en España. Una de las entrevistadas que vive en Madrid con su hija dijo:
Como suelo cocinar para Ramón [anciano en la casa de quien trabaja] cuando me hago
la comida mezclo. Un día me hago algo polaco para no olvidarme del sabor otro día una
comida española (M45, 6).
A veces te apetece comer un pimiento de estos que aquí no consigues. Por eso siempre
tengo en la nevera un bote de ellos. Pero comer esto todos los días... me arruinaría.
Además me gusta la comida española (V54, 1).
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Los jóvenes son los que gastan más dinero en la indumentaria. La moda es uno de los
temas frecuentes de conversación entre jóvenes tanto mujeres como varones. Una
importancia especial tiene la ropa comprada en España, que está considerada como de
mejor calidad y “más de moda”. Una de las entrevistadas dijo que la ropa que trajo
desde Polonia sólo la usa para el trabajo pero cuando sale a la calle cambia la ropa por
la comprada en España (M25, 2). Otra entrevistada admitió que cuando va a Polonia
siempre intenta comprarse algo nuevo para enseñárselo a sus amigas en su pueblo
(M26, 3). Para los jóvenes la indumentaria es un símbolo de éxito económico del
inmigrante que se presenta tanto ante los amigos en España como (y sobre todo) ante los
conocidos en Polonia. Por otro lado la ropa es también una de las formas (en este caso
aparentemente superficiales) de integrarse en la sociedad española. La apariencia es un
elemento muy importante en las relaciones sociales de los polacos.
A modo de conclusión
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Notas
[1] El colectivo inmigrante polaco en España está constituido por dos grupos: “la vieja”
y “la nueva” inmigración. Los objetos de mi estudio serán solamente representantes de
la llamada “nueva inmigración polaca”, es decir los inmigrantes económicos, que
vienen a España desde los principios de los 90. No obstante, hay que añadir que en
España reside cierto número de inmigrantes que vinieron a España entre los años 1947 -
1989. En el año 1987 en España vivían 422 personas de origen polaco (Malinowski-
Rubio 1991: 85). Este grupo representa una serie de características muy diferentes a las
representadas por el colectivo polaco que va viniendo a España desde principios de los
noventa. “La vieja inmigración”, según 3 representantes de este grupo con los que
conversé, está constituida sobre todo por antiguos disidentes y refugiados políticos, que
huyendo de la persecución comunista se establecieron en España. Se caracterizan por su
alto nivel de estudios, ocupan posiciones relativamente altas en la estructura laboral y
social española y, según mis interlocutores, muchos de ellos tiene la nacionalidad
española y sus cónyuges son españoles. En mi opinión las diferencias sociales,
culturales y en las trayectorias de vida entre ambos colectivos son tan profundas que no
es conveniente tratarlos desde el punto de vista científico como un conjunto. Sin
embargo, la vida cotidiana de la vieja inmigración es una cuestión por investigar.
[2] A la hora de determinar a quien entrevistar el único criterio era el de ser de origen
polaco y residir en España más de un año (y menos de 12 es decir después del 1990).
Otras variables tenían carácter casual. Los entrevistados presentaban varias
características sociodemográficas. Se entrevistó a 11 mujeres y 8 varones. En el periodo
en el que se realizaba el estudio, entre las mujeres 8 personas trabajaban en el servicio
doméstico, 2 en el comercio y 1 como oficinista. Entre los varones 5 trabajaban en la
construcción, 2 en el sector de la producción industrial y una persona trabajaba en el
comercio. En el estudio se entrevistó a 6 personas entre 18-30 años y 5 entre 31-40
años. Además en las entrevistas participaron 5 personas entre 41-50 años y 3 entre 51-
60. A lo largo de este trabajo en las citas de las entrevistas se presentarán símbolos que
identificarán las características de los entrevistados. La letra significará el sexo, el
primer número la edad y el segundo número el tiempo que reside en España. Por
ejemplo (M45, 6) significa mujer de 45 años que en el momento de entrevista llevaba en
España 6 años y (V21, 2), varón de 21 año que reside en España desde hace 2 años.
[4] Esta fiesta fue una de las fiestas implantadas por los gobiernos comunistas a
principios de los 50 que se mantuvo en el calendario festivo de muchos polacos incluso
después de la caída del telón de acero.
Bibliografía
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BECKER Howard, GEER B. Participant Observation and Interviewing. Human
Organization, 1957, nº 16.
CICOUREL, Aaron. Vivir entre dos culturas: el universo cotidiano e los trabajadores
inmigrantes. En Andizian, S.; Catani, M; at al. (comp.) Vivir entre dos culteras. La
situación de los trabajadores migrantes y sus familias. Barcelona: Serbal/Unesco, 1983,
pp. 32-91.
PIORE, Michael. Birds of passage. Migrant labor and industrial societies. New York:
Cambridge University Press. 1979.
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