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Frmula 1

hay acaso algo ms retrgrado que acusar de


retrgrado a un pensamiento emancipador?

Corro con la ventaja, los advierto,


de consentir ante cualquier intento exgeta
que todos los trucos que aparecen aqu
son de dominio pblico, les advierto
sin embargo
que ante la ms solapada insinuacin
genealgica, mi letra entera
(que es todas las letras siendo ninguna)
esgrimir sin ornamentos
antiguallas innalcanzables
para sus tiernos archivos
as que no me busquen
porque me van a encontrar.
Hubiese preferido no levantarse, al menos no tan
dolorido, al menos no tan conciente del fastidio que
provaca el dolor y la tercera persona para hablar de uno
mismo.
Pero se levant porque es sabido que el movimiento
ejercer un maleficio de anulacin del dolor por friccin
de otros engranajes o disparadores de voluntad que
retienen la concentracin en los quehaceres de cualquier
da, mostrndolos imposibles de diferir y dignos de ser
encarados.

Me molest un poco empezar el da buscando una excusa


aceptable para no condenar la golpiza de anoche.

Todos sabemos, pensaba, que comenzar una novela en


occidente es comenzarla con el despertar como signo de
erudiccin, cario por la tradicin y encantamiento del
lector que, entre muchas cosas posibles, despierta
dolorido cada da. Metfora, oh bella molestia.

Y pensaba, que pensaba pues es tercera persona y


primera persona, como si en algn moomento algn uso
corriente del lenguaje entendiesen a la primera persona
como el habla sin filtro de la conciencia de un hombre
que siente una voz dentro suyo, que no es su voz hacia
afuera, una voz que no es l, sino sus posibilidades. La
tercera persona es aquela que est mediando entre las
hablas que se manifiestan como nicas intervinientes en
un dalogo. Mal que les pese un dalogo es de a cuatro.

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