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REFORMA DE LOS SISTEMAS

MATRIMONIAL Y FAMILIAR DE CHINA

por Yang Liu

A compás de las continuas victorias de la revolución

china y su construcción socialista, se han producido y

están desarrollándose a paso firme nuevos sistemas

matrimonial y familiar socialistas, que desempeñan ahora

un papel importante en el aumento del bienestar del

pueblo, en la mayor emancipación de la mujer y como

contribución para acelerar la construcción socialista de

China.

Los sistemas matrimonial y familiar son parte de un

determinado sistema social. El sistema de propiedad

privada y de explotación de clases constituye la causa

social de todos los irracionales sistemas matrimoniales y

relaciones familiares. La sociedad china fue una sociedad

feudal por más de dos mil años. Basados en las relaciones

feudales de producción y atados al control combinado de

los poderes feudales, — estatal, tribal, teocrático y

marital — los sistemas matrimonial y familiar de la vieja


China se caracterizaban por el hecho de que en la familia

el patriarca tenía poder para arreglar el matrimonio de

los miembros, imponiéndoles su deseo, que los hombres

eran considerados superiores a las mujeres y que se

ignoraban los intereses de los hijos.

A mediados del siglo XIX la sociedad china se convirtió

en semicolonial y semifeudal como resultado de la

agresión imperialista. Esto trajo cierto desarrollo de la

economía capitalista de China y a su vez la

desintegración gradual de su economía feudal, lo que

originó, por consecuencia, relaciones matrimoniales y

familiares con ciertos rasgos capitalistas. Pero bajo la

dominación conjunta del imperialismo, el feudalismo y el

capitalismo burocrático, y en condiciones en que

permanecía la base económica feudal, persistieron los

sistemas matrimonial y familiar. Estos viejos sistemas

retrógrados causaron muchas desgracias en la vida

familiar de las amplias masas populares y ejercieron

también una influencia negativa en el desarrollo de la

producción social. Por lo tanto, abolir los sistemas

matrimonial y familiar feudales ha sido desde hace

mucho un ferviente deseo del pueblo chino y

especialmente de la mujer china.


Una parte de la revolución china

El Partido Comunista de China siempre ha considerado

la reforma de los sistemas matrimonial y familiar como

importantes partes componentes de la cuestión general

de la revolución democrática y socialista de China. La

reforma de los sistemas matrimonial y familiar está

estrechamente vinculada a la emancipación de la mujer, y

ambas están en carácter de subordinados con relación a

la cuestión general de la revolución proletaria. Para

extirpar los sistemas matrimonial y familiar feudales y

liberar a la mujer de la servidumbre feudal, es necesario

arrancar primero todos los sistemas sociales

semicoloniales y semifeudales. Para cambiar totalmente

la posición desigual de la mujer en la familia, es

necesario también cambiar por completo tanto las

condiciones de opresión y explotación del pueblo

trabajador como la posición de desigualdad de la mujer

en la sociedad. Por eso, la tarea de emancipación de la

mujer y la reforma de los sistemas matrimonial y familiar

sólo se pueden realizar en el curso de las revoluciones

democrática y socialista dirigidas por el proletariado.

En su Informe sobre la investigación, verificada en

Junán acerca del movimiento campesino, el camarada

Mao Tse-tung señaló hace ya mucho tiempo: “El poder de


los terratenientes es el eje en derredor del cual giran

todos los sistemas de autoridad. El derrocamiento del

poder de los terratenientes ha hecho vacilar el poder

tribal, el teocrático y el marital” Agregó: “El sistema

tribal, las supersticiones y las injustas relaciones entre el

hombre y la mujer desaparecerán como consecuencia

natural de la victoria de la lucha política y económica.”

Aquí el camarada Mao - Tse-tung hizo una explicación

completa de las relaciones entre la emancipación de la

mujer y la reforma de los sistemas matrimonial y familiar

por un lado y las revoluciones política y económica por el

otro.

La reforma comienza en 1931

Mucho antes de la liberación, la reforma de los sistemas

matrimonial y familiar se llevó a cabo en las zonas de

base revolucionaria dirigidas por el Partido Comunista de

China. Como parte de la lucha democrática y antifeudal

desplegada entonces, esta reforma también constituye un

importante elemento del movimiento de la emancipación

de la mujer. El “Reglamento sobre el matrimonio de la

República Soviet de China” promulgado en 1931 en

Chiangsí marcó el inicio de la revolución en nuestro país

para destruir totalmente los sistemas matrimonial y

familiar imperantes. Durante las sucesivas guerras civiles


revolucionarias y la Guerra de Resistencia contra el Japón

(1934-1945), la reforma en este aspecto se realizó en las

numerosas zonas liberadas y las abundantes experiencias

acumuladas allí han servido mucho a la posterior reforma

en escala nacional.

Después de la fundación del Estado de democracia

popular, el Gobierno proclamó inmediatamente la nulidad

de todas las leyes que defendían la desigualdad entre

hombres y mujeres, y la abolición de todo sistema

matrimonial y familiar heredado de la vieja sociedad. La

ley del matrimonio de la República Popular China

publicada el 1° de mayo de 1950 estipula: “Debe

derogarse el sistema matrimonial feudal que se basa en

los arreglos arbitrarios y obligatorios y la superioridad de

los hombres sobre las mujeres e ignora los intereses de

los hijos; debe ponerse en práctica el sistema de

matrimonio de la nueva democracia, que se basa en la

libre elección de parejas, en la monogamia, en los iguales

derechos para ambos sexos y en la protección de los

legítimos intereses de las mujeres y los hijos.” Proclama

al mismo tiempo que son ilegales las prácticas tales como

la bigamia, concubinato, prometido infantil, interferencia

en nuevas nupcias de las viudas y extorsión de dinero o

de regalos para el casamiento.

La nueva ley de matrimonio es la cristalización de las


experiencias acumuladas por el pueblo chino en su lucha

antifeudal con relación a los problemas matrimonial y

familiar. Esta no sólo es una poderosa arma en las manos

del pueblo contra los viejos sistemas matrimonial y

familiar sino que también establece normas legales y

morales para las felices relaciones del matrimonio y para

una vida de democracia, armonía y unidad en la familia.

Cumplimiento de la nueva ley

Proclamar mediante la ley la derogación de un viejo

sistema y la creación de otro nuevo es sólo el primer paso

hacia la reforma. Cuando fue promulgada la ley de

matrimonio, aunque el soporte político de los sistemas

matrimonial y familiar feudales — el Poder estatal del

imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático

representados por el reaccionario Kuomintang — había

sido ya derribado, la propiedad feudal de la tierra todavía

no había sido destruida en la mayor parte del país.

Además, es difícil que desaparezcan las viejas ideas y la

fuerza de los hábitos que datan de miles años. No pueden

ser arrancados de la mente del pueblo dentro de un corto

lapso. Es la es la razón por la cual fue necesario, después

de las victorias de la reforma agraria y otras reformas

democráticas, realizar en 1953 una campaña vigorosa en


escala nacional para poner en práctica la ley de

matrimonio. Se hizo la propaganda con gran intensidad,

recurriéndose a una amplia variedad de métodos con el

fin de explicar todo el significado, contenido y espíritu de

la ley, para que fuera de conocimiento familiar. Esta

campaña permitió a las amplias masas populares conocer

la diferencia fundamental entre lo nuevos sistemas

matrimonial y familiar y los viejos, y aceptar así aquellos

con alegría. También contribuyó a resolver razonable y

legítimamente muchas disputas conyugales y familiares

causadas por los viejos sistemas. Dio un fuerte golpe a

las ideas y costumbres feudales sobre el matrimonio y la

familia y al mismo tiempo, un enérgico apoyo a la

razonable demanda del pueblo por libertad en el

matrimonio y mejoramiento en las relaciones familiares.

Después de esta extensa campaña hubo un notable

incremento de los nuevos tipos de matrimonio realizados

según los libres deseos de los contrayentes y un

considerable aumento de familias democráticas, unidas y

bien avenidas.

La campaña de 1953 para aplicar la ley de matrimonio

representa una importante victoria para el pueblo chino

en su lucha antifeudal con respecto a los problemas del

matrimonio y la familia. Pero muchos importantes

asuntos relacionados con la emancipación de la mujer, el


matrimonio y la familia deben y sólo pueden ser resueltos

totalmente en el curso de la revolución socialista.

El camarada Mao Tse-tung dijo: “Para construir una

gran sociedad socialista, tiene gran significación

movilizar a las masas de mujeres a participar en la

producción.” Dijo también: “La verdadera igualdad entre

hombres y mujeres sólo puede realizarse en el proceso

de la transformación socialista de toda la sociedad.”*

Estas palabras señalan, desde dos aspectos diferentes,

las relaciones dialécticas entre la cuestión de la

emancipación de la mujer y la cuestión de la revolución

socialista.

Durante los últimos diez años, China ha llevado a cabo

las transformaciones socialistas de la agricultura, la

artesanía, la industria y el comercio capitalistas. Gracias

a la eliminación del sistema de opresión y explotación de

clases, la mujer china ha tenido cada vez más

oportunidades de participar en actividades de todo tipo,

político, económico, cultural y social así como en la vida

de la familia. El establecimiento de las comunas

populares en el campo, ha abierto a la mujer nuevas

posibilidades de participar en la labor social, porque las

comunas populares rurales, de mayor tamaño que las

antiguas cooperativas y naturaleza más socialista, son

capaces de dedicarse a una economía mucho más


diversificada y a obras de construcción en gran escala. Es

más, los servicios de bienestar de las comunas populares

rurales proporcionan una solución gradual a la

contradicción entre el trabajo de la mujer en la

producción social y en la casa. Es verdad que en la

presente etapa, estos servicios todavía distan de estar

generalizados y ser perfectos, pero indican el camino del

futuro desarrollo.

Liquidación del sistema patriarcal

El establecimiento y desarrollo de la propiedad

socialista de los medios de producción en China han

operado un cambio en la función de la familia. Esto se

advierte con particular claridad en el campo donde bajo

el sistema de la economía individual, la familia era

principalmente una unidad de producción. Ahora, bajo el

sistema de la economía colectiva, en vez de ser una

unidad de producción ha llegado a ser principalmente una

unidad de vida donde los esposos pasan juntos su vida

matrimonial, mantienen y educan a sus hijos, y juntos

cuidan de sus parientes cercanos de avanzada edad.

Dentro de la comuna, todos los miembros capaces de

trabajar toman parte en la labor colectiva de la comuna

con igual posición y cada uno recibe su debida parte de la


distribución social. Este cambio conmueve los pilares del

sistema patriarcal feudal. Crea también las condiciones

materiales que permiten a hombres y mujeres vivir

felizmente en pie de igualdad como miembros de su

familia.

Lo mismo sucede en lo que respecta al matrimonio. Las

condiciones materiales así creadas y la aplicación de la

nueva ley de matrimonio han capacitado a los jóvenes

para liberarse aún más de la intervención del jefe de la

familia en los asuntos de su casamiento. Al elegir a su

pareja en la actualidad, los jóvenes se inclinan más y más

a exigir en primer lugar entusiasmo en el trabajo y en el

estudio y una actitud progresista.

Esto es un mayor desarrollo de la verdadera libertad en

el matrimonio y de las relaciones entre cónyuges

caracterizadas por el respeto y amor mutuos.

Se requieren condiciones más maduras

Por lo mencionado anteriormente podemos decir que lo

hecho para la reforma de los sistemas matrimonial y

familiar en nuestro país es un gran éxito. Sin embargo,

esto no significa que hemos llegado al fin de la reforma.

Las ideas y costumbres tradicionales, lastre de los

sistemas de propiedad privada y explotación de clases no


podrían desvanecerse de la noche a la mañana con la

desaparición de estos sistemas. En nuestra sociedad

socialista, los elementos comunistas crecen

vigorosamente, mientras existen aún los vestigios de la

vieja sociedad que van disminuyendo. En lo tocante a la

posición de la mujer y las relaciones matrimoniales y

familiares los remanentes de las viejas ideas y puntos de

vista subsisten todavía.

Además, con el desarrollo incesante de la economía

nacional, el número de mujeres que participan en el

trabajo social y el papel que desempeñan en la

producción social crecen día a día. Sin embargo existen

ciertas limitaciones. En realidad todavía hay diferencias

aunque las mujeres gozan de los mismos derechos que

los hombres tanto en la sociedad como en la familia.

Estas diferencias desaparecerán gradualmente con el

mayor desarrollo de la producción. Es decir, para liquidar

totalmente los vestigios de las viejas relaciones

matrimoniales y familiares, es necesario crear

condiciones socio-económicas e ideológicas más

maduras.

Engels señaló correctamente que “el matrimonio no se

concertará con toda libertad sino cuando, suprimiéndose

la producción capitalista y las condiciones de propiedad

creadas por ella, se aparten las consideraciones


económicas accesorias que aún ejercen tan poderosa

influencia sobre la elección de los esposos. Entonces el

matrimonio ya no tendrá más causa determinante que la

inclinación recíproca”1.

Hoy un número mayor que nunca de mujeres trabajan

en diversas ocupaciones, tomando parte en la

construcción socialista. Decididas a ser combatientes

dedicadas completamente a la causa del proletariado,

laboran con alto espíritu y pleno entusiasmo. Saben que

cada éxito en la causa de la revolución proletaria y cada

éxito en la construcción socialista son un aporte a la

creación de la base necesaria para la mayor

emancipación de la mujer y el ulterior mejoramiento de

los sistemas matrimonial y familiar.

[Pekín Informa. Nº 11, 18 de marzo de 1964. pp. 17-19].

* El auge socialista en el campo de China, t; 1, pág. 357, nota de la

red, al artículo titulado “Mujeres en el frente de trabajo”, versión

china, Editorial del Pueblo, 1956.

1 C. Marx y F. Engels. Obras escogidas en dos tomos, t. II, pág. 222,

versión española, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1952.

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