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Guías Clínicas en Atención Primaria 1/6

Conjuntivitis bacterianas
6/05/2004 Guías Clínicas 2004; 4 (16)
Elaborada con opinión de médicos y revisión posterior por colegas
Conflicto de intereses: Ninguno declarado

Autores: Cristina García De la Rasilla Cooper (1) Margarita Martín Bun(2) José Carlos
Estévez Muñoz (2) Adela Hijano Baonza (1) Pilar Carreño Freire (2) Julio Sagredo Pérez
(2) Enriqueta Peña (2) (1) Residente 3er año Medicina Familiar y Comunitaria
(2) Médicos de familia. Centro de Salud General Fanjul Área 7- Madrid

Contenido:

• Conceptos generales
• ¿Cómo diagnosticarla?
o Diagnóstico diferencial del ojo rojo
o Diagnóstico diferencial de las conjuntivitis
• Conjuntivitis bacterianas en el adulto
o Conjuntivitis bacteriana hiperaguda o purulenta
o Conjuntivitis bacteriana aguda
o Conjuntivitis bacteriana crónica
o Conjuntivitis por clamydias
• Seguimiento

Conceptos generales

La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, es decir, de la membrana mucosa que recubre la


superficie interna de los párpados y de la esclera anterior. Esta inflamación produce enrojecimiento
y molestias con los movimientos del ojo y secreción conjuntival. Es la enfermedad ocular más
frecuente, suele ser autolimitada y por lo general no origina secuelas.
Los síntomas referidos por el paciente y los signos apreciados en la exploración clínica, permiten
efectuar, en la mayoría de los casos, una adecuada orientación diagnóstica en las consultas de
Atención Primaria (AP). Según su etiología puede clasificarse en:

• Bacterianas: S. aureus (más frecuente), S. epidermidis, Haemophilus, estreptococo,


Proteus, meningococo, gonococo, neumococo, coliformes, Clamydia, Mycobacterium
• Víricas: Adenovirus, Herpes, enterovirus
• Alérgicas
• Química: Medicamentos, tetracloruro de carbono, naftaleno, cloroformo
• Enfermedades sistémicas: Artritis reactivas, espondiloartropatías, Lupus, Síndrome de
Stevens-Johnson, Síndrome de Sjögren, penfigoide cicatricial
• Otros: Cuerpos extraños, lentes de contacto, microtraumas

Independientemente de cual sea la causa de una conjuntivitis, el modo de reacción conjuntival a


nivel de síntomas y de signos, constituyen el síndrome inflamatorio conjuntival:

• Síntomas de conjuntivitis
• Sensación de cuerpo extraño o arenilla, escozor, picor, lagrimeo, y en ocasiones
fotofobia
• No existe dolor
• No hay disminución objetiva de la visión
• Signos clínicos de conjuntivitis
• Hiperemia conjuntival
• Quemosis (edema conjuntival)
• Secreción

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• Reacción tisular

¿Cómo diagnosticarla?

La presentación habitual de una conjuntivitis es la de un ojo rojo no doloroso con escozor,


sensación de cuerpo extraño, secreción conjuntival, fotofobia y lagrimeo. Nunca existe dolor ni
disminución de agudeza visual.
El ojo rojo es el principal motivo de consulta en el área de la oftalmología y la conjuntivitis es su
causa más frecuente.

Diagnóstico diferencial del ojo rojo:

Ante la sospecha de una conjuntivitis, debemos asegurar el diagnóstico mediante la exclusión de


otras alteraciones oculares, que puedan precisar otro tratamiento o derivación al oftalmólogo
(queratitis, iridociclitis, uveítis, glaucoma, etc.) Una vez excluidos, hemos de intentar hacer el
diagnostico diferencial entre: conjuntivitis vírica, alérgica o por irritantes.

Diagnostico diferencial de las conjuntivitis

Aunque no existen evidencias sólidas acerca de síntomas y signos que permitan diferenciar
claramente la etiología bacteriana de la viral (*), la mayoría de los textos apuntan el siguiente
cuadro:

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Viral Bacteriana Chlamydia Alérgica


Mínima Abundante Abundante Mínima
Secreción
Acuosa Purulenta Acuosa Acuosa
Lagrimeo Profuso Moderado Moderado Moderado
Prurito Mínima Mínima Mínima Importante
Adenopatía preauricular Frecuente Rara Frecuente No
Polimorfonucleares
Tinción de Gram Monocitos Polimorfonucleares Eosinófilos
Bacterias
Odinofagia y fiebre Ocasional Raro No No

La utilización de técnicas de diagnostico microbiológico, se limita a circunstancias especiales:

• Los cultivos son obligatorios en pacientes con conjuntivitis hiperagudas o sobreagudas y en


la conjuntivitis neonatal
• Ante la sospecha de infección conjuntival por clamydia, está indicada la detección de
anticuerpos monoclonales.
• En caso de brotes de conjuntivitis, el estudio está indicado con fines epidemiológicos.
• Pueden ser también de utilidad, ante la falta de respuesta terapéutica en 48 horas. Se debe
considerar la derivación oftalmológica, siempre que exista una mala evolución clínica o
ante la sospecha de cualquier complicación.

Principales tipos de conjuntivitis bacterianas en el adulto

1.- Conjuntivitis bacteriana hiperaguda o purulenta

Producida por Neisseria gonorrhoeae y N. meningitidis (diplococos gram negativos). A pesar de la


frecuencia relativamente alta de las infecciones gonocócicas la afectación ocular es excepcional. En
el adulto, generalmente se produce por contacto de secreciones uretríticas con el ojo a través de las
manos. En el recién nacido, el contacto se produce durante el parto vaginal apareciendo la clínica 3
a 5 días después del contacto.
Clínica: Rápidamente progresiva con abundante secreción purulenta, edema palpebral severo y
quemosis conjuntival. Cursa con marcada hiperemia y quemosis conjuntival con o sin
seudomembrana. Presenta además edema palpebral importante y puede aparecer adenopatía
preauricular.
Diagnóstico: Se debe realizar cultivo con antibiograma y Gram urgente e investigar la asociación
con otras enfermedades de transmisión sexual.
Tratamiento: El paciente debe ser ingresado con tratamiento antibiótico sistémico (Ceftriaxona 1 g
i.m. diario durante 5 días, penicilina G 10 millones de unidades i.v. durante 5 días cefotixina o
cefotaxima) y tópico (gentamicina, eritromicina o bacitracina ), además de lavados con suero salino
fisiológico para eliminar la secreción purulenta. Se debe tratar cualquier otra enfermedad de
transmisión sexual asociada. El RN se tratará con ceftriaxona 25-50 mgs/kg im. o iv., pudiendo
añadirse tratamiento tópico.
Su evolución sin tratamiento es nefasta. Riesgo de perforación corneal.

2.- Conjuntivitis bacteriana aguda


La conjuntivitis bacteriana simple, también llamada aguda, mucopurulenta o catarral es muy
frecuente. Está causada principalmente por Sthaphilococo aureus, Sthaphilococo epidermidis,
Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella lacunata.
Clínica: Cursa con sensación de cuerpo extraño en el ojo, con eritema y secreción normalmente
mucopurulenta que adhiere los párpados por las mañanas. Los síntomas son más leves y de
evolución más lenta que en la conjuntivitis hiperaguda.

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Se objetiva una hiperemia conjuntival, sobretodo en los fondos de saco, con una reacción papilar
leve y secreción mucopurulenta. Normalmente, no se palpan adenopatías preauriculares. La agudeza
visual debe estar conservada, salvo si existe epiteliopatía. Puede causar edema palpebral ligero.
Diagnóstico: Se debe realizar cultivo en niños y en pacientes inmunodeprimidos.
Tratamiento: Su evolución es generalmente buena y cura en 10-14 días incluso sin tratamiento. Sin
embargo, es aconsejable tratarla de forma empírica con un antibiótico tópico de amplio espectro, ya
que éste disminuye significativamente los días necesarios para su curación clínica y bacteriológica.
Pueden utilizarse: eritromicina, polimixina B (que asociada a neomicina presenta acción sinérgica),
gentamicina, tobramicina, ciprofloxacino. El cloranfenicol también es un antibiótico de amplio
espectro, pero debido al riesgo de anemia aplásica, se recomienda sólo en caso de resistencia a otros
antibióticos y una vez descartada la existencia de toxicidad hematológica en familiares.
Se recomienda utilizar el colirio antibiótico cada 2-4 horas durante los dos primeros días, respetando
las horas de sueño. Posteriormente se puede espaciar su aplicación cada 6 horas. Se aconseja utilizar
el mismo principio activo en colirio por el día y en pomada por la noche durante 5-7 días. A las 48
horas suele apreciarse mejoría significativa y curación en 3-5 días.
Si existen secreciones matutinas se deben lavar con suero fisiológico. En general, la utilización de
un corticoide tópico está contraindicada en atención primaria.
No se debe ocluir el ojo debido a que aumenta la proliferación bacteriana. Tampoco es
recomendable la utilización de anestésicos locales.
Para prevenir el contagio al otro ojo y a familiares se recomendarán medidas higiénicas: lavado de
manos antes y después de la aplicación del tratamiento, el no compartir toalla, el lavado diario de la
almohada…
En portadores de lentes de contacto sospecharemos la existencia de pseudomonas, por lo que son de
elección los aminoglucósidos (sobre todo gentamicina o tobramicina) o las quinolonas
(ciprofloxacino o norfloxacino). Se debe abandonar el uso de lentillas durante al menos dos semanas
tras la desaparición de la hiperemia conjuntival.
3.- Conjuntivitis bacteriana crónica
Producida por gran variedad de gérmenes (estafilococo, pseudomonas, Moraxella lacunata, proteus,
coliformes...) y facilitada por mala higiene, patología ocular (infecciones parcialmente resueltas,
blefaritis crónica, dacriocistitis crónica, alergia, agentes irritantes, defectos oculomotores...) y
enfermedades metabólicas.
Clínica y exploración: Similar a la conjuntivitis bacteriana aguda con una duración más prolongada
de los síntomas (mayor de cuatro semanas).
Evolución: Tórpida, pudiendo reagudizarse.
Tratamiento: Igual que la conjuntivitis bacteriana aguda. Identificar y tratar el o los factores
condicionantes (higiene, blefaritis, dacriocistitis...)

4.- Conjuntivitis por clamydias


Según el serotipo de Clamidia Trachomatis puede producir conjuntivitis de inclusión o tracoma.

Conjuntivitis de inclusión del adulto:


Aparece en adultos jóvenes sexualmente activos, producido por los serotipos D a K de Clamydia
Trachomatis.
Se transmite por contacto directo con secreciones de uretritis o cervicitis por clamidias. Aunque más
rara, también se postula la transmisión indirecta a través agua de piscinas insuficientemente
cloradas.
Clínica: Las lesiones oculares aparecen una semana después del contacto sexual y pueden asociarse
a uretritis o cervicitis. Presenta secreción mucopurulenta escasa y crónica, generalmente bilateral.
A la exploración se aprecian folículos opalescentes grandes en los fondos de saco con secreción
mucopurulenta escasa. Frecuentemente existe adenopatía preauricular. Puede asociarse a queratitis
corneal epitelial en la mitad superior de la córnea. Si no se trata presenta un curso prolongado (6 a
18 meses) y suele acabar remitiendo.
Diagnóstico: Se debe realizar cultivo, estudios serológicos y citológicos. También debe estudiarse la
asociación con otras enfermedades de transmisión sexual. Se debe investigar y tratar a la pareja.
Tratamiento: Precisa tratamiento sistémico con doxiciclina 100 mg. cada 12 horas vía oral durante
1-3 semanas y tratamiento tópico con colirio y ungüento de tetraciclina o eritromicina cuatro veces
al día durante 6 semanas.

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Tracoma:

Es una enfermedad endémica en países subdesarrollados que afecta a poblaciones con malas
condiciones higiénicas. Es la causa más frecuente de ceguera evitable en el mundo. Es una
enfermedad crónica en la que se repiten los ciclos de infección-reinfección. El vector más
importante es la mosca común.
Clínica: Suele comenzar durante la infancia. A la exploración se aprecian folículos en la conjuntiva
palpebral y bulbar e infiltrado difuso con papilas. Evoluciona produciendo cicatrices corneales,
entropión, sobreinfección bacteriana, ceguera.
Tratamiento: Se previene con medidas de higiene en el seno familiar, sobre todo lavado de la cara
de los niños. Una vez establecido se trata de la misma forma que la conjuntivitis de inclusión del
adulto.

Seguimiento

En caso de que la evaluación clínica de una conjuntivitis supuestamente bacteriana no sea


satisfactoria tras 5-7 días de tratamiento, considerar:
• Etiología vírica
• Infección por un germen resistente
• Infección por clamydia
• Diagnóstico incorrecto

Valorar la posibilidad de derivación en caso de:

• Ojo rojo doloroso.


• Alteraciones de la agudeza visual.
• Presencia de inyección ciliar o mixta.
• Sospecha de hiperemia pasiva.
• Sospecha de glaucoma.
• Afectación corneal. Cuerpos extraños no extraíbles en Atención Primaria.
• Ante la necesidad de exploraciones no disponibles en AP.
• Cualquier caso de duda diagnóstica.
• Conjuntivitis hiperagudas, clamydias y cualquier complicación de las conjuntivitis.
• Evolución clínica desfavorable.

Aviso a pacientes o familiares: La información de este sitio está dirigido a profesionales de atención
primaria. Su contenido no debe usarse para diagnosticar o tratar problema alguno. Si tiene o
sospecha la existencia de un problema de salud, imprima este documento y consulte a su médico de

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