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iii auciananoc JORGE MONTEMURRO POETA DE LOS NEGOCIOS “papé, cqué sos?”, cuenta Jorge Montemurro que sus hijos, a menudo, le preguntan, sobre todo cuando ellos deben Wenar algdn certificado que indique “profesién del padre”, “Qué sé yo, poné comerciante”, les dice. ¥ Gomo explicarles, cémo pedir que el mundo entienda 6 tolere la existencia de un “busca”, es decir, de un pedalero que siempre anda a la pesca, preso de su liber- fad, cuya vida sea el perpetuo recorrido de un apasio- nante espinel comercial que, en definitiva, le importa muy poco, “pero eso no lo pongas”. Un personaje como Jorge Montemurro, una cachetada a la rutina, el que, tal vez con satisfaccién y poderoso orgullo de por- tefio picaro, acepta ser, acaso, el busca més asumido, representativo y respetado de su generacién. $s el hombre que tuvo —que tal vez siempre tiene— més socios en Buenos Aires. “Al cincuenta por ciento, siempre.” Claro que con una insélita particularidad: nunca pone capital, arriesga _exclusivamente sus ¢s- pectaculares ideas que a veces fracasan, su audacia, su insoportable ligereza y habilidad y, aunque parezca mentira, su candor, su sentido casi poético de la vida. Porque, digémoslo por fin, el busca Montemurro es un artista de los negocios, combinaciones y ondas y roscas que le surgen por doquier. Siempre anda con diez ne gocios juntos, y con otros tantos en preparacién, pero basta que surja cualquier otro invento nuevo para que se juegue, y gane o pierda, y deje tal vez en banda a sus respectivos socios. “No, les transfiero, yo munca le dejé un muerto a nadie, Cuando un negocio ya no 157 i f | | { | tiene... cémo decirte... zozobra, ya no me interesa, no sé, eso es para un psicélogo.” El es un “toco y me voy”, un Pentrelli mas o menos elegante, que hace paredes’ y driblings por todos los rincones de la ciudad, y para completarlo anotemos una ultima caracteristica: no tiene nada, ninguna pro- piedad, apenas algiin auto nunca a su nombre, y eso que, con tantos goles metidos, pudo haberse capital. zado para el resto tenue de la cosecha, eso que algue nos Ilaman eternidad, utopfa efimera para los circuns. tanciales humanos. “Yo no quiero tener nada, la propiedad nunca me interes6, cuando algo empieza a gustarme mucho, lo regalo.” No es, claro, un tipo crefble, cuando tiene dic nero, lo patina, acaso con una irresponsabilidad casi racional. “Puede que cuando tenga 60 afios me arre- pienta, pero ahora, con 46, la pienso asf. Sabés, el otro fa no tenfa un peso, y les dije en casa a mis hijos: Hoy Papito no tiene un mango, pero almorzaremos con champagne francés, de cinco palos Ia botella.” Tuvo raros sellos discogréficos, edité long plays va- _ liosos y muchos fulerias; hizo un golazo como el de Cardenas cuando imité las boquillas targard. “La nuestra se Ilamaba Fil Pac, era el filtro con sistema venturi. Con mi socio nos dijimos: Esto es un nego- cién, lo que ganemos lo gastamos en el dfa.” Asi fue como derroché con caballos de carrera, con cenas ¥ farras con todos los rescatables reventados que anda-_ ban mal, organizé algiin vuelo de los que ahora llaman charter, y con otras bondades que el cronista, mejor, Prefiere olvidarse. Es un picador fascinante: cuenta que con ninguno de sus socios nunca quedé mal y, siempre que pudo, evité los negocios por izquierda, como asi también, claro, el pago de impuestos. “De eso que se ocupen mis socios, y no pago porque no tengo nada, y mis sociedades, en lo posible, son todas de pa- labra.” Hay que referirse,, también, a su condicién de ban- cador, cierta nobleza célida que provoca que esté siem- Pre rodeado de laderos, y les tira huesos, a los mise- fables escritores, poetas, pintores y otros atorrantes 158 { con veleidades, desaforados como él. Se cayé y se le yanté cien veces con las tantas librerias, distribucio nes, producciones. Con su galeria de arte, con lot josters de idolos, con las antigtiedades. ‘Ahora, pobre, viene de una caida: con los sea monkeit apenas si pudo empatar. “El negocio lo arruinaron us tedes los periodistas, si Lealtad Comercial no prohibi¢ Ja venta, lo que exige es que pongamos la justa en Ie publicidad.” Con su nuevo socio Oscar, trafan Jos es pantosos bichitos desde Carhué, salieron terceros cor esa rosca, “y a matar, a reventar la plaza a 4.500", Los suyos son los “bebés de mar”, “nos duré sél¢ dos dias, me quedaron como veinticinco mil cartones de artemia salina, los voy a hacer vender en la cancha acien lucas. Si me duraba un mes més, hacfamos come ‘cuatro mil palos, si sale cien Iucas de costo. El que lz agarré bien fue el segundo, el de aqui, el de los ‘monos marinos’, hizo un palo verde, y ahora est4 armando le bocha en Brasil Sin embargo para Montemurro nunca un tropez6r fue cafda, si tiene varias patas y socios para sostenerse con otras zozobras. Ahora anda con ganas de imponer La Plantilla Bidnica. “No me lo quemés, eh”, dice, 5 se pone los anteojos, y muestra una misteriosa plantille que tiene, en su interior, un poquito de agua. “Proba tela”, sugiere, y uno, claro, pregunta para qué para fernalia sirve. “Sentis una bonita sensacién en los pies al caminar, y aparte los tenés siempre frescos, por ur sistema especial, para los que traspiran...” Perc también, con otro socio, anda metido en una estampe ria de remeras, por Mataderos, y también estén avan zadas las gestiones para instalar un serpentario, en ur sitio muy cotizado, y muestra el catélogo. “Mira, boas yararés, cobras, pitones, y también lagartos, tortugas estos bichos me los trae un socio, desde Miami.” ¥ uno, claro, rie. Y se jugaré entero, eso si, con el inven to de las letras. “Vamos a ver si lo ponemos a Monzér en el aviso, en guardia y con una plancha, y que dige abajo: Monzén cambié la manera de pegar, gqué t parece?” Es que, con la plancha, se pegan las letra: en las remeras, camisas, vaya uno a saber dénde més 156 160 Por qué no, el cronista lo mira con admiracién, con intenso carifio, pero él, que esi tinta, dice: “Ché, vos due ‘see Nemer Ibn El Barud, en una velocidad tar un disco con su i iS aforismos?; un socio que...” sents 9S que sos amigo de ese te | eagarrard viaje si le propongo edt, EL Presentémelo, tengo : | FEDERICO MANUEL PERALTA RAMOS PEDAZO DE ATMOSFERA Una vez, hace dos afios, Federico Manuel Peralta Ra- mos se compré un toro. “Fue en la Rural, yo no tenia un mango. Era.bellisimo, un charolais, blanco. Yo lo querfa exponer, como arte vivo; fui al Fondo Nacional de las Artes, a gestionar un crédito para pagarlo... al ~ toro, Pero me lo negaron. Entonces mi hermano Gui- _ do, el Caballero del Mar, fue a Bullrich y anulé la com- pra. Y el afio pasado, un italiano expuso un toro en la Bienal de Venecia, y gané el primer premio. Siempre Io digo: En Buenos Aires se confunde talento con lo- cura.” Cuarenta afios, y ya no es tan gordo; tiene, mas bien, pinta de gordito que adelgaz6, Su fama se expande de boca a boca —"no, creo que de boca a oreja, ¢no te parece?”—, y tal prestigio no se debe tanto, precisa- mente, a su multiple y dispersa actividad més 0 menos artistica. Como miles de argentinos saben —"cientos de miles me conocen’— Federico fue artista plastico —“hacia metaplistica, pero ya no creo mas en la pin- tura”—, fue poeta, también cantante, y actor —“con Tato Bores”— y showman en reductos varios donde iba a pensar en voz alta; sin embargo su nombradia se asienta, mejor, en su enaltecedora condicién de perso- naje, de bien publico, de “pedazo de atmésfera” —tal el titulo de su guajiro, que, penosamente, ya no se en- cuentra en disquerfas ni farmacias— que deambula y piensa por una ciudad a la que quiere, y comprende, Tecrea como nadie. O mejor, como algunos pocos como 4, “tipos que no tienen nada que ver con nada ni con nadie”, integrantes de una bohemia que persiste, a pesar de los terribles embates de la ““mediocracia”. nica 161 r “Se confunde talento con locura, si, pero pienso guy, el que se va de Buenos Aires se atrasa, por eso no my voy”, dice, y con la mirada uno lo interrumpe: él lee entonces, que los ojos del cronista piden la ampliacigy del desconcertante concepto. “Porque es la gran cit, dad latinoamericana, y Latinoamérica es la tierra de| futuro, Europa tiene muerte cultural, la metafisi nuestra’se va a imponer. Y yo intuyo que en la décads del "80 vuelve, a Buenos Aires, Ia creatividad.... s¢ abren las puertas del acuario en el tercer milenio... X bebe otro sorbo de leche caliente, para proseguity “La otra noche, cuando fui al Luna Park a escuchar ¢ John Mac Laughlin, me di cuenta que esta gestandose el Hombre Nuevo Argentino; es mas sutil, sensible, in. teligente y creativo. Yo soy transicionista, entre ¢ Nuevo Mundo y el Viejo, y los nuevos son postransh cionistas. Los ‘transicionistas denuncian la mediocra, cia, los postransicionistas la anuncian. En definitiva, nueva identidad sera metafisica, Nos conectaremos con el firmamento interno, con el endocosmos, la mirada hacia adentro”. ; Federico es un “cosmélogo metafisico”, es decir, est “capacitado para percibir la eternidad en Ia cotidiane: dad’, porque, aunque parezca poesia, “yo leo lo inad_ vertido, leo el inconsciente”. Ya vencido por la intriga, a merced de sus increfbles poderes, el cronista le ruega que le lea lo inadvertido que tiene. Entonces Peralta. Ramos desparrama un cacho de metafisica, que emerge desde la profundidad de sus ojos color del ser, y dice “Vos tenés un gran Problema de identidad, sos un anti todo, no tenés afinidad espiritual con nadie, no tenés nada que ver con nada. .. sdlo con tipos como yo, como Facundo Cabral, o Pancho Mufioz, o Andralis. De tipos como nosotros surgiré la nueva identidad, a lo mejor me toca ser’ el idedlogo, pero yo no soy politico, soy metafisico”, aclara, mientras Hama al mozo para pe-| dirle un “vaso de soda y un plato con aceitunas”, pues | €1 no fuma ni bebe alcohol, y el cronista, espiritual: | mente desafinado, ya no sabe qué hacer para resistirse | a Ja virtual dependencia de este ser superior, a “No, Rocamora, la superioridad irrita, yo sélo soy | 162 icodi .s decir, yo no soy un hombre un 2 Poi ro provera, cortocircultos, dice un comin, otro dice’ que soy un ‘maestro de ser feliz fn amigo. cacion’, alguien que puede ensefiar a ser feliz ta deseryundo plagado de obstdculos.” . pgpre Federico, ahora viene de un fracaso, aunque Por ma “mision cumplida”. Intenté imponer, en el lie ja Garden, un Templo de Ia Bohemia, acaso para vereal : aquella mitolégica y cercana época del Bar Mo: cuando la recorrida de Kicidos ocurria desc : dere geno al Di Tella y viceversa. ‘Mi trabajo en el el Moderno macabé, lo quise doblegar pero no pude, es Car ear despiadado.” Por eso ahora puede vérselo un eendo” por la Galeria del Este, “como desparra- Trav ni metafisica interior y deambulando"; 0, por Ins noches, en La Paz, donde va a “conversar de meta- i ito Garcia Martinez”. ae er aos, canine desde la temporada en que fracasé Ia adquisicién del ; “trabaja” demasiado con el pensamiento y mest fetemente con sil cuerpo y sui tiempo, lo mantiene s tard, pero muy poco”. Es que no es muy facil ser icodi no cualquiera. . Pacontente distinta sufre mucho porque no se integra nunca”, y entonces uno se conmueve, piensa oe ginales’ dramones de inadaptacién, “incomunieacién, afectos, en soledades de hierro a pesar de ONG cido tan querible”, en tristezas y cieletimias ¥ . scone creas, yo Tes gusto mucho a Jas minas’, dice de pronto, fal vez por leer lo inadvertido, Sin embargo, ain, ne se incorporé —ni piensa a las exaltadas hnestes del casorio. “Si apenas puedo conmigo mismo... asi que nunca podré formar un hogar; To acepto, es una limi tacién”, confiesa, y el cronista decide poner Punto fina; sin embargo, Federico saca el punto, Io tira lejos, y dice: "Acordate siempre, ‘serés 10 que debas ser y dejate de... de embromar. Querer nunca fue poder, yn frase ‘persevera y triunfards’, ya to demostré Bal bin, es fatsa”. Y se Tevanta ahora, y no va hacia el bafio: va a recoger el punto final. Lo levanta cui samente, lo trae, lo entrega, y dice: “Ponelo”. 163 t 5 g 2 é & que mas le preocupa a este artista es el presente, aun- que tiene sus complicaciones, claro. “Lo embromado del presente es que muy pronto se convierte en pasado. Y el futuro es siempre incierto: el tinico futuro es la muerte.” El Mono habla a “rolete”. Una palabra conduce a otra y un tema a otro y las ideas, como ingeniosos “Yo no entien _ duendes, brotan deshilvanadamente, para provocar un Portajes a mj discurso sabio, entretenido, divertido, Porque el Mono @ Preguntarle’ ay £0 wi Villegas es, ante todo, un gran conversador, y sin recu- legar a fin de met trir a calificativos exagerados, afirmemos sencillamente Sefior Enrig) que se trata de un hombre —un artista— culto. Que i ta desorde, in supo asimilar lo que leyé y experimenté: su discurso | Reotura en el te ec tad, mign SetI0”, goo Teeibimy ¢s la suma de esas lecturas y experiencias, que asimi- £8. “Yo no me 60 lea tt ladas sirven para razonar —y proponer— por su propia Jos reportajes cuenta. Y cuando ejecuta musica sucede algo similar: © tes y todos me su personalidad musical es la suma de todas sus ine 62 es el mejor Ruguoias, asf se amen Duke Ellington, Horacio Salgén, ‘illegas, aungue ;, vel. | i uno Io me Jamas Pianista de ramos generales, virtuoso cultor del jazz, Qué fo Taman a2, © Hx Miisica que, segtin el Mono, es realmente compar. a los seres tida en Buenos Aires por unas mil personas. Un artista nista de nacional; : _ ae siempre grabé lo que quiso, y que nunca permitié ; FeeseTvArse, para high ’,POttetig, y,Misieg 4 eMasiadg QUE se prostituyers, a producto. “Los muchachos Fes que quise ween 0 » ti n | Fyen que soy Beethoven.” Y eso los jévenes lo saben, Quise tener doce ¥ lo toman, tal ver, como ejemplo. me yo.” en ‘acerle una entrevista a Villegas es, en realidad, un No fuma, no cine, Vive de ye mes, ahora pre, ella sabe més que YOR parte del dia oy a wile Ecuador, dc lel que salen’ mara més, Porque obligatya atin adénde ing © 4 esbordante hedoniaret COn 8 164 {kee de infantes, més o menos como hacérsela a Bor. fo dona, “8 garantia, nunca deja de hablar, se entrevis- & Selo. Y un cronista equivocado, entonces, puede que preci’ attastrar por esa faciliciad, y se dedique, sim. Plemente, a transcribir las sinceridades o barbaridades que bonitamente proclama, El buen negocio consistiria, trated? CAS, en talar un poco ese bosque de palabras, stat de encontrar un espacio limpio, desprovisto dé comibtesivo ingenio, donde ubicarlo’ como hombre, como artista, pivilleeas es, en todo sentido, un exagerado. Un desor- ta, alo. Un espejo que nos devuelve una imagen opues: Ig WE Puede desubicar a cualquiera diciendo, apenas, ® que ‘piensa, idea o delira, as{ sea una ‘condena | | 165 ~ demitificacig, FEDERICO, EL DE LA PAZ furibunda, una atroz procacidad, 0 una que no busca sélo el efecto. Es que su persistenng b f ie Su persistenci existencia, es de por si un efecto: una consecuenigt Feaccion ante diversas costumbres o endjenaciones yt tee fondo, absurdas, Villegas entonces Due so ‘he imbancable, Porque con su humor maced ss gran amigo de Macedonio Fernandez) seo © mascara | ¥ Ros Brepone ~. Acontecié inal, dijor : ekintecé que sobre el final, di sey yong ue iio. ye ia, asi que Io: ji alle : $ Voy a dejar con ella.” primer piso del Palacig | ncia de Geno Diaz pasé al frente en todo sentido, como si fuera a dar una Jeccién: y la dio. La settjon de humor, un retorno a las fuentes, sin argu Jeentos, ni explicaciones, ni insignes sanatas. “,Quién soy yo?, por favor no quieran averiguarlo, éoy Ia circunstancia de Geno, soy una flor azteca, un Jockey venido a més, un amigo de Fasulo, un fakir sin ieuro. Solo sé que ho tengo nada que hacer aqui, que Ie hablo no a todos sino a cada uno de ustedes. Yo pertenezco a las fuerzas vivas de Tandil, soy un vivo Bye hace fuerza para vivir sin trabajar, en una ciudad Gonde tenemos un cura que quiere que el Viernes San- fo se festeje en domingo, as{ trabajan mds los restau rantes.” ‘Un conocedor del patio, un monologador tramposo, con una voz que puede prescindir de micréfono, que abla con los ojos cerrados y uno desconoce si es por {in defecto, o es su estilo. En definitiva, un cuentero de P-shlo, de esos que parecen predicadores, o politicos 0 Yendedores de boligrafos, un virtuoso de la mas sabro- fa jocundia que extirpé carcajadas unénimes durante fincuenta minutos, que conquisté una adhesién inme- diata, ¢ impacto a un publico integrado por especialis- tas, profesionales de la risa, criticos, dibujantes, perio- distas y novias. “era tan bruto que confundia a Hamlet con el omelet, que crefa que la prenda agraria era la novia del gauicho, que a tal tipo se le habian desparramado Jos pensamientos y tenia derrame cerebral. Era poli- timpano, escuchaba en todos los idiomas pero de nin- guno entendia un... nada, y decia que Ia Biblia era la primer novela donde moria el muchachito, y vivia en tin pueblo donde habia tanta ansiedad que en una cele- pracién prendieron los fuegos artificiales a mediodfa.” El cuentero de alma, nos guardé a todos en el bolsi- Ho, nos atrapé con “la espontaneidad que tenemos los uruguayos para el ridiculo”. Tuvo hallazgos formida- bles: “Hay gente que se pone cinco apellidos para ver si emboca cudl es el del padre”; jugé con el absurdo, hizo una gran diccién con la historia, por ejemplo con ‘el frondoso anecdotario del coronel Supisichi, “el mé& im Y la circunst ximo estratega que perdié ¢: Ja quince, que estaba por i el fuego!, lo mats por ecareesentt® de Pronto: de sus tropas”. Todos, se preguntaban quién era, el cronista lo cqy_ furs, antes de, que, Gs Torino sttino modelo, niano Reyes Davila, pero uno seems Hamarse Tash no por Geno Diaz— que su ro eee ¢ , verdadero apelli. Been SM tah plies » Uruguay. “Un pais donde abunda much oo Fe sez, para tomar concienc de en bicicleta”, pero ahora Teside 7 2 en Tandi nhiano ¢s viudo, y muy rico, tiene monn Zacién de ventas de libros, y es, ante todo ue en Yendedor. “Te equivoeds, soy Et Vendeoon?? U2 eran | lguna vez quisieron que ex . | Jo llevaron a la television, en Monee arte natural yy Pregunté: ¢Cudnto hay que pagar pang (03,408

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