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Siempre he tenido una mana por ubicar cada cosa en su lugar segn las reglas que yo mismo diseo. En mi armario, tengo un cajn para cada tipo de
ropa; en mi alacena, acomodo los alimentos segn su sabor y densidad; en mi biblioteca, ubico los libros con varios criterios que van desde el lugar de
origen del autor, los gneros literarios hasta mis preferencias y gustos especiales. Ordenar la cmoda implica satisfacer esas manas tan latentes en mi
cotidianidad.
No obstante, ubicar dos obras en la cmoda bajo los criterios que propone la autora y pedagoga Teresa Duran no es tarea fcil. A m, este trabajo, me
llev tiempo; tiempo para leer y releer, comprender y analizar, leer en voz baja y en voz alta cada punto y coma para que la seleccin tuviera sentido y
se ajustara a la funcin descrita y explicada. Debo confesar, que tena una ventaja a mi favor: en mi labor como docente acompao a mis estudiantes a
realizar sus prcticas en jardines infantiles; all, ellas tienen la oportunidad de leer en voz alta a nios y nias de cero a cinco aos. Muchas de las obras
que escog para poner en cada cajn parten de esas experiencias y los efectos que mis estudiantes y yo hemos podido observar en algn momento.
Debo sealar que, a pesar de dicha experiencia, el texto de Duran me ha revelado saberes en los que no haba reparado o que no saba unir en esa
maraa de vivencias, lecturas y apuestas. Algunos de esos saberes son:
La lectura de imgenes es un proceso que puede comenzar a muy temprana edad; como educadores, o medidores, de lectura tenemos la
importante tarea de seleccionar los libros pertinentes para que el nio lea visualmente con mayor sentido y apertura del mundo.
La accin de reconocer lo que se encuentra en la imagen, le significa al nio entrar en el mundo de la comunicacin, porque comienza a entender
la representacin. Aunque parece simple, esto es una ganancia invaluable.
Cuando el nio se identifica con un personaje o la situacin de una historia que ve, entiende que lo que est en ese libro que se abre ante sus
ojos se relaciona con una experiencia de vida, la cual, puede ser como la suya.
Imaginar es esa funcin tan latente en la literatura, tan obvia, que el nio la pone de manifiesto con su habla, su gesto, su cuerpo. Pero cuidado,
obvia para el adulto que sabe sobre el tema, aunque mgica y reveladora para el nio que la siente, imagina y juega.