SER DOCENTE Y SOCIEDAD DE CONTROLLO OCULTO EN LO VISTO
El Estado hizo de la escuela su mejor aliado, preparando la mano y la mente del buen obrero, de la persona que recibe un tipo de educacin para que termin siendo uno ms de los mltiples obreros; pero hizo de la razn la gnesis del gobierno de la conducta y la de la Repblica, aquel que encontramos en el nacimiento del maestro en la sociedad de bienestar, fue una ilusin en la democratizacin del saber; ilusin que dur menos de tres dcadas pues en su seno se fue gestando el nacimiento del especialista de las disciplinas. El didacta despoj del poder de visin al pedagogo y en su lugar se impuso el rgimen de la obediencia generalizada; el saber es el mtodo y la tcnica una vigilancia en la fabricacin del hombre-mquina. La sociedad de control instituye la sospecha y ella afecta al ser del docente. El profesor que es malo es sospechoso, pero el profesor que es muy bueno tambin lo es. Pensar es difcil y es sospechoso en la sociedad de control. Por esto hay que volver calidad. Hay que volver a ellos, a los maestros, para que puedan pensar una sociedad distinta porque el tiempo que vivimos es un tiempo difcil. Reinventar, seguramente, la formacin docente para que cada el controlador de la vida ni el polica de las almas. En verdad la sociedad de control y sus correlatos seguridad, velocidad, sospecha evaluacin, estndar, medicin, competencia, etc. , constituyen una sociedad del estiramiento del ser y el maestro es uno de sus primeros blancos. Las tensiones en el mbito de las realidades socioculturales muestran diferencia, el mercado homogeneiza y promulga el gran decreto: la esto lo visto en lo oculto de la sociedad contempornea nos debe impulsar haca la gran lucha y sta debe situarse en el siguiente registro: cuando un nio aprende algo de la sociedad cambia y hacindolo tal vez estemos dando el paso para pasar de una sociedad controlada por el miedo a una sociedad regida por la felicidad, no en los trminos del couching del ser, sino en la virtud tan preciosa de Sneca. En lo oculto en lo visto en la educacin del buen obrero tambin se fabrica la felicidad y con ella se pierde el gran horizonte de su virtud.