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P E R I Ó D I C O D E L I B R O S
C R Í T I C A S
P V P $ 5 . 0 0 0 - Pe r i ó d i c o d e c r í t i c a b i b l i o g r á f i c a . No . 8 . B o g o t á - X X I I I F I L B 2 0 1 0 - I S S N 2 0 1 1 - 6 1 2 8
Manual de ateología:
La quimera de dios
Criterios editoriales y de selección competen exclusivamente al periódico. Poesía (perfiles, reseñas y entrevistas)
Colaboración solicitada. Los juicios emitidos en la presente edición
son responsabilidad de sus autores y no comprometen la opinión de Manicomio Rock 17 Por Nelson Romero
Lecturas Críticas.
Alda Merini 18 Por Darío Sanchez-Carballo
Cine
Arte
Sobre la crítica
Nuestra Carátula:
Ritual
Ángel Alfaro.
Cuba.
Grabado
P/A
74 x 51 cm.
2000
¿Problematizar conceptos?
Por Hollman Lozano García
La quimera de dios
Por Alberto Rahal
cia en la medida en que utiliza gen y semejanza del dios y debe mente femeninas como Atargatis
Manual de ateología sus propios métodos y establece someterse a sus designios inmu- o Chía, Florence Thomas dejaría
Varios autores su misma causalidad. Aunque no tables. de ser atea?
Tierra firme editores. parezca evidente, en una danza
Bogotá, 2009 Cambiar todos los dioses por Igual consideración vale para
para provocar la lluvia o en la uno solo no simplifica el proble- Juan Manuel Charry quien tras-
188 Páginas
preparación de una poción de ma, sino que lo complica ya que lada su objeción a las motiva-
hierbas rezadas subyace el con- lo convierte en una verdadera ciones políticas de las diferentes
cepto de que fenómenos natu- cuestión filosófica acerca de los religiones.
rales son creados, modificados o orígenes del universo y el hom- Ana Margarita López nos pro-
explicados por causas naturales1. bre, concentrando en un solo porciona la razón más obvia y
El dilema filosófico de la existen- ser todo el cúmulo de fuerzas poderosa para ser ateos. Ella no
cia de dios es simple y nada tiene no naturales que le permitirían, cree en dios ¡pues porque no
que ver con la moral. O consi- no explicar, sino más bien evadir existe! Parece un chiste pero en
deramos que existen dentro de la la explicación de los fenómenos realidad es la objeción más ra-
naturaleza causas o fuerzas capa- que aún están por fuera del al- zonada sobre la inexistencia de
ces de producir y explicar todos cance de la ciencia. El paso de dios. Aquellos que hayan leído a
los fenómenos naturales como lo múltiples dioses a uno solo, no Carl Sagan recordarán su famo-
indica la ciencia, o consideramos solamente cambia la visión que sa fábula2 en la que un hombre
que existe una especie de mundo el hombre tiene de sí mismo y trata de convencer a su vecino de
sobrenatural, es decir, que tras- de su mundo sino que crea una que tiene un dragón encerrado
ciende a ésta naturaleza visible, y nueva ética. Un célebre ateo cuyo en su garaje, pero cuando éste
el cual está poblado por fuerzas y nombre no recuerdo, le hacía a trata de verlo resulta que el dra-
seres que influyen directamente un esforzado creyente de alguna gón es invisible, no se deja rociar
sobre nuestro mundo como pre- religión monoteísta la siguiente con pintura aerosol porque es
Creer o no creer. El Manual de propuesta: Si me explicas porqué
tenden las religiones. incorpóreo, no deja marcas en el
Ateología de Tierra Firme Edito- no crees en todos los demás dioses,
res es una interesante colección A través de su corta historia el piso cubierto de harina porque es
hombre ha imaginado múltiples yo te explicaré porqué no creo en ingrávido etc.
de opiniones, ideas, sentimien- el tuyo.
tos, presentimientos y reivindi- maneras de explicar los fenóme- No dudo que estarán de acuerdo
nos de un universo que apenas El Manual de Ateología no es con Sagan en el hecho de que un
caciones sociales, pero es tam-
empieza a conocer. En las socie- una colección coherente de en- ser que no podemos ver ni oír,
bién un ensayo importante que
dades con muchos dioses, estos sayos sobre la no existencia de sentir, oler ni palpar, medir ni
nos pone a reflexionar sobre la
estaban por lo general al servicio dios. Hay de todo incluyendo pesar y ni siquiera podemos ima-
compleja cuestión filosófica de la
del hombre y eran especializados exigencias de género y reclamos ginar cabalmente en todas sus
existencia de dios. Escribo dios
en tareas puntuales. Algunos se políticos, reivindicaciones sexua- dimensiones, es lo más parecido
con minúscula porque aquí es-
encargaban de hacer que la tie- les y análisis filosóficos, en los a un ser que no existe!
tán en cuestión, no solamente el
rra produjera buenas cosechas, que 16 ilustres personajes de la
tradicional dios de las religiones Alejandro Gaviria protesta con-
otros del clima o de las tempes- vida nacional exponen sus ideas
monoteistas sino todos los dio- tra la represión sexual y los predi-
tades marinas, otros más se en- acerca de dios. Unos afortunados
ses. Todas las fuerzas sobrenatu- cadores falaces. Hector Abad Fa-
cargaban de las labores amorosas y serios, otros divertidos y des-
rales que a través de su historia ciolince es un ateo manso: …lo
o de la familia. Todo ello en un complicados. Florence Thomas
el hombre ha imaginado para ex- combatido no deben ser las perso-
ambiente altamente humanista desde su posición respetabilísima
plicar los fenómenos de un uni- nas o las cosas sino las ideas… Creo
en el que los dioses, creados por de defensora de los derechos y
verso que no comprende. que el Dios cristiano, así como el
el hombre a imagen y semejanza calidades de la mujer se declara
Y es que cuando el hombre dejó enemiga de las religiones mono- islámico o los millones de dioses de
de sí mismo, debían obedecer a la religión hinduista, están hechos
de manejar su mundo a través teístas que la segregan y oprimen
éste y podían inclusive ser amo- del mismo material fantástico con
de la magia (definida aquí como y apoya su convicción en los
nestados y reprendidos cuando que fueron compuestos Funes o el
una acción coercitiva sobre la escritos bíblicos que constitu-
no cumplían bien sus labores. El Quijote.
naturaleza) y empezó a recu- yen una verdadera apología del
paso a las religiones monoteístas
rrir a fenómenos sobrenaturales machismo y la discriminación. Humberto de la Calle, Carlos
viene aparejado con una ética
(fuerzas que están por fuera de Pero la cuestión filosófica sigue Gaviria, se declaran agnósticos,
autoritaria. El hombre ya no es
la naturaleza) para explicar las irresuelta. El maltrato por par- mientras que Antonio Vélez y
creador sino que es creado a ima-
cosas que aún no estaba en ca- te de ciertas comunidades hacia José Arizala son ateos convenci-
pacidad de comprender, provo- la mujer no es una premisa que
1 Para una revisión más profunda
có una ruptura profunda en su permita deducir la inexistencia
sobre este tema véase FRAZER, 2 Sagan, Carl: El mundo y
manera de ver la realidad. Según James George, La Rama Dorada, de dios. ¿Será que en una socie- sus demonios, capítulo 10: Un
Frazer la magia precede a la cien- capítulo IV: Magia y Religión. dad cuyas deidades sean esencial- dragón en el garaje.
a un año de haber concluido la y a la imaginación que a las pala- en su blog : “Se trata de un Vol-
El jardín devastado trilogía formada por En busca de bras mismas de la novela. Como pi íntimo en cuyo narrador no
Jorge Volpi Klingsor, El fin de la locura y No el siguiente capítulo: cuesta reconocer ciertos aspec-
Alfaguara será la Tierra. Un punto y aparte tos de su biografía: el intelectual
Bogotá, 2009 CNN
después de diez años de explorar que deambula por el mundo, el
182 Páginas Un hombre encapuchado deca-
los mismos temas, el mismo esti- hombre exitoso capaz de una fe-
pita a otro en vivo y en directo.
lo -la claridad-, las mismas ten- roz autocrítica” el Volpi sin hijos
Lo miramos y lo miramos.
taciones cotidianas. En busca de –el narrador habla que ese es su
Y no dejamos de mirarlo.
mí mismo tras haberme extravia- único consuelo− que ha pasado
do en largas y arduas parrafadas, Y es de este modo mediante el por Emory, Cornell, universida-
cientos de rostros imaginarios cual va sumergiendo al lector en des por las que ha pasado el au-
y miles de páginas al garete”. Y el drama de las tres historias que tor. Es obvio que tampoco pre-
vaya que ha ido marcando un se van entrecruzando, la de Lai- tendo insinuar que este narrador
punto de quiebre y no solo con la a quien una bomba de racimo sea el mismo autor, tan solo que
El jardín devastado (Alfagua- mata a todos sus familiares, y co- hay cosas en común, que llevan a
ra.2008) sino con su más recien- mienza la búsqueda de sus her- pensar en este personaje también
te novela Oscuro, bosque oscuro manos que residen en Bagdad, como un desarraigado en su mis-
(Almadia, 2009) donde trata de pero a su vez, también inicia un ma profesión (analista político)
explorar el verso, la rima y el rit- viaje hacia su interior y su dolor la cual se le hace vana, una ciu-
mo volviendo a uno de los temas propio reflejado, amainado y por dad que le parece retrasada, a la
En la pasada Feria Internacional de la II Guerra Mundial. momentos también agudizado que no se termina de acomodar
del Libro de Bogotá, dentro de No obstante, El jardín devasta- en el de las demás victimas de a la además llega casi por obliga-
la comitiva del país invitado de do, a pesar del quiebre estilístico Irak. La de Ana y su esposo, en ción o sin mucha intención.
honor −México− estuvo el escri- con sus anteriores obras, parecía busca de una estabilidad matri-
En conclusión: El jardín devasta-
tor Jorge Volpi (1968), quizás, a ser también la Post-data −¿acaso monial algo imposible, y la del
do, es el final de una búsqueda y
mi modo de parecer, el escritor también la conclusión y conse- narrador y a su vez protagonis-
de un sentido de la historia trans-
mexicano más importante de la cuencia?− de su Trilogía del Siglo ta que vuelve a México, sin un
figurada en personajes que no
actualidad (inclusive por enci- XX. Puesto que se vuelve a su- sendero muy claro, con un dolor
terminan de encajar en un mun-
ma del reciente Premio Herralde mergir en temas digámoslo así: profundo y una repugnancia evi-
do que les ha tocado al azar y al
Daniel Sada, de Elmer Mendo- históricos. Esta vez trata de ex- dente por todo cuanto lo rodea.
cual aborrecen. Es también esta
za Premio Tusquets de Novela plorar el dolor humano (como lo Pero las tres historias, cada uno novela la demostración y el pun-
en una de sus pasadas versiones, declaro en una de las entradas del de los personajes, es un exilia- to de llegada de una guerra san-
y sin temor a equivocarme por blog) y agregaría yo, el desarrai- do (desarraigado como lo había grienta, de una locura sintomáti-
encima del aclamado –pero tri- go, a través de la Guerra de Irak puesto con anterioridad) en sí ca y pegadiza y de la expresión de
llado− Carlos Fuentes, abuelo – por un lado a través de la figura mismo y en su exterior. Laila la avaricia, de la individualidad
como para nosotros García Már- de una muchacha iraquí llamada luego de que su esposo y su hijo y el egoísmo, que terminan por
quez los colombianos− de los Laila y de un personaje-narrador hubieran perecido, tiene que di- decantar en la indiferencia, en la
escritores mexicanos) y en dos o que vuelve a su país, sin hallar- rigirse a otro lado, sin estar se- indiferencia por el dolor ajeno y
tres ocasiones lo escuche expresar se aun en él y la de una relación gura que ese sea el sitio al cual propio. Pero es también una no-
su descontento con las fronteras, matrimonial atravesada por la quiere llegar y en el cual se pue- vela amable y bastante saludable
tanto en lo territorial como en lo desazón y el egoísmo. Pero va- de hallar. Ana y su esposo ya no de leer que como muchas nove-
literario y su altivo animo trans- mos por partes. El jardín devas- son los mismos, sobre todo Ana, las tiene la misión de iluminar
gresor frente a esa realidad rom- tado, es una novela que rompe quien comienza a tener una re- episodios oscuros de la vida y la
piendo los esquemas literarios. en cuanto está llena de pequeños lación con el narrador-personaje, propia existencia.
Desde finalizada su internacio- capítulos con el tinte de aforis- y a buscar salidas fuera del ma-
nalmente aclamada Trilogía del mos que son reveladores y aun trimonio, ha tenido que exiliar- * Para leer la novela en sus cien
Siglo XX en 2006, se ha toma- más contundentes: “Dos hay dos se, arrancarse de su intimidad entradas en el blog del “Boo-
marital para pasar a una poco merang”, seguir el enlace: http://
do un año sabático, que culmi- hay un abismo”, “el jardín esta www.elboomeran.com/blog-
nó en noviembre de 2007, con bajo la arena”, “No hay crimen: conyugal y licita. Y por último el post/12/2725/jorge-volpi/el-jar-
el comienzo de la publicación de los inocentes irán de cualquier narrador de quien no conocemos din-1-proposito-o-desproposito/
cien entradas de una nueva no- modo al paraíso”, y de otros un el nombre, pero que es a todas
vela en el blog literario el “Bo- tanto más extensos con tres o luces un alter ego del autor, “Él,
omerang”*. Un punto de quie- cuatro o líneas, y de no muchos el narrador, que tiene lo peor de
bre con su anterior trabajo “Un párrafos cortos que van marcan- mí” comenta en alguna entrada William Acosta es estudiante de
ejercicio de escritura, una forma do un tipo de ritmo y de tono es- Volpi, además y como lo hacía Ciencia Política, escritor y comen-
de aprender a escribir de nuevo pecial que deja más a la reflexión denotar Edmundo Paz Soldán tarista de libros.
Memorias de un errante
Por Hellman Pardo
por los loros que vuelan sobre el la Parca o la Chirifusca: “mors, Sin embargo, en esta novela, en
El don de la vida parque expresa: “Me retrotraen a mors, mortem, mortis, morti, mor- lugar de hacer una travesía o un
Fernando Vallejo mí mismo, a mi niñez, y con su te (…) morior, mortuus sum ”. viaje inmóvil, está uno sujeto a
Alfaguara aleteo verde me encienden la es- dar vueltas en un suelo cenagoso
Bogotá, 2010 Si en el rosario que rezamos en
peranza. ¿Ven? Es que yo espero alrededor del cordón umbilical
162 páginas Los días azules (1985) los mis-
al revés. Lo que quiero es que el del autor-narrador y de la repre-
terios que contemplamos eran
mundo pare, dé media vuelta y sentación para ser al fin devorado
gozosos, los misterios que va-
vuelva atrás, a lo que fuimos, que por Cronos-Saturno, aderezado
mos a contemplar en El don de
con todo y lo malo que era era eso sí con algunos divertimen-
la vida (2010) son dolorosos. Las
mucho menos malo que esto”. tos cultos y unos desplantes que
declaraciones de amor a los ani-
En El don de la vida la flecha del sacuden, pero ¿en qué sentido?,
males (las ratas, los gallinazos y
tiempo ha invertido su sentido a hay que ver...
los loros) y al “compadre” en esta
tal punto que el polo del pasado El compadre llama “maestro”
novela son meras declaraciones
se lo ha tragado todo, o casi, y ha al narrador. En cierto aparte el
y gravitan a una distancia años-
dejado sin futuro al narrador, “ya narrador advierte: “¡Ay del que
luz del afecto animal que senti-
se lo gastó”, le dice el compadre, le digan en Colombia ‘maestro’!
mos en Años de indulgencia con
lo cual no es grave, pero “lo que Más le valiera atarse una piedra
el rapto del narrador que, ten-
sí tiene, y de sobra, es pasado”, y de molino al cuello y tirarse al
dido en la terraza del edificio en
aferrado a estos restos se queda mar”. Enseguida el narrador, el
Nueva York donde vive haciendo
también sin un devenir varado “maestro” se aplica pero como de
trabajos negros con su hermano
en un presente mustio: “yo soy mentirillas el castigo que aplica-
Darío, acoge amorosamente los
los muertos de mi libreta”. ¿Que- ba el Evangelio al que escanda-
besuqueos de las ratas; o cuan-
Sentado en una banca del par- da por lo menos la bendición de lice a uno de esos pequeñuelos y
do en Las ramblas paralelas el
que Bolívar en Medellín, el na- la Muerte entre tanta hojarasca? cae presa de una regresión en el
narrador-autor (que cree estar en
rrador acecha como una araña a Será el “compadre”, empleado infantilismo de la literatura: “Al
las últimas) evoca los momentos
la espera de una mosca ocasional menor de la alcaldía a quien el mar sí, pero con un infante en-
en que sostenía en sus brazos a la
que pase y caiga en las redes de narrador aconseja que aguante cantado. ¡Ah quién vivir pudiera
perra Bruja que agoniza. Quedan
su telaraña memoriosa; en una en el trabajo hasta jubilarse para eternamente en una isla desierta
unos pocos retazos de memoria
banca del parque donde escan- que luego “haga como yo, que con un principito de cuento de
hago lo que me canta el culo”, viva en esta novela de Vallejo,
cia el tiempo agobiante anotan- como el viaje del narrador per hadas y detener el reloj! Que no
do sus muertos “conocidos” en será este compadre el que dará bien entre el principito a la pu-
la fórmula o ecuación del libro orthodoxam viam a través de las
la “libreta de los muertos”, a los cuevas y los hondos pliegues de bertad ahí se pare. ¡Y a medirlo
que va ensartando en el hilo del mismo, como culebra que se entonces de arriba abajo con una
come por la cola: “Pero hablan- la joven panadera veracruzana.
recuerdo con responsos a dos vo- Tiene maña el autor para esco- cinta métrica para la mayor glo-
do en plata blanca a mí se me ria de Dios!”. En otro arrebato
ces junto con el “compadre” a su ger las palabras más cercanas al
hace que el Cambio es lo mismo de ñoñería parejo a este último
lado en la banca y con quien pla- oído y una sintaxis eficaz que va
que el Tiempo, y el Tiempo lo con “el principito” dirá: “Si el
ticará a lo largo de 162 páginas, al grano sin que se note el paso.
mismo que la Vejez, y la vejez lo Cauca se muere, ya no quiero
apegado a la consigna de que “La Como le dice el compadre, “us-
mismo que la Muerte. Cuatro vivir. Yo soy los ríos de Colom-
única forma de medir el presente ted, maestro, cuida el idioma”; su
que son tres, tres que son dos, bia”. El compadre reclama aquí
es poniendo el oído izquierdo so- prosa está despojada de imágenes
dos que son uno”. Montado en al narrador en un tono que se
bre el corazón de Cronos. Mi pa- y metáforas que hurtan al lector
esta escalera regresiva por fuerza va poniendo color de hormiga,
dre. El único que reconozco”. El un mundo posible y le dejan en
el pasado es fuente de infelicidad “No, maestro, por favor no se
asunto de la novela se anuncia al cambio un producto sublimado.
intermitente: “Sufro por lo que
principio: “El niño es una piedra
un día fue y ya no es, por lo que
estulta, el viejo una pavesa que
se fue”. “¡Ay, todo se acaba, todo
se lleva el viento. He ahí, resu-
pasa, qué tristeza!”.
mido, el libro que voy a escribir
para dedicárselo a usted: un tra- Es que Cronos, padre y maqui-
tadito sobre la vejez y sus mise- nista de Vallejo en El don de la
rias en que Cronos se enloquece vida es el mismo Saturno que
y se tira al río. ¡Cuánta agua no devora a sus criaturas, y de qué
ha arrastrado el río bajo el puen- modo lo podemos apreciar en la
te y cuánto tengo que contar!”. impactante imagen de Goya y
Cual pescador aguas arriba del en la manera como el narrador Héctor Suarez Castro 3115187738 - 4720821
río de la memoria y embelesado declina sustantivo y verbo de
La mazmorra de la locura
Por Dario Sánchez-Carballo En homenaje a las mujeres que se me murieron en estos últimos doce
meses, mi madre, mi abuela paterna, Ángela Vélez, Rosalba Carballo
Baldayo, Alda Merini y nuestra queridísima
Mónica de la Casa de Poesía Silva.
Hace unos años, en un periódico El manicomio es una gran caja de resonancia
que solíamos editar cuando ni el y el delirio se vuelve eco,
odio, ni las sombras se condensa- medida el anonimato,
ban para ocultar la luz, logramos el manicomio es el Monte Sinaí,
un aguijonazo al publicar a Alda maldito, en el que recibes
Merini con la ayuda y la compli- las tablas de una ley
cidad de Efraim Medina Reyes, que los hombres no conocen.
quien impulsó esa edición. El
monográfico mostraba una poeta Alda Merini
fresca tanto en su poesía como en
su manera de ser frente al mun- lo desea nadie. Creo en la gran caja de resonancia que
do. Pero esa frescura no se po- que nuestra home- es el mundo. ¿Acaso no es un
día, ni en aquél entonces ni hoy, najeada conocía muy inmenso manicomio el planeta?
confundir con la ingenuidad que bien el significado Ahora le pregunto a Merini y me
alguno que otro detractor pensa- de estas palabras. El permito decir lo que diría ella.
ba. Para aquellos esos versos eran mundo y su gente su- ¿Qué es el eco?
elementales. Mas la desnudez es fren, indudablemen-
La voz de los que preguntan el
elemental y lo que siempre pude te, pero cuando de
porqué de preguntas estúpidas y
observar en la poesía de la italia- alguna manera logras
los que responden con leyes in-
na era esa piel, el frío que uno hala en los estertores de la muer- subvertir este orden a través de la
útiles, excepto para el castigo.
podía sentir cuando nos descri- te, en el espasmo muscular que estética, a través de la poesía y el
produce el invierno, en aquello dolor se vuelve belleza es cuan- Entonces, ¿qué es la locura?
bía las baldosas de las duchas en
que nubla la cara de los niños en do logramos tocar la eternidad, La gran mazmorra del mundo
los manicomios. Porque a sus 16
la mañanas al salir de las duchas. porque el infierno ya lo hemos donde recibes humillaciones y
años ya pisaba esas instituciones
Por ello su voz era clara y no ne- vivido. Coronada siempre por antes que me preguntes por la
donde según sus propias palabras
cesitaba de la gran metáfora, de un cigarrillo y su collar de perlas, caja de resonancia, ausculta tu
“encuentra las primeras sombras
la gran imagen poética, ni mu- aunque digan que murió en la cabeza, guarda tus palabras y lee
de la mente” la locura era el
cho menos del ostracismo que a indigencia, estoy seguro que no poemas. ¿Y ahora?
principio de todos sus sentidos
y luego la desazón, la injusticia veces se convierte en un laberin- necesitaba nada más para sentir-
de las violaciones para terminar to innecesario para llegar a nom- se plena.
pariendo una “hermosa niña” en brar las cosas como son las cosas. Vivió más de veinte años en los Canto de respuesta
uno de los círculos del infierno Murió a los 78 años de edad el manicomios entre entradas y sa-
donde dios no está “y sin em- pasado 1 de noviembre de 2009, lidas, una de ellas por romperle Haber estado en ciertos
bargo… todo fue perdonado” el año 11, el de la muerte, pero una silla en la cabeza a Ettore lugares tristes,
decía la poeta. Verla desnuda no también de lo que nace, como Carniti, su ex esposo. Después de cultivar fantasmas,
era verla en aquellas fotografías de cada latigazo nacía un poe- esto, la peor parte la llevó Alda, como dices tú, atento amigo mío,
transgresoras que tanto dieron ma en el alma de Merini. Fue así pues sus antecedentes le valieron no da derecho a creer que dentro
como concibió cinco hijas abso- una instancia en las mazmorras dentro de mí continúe la locura.
para hablar, era leerla y para leer
lutamente italianas Barbara, Fla- de la locura acompañada de de- He seguido siendo poeta hasta en el
a Alda Merini hay que quitarse
cenas de electrochoques. Allí te infierno
la ropa como lo hacía ella. Des- via, Simonetta, Emanuela y su
dan “las tablas de una ley que los sólo que yo buscaba a Eurídice
hacerse de lo que sobra. Volver a poesía. Por cada una sufrió y no
la casta sombra y no tengo más pa-
la instancia primaria del ser hu- pudo hacer más de lo que debía hombres no conocen” como en la
labras
mano donde el lenguaje es lo que hacer. Como madre se reclamaba vida misma. Por ello sus poemas
Ésta, Franco, la tierna respuesta
es y lo que se tiene que decir se todo el tiempo por no estar con se comunicaban con la humani-
a tu dilema: yo soy poeta
dice sin giros de ningún orden, ellas, dicen sus allegados, y se lee dad porque el sufrimiento, las
y poeta seguí siendo tras lo barrotes;
nada más. en sus libros. Gelman decía que humillaciones que tuvo que vivir sólo que afuera, sin casa y perdida
Fue nominada al Premio Nobel ser poeta es un karma que no se son las mismas que se hacen eco he continuado a mi pesar el canto
de Literatura en 1996. Amada de la tristeza, y dentro de cada flor
y querida por maestros como de mi voz existe aún la esperanza
Salvatore Cuasimodo y Eugenio Alda Merini. 1931 – 2009 (Milán, Italia). Considerada una de las de que nada haya sucedido que de-
Montale. Sus libros hacen parte voces más importantes del siglo XX en Italia. Algunos libros publi- vaste
de las nuevas generaciones de cados La presenza di Orfeo (1953), La Tierra Santa (1988), Delirio mi surco de luz y haya perdido
poetas en Italia que buscan un amoroso (1989) e Il tormento delle figura, Vuoto d’amore (1991 la verdadera llave que me cierra a la
o Ipotenusa d’amore (1992). Otras de sus obras son La pazza della verdad.
lenguaje limpio, sin ripios de porta accanto (1995), Folle, folle, folle d’amore per te (2002) sus
ningún estilo. Sus mejores versos últimos trabajos se publicaron en 2003, più bella della poesía è stata
son los que no pretenden hacer la mia vita, y en 2005, Nel Cerchio di un pensiero (teatro por voce Darío Sánchez-Carballo es ar-
parte de ninguna clase de nómi- sola). En 1996 se le candidatizó al Premio Nobel de Literatura. Darío quitecto, poeta y profesor. Ha pu-
na literaria, simplemente los que Fo y la academia francesa fueron sus principales promotores. blicado el libro 49 habitaciones,
son parte del aliento que se ex- en la editorial El Zahir.
Capítulo 1 (fragmento) Breve recuento de los avatares cinematográficos Gaviria, ya fallecido, y de doña
Fabiola González. Como Santia-
En 1999, después del éxito al-
de un director que viene retratando el malhadado go, Víctor fue a la universidad,
canzado con La vendedora de cliché urbano del sicariato, algunas veces estudió psicología y empezó a
rosas, Víctor Gaviria andaba visto apenas como una torpe analogía hacer cine y poesía. Santiago,
buscando una historia que se le de la violencia colombiana. como Gaviria, es un hombre
apareciera ya hecha para realizar inscrito en el universo de una
una nueva película. “Una espe- fascinante, en el que suelen darse sobre Medellín, dividida en dos, ciudad institucionalizada, que se
cie de molécula muy elemental historias muy reveladoras y sig- como muchas otras ciudades del mueve en medio de profesiona-
–dice–, pero que estuviera ya país: una ciudad excluida y una les, una ciudad muy parecida a
nificativas. Pero Gaviria, que es
organizada, que la realidad me incluida. Sus dos largometrajes la que Gaviria había visto y en la
una esponja para absorber histo-
la organizara y me la diera, sin anteriores, Rodrigo D. No futu- que había vivido. También está la
rias, se olvida transitoriamente de
que yo tuviera que transformar- ro y La vendedora de rosas, eran otra ciudad, excluida, marginal,
ellas. Eso ocurrió con esta. Se ol-
la en el escritorio”. No era un películas que nos mostraban una que había irrumpido en el esce-
vidó de ella. O, mejor, la archivó
simple capricho. Era el producto ciudad y unos personajes exclui- nario social en los años ochenta
en el subconsciente, que debe ser
de una larga reflexión sobre las dos. La crítica y sus amigos más del siglo XX, a partir del narco-
un hervidero de larvas, de gérme-
historias que había leído y que cercanos le habían endilgado esas tráfico. Una ciudad representada
nes de la condición humana. Por
había escuchado. Gaviria se la limitaciones y le habían pedido por Gerardo Cardona y la gente
fortuna, el olvido no duró mu-
pasa escuchando historias por que se saliera de esos universos que se mueve alrededor de él, un
cho tiempo. Un día cual quiera,
donde quiera que va. La gente se el amigo se la volvió a contar, de cerrados. “Sálgase de eso, me de- traqueto promedio, dueño de un
le acerca para contarle cosas y él principio a fin, con más detalles. cían –recuerda Gaviria–. laboratorio, que le cocinaba a va-
es una esponja para absorberlas. Era la historia de un profesional rios capos, y que operaba como
Relacioné las dos ciudades, por- intermediario entre los pequeños
“Yo notaba –dice– que todas las joven, recién casado (que en la que ese no es Medellín, ese es el y los grandes capos, un hombre
historias que me contaban tenían película es el ingeniero Santiago Medellín excluido. De modo que intrépido y montaraz que logra
una gran complejidad dramatúr- Restrepo), que había conocido a me dije: vamos a mezclar esos hacer una gran fortuna. Esa era
gica, ocurrían de una manera na- unos traquetos, se asocia con uno dos mundos a través de ese acon- la historia que le había contado,
tural. Eran anécdotas, noticias, de ellos (Gerardo Cardona, en la tecimiento histórico del narco- en líneas generales, el amigo en
chismes, crónicas de periódicos. película), se pone a narcotraficar, tráfico que revolucionó la ciudad referencia. Y en lo que ese amigo
Eran hechos que sucedían, que se ve envuelto en un torcido, lo y creó una dinámica y un estilo le contó –que era, en el fondo,
tal vez transformaba el periodista secuestran y le roban todo lo que de vida”. Una historia sobre dos el germen de la historia– Ga-
o las personas que me las conta- tiene hasta dejarlo en la ruina ciudades a través de un par de
ban, pero que aparecían con un económica y moral (...). viria encontró lo que buscaba:
personajes representativos. Uno una historia completa, redonda,
núcleo grande de dramaturgia Las dos ciudades de ellos, Santiago Restrepo, un
en que estaba lo natural ya muy organizada de antemano por la
Gaviria tuvo la intuición de que ingeniero de treinta y tres años asombrosa realidad que se vivió
complejo”. que, como Gaviria, pertenece
podía ser una gran película, pues en esos años de euforia.
Y la historia, por supuesto, se le por primera vez tenía una his- a la pequeña burguesía. Víctor
apareció como por arte de magia. La escritura del guión
toria total, completa, redonda es hijo del médico Luis Emilio
Un amigo, cuyo nombre prome- Víctor Gaviria es un artista nato,
tió mantener en reserva, le contó instintivo. Una vez me dijo: “Yo
Casa Quinta. Lima - 2007. © Pablo Maire.
que lo habían secuestrado y le me doy cuenta de que se puede
refirió algunos de los episodios hacer una película cuando des-
que había vivido y lo que había cubro ese germen, esa primera
sentido. Fue un secuestro relám- unidad imperfecta, una historia
pago, de tres o cuatro días, que que, por supuesto, está llena de
le dejó huellas profundas y pérdi- preguntas, de retos, de cosas por
das irreparables, como la separa- desarrollar. Es decir, una especie
ción de su esposa. La historia lo de unidad que nos afecta”. Ese es
impresionó. el caso de Sumas y restas. La his-
toria lo afectó tan profundamen-
No por tratarse de un secuestro,
te que, a partir de ese momento,
delito que es pan cotidiano en
empezó a trabajarla en forma....
nuestro medio, sino porque era
un secuestro que estaba inscrito
en el mundo del narcotráfico Pedro Claver es escritor, guionista
y crítico de diferentes medios. Este
que vivió Medellín en los años texto hace parte de un libro en pre-
ochenta del siglo XX. Un mundo paración.
Pro Sainte-Beuve
Nacimiento de la crítica literaria moderna en Francia
Por Juan Manuel Zapata
Hace poco tiempo, en un periódico más amplia de Homme de lettres. identidad social del crítico literario. ta, crítico, colaborador de revistas y
literario de nuestro país, se compa- Hubo que esperar a la promoción y Para no ir mas lejos, fue el primero periódicos, profesor, miembro de
raba a un escritor colombiano con consagración del escritor que operó en percibir y denunciar los proble- la Academia francesa y, al final de
Sainte-Beuve, “el crítico literario el romanticismo y a la democratiza- mas de la democratización y la in- su carrera, senador Imperial, nunca
por excelencia de la Francia román- ción e industrialización de la litera- dustrialización de la literatura. En dejo de manifestar su voluntad de
tica”, como se le apellidaba allí. La tura que se puso en marcha a partir un artículo de 1839 titulado Sur la ser el portavoz de distintos discur-
comparación servía para señalar “la de 1830, para que la figura del crí- Littérature Industrielle, publicado sos y el intermediario de diferentes
mala leche” de ambos escritores y tico literario apareciera en la esce- en la Revue des deux Mondes, revista grupos, entablando así uno de los
el carácter incendiario de sus críti- na social. Sainte-Beuve fue testigo con la que colaborará Sainte-Beuve más fructíferos diálogos con la lite-
cas, hecho que no pienso discutir ejemplar y hábil protagonista de durante casi veinte años, el critico ratura y los personajes de su siglo.
aquí, puesto que la comparación, esta coyuntura. Del poeta tímido y pondrá en evidencia las paradojas La elección misma de la biografía
aunque extravagante, es del todo menesteroso de esos primeros años que deberá enfrentar el productor como método crítico le permitió
anodina. Lo que si quisiera hacer, en los que entabla una amistad sos- cultural con el advenimiento de la acercarse a las ya divinizadas figuras
aprovechando un poco la circuns- pechosa con Victor Hugo, amistad industria cultural. Según Sainte- del romanticismo. Pero aquello que
tancia, es volver sobre la figura de que se convertirá con el tiempo en Beuve, la explotación y organiza- comenzó como una estrategia par-
Sainte-Beuve y sobre su papel en un profundo y mutuo rencor, paso ción puramente mercantil de la ticular para asegurar su propia con-
la literatura francesa del siglo XIX, a ser el crítico implacable que cons- literatura, hábilmente estimulada sagración, anunciaba un progra-
especialmente en la crítica, donde truía y destruía carreras literarias por la sociedad industrial emergen- ma estético que daría lugar, unos
se destacó, pues no contó con la desde su trono de senador imperial. te, acarrea una ambigüedad peli- años mas tarde, a la historiografía
misma suerte en la poesía, donde si De tal suerte, la batalla de Sainte- grosa para el intelectual y el crítico. literaria tal y como se conoció en
le hubiese gustado sobresalir. Este Beuve por la consagración social y Inmerso en el universo de la reifi- Francia durante casi cien años. Al
personaje, con sus manías y sus la gloria mundana, pone en eviden- cación y de la mercantilización de anteponer la figura del autor en sus
obsesiones, sus intereses y sus gus- cia la transición de la vieja sociedad la literatura, el productor cultural estudios críticos, el critico-biográ-
tos, sus complejos de inferioridad monárquica, ya agonizante durante vivirá desde entonces un destino fico no solamente contribuyó a la
y sus ambiciones, encarna, mejor la Restauración, a la nueva sociedad contradictorio: por una parte, la emancipación y consagración del
que ningún otro, el prototipo del burguesa que caracterizará el nuevo inflación de la producción impre- escritor, sino que se elevó al nivel
crítico. Venerado y respetado por régimen de Louis-Philippe, junto a sa le permite vivir de su pluma y más alto de la escena social de su
unos, despreciado y condenado por la transición de la tradicional figura reinar sobre una populación mas tiempo al hacer de la crítica una
otros, lo cierto es que Sainte-Beuve del Homme de lettres al profesional amplia, pero, por otra parte, esa forma privilegiada de sociabilidad.
se convirtió, para el siglo XIX fran- de la literatura. No hay que olvidar misma extensión del mercado lite- La inserción de Sainte-Beuve
cés, en el modelo, o en algunos que el periodo en el que le toco vi- rario hace de la literatura una mer- asume la forma de una ardua ne-
casos en el antimodelo, del criti- vir a Sainte-Beuve coincide con la cancía y del escritor un mercenario gociación. La galería crítica que
co literario. Fue gracias a su hábil restructuración del espacio literario al servicio de intereses puramente conforman sus Portraits Littéraires
trayectoria social y a la minuciosa entorno de instituciones tales como comerciales. Pese a su apocalíptica constituye el proyecto más com-
construcción de su imagen de críti- la prensa, la edición, las academias y visionaria denuncia –él es el pri- pleto de descripción y sistemati-
co, que la crítica literaria se instau- y los salones literarios. Estas estruc- mero en utilizar el término de “li- zación del panorama intelectual,
ró por primera vez en Francia como turas de la vida literaria marcaran teratura industrial”– Sainte-Beuve cultural y político de la Francia
disciplina profesional autónoma, al el inicio de la autonomización de la terminara por adaptarse, mejor del siglo XIX. Él fue el primero en
investir al crítico de una función literatura y una transformación im- que ningún otro, a este proceso de constatar las relaciones reciprocas
social inminente y al diferenciar la portante no sólo para el estatus so- industrialización de la literatura. entre la obra, el autor y las diversas
crítica de otros campos de la acti- cial del escritor, sino también para Como muchos otros debutantes en instituciones literarias. Abordo las
vidad cultural. La crítica literaria, el del crítico literario. En este pe- el oficio, Sainte-Beuve se introduce complejas relaciones entre política
tal y como la conocemos hoy en ríodo de mutación de las prácticas en la nueva dinámica que exigía la y literatura, la cuestión de la trans-
día, es una invención del siglo XIX. literarias, la figura de Sainte-Beuve expansión de la emergente indus- formación del publico lector, los
La idea de un individuo consagra- es totalmente emblemática. A de- tria cultural. Él, como harán tantos problemas de la industrialización
do a juzgar, clasificar e interpretar cir verdad, su carrera, con todos otros en esa época, nacidos “en la de la literatura y sus efectos sobre
una obra frente a un publico, del los desplazamientos tácticos que más honesta burguesía, pero en la el estatus del intelectual, en una
cual ha recibido una autoridad tu- ésta presupone, muestra como las más modesta de las condiciones”, palabra, construyo las bases de la
telar, es relativamente moderna. transformaciones sociales, sobre las deja la provincia para ir a buscar sociología literaria en Francia.
Así pues, en los primeros decenios que reposan las configuraciones del en Paris, en sus salones y cenácu-
del siglo, cuando Sainte-Beuve co- campo literario, determinaron la los, en sus revistas y periódicos, la Juan Manuel Zapata. Master en Le-
mienza su carrera, el rol social del puesta en marcha de toda una serie consagración que sólo el público tras Modernas de la Universidad de
crítico no está establecido con cla- de estrategias de representación del y el poder institucional le podrían Rennes. Prepara su tesis de Doctorado
ridad y permanece aún asociado al crítico y de la critica que servirán garantizar. Allí, el futuro crítico co- sobre el autor y las prácticas literarias
del autor, o incluso a la categoría de base para la construcción de la mienza su implacable ascenso. Poe- de la Francia del Segundo Imperio.