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Traducido de: AHARON BARAK, “Human Dignity: Constitutional Value and Constitutional

Right”, Taller para Jueces 2012 de la Universidad de Haifa (trad. del hebreo: Joel Linsider)

DIGNIDAD HUMANA: VALOR CONSTITUCIONAL


Y DERECHO CONSTITUCIONAL

AHARON BARAK
Traducción de Lucía León Pacheco

1. LA DIGNIDAD HUMANA Y EL JUEZ

La dignidad humana tiene una larga historia. Filósofos, teólogos y politólogos


la han considerado, cada uno desde su propia perspectiva. Yo no soy un filósofo, un
teólogo o un politólogo: soy un Juez. La Constitución bajo la que trabajo especifica que
la dignidad humana es un derecho1, y tengo el deber de interpretar esa disposición y
aplicarla en la vida real. Debo determinar cuándo una ley limita el derecho a la
dignidad humana y si tal limitación es constitucional, y eso es lo que hice en los cientos
de sentencias que he escrito durante los veintiocho años que serví en la Suprema Corte
de Israel. Reconozco, por supuesto, que la dignidad humana es un concepto
complicado, complejo y vago. Algunos la consideran como vacía de contenido; otros
creen que todos los derechos constitucionales dependen de ella. Estas perspectivas, con
todo el bagaje de cargas valorativas que yacen detrás de ellas, no me ayudan a
desempeñar mi rol como juez. La pregunta detrás de mí no es si resulta deseable que la
dignidad humana sea un derecho constitucional: la constitución exige el uso de ese
concepto, y estoy obligado a darle ese significado. Debo decidir si una ley que limita la
dignidad humana es constitucional. Estoy habituado a lidiar con conceptos
complicados, complejos y vagos. La igualdad es uno de esos conceptos; la libertad es
otro. Pero ahora me enfrento, adicionalmente, al complicado, complejo y vago
concepto de dignidad humana. ¿Qué significado debería proporcionársele?

2. INTERPRETACIÓN TELEOLÓGICA DE DIGNIDAD HUMANA

La respuesta a tal pregunta es interpretativa. Se me exige interpretar el término


dignidad humana en la Carta de Derechos de la Constitución. Los distintos sistemas
legales usan distintos métodos en construir textos constitucionales. Un método
interpretativo que examina la intención de los autores de los textos (intencionalismo)
no es igual a uno que considera la comprensión original del texto por parte de las
personas de la sociedad en que fue escrita (originalismo). Y ambos métodos difieren de
un método teleológico que se esfuerza por entender la dignidad humana en el contexto
de ideas sociales contemporáneas con el intérprete (finalismo). La interpretación
finalista toma en cuenta la intención y la comprensión original, pero su principal
énfasis se halla sobre los valores y conceptos fundamentales de la sociedad moderna.
1 Art. 2 Ley Básica: Dignidad Humana y Libertad, Sefer Ha-Chukkim (17 de marzo de 1992) en 150: “No
habrá efecto en la vida, cuerpo o dignidad de ninguna persona como tal”; Art. 4 Ley Básica: Dignidad
Humana y Libertad: “Todas las personas tienen derecho a la protección de su vida, cuerpo y dignidad”. La
cláusula general de limitación (Art. 8) dispone: “No habrá efecto en los derechos bajo esta Ley Básica
excepto por una ley acorde con los valores del Estado de Israel, promulgada fin adecuado, y en un grado no
mayor del requerido, o por regulación promulgada en virtud de una autorización expresa en tal ley”.
Puede estar influenciada por enfoques religiosos y filosóficos, pero primariamente
reflejará el entendimiento de la sociedad moderna. La elección de un método
interpretativo guardará directa relación con el resultado. Esta conferencia no es el
lugar para considerar cuál método interpretativo es el más apropiado, y asumiré, por lo
tanto, que el enfoque a ser usado es el de la interpretación finalista2. A mi modo de ver,
este método permite enriquecer óptimamente el rol del juez-intérprete en una sociedad
democrática3. Entonces, ¿qué queremos decir con dignidad humana entendida a la luz
de la interpretación teleológica?

Para contestar esa pregunta debemos distinguir entre dignidad humana como
valor constitucional y dignidad humana como derecho constitucional, dos cuestiones
que no son lo mismo. En muchos sistemas jurídicos, la dignidad humana sirve
únicamente como valor constitucional. Es el caso, por ejemplo, de Estados Unidos,
Canadá y España. Como valor interpretativo, la dignidad humana tiene principalmente
un rol doble. En primer lugar, sirve como estándar para la interpretación de derechos
constitucionales. Por ejemplo, la dignidad humana como valor constitucional será
relevante al interpretar el derecho constitucional a la igualdad. En segundo lugar, juega
un papel importante en determinar la constitucionalidad de limitaciones impuestas a un
derecho constitucional por una norma infraconstitucional, como una ley o una doctrina
del common law.

En algunos sistemas jurídicos, sin embargo, la dignidad humana no es


simplemente un valor constitucional: es un derecho constitucional también. Tal es el
caso en Alemania, Sudáfrica, Polonia e Israel. En estos sistemas, la dignidad humana
como un valor juega un papel adicional y central: constituye el propósito sobre el que
el derecho constitucional a la dignidad humana está basado.

Hay una conexión cercana e interna entre la dignidad humana como valor
constitucional de un lado, y las cualidades normativas del derecho a la dignidad
humana en la Constitución del otro. La arquitectura constitucional tiene un
considerable soporte en la interpretación constitucional. A este respecto, debemos
distinguir entre dignidad humana en el Derecho constitucional alemán y dignidad
humana en otros sistemas jurídicos, como los de Sudáfrica e Israel. En el
constitucionalismo alemán, la dignidad humana es un derecho eterno, no sujeto a
cambiar a través de enmiendas constitucionales. Es también un derecho absoluto, no
sujeto a limitación: la proporcionalidad no le es aplicable. Cualquier limitación es un
incumplimiento que vuelve a la ley limitante en inconstitucional. Por su propia
naturaleza, estas características normativas requieren que el alcance del valor y del
derecho sea estrecho. En otros sistemas, sin embargo, la dignidad humana no es un
derecho eterno, y es relativo. Las limitaciones proporcionales al derecho podrían ser
constitucionales. Estas cualidades normativas permiten al valor y al derecho a la
dignidad humana tener un alcance más amplio. Sobre la premisa de que el derecho a la
dignidad humana es relativo y no eterno, ¿cuál es el carácter del valor constitucional de
la dignidad humana y del derecho a la dignidad humana bajo la interpretación finalista?
Permítanme empezar por el valor constitucional.

2 BARAK, A., Purposive Interpretation in Law (Princeton University Press, 2005).


3 BARAK, A., The Judge in a Democracy (Princeton University Press, 2006).
3. DIGNIDAD HUMANA COMO VALOR CONSTITUCIONAL

3.1. El valor de la dignidad humana

¿Cuál es el contenido del valor constitucional de la dignidad humana? En el


intento de determinar cómo es entendido este valor en un sistema jurídico dado, uno
puede ciertamente considerar las formas en que ha sido comprendido por filósofos,
teólogos y politólogos. Bajo mi enfoque de la interpretación constitucional, sin
embargo, el mayor peso debe ser asignado al entendimiento de la dignidad humana
dentro de la sociedad cuya constitución esté interpretando. El juez constitucional debe
reflejar el más profundo concepto de la sociedad del valor de dignidad humana. Tomé
este planteamiento en un caso donde surgió la pregunta respecto del mensaje
normativo de la dignidad humana en relación a cómo los soldados son enterrados en
cementerios militares. En mi sentencia, escribí lo siguiente4:

La dignidad humana es un principio complejo. Al concretarlo, deberíamos evitar


adoptar las perspectivas éticas de una persona o las nociones filosóficas de otra. La
dignidad humana no debería convertirse en un concepto kantiano, ni debería verse
como la expresión de una u otra visión de la ley natural. El contenido de “dignidad
humana” se establecerá en concordancia con las perspectivas de la opinión pública
israelí, tomando en cuenta la finalidad de la Ley Básica: Dignidad Humana y Libertad.

Desde esta perspectiva, ¿cuál es el mensaje de la dignidad humana como valor


constitucional? Mi respuesta ha sido dada en una sentencia lidiando con si una ley que
exime a los estudiantes Yeshivá (centro de estudios de la Torá y del Talmud) del
servicio militar representa una limitación no proporcional del derecho a la igualdad (un
derecho que, en Israel, constituye un derecho derivado del derecho a la dignidad
humana). Escribí como sigue5:

Hemos sostenido que el derecho a la dignidad humana constituye un paquete de


derechos cuya preservación es necesaria para que tal dignidad pueda ser mantenida.
En la base del derecho a la dignidad humana se yergue el reconocimiento de que una
persona es un ser libre, que se desarrolla junto a su cuerpo de acuerdo a su voluntad en
la sociedad en que vive; es central para la dignidad humana la santidad de su vida y
libertad. Es básica para la dignidad humana la autonomía de la voluntad individual, la
libertad de elegir de la persona, y la libertad de la persona como una criatura libre. La
dignidad humana reposa en el reconocimiento de la integridad física y mental de la
persona, su humanidad, su valor como persona —todo ello sin tener en cuenta la
medida en que ella es útil a otros—.

Ese, entonces, es el valor constitucional subyacente a la dignidad humana en la


constitución israelí. Por supuesto, el valor de la dignidad humana puede sostener otros
significados en otras constituciones. Lo cierto es que la dignidad humana tiene aspectos
universales que influenciarán cada democracia. Pero junto a esos aspectos universales
hay otros que reflejan la historia, cultura y experiencia humana propias de cada
sociedad —los asuntos que llevan la sociedad a su propia y única comprensión de la
dignidad humana—.

4 Corte Superior de Justicia 5688/92 Wechselbaum contra Ministerio de Defensa, 47(2) Pisqei Din 812,
827 (1993).
5 Corte Superior de Justicia 6427/02, Movimiento por la Calidad de Gobierno en Israel contra Knesset,

61(1) Pisqei Din 619, 685 (2006).


3.2. Comentarios al valor de la dignidad humana

Con respecto a este entendimiento del valor constitucional en la base del derecho
constitucional a la dignidad humana, permítaseme agregar tres notas.

1. Mi entendimiento del valor constitucional de dignidad humana puede ser objeto


de controversia, pero una Corte debe alcanzar una decisión, y ese entendimiento
ha sido aceptado por todos los jueces de la Suprema Corte Israelí. Ellos han
estado trabajando bajo ella por algo de diez años. Si la gente está insatisfecha
con ese resultado, hay una herramienta para cambiar el resultado de la
sentencia, llamada enmienda constitucional. No ha sido usada.

2. Mi definición proporciona un amplio alcance al valor de dignidad humana. De


ello se desprende que el derecho a la dignidad humana, del mismo modo, tiene
un alcance amplio. Como he anotado, esa amplitud resulta de las características
normativas del derecho a dignidad humana bajo el Derecho israelí. En los
sistemas jurídicos que asignan diferentes características normativas a la
dignidad humana como derecho constitucional (como la Grundgesetz alemana),
el valor constitucional será diferente —más limitado— conceptualmente.

3. El valor de la dignidad humana, como yo lo veo, incluye tanto elementos


complementarios como contradictorios. Los elementos complementarios se
fortalecerán mutuamente, y no se pondrá ningún límite para dividirlos. Los
elementos contradictorios coexistirán en el valor constitucional de la dignidad
humana. Ellos no serán objeto de ponderación, y un elemento no prevalecerá
sobre otro. El ámbito del derecho constitucional será puesto en la base del más
amplio valor. La colisión entre los elementos contradictorios será resuelta en el
nivel infraconstitucional. Una ley que satisface un elemento y perjudica otro
limita el derecho constitucional a la dignidad humana (con respecto al elemento
que ha sido afectado). La constitucionalidad de esa limitación será determinada
en la base de las reglas de proporcionalidad 6 . Si es decidido que la ley es
inconstitucional, no tendrá soporte en el elemento dañado del valor de dignidad
humana a nivel constitucional. La influencia será ejercida solo en el nivel
infraconstitucional.

4. DIGNIDAD HUMANA COMO DERECHO CONSTITUCIONAL

4.1. La dignidad humana en la Carta de Derechos

En algunas constituciones, la dignidad humana no es solo un valor


constitucional: es también un derecho constitucional. En estos sistemas, el valor
constitucional de la dignidad humana sirve para el propósito que subyace al derecho
constitucional. De acuerdo con ello, el derecho constitucional a la dignidad humana es
interpretado como abarcador de todas aquellas acciones u omisiones necesarias para
proteger y respetar el valor constitucional. Por lo tanto, la dignidad humana como
derecho constitucional tendrá un gran alcance. ¿Cómo opera este amplio derecho en el

6Ver BARAK., A., Proportionality: Constitutional Rights and Their Limitation (Cambridge University Press,
2012).
contexto de la Carta de Derechos constitucional? Aquí debemos distinguir entre una
carta de derechos parcial (en la cual solo un pequeño número de derechos
constitucionales es reconocido) y una carta de derechos plena (en la que los más
modernos derechos constitucionales son reconocidos). Con respecto a ambos tipos, mi
premisa es que todos los derechos constitucionales —la dignidad humana y los otros
derechos “independientes” reconocidos en la carta de derechos— tienen características
normativas similares, es decir, pueden ser modificados y no son absolutos.

4.2. La dignidad humana en una Carta de Derechos parcial

Allí donde la Carta de Derechos constitucional incluye solo un número pequeño


de derechos constitucionales, el derecho constitucional a la dignidad humana jugará un
rol central. El área que cubre —solitariamente— será sustancial. Esa es la situación del
Derecho Constitucional Israelí. Por razones históricas, la Ley Fundamental de
Dignidad Humana y Libertad, y la Ley Fundamental de Libertad de ocupación,
reconocen solo los siguientes derechos: derecho a la vida, a la integridad corporal, a la
dignidad humana, a la propiedad, a salir e ingresar al país sin restricción alguna,
libertad personal, privacidad, y libertad de ocupación. Muchos otros importantes
derechos no son reconocidos como derechos “independientes” que se sostengan por sí
mismos.

A través de la interpretación finalista, la Corte Suprema ha evitado tomar esa


falta de reconocimiento para denegar esos derechos. No obstante, como intérprete, la
Corte fue requerida de admitir que muchos derechos no son reconocidos como
independientes junto a la dignidad humana. El método interpretativo de la corte ha
sido tratar la dignidad humana como “derecho marco” “derecho madre” del que se
pueden generar derechos derivados; el último supuesto incluye los derechos a la
igualdad, libertad de expresión, libertad de conciencia y religión, a tener una familia y
ser padre, a desplazarse en Israel, a la reputación, y al núcleo mínimo al sustento
digno.

Todos estos derechos derivados han sido reconocidos como progenie


inseparable del derecho-madre a la dignidad humana. Todo esto está sujeto, sin
embargo, a una importante restricción: estos derechos derivados serán reconocidos en
cuanto tengan vínculos sustantivos a la dignidad humana como valor.

Por ejemplo, estos derechos derivados han sido reconocidos con respecto a los
seres humanos, pero no respecto a las corporaciones, las cuales no tienen el derecho a la
dignidad humana. La libertad de expresión es un derecho derivado de la dignidad
humana solo respecto a aquel aspecto de la libertad de expresión que le pertenece al
desarrollo de la personalidad del ser humano. El discurso comercial, de acuerdo a esto,
no es parte de la dignidad humana. Entonces, lo mismo sucede en cuanto a la igualdad.
No toda forma de discriminación que pueda ser considerada una afectación a la
igualdad, si esta fuera reconocida como un derecho independiente, puede ser
considerada una afectación de la igualdad como un derecho derivado de la dignidad
humana.

El derecho al sustento digno como derivación de la dignidad humana abarca


solo el núcleo de estándares mínimos; en tal medida, produce una cercada y sustantiva
conexión a la dignidad humana. Donde el derecho a la subsistencia humana sea un
derecho independiente, su alcance será ciertamente más amplio. Esta restricción en el
alcance del derecho a la dignidad humana se desprende del método de interpretación
finalista. La dignidad humana, como uno de los derechos constitucionales en la Carta
de Derechos, no puede ocupar todo el espacio que una carta de derechos parcial deja
libre. Puede hacerlo solo con respecto a aquellos aspectos que tienen un vínculo
sustantivo a la dignidad humana como valor y como derecho.

4.3. Dignidad Humana en una Carta de Derechos plena

¿Cómo opera este concepto de dignidad humana en el marco de una carta de


derechos completa que englobe a la mayoría de los derechos comúnmente reconocidos
—por ejemplo, en la Constitución Final de Sudáfrica (1996)—? ¿Cómo debemos
entender la dignidad humana como un derecho constitucional cuando la mayoría de
derechos derivados que pueden ser inferidos de la dignidad humana son por sí mismo
reconocidos como derechos independientes? Desde mi perspectiva, no hay, en
principio, diferencias entre los dos tipos de cartas de derechos. En cada una, la dignidad
humana (la cual es relativa, no eterna) será interpretada de manera tal que refleje el
valor de la dignidad humana es su propio amplio alcance. Como resultado, donde haya
una carta de derechos plena, habrá una superposición significativa entre los varios
derechos constitucionales. ¿Cómo pueden ser resueltas estas situaciones?

A mi modo de ver, donde la misma conducta es protegida tanto por el derecho a


la dignidad humana como por otro derecho constitucional, ambos se refuerzan
mutuamente. La superposición no afecta el alcance de los derechos. Cada uno se
sostiene por sí mismo, con el alcance que le garantiza su propósito subyacente. No hay
bases para sostener que dado que la dignidad humana es un derecho general mientras
que el otro derecho es específico, el derecho a la dignidad humana no debe ser aplicado.
La dignidad humana no debe ser relegada al estatus de derecho residual. El derecho
específico no menoscaba al derecho general, y ambos aplican para la conducta humana
a la que están referidos. La superposición será expresada normativamente no en el
marco constitucional, sino en el infraconstitucional. Una ley que afecte ambos derechos
constitucionales será constitucional solo si es proporcional. Esa proporcionalidad será
evaluada separadamente respecto a cada derecho. Ello es cierto si cada derecho tiene su
propia y específica cláusula de limitación, pero será verdad incluso cuando la misma
cláusula general de limitación sea aplicable a todos los derechos.

¿Qué sucede si el derecho constitucional a la dignidad humana colisiona con


algún otro derecho constitucional? Por ejemplo, la dignidad humana puede ser
construida a efectos de incluir la protección de una reputación individual. Ese aspecto
de la dignidad humana podría colisionar con el derecho a la libre expresión reconocido
como un derecho constitucional “independiente”. ¿Cómo será resuelto el conflicto?
Desde mi perspectiva, la solución no tendrá lugar en el nivel constitucional. La colisión
será resuelta en un nivel infraconstitucional. Una norma infraconstitucional
(estatutaria o del common law) puede afectar un derecho a fin de proteger otro. La
constitucionalidad de esa norma infraconstitucional será determinada en la base de su
proporcionalidad. Incluso si se determina que la norma es proporcional, eso no limitará
el alcance del derecho vulnerado ni expandirá el alcance del derecho protegido. La
proporcionalidad operará solo en el nivel infraconstitucional.
Este enfoque plantea interesantes cuestiones donde la carta de derechos
constitucional incluye, junto al derecho a la dignidad humana, el derecho a la libertad.
¿Cómo están estos dos derechos relacionados? Buenas preguntas surgen también
donde la carta de derechos incluye derechos sociales que no proveen un núcleo mínimo
para el sustento humano. Bajo estas circunstancias, ¿puede ese núcleo mínimo ser
asegurado bajo la dignidad humana?

Donde una constitución incluye una carta de derechos plena, uno puede
preguntarse si hay algún área que sea cubierta solo por el derecho a la dignidad
humana. ¿Podría ser que cada área cubierta por el derecho constitucional a la dignidad
humana lo sea también por algún otro derecho específico? Si la respuesta a la última
pregunta es positiva, ¿no se desprende, entonces, que el derecho a la dignidad humana,
careciendo de un área única, tiene un efecto irrelevante y se puede renunciar a ella? En
mi opinión, el derecho constitucional a la dignidad humana tiene lugar exista o no
algún área que esté únicamente cubierta por él. Su existencia como derecho
constitucional —no simplemente como valor constitucional— le otorga un peso
especial al valor constitucional, lo que le permite añadirle vitalidad. En sistemas
jurídicos en los que la dignidad humana es solo un valor constitucional (tales como
Estados Unidos y Canadá), ese valor es utilizado en mucha menor proporción que en
los sistemas donde también es un derecho constitucional. Además, usualmente habrá
áreas que quedan fuera de los límites de otros derechos constitucionales. Eso depende
de la estructura general de la carta de derechos. Así, a veces la carta de derechos
omitirá el derecho a la reputación a la vida familiar. Muchas constituciones carecen de
disposiciones relativas a los derechos sociales. Bajo esas constituciones, determinados
aspectos de esos derechos pueden ser englobados para la dignidad humana, que se
convierte así en una suerte de “canasta de derechos” (como el derecho al libre
desarrollo de la personalidad del artículo 2 (1) de la Grundgesetz alemana). Asimismo,
creo que la dignidad humana ganará aún más importancia en el futuro con respecto a
cuestiones bioéticas tales como ingeniería genética y clonación. Hay quienes llegan al
punto de decir que la dignidad humana protege a la raza humana de los daños causados
por el desarrollo científico. Aquel que redacta una constitución no puede predecir el
futuro, y la existencia del derecho a la dignidad humana asegurará protección adecuada
para nuestra humanidad.

EPÍLOGO

La dignidad humana plantea preguntas difíciles en varias áreas, y nuestra


conferencia ciertamente reflejará esas dificultades. Como jueces, debemos encontrar
maneras de sobreponernos a ellas. Por ahora, dos importantes cuestiones quedan por
notar:

Primero, ¿qué conclusiones pueden trazarse de mi análisis al respecto de los


beneficios de usar la dignidad humana en una carta de derechos plena? A mi modo de
ver, se pueden derivar considerables beneficios de la dignidad humana como valor
constitucional y derecho constitucional. A pesar de las dificultades planteadas, la
dignidad humana puede jugar un importante papel en derivar derechos
infraconstitucionales e interpretar otros derechos constitucionales. Además, la
dignidad humana puede jugar un importante rol en determinar la proporcionalidad de
las afectaciones a esos derechos. Una carta constitucional de derechos puede ser
empobrecida por omitir la dignidad humana como valor o derecho constitucional.

Segundo, ¿qué nos enseña mi análisis acerca del rol del derecho comparado para
entender el valor y el derecho constitucional a la dignidad humana? En mi opinión, el
análisis demuestra, por una parte, la importancia del derecho comparado como una
fuente de inspiración interpretativa. He aprendido mucho del rol que juega la dignidad
en el derecho constitucional de Alemania, Sudáfrica y Canadá, y lo que he aprendido ha
contribuido a la cristalización de mi propia posición. Por otra parte, el análisis muestra
el gran nivel de cautela que debe ser ejercido en el uso del derecho comparado. Cada
sistema jurídico tiene su propio enfoque del carácter normativo de la dignidad humana,
cada sistema jurídico tiene su propio enfoque al interpretar normas constitucionales, y
cada sistema jurídico tiene su propia y única arquitectura constitucional.

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