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io’ fe ie a Sass “Elie Ie TiS eas De unger Veouy |e: Ola 4 uuestros antepasados lo tuvieron dificil, Los tigres, de dientes de sable y los mamuts de espesat lana constituian preocupacién diaria, pero la dureza del clima na agotadora batalla sin wregua. En el curse del Gltime millén de aftos, hubieron de hacer Frente a una ghaciacién tras otra. En el punto algido del postrer episodio glacial, hace 20.000 aitos. glaciares de inis de dos Kilometias de espesor recubrieron gran parte de Norteamériea y Europa (hasta Ia latitud de Burdeos). Por dramitico que parezca, esas condiciones climsti- eas extromas palidecen en compatacién con los c tastroficos sueesos que algunos de nuestros antepasados microse6picos soportaron hace unos 600 millones de aos. Inmediatamente antes de Ia aparicién de tos or- ganismos pluricelulares, en el Neoproterozoico, domins tuna edad del hielo con tal intensidad, que se ‘congela- Fon hasta 10s trépicos. La Tierra atravesatia ef espacio en forma de bola de nieve césmica. durante diez millones de afos o mis. El calor que se desprenderia del micleo fundide impediria que los océunas se congelaran hasta ef fondo, pero lox 38 =O TAIDe - AGED LONI 2 NRO uy Agate tuys los eee 4 ay una bola desueve CO ng MOR Ty | , A hielos aleanzarian un espesor de un kilémetco en el gé- lido ambiente a SO grados Celsius. Todos los prim vos organismos del planeta, excepto una pequefla frac~ cin, moritfan. Aparte del rechinar del roce de los gliciares y del gemido de los hielos marinos, el unico Fevuelo provendria de un intento de los. voleanes. por forzar_sus ardientes cabezas por encima de la frigida superficie. Aunque pareciera que el planeta nunca fuera ‘8 despertar de su efiogénico sueio, los voleanes lenta- mente fabricaron una manera de escapar del frio: el diG: xido de carbono, Con los ciclos quimicos que consumen didxide de carbono suspendidos por Ia helada, el gas se acumu Jarfa hasta concentraciones insélitas. Ahora bien, el dis. xido de carbono, uno de los gases de efecto inverna ero, retiene el calor, calionta cl planeta y promueve fusidn de los hielos. Aungue en el deshielo se tarda es: casos centenares de aos, aparece un nuevo. problema, el representado por un brutal efecto de invernadero. Los ‘organismos que sobsevivieran al helero debian ahora so- portar un horno, INVESTIGACION ¥ CIENELA, marz0. 2000 v4 y { 5a Por improbable que parezca, observamos claras indi caciones de que semejante alteracién climstica, la mas extrema que pudiera imaginarse para el planeta, ocurri6 ‘al menos cuatro veces, hace entre 750 millones de anos y 380 millones de anos, Creiase que el clima terrestre ‘nunca habia experimentado esos cambios dristicos, re- servados para Venus u otros planetas. Mas. a principios de los afios sesenta, empezaron a acumularse indicios de un duro pasado de la Tierra; en el curso de los ti: timos sho altos. nuestro equipo ha recogido numero- sais observaciones que nos han ayudado a tejer una his toria del clima d¢ manifiesto interés para gedlogos. Didlogos y meteorslozos. La memoria de] clima que yeinaba en el Neoprotero- zoico se conserva ent estratos rocosos. Durante decenios, muchas de esas pistas parecian contradicvatias. La. priv mera paradoja Hegaba con la presencia de resies gla ciales casi al nivel del mar en los tr6picos. Hoy, 10s inicos glaciares préximos al ecuador se encuentran a 5000 metros sobre el nivel del mar © mas arriba; en lo ims crudo del dltimo perfodo glacial no bajaron de los Iwvpstiaacton ¥ Ciesera, marzo, 2000 1. TORRES DE HIBLO, igual que las del glaciar argen- tino de Perito Moreno, cubrieron los continentes de Ia Tie ra, Se ha obtenido informacién de ese ayer gélide en las ‘eapas de roca expucstas, como las de esias colinas cerca de la costa: noroeste de Namibia (enewadre). 4000 metros. Entremezclados con Ios restos: glaviales, hay depésitos de rocas ricas en hier; estas rarezas S610 pudieron haberse formado si los océanos y Ia atmos- fera neoproterozoicos hubieran estado desprovistos. de oxfgene; mas para esa época la atmésfera ya habia evo- lucionado hasta adquirir In mezcla de gases que con- tiene ahora. Para acabar de confundir las cosas, as la retirada de los glaciares parecen haberse acumulado ro- eas de las que se sabe que s6lo se forman en aguas calicntes, Pero si la Tierra habia legado a estar cu- bierta de hielo, ,c6mo se calents de nuevo? Ademas, a composici6n isotépica del carbono en las rocas apun- taba a una prolongada caida de Ja productividad biol6- ‘ica. {Qué pudo, pues, haber causado esa espectacular pérdida’ de vida? ‘Son viejas cuestiones que se iluminan si las somete- mas a un nuevo foco, si las consideramos sucesos clave fen el desarrollo de Ja historia de una “Tierra en bela de nieve". La teoria ha recibido cautcloso apoyo en It comunidad cieatifica desde que publicamos nuestro mo- delo en 1998, Si nos asiste Ia raz6n, nuestra idea ex- plicaria los misterios del climz neoproterozoieo y de- jaria en entredicho hipdtesis arrai del cambio global. Estas glaciaciones exiremas_aconte: cerfan en In vispera de una ripida diversificacion de Ia vida pluricelular. que culmin6 con la “explosion del CAmbrico”, hace entre 575 y 525 millones de aos. Por inonfa de las cosas, los largos periodes de aislamiento y condiciones ambientales extremas, en una Tietra en bola de nieve, habrian espoleado las mutaciones gené- ticas que, a la postre, darian cuenta de semejante irra- diacién evolutiva en biisqueda de indicios sGlidos de tales episodios climéticos hemos recorrido el mundo entero. Aunque ahora examinemos rocas neoproterozoicas de Australia, China, oeste de los BE-UU. y ay islas drticas de Sval- bard, la investigacidn inicial se retrotrae a 1992, en los acantilados rocosos de Ia costa de los Esgiletos, en Namibia. En la era neoproterozoiea, esta regién del su: doeste afticano formaba parte de una vasta plataform: continental, en las bajas latitudes meridionales, que se Inandia Tentamente Alli descubrimos prucba de glaciares en las rocas for madas por depdsitos de polvo y rocalla, abandonados 39 on veda. astmn soonest venresenca venca 0A ia oft. ee sinmence sioudncs enon Sper s yon 2, LAS MASAS CONTINENTALES DE LA TIERRA se agrupaban, muy ve- rosfmilmente, cerca del ecuador durante las glaciaciones plobales que padect6 el planeta hace unos 600 millones de ide posicién desde entonces, restos de Iijelos-afloran en docenas de puntos de cealar en Namibia (punto rejo) por cl hielo al fundirse. Las rocas cen que predominan los minerales de carbonatos de calcio y magnesio que- dan inmediatamente encima de la ro- calla de los glaciares; conticnen la prueba quimica del invernadero que siguid al perfodo de extvema glacia- cidn. Tras su entierro de cientos de millones de aos, estas rocas afloran ¥ nos revelan una historia que om- pez6 a barruntarse hace 36 aos. En 1964, W. Brian Harland, de la Universidad de Cambridge, enseié que los depésitos glaciales motea- ban los afloramientos de rocas neo- proterozoieas a lo largo y ancho de los continentes. A principios de los afios sesenta, comenzé a abrirse paso la teoria de la teet6nica de placas; describe ésta la particién de la piel rocosa del planeta en fragmentas gi- antescos que flotan sobre una masa de rocas mas calientes en continua agitacisn. Busindose en la orienta- cidn_magnética de granos-minerales apresadlos en las rocas glaciales, Har- land sugeria que los continentes se Hhabfan reunido en las proximidades del ecuador durante la era neopro- erozoica. Antes de que las rocas se solidificaran, los granos de marras se alinearon con el campo magné- tico terrestre; en razén de su posi- cid préxima al ecuador apareefan ligeramente inclinados respecto. al mismo plano horizontal. (Si se hu- bieran formado cerca de los polos, su orientacidn magnética habria sido casi vertical) ‘AL observar que los glaciares de- bieron cubrir los xépicos, Harland avanz6 la hipstesis de usa Tiesta so- ‘metida a un gran perfodo glacial neo- os. Aunque Tos continentes han ecambludo rocalla que quedé tras la fusién de los Ja actual superficie terrestre, en part proterozoico. Aunque algunos de sus Ccolegas.se_mostraron eseépticos so- bre la fiabilidud de los datos magné- ticos, otros han corroborado la vali- ez. de la idea de Harland. Pero nadie explicaba por qué los glaciares.re- sistieron el calor tropical. Por la poca en que Harland anun- cid su tesis sobre Jos glaciares neo- proterozoicos, los fisicos esbozaban los primeros modelos fisico-matema- ticos del clima terrestre. Mi Budyko, del Observatorio Geolis de Leningrado, hallé una forma de explicar los glaciases tropicales em- pleando cevaciones que describian Ia mieraccidn entre la radiaciGn solar, por un lado, y la superficie terrestre y I atindsfera, por otto, pari con ‘rolar el clima Algunas’ superficies gcogrificas refiejan mis eneresa s0- lar incidente que otras, magnitud ea- sacteristica cuantificable y conocida como albedo, La nieve blanca refleja Ja mayor parte de Ia enerafa solar y tiene un alto albedo; el agua del mar obseurecida posee un albedo bajo y las. supesfieies continentales presen tan valores de alfedo intermedios que dependen de los tipos y distribucion de la vegetacion Cuanio mayor es la radiacién so- Jar que reflejan tos planetas, menor es str temperatura. Con un alto al- bedo. la nieve y los hielos enirfan Ja atmésfera y asf aseguran su pro- pia existencia. Budyko sabia que este fendmeno, Hamado. realimentacién del albedo de los hielos, contribuye a la expansién de las capas de hielo polures. Pero sus simulaciones.cli- Indticas revelaron también que esta realimentacién podia descontrolarse. Cuando los glaciares se formaron a Iatitudes inferiores a los 30. grados al norte y sur del ecuador, auments el albedo del planeta, pues la ra diacién solar directa incidia sobre sun érea de hielo mayor por grado de iatitud. La realimentacién se hizo tan intersaen su_simulacién, que las temperataras en superficie eaye- ron a plomo y eb planeta entero se congels. INvESTIOACION ¥ CHENCTA, marzo, 2008) Congelado y frito || A.gimulasin de Budyko despens el interés por el modelado elimé. tico, Pero ni siqpiera él ereyé que la Tierra hubiera experimentado una sglaciacién global. Tendia a admitirse Gue con tamana eatistrofe se hubiera apagado del todo la vida. Sin em- bargo, hay algas microsespicas fosi- lizadas en rocas de hasta mil millo- nes de aftos de antiguedad; semejantes a las formas modernas, ‘nos hablan de una continuidad de la vida, Ademds, una vez que la Tierra hubiera en= trado. en uta glaciacién profunda, e albedo de su gélida cubierta habria evade las temperatwias en. super ie a valores tan bajos, que se hu- biera extinguido todo aliento de vida: y si tal glaciacién hubiera tenido Iw fear, adujeron Budyko y otros, habefa Sido permanente. ‘A finales de los aitos setenta em: peraron a desvanecerse las objecio: res con el descubrimiento de nota bles comunidades de organismos que vivieron bajo condiciones. repuradas hhasta entonees insoportables. En los ‘manantiales calientes del fondo de los océanios medran microorganisms gue no extraen su energia de la luz solar, sino de substancias qui Ahora bien, ta actividad volednica {que alimenta esos manantiales habia, proseguido sin amainar en una Tic~ rra en bola de nieve. Las perspecti- vas de supervivencia parecen todavia mejores para los organismos psi- crofilicos, 0 amantes del frio, de la clase que hoy vive en los valles, in- tensamente frios y secos, de las mion- jaflas de la Antértida oriental, Las ianobacterias y ciertas clases de al- gas colonizan ia nieve, las rocas po- Tosas y las superticies de partictlas de polvo encerradas en los hielos flotantes. La clave del segundo problema Sinvertir la glaciacién global— Ja porta el didxido de carbono. En el periodo brevisimo de uns vida hu- mana, la cantidad atmostérien de dié- xido de earbono puede cambiar que Iss plantas consumen el gas para Ia fotosintesis.y Jos animales Io ex- DISPUESTOS EN ABANICO (CUBIERTAS DE CARBONATOS DePosTo$ GLACIALES pelen durante la respiracién. Ademés, a combusti6n de carburantes fsiles ¥y oltas actividades humanas han so- brecargado el aire con diéxido de carbono desde el comienzo de la re- voluci6n industrial en Ia segunda mi- tad del siglo xvi, Pero en el in- tervalo temporal de la eaistencia de la Tierra, esas fuentes y_ sumideros de carbono se tomnan insignificantes ‘en comparacién con los procesos geo: ldgicos. EI di6xido de carbono es uno de los varios gases emitidos por los vol- canes. Esa aportacién indefinida de carbono suele quedar compensada con la erosion de rocas siliceas. En el transcurso de In descomposicién qui- mica de estas rocas. ¢l didxido de caibono se transforms en bicarbonato, que es arrastrado por las aguas a los océanos. All, el bicarbonato se com- bina con los’ ones calcio y magne- sio para producir sedimentos ingen- 3. LOS ACANTILADOS ROCOSOS que rrecortan la Costa de los Esqueletos de Namibia Gequierda) han proporcionado algunas de las mejores prucbas far vor de la hipétesis de la Tierra en bola de nieve. D. Sehrag (primero a la i:- quierda) y P. Hoffman sefalan una capa Focosa, signo del fin repentine de un episodio de glaclacion extrema, acon- teido have unos 700 millones de anos. La notable incrustacién, de eolor claro, entre ellos, viaj6 dentro de un t&mpano ¥ cay6 al Fangoso fondo del mar euando ‘hielo se fundi, Las eapas de earbo- hnato puro apiladas sobre glaciales precipitaron en I Someros mares del inveradero ulter Tales depositos earbonatados consti yen [as Unieas roeas del Neoprotero, 0 que presentan e cristales en abanico, due acompanian ala arriba}. 41 tes de earbonatos, que Jo almacenan fen _gran_proporcisn de carbone, En 1992, Joseph L. Kirschvink, del Instituto de Tecnologia de Califor: hia, mostré que, durante una gl cidn global, proseguiria el corrimi de las placas tecténicas, para for Voleanes y aprovisionar Ia atmésfera de didxide de carbono. AL mismo tiempo, el agua Iiquida necesaria para crosionar las rocas y encerrar el car- bono quedaria aprisionada en forma de hielo. Sin oto lugar adonde in, €l didxido de cathono se acumulari cen Ia atmésfera hasta aiveles incr bles, suficientes, en opinisn de Kirsch- vink. para calentar ef planeta y po- ner fin a Ia glaciacisn global Kirschvink habfa defendido la idea de una glaciaci6n global en el Ne proteruzoico apoyado, em buena me- hierro que se habfan halludo mez- clados con la rocalla. glacial, Estos ares depésitos. aparecieron mucho antes en la historia de la Tierra, en el momento en que Ios oeéanos Cy la aimésfera) contenfan muy poco ox: geno y el hice podia disolverse sin dificultad. (EI hierro es vietwalmente insoluble en presencia de oxigeno.) Sila Tierra habia permanecico cu- Bierta de hicle durante millenes de aiios, razonaba Kirschvink. fos. océa nos se hubieran visto privados de oxi geno, de modo que el hierro disuelto expelido por los manantiales cillides del fondo de los mares, podria acu mularse en el agua. Luezo, en cuanto el diGxido de carbono indujera el efecto de invernadero, empezarian a fundirse los hielos: el oxfgeno se mez clarfa de nuevo con las aguas oced- lar jumto con la rocalla que en tiem= pos habia sido transportada por los hriclos masinos y zlaciares Partiendo de este supuesto del efecto de invernaclero, Kenneth Caldeita, del Laboratorio Nacional Lawrence en Li- vermore, y James F. Kasting, de la Universidad estatal de Pennsylvani, estimaron en 1992 que la superacién in_global requerisia unas 350 veces la concentracién actual de idxido de carbono. Suponiendo que los volcanes del Neoproterozoico emi- tieran una cuantia de gases idéntica a la arrojada hoy, el planeta hubiera con- tinuado encerrado en los hielos: du- rante decenas de millones de alos, an- tes de que se pudiera acumular suficiente Uiéxido de carbone para comenzar a Fundir el mar helado. Esa glaciacién to sélo habria sido Ia mis crud, sino ida, en Tos misteriosos depésitos de nieas y obli fa al hierro a precipi- también la mis prolongada, Fase 1 Prologo de Tierra en bola de nieve DioxIDO DE CARBONS MANANTIAL VoLCAN EANENTE Hace 770 milones de afos, los cantinentes resultantes de la disgregacion del supercontinente de Rodinia convergieron cerca del ecuador. Las fuertes precipitaciones arrastran una rrayor cantidad de diéxide de carbono (puntal del ofecto do vernadero) y erosionan mds répidamente las rocas continon- tales. En consecuencia, baja la femperatura global y se forman, €en los acéanos polares enormes extensiones de hielo. La al- bura de és refleja mayor radiacién solar que el agua de! mar, ‘mas oscura, provocando una caida ulterior dela temperatura. Este cio de realimentacion desencadena un enfriamiento sin fin que termina por envolver de hielo et planeta, en el piazo de un milenio. TRANSITO DE UNA TIERRA HELADA A UNA TIERRA Fase 2 Epoca dlgida de la Tierra en bola de nieve wéto MARINO Las temperaturas globales medias caen hasta —50* Cel- sius, tras haber comenzado la glaciacién. Los océanos se cu- bren de una capa de hilo de mas do un kilbmetro de osposor; ‘¢lo el calor que emana dol interior do a Tiorrasirvo do trono. La mayoria de los microorganismes marinos mueren, salva los que ¢e arraciman en torno a los manantiales termales Cceeainicos. El ate Ira y seco detiane el crecimiento de los gia- Clares terrestres, creando vasios desiertos de arena arras- tad por el viento. Sin luvia, el didxide de carbono emitide por los volcanes no se detrae de la atmésfera. Con su con- ccentracion en aumento, el planeta se calienta y los hielos ma- Fines pierden lentamente espesor. 2 InvESTIGACION ¥ CENCTA, marzo, 2000 Indicios de carbonato inschyink no previs la aparicién de dos lineas de indicios se respaldarian su hipétesis de la Tie fra en bola de nieve. En primer Iu sar, los depésitos glaciales del Neo. Proterozoic se manifiestan casi Siempre recubiertos de un horizonte de roeas carbonatadas, formadas en mares calidos y someros, Si entre el hielo y el agua caliente hubiera me- diado” un intervalo de millones de aos. nadie se_habria_sorprendido. pero’ [a transivién de los depositos placiales a esa capa de carbonatos es brusca, sin bien wmporal apreciable entre Ta época en que los glaciares dejaron caer sus iltimas cargas y el momento de formacién de los ear- vertiginoso de un clima gh lima tropical? Reflexionando sobre _nuestras_ob- servaciones de campo en Namibia, caimes en Ia cuenta de la razén de ese vueleo. El horizonte de racas car: bonatadas resultaba de tas extremas condiciones de invernadero, extlust vas de Ja brusca transieién desde una glaciacién colosal. A lo largo del tiempo de ta glaciacién, In atmésfera se habria enriquecido ea didxido de carbono en cusntia.sufieente para eleyar la temperatura hasta el punto de fusién de los hielos ecuatoriales Iniciado el proceso de deshielo, el agua del mar, de bajo silbedo, susti- luye al hielo de alto albedo y la con: gelacién descontrolada Se invierte. El efecto de invernadere promoverta la realizados el verano pasado por Ray- mond T. Piertehumbert, dela Uni- versidad de Chicago. El restablecimiento de fa evapora cién ayuda también a calentar la atmésfera, porque el vapor de agua es un_potente gas de invernadero, Ademds, una atmésfera saturada de humedid impulsaria Muviastorren- ciales, que se Nevarian patte del di6- xido de carbono atmosférico a forma de icido carbSnico: éste erosiona las rocallas expuestas al retirarse los slaciares. Los. productos de la ero- Sin quimiea se acumularfan presto en las aguas ocednicas, conduciendo fla precipitacion de- sedimentos car: bonatados, a su acumulacién ripida en el fondo marino y a su ulterior transformacién en rocas. Las estrue: Donatos. Siempre se volvia a la misma pregunta: ja qué abedeciG el trinsito subida dela temperatura 50 grados. Celsius, hasta casi segin calculos turas preservadas en Ia cubierta de carbonates de Namibia indiean que RECALENTADA POR EL EFECTO DE INVERNADERO Fase 3 La Tierra en bola de nieve dertitiéndose ‘Tras 10 millones de aos de actividad volednica, la co ‘centracién atmosférica de diéxido de carbone se habia multi plicado por 1000, El efecto de ealantamignto do invernadero Que 82 inicia impulsa las tomporaturas hasta el punto do fu- si6n del aqua en el ecuador, Con el calentamionto del planeta, ‘a bumedad del hielo marino que se sublima en la vecindad del ecuador twelve 2 congelarse a mayores alturas y almenta el crecimiento de giaclares terrestres. Las dreas de mar abierto que con el tiempo se forman en los tropicos absorben mms energia e inician un aumento més rapid de las tempe~ raturas. En cuestion do siglos, un mundo sofocante de calor y hhumedad suplantara al gelido anterior. Fase 4 El consecuente invernadero SEDIMENTO DE CARBORATOS Gon e deshialo de los océanos tropicals, ¢ agua del mar se evapora y, asociada al didxido de cartono, refuerza el efecto de invemadero. Las temperaturas en superiicie supe ran las 50° Celsius, limentando un intenso ciclo de evapora- cién y luvias. Doscargas torrenciales plonas de dcido carbo- flea erosionan la rocalla quo dejan tras si los glaciares en. rtirada, En sus crecidas, los rios arrastran el biearbonato y ttros lanes hacia los océanos, donde forman secimentos ce bonatados. Nuevas formas de vida —engendradas por el pro- longado aislamiento genético y la presion de seleccién— bu- lien por doquier mientras el clima global retoma a la ormalidad, Ievesricacibs ¥ Cieners, miarz0, 2000, a 4. TODOS LOS ANIMALES descendicron de eucariotas, eéha- ‘mer episodio de Tierra en ola de nieve, de aios después de la aparicién de Ia vida, los eucariotas ape: ‘nas habian evolucionado: protozoos unicelvlares.yalgas fae Imentosas, Pese a kt dureza extrema del clima, que pudo haber “podado™ ef arbol eucariota (lizeas de trazos), los 11 phyla de wabitado Ia ‘Tierra emergicron en tn inter alo temporal muy breve ¢ inmediatamente posterior al sitimo episodio de bola de nieve. BI prolongado astamiento ina Tierra helada pod esponsables de esta explosién de nuevas formas de vida. animales que han Ia presign de_seleecién en se acumularon con extrema rapider, fen s6la unos miles de afios quica Por ejempto, os cristales ce arago- nito, cuyos depésitos aleanzan los dos ‘metros de altura, s6lo pudieron formarse en aguas saturadas de car- bonato eileico, Las eubiertas de carbonato apor- tan una segunda linea de pruebas que apoyan la hipdtesis de Kirsch- vink sobre el deshielo de la Tierra. Contienen dos isétopos del carbono, el carbono 12 habitual y el carbono 13, mis raro y euyo niicleo encie- ra un neutron extra, Las relaciones de estos dos tipos de carbono son insolitas: se observan las_mismas proporciones en los depésitos car- onatados de todo el mundo, pera nadie las habia vinculado a un_mo- delo de Tierra en bola de nieve Junio con Alan Jay Kautman y Ga en Pippa Halverson hemos deseu- bierto que esa relacién isotpica se conserva a Io large de cientos de Kilémetros de roca descubierta en el norte de Namibia, EI diéxido de carbono que, libe~ rado por los voleanes, alcanza los oeéanos tiene alrededor de un uno por ciento de carbono 13; el resto es carbono 12. Si la formacién de ro- eas carbonatadas fuera el tinico pro- eso que detrayese carbone de los ‘océanos, las rocas deberian tener a ‘misma proporcién de carbono 13. y PAUL E. HOFFMAN y DANIEL P. SCHRAG, adseritos ata Univer: de Harvard, aportan un aga mplementaria al estudio deta hipotesis de la Tierra en bola de nic ve. Hoffman es gedlogo de campo, que investiga rocas antiguas para des- iar In protohistoria dele Tier, Schrag, geoquimice ozesnogriticn, #2 apoya en las Yariaciones quiaicas e isotdpieas de Tos arrecifes de coral sediments profundos roca car: Donatadas para abordar Ta evolucien det lima “4 ‘ARCAICO SESS S ‘Tiempo (millones de afios ate) de earbono 12 que las emisiones voles nicas, Ocurre que las algas y bacte rias que medran en los océanos con. sumen también el carbono del. agua ircundante, pero su maguinaria fo- tosintética prefiere el carbono 12 al carbono 13, Por consiguiente, el car= bono disponible para formar rocas carbonatadas en un o¢éano leno de Vida como los que tenemos hoy, dencia un cociente de carbono 13a carbono 12. superior al del carbono ‘que acaba de arrojar un voledn, Las isétopos de earbono en las ro: ‘eas neoproterozoicas de Namibia re- flejan una situacién diferente. Justo antes de los dopésitos glaciales, la concentiacién de carbono 13. des- eiende bruscamente hasta niveles equi valentes alos de la emisién voles nica, signo de una caida de la actividad bioldgica en el momento

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