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} Agusriy Escorano BExro Mas el espacio educativo no, sdlo refleja las determinacio: nes de la cultura y la sociedad. Bles también ana construccién civilizatoria. Por oso tal vez, Reimer Leliberger, director dei ‘Museo Escolar de Hamburgo, recogid como introduccién a su fratajo sobre la renovacidn de la arquitoctura escolar a co mienzos de siglo en aquella ciudad hansedtica, de tan impor tante tradicia pedagégica, 1a exhortacion con que Nohl y Pa: Tat concliian su trabajo’ scbre arquitectura escolar en~et Prestigioso Handbuch der Péidagogik. «Desedis para vuestros j6 ‘ventes los mejore: , €i ta C480, con: fac la constricotén del edificto escolar sélo a Tos tejores-ar Quitectos. Sélo entonces, las ricas hiorZas edlieadoras”quie se excierran en el edificio escolar dejardn sentir sus Lenéiicos efectos en favor de todoss*®, Aquel espiritu arquitecténico», a memndo oculto en sus aparatos materiales, seria sin dida todo lun prograiia c@iicador. Justamente por lo anterior, el analisis de los espacios esco- ares tiene que trascender, como sugieren Angel Mato y Aida Terrén, los enfoquoes fisicalistas, topogrdticos o eeoldgicos, para ir ex busca de interpretaciones con base antropolégica que den cuenta de las significaciones sociales y culturales del ambito ediueativo como vespacio intervenido» y ssimbdlicos*®, «El eopas_ j cio no es noutro. Siempre educas, sefiala Antonio Viigo, co \mentando a Georges Mesmin, y tal vez por ello stodo educador si quiere serlo, ha de ser arquitectos*’, 0 acerearse a las artes de este oficio, como hizo Froebel,.el exponente quizd més pre- | claro de este género de pedagogia'®, \ ) © Letberger, R, sConstruyames la escuela, Fl movimiento de la Besuela Nuova y la arquitectura en ol caso de Hambirgo, Historia de la Bascucion, 12.13 (1083-1004), 201, © Mato, A. y Tertén, A, Un ejemplo de eepacio escolar osrrads; sl Cole ode *La Inmaculada’ de Giény, Historia de la Bdvcocin, 12-13 (1993-1994), 246-247. # Viado, A. ‘Del espacio escolar y la escuela como lugar: prepuesias y ‘uestionesy, Historia de fa Blucutén, 12-13 (1998-1994), 25. © Tahoe, P, +B] medelo freebeliin ée espacioesnusia. Si introducsion en Espalas, Misora de fa Baucactén, 19, (1998), 115, 6 Espacio-escuela y curriculum 6.1, LA EXPERIENCIA DEL ESPACIO ESCOLAR La arquitectura scolar, ademés de ser tn programa en parte invisible y siletcioso que cumple determinadas funci culturales 7 pedagogicas, Yuede ser instrumentada también en cl plano didactico, toda vez que define y acota el espacio en que se lleva a cabo la educacién formal y constituye un referente pragmidtice que es utilizado por los maestros y por los autores ‘de manuales escolares como realidad o como simbolg en diver- sos aspectos del desairollo curricular. En algunas metodolo- flas, como la montessoriana, el disefio de) ambiente y del es pacio es, incluso, «parte constitutiva e irremunciable de un nuevo modo de considerar al nifior, de tal suerte que on ollas Jos objetos materiales y el proyecto educativo guardan entre i tuna ftitima relacion!. Esto mismo sucedia, como ya objervainon » Sacheto, FP, Et obferoivormador Los objelow de Wy wenely Nalin, Gelisa, 1980, pag, 55, {20s} 206 Acustin Escouaxo Benito anteriormente, en el modelo Froebal. Por Jo demas, segin es buen sabide, la utilizacién didctica del espacio es entomo préximo es una caraeteristica comin ala G¢ las pedagogias denominadas activas’) De otra parte, los estudios imspirados en las teorias de Jeatt Piaget sobre Ia psicogénesis de las estructuraa topclégi “eas emlaitfancia, que preceden a las coastrucciones de corte euclidiano y proyectivo’, remiten iguaimente « la valoracién de las primeras éxperiencias espaciales (en la casa y en la es- euela) como factores determinantes del desarrollo ‘sensorial, motérico y cognitivo. La construccién de dichas estructuras es explicada, como es sabido, por los mecanismos psicobiolé. gicos de equilibramiento y autorregulacién, constructos que on la teorfa del psicéloge de Ginebra son aplicados para ex. plicar todo tipo de desarrollo’. Los trabajos de este autor sobre la concepcién del espacio en el nifio y sobre la adquisi ign de diversas nociones fisicas y geométticas, que datan ya en su origen dé la décaila dé los afios 20 y tienen continuidad hasta finales de los’50,'ponen de manifiesto que la represen tacién infantil del espacio es uaa construccicn topolégica th- ternalizada a partir de las accienes 0 maiipilaciones del am- biente préximo, del que la escuela odviamente forma parte! Aunque no sea propio de este anAlisis historiografico, entrar en este tipo do consideraciones, conviene igualmente recordar que todas las psicologias contemporiness de corte fenome- nologico, percepttalista’o coghitivista han enfatizado la fun- ccidn jugada por las experiencias espaciales primaries en la construccida de'las estiucturas sensoriales e intelectuales ¢e lacinfancia, me: La historia) oral puede, ademés, dar testimonio de las an- teriores observaciones, mostrando cémo el recuerdo de La ex- petiencia vivida ex 1a infancia, reconstruido ahora en forma de 4 Baget, J, La epistemolosia genéice, Barcelona, A. Redando, 1970, pig as 102 y sigs, * Brown, G. y Desforges, Ch, La tenia de Pleget estudio crico, Malti, Anaya, 1984, pée. 150, * Havell,J-H, 10 psicobgia wolutva def. Paget, Barcstona, Paidés, 198%, pags. 346 y sigs Espacto-rscuaia ¥ cuRnicuLan 207 relato, viene a acreditar gran parte de las verificaoiones que la poicopedagogia y la antropologia olrecen, Transoribimos, a estus efectos, seguidamente (ett cursiva, para diferenciarlo del texto del ensayo), 1a reelaboracién literaria de una de estas na rraciones, Cuando ya habia cumptide ios cineuenta, el protagonista él re {ato visito la escuela a to que asistié en su injancia, entre lox seis y los diez aitos de edad. El edificio habia sufiido notabies transformactones al ser «adaptado, con ocastén de lus sucesivas reformas que se habian ile: vado a cabo en su primera fébrica durante el iiltimo medio siglo, a las exigencies de medernizacién material y pedagégica de cada epoca. A modo de capas arqueolégicas superpuestas, padian observarse en él las huelles de dos reformas, al menos, pero atin conservaba la vetusta estructura y traca de cuando fue construido, en tos iilimos aos de fa Dictadura primorriverista (la inauguracion se llev6 acabo @ comienzos de lt etapa refublicana). Los planos y alzedos respondian ¢ los patrones que la Oficina Técnica para Construcctén de Escuelas, dirigida por el arquitecto institucionista Antonio Flérea, habia implaniado en numerosos iu gares del pais, Su estilo, hoy oculto en parte por las reformas, co- rrespondié sin duda a las lamadas corrientes ractonat-regionalis- ‘tas dominantes enionces, que se inspiraron en una yuxtaposicion edléctica de criterios clisicos y funcionales y se sirvieron de ma teriales propios del lugar Un modelo que, al fin, habia logrado doter @ fa escuela primarta esparoln' de una imagen institucional digna, dando al traste con las easi surreatistas descripciones que los observadores y viajeros de fines del atx y principios del xx afrectan de tos locales destinados por tos municipios a ta educa- ion elemental. Ademds de las antiguas estructuras, el observador comprobs que el edijicio ain mostraba algunas elementos funcionaies 1 de corativos de fa epoca en ta que él asisti a la escuela, Obdservé ast mismo que los sitoios, anngue légicamente ya habian cambiado, ain seguian exhibiéndose en lugares destucados del exterior del in- inueble y de las paredes de las aulas. El visttante pudo incluso to- davia detectar aleuin vestigio icénico del antiguo régimen, que co- mento sin ira, pero con ironia, con quienes le acompaiaban, Aquel paseo arqueolégico le permitid idendficar tos émbttos de sus pri AGUSTIN ESCOLANO Bi | meras expertencias, los espacios vividas, y en parte también iden- tifcarse &-sf miso en unos lugares que no” hablar desalojada to. talmente de su memoria oa Las closes le parecieron sin duda més pequefas; los pasillos, inds estrechos; la escclera por la que se accedia a ta planta supe- rior, donde estaban tas aulas de las nifias, con menos peldaios; ef patio de recreo, muy reducido, ;Como podriamos —penso— jugar ¥ movernos en él las més de tres centenares de nifis y nifias que Aabitébaras en aguel acotado territorio? ~ Pero fa memoria no ie era infiel: el espacio que contemplaba era, aunque mas pequeno, el mismo escenario de su infaca, y las es- tanicias que obsereaba respondian a sus primeros esquemas percep: fivos, La escuela habia sido para él, después de su casa y de algu- nos aledatos préximos o ella, una experiencia decisive en el aprendizase de las primeras estructuras espaciales, en ia formactén de su propio esquema corporal-y-en él'asentamiento de las prime- ras piedras de Sir memo ~~ De la anterior narracién —mezcla de ficcién y descripcién realista— deberian mantenorse, para nuestro propdsito, dos ob- servacionzs: una referida a la historia arquitéclonica de la es. cuela, y otra la que concieme a Tos procesos psicopedagégicos que se operan en el sujeto del relato que Feconstraye eu expe. foe cia ~ La lectura arquitectonica conduce a una conclusién conser vadora: la media o larga duracién de las estructuras constric- tivas escolares. Un edificio-escuela disefiado y construido en la década de los afics'20.de nuestro siglo puede seguir, ailibsiendo_ funcional al final dela centuria en curso con solo sitfrir algu nas acciones de reciclaje que no afectan esencialmente al pro grama arcuitecténico primitivo. No es aventurado suponer, por lo demés, que su vigencia se vaya a prolongar hasta aleanzar , ma duracion mas que secular, aunque en el préximo futuro tenga que sufrir alguna otra accién rehabilitadara, ;Conserva: durismo de ciertas invariantes arquitect6nicas? {Tradiciona- lismo pedagégico? zEconomicismo de la politica educativa en torna a la escuela priblioa? E| releto revela la persistencia, como huellas originarias, de las estructuras constructivas que lograron formalizar los tecnicos odemistas de comienzos de sigio.en modelos que respondian a los postulados del higienismo, la racionalidad Espacto-rscvnta ¥ corRiouLiM pandptica y el movimiento en favor de Ja graduacién escclar, Estos supuestos, aunque ya gozaban de cierta tradiciow 0 la Hamada arquitectura institucional (me reliero, claro esté, a los des primeros), supusieron una innovacién relevante on ol Ambito de las construcciones escdlates. La arquitectura, como forma de escritura-en-el-espacio;expresaba ¢ instituia si un discurso innovador, peto-al-misno tiempo hipotecaba ambién en parte los desarrollos ulteriores de la educacicn formal, Se constitufa entonces en un importante factor de mo- } dernizacion de la enseiianza, si bien inisiaba un proceso his térico que iba 2 desembocar, condicionado por diversas va riables econdmicas, politicas y culturales, en rigidas formas, | en buena medida invariables, en cuanto a la ordenacién del territorio y del espacio destinados a la educaciéa. Aquellos discursos y aquollas précticas inventaron por tanto una tra- dicién. Des¢e la perspectiva psicopedagégica antes notada, el re- lato muestra la arraigada impronta quo las primeras expe slencias del espacio organizado —el espacio escolar vivido— dejaron en el observador, manifiesta, pese al redactivismo con que se la devuelve la memoria, en Ia identificacién de las es- tructuras arquitecténicas percibidas y experimentadas eu la Infancia y en la acomedacién psicofisica de las primeras pau- tas del esquema corporal, que atin formaban parte de su re- pertorio de habitos, a la experiencia organizada, ahora revi- vida. Envuelto en sentimientos de nostalgia y curiosidad, ef visitante volvid a su antigua caso, en ta que, junto a sus abuelos, padres y frermanos, hiabion transcurrido los dias de su infancia, En ella en- contré otros tesitmontos de su escolarided: la cartilla donde dio sus segundos pasos en el aprendiaaje de Ia lectura (los primeres los haba dado en casa con ayuda de su padre); la enciclopedia que te roporcioné un repertorio de conocimtentes sucintos sobre las mas diversas materias: del programa, algunos de cuyas epigrafes ain adic reproducir casi de memeria; un viejo cuademo de ejereicios de caligrafia, dibujo y problemas; otras objetos e instrumentos de trabajo. Todo un quar que no sélo podia ser incerporado a ua nuseo etnogrifico de la edueacién, sino cue revelaba muckas cla ves de su pasado, de su presente y de su curriculum; que no era sélo un montén de escombros de una escuele ercaica y periclitada, ! | | | | 210 Gusti, ESCOLANO BENITO sino también una serie de huellas 0 signos que expresaban cierias significaciones ajectivas y culturales vinciladas a su desarrolla per- sonal. Al pasar las hojas del cuaderno dio con wn dibujo del plano de (a clase, eiecutado a escala, en el que aparecion representados, de modo muy simplificado y un tanto torpe, los elementos que forma dan parte de! auia: los muros, fe uerta y los ventanales; los pupi: tres, bien alineados en dos flas; la mesa del maestro (ya sin tarima ni eftedra). Elestudio del espacto (escolar y no escolar} y de sus modes de representacton y medida constituys un motico central en diversas disciplinas curticulares. La enciclopedia, en los capitulos de geo- grafia, insertaba nociones e ilustraciones sobre el espacio césmico, os modes de orientarse y los mapas, ast como sobre los métodos de dibujar planos, empezando por el de Ia escuelar en las secciones de aritmética y geomeiria, el espacio escuela padia ser objeto de eer cicios de aplicacién del sistema métricy, de medidas y ediculos de pertmetros, superfcies y voluimenes; los cuadernas de dibujo ofie- ‘fan como macelos a reproducir diserios esquematicos de alzados, lanos e interiores escolares; los libros de lectura insertaban textos alusivos a ta escuela como edfficio emblematico de puedtos y ciu- dlades, bien situaco, construida conforme a madernos criterios deh giene y confort y espejo de las idealisaciones que el ya caduco re generacionismo o le retérica de gestos y stinbotos de cada cultura habian provectado sobre é. a narracién anterior suscita en el historiador de la eda cacién diversas cuestiones que podrian ser objeto de investi gacién, aunque el interés de este punto se centra exclusiva. mente en mostrar el cardcter «cultural» que han tenido ly tienen) los discursos y saberes sobre el espacio, la funcién cu mricular femipifica, oculta, subliminal) que la arquitectura es: volar a des-empefiado en el aprendizaje y formacién de las primeras estructiifas eognitivas y los uso diddcticos del'cs pacio-esoucla en los manuales de enseiianza de la escuela tra- icional Eseacto-EScUELA Y CURRICULUM 2 6.2, LAS REPRESENTACIONES DEL ESPACIO-ESCUELA. Usus pIDALTILOS En relaci6n con todo lo anterior, aunque con una finelidad niés genérica, nos ha paresido interesante explorar Ja wiliza- cidn didactica que la escuela tradicional ha hecho del espa: cio-escuela a través de los andlisis de algunos registros ex- traidos de los manueles empleados en la enseflanza primaria a fines del xix y primera mitad de nuestro siglo, Este andli- sis exigiria, sin duda, una encuesta histérica mucho mas am- plia y sistomatica, que no eabe en los limites del presente tra bajo, aunque el dosquejo que aquf se expone puede ser sugerente en orden a futuros estudios que aborden la cues ‘ida mediante el andlisis de contenido y de la iconografia de los textos. Las observaciones que siguen nos hacen notar c6mio al es- ‘dio del pspacia-escuela, como realidad y como representaci6n, fue un niicleo didéctico central en el desactollo de diversas ma” terias del curriculum primario. Los manuales destinados a la ensefianza de Ja lengua in- sertan numerosas referencias al espacio-escucla como referente diddctico. Ello ocurre tanto en las cartillas y catones para el aprendizaje inicial de la lectura como en los textos de desarro- lo lector y en los libros empleados para la ensefianza activa del lenguaje oral y escrito, ‘Un manual clisico de desarrollo o perfeccionamiento lector es El bro de I lectura wacilonte, de Adolfo Maillo, En él ap2- rece la escitela como motivo de lectura, asf como on los gjerci ios de conversacidn y escritara (en letra de tipo manuscrito), El texto que transcribimos da idea de los valores y simbolismos que se atribuyen al espacio-escuela (higienismo, signos polit cos y religiosos) en este texto escolar, Mi escuela es grande y limpia, con muchas ventanas. Bn las paredes hay varies mapas, un retrato del Caudilo y wna linayel de la Virgen Maria, (A. Maillo, Promesa, Et libre de tectura vactlante, Mungo, de S, Rodriguez, 1952, pig. 48) TBs ie int tot es as os 1s us mes imas los wus tus esto asta este hosco cesto pasta peste tosco mus botas tus manos los pres la escuela el respeto sus niiios los wsraehitas Pagina de la cartilla Rayes, método ideado por el maestro extremefio Angel Rodriguez que tuvo numerosisimas ediciones. ‘Aprobada en 1905, fue adantada en 1909 como libro de inica sign a la leoture para el antoncos Principe de Asturias. 31 m6 todo esta basado en la asociacién imagen palabra eseritura. La pagina miestra un ditujo a linea de la escuela, con sis ele: ‘mentos ordenadamente cispuestos en el espacio, y el término vescuelar formands parte del vocabulacio lector (A. Rodriguez, Rays (2. parte), Plasencia, $, Rodrigo, s.a., pig. 76) ‘tro ejemplo do paresido tenor es la pagina que reproduc 1.—LA ESCUELA OBSERVACION—La Escuela del nido Soserva el wrauydy unterlor y coutesia a estas pregunias: {Que ves en ewe grabad)? (Qué orma dene 1u saa de case? {Que dimensiones? Ob Seve fay cundsos, mapas, ct, que haya eolgndos en lug paredes de Ja css; fees, estatailles y domda elementos deeorativos, y di como ce aman y jereivios: Observse8in de cosas que haya dertro de ta Escuela, con ide To observado. edit 10 largo y \0 ancho de la elase con m mera, moe (Enciclopedia Grado medio, Mairid, Escuela Espaiola, 1962, pég. 38) Bu ella aparece el dibujo de una clase confor mada a 0s criterios higiénicos, estétices, pedagigicus y reli- ‘i0s0-politicos al uso en la época, Bl anterior modelo espacial se utiliza para suscitar diversas actividades: cbservacién del grabedo, catejo con Ta propia aula, medida de dimensiones de la clase, alisis de slementos di- Aécticas (cnaros, mapas...| y decorativos (frisos, esiatuillas..), jercicios de identificacién de la escuela (barrio, calle) y vooa- bulario en tomo al tema (escuela nueva vieja, impia-sucia). aid Acustiy EscoLano BENITO ‘Tyanscribimos el texto manuscrito de una leotura patristica (redactada conforme a la retérica de la época) alusive « la os cela como soporte de jos simbolos uavionales. Agree y unereunls, crnet-geionten ta att fahigg tlie, a apes we wercittbniued hgh y he newitzget hawt bole: eL ncactrner tates Tee esrarcrcte en fe riatin a Al dhe a Spitlisy hee A O88, fale 2b lb sear poriperintre. ik Ch bacatteran tle. tha 1 Liceul vexeccicigeit dele wate dd anita en Mergp ilar, Le Dirvacon fnuured ut Cnttivcaite ln nisin te muabltrey dager Cs ntenatien g a weasgiittvae; Ciid pélToraen pole ice Pika, Alle Lifes ik laa ‘Alegre y animado, como episodio infantil, postico y subliie por inspirarlo un sentimiento noble y hermoso, que hizo lati a hiismo tiempo todos los corazones eit Ja mafia del dice de Ye) tiembre de 1894, fue el acto de izar por primera vez la bande espaitola en la Escuela municipal del distrito del centro da tha: rapois Bsracio-nscveia ¥ CURRICULUM 215 La Diceccldn General de Insirucel6a Pitblica, ansiosa de en- noblecer y dignilicar la ensebanza y el magisterio, tan poster zado en Espaia, habia dispuesto cue la enseia de la Patria on fesse en el frontispiclo de las esovelas durante las horas de clase; y ol Ayuntaniento y todos los profesores, secundando con diligente celo las drienes recibidas, habian solemnizedo ya la colocacién de escuttos y banderas en varios establecimientos de Jas ciudad (M, Santiago-Fuentes, Le Escuela y (a Petra, Lectu ras manuscritas para mifas, Burgos. H. de S. Rodriguez, s. a. ©, 1890, pags. 20-21) Las antologfas literarias para nifias también escogen textos alusivos ala escuela como espacio al que se atribuyon image nes ¢ idealizaciones afectivas, culturales y estéticas. Asf, la es- cuela puede ser la sroca donde anida el altivo condor del pen- samiento», la wcasa solariega donde se autre la nifiers, sel ingente foc0 que de luz inunda chozas, pueblos, palacios y cin- dades, el vsantuario donde oficia 1a humana inteligenciar, la vbendita mansiéa» y placentera auilay, la oftente de Inz» y el valtar perenne» de la esperanza’. (ms me Rall ‘gam qr BL. ‘Acer da noetroce to, hay otos dos eos en fi fl purble que ceberos querer mucho: Ie iglvia 0 coia de O28 y lo ernie © ea80 de todos los for La escuela es también la casa de toda la infancia, Junto al Buany la iglesia Na escicelades, desde la edad del «parmitor, ‘in espaci para el vinculo, Al lado ¢e ella sdlo ondean el értol y la bandera, es decir, la naturaleza y la patria (A. Alvarez, Bl parvulito, Velledolia, Miién, 1963, pigs. 10-11), § Solana, B., Pecltastoner escoloes, Maid, Magisterin Espaiol, 1923, B42 y SL Ia ilustracién oftese dos grabados clsicos de idealizacio: nes de la escuela, En el primeto aparece la escuela en ol cen, fro urbano de uns imaginaria localidad, catca de la plaza iglesia el auntamiento y e1juzgado (los centeos de poder), ale Jada del ferrocarril y de las rondat poriféicas, no may distante del entorno natural, Bl grabado inferior muestra un interior bien higienizado y arménicamente dispuesto, abierto al jardin por amplia puerta y ventanales. Dos imégenes que contrast tan sin duda con la escuela real de la época (M. Franganill, Lecturas etvicas eomentades, Gerona, Dalmau Carles, Pla, 1915, pags. 18-19) _ Bspacto-EScUBLA ¥ CURRICULUM Estas idcalizaciones del espacio escolar fueron espe mente expresivas en el discurso regeneracionista de princi de siglo, si bien permanecieron después como esterectipos. Un texto de la época snbraya que ‘la calle de la escuela: es como muestra propia calle (sna calle que debes considerar ccmo aquella en que esta enclavada tu casa»). La escuela amplia el mismo hogar («porque te da lo que no encuentres en tt casa, por culka que ta casa seav). Ademids, patrocinar tna escuela es Ja mejor manera de contribuir al engrandecimiento y miejora ma- terial del pueblo, asi como al progreso de la nacidn (expresién do una de las conocidas proyecciones filantrépicas de los hora- bres de la tegeneraci6n)’. Los mantales de mateméticas incluyen ignalmente nume- rosas referencias al espacio-esctiela, Transcribimos algunos ejemplos. — Mira el grabado y cuenta las patas de les mesas, los tristales de la ventana, los libros, los tiestos de flores, Jos niles, Ios perros del iso. — Wuenta Ios cristales de la ventana de la clase, los pupl tres, los euadros, to lo que quieras :Qué es ée lo que hay mds, enadres o tiestos de flores? {Qué es ée lo que hay menos? — Bi una clase hay 3 hileras de 6 aifios cada ana 2Oxdn tos niffos hay en esa clase? (J, Palau Vera, Aritmetica, Primer grado, Barcelona, Seix Barral, 1924, 2.' ed. pags. 1 y 66) —

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