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Rev. de Psicol. Grat. y Aplic, 1991, 44 (2), 221-230 RAZONAMIENTO HUMANO: DISTINTOS NIVELES DE INSIGHT, ESTRUCTURA Y ORGANIZACION LOGICA SUBYACENTE A. 0. LOPEZ ALONSO Universidad de! Salvador. Buenos Aires Resumen La potémica en toro de fa logicidad 0 ilogicidad del pensamiento es tratada desde una nueva perspectiva. Esta se refiore a la distincién entre dos estrategias basicas, «direccionales», de ex- ploracién del razonamiento. Una que parte de in- ferencias explicitas en discontinuidad con las im- plcitas, que corre el riesgo de no canectarse con fa organizacién subyacente, y otra que va de Io implicto a 10 explicta de las inferencias y pone en evidencia esa orgahizacion y su continuidad inferencial a distintos niveles de insight. Luego, la logicidad y reversibiidad de! razonamiento son tratadas como posibiidades que se desprenden de esas estrategias. Los argumentos se susten- tan en un estudio experimental que contrasta con jos rendimientos de 220 estudiantes secun- darios en: 1) Silogismos de modelos mentaies simples y complojos de Johnson-Laird, 2) Tarea ‘de Soleccién de Wason —estos dos son vistos como representativos de la primer estrategia— 3) Test de Coherencia de razonamiento, del au- tor, concebido como representativo de la se gunda. Introduccion En el estudio de los procesos de razonamiento 108 principales enfoques han gitado en torno del probie- ma de su logicidad 0 ilogicidad: es decir, sobre si et razonamiento nace de raices mentaies lgicas 0 no. Nuestro enfaque parte del supuesto de que el razo- namiento esta estructurado en distintos riveles de organizacién fégica y que éstos pueden detectarse experimentaimente a través de la operatoria utiliza da en la resolucién de problemas o bien a través de istintas niveles de insight, tal como io han hecho Johnson-Laird_ y Wason (1970) oportunamente. Para este analisis partimos de la siguiente idea: que el pensamiento y, en especial, el pensamiento refle- xivo y el razonamiento constituyen un proceso Su- Abstract The controversy concerning the rationality or non-rationaiity of thought, wondering whether it has a logical substrate or not, is undertaken from a newest standpoint. It stems from distinguishing two basic, «dicectionaly, strategies to explore reasoning. The first one starts trom expicit infe- ences discontinuously with implicit inferences, jeopardizing their connection with thought’s ba- sic organization, and the other one, ranging from implicit to explicit inferences and revealing that underlying organization at ditferent insight ieve's. Reasoning logical status and reversibility are then discussed as different possibilties emerging from each exploratory strategy. Arguments are sustained upon experimental evidence: a study contrasting the pertomances of 220 high-school students along 1) Johnson-Laird’s simple and complex mental models sylogisms, 2) Wason’s Selection Task —both as representative of the first Strategy— and 3) the author's «Test of Rea- soning Coherence>, devised accarding to the se- cond strategy mamente complejo y organizado, cuya organizacion es ldgica en tanto se sustenta en su propia consi tencia © coherencia interna. Suponemos también que dicha cohetencia es alcanzada saiistacienda na demanda o necesidad organizacional basica del pensamiento: la de discernir, anticipar y resolver dentro de su alcance, sus propias contradicciones internas. Esto es lo que caracteriza a nuestro enfo- ue priortariamente organizaciones. El enfoque adoptado se inspira en un agudo anal sis hecho por Poincaré (1963, p. 41) del razona- miento demostrativo de los matemdticos. En él Poincaré destacaba que la demostracién no depen: de de una yuxtaposicién memoristica de los silogi mos, sino de! orden que van siguiendo o Son escog- dos, proceso en el cual ef orden es mas importante 221 que los mismos elementos y lama a éstos en una secuencia tal que responde mas a una necesidad logica que a un estuerzo mnémico. Nuestra idea en- tonces es: que una necesidad de este tipo esta en la base de las relaciones inferenciales que ligan entre Si a las representaciones de nuestros conceptos y que ella es producto de un proceso basico genera- dor y ordenador de estructuras de inferencias, en el ‘cual et fogte de fa coherencia interna es el principio regulador y el soporte para la organizacién logica original del pensamiento. La cuestion sobre la logicidad o ilogicidad, o sobre la racionalidad 0 irracionalidad del pensamiento ha constituido un terna de ampli debate. Un analista de la cuestion, Pollard (1982), ha caracterizado a estos dos principales enfogues en torno de Sus pro- blemas de investigacién. El primero de ellos const dera que la racionalidad y la adecuacion a la logica formal son premisas basicas de fa capaciciad huma- na de pensar, e interpreta todos los hechos segun este presupuesto. E! segundo enfoque, por el con- trario, ha tomado los errores de razonamiento que ‘cometen habituaimente los seres humanos como prueba inelucible y suficiente de su comin irraciona- lidad y ha descubierto hechos significativos que indi- can que los razonadores no-entrenados tienden a ‘cometer ciertos erores de razonamienio de una manera ten pertinaz y sistematica que resulta dificil, si no imposible, hallar algin tipo de sustento togico detras de ellos. Descartan de este modo Ia idea de que la mente humana esté dotada de suticiente sol- Yencia € infalibiidad racional y, en. consecuencia, Ponen enfasis en ia investigacion de los procesos irracionales 0 extraldgicos que dan ongen a esos errores, Uno de los representantes mas conspicuos del primer enfoque es Mary Henle (1962) quten adopta 2 prior la idea de ia racionlidad y togicidad esencial dei pensamiento. Su principal arqumento es que los errores de razonamiiento que cometen ias personas no son en si mismos errores il6gicos sind logicos, Dues si Se analizan los supuestos basicos ¥ las dis- torsiones de sentido que estan ocultos detrds de las remisas con suficiente profundidad, se advertira ‘que las conclusiones extraidas de las mismas res- Ponden siempre a un argumento légico y racional De acuerdo con esta posicion, la logicidad del ra- Zonamiento quedaria siempre garanizada por cierta reinterpretacion adecuada de las premisas, segun la cual los errores 0 contradicciones cometidos no se- rian tales. Sibien ol enfoque de Henle es sumamen- te interesante, su riesgo es que Se procure dar una explicacion del problema que lo haga siempre com patible con la respuesta dada de antemano, recurso ad-hoc que ha sido objetado, No sin razon, de invul- nerable 0 irrefutable. No obstante, este riesgo es evitable ¥ queda como saldo el vivo interés que ha despertado la postura de Henle al tasiadar la investi~ gacién del razonamiento desde su eventual pro- ducto erréneo al mismo proceso originario de codi- ficacién de las premisas y a la busqueda de distor- siones, maiinterpretaciones y omisiones en las mis- mas que inducen a pensar en procesos encubiertos 222 ¥ en el problema fundamental de la ambiguedad im- plicita en el lenguaje, en especial la ambiguedad de Ciertas expresiones clasicas de la ldgica formal, como la copula (Henle, 1978). En el enfogue opuesto, partiendo de supuestos ilogicistas e irracionalistas, se destacan Tversky y Kahneman (1974-1983), el mismo Pollard, Wason y Johnson-Laird, autores’ a los que nos referiremos especialmente. ‘Tversky y Kahneman han brindado una interesan- te tipificacion de ciertos sesgos de) razonamiento, caracterizdndolos a través de ciertas heuristicas, las principales de las cuales son la representatividad y la accesibilidad. Si bien la heuristica de accesibilidad (availabilty) ta sido especialmente analizada por Pollard (1982) y por nosotros mismos (Lopez Alon- So, 1988) en relacion con el proceso de resolucién de problemas de razonamiento, a los fines de este trabajo S610 nos interesa la heuristica de representa- tividad, Esta alude al recurso habitual de que se valen las personas de utilizar juicios de asociacién o semejan- a, 0 ei Grado en que un evento A evoca o represen- aa otro evento B como clase a la cual pertenece, ara hacer sus estimaciones de probabiiidad u otras inferencias similares entre los rismos. Por ejemplo, cuan representativa 0 caracteristica es cierta prenda de vestir de cierta clase de profesionales, 0 vicever- a, suponiendo una asociacién encubierta entre ios mismos. Tal como esta definido, e concepto es am- plio y puede dar lugar a muchas aplicaciones. Hemos escogido la heuristica de representativi- dad por cuanto nos parece adecuada para explicar os procesos inferenciales que generan los sujetos al responder a un instrumento de evaiuacion de ra- Zzonamiento que venimos desarrollando desde 1979 y que se desprende de nuestro enfoque organiza: ional, Nos refenimos al «Test de Coherenciay (LO- pez Alonso, 1981, 1988). Hemos definido la estruc- tura de relaciones entre conceptos dadas en el test como una estructura de relaciones de representati- Vidad entre Ios mismos. Las caracteristicas del test Nos han impuesto una ligera amplacién de ese con- cepto: ta representatividad definida onginalmente por Tversky y Kahneman (1974) surge de la relacion entre un evento particular y una clase; en cambio, en el Test de Coherencia es una relacion entre cla- eS 0 conceptos Por su parte, Johnson-aird (1983) ha tratado ex- tensamente el problema de la ilogicidad de! razona- miento en su libro Mental Models. Su punto de vista consiste en oponer una teoria de modelos mentales a las teorias logicistas que se sustentan, segin él, en el falso supuesto de existentia de una “ligica mental». Parte de la idea de que las personas al razonar cometen errores porque en realidad care- cen de tal légica; pero ampiia su enfoque al soste- ‘ner que las personas pueden llegar a resolver ex: tosamente sus problemas de razonamiento. alcanzar conclusiones ldgicamente validas de los mismos, sdio a través de modelos mentales alterna- tivos cuya construccion no requiere el empleo de regias de inferencia ldgica sino una comprension lin- guistica, completa y adecuada, de los términos y Telaciones involucrades en las premisas. Para ello aaniere a una nocién de «modelo» dada originalmen- te por Craik (1943) como «sistema de similar estruc- tura-telacion al representado en el procesamiento de la informacién» que lleva a cabo el razonador humano a partir de sus premisas. La idea fundamental de Johnson-Laird es que la mente es capaz de generar modelos alterativos y multiples de ese procesamiento de informacion a fin de alcanzar la conciusién correcta por via de deduc- cid. «Modelo mentaln es entonces para é! sinénimo de proceso neuristico linguistico-inferencial de la in- ‘formacidn que lena el lugar de una idgica inexisten- te. Y, por esta razon, arguye que aquellos psicolo- {gos due han sostenido expiicita 0 implicitamente la existencia de una «logica mental» como idea nece- saria para entender 0 explicar el desarrollo del pen- samiento sean innatistas 0 constructivistas— ‘so}o complican el panorama y sacan el problema de! autentico lugar que le corresponde. Johnson-Laird incuye dentro de \a «doctrina de la légica mental» —como é! la tlama— tanto al racio- nallogicismo aprioristico de Henle, como al cons- tructivismo epistemiologico-genético de Piaget y al innatismo de Jerry Fodor. Sin embargo. admite, en un momento determinado, que no hay evidencia crucial en contra de esa doctrina, por cuanto siem- pre es posible dar una explicacion alternativa de los errores de razonamiento y todo puede linalmente reducirse, como en el caso de Henle, a una «convic- ci6n inamovible» de los psicdiogos de que el pensa- miento consciente es racional Yohnson-Laird, op. Git, p. 26). Pero también advierte que si hubiera una logica ‘mental, quedarian aun por resolverse muchos otros, problemas, como: de qué rama de la ldgica se trata, cual es la reai naturateza de sus especificaciones mentales, cual es su formalizacién, axiomatiza- Cién, etc., debiéndose tener siempre en cuenta que cualquiera sea la légica de que Se trate, «ésta puede ser formulada en una gran variedad de maneras» (ohnson-Laird, op. cit. pags. 26, 39 y 40). Afirma ‘asimismo que Un principio semédntico fundamental que gobierna a toda iégica es que sus argumentos quedan garantrzados solo «cuando no es posible ha- llar un contvaejemplo que to refute» (Johnson-Laird, op. cit. pags. 28 y 132) debiendo contar, ademas, Con un procedimiento de decision en tal sentido que permita demostrar que una inferencia es valida ono foes, Junto a estas razones tendientes a contrariar la idea de una légica mental, Johnson-Laird da como remate el argumento esgrimido por los l6gicos mo- dernos de que el lenguaje no puede ser comprenci- do plenamente por una logica unica, dada la comple- jidad y ampiitud de sus signficaciones modales, y da también razones histéricas Segun las cuales [os seres humanos han hecho y descubierto inferencias validas sin regias de inferencia, mucho antes de que la l6gica fuera inventada por Aristoteles, A nuestro entender, el concepto de «égica men- talv no es claro y depende de quién lo sostenga. El ‘sentido que le dan los psicdlogos incluidos, segun Johnson-Laird, en esa «doctrinay no es el’ mismo {ue el sustentado por éste, Para muchos de ellos, la logica de la mente, mas que un conjunto de reglas, 5 una competencia natural 0 adquirida que ordena y estructura el conocimiento alcanzado por el sujeto de una manera tal que puede ser re-interpretado, inferido y explicado a postenori en términos de re glas y principios de fa légica formal, siendo ésta un Producto titimo, elaborado aunque no exhaustivo, ‘de su desarrollo. En cambio, Johnson-Laird pone mucho énfasis en la idea de que una logica mental debe ser identificada con un conocimiento a priori de reglas ldgicas o una estructura sustancial de re- gias y principios kigioos insertos en las bases fisiold- gicas de la mente. Esta no es, por lo menos, la posi- Cid de las teorias constructivistas del pensamiento, No obstante, Johnson-Laird hace una distincion Que nos parece sumamente ti para aclarar esta ‘uestién. Distingue entre inferencias explicitas e im- Plicitas (Johnson-Laird, op. cit., p. 126 y siguientes) entendiendo por inferencias explicitas aquellos ra- Zonamientos que se hacen con gran esfuerze de atencién, memoria, reflexién y conciencia, y por infe: rencias implicitas los que se hacen automaticamen- te, casi involuntariamente y sin reflexion, a menudo sin tener conciencia de los mismos. como las con- Clusiones que extraemos automaticamente al leer rapidamente el articulo de un diario. Johnson-Laird \e atribuye un rol muy importante a este titimo tipo de inferencia para la comprension de la fectura y la ‘construccién de modelos mentales. Nosotros, simul- tanoamente, queremos destacar su rol aglizador y Tuiditicador det tenguaje y ta comunicacion oral co- friente. Cuando se hace un andlsis a fondo de é tos, se advierte que carecen de la continuidad infe- rencial que habitualmente se da por sentada ai mantener un didlogo 0 leer un texto. Uno de 10s Drincipaies roles de las inferencias implicitas es jus- tamente proveer la continuidad inferencial faltante, quella que se omite en palabras pero que es nece- sario establecer para llegar a una cabai expiicitacion de los procesos latentes de toda comunicacion y razonamiento. De este modo, la inferencia implicita se convierte en la «via regia» para explorar 0s pro- cesos subyacentes del razonamiento e incluso de) lenguaye. Del mismo modo, no sélo la logica formal no da cuenta de todo 10 que esta implicito en el lenguaje, ‘como sostienen Johnson-Laird y los I6gicos moder- nos, sino que tampoco el lenguaje da cuenta de todo lo que esta impiicito en los procesos inferencia- les latentes. Por tamo, las inferencias implcitas constituyen la materia prima esencial para dirimir cuestiones respecto de la logicidad y organizacién basica del pensamiento. A diferencia de estas, las inferencias explicitas son tecortes parciahzados y discontinuos de esa organizacion fundamental y muestran solo parte de su dindmica a distintos nive- les operativas y de insight o comprensién estructu- ral, niveles que captan dicha organizacion con dis~ tinta extension y profundidad. Johnson-Laird le acredita a investigadores de la 223 tala de Chamiak, Minski, Schank, Winograd, Isard, Longuet-Higgins y Wilks (op cit., pags. 127-128) el merito de haber descubierto ese proceso latente lla- nado «inferencia implicitay, que fue ignorado por los psicdlogos, segiin sostione, hasta que tomaron con- Gencia de! mismo los investigadores en «inteligen- cia artificial» que intentaban construir programas computacionales del lenguaje o del discurso corrien- te. Sin restar méritos a los investigadores en «intel gencia artificial, creemos, sinceramente, que esa forma basica de’inferencia no estaba totalmente ig- orada, sino implicita, en algunos de los supuestos fundarentales de los psicdlogos sostenedares de tuna légica mental El interés de Johnson-Laird por la distincion entre inferencias impiicitas y explicitas reside en el su- puesto fundamental de que los modelos mentales tienen una capacidad mucho mayor que os modelos, \agjco-formaies de penttrar en la estructura de los, procesos implicitos para hacerlos expicitos. Tam- bién le interesa esa distincién en la medida en que: cada una de esas formas de inferencia Suponen, 0 no, una busqueda deliberada de modelos mentaies alternatives conducentes a la solucién correcta de problemas de razonamiento. A pesar de lo acertado de estas estrategias de Johnson-Laird, creemos ‘que siguen un curso de exploracién que va de 10 sexterno-explicito a [0 interno-impicito> del razona- miento y no en diteccion opuesta, generando de este modo discontinuidad y demandas contrain- tuitivas en el proceso de resolucion. En este senti- do, su estrategia sigue el mismo camino de curso de los modelos idgico-formales. Amplaremos este ar- ‘gumento, Nuestro interés en fa distincién entre inferencias implicitas y explicitas reside no solo en las cuestio- nes de fondo antes mencionadas ef torno del proble- ma de la logieidad 0 ilogicidad, sino en la idea de que toda estrategia de exploracién de la organizacion interna det pensamiento, para que ésta sa captada plenamente en el orden y continuidad en que se ge- era, debe ir de lo «interno-implicito a 10 externo- explicitor de los procesos inferenciales, respetando de este modo el curso espontaneo de Ia intuicion, Ei proceso que va en ese sentido sigue un decur- 80 natural y facil, pero su reversibilidad constituye su maxima dificultad y, al mismo tiempo, su principal Virtud. E! proceso inferenciai implicito’ es natural, ‘ceativo, espontaneo y directo en su propio sentido, pero demanda gran esfuerzo de reflexion y concen- tracién cuando quiere revertirse emprendiendo su retorno sobre sus propios pasos. Su decurso es como las puntadas de una habil costurera que pasa el hilo a través de la trama, sin darse cuenta, con suma faciidad y precision, pero su retorno es como si la misma costurera pretendiera deshacer su cos- tura voviende a pasar la agula por los mismos pun- tos de ia trama pero en sentido contrario. Las ries- gos que corre ia exploracion dei razonamiento desde lo extemo-expiicito hacia lo interno-implicito son comparables a los riesgos de esa pretendida ‘operacion inversa de la costurera: pinchar cuaiquier otro punto de la trama fuera del correspondiente y 224 crear no una operacién reversible sino otfa mucho mas complicada que da como resultado un embrollo mayusculo de puntadas. De la misma manera que la costura hay que deshaceria desde su origen y reti- rando la aguja, ai pensamiento hay que descifrario desde adentro hacia afuera, siguiendo el mismo or- den que genera su trama. Nos hemos referido extensamente a esta estrate- gia direocional en un trabajo anterior (Lopez Alonso, 1988). Entendemos que es la que mejor capta y re- produce, cualquiera sea el modelo mental 0 Kigico que Se ullice, los niveles operativos y estructurales mas profundos de la organizacion logica de! pensa- miento y permite poner de relieve, por contraste, los distintos niveles de insight 0 comprensiin estructu- ral de los que depende e! mayor 0 menor éxito en la resolucién de problemas de razonamiento, El antes aludide «Test de Coherencia» io hemos isefiado sobre la base de esta estrategia direccio- nal de exploracion del pensamiento, Trataremos de probar nuestros argumentos a través de un estudio experimental que expondremas y a partir del cual se analizarédn las relaciones entre los resultados de ha- ber adoptado o no dicha estrategia y los distintos hiveles de logicidad que son puestos en evidencia, pero nos falta aun comparar algunos supuestos fun” damentales que completen el panorama de nuestra discusién. Seguin Jonnéon-Laird el pensamiento légico hab tual y la misma logica formal son producto de infe~ rencias explcitas, pero acota que las inferencias ex- plicitas que se basan en los modelos mentales no requieren regias lbgicas ni la consolidacién previa de una estructura sintactica o semédntica apropiada. No obstante, creemos que hay por lo menos un punto de necesaria coincidencia entre sus argumentos y los de la l6gica format. Johnsan-Laird afirma que los razonadores No-entrenados procuran construit ™o- delos mentaies alternativos de su problema de razo- namiento (silogismos) de modo de llegar a una con- clusion cuyo modelo mental no pueda ser refutado or las relaciones implicitas entre los términos de las, premisas. Este argumento supone una heuristica de Dusqueda deliberada de refutacion de modelos que coincide con principios y estrategias basicas aplica- das de la logica formal: modus tollens, reduccion al absurdo, método de refutacion y criteno de refutabi lidad en’ciencia, etc. Si bien la auto-refutacion no parece a primera vista una heuristica natural y direc: ta, sino mas bien contra-intuitiva, su validez Cogniti- va esta sustentada, a nuesto entender, por un pro- ceso implicito de discernimiento entre lo que es compatible y fo que es incompatible con las prem: sas. Como antes dijéramos, este discernimiento esta en la base de la organizacién del pensamien: to satisfaciendo una necesidad estructural que es funcionaimente l6gica y adaptativa al mismo tiempo, Para Johnson-Laird se busca refutar un modelo mental y sustituirlo por otro mas amplio y complejo, siempre que con el mismo no pueda alcanzarse la consistencia deseada entre las premisas y la conclu- sién del razonamiento. Este recurso puede llegar a ser desgastante y a veces inabordable para el razo- ‘nador no-entrenado, pero a través del mismo reco- noce, en coincidencia, la existencia del principio se- mantico general antes aludido, el que subyace a toda eleccién correcta de modelos mentales y a toda logica y segun e! cual una inferencis es valida si y sélo si no hay ninguna interpretacion de las pre- misas que falsifique la conclusion, Para nosotros, este principio cumple una avanzada funcién légico- organizativa del pensamiento que por su complej- dad no puede preceder, en el orden «de implicito a explicito» de su desarrollo, al principio més, elemen tal y sencillo «de discernimionto entre lo que es com- patible e incompatible con las premisas» del cuat se desprende, ‘Sogn Johnson-Laird es a través de la no realiza- Ci6n de ese principio general semaintico que las per- sonas muesiran sus debilidades de razonamiento si- iogistico y fallan en encontrar modelos alternatives, ‘cada vez mas complejos que lleven por deduccién a conclusiones ldgicamente validas. Esta falla se da de manera frecuente y sistemaitica en ciertos silogis- ‘Mos compiejos por él usados. Otro fracaso habitual de este tipo se da en la resolucién de la Tarea de Soleccién de Wason, aun entre personas de desta ado nivel intelectual (Wason, 1984). Para ambos autores, esas fallas sistemdticas son prueba sufi Ciente de la iogicidad mental de los razonadores. Si bien los instrumentos de evaluacion del razona- miento empleados por esos autores han probado limites reales y fehacientes de ia capacidad humana de resolucion légica, nuestra pregunta es atin la si- quente: ¢Son realmente esos fracasos una prueba definitiva de ia inexistencia de una estructura légioa implicita y subyacente, necesaria para resolver es0s problemas, 0 son ellos producto de ia estrategia di- reccional empleada en los instrumentos y en el plan- teo de los problemas que presentan? A efectos de responder a esta pregunta hemos hecho un estudio experimental amplio cuya metodo- logia y resultados describimos en las sacciones si- guientes. Método El estudio experimental camprende los silogismos dados por Johnson-Laird como de modelo mental simple y modelo mental compigjo, la Tarea de Selec- cin de Wason y ei Test de Coherencia de razona- miento. Estos instrumentos fueron administrados a una muestra de 220 estudiantes secundarios, de ambos sexos, prometio 18 aos de edad, de! area metropolitana y suburbana de Buenos Aires. Los tres instrumentos fueron adaptados & iguala- dos en sus términos a fin de evitar efectos diferen- Ciaies derivados de sus contenidos semanticos 0 ro- ‘aresentacionates. 1. Los silogismos adaptades de Johnson-Laird fueron # Premisas para el de modelo mental simple: «Algunos AMERICANOS son ARGENTINOS. Todos los ARGENTINOS son HiSPANOPARLANTES» Conclusion: A extraer por el estudiante, # Premisas para el de modelo mental complojo: «Todos los ARGENTINOS son AMERICANOS, Ningun ANGLOPARLANTE es ARGENTINO» Conelusion: A extraer por el estudiante. En este instrumento, como en los restantes, el término AMERICANO se da en su acepcion general y no como estadounidense. 2. La Tarea de Seleccién de Wason fue adapta- da de manera que pudieta ser administrada en for- mma colectiva. Las cuatro tarjetas (I, Il Il, IV) presen- taban los siguientes términos —-ponemos entre paréntesis 10s términos ocultos en el lado no visibie de ias tarjetas: | ARGENTINO (AMERICANO) | AMERICANO (NO-ARGENTINO) MW, NO-ARGENTINO (AMERICANO) IV_NO-AMERICANO (ARGENTINO) La regia a ser probada, 0 refutada, a través de las cuatro tarjetas rezaba asi: «Si dice ARGENTINO en ja cara de una tarjeta entonces en la otra cara dice AMERICANO). Las dos tarjetas rolevantes son ta Ly la IV, confir- matoria una, y refutatoria, la otra, de la regia en cuestion. Pero, de acuerdo con principios logico- formales de refutacion, la tarjeta IV debe prevalecer sobre la | como prueba definitiva de ta regia. Los ‘estudiantes dobian elegir qué tarjeta probaba y qué tarjeta falsaba la regia, y luego debian decidir cudl de las dos tarjetas prevalecia sobre la otra como prueba logica definitiva 3, El Test de Coherencia de razonamiento fue administrado bajo la forma Il, Esta incluye los si- guientes atributos 0 conceptos: AMERICANO (A), ARGENTINO (B), HISPANOPARLANTE (C) y AN: GLOPARLANTE (0) El test pide a los estudiantes que estimen prime: ramente el porcentaje (entre 0 por 100 y 100 por 100) en que cada uno de esos atributos existe en la realidad. Estes primeras respuestas (cuatro) dan la sextensiony de las representaciones que 108 estu- diantes tienen de cada uno de esos conceptos. Es- tas Son las epremisas extensionales» dei test. Lue- go, en una segunda parte, so les pide a los estudiantes que establezcan optativamente, para cada par ordenado de esas atributos, sus afirmacio- Res y negaciones, una de tres relaciones expresa- das como «tiene que ser», «no puede ser» y «puede ser», completando asi las 64 preguntas restantes del test, del total de 68. Las prmeras doce rela- ciones de este tipo constituyen las epremisas rela- Cionales» del test. Tanto estas premisas como las cextensionales» no son impuestas exteriormente por el experimentador, sino que se deja que los es- tudiantes las creen o inventen sobre la base de sus, inferencias impicitas. Las tres relaciones dadas son consideradas como de crepresentatividad> entre los cuatro conceptos Las relaciones se establecen entre cada par de con- ceptos, los que son alternativamente afirmados 0 negados y cambiados como antecedente 0 conse- cuente de la relacion. El sentido de representativi= 225 dad entre conceptos que guardan esas relaciones esté dado en que expresan implicitamente la inciu- sion la exclusion o el traslapamiento entre tos mis- mos. Si «B tiene que ser A> y cA puede ser B», ello implica que & (ARGENTINO) esta indluido en A (AMERICANO), pero no a la inversa. Y si dice que «C (HISPANOPARLANTE) no puede ser D (ANGLO- PAFLANTE)» es valida entonces fa exclusion imp cita dada en el razonamiento del estudiante entre ‘2808 dos conceptes, De este mada, las expresiones linguisticas en que estan dadas esas relaciones ase- uran el cardcter inferencial-implicto de las relacio- nes de representatividad y ldgico-tormales de clase © de conjunto que se esconden detras de las mis- mas. Asimismo, dichas expresiones son modifica. ciones de la cépula (es-son) que restan ambiguedad a la misma con respecto a la extensién de los con- Ceptos involucrados: dado que «B tiene que set Ar 85 implicitamente claro con respecto a «todos ios By y «A puede ser 8» es implicitamente claro con res- ecto a xalgunos A pero no todos». Estas modifica- iones de la cépula corresponden a un criterio de edegambiguacion® compatible con Jos principros de Henle, recurso al cual también han apelado, dentro de otro contexto, Cerasa y Provitera (1971) Se estima que esas relaciones van conformando a lo largo del test una red multiseriada de inferencias, que va rellejando en forma expicita ia estructura subyacente, interna, de representaciones entre fos, ‘ouatta concentes y sus negaciones. Esta es una es: tructura implicita, donde aun lo seméntico no esta claramente separado de lo sintactico, ni o linguistico de 10 ldgico; sin embargo, e orden en que se va desenvolviendo y se construyen inferencialmente \as series de representaciones entrelazadas de con- ‘cepios pueden ser logicamente coherente 0 no Ser- Io, pero en todo caso su coherencia o consistencia Interna relleja ei grado de organizacién 6gica del sistema y si ha alcanzado 0 no plenamente su rever- sibiidad, ‘tra caracteristica de esa estructura impiicita de relaciones de representatividad entre conceptos es que su desenvoivimiento guatda continuidad y seria- lidad mediante | pasaje Contiguo de una inferencia inmediata a la otra: inferencias inmediatas por con- versién, obversién. inversion y contraposicion, y Sus combinaciones, que estén en la base del razona- iento siiogistico. Siguiendo a Stebbing (1965) en nuestro analisis, Podemos dar un cuadro de las inferencias inmedia- fas implicitas que se desprenden serialmente del par de conceptos AB, AMERICANO-ARGENTINO. Al ‘omnarse en consideracion esta serie, debe pensarse que ésta y otras cinco Series —las que se despren- den de lo5 pares combinados AC, AD, BC, BD y CD— deben entrelazarse coherentemente. Esto no significa que todas ellas partan de la misma rela- ion. ‘Asignando el simbolo 1 a la relacién «tiene que ser, el 0 a la relacién «no puede ser» y una P a la FolaciGn apuede ser», y partiendo de la premisa rela- cional B1A (ARGENTINO tiene que ser AMERICA- NO} come propesicion directa u original, la serie de 226 inferencias inmediatas que se desprende det par AB es la siguiente: Directa: 1A (ARGENTINO tiene que ser AMERICA NO). Conversa: APB (AMERICANO puede ser ARGENTI- NO} - Obversa: BOA (ARGENTINO no puede ser NO- AMERICANO). Conversa obvertida: APB (AMERICANO puede ser NO-ARGENTINO), Inversa: BPA (NO-ARGENTINO puede ser AMERI- CANO). Contrapuesta: AOB (NO-AMERICANO no puede ser ARGENTINO). inyersa obvertida: BPA (NO-ARGENTINO puede ser NO-AMERICANO) - Contrapuesta obvertida: A18 (NO-AMERICANO tie- fhe que ser NO-ARGENTINO) ‘demas de inventar las premisas extensionales y las relacionales, los estudiantes debieron estabtecer intuitivamento estas relaciones a lo largo de todo el test. Creemos, de este moda, que la estrategia di- reccional que va «dé lo interno-implicito a fo externo- explicitor dei razonamiento ha quedado plenamente justificada. A pesar de que en algunos items decie- ron hacer un mayor esfuerzo de reflexidn (las for- has inversa y contrapuesta abvertidas son las mas dificies) los estudiantes en ningun momento sintie- ron la necesidad de tener que hacer algo en contra de Sus intuiciones. Muchos de ellos contestaron ai test sin errores 0 con muy pocos errores de contra- diccion. Si bien el test e8 contestado sobre bases intuiti- vas, su evaluacién a posteriori se hace sobre bases Igico-formales, pero adoptando como premisas de todo él sistema’ las dadas por ef estudiante. Se ‘onstruye asi un diagrama de Venn que permite agi lizar la evaluacién a ia vez que brinda ur «mapa» de ja estructura de relaciones conceptuales que cada astudiante tiene i mente. =i rendimiento que 2 da uno de ellos obtuvo en el test se evaiia Seguin et ‘nuimera_y tipo de errores de contradiccién que co imetié, Entre éstos estan 1) Numero de contradic: Clones 0 incompatiblidades con las premisas exten- sionaies (cuando e! estudiante viola ia extension que le dio a un concepto a través de una relacién que establece con otro). 2) Numero de contradicciones con las premisas relacionales (cuando un estudiante viola la relacion dada a un par de conceptos a través de la relacion dada a otro par). Este tipo de contra dicciones son las mas importantes desde e! punto de vista de ia organizacién y reversibilidad det razo- amiento. 3) Transgresiones al principio elemental de identidad (nimero}. Se distingue entre identidad positiva —identidad entre términos _afirmados {A1A)— e identidad negativa —identidad entre ter- ‘minos negados (A1A). Esta distincién es muy impor- tante. 4) Transgresiones al principio elemental de no-contradiccion (transgresiones a AOA y a AOA). +5) Computo de preguntas dejadas sin responder, las Guales si bien no constituyen contradicoién, si'son luna omisién 0 discontinuidad en el proceso inferen- Cial seriado, Finalmente, se obtiene a suma de to- 0s ‘os tinas de errores como estimaci6n global del grado de coherencia alcanzado. Resultados ss resultados obtenidos en los silogismos de John- son-Laird y en la Tarea de Seleccién de Wason coin- iden con los que hari obtenido esos autores siste- maticamente. El silogismo de modelo mental simple fue resuelto correctamente por el 84 por 100 de los estudiantes, mientras que el modelo mental comple- io s6lo 10 fue por el 21 por 100. En la tarea de Wa- son ol 89.5 por 100 de los estudiantes eligieron la tarjota | —ARGENTINO (AMERICANO)— como confirmatoria de la verdad de la regia bajo conside- racién, y s6lo e! 50 por 100 eligi la tarjeta IV —NO- AMERICANO (ARGENTINO)— como prueba de su faisedad. No obstante, Sdlo el 3 por 100 de fos estu- diantes Tespondié que la tarjeta IV constituia una prueba refutatoria concluyente y prevaieciente de fa regia. Este reducido porcentaje corrobora el sesgo confirmacionista frecuentemente observado en la tarea de Wason Sin embargo, os items de! Test de Coherencia en os que se astablecian las relaciones de representa- tividad entre los mismos términos de las premises de la conclusiones de los silogismos de Johnson- Laird, en especial e! de modelo mental complejo, dieron un porcentaje de errores mucho menor, que difiere signifcativamente de ios porcentajes de erro- res dados en esos silogismos. Asi, os items del test fen que se estabiecian tas relaciones de términos comprendidos por el silogismo de modelo mental compiejo, sdlo dieron un 0,45 por 100 de errores para la rélacion entre AMERICANO y ANGLOPAR- LANTE y un 4,5 por 100 para la relacién entre AME- RICANO y NO-ANGLOPARLANTE, términos co- rrespondientes a ia conclusiGn de dicho silogismo. Si comparamos estos porcentajes con el 84 por 100 de fracasos en e' silogismo complejo para llegar a esa misma relacidn (aunque expresada en térm- nos ligico-formaies), llegamos a la conclusion de ue entre e! 95,5 por 100 y el 99,5 por 100 de los estudiantes dispane. en su bagaje de inferencias im- plictas, de una estructura de relaciones de repre- sentatividad jogicamente coherente, a pesar de ese alto porcentaje de fracasos en llegar a la misma rela- cion a través del silogismo de modelo mental com- plejo. La mismo puede decirse de los resultados en la Tarea de Seleccion de Wason. A pesar de los fraca- sos de ésta, antes sefialados, hubo en el Test de Goherencia un $0 por 100 de los estudiantes que respondio coherentemente la relacion «NO-AMERI- CANO no puede ser ARGENTINO» —l6gicamente: «NO-AMERICANO implica NO-ARGENTINO»— jus- tamente, la rélacion que es violada por la tarjeta IV y ‘cuyo reconocimiento se necesita para refutar con cluyentemente la regia en cuestion. Del mismo mado, un 98 por 100 de ios estudiantes contestaron cofterentemente la retacion «ARGENTINO no puede ser NO-AMERICANO> dando muestras de que ma- nejan la simetria l6gica de su conversa. Todos estos resultados prueban que el alto por- centaje de fracases en el silogismo de modelo men- tal complejo y en la Tarea de Seleccién no const- tuye una prueba concluyente de la iogicidad subya- Cente del pensamiento humano y que dichos fraca- 808 deben ser explicados en otros términos, Los resultados en el Test de Coherencia ponen en evidencia que los estudiantes poseen, en sus siste- ‘mas de inferencias implicitas, una organizacién \Ogi- ‘ca —internamente coherente— necesaria para re- solver e508 problemas correctamente, si bien no logran hacerlo. La cuestion se trasiada entonces a esclarecer las razones por las cuales los estudiantes, na emplean esa logicidad necesaria que disponen impiicitamente, para resolver problemas de razona- miento pertinentes que encaran explicitamente Discusién y conclusiones Los resultados nan arrojada evidencia en favor de la idea de que las inferencias implicitas que tluyen| como una corriente sublerranea por debajo de nuestro lenguaje corriente, nuestra comprension de textos y nuestras inferencias explicitas, no solo son soporte ¥ continuidad de las mismas, sino la fuente y ongen de su organizacion légica. Hemos visto que ‘con s6i0 suponer un principio reguiador simpie. el de discernit con distinto aleance y anticipacion lo que es compatible de io que es incompatible con fas re- resentaciones impliitas en las premisas, hemos obtenido una prueba fehaciente de su logicidad y organizacién. No hemos necesitado apelar a otro principio mas compiejo y subordinado al anterior, ni tan contraintuttivo 0 sofisticado como la busqueda deliberada de auto-refutacion, la refutabilidad o la validez basada en la inexistencia de un contraejem- plo que refute Los resultados también nos revelan que los ins- trumentos que se empiean en ta exploracién y eva- luacion de! razonamiento sondean su organizacién implcita en muy distintos niveles de profundidad y ampiitud, poniendo de relieve distintas capas estruc- turales de logicidad, de insight y comprensién entre Sus procesos implicitos y explicitos, En tal sentido, creemos que el Test de Coherencia es el que ha penetrado més profundamente en esa organizacion y la ha revelado en una mayor extension al extraer de ia misma mayor cantidad de matenal inferencial impiicito (inferencias inmediatas) mostrando en to- doz sus relieves su continuidad y la integracién interdeperdencia estructural entre las distintas se- ries de inferencias inmediatas. Considerando que el 9 por 100 de los estudiantes no cometieron ningun error de contradiccién en la serie de 68 respuestas de! test, que un 34 por 100 cometieron solo entre 1 y 3 errores y que un 17 por 100 cometid sdlo entre 4 5, totalzando entre todos ellos un 60 por 100 de fos estudiantes, se pone en eviéencia el caracter or ganizacional, interdependiente e integrado de los procesos que median dentro y entre las seis distin- 227 tas series de inferencias inmediatas que se despren- den de los pares combinados AB, AC, AD, BC, BD y CD. Esta integracién no puede Ser solo el producto de una memoria operativa carente de organizacién tacita y subyacente. La mayor Sensibilidad del Test de Coherencia para captar esa organizacién no es un mérito si se piensa que fue expresamente disefiado con la inten- ‘iG de llevar a cabo la estrategia direccional que va de fo impicito-intero a lo explicito-externo de esas inferencias, siguiendo su orden, su continuidad e in- mediatez, en lo posible. A nuestro entender en esta ccontinuidad y araduatidad que va de las formas infe- renciales directas a las mas complejas, las inversas y contrapuestas obvertidas, pasando antes por ias conversas, (as obversas y' las inversas y contra- puestas nd-obvertidas, esta la clave del mayor éxito de Jos estudiantes en ios items correspondientes @ las conclusiones de los silogismos complejos de Johnsor-Laird y la Tarea de Seleccién de Wason. El sistema ademas es implicta porque parte de premi- sas creadas @ partir de las propia representaciones internas que 10s estudiantes poseen de los cuatro conceptos y sus relaciones. El evaluador respeta estas premisas, pero evalia sus consecuencias a partir de principios y esquemas logico-formales. Las coincidencias (no-contradicciones) que se dan entre la serie de 68 respuestas dadas por el estudiante y la serie de 68 que of evaluador deduce de las mis- ‘mas premisas, siguiendo principios logico-formales, ponen en evidencia el isomorfismo existente entre Un sistema interno-implicito, de relaciones intuitivas de representatividad entre conceptos, y atta siste- ma, externo-explicito, de relaciones correspondien- tes’ las estructuras formales de conjunto. Estos resultados prueban que nuestfas representaciones: conceptuales cruzadas 0 interrelacionadas a través de redes de inferencias tienden a regirse por ios mismos principios reguladores definidos por Piaget (1977) para ese tipo de estructuras. La coherencia perfecta alcanzada en o! test prueba no solo la fog cidad de su base organizacional, sino también et |o- gro pleno de la reversibiiidad y equilirio interno. Los resultados también nos revelan que los estu- diantes tienen distintos niveles de insight aun cuan- do pertenezcan a un mismo nivel intelectual (|. Q. test) 0 a un mismo grado de organizacién del pensa- miento (Test da Coherencia). Estudiantes de iguales condiciones en ambos sentidos, resolvieron con y sin exito los problemas complejos de Johnson-Laird y de Wason. Se comprende la sorpresa de Wason (1984) sobre el fracasa en su tarea de 10s sujetos mejor dotados intelectualmente (protocolos Mensa), si Se piensa que, en realidad, los problemas presen- tados por estos autores no son pruebas de iiogic dad de la mente, sino pruebas de alta perspicacia 0 sagacidad, entendiendo por sagacidad una habilidad ‘ocasionai y oportuna, bastante impredecible y evasi- va, capaz de hallar con escasos elementos de juicio fa Soluci6n correcta y exacta 2 un problema comple jo de una manera que resuita brilante y sorprenden- te por su inmediatez, su oportunidad y su rapidez. El agolpe de sagacidad> es como un insight que co- 228 recta repentinamente la continuidad de lo intemno- implicito con la discontinudad de lo externo-explici- to. Por su inmediatez es difici de expicar como razonamiento seriado; no obstante, siempre que se presenta es un signo positivo y seguro de mayor potencial intelectual debido a esa celeridad de pene- tracién y conexién con el material inferencia implici- to de base Precisamente, en relacién con ia Tarea de Selec- ‘Gn, estos autores (Johnson-Laird y Wason, 1970) estudiaron el proceso de cambio de insight a distin- 0S niveles de comprensién del problema. Notaron cambios especificos y discontinuos de un «insight pparcialy, basado en la necesidad de verificar, a un «insight completo» pasado en la necesidad de retu- tar. A nuestro entender, estas dos necesidades son logico-organizacionaies y denuncian el pasaje de un nivel de insight a otf0, saglin la menor 0 mayor c: nexidn con la continuidad de base implicita Los distintos niveles de insight ponen también en evidencia los distintos momentos en que el pensa- milento, ya organizade en su base de iaferencias im- plictas, se reorganiza en reaccién de las discontin dades y contradicciones que surgen como producto de ia desconexiin explicita entre sus distintas es- tructuras interenciales y sus distintos nivales de in- sight 0 comprensiGn. Ello es prueba de su porma- nente actividad adaptativa y organizativa, no olvi- dando en esto, justamente, que la organizacion y los procesos adaptativos de asimilacién y acomodacién Constituyen, segin Piaget (1952) las «invariaciones: funcionales® del pensamiento, de raiz biolégica. Esta interpretacion de los resultados hallados también nos induce a pensar que et leriguaye y et razonamiento refiexivo son formas comunicaciona: les de conexion ¢ intercambio no s610 entre proce- 08 inferenciales implicitos y explicitos de una per- ona, sino entre los procesos interenciales implicitos de dos o mas personas. Ademéds, que io explicito es la prueba palpable y convincente de la claridad y validez de lo implioto entre dos 0 més personas, ero que esto, lo implicito, una vez aceptado como Mutuamente valido, es lo Unico que queda como im- portante y valedero a intercambiar y ampliar entre fistintos pensamientos. Y ello es asi, porque la ri- queza a intercambiar entre pensamientos no s6lo est en sus contenidos sino en la forma en que e: tan organizados, y su organizacién fundamental es siempre impicita La idea de Johnson-Laird de expiorar et razona: miento a través de modeios mentales es en realidad una estrategia mas apropiada que fa de hacerlo ex- Clusivamente a través de modelas iégico-formales explicitos. Los modelos mentales son sistemas ope- rantes que presentan mucha més variedad y son alternativos. Ademés son abiertos y més adaptati- vos y fiexibles que ios rigidos modelos agico- formales. Son también més internos que éstos; sin ‘embargo, esto no garantiza que la estrategia direc- Giona! ala que responden vaya de lo implcito- intemo a lo expiicito-externo de fas inferencias, Pue- de quedar todavia en elias un cierto rasgo de artificialidad y extenioridad propio de los modelos 16. gico formaies y de los aigoritmos. En este sentido Son antiheuristicos y contraintutivos. Lo que mas contribuye a esta impresién es que ese autor haya explcada el fol que juegan los mode- los mentales en la dindmica del razonarrierto, no como producto de su organizacién implcita y cen- tral, sino como producto de funciones auxiliares pe- riféticas como la memoria operativa o ciertas condi- ciones externas factitadoras, como la aocesibilidad «first-in, first-out» de entrada y recuperacion de los reg'stros mnénicos, o bien dificultadoras, como ta complejidad de la figura de un silog'smo o el numero de modelos mentales requeridos para llegar a su conclusion deductiva, No queda duda de que estas funciones y condiciones periféricas son importantes para la produccion det razonamienta reflexivo, pero nada se dice de la organizacion en si, aquélia segun la cual —y volvemos a destacar aca ei anaiisis he- ‘cho por Poincaré— llama a la memoria operativa y a Sus condicionantes en funcién del orden logic de sus elementos y no en funcién de un orden de entra- da-salda sfirst.in,first-ott, el cual al no responder a tuna necesidad légica implicita no puede dar cuenta de la autonomia, flexibilidad y continuidad de! pen- samiento, ni de su capacidad autogenerativa, adap- tativa y reorganizativa ‘Aceptar esos condicionantes como determinantes Unicos de! razonamiento es casi como aceptar que 1 razonamiento es fo mismo que fa memoria opera- tiva, cuando ésta es en realidad solo una funcion auxiliar Subordinada a su organizacién, o a lo sumo el «pegamento» que liga sus partes pero no el princ- pio. que los ordena y estructura. Pero como explica~ Temos en un proximo trabajo, incluso la memoria operativa esta seleccionada y organizada por el pensamiento, La descripcién que hace Johnson-Laird es signifi cativa (0p. cit., p. 132, ult. parrafo). En ella, si bien ‘acepta que detras de la busqueda de modelos men- tales alternativos y «detras de toda logicay —coinci- dencia que llama a reflexion, como vimos— esta el prineipio semantico general seguin ef cual «una infe~ Fencia 0s valida si y S6lo si existe una interpretacion de las premisas que falsifique a la conclusién afr ma Por otro lado que esa busqueda es desgastante incluso para los conjuntos mds restringidos de inte- rencias porque es saleatoria y exhaustivar. Esto confirma que detras de su concepcién dei razona- miento no sdio no hay «aparatos idgicos> sino tam- poco el menor atisbo de organizacién, saivo la dei calculo extaustivo de posibiidades légicas, Y agre- ga: «donde ef modelo es consistente con jas premi- 54S pero no es consistente con la conclusion, ésta 8 rechazada Como invaida» (op. cit, p. 192, 2° Parrafo), palabras que implican el principio basico elemental por nosotros sostenido que discierne en- tre fo compatible y 40 incompatible con las premisas. A nuestro entender, este principio no solo precede al «semantico general» antes invocado, sino que surge para satisfacer una necesidad organizacional de las inferencias impicitas que instaura su logici- dad, antes que atender las alternativas de un mode- ‘o mental explicita y aleatariamente construido. Un razonamiento es aleatorio, iégico y depende exclusivamente de la memoria operativa Cuando su organizacién esta ausente, y esto se produce por desconexién entre sus procesos expifctos e implici- tos. La organizacion latente puede estar ausente Porque el problema ha sido planteado de tal modo Que existe una «distancia» 0 «hiato» insalvable entre lo explicito y Io impiicito de sus inferencias que solo la «sagacidad» puede superar. Si ésta falla, enton- ces el razonador adoptara, infructuosamente, la Uni- ‘ca estrategia direccional que le queda: la quo va de lo externo-explicito a lo intemo-mplicito, pera con los mismos riesgos de la costurera que queria des- hacer su costura invirtiendo oi camino de la agua. una forma de reversibilidad de muy corto alcance y aleatoria porque depende exclusivamente del pian: te0 wexternan del problema, del planteo «dado» y no creado 0 recreado internamente, y Ue ‘a poca me- moria operativa que lo Sostiene. Esta memoria no ¢s «mas» porque falta la organizacién implicta. A nues- tro entender, éstas son las causas del fracaso habi- tuai en el silogismo de modelo mental complejo y en Ja Tarea de Selecci6n. La cortedad de esa forma de reverstilidad y de esa memoria operativa contrasta con las largas y entrelazadas cadenas de relaciones inferenciales que construye el estudiante deliberada e implicita- mente a lo largo del Test de Coherencia y sin come- ter ertores de contradiccién. Este resultado nunca podria ser comprendido por ei esquema expicativo de la dindmica del razonamiento de Johnson-Laird, basado en el alcance aleatorio de la memoria opera- tiva y en un numero limitado de modelos mentales. E} mayor éxito alcanzado por fos estudiantes en el Test de Coherencia se debi6 principalmente a la.es trategia direccional con que esta consiruido. Esta promueve una reversibiidad de mas largo alcance y total o casi-total en muchos casos, por el hecho de estar basada on la misma organizacion logica e im: plcita del razonamiento. En el proceso implicito del pensamiento est ocul- to Su maximo potencial adaptativo y organizativo. En el proceso explicito quedan sus formas resoluto- rias cristalizadas como artefactos rigidos de dificil adaptabilidad e interconexion inferencial cuando se parte exclusivamente de ellas. La légica formal es Un artefacto de este tipo, de escaso aleance para Io implicto del pensamiento y lo modal det lenguaje, pero, a través de lo expuesto, podemos inferir que 8 el producto al mas alto nivel de un largo proceso explicito que alcanzé trabajosamente su reversibil: dad a expensas de una l6gica organizacional e impl- ita, cuya reversibiidad se deserrolla automatica- mente solo a partir de sus premisas y necesidades ‘organizacionales. Creemos que en la capacidad de resolver contradicciones esta e! origen psicoiégico de ia logica. Los distintos nivoles de organizacién del pensamiento responden a distintos sistemas de equilibracién interna que S0n tégicos en el sentido {de que los preservan de la auto-contradiccién incon- trolable y de la pérdida del sentido de identidad y orientacion dentro del medio. Creemos que Johnson-Laird les asigna a los tes. 229 08 de a slogica mental» un criterio substancialista excesivamente cargado de attiiciaidad formal-ex- plicita y privado de capacidad organizativa. Y cree- mos que $st0s, cuando hablan de égica, aluden a luna propiedad ‘consubstancial con la organizacién interna de! pensamiento. En el caso de Piaget, por ejemplo, Castorina y Palau (1982) se han referido a su «l6gica operatoriay corn ‘un concepto raterida a formas de organizacion que evolucionan desde las acciones internalizadas hasta las estructuras de ‘conjunto, para cuya descripcion eligio el lenguaje de la logica’y matematica moderna. La logica no tue tomada entonces como una «substancia» o un «ar- tefacto», sino como un lenguaje o un sistema de simbolos con &\ cual desoribir y explicar otra subs- tancia, la mental, yendo de lo implicto a fo explicito, Lo que deberian reconocer los ilogicistas es que 1 pensamiento, si bien siempre expuesto a las vic\- situdes de los problemas que enirenta, si bien ten- diente a valerse de heuristicas engariosas que pue- den desviario de su correccién, es tambien siempre organizacional y reflexiva; es decir, en tiltima instan- ‘cia vuelca la atencion sobre si mismo y se reorgani- Za sobre Sus propias pautas. Es reactivo y reflexivo en el sentido de que finalmente se piensa a si mis- mo. Este reconocimiento debe permitir no verlo tan predominantemente dependiente de sus factores y condicionantes extemos. La estrategia ilogicista frente a su arganizacion interna es un abordaje que va «desde afuera hacia dentro» de la misma, pero esta direccion puede llevar a resultados inesperados ¥-no afortunados. EI pensamiento pensado desde aluera de su organizacién no es el mismo que ef pensamiento pensado desde adentro de ia misma, y esto ultimo, entendemos, es lo que esencialmente estén intentando bien © mal las posiciones logi- osstas. No cabe la menor duda de que el estudio de! razo- amiento es un problema y que, como todo proble- ma, sv Tesoluoion depende de la estrategia con que se io aborda 230 Referencias Castorina, J... y Palau, GD. (1982): Introdueciéa a la ‘Logea Operaiona de Paget. Alcances y significado para Ja psicotogia genérica, Barcelona: Pardos Goraso, J, y Provitera, A. 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