Por Emilce Moler*

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Las sociedades que cuentan siempre las mismas ancdotas:

proyectan los mismos horizontes, y nacen y mueren en el
mismo lugar. Cada 16 de septiembre es una oportunidad para
escribir nuevos relatos sobre el 16 de septiembre y la noche de
los lpices. Cuando las sociedades revisan su historia y los
individuos sus experiencias, construimos relatos y proyectamos
nuevos horizontes.
Despus de muchsimos aos de lucha, de contar nuestras
historias; las voces de los sobrevivientes se convirtieron en
testimonios, los cuerpos de los desaparecidos permitieron
reconstruir los lazos que faltaban, el silencio se hizo discurso, la
memoria, la verdad y la justicia una poltica pblica. En este
escenario se expresan nuevos miradas y con ellas nuevos
interrogantes.
Cuando el 25 de mayo de 2003 el entonces presidente Kirchner
asegur que perteneca a una generacin diezmada, puso
nuestras demandas en el centro de la escena poltica y dimos
inicio a un nuevo ciclo de juicios por crmenes de lesa
humanidad: los sobrevivientes fuimos alentados a repensar el
pasado desde una lgica militante.
Y slo a travs de la poltica es posible proyectar un futuro
mejor. All el desafo es consolidar los espacios donde las
nuevas generaciones se piensen a s mismas, sus sueos y
esperanzas, en clave colectiva, donde se consoliden los lazos
solidarios y la entrega hacia el otro.
38 aos despus, no slo estamos aqu para recordar, sino
para renovar nuestra conviccin de justicia social, de soberana
poltica e independencia econmica.
*Ex detenida desaparecida de La Noche de los Lpices